Helery

Los nervios empezaban a invadir mi cuerpo, sentía esa pequeña molestia en mi pecho, esa molestía que me decía que no era buena idea ir a esa celebración y que todo terminaría en una catástrofe, pero cuando había decidido decirle al taxi que se devolviera, éste ya se había detenido al frente de la puerta donde se llevaría a cabo dicha celebración, suspiré pesadamente al darme cuenta que no había marcha a atrás, pagué el taxi y bajé de éste con un animado mediocre. Desde afuera podía escuchar el bullicio de la música y personas ya pasadas de copa, abrí la puerta y con la mirada busqué a Hazza y Ariel, quería evitarlos a toda costa, sabía que si los veía se me amargaria la noche, más de lo que ya estaba.

Entré por completo y me fui directo a la mesa de bocadillos y bebidas, tomé un postre y un poco de ponche, lo mejor de éstas celebraciones era la comida, tal vez podría parecer muy tragona, pero algún beneficio le debía sacar a ésta fiesta. Pasaron algunas horas y la Luna ya se encontraba en todo su esplendor, en plena media noche ésta alumbraba todo a su alrededor, me encontraba en el balcón admirando tan bella vista mientras comía algunas delicias de la mesa y, cuando más calmada estaba escuché esa voz chillona que tanto odiaba, es voz que deseaba jamás volver a escuchar en mi tosca vida.

—¡Helery! —chilló mientras me abrazaba por la espalda. Yo solo volteé sin expresión alguna— ¿Por qué estás así conmigo? —Interpeló mientras hacía un puchero—. No olvides que yo soy tu mejor amiga, no me puedes hacer de lado de la nada, te he extrañado un montón.

Hipócrita, fue la primera palabra que se me vino a la mente mientras ella se hacía la inocente, seguía con sus preguntas estúpidas sobre por qué estaba tan rara con ella y con el tonto de Hazza, traté de ignorarla, pero la ira empezaba a crecer dentro de mí y cuando menos lo esperé, mi mano ya se encontraba estrellada contra la mejilla de Ariel. Todos allí me miraron sorprendida, incluyendo la misma Ariel quién se encontraba acariciando su mejilla levemente ruborizada por el golpe, iba a decir todas sus verdades pero llegó Hazza a defenderla como si ella fuera su novia, era un maldito, los dos lo eran y yo era una estúpida ciega que se vino a dar cuenta cuando ya todo estaba hecho, los odiaba y mi odiaba a mi misma por todo.

—¿Estás loca Helery? Es tu mejor amiga ¿Cómo puedes golpearla?  —oro con descaro mientras yo sonreía incrédula, me sorprendía lo bien que sabían fingir, merecían un Oscar.— ¿Acaso has bebido de más? Porque es la uni...

—¡Ya cállate! —grité con todas mis fuerzas dejándolo totalmente sorprendido— ¿Creyeron que toda la vida me iban a ver la cara de tonta? ¿Creyeron que no me iba a enterar que mi novio y mi mejor amiga follaban todos los días en su casa mientras yo confiaba ciegamente? Pues no, tarde o temprano me iba a enterar de sus engaños, me dan asco. 

—Helery —susurró Ariel mientras los demás empezaban a silbar y a hacer bullicio— ¡Pues sí! ¡Me acostaba con tu jodido novio, yo sí sé darle el placer que tú ni loca podrías! Yo soy mejor que tú en todo y ya estaba harta de seguir fingiendo lealtad a una amistad que para mí había muerto hace años —sonrío con superioridad mientras una que otra lagrima recorría mis mejillas—, puedes irte por donde viniste Helery, tu querido Hazza ahora me pertenece, me eligió a mí.

—Quedatelo, no me interesa tener traicioneros cerca de mí. —di media vuelta y salí de allí, me sentía humillada y dolida, el dolor del corazón podía ser más fuerte que una herida física.

Subí a un lugar más alto, incluso más que en el que estaba, en éste lugar lo había absolutamente nadie y podía llorar sin temor a ser descubierta, nuevamente esos dos me habían pisoteado como se les había dado la gana y yo aún era muy débil para enfrentarlos, me sentía sola y solo quería beber para olvidar, aunque fuera por un corto tiempo.

Odio a Ariel 😔
¿Y ustedes?