Capitulo 1: El inicio

Bueno, empezamos esta historia precisamente en la ciudad de Santander, el cual es una ciudad perteneciente a la región española de nombre Cantabria. Sí, lo escribí bien, y quiere decir que esta historia se desarrolla en la idiota España (:v).

En el año 1900 había una familia que vivía a las afueras de la ciudad, precisamente en el campo sobre una cabaña de ladrillo y cemento (?) :v. La señora, que era rubia y ojos verdes y tenía el cuerpo promedio, había quedado embarazada de un trabajador empresarial de aquella época quien era un hombre castaño, cara un poco alargada, alto y de ojos del mismo color que su cabello.

Cuando la creatura nació, notaron que le habían llegado del cielo dos gemelos de ambos géneros, es decir, un niño y una niña. Al niño lo llamaron Mario y a la niña le llamaron Martha.

Empezando con la historia, podemos ver que en el campo, en una zona muy grande y de pastos verdes, se encontraba el padre jugando con los gemelos a las atrapadas o "pilladas" -como lo dirían los españoletes-.

Martha: -toca a su padre de la pompa izquierda- ¡Te pille! Jejeje te las has quedado.

Señor: AHHH, JAJAJA.

Martha: ¡A que no me pillas!

Anduvieron corre y corre mientras daban risas y gritos de alegría hasta que el hombre atrapa a Martha, a quien luego carga tomándola de los costados con las manos.

Jiji, jojo... muchas risas.

¡Y pam!, Sueño acabado...

Todo fue un sueño; ahora sí pasamos a la historia: ¿Quién fue el que soño ese sueño? Mario, el hijo mayor, quien luego se sentó en su cama que era de sábanas blancas, tenía una cobija de felpa de color celeste con puntos grises y blancos; y se puso a pensar unos momentos.

En fin, era miércoles 25 de marzo de 1910 con una mañana muy templada y entonces el vato había salido de su habitación, pasando a estar en la cocina que era todo de madera: Es allí que estaba su madre cocinando y el comedor de madera el pibe se sentó algo desvelado junto con su hermana Martha.

Señora: Buenos días, cariño, ¿has dormido bien?

Mario: Sí, dormí bien. ¿Qué tienes de desayunar, mujer?

Señora: Hice huevos al plato al estilo vasco-francés.

Martha: Oye ma ¿no extrañas a papá?

Señora: Pues sí, un poco, pero ya lo estoy superando.

Martha: ¿Por qué papá tuvo que irse?

Señora: Pues... porque así es la vida.

Mario: Se hubiera quedado más tiempo, de no ser por el cáncer.

Señora: Sí, pero ahora está en un mundo mucho mejor y ya no sufrirá más allí.

Martha: ¿Y cuál es ese lugar mejor, mami?

Señora: Mmm... Está en el Reino de los Cielos.

Martha: o. ¿Y qué es ese lugar?

Señora: Mmm... Un lugar lleno de paz, en donde hay pura felicidad, llena de perfección, gozo y llena de buena gente. Ahí no hay discriminación, todos se ayudan y no te cansas de trabajar y ahí abunda el poder y el amor de Dios.

Martha: o. ¿Y yo algún día podré ir a ese lugar?

Señora: Sí, si es que te has portado bien y si aceptas a Jesús como tu Dios y Salvador. En fin, venga, que os hará tarde para ir a la escuela.

En fin, los pibes se habían dispuesto a irse directo al carro para ir a la escuela, que era la escuela de nombre «La Salle». Por su parte, su madre quedó un poco tiempo antes de irse a trabajar quien ella recostó su rostro sobre la mesa del comedor en donde estuvieron los gemelos.


Pasando a estar en la escuela de La Salle, la señora, conduciendo con su carro viejo color negro, tal como se usaban antes, llega hacia donde estaba la escuela y, una vez llegando, los pibes se bajaron.

Martha: Adiós, mamá.

Señora: ¿Ya sabéis qué hacer si llega la hora de salida y estoy aún trabajando?

Martha: Claro, irnos caminando a casa.

Señora: Muy bien. Cuando salgais de la escuela, id con cuidado.

Mario: Vale.

Señora: Cuidaos. Nos vemos en la noche.

Terminado de despedirse de sus gemelos, la señora arranca el carro con dirección a su panadería en donde tenía que trabajar. Por su parte, los gemelos se fueron adentrando hacia la escuela.

Estando dentro de la escuela, estos caminaban tranquilamente por ella hasta que llegan a su salón...

Dentro del salón, Martha se había sentado al fondo, mientras que Mario se sentó la primera fila. Media hora después, finalmente llega la maestra: Que era una señora gorda, cabello castaño y de ojos verdes, que vestía un traje negro, poseía una joya de perlas blancas en el pecho que colgaba desde el cuello, junto con un sombrerito del mismo color que su traje.

Maestra: ¡Buenos días!

Todos: ¡BUENOS DÍAS, SEÑORITA MARÍA!

Maestra: ¿Cómo estáis todos?

Todos: BIEEEEN.

Maestra: El día de hoy, vengo avisaros que la semana que entra habrá examen sorpresa. ¿Quién está preparado? Los que no, entonces me tendréis que estudiar mucho.

Mario: Vaya, y eso que no estuve preparado para recibir esa noticia; no estoy preparado...

Maestra: En fin, hoy empezamos las clases con geografía... Cantabria es una comunidad autónoma de España, la cual está constituida únicamente por una provincia.

Había pasado varias horas y estos estaban atentos a la clases, aunque algunos no prestaban atención. En fin, al ser la hora del receso, Martha estaba caminando por los pasillos de la escuela hasta que llega a la biblioteca. Estando en la biblioteca del salón, Martha en una estantería había escogido un cuento muy especial el cual se basaba en la mitología íbera sobre los dioses que nadie toma en cuenta en la actualidad por "desarrollados".

Al tomarlo, entonces la piba se había sentado en la mesa grande que por ahí hubo y se puso a leer el cuento tranquilamente.

Érase una vez...

"Se cuenta que hace muchos años a mitad del imperio romano, en Torrelavega, hubo una gran princesa la cual se había enamorado de uno de los dioses más importantes para los cántabros. Un cierto día, estaba estaba caminando tranquilamente por el bosque hasta que llega a un gran lago en donde, cerca de allí, se sienta recargandose en un árbol."

"Al estar sentado en el árbol esta se sintió totalmente relajada para luego empezar a cantar una linda canción que se inventó con su imaginación, y mientras eso sucedía fue pasando por allí un hombre muy alto, fornido y de cabellos pelirojos: Quien, al verle, este se quedó maravillado por su belleza y entonces decidió entablar una conversación con él hasta pasar al mediodía."

"Fue de ahí que ambos se fueron viendo de una forma muy seguida hasta formar una bonita relación amorosa entre ellos. Sin embargo, con el paso del tiempo, a pesar de que el padre de la muchacha sabía de sus amoríos, decidió separarlo de aquel hombre con el que andaba de novio, ya que, como era su hija preferida, no quería que nada malo le fuera a pasar encima de que ese hombre tenía más de 20 años y esta solo tenía 15 años."

"Asimismo, el rey decidió mandarla de novio con el hijo de un emperador romano de nombre Tiziano, que era un hombre flaco, más bien de cuerpo promedio; y de cabellos negros que tenía la cara llena de pecas y parecía autista aunque no lo era. Una vez que la princesa supo quién era ese Tiziano, esta sintió medio asquito y eso reforzó que prefiera al hombre pelirojo que al otro idiota."

"Pasaron los meses y esta fingió, sin más remedio, que quería mucho a Tiziano y a escondidas luego se veía con aquel hombre que le robó el corazón el cual se hizo llamar Candamio, así como el dios íbero del trueno y la lluvia."

"Sin embargo, un día antes de la boda, Tiziano se había dado cuenta de que el amor de su vida estaba con otro hombre, debajo de un árbol; con el cual se estaba besando apasionadamente. Ante aquello, sintió que ese hombre pelirrojo era un rival, alguien que quería robarse a su novia... O no, luego cambió de ideología: pensando que su novia le estaba siendo infiel."

"Fue así que Tiziano se les acercó y reta al hombre pelirojo a un duelo para ver quién era el que se quedaba con la princesa. Y tal duelo sucedería en el yacimiento de la ciudad romana de Julióbriga. Al ver que aquel hombre lo retó, sin saber con quién era el que se estaba metiendo, el pelirrojo aceptó sin temor alguno."

"Estando en la zona en la que fueron a combatir, aquel mocho de Tiziano esperó pacientemente a que el pelirrojo llegase con todo y espalda para derrotar. Después de unos minutos de espera, finalmente el pelirrojo había llegado, tal como prometió."

"Una vez que estuvieron de frente a frente, cada quien usó sus espadas y empezaron una batalla con heridas; pelearon todo el día. Parecía que no tendría fin. Finalmente, Tiziano dio su último arrobamiento sobre el pelirrojo y al parecer este aparentemente iría a perder la batalla con aquel mocho..."

"Sin embargo, para cuando pensó el humano que sería su excelente triunfo, aquel pelirrojo había decidido activar su poder, pues sus ojos marrones hermosos se hicieron de un blanco con linterna así como si fuera un fantasma y una superfuerza lo dominó por completo. Ante aquello tan misterioso, el mocho se quedó sorprendido y fue así que el ser sobrenatural se elevó con el humano, tomando de los hombros y lo tiró contra el suelo desde 10 metros de altura en el cielo."

"Para cuando lo golpea contra el suelo, el poderoso hombre golpeó duramente con su rodilla el estómago del humano, causándole un insoportable dolor en el estómago que lo hizo durar unas horas en el suelo. Posteriormente, lo levantó nuevamente y lo tiró con fuerza lejanamente contra un árbol: Causándole otro dolor fuerte pero esta vez en la espalda. Unos minutos después de observarlo, le pregunto: ‹¿Ahora te rindes, amigo?›".

"Efectivamente, el humano, entonces, lo dio ganador del duelo. Fue así aquel ser sobrenatural, literalmente un dios a quien los romanos llamaban Juppiter, se sintió tan victorioso y luego se fue a ver a su amada."

"Al día siguiente, el Jovis cántabro la buscó y buscó, pero nunca la pudo encontrar hasta otros días después. Pues su padre, a través de Tiziano, estaba enterado que había estado con el pelirrojo y la mantuvo castigada por 1 semana por desobediente. Cuando el Jovis llega a donde estaba el rey romano, entonces este se reveló como el dios Candamius y le pidió ser el novio de su hija."

"El rey, como era venerador y adorador de los dioses paganos, le concedió la petición de este. Cuando la princesa pudo salir y ver quién la buscaba, esta lo reconoció como el hombre que tanto amó, dándose cuenta que era el dios del rayo y eso la impresionó mucho más."

"Después de ese momento, tras un año de pareja, estos pudieron casarse libremente, mientras que el rey estaba orgulloso de que su hija se haya hecho esposa de un ser con mucho poder. La hija de rey ahora pudo pasar a ser reina, la más admirada de Cantabria, y así todos vivieron felices para siempre. FIN."

Fin del cuento...

Después de leer el cuento, a Martha le gustó demasiado y se le ocurrió la idea de llevárselo a casa. Por lo tanto, siendo niña traviesa, fue hacia su salón toda inocente y estando en su mesa que era la del fondo guarda el libro en su mochila. Por fortuna nadie la descubrió.

Por otro lado, estando con Mario: Este estaba precisamente en los baños de sus escuela, en este estaba haciendo de sus necesidades.

Terminando de hacer lo que tenía que hacer, el pibe había salido del baño y para cuando salió se encontró con unos tres personas pibes más mayores que él. Estos al parecer tuvieron malas intenciones, ya que se les veía en el rostro de cada uno que lo querían bullear o hacerle mal.

Bullyi 1: ¿Adónde vas, maricon? -le dijo el chico de cabellos negros y el cual era cabezón-

Mario: Bruh ¿no es obvio? Mejor dejarme en paz, que no quiero problemas.

Bullyi 3: Nah, solo queremos jugar contigo, imbécil -le dice para después propinarle una patada derecha en su entrepierna-.

Mario: .... Ay caramba.

Tras aquella patada, sus bullying comenzaron a carcajearse, solo para después volver a darle otra patada en esa misma zona viendo que este se puso como un saltamontes del dolor tan intenso que sintió.

Posteriormente de eso, el bullying número 2, un castaño de ojos azules, lo empuja por donde estaba el cubículo del medio, haciendo que, como atrás del prota estaba el inodoro con la tapa abierta, cayera pompas adentro al escusado y se mojara la zona del culo.

Al ver que se había mojado, los españoletes que les hacía bullying empezaron a reírse enormemente.

Bullyi 1: JAJAJA C mojó los pantalones la mariquita.

Bullyi 2: Encima toda sucia el agua.

Bullyi 3: A ver cómo le haces para seguir en la escuela empapado.

Sus acosadores, posteriormente, lo toman de los cabellos y le meten la cabeza en el escusado.

Gulu, gulu, gulu, gulu... Proffff. Así hizo el prota al tener hundida su cabeza sobre el escusado.

Ahora hacemos una pequeñita escena: De frente, vemos como los tres vándalos habían salido del baño con el cabezón empujando la puerta con solo la mano izquierda, dejando al prota sentado en el suelo y recargado en el lado derecho del cubículo del medio. Mario estaba recuperando el aliento, mientras que un enojo y desesperación pequeña en las piernas comenzaba a aparecer.

Finalmente, el mediodía caído. Es en esa hora que las clases habían finalizado, pasando ahora ser la hora de regresar a sus hogares. Por lo tanto, los gemelos estuvieron caminando por la calle para llegar al campo en donde vivían ya que su madre tuvo que trabajar precisamente en una panadería, el cual cerraba hasta muy noche.

Mario: Vaya, si que hoy tuve un día terrible.

Martha: Pues yo no.

Mario: Lo bueno es que se acercan las vacaciones de verano, y pondré estar tranquilo todo un largo tiempo sin esos niños disfrazados de demonios bíblicos.

Finalmente, los gemelos ya estaban a medio camino sobre el campo rumbo a su casa, cuando de pronto a la pibe se le había ocurrido algo...

Martha: Oye ¿y si jugamos a las atrapadas?

Mario: Vale.

Martha: ¡Te las quedas! -le dice tocando su hombro y luego empieza a correr- jajaja.

Estando en su campo, los pibes se pusieron a jugar alegremente a las atrapadas al estar en una zona muy grande para jugar... Y estos estuvieron jugando sin sospechar que algo, que estaba oculto entre los árboles, los estaba observando. Posteriormente, ese alguien o esa cosa luego se mueve, haciendo ruido entre las hojas de los árboles con solo moverse.


Con el ruido, Martha lo había escuchado, por lo que se voltea para atrás y pone su mirada atentamente en la zona de los árboles.

Siendo así, Mario nota a su gemela viendo hacia los árboles y también se puso observar también un poquito.

Mario: ¿Qué miras?

Martha: Me pareció ver algo, pero ya nada.

Martha: Mmm... ¿Sabes qué? Mejor volvamos a casa, no vaya a ser alguien malo nos quiera hacer daño.

Martha: Vale.

Salteandonos a otra escena, los pibes finalmente habían regresado a casa que era algo así como su casa y luego se metieron a su cuarto, subiendo escaleras arriba, llegando a un pequeño pasillo con paredes de color celeste y a la izquierda abrieron una de las dos puertas que tenía el cual era la de la habitación en donde ellos dormían. Cada quien puso su mochila en su propia cama y listo.

Martha: Bueno, iré a darme un baño; voy a estar en el baño ¿vale?

Mario: Vaalee.

Martha: Jiji -c va del cuarto-.

Martha, entonces, sale de la habitación y al frente se había dirigido a una puerta, que al abrirla sus ojos miraron el baño que era el tipo de baño antiguo del había antes en los comienzos del siglo XX. Cierra la puerta para luego empezar a quitarse el uniforme por completo, una vez abriendo la regadera del cual salía agua completamente tibia.

Por otra parte, Mario, quien estaba completamente aburrido, se acercó a la mochila de Mari y sacó de allí el cuento que Martha se había llevado de la biblioteca que se llamaba "La princesa que se enamoró de Candamius": La cual ya he descrito antes (y que quizás me salió chafa :'v).

Al ver el libro, se puso a leer un poco y, conforme iba leyendo, también se empezó a fascinar, sobre todo por el personaje de Candamio, el hombre pelirojo que aparentemente se hacía pasar por un humano y luchó por el amor de una princesa romana.

Mario: Ala... Ese hombre está bien chulo; diosazo...

Y bien, Mario paso a estar muy entretenido con el libro, hundiéndose en sus pensamientos lo cual terminó por aflojerarle el cerebro. Posteriormente, el pibe se aburre de leer el libro y entonces lo deja sobre la cama, pasando a irse hacia la cocina -bajando las escaleras- para ver qué había en su refrigerador de madera. Así es, tenían un refrigerador de madera; sí lo escribí bien, no me confundí.


Al abrir el refrigerador, saca de allí un pie de fresa que su madre tenía guardado por ahí y, aprovechando la ausencia de su progenitora, lo toma y se sienta en la mesa del comedor donde se lo empieza a comer...


Hasta aquí el capítulo. Nos leemos.

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