El peso de la pérdida de Mona se hizo sentir en el corazón de Ganyu, Keqing y Fischl mientras continuaban su travesía en el oscuro templo. A medida que avanzaban, su determinación se entrelazaba con una creciente sed de respuestas. Sabían que debían descubrir los secretos ocultos en el pasado que habían llevado a la opresión de Liyue y a la corrupción de Zhongli.

En lo profundo del templo, encontraron una sala secreta llena de escrituras ancestrales y pergaminos antiguos. Los ojos de Ganyu se iluminaron con emoción y reconocimiento mientras comenzaba a descifrar las palabras enigmáticas.

Las escrituras hablaban de una era olvidada, donde los dioses y los humanos coexistían en armonía. Revelaban la historia de un dios malvado que había desatado el caos y la destrucción, sumiendo a Teyvat en la oscuridad. Este dios despreciaba a la humanidad y buscaba subyugarla bajo su dominio.

Ganyu, Keqing y Fischl se dieron cuenta de que este dios malvado era Zhongli, quien una vez había sido adorado como el dios protector de Liyue, Morax. Pero su búsqueda de poder lo había llevado por un camino oscuro y corrompido.

Las escrituras también revelaban la existencia de una antigua alianza de dioses y humanos que se habían unido para enfrentar al dios malvado y restaurar la paz en Teyvat. Estos dioses y héroes legendarios habían luchado valientemente, y aunque no se mencionaban nombres, sus hazañas quedaron grabadas en los anales de la historia.

Ganyu, Keqing y Fischl se llenaron de una nueva determinación al descubrir la verdad detrás de la opresión que sufría Liyue. Comprendieron que debían buscar aliados y conocimiento adicional para enfrentar a Zhongli y liberar a su amada tierra.

Decidieron buscar la ayuda de los adeptos, seres ancestrales y sabios que habían sido testigos de la historia de Teyvat. Ganyu, con su linaje y conocimientos como Qilin, tenía la esperanza de que los adeptos pudieran proporcionarles información y guía en su lucha contra Zhongli.

Con el corazón lleno de esperanza y determinación, el grupo partió del templo en busca de los adeptos. Se aventuraron en los rincones más profundos y antiguos de Liyue, donde se decía que los adeptos se reunían en secreto para proteger los conocimientos y secretos del pasado.

Sin embargo, en su camino, se encontraron con oposición. Zhongli, temiendo que sus planes fueran descubiertos, había enviado a sus seguidores para detener a aquellos que desafiaban su dominio. Ganyu, Keqing y Fischl enfrentaron obstáculos y peligros mortales, pero su determinación nunca vaciló.

Finalmente, tras superar pruebas y desafíos, el grupo llegó a un antiguo santuario escondido en lo más profundo de las montañas de Liyue. Allí, encontraron a los adeptos, seres sabios y poderosos que habían observado el devenir de Teyvat durante milenios.

Con humildad y respeto, Ganyu, Keqing y Fischl se presentaron ante los adeptos, compartiendo su historia y su misión de liberar a Liyue y enfrentar a Zhongli. Los adeptos, con su profunda sabiduría y conocimiento, escucharon atentamente y compartieron su visión del pasado y la importancia de preservar la armonía y la justicia en Teyvat.

Guiados por los adeptos, Ganyu, Keqing y Fischl comenzaron a aprender técnicas ancestrales y secretos perdidos que podrían ayudarles en su lucha contra Zhongli. Los adeptos compartieron profundos conocimientos sobre la naturaleza de Teyvat y revelaron pistas sobre los dioses y héroes legendarios que habían luchado en el pasado.

Empoderados por este nuevo conocimiento y fortalecidos por la guía de los adeptos, Ganyu, Keqing y Fischl se prepararon para enfrentar a Zhongli y liberar a Liyue de su opresión. Sabían que el camino sería peligroso y lleno de desafíos, pero estaban dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo en nombre de la justicia y la libertad.

Con su determinación renovada y aliados poderosos a su lado, el grupo se preparó para emprender la siguiente fase de su misión. Se adentrarían en las profundidades de Liyue y desafiarían al dios corrupto que alguna vez fue adorado como un protector.

El destino de Liyue y de Teyvat estaba en juego, y Ganyu, Keqing y Fischl estaban decididos a cambiar el curso de la historia y restaurar la paz en el mundo que amaban.

Continuará...