Xiao permaneció encarcelado en las oscuras y frías mazmorras del shogunato en Inazuma. Las heridas de su encuentro con los soldados del ejército, que lo hirieron sin piedad, le recordaban constantemente su dolor y sufrimiento. Sin embargo, su espíritu no se quebró y su determinación por liberar a Liyue y buscar justicia solo se fortaleció.

Día tras día, Xiao soportaba el tormento y las penurias que le imponían los soldados del shogunato. Lo ridiculizaban y se burlaban de él, encontrando entretenimiento en su sufrimiento. Pero en el fondo de su corazón, sabía que su lucha era justa y necesaria, y no dejaría que las burlas de sus captores lo debilitaran.

Con cada insulto y cada golpe, Xiao encontraba fuerzas para resistir y mantener su objetivo en mente. Sabía que debía encontrar una forma de llegar ante la gran Shogun Raiden, la gobernante de Inazuma, y exponer la corrupción de Zhongli y su papel en la opresión de Liyue.

Después de días de sufrimiento, Xiao finalmente logró ganarse la atención de Sara, la leal seguidora de la gran Shogun Raiden. Con una voz débil pero firme, clamó que tenía algo importante que pedirle a la Shogun, algo que afectaba el destino de Liyue y Teyvat en su conjunto.

Sin embargo, las risas burlonas llenaron la sala mientras los soldados y funcionarios se mofaban de las palabras de Xiao. Lo tildaron de iluso y traidor, asegurando que sus palabras no eran más que un intento desesperado de escapar de su condena.

Xiao, ignorando las burlas, insistió en su demanda de ser llevado ante la gran Shogun Raiden. Su determinación era inquebrantable, y aunque su cuerpo estaba débil y maltrecho, su espíritu ardía con un fuego imparable.

Mientras los soldados se reían a carcajadas y lo empujaban hacia el suelo, Xiao miró con ojos ardientes a Sara, rogándole que entendiera la importancia de su pedido. Con su voz temblorosa pero llena de convicción, pronunció palabras cargadas de esperanza y verdad.

"Sara, te ruego que escuches mi petición. Liyue sufre bajo la opresión de Zhongli y la corrupción se extiende por todo Teyvat. Como guardianes y protectores de la justicia, debemos unirnos y detener esta injusticia. La gran Shogun Raiden debe conocer la verdad y tomar medidas para liberar a Liyue y a todo Teyvat de la tiranía".

Un breve momento de silencio llenó la sala antes de que las risas y los desprecios volvieran a resonar. Sara, sintiendo una chispa de compasión hacia Xiao, intentó intervenir, pero su voz fue acallada por las órdenes de los superiores.

Xiao, herido y en desgracia, fue llevado de regreso a su celda, su voz y sus súplicas resonando en el aire. Aunque su solicitud fue rechazada y sufría las crueldades del shogunato, su determinación no flaqueó.

Mientras esperaba en la oscuridad de su celda, Xiao juró que no descansaría hasta que su voz fuera escuchada y la justicia prevaleciera. Liyue y Teyvat necesitaban su ayuda, y estaba dispuesto a enfrentar cualquier adversidad para cumplir con su misión.

El camino hacia la liberación de Liyue y la justicia en Teyvat se volvía más oscuro y peligroso, pero Xiao sabía que debía seguir adelante. La llama de la esperanza ardió más intensamente en su corazón, alimentando su determinación de luchar por la libertad y la verdad.

Continuará...