Capítulo 5: Lazos de Criomancia
Después de la trágica muerte de Preservadora de Nubes y la opresión impuesta por Zhongli en Liyue, Ganyu, Keqing, Mona y Fischl se encontraron en un lugar seguro, lejos de la mirada vigilante del dios corrupto. Unidos por la determinación de liberar a su amada tierra y restaurar la paz, compartieron sus experiencias y conocimientos.
Ganyu, con su sabiduría ancestral y su conexión con la criomancia, trajo consigo una idea que podría ser clave en su lucha contra Zhongli. Había oído hablar de un antiguo artefacto criomántico oculto en lo más profundo de las montañas de Espinadragón, capaz de canalizar el poder del hielo de una manera inimaginable. Si pudieran encontrar y dominar ese artefacto, tendrían una oportunidad real de enfrentarse a Zhongli y liberar a Liyue de su opresión.
Con un propósito renovado, el grupo emprendió el peligroso viaje hacia las montañas de Espinadragón. El frío extremo y las condiciones inhóspitas del lugar pusieron a prueba su resistencia, pero su determinación les permitió avanzar sin descanso.
Finalmente, llegaron a una antigua caverna oculta entre las montañas. Su entrada estaba cubierta de nieve y hielo, pero la determinación de Ganyu los impulsó a seguir adelante. Adentrándose en la caverna, descubrieron un vasto y majestuoso santuario criomántico, lleno de energías heladas que danzaban en el aire.
En el corazón del santuario, encontraron el legendario artefacto criomántico que habían estado buscando. Emitía una resplandeciente luz azulada, atrayéndolos con su poder misterioso. Ganyu, Keqing, Mona y Fischl comprendieron que debían dominar el arte de la criomancia si deseaban enfrentarse a Zhongli y liberar a Liyue.
Con la guía de Ganyu, comenzaron a estudiar los rituales y los movimientos necesarios para desatar el poder del hielo. Durante días, practicaron incansablemente, afinando su control sobre el frío y aprendiendo a canalizar su energía en formas poderosas.
A medida que su entrenamiento progresaba, los lazos de amistad y camaradería entre ellos se fortalecían. A través de las risas y los momentos de apoyo mutuo, encontraron el coraje y la determinación para enfrentar los desafíos venideros.
Una noche, mientras contemplaban el brillo de las estrellas desde la entrada de la caverna, Keqing rompió el silencio. "Nuestro objetivo no se limita solo a liberar a Liyue de la opresión de Zhongli", dijo con determinación en su voz. "Debemos proteger a todos los reinos de Teyvat de su sed de poder. Es nuestra responsabilidad poner fin a su tiranía y restaurar el equilibrio en todo el mundo".
El grupo asintió en acuerdo, compartiendo la visión de Keqing. Sabían que su misión iba más allá de Liyue y que debían luchar por la justicia y la libertad en todo Teyvat.
Mientras tanto, en un pequeño puerto pesquero, Xiao buscaba una manera de llegar a Inazuma en busca de ayuda. Con la ayuda de Kazuha, un viajero nómada de Inazuma, y la capitana Beidou y su temible barco, logró embarcarse hacia el reino cerrado.
Después de una travesía llena de peligros y tormentas, Xiao finalmente llegó a Ritou, una pequeña isla en el territorio de Inazuma. Buscando desesperadamente el apoyo del shogunato para liberar a Liyue de la opresión de Zhongli, se reunió con personal de alto rango y les explicó la grave situación.
Sin embargo, la incredulidad y la desconfianza se reflejaron en los ojos de los funcionarios. Sospechando que Xiao podía ser un espía de Zhongli, lo acusaron injustamente y le exigieron que se sometiera a un interrogatorio.
En medio del caos y la confusión, uno de los funcionarios hirió a Xiao con una espada, dejándolo herido y ensangrentado en el suelo. Luego, fue arrestado y llevado a prisión como sospechoso de traición.
El dolor y la traición llenaron el corazón de Xiao mientras se encontraba encerrado en su celda, luchando contra sus heridas y la desesperación. A pesar de la injusticia sufrida, su determinación de liberar a Liyue y proteger a Teyvat de la tiranía de Zhongli se mantuvo intacta.
En su oscura celda, Xiao prometió resistir y buscar una oportunidad para probar su inocencia y continuar su lucha. Sabía que el camino hacia la libertad sería arduo, pero no se rendiría. Liyue necesitaba su ayuda, y estaba decidido a cumplir su promesa de proteger a su amada tierra y a todos los reinos de Teyvat.
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