Capítulo 2

Han pasado poco más de un par de semanas desde que comenzaron las clases, puedes tener recuperar unos minutos de sueño gracias a Kyojuro, incluso como prometió te dio los temas a ver; todo de una manera muy ordenada, básicamente las hojas eran todas sus clases. No dormías siempre, tratabas de mantenerte despierta y aunque han pasado algunos días, ya se te hizo costumbre, no te gusta que sea así. Faltan algunos días para que se cumpla el mes desde que iniciaron las clases, todo parece ir mucho mejor que los años pasados y eso te pone feliz.

Diste un par de palmadas en tus mejillas, suspiraste al levantarte de tu asiento. Chizu se acercó a ti con un chocolate en la mano y te lo dio, una sonrisa se formó en tu rostro.

—¿Día libre? —cuestionó.

—Estoy feliz por eso, el fin de semana tampoco voy a trabajar.

—Debe ser duro ayudarle a tu familia, _______-chan.

—Así puedo quitarle algo de peso a mi padre, es difícil mantener a mis hermanos y encima comprar los medicamentos de mi madre.

—Toda tu familia es admirable —corrigió. —¿Cuándo me invitas a casa? Quiero volver a ver a Lili-tan… Esa pequeña es demasiado linda.

Reíste.

—¿El fin de semana estás libre?

—¡Para ti siempre! ¿Te sientes muy cansada?, déjame invitarte algo camino a casa.

Nunca te vas a cansar de agradecer la amistad de Chizu. Abriste el chocolate para después meterlo a tu boca, las dos salieron del aula hasta la entrada del colegio, tomaron el camino que va hacia la tienda.

No pasaste mucho tiempo con tu amiga pues debías volver a casa, cuando ella se despidió yéndose hacía el metro, tu celular comenzó a sonar, lo tomaste para responder a la llamada, es tu mamá. Ni siquiera te dejó terminar de saludar cuando le escuchaste preocupada, trataste de hacer que se tranquilizara, te costó mucho, pero lo lograste. La noticia que te dio te puso de nervios, respiraste profundo mientras caminabas hacia tu casa, no quieres sonar inquieta y que tu madre vuelva a preocuparse.

—No te preocupes, ¿sí? Voy de regreso a casa… Sí mamá, nos vemos en un rato, también te amo.

Tomaste un autobús para llegar rápido, todo estaba yendo tan bien que creíste seguiría así. Al bajarte del autobús en tu destino, corriste hacia casa, sacaste tus llaves y abriste la puerta. Tu hermanita pequeña te recibió, le sonreíste resolviendo su cabello.

—¿Sabes dónde está mamá? —le preguntaste.

—Con papá —respondió.

Una risa se escapó de tu boca, te agachaste para darle un beso en la frente, ella te tomó de la mano llevándote en donde tus padres.

—¿Todo bien?

Después de aquella pregunta tus ojos recorrieron al par en frente de ti, tu progenitora no explicó bien qué fue lo que sucedió, pero fue inevitable que se te notara en el rostro la intranquilidad al ver a tu padre con yeso en el brazo. Te acercaste a él.

—¿Te sientes bien?, ¿no te duele mucho? —interrogaste.

—No te preocupes, querida. ¡Me siento bien! Lo que me trae con cuidado es que ya no podré trabajar…

—¡Eso es lo de menos! Por algo me tienen a mí, puedo dejar de estudiar de nuevo y conseguir un turno extra u otro trabajo. Tenemos que pagar la colegiatura de mis hermanas y no quiero que ellas dejen de estudiar.

—Hija, no hace falta que hagas eso, por favor… Terminala esta vez, podemos encontrar la manera de sobrevivir.

—Está bien mamá, también necesitamos para comprar tus medicinas, ¡así que debo esforzarme! Por favor no se preocupen, yo me encargaré de todo.

—Esta no es tu obligación, hija —habló tu padre.

Tus labios se curvaron con cuidado, formaron una sonrisa pequeña. Te acercaste a los dos para abrazarlos con tranquilidad, no quieres lastimar o hacer un movimiento malo que lastime más a tu padre. Tu corazón comenzó a latir con fuerza cuando escuchaste los bajos sollozos de tu progenitora, tragaste saliva e intentaste contener las lágrimas apunto de caer por tus mejillas, mordiste tu labio inferior para no hacer ningún ruido, pero es posible que en este punto estés temblando. Se escucharon unos golpecitos en la puerta seguidos de la voz de Lili, entró sin previo aviso mirando a los presentes en la habitación.

—¡Yo podría ayudar también! —exclamó.

—No, Lili, para nada. Tienes 7 años, no digas esas cosas —caminaste hacia ella.

Te agachaste para poder abrazarla mientras acaricias su cabello, ella correspondió a tu abrazo.

—Haru y tú van a terminar sus estudios, por favor no te preocupes por eso que yo me encargo, ¿si? Gracias por todo, Lili.

—¡De nada, hermana! Si necesitas algo déjame ayudarte en lo que pueda.

—¡Por supuesto!

Te acomodaste, volviste a ver a tus padres y te despediste de ellos junto con tu hermana.

—¿Estás haciendo tarea? —cuestionaste.

—¡Lo estoy! A veces te ves muy cansada así que no quiero molestarte tanto.

—Dejame ir al baño un momento, ¿está bien?… En cuanto regrese te ayudaré.

Esperas y deseas con todo tu corazón que Lili no escuchara la manera en que cambió tu voz. Se formó un nudo en tu garganta, cuando llegaste al baño te mojaste la cara, te recargaste sobre la puerta deslizandote hasta caer sentada al piso; tus manos cubrieron tu rostro. No quieres que tus padres te vean así, tu madre está enferma, él ahora no puede trabajar y al ser la mayor te toca tomar la responsabilidad. Tenías esperanza de poder terminar de estudiar, es lamentable que sólo se quedarán como esperanzas. «Ya no aguanto esto…» murmuraste limpiando tus lágrimas, volviendo a mojar tu cara. Al salir del baño te sentaste al lado de tu hermana en la sala.

—¿Haru no ha regresado?

—No, hermanita.

—Esa niña me va a matar —un suspiro salió de tu boca. —Apenas tiene 14 y es tan terca...

—¿Por qué no duermes un poco, hermana? Hazlo aquí, yo te cuido.

Las palabras de tu pequeña hermana te conmovieron tanto que de nuevo tienes ganas de llorar. Le diste un beso en la cabeza, Lili se levantó y fue por una cobija al dártelas te indicó que te acostaras. Gracias a todo lo que pasó lo que menos vas a poder hacer es conciliar el sueño; «Ah… Que ganas de escuchar una canción de cuna…» Cerraste los ojos envolviendote en la cobija.

Apenas despertaste en la noche le avisaste a Chizu sobre tu decisión, ella reaccionó muy exaltada y sorprendida, intentó darte diferentes soluciones, pero terminó entendiendo el porqué de tu decisión y no cuestionó nada más. Sólo le pediste que le avisara a Rengoku para que ya no tenga que hacer tanto esfuerzo preparando algo que no vas a ocupar. Después te encargarás de todo el bochornoso procedimiento.

A pesar de que Chizu tiene más amigas en clase, tú eras con quien pasaba todo el día, así que el hecho de que ahora no estés con ella le pone triste, encima está aburrida. Caminando por los pasillos dio con la persona que estaba buscando, ni siquiera tuvo que acercarse, su profesor de historia también la vio y fue él quien se acercó. Tu amiga está pensando en como explicar lo que le dijiste, aunque lo explicaste a la perfección su memoria no está ayudando. Quería hablar antes de que Kyojuro lo hiciera, no funcionó.

—¡Buenos días! —saludó. —Aún no he visto a _______ por aquí, ¿puedes darle esto?

Ella ni siquiera pudo negarse, ninguna palabra salió de su boca. Asintió muchas veces recibiendo las hojas.

—¡Muchas gracias!, ¡Sigue esforzándote en clase!, nos vemos después.

Se despidió sin que pudiera decir palabra alguna. Ni siquiera pudo pronunciar tu nombre, un suspiro se escapó de tu boca. Esto no te lo va a decir, pero tiene que arreglarlo después, más tarde o mañana.

Tienes que aprovechar todo tu tiempo, al ya no estudiar vas a tener menos prestaciones y libertades, pero todo sea por el bien de tu familia. Te costó mucho conseguir doble turno después de hablar con la gerente de la tienda, estaba reacia a darte otro turno, no obstante es posible que hicieras que se hartara y decidiera darte el trabajo para que dejes de molestarla. Pese a su actitud y la manera en que se comportó, le agradeciste mucho lo que hizo.

Pasaron algunos días, es raro ya no despertar temprano para ir a la escuela solo porque trabajas en su lugar, te acostumbraste a pararte y cambiarte con tu uniforme. Ya estás un poco más acostumbrada a lo que es trabajar a tiempo completo, en la mañana tienes un compañero, en la tarde tienes a una compañera y en la noche te quedas sola a cerrar la tienda; esto por lo menos ha sucedido dos veces de los tres días que llevas trabajando. Así que tus horas de sueño no cambiaron, hasta puedo atreverme a decir que tu horario se modificó mucho sólo por esto, ya no puedes dormir en la tarde, menos en la mañana por obvias razones; me atrevo a decir que tus horas de sueño empeoraron.

—Ve a la bodega para que traigas más refrescos.

Ni siquiera te quejas, falta poco para que sea de noche y ella se vaya, así estarás sola y luego regresarás a casa a cenar con tu familia y dormir.

Las horas pasaron, no hubo clientes por toda una hora así que aprovechaste para descansar. Media hora después tu compañera se fue y te quedaste sola, querías algo de aire fresco, sin embargo no puedes salir porque debes de estar atenta. Un cliente entró por la puerta, fue directo a un estante a agarrar algunas cosas.

Mientras tanto una pequeña de cabello negro miró hacia todos lados, trata de recordar la dirección de su destino, es de noche y todos caminan rápido por las calles, concentrados en alguna llamada o callados. Ella no sabe si pedir ayuda o no, entonces sus ojos fueron a dar a alguien muy distintivo entre la mayoría. Se acercó a él para pedirle ayuda, no obstante, se dio cuenta de que también estaba en llamada.

—¡No te preocupes, Senjuro! Mis amigos del trabajo me invitaron a pasar el rato, voy a comprar algunas cosas en el camino y regreso a casa. ¿Cómo está nuestro padre? Tiene poco tiempo que… Oh, ¡por supuesto!, ¡Me apresuraré, compraré unas cosas y hagamos algo juntos! Gracias, te quiero.

La menor esperó a que el joven de cabello rubio terminara de hablar, entonces se puso frente a aquella persona.

—¿Puedo pedirle un favor, señor? —lo cuestionó mientras guardaba su celular.

—¿Estás perdida?, ¿sabes el número de algún familiar?, ¡Con gusto lo llamaré por ti! —exclamó.

—No es eso, quiero que me ayude a cruzar la calle nada más, ¡voy hacia donde está mi hermana!

—¡Es peligroso que estés sola y de noche!, dame el número de tu hermana, así podré llamarla y vendrá por ti.

Volvió a negar.

—¡Es una sorpresa! Ella no sabe que voy para allá.

—¡Entendido! Dame tu mano, ¿el lugar queda muy lejos?

La niña obedeció, esperaron a que el semáforo cambiara de color para cruzar, entonces siguieron hablando.

—No mucho, ella trabaja en una tienda. Siempre se queda hasta tarde y está sola, por eso quiero verla y regresar a casa junto a ella.

—¡Es muy noble de tu parte! Pero considera avisar a alguien cuando salgas de casa —la soltó mientras la seguía.

—¡Arruinarían la sorpresa!

—¡Probablemente tus padres estén preocupados por ti!

Los dos llegaron a la tienda, el rubio recordó lo que le había dicho a su hermano y entonces miró la tienda frente a él, en su rostro se formó una gran sonrisa. Es como matar a dos pájaros de un tiro; ayudó a una niña y ahora puede aprovechar para comprar lo que necesita. Entró a la tienda junto a la pequeña, te encuentras agachada buscando algo en un cajón de abajo, retomaste tu posición en cuanto escuchaste la puerta sonar. Reconociste la voz de cierto hombre y la de tu hermana. Al levantar la mirada sólo viste a Lili y la figura de alguien caminando al fondo de la tienda para comprar. Te diste un par de palmadas en las mejillas creyendo que comienzas a enloquecer, apretaste los ojos y un suspiro salió de tu boca; «Deben de ser mis horas de sueño, es sólo eso» pensaste, tu pánico se volvió real cuando la voz de tu hermana cuestionó tu sentir.

—¿Estás bien, hermana? —preguntó yendo hacia ti.

—¿Cómo llegaste aquí, Lilian? —la llamaste por su nombre. —¡Es de…! Es de noche y puede ser peligroso para alguien de tu edad estar sola a estas horas.

Bajaste la voz ya que estás en el trabajo y no puedes gritar, ella no pudo explicar pues un cliente que se encontraba tomando algunas cosas llegó para pagar.

—¿Siempre estás aquí? —cuestionó dejando sus productos.

—Sí, señor, aquí trabajo —respondiste amablemente.

—¡Es una maravilla! Una mujer tan hermosa no debería trabajar en un lugar como este, ¿no tienes pareja?, ¿un esposo que te mantenga?

¿Por qué hay gente así? Sonreíste con molestia, sacaste su ticket, luego de que él dejara el dinero.

—Estoy interesado en ser un candidato —sacó una pluma.

Estiró su brazo para poder escribir su número en la libreta que estaba a tu lado, hay una mueca en tu rostro, Lili iba a preguntar algo, pero al verte decidió quedarse callada. Tus ojos fueron a ella, tomó tu mano y eso te tranquilizó.

—¡Disculpe, no creo que sea apropiado hablarle así a la señorita mientras está en horas de trabajo!, ¡está siendo muy atrevido, señor!

Tu cerebro de inmediato procesó a qué persona pertenece esa voz, tu cara se puso roja de la vergüenza en cuanto viste a Kyojuro con algunas cosas en los brazos. Él tipo que te habló con anterioridad chasqueó la lengua, tomó su cambio, ticket y se fue.

—Bienvenido… —saludaste.

—¡Ella es mi hermana, aniki!

—Lili, por favor no uses ese tipo de palabras, sé más respetuosa...

—¡Está bien, _______!, ¿Ella es tu hermana? Me la encontré en la calle y me pidió que la acompañara con su hermana, dijo que sería una sorpresa.

—Lamento mucho los problemas que le causó mi hermana, ¿no dijo nada malo? También muchas gracias por lo de ahora, de verdad.

—¿Lo conoces, hermana? —cuestionó.

—Lili, deja de hacer tantas preguntas, te lo explicaré en casa.

Una risa se escapó de la boca del rubio, seguida de una disculpa. Recibiste una llamada mientras cobras las cosas que compró, tu hermana fue quien atendió la llamada. Pusiste atención a lo que dijo pese a que te encuentras haciendo algo más, hay silencio entre Kyojuro y tú, el cual él terminó rompiendo con una pregunta.

—No quiero ser muy atrevido, ________, pero tengo una duda muy grande; ¿por qué dejaste tus estudios?

No podías sentir más pena y vergüenza en el momento, sientes hasta terror de tu edad. 20 años, apunto de cumplir 21 sin terminar la preparatoria y encima con el hombre que fue tu profesor por poco menos de un mes… Que horror. No respondiste, le cobraste para poder darle su ticket y cambio, durante ese tiempo pensaste tu respuesta, apenas abriste la boca; tu hermana te robó el turno de hablar.

—Mamá dijo que invitemos a cenar al joven que nos ayudó, hermana.

—Lili, eres una niña realmente dulce y tierna… Pero debe de estar ocupado, mira la hora. Yo debo de cerrar ya para que nos vayamos.

Le diste unas palmadas a tu hermana en la cabeza.

—¡Por lo menos déjenme acompañarlas a casa! Aquel hombre puede seguir por ahí y si aún debes cerrar la tienda se hará más noche.

—¡Muchas gracias, pero no gracias! —imitaste su tono. —No quiero ser una molestia para usted, Rengoku-san, de seguro tiene cosas que hacer. ¿Quién soy yo para quitarle su tiempo? No, qué pena, me sentiría realmente culpable.

—¡Quizás esté algo ocupado! Pero aunque sé que no me escuchaste, el día que me presenté dije que me gustaría ser alguien en quien confiaran.

—Acepta, hermana, por favor. ~

Un suspiro salió de tu boca, no tuviste más opción que aceptar.

Recordaste a su hermano cuando Rengoku le llamó para avisar que tardaría más de lo esperado, durante ese tiempo estuviste algo molesta con tu hermana; salir de casa sin avisar, preocupar a tus padres y encima Haru no estaba atenta. El peor problema de la lista es que se encontró con Kyojuro y ahora le están quitando tiempo, nada podía ser mejor. Luego de guardar tus cosas fuiste a cambiarte, los tres salieron por la puerta trasera y tomaron camino a tu casa. Lilian se quejó del frío a medio camino, le diste tu suéter, Kyojuro te vio temblar y te dio su sudadera; más avergonzada no podías estar, que problema. Por fortuna no se tardaron demasiado y las dos llegaron a casa. En la puerta le agradecieron a Rengoku todo lo que hizo, le devolviste su sudadera y mientras se despedían alguien abrió la puerta.

—¡Hola, qué bueno que llegaron! Oh, ¿usted ayudó a mis hermanas? Muchas gracias.

Se trata de Haru, saludó al rubio de una manera demasiado exagerada.

—¡Mamá, papá!, ¡Mis hermanas llegaron!

—Por favor disculpe los modales de mis hermanas, no siempre son así, Rengoku-san…

—¡No te preocupes, está bien!

Fue cuestión de nada para que tu madre apareciera junto a Haru, ella saludó a Kyojuro invitándolo a pasar, se negó en un principio al ver lo incómoda que te veías, pero terminó aceptando la segunda vez que tu madre lo invitó, no quería ser grosero.

—Hace poco preparé la cena, espero que te guste… No tenemos mucho, pero siempre intento cocinar algo rico para lo que nos alcanza…

Con un pañuelo cubrió su boca para toser.

—¡No se preocupe! De seguro me encantará.

—¿Estás bien, mamá?, ¿tomaste tus pastillas? —te acercaste a ella, pero te alejó.

—Tonterías, hija. Nada importante. —respondió. —Por favor tome asiento, señor.

Obedeció, todos se sentaron en la mesa. Quizás Kyojuro se siente algo raro por ser un "desconocido" para casi todos, pero al ver a toda tu familia junta y reunida de esa manera me trajo recuerdos emotivos de hace unos años, también de unos meses. Una sonrisa se formó en sus labios cuando tu padre lo invitó a servirse o tomar lo que quisiera, primero probó un bocado de arroz y no evitó mencionar lo delicioso que se encontraba. Tu tranquilidad regresó a ti, creíste que sería un infierno por culpa de Haru con uno de sus comentarios tontos o algo por el estilo, pero hasta cierto punto puedes notar un extraño sentimiento de felicidad al ver el rostro y los ojos dorados de Rengoku. Recordaste lo que él te dijo luego de aquella vez que te contó la canción de cuna, entonces tus sospechas crecieron aún más.

—Bueno… ¿Rengoku, verdad? —él asintió. —¿A qué te dedicas?

—¡Soy profesor en la academia Kimetsu! Entré hace poco.

—¡Oh!, ¿ese no es el lugar donde estudiabas, hija?

—Yo también quería estudiar ahí…

Cerraste los ojos y sonreíste, no te gustan este tipo de preguntas.

—Sí, mamá. Conocí a Rengoku-san a inicios del ciclo escolar.

—¡Qué alegría que no seas totalmente extraño! —exclamó la señora riendo.

Kyojuro también rió.

—¡Me sorprendió ver a ________ luego de que decidiera volver a dejar sus estudios! —exclamó. —Su amiga me contó lo que sucedió, ¡estoy orgulloso de todo su esfuerzo!

—Mi niña se ha encargado de nosotros apenas cumplió la mayoría de edad, es alguien muy atenta a pesar de que a veces tiene mal genio —habló tu padre esta vez.

Haru tomó la palabra.

—De hecho tú y ella son totalmente diferentes, pareces alguien energético, Rengoku-san. _________ se la pasa durmiendo apenas tiene oportunidad.

—¡Haru! Ten educación, deja de apuntar con los palillos.

Te sacó la lengua, suspiraste.

—¡No la culpo! Debe de trabajar duro, estoy seguro de eso. Yo la dejaba dormir en mi clase, ¡si trabaja hasta noche para que todos ustedes puedan subsistir es lo mínimo que merece!

Tu madre se inclinó hacia ti murmurando algo en el acto, negaste de inmediato. Tu hermana de en medio volvió a hablar.

—Sería divertido si ustedes dos llegan a terminar jun… Lo siento.

—Por favor discúlpame, Rengoku-san, debe de ser realmente incómodo para ti, no sabes cuanto lo siento —te disculpaste inclinándote un poco hacia él para murmurar.

Negó, una risita se escapó de su boca, su felicidad es notoria y aunque no sabes la razón, en realidad es muy simple; se siente en familia. Este escándalo divertido con temas para platicar y bromear, son cosas que le gustaría que también estén en su familia o cosas que su hermano pueda seguir disfrutando, pese a eso, ahora mismo se siente alegre de poder volver a sentirse de esta manera. Continuaron comiendo, al terminar tu madre incluso le dio comida para llevar, lo acompañaste hasta la puerta para despedirlo, Lili está contigo, tiene tu teléfono en la mano mientras pláticas con él, está planeando algo, no lo sabes, pero es notorio.

Apenas encontró un espacio para hablar, lo hizo.

—Aniki, ¿antes de que te vayas podrías darle tu número a mí hermana?

Tomaste el celular de manos de Lili.

—Es una niña, no le hagas mucho caso, Rengoku-san. Una disculpa por quitarle de su tiempo, su hermano debe de estar preocupado por ustedes.

—¡Puedo dejarlo si gustas!, debo devolver estos envases de comida después. Senjuro está bien, lo entiende, se sentirá feliz de comer esto y de que le cuente como me fue.

Tomó el celular de tus manos y respondió mientras escribía su número, te lo devolvió al instante una vez dejó de hablar.

—¡Gracias por la cena!, ¡estuvo deliciosa! Díselo a tu madre de mi parte.

—¡Lo haré! Muchas gracias, Rengoku-san —sonreíste e hiciste una pequeña reverencia.

—Una última cosa, _________ —se acercó a ti.

—Por favor considera terminar tus estudios, eres alguien muy capaz, no está lejos de tus manos…

Les regaló una última sonrisa antes de irse, Lilian te miró, atenta al camino y a él. Quitó el celular de tus manos, ni así le hiciste caso.

—Mamá dijo que es un hombre guapo, ¿te gusta, hermana?

—Por Dios, claro que no. Tengo más problemas que preocuparme por alguien guapo.

—Se preocupa por ti.

—No tiene razones para hacerlo, sólo es amable.

—Podrás ser alguien dura, pero hay cosas que cambian en ti cuando está cerca, aparte ya lo conocías y lo interrumpiste cuando estaba por contar algo.

No voy admitir explícitamente que le pedí cantar una canción de cuna para mí, mucho menos cuanto se lo iba a contar a toda mi familia, vaya tontería». Tomaste a la pequeña de la mano, las dos volvieron a entrar a casa, ni siquiera respondiste a lo último que dijo, no tienes ideas para pensar en una buena excusa.

—¿Tienes 8 años y ya eres así? Por lo menos me quieres más que Haru… —te quejaste.

Su pequeña mano te dio un apretón como pudo, te regaló una sonrisa, también sonreíste. Entonces recordaste todas las cosas que Haru quería decir sólo para molestar. «Necesito un descanso…»

—Voy a hablar con Haruka, ¿está bien, Lili? Ve con mamá y papá.

Obedeció de inmediato.

Te acercaste a tu hermana quien pensabas se encontraba haciendo tarea, pero apenas te acercaste cerró su libreta y la puso en el piso, ni siquiera pasó por tu mente cuestionarla. Frunció el ceño esperando impaciente por tu interrogatorio, parece que no quiere que estés con ella sí que te apresuraste.

—Haru, entiendo que tu quisieras estudiar donde lo hacía y que quizás Rengoku-san hizo que te dieran más ganas de estudiar ahí, pero te pido de favor que no te enojes y seas más respetuosa. Conseguiste una beca en otro colegio, por favor aprove-

—¿Así cómo tú lo hiciste la primera vez?

—Haru, por favor no digas eso, no fue porque no quisiera, tenemos problemas yo debo de…

—Es bastante hipócrita de tu parte que digas eso, yo también podría ayudarte a trabajar-…

—¡No! Ya lo he dicho muchas veces, Haruka. Mamá está enferma, papá no puede trabajar y necesitamos dinero para que Lili y tú terminen de estudiar, debes de entenderlo. No estamos en condición de cumplir nuestros caprichos, tienes 15 años, comportate como una niña de tu edad, no vas a trabajar, quiero que estudies y seas alguien en la vida. Pero tampoco tengas malos modales con los demás sólo porque vienen de un lugar a dónde tú no puedes ir, ¿entendido? Tampoco hay necesidad de que me humilles cada que puedes, mucho menos en frente de Rengoku o de alguien ajeno a la familia.

Quería hablar de buena manera con ella, no obstante tu paciencia desapareció, se desvaneció como la lluvia tras un día soleado. Tu hermana respiró profundo, quizás aguantando las ganas de responderte de la misma manera, dejó de mirarte y lo único que pidió fue que te largaras. Le hiciste caso, no debiste de haberte exaltado tanto, «No puedo con esto, de verdad necesito un descanso…» Fue tu último pensamiento mientras una lágrima se escapaba de tus ojos. «A pesar de todo tampoco tengo tiempo para lamentarme»


En este cap Rengoku no apareció tanto, pero necesito el contexto para que entiendan lo que viene después jijiji

Hasta el momento, ¿qué les parece? uwu espero les haya gustado, de verdad me estoy esforzando mucho para que lo disfruten. 💖 🙇🏻‍♀💖

Por cierto, sí, sí a algunas preguntas que hicieron, sólo que no quiero arruinar el impacto de la historia jajaja

Publicado nuevamente el 18/oct/2023

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