Capítulo 5: De vuelta al clan
Amethyst: - ¿Estás bien, Shadow?
Shadow: - Más o menos. ¿A dónde fue ese dragón? ¿Estamos a salvo?
Amethyst: Sí... Al menos de momento. Se lanzó a las profundidades del río. Reposarás durante un día más y luego partiremos lentamente.
Shadow: - Vale, ya mañana estaré bastante bien. ¿Y cuál se supone que es nuestro próximo destino?
Amethyst: - Tenemos que ir a la zona principal del clan, es decir, donde esté el trono del rey de los BloodWarriors. O si esa no es la mejor idea, ya que pueden haber guardias, puede ser peligroso o cualquier otra razón, podemos ir a la del que tendría que suceder al líder en caso de que muriera.
Shadow: - ¿Mejor podemos ir a la primera opción? (Dije raramente y medio asuatado, perdido en mis pensamientos horribles.)
Amethyst: - No creo que sea buena idea ir directamente allí, pero podríamos pasarnos cerca del lugar, y si tenemos abierto un camino no tan difícil podríamos intentar entrar.
Shadow: - ¿Y para qué tenemos que entrar?
Amethyst: - Porque allí descubriremos que va a pasar con la guerra que está por venir. Por eso la segunda opción es mejor. Probablemente venga un mensajero al sucesor y le contará todo. Y el sucesor luego dirá al resto del pueblo la información que a ellos les interesa. Los dragones funcionan así, solo escuchan y dicen lo que les interesa y les hace el bien a ellos, no todo el tema como tal.
Shadow: - ¿Y no crees que en la sede, es decir, el trono, la información será más verdadera y habrá más? (Dije bastante estresado. No podía disimular estar preocupado por el tema.)
Amethyst: - ¿Te pasa algo, Shadow? Parece que estás sudando mucho. ¿Crees que es por el ataque? Algunos bichos marinos de esos suelen tener pequeñas cantidades de toxinas.
Shadow: - No sé, me tomaré un descanso. (Dije suspirando.)
El día pasó volando, aunque estuviera básicamente tirado a la sombra mientras recobraba fuerzas. Ya estaba anocheciendo, y Amethyst hacia un rato había salido a cazar para la cena. Me dijo que llegaría antes de que se pusiera el sol. Debería estar llegando dentro de poco, así que esperé un poco más.
Ya estaba impaciente, acaba de anochecer y no estaba conmigo. Ni siquiera había ninguna pista suya, como alguna huella o su olor distintivo.
Estaba preocupado por ella. Lentamente, dolorido, me levanté. Conseguí fuerzas de la nada para ir a buscarla. Mi ala estaba herida, así que tuve que ir corriendo, aunque me doliera la pata. De repente, escuché un rugido de algún dragón, y seguido de eso, pude encontrar el olor de Amethyst.
Levanté mis orejas al localizar el rastro, y empecé a ir con rapidez hasta donde me llevaba su olor. Mi olfato está bastante desarrollado, así que no tendría por qué haber algún problema.
Otra vez lo mismo, escuché el rugido del dragón de antes, pero ahora más cerca. ¿Sería el de Amethyst? Pues no. Un dragón voló encima mía y aterrizó en mi frente. ¿Era aquel maldito ser de río?
Larry: - Tranquilo... Lo siento por lo de antes, pensaba que ibas a atacar el territorio contrario. Aparte, mi propio padre, que es Hydra, es un pesado con estos temas. Antes hablé con ella. No quiero hacerte daño. Solo quiero que me escuches y confíes en mí, Larry. Por favor es serio...
Shadow: - Espero que no me estés mintiendo. (Olfateé el aura que despedía Larry. Parecía que decía la verdad, así que confíe, aunque igualmente estaba aún en guardia.) Vale, cuéntame.
Larry: - ¡Están atacando a aquella Amethyst! La que iba contigo. He intentado ayudar, pero hay una potente esfera transparente que no puedo atravesar. Necesito tu ayuda. O más bien, ella te necesita...
Shadow: - ¡¿CÓMO?! ¡Voy a salvarla!
Larry: - Voy a ayudarte
Shadow: - Vale, nos vamos a aliar provisionalmente.
Salí corriendo con Larry. Él fue volando hasta el lugar, para así intervenir lo más rápido posible. Yo fui a toda mecha por tierra, olvidándome del dolor que tenía en la pata.
Al fin, llegué al lugar, y vi a Larry intentando llegar a donde se encontraba Amethyst. Larry cada vez que se acercaba, salía despedido volando. A Amethyst le estaban atacando. ¡Tenía que actuar! Estuve paralizado durante 15 segundos, luego salí con rapidez al lugar de la batalla.
Me deslicé por la tierra seca y rompí tal cúpula transparente. Esta misma se repuso en cuestión de segundos, pero al menos pude entrar. La volví a intentar romper desde dentro, para decirle a Amethyst que escapara junto a mí. Pero mis esfuerzos fueron en vano. Ya estaba dentro de la tormenta, y no había escapatoria. Para salir tendría que acabar con la criatura que se encontrara allí dando por saco, o que esta misma se retirara.
Empecé a llamar a Amethyst, pero una criatura salió de detrás mía. ¿Era un dragón de mi misma especie? Oh no, ¿va en serio?
???: - Por haber escapado e intentado matarme, ahora tus amiguitos sufrirán. Y así tú sufrirás más. (Rugió con fiereza.)
Shadow: Pa... Padre...
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