Reflector.
NARRA FRISK.
Después de todo lo ocurrido, me vestí con la ropa que Papyrus trajo para mí y tome unos minutos para calmarme un poco, trate de conversarme que ese momento vergonzoso no era para tanto, quiero decir, probablemente Sans no recuerde nada cuando despierte, pero aún así, estaba preocupada por el, realmente espero que este bien. La idea era irme tan pronto terminará de cenar, no quería romperle el corazón a Papyrus después de verlo emocionado con mi visita, así que guarde mi ropa aún húmeda en la maleta que uso para baile, respire hondo, coloque mi mejor sonrisa y me dirigí a la cocina; solo para encontrarme con esta hecha un asco y un pobre Papyrus estresado.
-umm, ¿estás bien Papyrus?.- estaba realmente sorprendida, "¿como hizo que el tomate llegara al techo?".
-NO HUMANA, NADA ESTÁ BIEN, YO EL GRAN PAPYRUS EH FALLADO COMO CHEF MAESTRO, TE EH FALLADO COMO ANFITRION, EH FALLADO EN TODAS LAS FORMAS QUE SE PUEDE FALLAR.- lloriqueaba.
-tranquilo, dime qué sucedió.- intenté calmarlo.
-YO, YO NO ENCUENTRO LA RECETA EN EL INTERNET HUMANO DE LA PASTA SÚPER ESPECIAL QUE QUERÍA HACER ESTA NOCHE, INTENTE RECREARLA PERO LA SALSA, NO TENÍA LA CONSISTENCIA PERFECTA.- su rostro tan desalineado me provocaba ternura, Papyrus es tan divertido y ocurrente.
-animo!, no puede estar tan mal.- lo alenté.
El solo seguía lloriqueando levemente.
*suspiro*-quizá yo no sea un chef maestro pero se cocinar, aún podemos hacer una pasta.- dedico una sonrisa compasiva y amigable, algo había en este esqueleto que te daban ganas de ayudarlo, no puedo creer que sea hermano de Sans, son tan diferentes.
Papyrus me mira aún con una expresión triste. - ES INÚTIL HUMANA, TODOS LOS INGREDIENTES QUE HABÍA SELECCIONADO CUIDADOSAMENTE PARA ESTA OCASIÓN, LOS UTILICÉ-.
- aún es temprano, seguro que la tienda aún está abierta, yo te ayudaré.-
Al escuchar esto, la expresión de Papyrus cambió radicalmente.
-WOOWIE QUE BUENA ERES HUMANA. MUY BIEN VAMOS!!. NYEH HE HE.- pronunció mientras lucia una pose heroica, acto seguido volvió a tomarme y colocarme sobre sus hombros.
-no, no, espera Papyrus!!.- grité inútilmente pues ya se había echado a correr.
De regreso el cargo las bolsas de mandado e insistió en llevarme nuevamente sobre sus hombros, me dijo que le recordaba a una vieja amiga, en su tono de voz había algo de nostalgia; es curioso, pero cuando estaba con él o con Sans me sentía muy feliz.
Una vez que llegamos a la casa, me puse muy tensa, no quería entrar, temía ver a Sans después de lo que pasó y sin percatarme me congele en el pórtico frente a la puerta pensando en todo tipo de respuestas y preguntas que el haría respecto a eso, al principio Papyrus no notó que seguía a fuera pero al hacerlo salió a buscarme y me arrebató de mi mente. "Que suceda lo que tenga que." Dije a mi misma. Ya dentro la casa permanecía igual que como antes de salir, eso quería decir que Sans aún no despertaba o, lo hizo pero no se atrevía a bajar, entramos a la cocina y manos a la obra, le enseñé una receta a Papyrus de spaguetti verde, que consiste básicamente en pasta con trozos de queso fresco y una salsa hecha de chiles verdes que le otorga el nombre con su pigmentación. Él estaba entusiasmado por la receta, nos divertimos mucho cocinando casi olvidaba lo sucedido cuando una presencia me erizó la piel, gire un poco mi cabeza y ahí estaba, recargado en el marco de la cocina, un intrigado y algo soñoliento Sans. Que sólo miraba a todas direcciones, como si quisiera acomodar sus pensamientos o tal vez sólo trataba de evitar mirarme. No dije nada, ¿qué podía decirle?. El silencio que se sobrevino después me entorpeció, tanto que sin darme cuenta me corté el dedo índice con el cuchillo, al cual solo pude exclamar un -ouch!-.
-HUMANA!! ¿TE ENCUENTRAS BIEN?.- Papyrus se acercó rápidamente s mí para revisar mi herida.
-si, no te preocupes, solo es una cortada pequeña.- lo tranquilizó.
-CIERTAMENTE, NO ERES UN CHEF MAESTRO.- dice preocupado mientras me acerca una servilleta para detener el sangrado.
- haha, generalmente soy mejor con los cuchillos.- respondí juguetona.
Quizá algo en esa oración inquietó a Sans, por qué su rostro se ensombreció.
-SANS! NO TE ESCUCHE LLEGAR, LA CENA CASI ESTA LISTA, PUEDES ESPERAR EN EL SOFÁ MIENTRAS.- En un movimiento volvió a su alegre y desinteresado rostro. -Papyrus ... ¿La conoces?.- pero el tono sombrío y serio de su voz asustaba un poco.
- WOOWIE COMO PUDE OLVIDAR PRESENTARLOS, SANS MI NUEVA AMIGA HUMANA; NUEVA AMIGA HUMANA, MI HERMANO SANS.-
-no te preocupes bro, heh, nos conocimos en el baño, ¿verdad nueva amiga humana?.-bromea más relajado. No me causo gracia pero aun así sonreí nerviosamente.
Una vez lista la cena me ofrecí a llevar la de Sans, estuvo muy raro todo el día y presentía que era por mi culpa, solo quería hacer las pases con el.
-Sans, espero que te guste, fue idea mía cambiar la receta de tu hermano.- dije un poco avergonzada, tuve que hacer mucho esfuerzo para mirarlo a la cara y creo que el notó mi tensión pero solo me miró sorprendido por unos segundos y pude percibir un leve rubor azul queriendo surgir, después cambió a su típico gesto. -bueno, si muero al comer esto, puedes quedarte con mi ropa. - bromea mientras toma en su mano izquierda una esquina de la camisa que llevaba puesta. "Eh cierto!, ¿cómo pude olvidarlo?, traigo puesta su ropa" caí en cuenta mientras el sonrojamiento chillante ahogaba mis mejillas. Al cual Sans prosigue bromeando.-creo que no te desmaquillaste bien, puedo notar aún tu rubor.- molesta y avergonzada, solté un pugido infantil, le di el plato de mala gana, regrese a la cocina por mi porción y acto seguido me senté en el otro extremo del sofá; el solo ahogó una risa burlona. Cuando llegó Papyrus, vimos un programa de televisión algo extraño, no era muy de mi agrado, pero el robot que lo conducía era muy simpático, sabía cómo ganarse al público. Terminamos de cenar, me elogiaron por la receta y Sans se ofreció a lavar los platos sucios, algo a lo que su hermano reaccionó frunciendo el ceño en señal de desconfianza. Tomó los trastes y desapareció en la cocina, estaba algo curiosa, me intrigaba el saber cómo los lavaría si el fregadero tiene tres veces su estatura. En fin, no nos quedamos mucho tiempo solos Papyrus y yo, el casi inaudible golpeteo de la puerta principal, lo hizo atender y se quedó charlando mientras, yo acomodaba mis cosas para retirarme pues ya pasaban de las 9 pm y mi casa no estaba muy cerca de ahí; pero una voz femenina notablemente nerviosa, me llamo.
-Fr-Frisk?!.-
-oh, hola.- gire ante el llamado y pude ver a una criatura algo baja de estatura, de mala postura muy parecida a un tricerapto pero de un tono amarillo mostaza en su piel, usaba gafas y sus incisivos superiores eran muy prominentes.
-¿d-de verdad eres tú?, ¿estás...estas tú...estas a-aqui?.- se acercaba lentamente, su rostro mostraba una mezcla de confusión, sorpresa e incredulidad.
-amm, si.- me puse nerviosa, "¿me conoce?" estaba tan cerca cuando de repente...
-hey alph!.- Sans se interpone en medio de ambas.
-aah, Sans!.- retrocede de la sorpresa y lo mira algo asustada.
- que bien que hayas venido, hay spaguetti verde en la cocina adelante, sé que suena raro pero esta bastante bueno.- la conducía a la cocina a la fuerza tomándola por los hombros.
- ¿que h-haces?, e-espera, yo...- exclama algo exaltada intentando detener al esqueleto.
Una vez que la deja en la cocina apresuradamente regresa, me toma de la mano y dice. -lo siento Pap, recordé que tenía algo que mostrarle ahora, me la robare un rato.- y corre escaleras arriba.
-SANS NO PUEDES LLEVÁRTELA, ES MI INVITADA ESTA NOCHE!!.- gritaba furioso y golpeaba estrepitosamente el suelo con un pie a manera de berrinche. Su hermano hizo caso omiso a este y nos encerramos en lo que creo es su habitación. O no se, no podía ver por donde pisaba o si quiera mis pies, Sans aún tomaba mi mano mientras caminábamos en la oscuridad, este día ah estado de locos, tenía tantas preguntas que no sabía por dónde empezar. Ordené mis ideas y las escupí una a una empezando por lo más básico.
-¿Sans?.- esperaba a que respondiera algo, cualquier cosa pero no lo hizo.
-¿está todo bien?.- de nuevo silencio, todo lo que podía escuchar eran sus pasos frente a mí.
-¿qué pasó allá?.- esto era ridículo, parecía que hablaba sola.
-¿quién era ella?, ¿por qué me conocía?.- no hubo respuesta.
-al menos puedes decirme, ¿ a dónde me llevas?.- el hecho de que ignorara mis preguntas me irrito.
-Sans, necesito que me expliques. ¿por qué le mentiste de esa manera a tu hermano?.- exigí en tono molesto y demandante.
-no era mentira...necesito mostrarte algo.- respondió al fin, pero tan seco y directo que no me atreví a seguir hablando.
Unos pasos después pude divisar un diminuto punto de luz frente a nosotros que se iba incrementando conforme avanzábamos, más temprano que tarde una luz blanca borro de repente la oscuridad. Como sentí que Sans me había soltado moví durante unos segundos en todas dirección la mano que sostuvo, con esperanza de que me tomara de nuevo, no podía ver, la incandescencia me obligó a cerrar los ojos. Los froté un poco e intente abrirlos lentamente para que se fueran adaptando a la luz, una brisa fresca me revolvió un poco el cabello y me trajo un aroma a sereno; supe entonces que ya no seguíamos en la casa. Cuando desapareció la nitidez en mi vista me percaté que estábamos en un parque. Revise mi entorno, me encontraba entre copas de árbol, baldosas grises descoloridas, hierva húmeda etcétera. "Parece el parque de las flores doradas" dije a mis adentros mientras paseaba la mirada hasta que un enorme objeto me detuvo, lo observe detenidamente. Es una estatua en bronce, al parecer de un pequeño niño, cabello al ras del rostro algo desalineado, suéter a rayas, un short que dejaba ver una rodilla herida cubierta por una bandita, su cara parecía inexpresiva pero a la vez segura y sus manos se aferraban a una pequeña rama. Baje mi mirada hasta la
placa de esta y leí la siguiente inscripción: "Y así fue, como en la profecía; un ángel rompió la barrera y liberó a los monstruos del subsuelo, trayendo paz a dos mundos." Cuando meditaba sobre esto por el rabillo del ojo pude ver a Sans, estaba de pie a mi lado derecho y con la mirada puesta en la estatua.
-¿Sans?.- intente hacer que me mirara.
-¿sabes quién es?.- contestó fríamente sin separar sus ojos de la estatua.
- um, es el niño humano que rompió la barrera, según tengo entendido este parque se construyó en su memoria.- respondí tontamente pues lo que sabía sobre el tema era casi nulo.
-hizo más que eso. Ella nos salvó de nuestra soledad (al decir soledad se le vino a la mente una imagen de Toriel.), de nuestro rencor ( ahora una imagen de Undyne.), de nuestra tristeza (imagen de Asgore), de nuestra desesperanza...- ( recordó los rostros que a diario veía en el subsuelo.) bajo el cráneo y en un charco que estaba frente suyo observó por unos segundo su reflejo antes de decir. - ...de nosotros mismos.- llego un silencio agobiante, no sabía qué responderle, apesar de tener esa chispa blanca de vida que se escapaba de sus cuentas, si mirada era vacía y triste, sea lo que sea que esté pasando por su mente le causa mucho dolor, pero...- ¿por qué me trajiste aquí?.-
-¿huh?, no lo sé. Supongo que aún tengo algo de esperanza.- contesta con el mismo tono sin siquiera mirarme.
-¿ a qué te refieres?.-
*suspira*-olvida eso, no es nada importante niña, ven, te llevaré a tu casa.- me extiende la mano con un expresión forzada en su rostro, noté como desesperadamente intentaba esconder su dolor, mis ojos se pusieron vidriosos, todo este tiempo me ha mentido y se ah escondido detrás de una máscara de despreocupación y alegría.
-hey ¿todo en orden?.- se acercó algo preocupado.
-Sans, ¿por qué no me quieres decir que pasa?, sé que no llevamos mucho de conocernos y entiendo si ya no quieres que seamos amigos, pero no me hagas a un lado diciéndo que todo está bien, sé que no lo está, por favor no soy tonta!.- me altere y unas pocas lágrimas lograron escapar.
El no se inmutó ante mi actitud, camino unos pasos hacia una banca, se dejó caer como si al fin se quitara un enorme pensó y comenzó hablar. -déjame contarte una historia.-
Me senté aún lado de él y lo miré fijamente, adoptó una postura más relajada con las cuencas en la nada, perecía que tenía mucho que decirme y no sabía por dónde comenzar. Transcurrió un momento, colocó su mano izquierda en su pecho y extrajo algo que parecía un corazón de cabeza, era transparente y flotaba en su mano.
-¿sabes qué es esto?,¿no?, bueno, es mi alma, el alma de los monstruos son así, incolora y podría decirse que insípida a diferencia de los humanos, no sé si lo sabías pero cada humano tiene un alma de color único, no puede haber dos almas iguales, el color varía por dos cosas...la pasión y la determinación,- volvió a colocar su alma en su pecho.
-¿recuerdas la vez que bailamos en la banca bajo aquel árbol?, el resplandor Rojo que salió de tu pecho, era la culminación de tu alma,- continuó.
-¿y el brillo azul?.- pregunté curiosa.
-esa era mi alma.-
-pero dijiste que los monstruos no tienen...-
-amenos!...- *suspira* -el alma de los monstruos son como espejos, absorben el brillo y calidez del alma humana y lo reflejan, claro pero con la determinación y sentimientos del monstruo, por eso mi alma destello azul.-
Clavé la mirada en el suelo, confundida, intentando comprender todo lo que me había dicho. Pero un sonido extraño me arrebató, era Sans rascando su cráneo con frustración. Tome la mano con la que se estaba rascando y entrelace mis dedos con sus falanges pero la retiró, casi al instante.
- aunque no cualquier monstruo puede reflejarlo, se necesita tener un lazo muy fuerte con el humano. Sin él no puede existir. Además...solo hay un único vínculo, si el alma del humano se extingue, el vínculo muere con él, no puede haber un segundo.- continuó fríamente.
-ósea que, si muere y su alma desaparece, ¿el resplandor del monstruo dejará de existir?.- había tantas cosas en mi mente que asimilar en tan poco tiempo.
-sip.- se podía notar que todo este asunto lo lastimaba y hablar de esto le era muy difícil, me alegraba mucho que pudiera hacerlo conmigo, hasta que un pensamiento atravesó mi mente como daga en el corazón. Y de pronto todo tuvo sentido.
-¿cuál era?.- trate de decir sin soltar lágrimas.
-¿qué?.- reaccionó confundido.
-el nombre del niño humano que rompió la barrera.-
-no te preocupes por eso, no es relevante.-
-¿el mío verdad?.- susurre.
Sans apretó fuertemente sus cuencas, ese acto confirmó lo que sospechaba.
-¿es por eso que te acercaste a mí ese día?, ¿crees que soy ella?.-
-la primera vez que mi alma brillo, fue hace once años, en una ciudad del subsuelo llamada Snowdin. mientras bailaba con la pequeña la misma canción que te canté.- respondió carente de emoción y de su chispa carismática.
-¿y en eso te basas para compararme?.- estaba molesta y triste.
-físicamente eres idéntica.-
-¿cómo lo sabes?, ella murió cuando era una niña. -
Su mirada se ensombreció y su voz era rasposa y dura.
-Te eh estado observando y analizando todo el tiempo que hemos convivido, tu temor a los rayos, tu forma de expresarte, sonreír....además, ¿recuerda lo que te dije de las almas?, no hay margen de error.-
-¿todo este tiempo solo eh sido para ti...un tipo de experimento social?.-
-claro que no, los experimentos sociales necesitan una pequeña taza de población, aquí solo te observe y estudie a ti.- intento bromear para romper la tensión pero al ver mi cara llena de enojo y lágrimas regreso a su tono frío.
-trato de descubrir por qué...-
-¿qué?!, ¿el por qué no recuerdo haber salvado a una raza de monstruos? O ¿haber sido amiga de un esqueleto?, fácil, por qué no soy esa persona.- lo interrumpí iracunda.
Guardó silencio nuevamente, froto su rostro con sus manos y continuó.
-Frisk, por favor, escúchame.-
-no...lamento no ser la Frisk que estás buscando.- le dije más calmada mientras me levante de la banca, me acerqué a él y le entregue en sus manos el collar con el dije de Rubí en forma de corazón que me había regalado anteriormente.-por lo tanto, esto no es mío.- continúe. Después me di la vuelta y empecé a correr.
-Frisk!! Espera!!.- Sans corrió tras de mí y me detuvo del brazo.
-No te vayas, puedo ayudarte, déjame intentarlo, yo...-
Le arrebate mi brazo, lo empuje al suelo y ahogada en llanto grité. -no te me acerques nunca más monstruo!!.-
Junto con la ultima lluvia otoñal partí.
fin del octavo capítulo.
Muchas gracias por seguirme, por sus consejos y sus palabras de aliento, sobre todo a esas personitas, que siempre están ahí comentando cada capítulo. ~ 💙
Les quiero recomendar el fanfic llamado final perfecto, para quienes no lo conocen también es de Sansxfrisk y está muy bueno UvU.
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