Invierno. semana 2.

para los que no me siguen y me exigían capitulo  (culeros :'C) les quiero informar  que  mi ausencia fue debido a una lesión  no por que fuera floja!! si me siguieran se habrían enterado jujuju. 

                                                                         *************






NARRA FRISK

Tuve que fingir....

Tuve que fingir que no me dolía. Tuve que fingir estaba bien. Tuve que fingir que no me importaba....Tuve que fingir por qué... lo vi sonreír con ella; pero, una vez que llegue a mi casa, en cuanto cerré la puerta tras mío. Me derrumbé, no importó cuanto luchara sucumbí al llanto y sin darme cuenta mi corazón gritaba a través de la garganta en alaridos de desamor y rabia. Lo acepté en el momento en que lo vi ; en el instante que tomó su mano. Me había enamorado de él, mientras que él, salía con alguien más. Fui tan estúpida al esperanzarme, el creer que alguien como yo podría siquiera importarle. Mis lágrimas traían a mi mente esas imágenes, el contando chistes para ella, riendo juntos, haciendo cumplidos, hablando seriamente, -Sans...el jamás habló seriamente conmigo, siempre actuó como si...como si fuera un chiste.- murmuré. Reuní fuerzas para levantarme pues tenía quehaceres y un corazón roto no es excusa.
El cansancio del día se evidenció de pronto, lo último que recuerdo fue el vibrar del celular en mi mano, pero la fatiga no me dejó responder y con un fragmento de voz pronuncie su nombre antes de que morfeo me tomara. Un ligero recuerdo me devolvió la conciencia y con este en mente me acerqué a la ventana, recorrí las delicadas cortinas, la abrí solo para que el suspiro mañanero me despeinara. Incliné mi cuerpo sobre el marco y observé. Eran no mas de las 8 y el mundo ya giraba muy rápido. Habían personas haciendo deporte sobre la acera, platicando, algunas regaban sus plantas otros lavaban sus autos, y algunos de estos iban y venían en el asfalto. Mientras que yo estaba recluida en inmersión de las palabras de aquella mujer... [!Dejanos ayudarte!] junto con la imagen del evidentemente rabioso esqueleto saliendo del café..."¿ayudarlo?, ¿ayudar a Sans?,¿que habrá ocurrido?"...-el no me necesita.- respondí altivamente [ te imaginas el limbo que ah de estar viviendo?] nuevamente Samantha apareció. Exhale el aire fresco y susurré. - Y si se hace daño?, no puedo evitar preocuparme. Pero...no estoy dispuesta a ocupar el lugar de alguien más.-

Salí de casa a la hora habitual para ir a trabajar, cuando llegue me cambié a el uniforme y rocíe un dulce perfume sobre este, retoqué un poco el maquillaje y sostuve mi cabello en una coleta alta; estaba determinada que fuera un gran día. Así que puse mi mejor sonrisa y mi más grande disposición. Tomé la lista de mesas que debo atender hoy y me dirigí a la primera que tenía cliente enfatizando la habitual frase mientras miraba aun sonriente mi pequeño cuaderno para las órdenes. -muy buenas tardes, mi nombre es Frisk, ¿que le puedo ofrecer?.-
-A ti.- esa voz grave y profunda no podía ser otra más que la de ese ser dueño de mis lágrimas, en un acto de reflejo levanté mi mirada hacia el y efectivamente estaba muy sin pena con esa misma sonrisa de antes como si todo lo ocurrido jamas hubiera pasado, ¿como podía hacer eso?, ¿como podía actuar tan tranquilamente y volver hablarme tan sonriente?.

- ¡¿Que haces aquí?!.-
-Huh?, no puedo?-
-¡No!, yo trabajo aquí.-
-Bueno, yo soy un cliente.-

*suspiro* tenía razón, no se que clase de retorcido juego tiene en mente pero no perderé mi trabajo por eso, "adiós al gran día" pensé; y me despedí de mi buen humor también. Desganada y molesta por ser parte de esa treta infantil le volví a preguntar. - ¿Que vas a querer?.-
-A ti.- repitió. Ni hizo falta decir nada simplemente lo fulminé con la mirada para que volviera a replantearse la respuesta.
-Bien, amm....- dijo mientras tomaba la carta y la escaneaba cuidadosamente.
-sabes que sea un café negro con canela.-
- ¿Esta vez no vas a huir cuando lo traiga?.- respondí sarcástica.
-Graciosa, creí que no tenías sentido de humor.- contesta con una mirada retadora. Esto pudo haber sido una buena batalla de argumentos sarcásticos e hirientes, tenía muchas "armas" para contraatacar y posiblemente ganar la batalla; pero se vuelve al conflicto inicial estaba en mi trabajo y si seguía por esa ruta la que perdería mas seria yo y la ganancia sólo era la satisfacción de tener la razón. Así que opte por reservarme mis comentarios, le dedique una mueca, di media vuelta y antes de que pudiera marchar, me detuvo diciendo. -Aun no eh terminado de ordenar.- con
Sus cuencas llenas de picarda; resople y volví a la postura de tomar nota en espera de que dijera algo. Examina una vez más el menú pasando lentamente esa luz que emanaba sus cuencas como si se tratara de corneas, su expresión era muy seria pareciera que de verdad estuviera estudiando y meditando sobre ello, después de unos interminables segundos cerro el menú lo extendió hacía mi y pronunció. - Después de mucho pensar creo que lo perfecto para acompañar el café; eres tu .-
-¡Aaggh! suficiente, no tengo tiempo para esto, hay clientes de verdad esperando.- reclamo.
-Bien, supongo que tendré  que presentar una queja.- me mira maliciosamente.
-¿Eh?.- respondo incrédula
-¡Gerente!.- alza la voz. Yo me quede inmóvil sin saber que hacer o decir.
-Sans, hola, que gusto verte aqui. ¿sucede algo?.- acude al llamado una pequeña araña.
-Hey Gladis, luces despanpanante. si, veras, este servicio deja mucho que desear.-
-Oh, ¿de verdad?.- a pesar de su tamaño, era intimidante para cualquiera que un araña te sentenciara con 8 ojos de un rojo penetrante. Miré a Sans suplicante de que no me acusara, realmente necesitaba este trabajo y me gustaba trabajar aquí. No se que rostro tenia pero al parecer le di a entender lo que pensaba.

-Si, como es posible que un lugar de tan alto prestigio no tenga servilleteros en todas las mesas.- continuó su discurso. Tanto la gerente Gladis como yo cruzamos una mirada de confusión.
-Por suerte esta hermosa mesera se dio cuenta y me trajo uno antes de que yo pudiera siquiera notarlo, creo que merece un bono por tal atención.-
-Emm...si, seguro.- contesta aun confundida. -Bueno sin es todo, Frisk, excelente trabajo, te dejo para que lo continúes.- y desapareció subiendo velozmente sobre un fino hilo de seda. 

Lo miré aun molesta pero debía ser cuidadosa, sabia que eso era solo una advertencia y si a Sans le daba la gana podía hacer que me corrieran, era evidente que tenia una estrecha relación con mi gerente, ¿es acaso que todos los monstruos son amigos?, sinceramente cuando me ofrecieron el trabajo había pensado en declinarlo ya que quería cortar con todo tipo de contacto referente al mundo de Sans y algo muy dentro de mi me decía si que aceptaba este trabajo inevitablemente me toparía con el. sin embargo había algo en la señora Muffet quien fue la que me entrevisto, simplemente su mirada es como una red que te atrapa mas temprano que tarde y cuando caí en cuenta, ya tenia el puesto . -entonces...¿con que quiere acompañar su café señor.- continué.
-Hehe, te vez adorable actuando así.-
-...Gracias...- "no voy a caer en esa actitud de galán de nuevo." pensé. 
-Esta bien, tráeme un omelent sencillo con kétchup.-
-Enseguida.- lo anoté velozmente mientras caminaba, quería alejarme de ahí lo mas rápido.
-Hey!.- vuelve a detenerme.
-¿Si?.- respondo con una sonrisa forzada.
-¿Puedes escribir algo lindo sobre el omelet con la kétchup?.-  podía ver a traves de sus oscuras cuencas como a sus adentros se burlaba de mi. de la situación. Lo disfrutaba.
-Lo siento señor, este café no es de ese estilo.- sentía que la arteria principal de una de mis cienes iba a estallar por forzarme a actuar tan cortes con el.
-mm...que pésimo servicio tiene este lugar.-  escupe esporádicamente mientras se recarga sobre el respaldo del asiento con cierto desdén y malicia en su rostro. Entendí que no tenia elección; debía jugar a su estilo.
-Al cliente lo que pida.- trato de sonar dulce. Después de unos minutos le llevo la orden. La coloco sobre su mesa a la vez que pronuncio -Que lo disfrute.- con cara de niña después de que hizo alguna travesura. El mantuvo un gesto de intriga hasta que le acerqué el omelent pues había escrito bellamente la palabra (jodete) acompañado de un corazón.

-Heh. Que lindo.- pronunció.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top