Capítulo 18
Capítulo 18.- A solas [parte 2]
15 de Abril, 2039
19:47.51
Honolulu, Hawái
Llegaron al hotel, un edificio de buen tamaño que, para ellos, lucía lujoso y algo caro. Bajaron su equipaje del auto e ingresaron para después ir a la recepción. El joven recepcionista los miró y les dio una sonrisa.
–:Aloha, e komo mai – saludó amablemente. El par de policías saludó también – ¿En qué puedo ayudarlos?.
Hank:Si, em, tenemos una reservación a nombre de Hank Anderson – el joven tecleó algo en la computadora frente a él.
–:Aquí está. ¿Hank y Connor?. – el mayor asintió – muy bien. Aquí están sus llaves – les pasó dos tarjetas que Connor tomó –. ¿Gustan que alguien les lleve sus equipajes a su bungalow?.
Hank:Si porfavor-¿Eh? Espera ¿Bungalow? ¿No es una habitación? – preguntó extrañado.
–:Su reservación esta registrada como reservación de pareja, así que ha sido ajustada para los bungalows privados en otra sección del hotel. ¿Esta de acuerdo con ello o gusta una habitación?.
Hank:No no, no hay problema, solo me sorprendió un poco – el recepcionista asintió y llamó a un botones para llevar las maletas al sitio de hospedaje.
–:Disfruten de su estadía – dijo en forma de despedida.
Caminaron un poco hasta alejarse del edificio principal del hotel, llegando a una zona donde se encontraba menos gente.
No tardaron demasiado en llegar a su bungalow. Ambos se quedaron viendo la linda construcción: paredes de color blanco con dos ventanas que se encontraban cerradas y cubiertas con cortinas de color ligeramente más oscuro que las paredes. Techo finalizado en punta que estaba construido con palmas y siendo mantenido así por algunas cuerdas, dando un estilo playero. No era grande, de un solo piso, tampoco extravagante, pero se miraba muy acogedor.
Agradecieron al botones por llevar su equipaje y éste se fue. Deslizaron una de las llaves por el seguro de la puerta y entraron.
Observaron el interior: al igual que el exterior, las paredes eran de color blanco con algunos marcos colgadas de ellas. Al pasar la puerta, se puede observar la sala de estar, la cual se componía de dos sofás, un sillón individual, una mesita de centro con un florero encima y una televisión ajustada en la pared. Más adelante hay tres puertas, una del lado derecho y dos del izquierdo, en donde también se puede ver un hueco rectangular en la pared en donde se encontraba un desayunador. Suponían que hacía de divisor para la cocina. Al final de la construcción había una puerta deslizante de cristal, la cual estaba cubierta con cortinas.
Dejaron las maletas al lado de la puerta y Connor se adentro más en el bungalow mientras observaba cada rincón posible. Miró la puerta corrediza, se acercó a ella y abrió las cortinas. Del otro lado había un jardín, el cual era compartido con el patio del bungalow de a lado, con un enorme árbol entre ambas construcciones y, al finalizar el césped, la arena y el mar hacían su aparición. Una hermosa vista, y debido a que era de noche lucía mejor.
Connor:Wow – suspiró sorprendido. Hank se acercó a él.
Hank:Si. Debo admitir que esto es muy lindo – hablaba mientras miraba el exterior.
Connor se separó del cristal y se acercó a una de las puertas -la del lado derecho- y la abrió. Hizo un gesto de sorpresa.
Connor:¡Mira Hank! ¡La cama tiene flores!.
Hank:¿Qué?.
Se acercó al androide y miró al interior del cuarto. La recámara, en donde se encontraba una cama de tamaño matrimonial en el centro pegada a la pared, al lado derecho había una ventana con vista al patio, y al lado izquierdo otra puerta, la cual supuso sería un baño. Cómo dijo su androide, en la cama habían rosas y pétalos de las mismas, adornando los blancos edredones.
Hank:°No puede ser posible° se dijo mentalmente con su rostro sonrojado, aunque el menor no lo miró.
Metieron las maletas y acomodaron el equipaje en los cajones y armarios. Después de eso, Hank dijo que se iría a dormir, diciendo que se encontraba cansado por el vuelo. Connor no rechistó, comprendiendo que tras largas horas en el aire se encontraría agotado.
Mientras el androide se fue a colocar las rosas en el florero de la sala -porque decía que eran muy bonitas como para tirarlas a la basura-, Anderson examinó el baño que se encontraba allí. Era un baño completo como cualquiera, la única excepción era que se encontraba adornado con pétalos y velas, todas apagadas por el momento. Hank puso ojos en blanco.
Hank°Reservación de pareja ¿Eh?° pensó sarcástico. Comenzaba a pensar que Olivia no hizo todo eso para hacerlos descansar del trabajo. No le dio más importancia y entró para cambiarse de ropa, de todos modos, no creía que Connor ocupase entrar ahí.
15 de Abril, 2039
22:01.46
Honolulu, Hawái
Debido a que no necesitaba dormir, Connor pasó tiempo revisando cada cosa que había en aquella casita temporal en la que se encontraban. No había mucho para ver debido a la sencillez que la adornaba, así que después de ello terminó en el patio trasero, acostado en la hamaca que se encontraba atada al árbol, observando al mar mientras la suave brisa lo mecía.
Connor:Que hermosa vista. – murmuraba para sí mismo – desearía que en Detroit hubieran vistas así.
Pasaron unos cuantos minutos para después sentarse. Observó el césped bajo él. Con curiosidad, se quitó un zapato, y despacio, pisó. No sintió nada, se decepcionó un poco. Se quitó el otro y puso ambos pies descalzos en el suelo. No sentía nada.
Miró la arena. Caminó hasta estar a un solo paso de ella. Levantó el pie derecho, y pisó. Cómo con el pasto, no sintió nada, así que puso ambos pies en la superficie arenosa. Movió sus dedos, sumergiéndolos en la arena.
Por último, miró el mar. Las suaves olas llegaban hasta la mitad de la superficie que la arena cubría. Caminó hasta allí y se detuvo. Las olas comenzaron a mojar sus pies por su cuenta.
¿Cómo se sentirá el agua?, ¿Cómo se sentirá la arena?, ¿Cómo se sentirá el césped?. Eran las preguntas que se hacía en aquellos momentos.
Entró un poco más en el agua hasta que la misma llegó hasta sus tobillos sin interesarse mucho por que su ropa se mojara, aunque permaneció allí, estando consciente de la alta marea nocturna. Se puso de rodillas, y finalmente se sentó, cruzando sus piernas bajo el agua.
Se quedó así, mirando las olas golpear suavemente contra él. Con su mano derecha, tomó un pequeño puño de la arena y lo sacó del agua, que resbaló por entre sus dedos para regresar al mar otra vez. La acercó al agua otra vez, rozando la superficie, y la movió de derecha a izquierda, creando pequeñas ondas por el movimiento.
Sonrió. Si alguien más lo viera, diría que parece un niño pequeño experimentando algo nuevo. Aunque ello no estaba muy lejano de la realidad. Todo aquello para el joven androide era nuevo. En Detroit hay césped, pero no hay arena o mar, lo que hace que todo eso sea un descubrimiento completamente nuevo y sorprendente para él, quien la mayoría del tiempo se la pasa encerrado en aquellas oficinas de la estación de policía.
Connor:... ¿Algún día.. seré capaz de sentir?. – se susurró a sí mismo, aún manteniendo aquella pequeña curvatura en sus labios, que lentamente se desvaneció, y aquel brillo en sus marrones ojos se apagó – si... Tengo derecho a poder sentir... ¿Verdad?.
Antes de poder pensar la razón para tal pensamiento, o para que más pensamientos negativos apareciesen en su cabeza, escuchó unas pequeñas risas que llamaron su atención. Miró hacia el bungalow vecino, de donde salían dos hombres hablando entre sí. Nunca se dieron cuenta de su presencia debido a que se encontraban muy ocupados charlando, además de lo oscura que se encontraba la zona en la que estaba. Pudo darse cuenta de que estaban tomados de las manos, supuso rápidamente que se trataba de una pareja. Debido a que hablaban a un volumen un tanto alto, podía escuchar un poco lo que decían.
–:No puede ser que ya sea nuestro último día aquí – se quejó uno de ellos. El otro rió.
–:Lo sé, yo tampoco me quiero ir. Pero también tenemos nuestras obligaciones allá ¿No crees?.
–:Seh – suspiró un poco malhumorado.
–:Vamos, no me digas que no quieres ver a los chicos todavía.
–:No me manipules con eso – el otro rió.
Los vio acostarse en el pasto para después guardar silencio. Pensando que se quedarían así, se iba a levantar para entrar a su propio bungalow, pero escuchó a uno de ellos otra vez.
–:Oye.
–:¿Hm?.
–:¿Has pensado en... Lo que te dije?.
–:Lo de.. ¿Adoptar? – el otro hizo un sonido de afirmación. Suspiró – si, lo he hecho. ¿Te soy honesto?.
–:Me harías un gran favor.
–:Jeje. La verdad, no me siento completamente listo como para poder cuidar a un hijo.
–:Lo sé. Yo tampoco me siento muy preparado. Pero – se puso de costado para ver a la cara a su pareja – si no lo intentamos, no sabremos si lo hubiéramos logrado o no. Podríamos fallar en algo, pero saldríamos adelante juntos. Si esto demuestra el lazo entre nosotros – levantó su mano derecha, en donde supuso, tendría un anillo –, un hijo lo haría mucho más fuerte, aún si no es de sangre.
–:... – pensaba.
–:Además – lo sacó de sus pensamientos –, de esa manera el pequeño Levi tendría a alguien con quien jugar.
–:Levi acaba de nacer.
–:Cuando crezca, duh.
–:Jmjm – rió un poco. Suspiró momentos después – está bien... Supongo que podríamos ver cómo nos va de padres primerizos.
–:Esa es la idea. Y también la formar una familia.
Ambos rieron. El que se encontraba acostado puso una mano en la mejilla del otro, quien puso su propia mano sobre la de su pareja.
–:Te amo – dijo suavemente.
–:Y yo a ti – se acercó un poco más y se dieron un beso.
Cuando se volvieron a acostar en el suelo dio por concluida la conversación. Miró hacia el mar otra vez.
"Te amo". Aquella pequeña frase dio vueltas en su cabeza.
Te amo.
Amar.
Amor. Un sentimiento que otorga sensaciones agradables a las personas que lo sienten.
¿Él alguna vez podrá amar a alguien?, ¿Cuándo podría saber si siente amor por alguien?, ¿Es capaz de sentir amor?. Pensó un poco. ¿Lo que sentirá hacia el niño es amor? Suponía que si, pero no creía que fuera el mismo amor que aquellos dos hombres compartían hace un momento.
Un pensamiento pasó por su cabeza. ¿Sentirá amor por Hank? No se sentía igual que a por el pequeño, así que ¿Qué sería?.
Olivia:Si no sientes el mismo cariño hacia Hank y hacia el niño... Tal vez significa que sientes algo más hacia Hank que simplemente eso.
Las palabras dichas por su creadora hace tiempo volvieron a aparecer en su cabeza.
¿Y si era verdad?, ¿De verdad sentiría hacia Hank amor?, Si así fuera ¿Qué clase de amor sería?. Tenía tantas preguntas y no podía contestar ninguna.
Finalmente terminó por suspirar. Despacio se levantó del agua y, tratando de no molestar a la pareja, tomó sus zapatos de la hamaca y regresó al bungalow.
16 de Abril, 2039
8:17.01
Honolulu, Hawái
Hank despertó debido a los rayos del sol que se colaban a través de la blanca cortina. Bostezó y se estiró para después sentarse en la cama y frotar sus ojos, intentando desperezarse. Ya hecho eso se levantó de la cama y salió de la habitación.
Connor se encontraba sentado en el desayunador, pensando, aunque cuando escuchó una puerta abrirse dirigió su mirada al causante del sonido, observando a Hank.
Connor:Buenos días, Hank – saludó amablemente con una sonrisa.
Hank:Buenos días – respondió adormilado todavía, bostezando. Miró a Connor y sus ojos se abrieron levemente. Se acercó a él – ¿Te encuentras bien?.
Connor:¿Eh? – balbuceó extrañado – Si ¿Porqué pregunta?.
Hank:Tú LED está en amarillo.
Connor:¿Eh?. – puso dos de sus dedos en su sien, ahí fue cuando se dio cuenta de que Hank tenía razón, estaba amarilla – no sé preocupe Hank, todo está bien. No pasa nada.
Hank:.. claro – dijo no muy confiado de la respuesta del menor.
El androide miró hacia abajo, volviendo a perderse en sus pensamientos. Hank se quedó observando la LED de color amarillento. Sin pensar mucho lo que estaba haciendo, acercó su mano a aquel pequeño objeto brillante y posó dos dedos en ella. Se sorprendió al ver el cuerpo de Connor sacudirse levemente, demostrando un escalofrío. El androide lo miró.
Connor:¿Hank? – murmuró, mirándolo a los ojos – ¿Qué está haciendo?.
Anderson no respondió, ni siquiera sabiendo él mismo lo que hacía, solo sentía que debía hacerlo. Dudando de sus acciones, comenzó a mover poco a poco su mano hasta que acunó la mejilla de Connor con ella, quien inclinó su cabeza hacia la extremidad en su rostro, cerrando sus ojos, dejándose hacer.
No podía sentir el tacto... Pero por dentro sentía una calidez en su pecho por aquellas acciones... Eso era muy nuevo... Pero se sentía muy bien...
Hank rozó con el pulgar el cabello de Connor, del cual cayeron pequeñas partículas de algo hacia su mano. Miró su palma, arena.
Hank:¿Estuviste afuera anoche?.
Connor:Si.
Hank:Eso explica – suspiró algo molesto. Su momento se arruinó por aquello – tienes arena hasta en el cabello.
Connor:Pero nunca tuve mi cabeza cerca del suelo – decía confundido.
Hank:La arena es algo que termina mágicamente en todo tu cuerpo antes de que te des cuenta. Es muy molesto e incómodo.
Connor:Oh, claro – miró su propio cuerpo, y pudo ver en sus manos una pequeñísima capa blanca debida a la sal del agua. Debía lavarse – tendré que tomar una ducha para eliminar la sal de mi cuerpo.
Hank:Claro – él también quería tomar un baño, así que se dirigió a la habitación para buscar un cambio de ropa.
Connor lo siguió por detrás debido a que el baño de la habitación era el único con regadera. Abrió la puerta del mismo.
Connor:¿Hank?.
Hank:¿Si?.
Connor:¿Porqué el baño tiene velas por todos lados y pétalos alrededor de la tina? – el mayor de congeló ante la pregunta.
Hank:°¡¡Maldita sea!! ¡Lo olvidé!° se gritó mentalmente. Quería quitar todo eso anoche, pero el sueño lo venció y terminó moviendo nada.
Connor:¿Porqué la gente haría cosas así? – se preguntó más a sí mismo que a Anderson – no tiene sentido.
Hank:Solo pon todas las velas en su solo sitio y tira los pétalos a la basura, no ocupamos nada de eso – dijo algo molesto.
Connor:Como diga, Hank – tomó su cambio de ropa y entró al baño, cerrando la puerta detrás de sí.
Hank se sentó en la orilla de la cama, apoyando los codos en sus rodillas y sosteniendo su cabeza con las manos. Suspiró algo frustrado. Tenía sentimientos hacia el androide, pero no quería que los estuvieran tratando como recién casados, le era demasiado incómodo. Iba a hablar seriamente con Olivia después de todo eso.
5 minutos después, Connor salió del baño ya completamente limpio. Hank miró el nuevo conjunto de ropa que tenía puesto: camisa de tirantes blanca que quedaba ajustada a su torso, sobre ella tenía otra camisa, negra de manga corta que llegaba hasta las costillas, más suelta que la blanca. Tenía un pantalón corto que llegaba abajo de las rodillas, ajustado, que hacía lucía sus piernas. Joder, el decir que lucía atractivo era poco... En palabras de Hank.
Antes de embobarse más con su androide, entró al baño y se dio una ducha. Salió vistiendo un shorts playero negro y una camisa floreada sencilla de colores rosados. Al salir miró a Connor sentado en la cama viendo algo en sus manos.
Hank:¿Qué es eso? – le preguntó. El androide lo miró y le extendió una hoja, la cual tomó y leyó.
"Con esto ya les hice todo, considerenme todo un amor desde ahorita <( ̄︶ ̄)>
Me cuidas al niño ¿Eh, Hank? Te estoy vigilando desde aquí (~ ̄³ ̄)~
Con cariño, Olivia ( ˘ ³˘)♥."
Hank se quedó con ojos en blanco. Si, necesitaba hablar con esa mujer seriamente. A veces se preguntaba si no estaba loca o si no estaba fingiendo ser una adulta.
Lo demás que venía en esa hoja era una lista de nombres, pero no sabía de qué.
Connor:Son restaurantes. – dijo al ver la expresión extrañada del mayor, acercándose a él hasta estar a su lado – estuve investigando y descubrí que son algunos de los que poseen mejor reputación en la ciudad. Deberíamos ir a uno para que desayune algo.
Hank:Claro. No es mala idea – aceptó rápidamente. Un descanso de la dieta puesta por Connor no venía para nada mal.
Eligieron uno, Connor investigó la ruta, se pusieron sus zapatos y salieron.
En su camino a la salida del hotel, Hank podía observar que varias personas, tanto hombres como mujeres, se le quedaban viendo a Connor. En sus rostros se podía ver que lo miraban atractivo. Eso lo molestó, pero no podía hacer nada, no eran pareja......
¿Que no podía hacer nada? Joder ¡¡Claro que podía!! ¡¡Era SU androide!!.
Tomó la mano de Connor y aceleró el paso. Al hacer eso pudo escuchar algunos "aww" de decepción de un pequeño grupo de jóvenes mujeres cerca de ellos. No era por ser malo, pero quería reírse debido a eso. Si, estaba celoso, ¡¿Y qué?!.
Al llegar al edificio disminuyó el paso pero no soltó su mano, y Connor tampoco hizo nada para soltarse. Le gustaba que Hank tomara su mano.
El hotel rentaba autos, así que para evitarse problemas rentaron uno para dirigirse al restaurante. Durante el trayecto Hank debía evitar que Connor sacara medio cuerpo por la ventana para ver las vistas, así que al descubrir que el auto era descapotable, retiró el capó y Connor se levantó de su asiento para mirar por encima del vidrio, sujetándose del mismo para evitar caerse. La sonrisa en su rostro era inmensa, y Hank adoraba eso. El auto al estar en piloto automático, el menor quería que el teniente hiciera lo mismo que él, pero Hank se negó diciendo que era muy viejo para hacer eso. Rato después de estar reprochando se rindió, aunque continuó con lo que hacía.
Llegaron al restaurante. Estacionaron el auto, salieron de él después de colocar el capó otra vez, y lo aseguraron para entrar al local de una vez.
–:Aloha, e komo mai – saludó una mesera, ambos saludaron de regreso – ¿Mesa para dos? – Connor asintió y la joven los llevó a su respectiva mesa, en la cual al sentarse puso un menú en frente de cada uno – en un momento vienen a atenderlos.
Connor:Mahalo – agradeció sonriendo, la joven asintió y se fue.
Hank abrió su menú y observó, mientras Connor miraba por la ventana ya que no podía u ocupaba comer algo, era un androide. Minutos después llegó un mesero.
–:Aloha, mi nombre es Chin, y los atenderé en su estadía. ¿Gustan ordenar de una vez? – dijo amablemente. Hank le dijo su orden y el joven la apuntó en una pequeña tablet. Al terminar de escribir miró a Connor – ¿Cuál es su pedido, señor?.
Connor:Oh, no, yo no pediré nada. – el mesero le dio una mirada un poco confundida – soy un androide, no necesito comer.
Chin:Oh, entiendo. – volvió a colocar su expresión amable – pero ¿Ya observó nuestro menú androide?.
Connor:¿Menú androide? – preguntó con curiosidad.
El mesero tomó el menú frente a él y llego hasta las dos últimas páginas. Las mismas tenían escritas en la parte de arriba "menú androide", y por toda la página se encontraban imágenes de los alimentos creados para los androides, los cuales eran del típico color azul que tenían como sangre.
Connor:¿Eso es thirium? – pregunto algo sorprendido. El joven asintió.
Chin:Nuestro chef especializado en biología androide creó estos platillos para que tanto humanos como androides pudieran pasar un momento tranquilo en su estadía aquí, aunque no tengan la necesidad de comer. Prácticamente es comida saludable para androides, ya que es thirium – rió un poco. Ambos policías se miraban sorprendidos – por algo el lema de este restaurante es "estómagos llenos por igual" ¿No lo creen?.
Seguían sorprendidos por lo que les acaban de decir, aunque Connor miró el menú de nuevo, observando la cantidad de platillos variados que estaban es esas páginas.
Chin:Entonces, ¿Gusta ordenar algo o mantendrá su decisión? Aquí no hay problema alguno.
Connor:... – miró a Hank, quien solo le sonrió y le dio un asentimiento de cabeza. Eso lo hizo sonreír también, miró al joven – voy a ordenar algo.
Y le dio su pedido al trabajador, quien volvió a apuntarlo en la tablet.
Chin:En un momento les traigo sus pedidos. Me ka ae – y se fue.
Connor:Vaya – suspiró sonriendo –, no puedo creer que en verdad existan alimentos para androides. Es increíble ¿No lo cree?.
Hank:Si, me sorprendió bastante – sinceró, sonriendo hacia el menor. Se le veía bastante emocionado por probar cosas nuevas, y eso lo hacía feliz a él también. Eso demostraba que Connor no era una simple máquina como el menor pensaba tiempo atrás.
Estuvieron charlando por el tiempo de espera que tuvieron que hacer, pensado entre ambos las cosas que podrían hacer durante las dos semanas que estarán allí. Rato después, Chin estuvo devuelta, esta vez con una charola en su mano sobre su cabeza, como cualquier mesero.
Chin:Muy bien, aquí está – ya sabiendo la orden de cada uno, puso los platos frente a cada quien.
Cuando el platillo de Connor estuvo frente a él en la mesa, ambos observaron sorprendidos. Era como una comida común y corriente, lo único era que su color era un azul brillante, tal y como lo es aquel líquido vital para él, a excepción de las especias que adornaban el platillo que eran de color verde, y el plato que era de color blanco.
Connor:Wooow – suspiró sorprendido. Sonrió al mesero con un brillo en sus ojos – esto es increíble.
Chin:Me alegra que piense eso – dijo feliz. Puso la bebida de Hank frente a él, y acomodó la charola bajo su brazo – mea ʻai kino.
Connor:Mahalo – agradeció y el joven se fue.
Hank:¿Sabes? Siguio creyendo que tienes un diccionario insertado en tu sistema – bromeó, Connor rió por aquello.
Connor:Ya le dije que no, Hank. Durante el vuelo estuve investigando las palabras más usadas en Hawái.
Hank:Haré como que te creo – continuó su pequeño juego, Connor volvió a reír. Para él esa risa era tan tierna que deseaba escucharla más seguido.
Connor:Bueno, dígame cómo está su desayuno.
Hank sonrió un poco más al escuchar el tono entusiasmado de la voz del androide, y tomó el primer bocado de su desayuno. Hizo un sonido de gusto al estar masticando.
Hank:Esto está muy bueno. – sinceró – pero falta que pruebes del tuyo.
Connor miró el platillo frente a él, observándolo con cuidado. Tomó el tenedor, tomó un poco de comida con él, y se lo llevó a la boca. Comenzó a masticar con la expectante mirada de Hank en él.
Hank:Y.. ¿Qué tal está?... – preguntó, sintiéndose esperanzado con algo. Suponía que con la esperanza de que su androide pudiera sentir sabores. La mirada de Connor se apagó un poco y su sonrisa se desvaneció.
Connor:No... No percibo nada – murmuró. Suspiró levemente. No sabía ni porqué se había hecho la idea de que sabría a algo, es un androide, no puede detectar sabores.
El ambiente se puso algo tenso entre los dos, haciendo que Connor se sintiera culpable por romper la tranquilidad, agachando la mirada y encogiéndose en su asiento. Hank se encogió de hombros antes de hablar.
Hank:Bueno, ¿Que tal si lo pruebo por ti y te digo a qué sabe? – intentó animar al androide que se volvió tímido en cuestión de segundos. El menor lo miró levantando una ceja.
Connor:Los humanos no deben ingerir thirium.
Hank:Agh, ¿Que va? Es solo un bocado.
Connor:Pero-
Antes de decir algo más, Anderson tomó el cubierto del androide con un poco de comida y se lo llevó a la boca. Apenas dos segundos después tragó sin siquiera masticar, arrepentido de haber metido eso a su boca y arrepintiéndose de haberlo tragado también.
Hank:Puagh, esto no puede ser más horrible de lo que ya es. ¡Agh! Que asco – la expresión que su rostro era demasiado cómica, lo que hizo reír al androide en voz alta. Al tranquilizarse le sonrió un poco, aún algo afectado por el mal sabor. Bueno, su plan funcionó, no como esperaba, pero funcionó. La sonrisa y el brillo de los ojos de Connor volvió a ser el mismo que de hace rato.
Terminaron de comer y charlaron por un rato más para después pedir la cuenta e irse de vuelta al hotel.
16 de Abril, 2039
12:52.25
Honolulu, Hawái
Connor:Le dije que los humanos no deben ingerir thirium, Hank.
Media hora después de regresar al bungalow, Hank comenzó a decir que su estómago dolía, vomitando a los momentos después. Ahora, se encontraba en la cama con un trapo húmedo frío en su frente ya que le había pegado una fiebre enorme, además de que su cuerpo dolía a horrores.
Hank:Si si, me arrepentí desde que esa cosa estuvo en mi boca. – decía algo atontado por la fiebre, la cual no quería bajar ni con los trapos fríos – ¿Cuáles dijiste que son los putos síntomas de la puta ingesta accidental?.
Connor:Los principales serían todos los síntomas que está pasando justo ahora: dolor de estómago terminando en cuerpo cortado, vómitos, fiebre alta. Si hubiera ingerido más de la cuenta hubiera tenido alucinaciones y también un desmayo. Pero no es letal.
Hank:Ppfff – relinchó como todo un caballo, molesto. Connor tuvo que ahogar una risa, el teniente se estaba comportando muy gracioso.
Pasó un rato y la fiebre de Hank no bajaba, así que le dijo que era mejor que tomara un baño de agua fría, lo cual hizo, pero apenas bajó un poco. Connor tuvo que optar por la opción de ir a una farmacia y comprar unas pastillas para la fiebre, así que dejó un trapo humedecido en la frente de Hank, llevando los demás a la cocina, y regresó con el mayor para avisarle de su salida.
Connor:Hank, iré a comprar unas pastillas para su fiebre. La farmacia no está muy lejos, así que tardaré unos 15 minutos.
Hank:Voy contigo – intentó sentarse pero el androide se lo evitó.
Connor:No Hank, usted debe quedarse aquí y descansar mientras traigo el medicamento.
Hank:No quiero – reprochaba.
Connor:Hank.
Hank:Nop.
Connor:Debe quedarse aquí.
Hank:¡Que no!.
Connor:Es por su propio bien.
Hank:¡¡Que no!! ¡¡Joder!!.
Connor sonreía mientras peleaba con Hank. El teniente Anderson se estaba comportando como todo un infante.
15 minutos que se supondría es lo que tardaría en ir a por las pastillas es lo que duró peleando con el mayor para que se quedase en cama. Lo convenció cuando le dijo que podría ir a beber algo a un bar popular que encontró, sólo si su fiebre se calmaba.
Finalmente pudo salir del bungalow y dirigirse a la farmacia. Aunque en su camino a la salida del hotel, una chica se acercó a él tímidamente.
–:Umm, hey, hola – saludó tímida. El androide la miró.
Connor:Hola – saludó con una sonrisa. Pudo ver que la chica se sonrojó con aquel pequeño gesto por parte de él.
–:Si, oye, la cosa es que.. Umm.. tú me pareces muy lindo yyy.. me estaba preguntando sii.. aceptarías salir esta noche.. nosotros dos.. en una cita – tartamudeaba sin mirarlo a la cara.
Connor miró por encima de la joven. Atrás de ella, cerca de la piscina -ya que un camino para la recepción está cerca de allí- había un pequeño grupo de jovencitas. El grupito los miraba a ambos, unas sonriendo, otras riendo, una que otra con una mirada de entusiasmo. Al parecer habían "obligado" a la chica el ir con él y decirle aquello.
Connor:¿Una cita? – la chica asintió con su rostro cual tomate, con sus nervios aumentando con el paso de los segundos, segundos en los que suponía debía ir a por el medicamento para Hank. No podía aceptar el pedido de la muchacha, ni siquiera la había visto antes – lo lamento, pero no puedo aceptar.
–:¿Eh? – soltó algo sorprendida, mirándolo a la cara – ¿Porqué no?.
El ser completamente honesto y soltar directamente "porque eres una completa extraña" sería algo demasiado duro y podría llegar a hacerla sentir mal. Lo ha hecho y sabe las consecuencias. Así que tuvo que inventarse una excusa y dijo lo primero que se le vino a la mente.
Connor:Porque ya tengo pareja.
–:¿Eh?.
Connor:Necesito irme. Que tengas linda tarde.
–:I-igualmente.
Y dicho eso, prosiguió su caminata. Pudo escuchar que las demás chicas se acercaron a ella y le comenzaron a decir cosas como "te dije, eres una desconocida para él", "sabías que no aceptaría", "te dijimos que era gay", entre otras cosas. No le tomó importancia a ninguna de sus palabras y se fue.
Como predijo, su ida y vuelta de la farmacia duró 15 minutos -16 si le sumas el momento en el que se encontró con la chica-. Regresó al bungalow y fue directamente a la habitación. Hank se encontraba en la cama tal y como lo dejó, dormido. Dejó las pastillas en la mesita de noche, fue a la cocina para llenar un vaso con agua, y regresó al cuarto para dejarlo al lado de las pastillas.
Mientras Hank dormía, estuvo al tanto de su estado mientras rehumedecía los trapos que colocaba en su frente, los cuales ayudaron a que la fiebre bajara, pero no lo suficiente. El mayor despertó a la hora después.
Connor:Buenas noches, bello durmiente. – bromeó sonriendo de manera linda a Hank, quien seguía algo atontado por la fiebre – aquí está su medicina – le pasó una pastilla y el vaso con agua, Hank se tomó el medicamento sin reprochar – ahora solo hay que esperar a que surga efecto, lo cual no debe tardar mucho.
Hank:Si. Gracias – Connor sonrió de forma tierna, y Hank ya no supo si se había sonrojado más por la fiebre o por aquella sonrisa angelical que su androide le estaba dando.
Connor:Le sugiero que vuelva a dormir, así el efecto de la medicina será más rápido. Si se siente mejor, iremos al bar que le había dicho.
Hank:Claro.
Y regresó a dormir. Connor salió de la habitación para dejarlo descansar.
16 de Abril, 2039
20:27.46
Honolulu, Hawái
Afortunadamente, la fiebre de Hank se fue después de unas dos horas de sueño. Ya que era la hora de la comida, Connor pidió algo de comer para Hank con el servicio a habitación del hotel. Ya con el estómago lleno, se dio una ducha para deshacerse del sudor de la fiebre, se vistió con algo más fresco y, como Connor dijo, fueron a aquel dichoso bar que le había prometido.
Ya era de noche cuando llegaron al lugar. Se encontraba cerca de la playa, con algunas mesas en la arena y otras en el suelo de madera del bar. Salieron del auto, entraron y Hank se sentó en la barra y Connor se paró por un lado de él. La bartender se acercó y Hank le dijo su orden, la cual estuvo frente a él en segundos. Dio un trago pequeño, saboreando aquel amargo sabor que hace mucho no probaba.
Hank:¿Sabes? – Connor lo miró – ya me había hecho a la idea de que nunca más me dejarías tomar alcohol.
Connor:Bueno – sonrió de forma linda –, supongo que podía hacer una excepción al estar de vacaciones. Pero no será todos los días, es malo para su organismo.
Hank:Con tal de que pueda beber, acepto – el menor rió un poco y Hank dio otro trago al licor.
Estuvieron charlando por un buen rato, Hank ya estaba ligeramente pasado de copas, por lo que Connor le preguntaba que si no quería irse todavía, por lo que el mayor le respondía que no. Suspiró, no rindiéndose completamente, pero lo dejaría estar por lo menos 30 minutos más.
Connor:Hank, lo dejaré estar media hora más, solo eso, ¿De acuerdo?.
Hank:Si si, como tú digas, mamá – hablaba arrastrando las palabras. Connor rodó los ojos y suspiró.
Decidió dejarlo solo por un momento e ir a la playa. No podía sentir nada, pero eso no evitaba que se sintiera muy apretado entre tanta gente que hay en el bar.
Se acercó al mar y se sentó en la arena con sus piernas cruzadas, contemplando el mar y la luna sobre el mismo. Sonrió ante tan tranquila y relajante vista, cerrando sus ojos...
Clap clap
Connor:¿Mm? – abrió sus ojos y miró al frente, mirando solamente el mar. No le dio importancia.
Clap clap clap
Connor:¿Qué es eso? – dijo mirando a sus lados y atrás de él. Un último clap hizo que mirara hacia abajo, hacia sus piernas.
Un cangrejito estaba cerca de él, abriendo y cerrando sus pinzas, como si tratara de llamar su atención.
Connor:Oh. Hola pequeñin – acercó su rostro al molusco – sabes que es peligroso estar aquí ¿Verdad? Las personas intentarán atraparte y comerte – el animal solo lo miraba. Era obvio que no le entendía.
Tomándolo por sorpresa, el cangrejo lo pellizcó en el puente de la nariz, por lo que dio un pequeño brinco de sorpresa, enderezandose.
Connor:¡Oye! ¡Eso no se hace! – decía mientras intentaba que el cangrejo soltara su nariz, lo cual logró con un poco de esfuerzo, manteniéndolo en su mano – eso es de mala educación – el molusco solo abrió y cerró una pinza, lo que lo hizo rodar sus ojos.
Mientras tanto con Hank, el ya estaba por el quinto trago desde que Connor se fue, por lo que ahora si, ya estaba borracho y un poco más.
Al ir por el sexto, una mujer se acercó a él, vistiendo un bikini que dejaba demasiado a la vista sus atributos aunque en su cintura tuviera una bufanda atada.
–:Hola guapo – saludó con voz seductora, junto a una mirada de la misma índole. Hank la miró.
Hank:Eh, hola – arrastró las palabras, estaba muy borracho, la mujer sonrió ante ello.
–:¿Sabes? Me gustaste desde que te vi llegar y, estaba pensando – se pegó a él, frotando sus pechos contra su brazo –, ¿Que tal si nos vamos a otro lado a – se acercó a su oído – divertirnos un rato? – susurró de forma sensual.
Hank:¿Qué? – balbuceó.
–:Ya sabes, pasarla muy bien esta noche los dos, muy juntitos – reía, aunque Hank solo la miraba, así que viendo que no lo levantaría de allí, lo jaló del brazo y lo levantó de la banca. Ahí, Hank reaccionó.
Hank:Ey ey ey ¿A dónde me llevas? – preguntó.
–:Pues ¿A dónde crees? A divertirnos – reía sensualmente. El borracho Hank al parecer entendió a lo que se refería, por lo que se soltó de su agarre de una forma un tanto brusca – ¿Que ocurre, guapo?.
Hank:Que guapo ni que nada, yo no voy contigo – decía molesto, sosteniéndose de la barra para mantenerse de pie. Aquellas palabras sorprendieron a la mujer.
–:¿Qué? ¿Y porqué no? – decía sorprendida. Nunca antes le habían dicho no.
Hank:Yo ya estoy con alguien.
–:Pero yo no veo a nadie más por aquí – dijo con voz sensual otra vez, acercándose de nuevo a Anderson – no creo que le importe que te vayas por unas horas – Hank la empujó, sorprendiéndola otra vez.
Hank:Te dije, que no, y cuando es no, estoy diciendo que no me iré con una puta como tú.
Los ojos de la mujer se abrieron mucho más ante tales palabras. La bartender, que escuchaba mientras limpiaba unos vasos, comenzó a reír.
–:Acaban de rechazarte~~ – cantareó a la mujer con una enorme sonrisa. Al parecer no era la primera vez que iba a aquel bar a buscar compañero de cama.
Hank:Ya te dije, yo ya vengo con alguien.
–:Tsk, ¿Y dónde está ese "alguien" que dices? ¿Eh? Me encantaría conocerla.
Y como por arte de magia, Connor llegó a la escena. Los 30 minutos habían pasado, así que regresó con Hank para decirle que ya debían irse, encontrándose con la pequeña escena de las tres personas.
Connor:¿Hank? – los tres lo miraron ante el pequeño llamado – ¿Está todo bien?.
El mayor no respondió, más bien tomó la muñeca de Connor con algo de fuerza y lo atrajo a sí con brusquedad. El androide puso su mano libre entre sus pechos para evitar golpear de lleno con el cuerpo de Hank.
Hank:Él es ese alguien – siseó, Connor no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando, por lo que solo pasaba su mirada a través de las tres personas. La mujer abrió al máximo sus ojos con una expresión de sorpresa total.
–:¿Un... Hombre? – decía sorprendida –. ¿Y además.. androide? – después de esas palabras puso una expresión de asco.
Hank:Y este androide, es mejor que tú. Puta barata – siseaba.
Y finalmente con su orgullo herido, la mujer se fue, dejando a las tres personas allí. Ahí fue cuando Hank lo soltó.
Hank:Vamonos de aquí – decía enojado, intentando irse por su cuenta, tambaleando a los segundos, por lo que Connor tuvo que sostenerlo.
Connor:Claro. – miró a la bartender – um, ¿Cuánto sería?.
–:¿Que va? La casa paga, se lo merecen por finalmente darle una lección a esa mujer. Probablemente ya no venga a molestar nunca más.
Connor:Oh, claro. Bueno, gracias.
–:No hay de qué. Cuida a tu novio ¿Eh? Que muuuy pocos hombres son fieles hasta en la borrachera.
Connor:°¿Novio?° se preguntó mentalmente – claro. Que pase buena noche.
–:Igual ustedes.
Y así, el par de policías se fue.
Aún cuando el auto estaba en piloto automático, Connor se sentó en el asiento de piloto y sentó a Hank en el de copiloto durante su regreso al hotel.
Afortunadamente no hizo alboroto alguno al ir de regreso al bungalow, sinó no sabría cómo hubiera tratado eso. Llegaron, y sentó a Hank en el sofá, que era el mueble más cercano a ellos. Encendió las luces y fue a la cocina por un vaso con agua para Hank, quien lo bebió en cuanto estuvo en su mano.
Connor:Hank – se sentó en el sofá al lado de él –, ¿Puedo saber qué pasó allá en el bar? – preguntó suavemente, el teniente tardó un poco en reaccionar.
Hank:No es nada.
Connor:¿Esta seguro?.
Hank:Si...
Connor sabía que si se ponía en aquel plan no iba a decirle nada. Así que solo suspiró y se levantó del sofá. Cuando hizo eso, unos brazos atraparon su cintura. Miró hacia atrás y observó al teniente Anderson abrazándolo, escondiendo su rostro en su espalda baja.
Connor:¿Hank?.
Hank:...
Connor:Um. ¿Ocurre algo?.
El mayor no respondió otra vez. Se soltó fácilmente de su agarre y se volteó para verle a la cara. Se sorprendió al ver gotas de agua caer de sus ojos, aún cuando su rostro estaba neutral. Hank estaba llorando.
Connor:Hank – se agachó rápidamente a la altura de su rostro para verle mejor – ¿Qué pasa? ¿Hank? Porfavor no me oculte cosas, me preocupa.
Con cuidado, acunó las mejillas de Hank para levantar su cabeza y hacer que lo mirara, pero aún así, el mayor solo dejaba que aquellas pequeñas lágrimas escaparan de sus ojos, sin decir palabra alguna. Connor las limpió con sus pulgares.
Connor:Si no quiere decirme qué ocurre – comenzó suavemente –, por lo menos podría decirme si puedo hacer algo para ayudar a que esté mejor. ¿No lo cree?.
Pasó un rato en la misma posición. Iba a rendirse, pero Hank de manera sorpresiva lo acercó a él y lo apretujó en un abrazo. El androide dio un pequeño suspiro de sorpresa.
Connor:¿H-Hank?.
Hank:Solo... Quédate conmigo, Connor... Quédate conmigo y... No me dejes solo... Nunca... Porfavor... – susurraba.
El androide no sabía qué decir, no sabía si debía decir algo en esa situación. No sabía qué hacer, muchas cosas estaban pasando. Decidió, por ésta vez, no pensar en lo que haría y seguir su instinto, que le pedía a gritos hacer algo.
Suavemente, rodeó el cuerpo de Hank con sus brazos y devolvió el abrazo. Después de unos momentos más, habló.
Connor:No me iré a ninguna parte, Hank. – susurraba de forma suave a su oído – nunca lo haré. Estaré con usted cuando me necesite. Nunca vaya a dudar de ello.
Y así, ya ninguno dijo más palabras, Connor tal solo dejó a Hank llorar en silencio en su hombro, permitiéndole desahogarse de aquello que lo tiene así.
Ya tranquilo, el androide lo guió a la habitación para acostarlo en la cama y así finalmente dormir, esperando que a la mañana siguiente amanecería sobrio.
Connor se quedó con él hasta que se quedó profundamente dormido, ya de ahí, salió de la habitación para evitar molestias. Aún sabiendo que el mayor no recordaría nada de lo que ocurrió esa noche, estaba seguro de que cumpliría aquello que le había dicho.
17 de Abril, 2039
8:15.53
Honolulu, Hawái
Hank despertó con un dolor de cabeza horrible, además de los rayos del sol que entraban por la ventana y el sonido de claps lo empeoraba más............... ¿Claps?.
Con dificultad abrió sus ojos, intentando descubrir de dónde provenía el sonido. Al parecer provenía de algo frente a él. Al poder abrirlos y ver, los abrió como platos y gritó.
Hank:¡¡Cangrejo!! – exclamó sentándose en la cama muy cerca de la orilla, demasiado cerca que resbaló de ella y cayó al suelo llevándose las mantas con él. El cangrejo seguía en su lugar.
Ante tal alboroto, Connor -que estaba en la sala mirando un poco de televisión ya que ¿Porqué no?- se levantó rápidamente del sofá y fue a la recámara, abriendo la puerta de golpe.
Connor:¡¿Hank?! – preguntó al instante, y al verlo en el suelo se acercó rápido a él para ayudarlo a levantarse – ¿Se encuentra bien? ¿Qué fue lo que pasó?.
Hank:Eso, pasó – al ya estar de pie, apuntó al molusco quien, en respuesta, abrió y cerró sus pinzas.
Connor:¿Tú otra vez?.
Hank:¿Otra vez? – preguntó confundido.
Connor:Anoche lo encontré en la arena mientras usted estaba en el bar, pero lo dejé en la arena cerca del mar antes de irnos. Debe haber estado en mi ropa cuando vinimos de regreso.
Hank:Claro. Pero, aún así, lo quiero fuera de aquí, esa cosa pellizcará todo.
Connor:¿Qué? No lo creo, mírelo, es muy lindo – se acercó al molusco y lo puso en sus palmas. Sus ojos brillaron y su sonrisa se agrandó un poco – ¿Podemos ponerle un nombre? ¿Si? Podríamos llamarlo umm, eeeeh... – mientras pensaba su sonrisa se fue, regresando al tener una idea, levantando al animalito al nivel de su rostro, como si exhibiera algo – ¡Don cangrejo!.
Hank:¿Qué? Ah, bueno, muy bien, ahora, quiero que ese cangrejo
Connor:Don cangrejo.
Hank:Don cangrejo. – suspiró antes de volver a hablar – quiero que Don cangrejo se vaya de aquí y que regrese al mar en donde vive, ¿Si? No es mucho pedir.
Connor:Claro – infló sus mejillas. Sonrió al tener una idea en mente – pero tendrá que hacer algo a cambio.
Hank:Ay no puede ser – apretó el puente de su nariz, al ver la sonrisa de Connor – ¿Qué quieres a cambio?.
Connor:Quiero que pasemos toodo el día de hoy en la playa, sin reproches, después de liberar a Don cangrejo.
Hank dio un largo suspiro. Su androide siempre se salía con la suya.
Hank:Bieeeeen. Hoy iremos a la playa.
Connor:¡Siiii! – exclamó feliz, como si no estuviera en una isla en donde todo es playa. Pero aún así sonrió, feliz de ver a su pequeño androide feliz.
Y así fue, liberaron a Don cangrejo y pasaron lo demás del día en la playa, llendo a algún restaurante para comer, todo con normalidad, a excepción de que ambos parecían un par de niños pequeños, aunque Hank terminó con quemaduras debido al sol. Fue un día muy divertido.
Y así con ese pasó otro día, y otro, y otro, y otro más, y para cuándo se dieron cuenta, los 15 días de vacaciones pasaron a la velocidad de la luz. Y cuando menos se dieron cuenta, ya estaban empacando para ir de regreso a Detroit.
Tenían que admitir que extrañarían estar allí, la pasaron muy bien estando a solas. Probablemente planeen otro viaje en un futuro, ellos solos otra vez, o tal vez la piensen para un viaje todos juntos. Tampoco sonaba mala idea.
Terminaron de empacar todo y fueron a la recepción para dejar sus llaves y confirmar su salida. También pidieron un taxi para que los llevara al aeropuerto, en el cual guardaron sus maletas y, con una sonrisa enorme en sus rostros, comenzaron su partida de regreso a sus obligaciones diarias y su vida normal en Detroit.
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Holis
Ya estoy de regreso, después de mucho tiempo
Y aquí traigo un nuevo capítulo que espero les haya gustado
Si es así no olviden comentar y votar, que me ayuda mucho a seguir a delante con esta historia.
Y ya que no tengo mucho por decir...
¡Imagen random!:
Comidas de thirium
Esta es la imagen en la que me basé para el platillo que comió Connor y enfermó a Hank.
Me dan ganas de probar algo ¿A ustedes no?
¡Pero bueno! Ahora sí me despido
Que tengan una linda mañana/tarde/noche
Bye ;)
_Dany_
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