15
La voz de Frank se sentía presente en su mente incluso cuando dejó de escucharla, sentía como su cuerpo daba vueltas y temía abrir los ojos porque no sabía con qué iba a encontrarse. Pero eventualmente dejó de dar vueltas y el aire se hizo menos denso en torno a él. Se sintió caer sobre una silla, y se sobresaltó cuando sus pies tocaron el suelo. Abrió los ojos, se encontró un severo par de ojos mirando directamente hacia él mientras el dueño de esos ojos negaba lentamente con ambos brazos cruzados ante su regazo.
— Tic toc... —fue lo único que dijo el hombre.
Gerard alzó la mirada al reloj que marcaba las 9:18 de la mañana. Una par de su mente recordaba haberlo visto solo tres minutos atrás, antes de que sus párpados cayeran, y otra parte de su mente no podía comprender qué demonios estaba pasando porque acababa de abandonar la habitación de Frank. Se suponía que ahora estaría en el cielo o algo así... pero estaba de regreso en su sala de clases. Frente a su examen, y el esquema de las bacterias patógenas seguía siendo lo único respondido en él.
Estiró los dedos y luego volvió a presionar el bolígrafo, la escuela estaba en el habitual sopor. No había pasos corriendo, no había disparos, no había gritos de horror... nada estaba sucediendo ahí, nadie estaba muriendo. Solo había sido producto de su imaginación, ¿Pero en serio su mente era capaz de crear algo así?
Sacudió la cabeza y giró a mirar a sus amigos. Lindsey le miró de reojo y le dedicó una sonrisa, apuntando hacia su examen y luego haciendo el gesto de un reloj con sus manos. Gerard asintió y llevó la mirada a Bob. Seguía igual del tranquilo, y también lo estaba Ray. El tiroteo no había sucedido, él no había muerto... solo había dormido durante tres minutos y nada había sucedido. Absolutamente nada. Miró por sobre su hombro y encontró la mirada suplicante del hermano mayor de Zacky Baker. Le dedicó una pequeña sonrisa y volvió a mirar su examen. Absolutamente nada tenía sentido... y aun así no podía evitar pensar que su única realidad era esa, ahí frente al examen, el último examen. El día siguiente era la fiesta en la piscina, y Lindsey estaría ahí y posiblemente tendrían sexo por primera vez y... todo parecía tan trivial ahora. Había estado muerto durante más de un año, había sido el amigo fantasma de un niño que quizás estaba en la escuela en ese mismo momento... se habían besado, se había enamorado de él.
No tenía sentido que todo eso hubiese sucedido en solo tres minutos.
— Entreguen sus exámenes —la voz del profesor lo hizo temblar.
No tuvo otra alternativa que entregar su examen y cuando el profesor tuvo cada uno de ellos en sus manos comenzó a hojearlos. El gesto en su rostro lo decía todo; habían sido realmente pésimos. Los chicos se miraban la cara con temor y algunos sonreían tímidamente, Lindsey se encogió de hombros y procedió a guardar sus cosas, estaba en su papel de "Al carajo, hice lo que pude" y Gerard no pudo evitar sonreír. Era tan genial estar de regreso.
— Pésimos —dijo el profesor—, algunos copiaron desvergonzadamente, otros aprovecharon el silencio para dormir. ¿Fue una buena siesta, Way? En fin... nadie en esta sala de clases quiere venir a recuperación en verano, sobre todo porque de reprobar esta materia algunos de ustedes no podrían graduarse. Pero, en fin. No soy un monstruo así que los dejaré marcharse ahora y les pondré más puntaje del que merecen porque no estoy dispuesto a seguir perdiendo el tiempo. Ahora, fuera de mi vista todos. Que tengan un buen verano.
A pesar de su tono severo, el hombre sonreía cuando los estudiantes comenzaron a salir apresuradamente de la sala de clases, vitoreando con evidente alegría. Gerard y su grupo se rezagaron un poco, Lindsey lo miraba un tanto preocupada porque era evidente que algo andaba mal con él. Parecía nervioso, demasiado confundido. Pero no era algo que pudiera evitar, había demasiadas cosas en su mente en ese mismo momento.
— Terminamos, ¿Ya terminamos cierto? —Bob se giró hacia él.
Gerard asintió lentamente.
— ¿Eso quiere decir que podemos irnos a casa?
— Solo a buscar tus cosas, Bryar. Tenemos que ir a comprar las cosas para esta noche. Mi hermano nos va a acompañar —dijo Ray, dedicándole una brillante sonrisa— ¿Qué pasa Gee, deprimido por el examen?
— No es eso —suspiró Gerard.
¿Qué podía responderles? No era como que fuesen a creerles, mucho menos comprender por qué eso le afectaba tanto. Desde que la idea de que Frank Iero era real se cruzó por su mente, no pudo dejar de pensar en que posiblemente ese chico estaba pasando por algo similar a lo de su sueño en ese mismo momento y no había nadie ahí para él. ¿Era posible aquello? Se estremeció de solo pensarlo. Enlazó los dedos a los de su novia y le dedicó una sonrisa a Ray.
— Está nervioso porque cree que esta noche va a hacerlo con Lynz —exclamó Bob, soltando una sonora carcajada. Ray le golpeó la parte trasera de la cabeza, y Lindsey le dedicó su dedo de en medio antes.
— Y tú celoso porque todavía nadie lo ha hecho contigo —respondió Lindsey, haciendo que un par de personas que caminaban cerca de ellos rieran como respuesta a sus palabras.
Gerard, sin embargo, seguía distraído. Una vez llegó a su casillero se liberó del agarre de su novia para sacar el par de cosas que todavía tenía ahí dentro, y cuando estaba cerrando la puerta, por la esquina de su ojo vio una figura extrañamente familiar. Parpadeó un par de veces y enfocó la mirada. Se trataba de un muchacho algo menor que en ese momento le miraba fijamente a los ojos. Ambos lucían igual de confundidos ante la intensidad de la mirada ajena, hasta que el menor de ambos desvió la mirada. Gerard, sin esperar una segunda señal, cerró la puerta del casillero y se acercó al niño que le devolvió la mirada con temor.
Sentía a sus amigos mirándolo fijamente a sus espaldas, pero sentía que era algo que debía hacer. Sobre todo cuando notó ver el par de visibles hematomas que el muchacho traía en el cuello y el rostro.
— Frank —comenzó.
— ¿Cómo sabes mi nombre? —Suspiró él.
Gerard tragó saliva y tomó uno de sus hombros, acercándose un poco más a él para hablarle al oído. Era algo demasiado privado para que oídos curiosos escucharan lo que tenía que decir. Y posiblemente equivocado, pero no podía negarse a intentarlo, aunque se trataba de solo un sueño todo era demasiado real como para no a ponerle atención. Y lo peor que podía pasar era que Frank lo tildara de loco, pero al menos valía la pena intentarlo.
— Frank, no tienes que aguantar todo esto tú solo. Cuéntale a tu madre, ella va a creerte y van a estar comiendo cheesecake en la casa de tu abuela en un parpadeo. Te lo prometo.
Fue lo primero que salió de sus labios, y lo sintió bastante acertado. Se apartó levemente entonces, para mirar la reacción en el rostro del menor. Lo miraba como si estuviera loco, eso era de esperarse. Y Gerard estaba bastante seguro de que iba a seguir su camino, pero en lugar de eso se quedó quieto. El gesto en su rostro cambió a una especie de sonrisa temblorosa y asintió una sola vez. Gerard le dedicó una sonrisa y en lugar de apartarse de él, se acercó a abrazarlo apretadamente. La sensación no era similar a ninguno de los abrazos que recordaba haberle dado, y era totalmente extraño tener esos recuerdos tan frescos en su mente. Frank se estremeció contra su cuerpo, y al parecer estaba llorando. Gerard se quedó cercano a él hasta que Frank hizo el ademán de apartarse, secando sus ojos con el dorso de su mano.
Gerard le dedicó una nueva sonrisa y esta vez tuvo respuesta por parte de Frank, y sin saber qué más decir se apartó de él. Cuando se giró a encarar a sus amigos estos lo miraban con total extrañeza, Lindsey, por su parte, sonreía, y gustosa volvió a abrazar su brazo cuando Gerard estuvo a su alcance.
— Entonces... —dijo Gerard— ¿Nos vamos ya de esta escuela? Siento que me faltan diez horas de sueño para ser un humano funcional esta noche.
— ¿Estás seguro de que no eres un anciano en cuerpo de adolescente? —Rió Bob, como respuesta a sus palabras.
Gerard rió también, y de reojo vio como Frank se alejaba en dirección contraria por el pasillo. Estaba totalmente seguro de que había sido la primera vez que veía a ese chico en su vida, y aun así parecía conocerlo mucho más que eso. Seguía teniendo mil preguntas en su cabeza con respecto a aquél jodidamente extraño sueño, pero sentía que nunca iba a tener todas las respuestas que necesitaba. En lugar de eso, solo quedaba seguir con su vida, realizar sus planes y esperar que Frank siguiera su consejo.
Cuando salió de la escuela se despidió con un beso de su novia que caminaba en la otra dirección, luego de sus amigos que se encaminaban al estacionamiento a buscar el auto de Bob, y luego se puso los audífonos para comenzar el camino de regreso a casa. Puso ParanoidAndroid, encendió un cigarrillo, y con una leve sonrisa en sus labios se encaminó de regreso a casa.
Tenía unas ganas enormes de abrazar a su madre.
FIN
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top