Help
_CUATRO DÍAS DESPUÉS_
El rubio de tez blanca corría desesperado y tambaleando (por haberse emborrachado de más con Cherri) a través de las desiertas y mal iluminadas calles de la cuidad.
Detrás de él, unos pasos tranquilos y una voz calmada y amenazante, le decía entre alguna que otra risita malvada:
???: No puedes huir de mí, Ángel... Sabes que debiste haberme dado TODO el dinero de tu jornada... Lo cual...
Fue diciendo mientras cargaba su arma.
???: No hiciste... Y ahora, lo pagarás... Con una pequeña herida- ¡Mierda!
Maldijo cuando se le cayó la tercera bala que estaba colocando en el revólver.
Se agachó y la levantó.
???: Como decía... Lo pagarás con una pequeña herida de advertencia- ¿Mh? ¿¡Dónde está!?
El de gavardina gritó al no ver al chico que perseguía frente a él.
Agudizó el oído mientras cerraba los ojos: una voz estaba susurrando Help y golpeando suavemente un vidrio.
Siguió escuchando hasta ubicar a su objetivo.
Lo encontró.
???: No debiste haberte escapado. Así que, morirás. Bueno... Despídete, Angie-
El sonido del movimiento de una pistola a la que le era quitado el seguro detrás de él evitó que le disparara al más joven.
¿¿¿: ¿Qué crees que estás haciendo, Valentino?
Valentino: Lo que debí haber hecho hace un año y medio por faltarme dinero, Hus-
Se interrumpió con el ceño fruncido.
Valentino: Debo preguntar...¿¡Qué es lo que estás haciendo aquí, en MI territorio!?
El hombre de cejas pobladas soltó una baja carcajada.
Husk: Haber, déjame aclarar que... Este no es tu territorio.
Dicho eso último, señaló hacia arriba: el cartel de un bar sobre sus cabezas se alzaba de forma escalofriante a causa de su forma, y sus colores; rojo y negro, junto con el título, al que la oscuridad de la noche y la tenue luz de neón favorecía en dar escalofríos a quien lo viera.
[ CIUDAD PENTAGRAMA ]
Valentino observó con horror el nombre del bar, incrédulo de que se encontraba frente a este.
Valentino: ¿Q-Qué?...
Fue lo único que atinó a decir, bastante confundido.
Valentino: ... ¿Cómo- Cómo fue que-?
Miró al rubio frente a él.
Valentino: ... Fuíste tú, ¿no es así? Tú me guiáste hasta aquí, ¿cierto?
Dijo con cierta esperanza de que no fuera así.
Anthony: ... Sí. Sí, fuí yo.
La cara del proxeneta era un poema.
Jamás pensó que su más fiel prostituta lo traería al último lugar que deseaba ver en toda Nueva York: el bar "CIUDAD PENTAGRAMA", propiedad del hombre más rico del Estado y también su intocable enemigo, Lucifer Morningstar.
Su "fiel prostituta" lo había traicionado.
Valentino: ... No. No. No. No... ¡NO! ¡¿Cómo es esto posible?!
¡¿Cómo fuiste capaz de traicionarme a mí ¡Yo te dí Todo! ¡TODO! ¡Dinero, amor rudo, joyas, fama, hombres, literalmente todo lo que tú querías!
Anthony: Ahí te equivocas, Val.
Sí, me diste todo.
Pero te olvidaste de algo.
Algo muy importante.
Algo que no se puede comprar ni con dinero.
Valentino: ... ¿Reconocimiento internacional?
Anthony: NO. Felicidad.
Y yo no fui, era, soy, ni seré feliz contigo. Jamás.
Un breve silencio se hizo presente.
El de abrigo rojo estalló en carcajadas.
Valentino: ¡¿Es en serio, Ángel Cakes?! ¡¿"Felicidad"?!
Siguió carcajeándose.
Husk: ... ¿Ya puedo matarlo-?
Anthony: Espera.
Tomó aire y dijo:
¿Sabes por qué te guié hasta aquí?
El de lentes terminó de reírse y respiró hondo para serenarse de semejante comedia.
Valentino: Para hacerme reír, creo yo. Pues no me reía así en años.
Anthony: Pues creíste mal, querido. Adelante, pasa a disfrutar el espectáculo, Sonrisas.
Valentino: ¿Sonrisas-?
Ay no, no el charlatán.
Alastor: ¡Estás en lo correcto, escoria de hombre! ¡Y SÍ! Soy un charlatán. ¡Pero de los buenos, a pesar de ser un villano! ¿Qué irónico no? ¡HAHA!
El pelicastaño se aclaró la garganta.
Alastor: Dígame, Proxeneta de Cuarta: ¿Sabe lo que la Manzana Podrida le hace a los gobernantes de los otros territorios?
Valentino: Eso es obvio, Locutor de Quinta: nada.
Alastor: ¡EXACTO! ¿Y sabe lo que le pasa a quienes invaden su territorio?
Valentino: Nadie me lo dijo. Supongo que les corta la lengua o algo por el estilo.
Alastor: ¡HAHAHA! Nononono. Nada de eso. Él les arranca las cuerdas vocales y les corta las manos. ¿Interesante, no?
El cuerpo del de abrigo costoso tembló ante las imágenes que fabricaba su mente.
Valentino: ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
Alastor: Es simple, mi enemigo:
¿Sabía que Lucifer aprecia tanto este bar como yo?
Mierda.
Alastor: ¿Y sabía que por eso ambos tenemos repartido este lugar y a vamos a beber y charlar casi todos los días por la noche?
Doble mierda.
Alastor: Y... ¿Qué pensaría usted si le dijera que él está en esa ventana, del lado de afuera, observando y escuchando absolutamente TODO lo que está ocurriendo en este momento?
Triple mierda.
Valentino: S-Sí como no-.
Se giró en todas direcciones.
Y lo vió.
Ahí estaba.
Quieto, comiendo una manzana.
Lucifer: Vaya, no tenía idea de que dudaras de mi mano derecha, Valentino.
Valentino: Lucifer... Yo... Puedo explicarlo...
Lucifer: ¿Explicar qué, sinceramente? ¿El que ibas a matar a, según tú, "tu mejor puta"? ¿O que dudas de la palabra de mi socio de hace dos, casi tres años seguidos ya? ¿O sino qué? ¿Qué vas a explicar? Porque, en lo que a mi concierne, ya está todo explicado. ¿No te parece?
Valentino: Déjame intentar-
Lucifer: ¿Dejarte intentar explicarme? ... Bien. Tienes un minuto.
Valentino: Verás, Ángel Cakes me-
El magnate lo frenó con solo levantar una mano.
Lucifer: ¿Valentino, puedo preguntarte algo?
El mencionado asintió.
Lucifer: ¿Podrías, por una vez en tu miserable vida, dejar de involucrar a Anthony como si él fuera el culpable, en cada problema que haz creado desde hace un buen tiempo?
Valentino: N-No sé de que hablas.
Lucifer: Oh, Val... No-me-mientas. Tú sabes mejor que nadie de qué estoy hablando.
El de sombrero blanco tomó aire para decir:
Lucifer: Tú vienes diciendo desde hace dos años ya:
"Angie provocó esto", "Ángel Cakes armó un escándalo", "Ángel Dust mató a alguien importante", "Ángel perdió mi dinero del mes", "Ángel rompió tu jarrón de cinco mil dólares", y ya estoy cansado de eso, pues tu y yo sabemos que él no fue, sino que todos esos problemas los provocaste tu, Vox y Velvet.
Valentino: Eso no-
Lucifer: ¿Quieres que siga?
Muy bien: Ángel Dust o Anthony, firmó un contrato contigo a cambio de que no le tocaras un cabello a su hermana... Lo cual no hiciste, por cierto.
La profanaste. Veamos...
Asesinaste a muchos de tus "clientes importantes" porque se negaron a acostarse contigo luego de Ángel.
Abusaste sexualmente de chicos y chicas, estas últimas menores de edad en mayoría, incluida tu propia hija, asesinaste a tu esposa, rompiste muchas de mis cosas junto con Vox y Velvet. Incluso culpabas a las prostitutas anteriores a las actuales. Por ejemplo, Summer y Dia, las culpabas de tus idioteces hasta que llegó Anthony. Luego ellas tuvieron el puesto de "tus acompañantes personales", y así quedaron los puestos de "descargue de ira y culpable de tus problemas" para él. ... Y podría seguir mencionando en voz alta todas tus demás faltas, ¿sabes?
El proxeneta estaba atónito.
Consciente, pero atónito.
Lucifer: Y, luego de dicho todo esto, agregando lo que no dije, he decidido-
Valentino: ¿Q-Qué ha-haz
d-decidi-?
Lucifer: NO ME INTERRUMPAS, que estoy enojado.
He decido... Matarte con mis propias manos para hacerles justicia a todos los afectados.
... Y que cada uno de los presentes aquí te haga algo, lo que ellos quieran, hasta sentirse satisfechos.
Valentino: Lucifer...
Lucifer: ¿Si?
Valentino: Por favor... Piedad...
Lucifer: En primera... ¿Acaso tu tuviste piedad con, por lo menos, UNA de tus víctimas? ... Eso pensé. Y en segunda... Aún nadie ha comenzado con tu tortura. Así que... ¿Sería tan amable de comenzar con esto...joven Ángel?
Anthony: Con placer.
¿Alguien tiene un cuchillo, una navaja, algo?
Alastor: Tenga, mi Afeminado Amigo.
Anthony: Gracias, Sonrisas.
Alastor: No hay de qué.
Anthony: Oye Husk.
Husk: ¿Si?
Anthony: ¿Qué tal si sales de detrás de este imbécil y te unes a la fiesta sangrienta que se está por desatar?
El canoso sonrió de forma casi felina.
Husk: Con gusto.
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