Falling In Love

Una semana había pasado.

Una semana había pasado desde que las víctimas y afectados de y por Valentino tomaran venganza... Además de que ya había pasado una semana desde que, en medio de ese asunto, Husk le disparó accidentalmente a Ángel en la mano izquierda.

Valentino quedó bien, pero bien muerto, por cierto.

Regresando al tema del disparo, Anthony tuvo suerte: no se dañó nada importante, sólo tenía un agujero de entrada y salida en la mano. 

Husk: ¿Ángel, dónde est-? ¡¿Pero qué mierda?! ¡¿Qué demonios estás haciendo en mi barra?!

Anthony: ¿Khé t parec khe ezthoi haziendo, Huzqui~? ¡Ezthoi bbiendoh!

Sí, como leyeron: el herido rubio se está quedando en casa del bartender, quien lo está cuidando... Hasta este momento.

Husk: Vamos, arriba. Sal de ahí.

Dijo queriendo sacarlo de la barra de su casa.

Husk: Ángel...

Insistió.

El rubio se durmió en la barra.

Husk: Agh...

El bartender se quejó en voz baja.

Luego, tomó al de ojos heterocromáticos para llevarlo a la habitación de huéspedes.

Lo cargó al estilo nupcial, asegurándose de que lo tenía bien sujetado y viceversa.

Caminó hasta la habitación en la que había instalado al rubio.

Abrió la puerta con uno de sus pies, pues esta estaba entreabierta.

Entró a la habitación y se acercó a la cama con el joven en brazos.

Iba a dejarlo ahí y arroparlo para poder finalmente irse a dormir.

Se detuvo al creer haber oído a quien tenía entre sus brazos decir algo.

Y sí, había dicho algo, pero esto era incomprensible para el de mayor edad.

Husk: ¿Qué dijiste?

Susurró.

Ahora lo oía más claramente.

Anthony: Te... Amo...

"Podría ser cualquiera al que le esté diciendo eso". Pensó el canoso.

Anthony: Te amo... Óscar...

Al hombre se le paró el corazón por un instante.

Husk: ¿Qué... Dijiste?

Preguntó incrédulo a lo que sus oídos habían escuchado.

Anthony: Dije... Que te amo, Óscar.

El rubio había abierto los ojos al decir esto último.

Husk: ...

Anthony: ¿No dirás na-?

Fue interrumpido al sentir como iba cayendo hacia abajo, para terminar cayendo en el colchón de su cama.

Lo siguiente luego de eso fueron unos labios siendo presionados contra los suyos de forma necesitada.

Él correspondió al movimiento del contrario sin dudarlo.

Al cabo de unos minutos, se separaron.

Husk: Yo... Yo también te amo, Anthony.

El chico estaba impactado por la declaración repentina, tanto, que comenzó a llorar.

Husk: ... Mierda. No me digas que lo arruiné.

Anthony: Nada de eso.

Se limpió las lágrimas.

Anthony: Es sólo que... estoy muy feliz de que sientas lo mismo.

El hombre el acarició la mejilla con ternura.

Husk: Yo también estoy feliz.

Respiró hondo.

Husk: Ahora... ¿Qué opinas de celebrar esto como se debe~?

Preguntó el bartender con tono coqueto.

El rubio asintió con una sonrisa lujuriosa.

Ya con su respuesta, el de mayor edad comenzó a besar el cuello contrario.

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