Can't

La canción que se había comenzado a reproducir en la vieja rockola del bar lo sacó de sus pensamientos.

Suspiró melancólico, decidido a emborracharse para olvidar su pasado... Sin importarle que lo echaran de su trabajo, pues en un par de meses sin asistir allí, le pedirían (nuevamente) que volviera para hacer subir las ganancias de ese lugar de mala muerte.

Rió un poco en voz baja, ahora hundido en pensamientos un poco menos turbulentos y más agradables.

El sonido de un taburete siendo arrastrado hacia atrás frente a él le sacó nuevamente de sus pensamientos.

El canoso frunció el ceño al ver quién era la persona que se había sentado ahí.

???: Hola, Husk~

Husk: Mierda, Anthony. Ya te he dicho que me llames Óscar.

Anthony: Y yo te he dicho que me llames Ángel, Huskyyy~

El bartender suspiró rendido, no tenía ganas de discutir esta noche.

Husk: Agh, bien. ¿Qué es lo que quieres... Ángel?

El rubio se sonrojó.

Era la primera vez que el de mayor edad le llamaba así desde que había llegado a ese lugar hace un par de años.

Husk: ¿Y bien?

Anthony: Um... ¡Ah, sí! ¡Sírveme un trago!

Husk: ¿El mismo de siempre?

Anthony: ... No. Dame algo más refinado esta vez.

El de cejas pobladas se dispuso a preparar un trago caro en lo que reía por la actitud del más joven.

Anthony: ¿De qué te ríes?

El contrario dejó de reír.

Husk: Nada, es sólo... Me sorprende que-

En lo que hablaba, lo interrumpieron.

???: ¡Que alguien de tu calibre pida algo tan fino! ¿Era eso lo que intentabas decir, viejo amigo?

Husk cambió su expresión de espanto a causa de la repentina aparición del más alto por una expresión amargada y molesta mientras le sacaba el dedo medio.

Husk: Jódete, Alastor.

Alastor: ¡HA! Te recuerdo que ya lo estoy desde hace tiempo. Técnicamente, desde que llegué a Nueva York, pues aún no he encontrado un trabajo decente. Eso me recuerda: ¡No te he agradecido!

Husk: ¿Agradecerme? ¿Por qué?

Alastor: ¿Por qué?

El castaño preguntó eso como si le estuvieran haciendo una pregunta demasiado obvia, para acto seguido, tomar aire y exclamar:

Alastor: ¡PORQUE! ¡De no ser por tu prima Niffty, jamás hubiera podido irme a escondidas de Nueva Orleans en aquel tren a causa de mis crímenes!

Husk: ...Ah, sí. Eso.

Dijo el hombre mayor al recordar ese asunto.

Alastor: ¡Veo que ya lo recordaste! ¡Te estoy completamente agradecido, Husker!

Lo abrazó.

Husk: Hijo de puta, habremos sido amigos cuando eramos pequeños, ¡pero eso no significa que tengas permitido abrazarme!

El de traje rió un poco por la queja, pero lo siguió abrazando fuertemente.

Husk: ¡Al-!

Alastor: ¡BUENO! ¡Espero que estés contento con mi muestra de agradecimiento! ¡Dejé algo en tu viejo y desgastado buzón de correo por si no estás conforme con esto!

Husk: Sí, sí, como sea.

Alastor: ¡Nos vemos mañana, Husker!

Husk: Sí... Adiós.

Alastor: ¡Adiós!

El de gran sonrisa se detuvo al ver al rubio.

Alastor: Oh, ¡Que tenga buenas noches, Ángel!

Anthony: Gracias. Que tenga buenas noches usted también, señor Alastor.

El bartender se quedó mirando la pequeña sonrisa de parte de Anthony: le dió una inexplicable ternura.

No sabía porqué, pero quería abrazarlo.

Quería abrazarlo, cuidarlo... Pero sin saber por qué.

Su instinto le dijo:
Emborráchalo, así lo averiguas.

Pero algo en el fondo de su alma decía:
No. Yo... Can't.

Expresó internamente algo dentro de él, negándose a hacerlo.

No podía, no quería, y no debía.

Pues no tenía idea de lo que pudiera revelar el de tez blanca a causa de "unas copas de más".

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