Capítulo 7: casa.

Jung Hoseok se despierta en las mañanas con un frío sepulcral, un frío tan profundo dentro de sí que a veces abraza sus piernas buscando calor, revolcándose entre las sábanas.

Pero a veces hace tanto frío -como hoy- que no puede dormirse.
Además, tuvo un sueño extraño.

Hoseok se sentó en la cama, viendo a su alrededor, a veces percibía su habitación demasiado desoladora y sofocante, silenciosa como una tumba.
A veces cuando despertaba le costaba saber dónde estaba. Siempre le costó recordar.

Pero aquel sueño se sintió tan vivido, tan real.

Estaba sentado en el césped de su casa, jugando con barro y palas de plástico. Le gustaba la jardinería al igual que su madre y mancharse la ropa con barro. Empezó a cavar y enterrar frijoles en la tierra y cuando se le acabaron, camino dentro de la casa. Su madre estaba cocinando.
Su madre se dio la vuelta, se agachó frente a él sonriendo y le beso las mejillas. Le dijo que le quería y que nunca lo dejaría.
Luego se esfumó como la neblina y él se quedo solo en casa, viendo por la ventana.
Esperando por ella.

...

- Así que te gusto.

Seguía insistiendo Hoseok, en el asiento trasero del auto. Ya llevaban una hora con eso, que era el tiempo en el que estuvieron visitando a la abuela de Taehyung.
Hoseok no podía parar de sonreír y Taehyung estaba rojo hasta el cuello.

- ¡No, no me gustas!

- Taehyungie, cariño, no seas así -dijo Hoseok, mirándole con diversión-. Es malo engañarse así mismo.

- Sí, rubia, todos alguna vez caen por Hobi, no hay de que avergonzarse. -intervino Yoongi, que estuvo escuchando toda la conversación y se reía de la expresión enfurruñada de Taehyung-. A excepción de mí, nadie sabe lo idiota que es.

- Yo sé lo idiota que es.

- Sí, pero eso a ti te gusta.

- ¡Que no me gusta! -gritó y luego se dio la vuelta mirando molesto a Hoseok-. ¡Y no pienses que algo cambiara porque mi abuela te haya aceptado!

- Tu abuela me ama -dijo Hoseok, sacándole la lengua con burla-. Me dio una foto de ti desnudo cuando bebé.

- ¿Qué.. qué ella... ella que?

Taehyung se paralizó sin siquiera parpadear. Supo que debió haber sido cuando fue al baño.

- Voy a imprimirla y a pegarla en mi pared -dijo Hoseok, con tanta seguridad en su tono de voz que ya hasta podía recrearlo en su cabeza.

- ¡No!, ¡Eso jamás!, ¡¿Dónde lo tienes?!, ¡Devuélvemelo! -exclamó Taehyung mientras se sacaba el cinturón de seguridad y se abalanzaba detrás del asiento donde estaba Hoseok, buscando entre sus bolsillos.

Yoongi empezó a chillar que parara y se sentara o lo golpearía donde más le duele, pero Taehyung estaba tan molesto que se puso a horcadas encima de Hoseok, quién se acostó en el asiento sujetando las muñecas de Taehyung y riéndose socarrón.

-¡Devuélvelo!, ¡Eso es invasión a la privacidad!

- ¡Pero tu abuela me lo dio! -replico Hoseok-. ¡Dijo que así de verían más o menos nuestros hijos!

- ¡Quién querría tener tus hijos!

- ¡Ya cállense, hijos de las que los parió! -gritó Yoongi, irritado, pero ambos lo ignoraron, siguiendo su discusión.

- ¡Oye, eso fue grosero, yo ya les había puesto nombres! -Hoseok pareció meditarlo, sin dejar de sujetar con fuerza las manos de Taehyung que trataban de golpearlo-. Por ejemplo, si fuera niña le pondría esperanza y si fuera...

- ¡Ya cállate y devuelve la foto! -interrumpió Taehyung en un gruñido-, ¡Soy su dueño!

- ¡¿Qué dueño, qué dueño?!, ¡Tú eres mío!

Hoseok le sacó la lengua a Taehyung otra vez y éste abrió la boca ofendido.

Hoseok no paraba de reírse y eso solo hacia incrementar la ira de Taehyung, quien trataba duramente de librarse de Hoseok y golpearlo.

- ¡Deja de reírte! -gritó Taehyung, más enojado.

- ¡Ya, ya, está bien, está bien! -dijo Hoseok, mordiéndose el labio para parar las carcajadas.

Taehyung dejó de forcejear, pero al instante vio como Hoseok desviaba la mirada hacia sus piernas abiertas a cada lado de su regazo y luego volvía a mirarle, elevando las cejas coquetamente.

Y sin darse cuenta, en un abrir y cerrar de ojos Hoseok estaba centímetros de su cara, había soltado una de sus muñecas y había puesto su mano en su nuca, inmovilizándole. Tenía las manos frías y su aroma a vainilla lo noqueó, como si fuera un estupefaciente.

- Esto se puso intenso -bromeó Hoseok, elevando una comisura de la boca-. ¿Desde cuándo eres tan bonito, Kim Taehyung?

Taehyung sintió su aliento en su cara. Pensó que le iba a desagradar, pero no. Eso lo noqueó más. Tragó saliva y trato de buscar en su interior al Taehyung que le odiaba y que estaba enojado.

No lo encontró.

- Si van a besarse para romper la tensión háganlo ahora o vomitaré, par de estúpidos -habló Yoongi, entre el silencio que se había hecho dentro del auto, mirando por el espejo retrovisor.

Hoseok se carcajeó y Taehyung empezó a pegarle manotazos, frunciendo el ceño.

¿Dónde estaba el Taehyung que odiaba a Hoseok en estos momentos?

Lo buscó por todas partes, pero al no encontrarlo sólo miró feo a Hoseok y volvió a sentarse en el asiento del copiloto.

Se quedó callado, supuso que en cualquier momento se le saldrían las mariposas o aguijones asesinos por la boca si hablaba.

...

Yoongi, seguido por las indicaciones de Taehyung llegaron a la casa de éste. Era muy hogareña y antigua, Hoseok pudo ver un gran patio detrás de ésta que estaba cercado con una reja. Cuando bajaron del auto, pudo oír los ladridos de un perro que aparecía detrás de la casa de Taehyung, asomándose a la reja.

- ¿Tienes un perro? -le preguntó Hoseok, bajando sus maletas del auto. Yoongi se quedo dentro, asomándose por la ventanilla y viendo la casa de Taehyung.

- Se llama Soonshim, le gusta jugar con extraños, así que no te morderá...

- Oh, ¿De verdad?

- A menos que yo se lo diga -Taehyung entrecerró los ojos hacia Hoseok y con un giro brusco de cabeza caminó hasta su casa.

- Sabes, Hobi... No sé como sentirme respecto a él, es tan raro -decía Hoseok detrás de su espalda-, hay momentos en los que me agrada mucho y otros en los que quisiera golpear el punto exacto para que ya no tenga más descendientes.

Hoseok veía como Taehyung abría la puerta de la reja y saltaba encima de él un perro albino, tan gigante que casi le hace caer al pararse sobre sus piernas traseras.

Hoseok no quiere decirlo, pero le aterran los perros grandes. Prefería a su perro Mickey, que es pequeño con ojos gigantes, pero vive con su hermana y su padre.

- ... Pero si te gusta supongo que debo aceptarlo -siguió hablando Yoongi, cuando Hoseok volvió a escuchar lo que decía.

- ¿Quién dice que me gusta Taehyung? -enarcó una ceja Hoseok. Se había apoyado en el auto, cruzado de brazos y mirando a Yoongi como diciéndole << ¿De dónde sacaste eso? >>.

Yoongi puso cara de indignado, abriendo la boca, incrédulo ante el descaro de Hoseok.

- ¿Estás jodiéndome? Caballo sinvergüenza, ¿Te crees que soy idiota, Jung Hoseok? Puedo golpearme la oreja con una puerta, pero de que te gusta Taehyung, te gusta -zanjo Yoongi.

Hoseok se quedó pensativo.

No quería que le gustase Taehyung... de esa forma.

Lo admiraba y podía sentir cierto amor y ternura hacia él, pero de gustarle sexualmente...

Simplemente no sabía qué sentir, porque el chico se había instalado en sus ojos tan profundamente que ya no podía mirar hacia otro lugar.

Pero era demasiado cobarde como para aceptar que de verdad había caído por él, aun sin conocerlo demasiado. Se daba por vencido aun sin intentar nada, tal vez no quería intentarlo.

Tal vez era feliz viendo sólo a Taehyung de cerca.

Tal vez era feliz sin ser codicioso.

Porque Taehyung era el único chico que había llamado su atención así. Hoseok no sabía que tenía esas preferencias hasta que le vio saludarle, con esa sonrisa y esos ojos. Hoseok no sabía que podía existir una persona así en el mundo.

- Tal vez no quiero que me guste -murmuró Hoseok, mientras veía como Taehyung se sentaba en el cemento, acariciando a su perro y arrugando su rostro.

- ¿Por qué no? A Taehyung le gustas, puedo verlo en cómo te mira, como si quisiera comerte toda la cara. -se rió Yoongi y Hoseok no pudo evitar carcajearse un poco, porque en su mente Taehyung lo mira como si quisiera matarlo-. Lo que pasa es que ustedes son unos miedosos, les da miedo arriesgarse, hasta yo acepté que bateo para los dos lados y tú, Hoseok, deberías hacer lo mismo. Sé que a ti te da miedo por lo que te hizo Hye, porque temes que te lastimen otra vez.

- No es eso -negó Hoseok-. No soy una persona que guarda rencor, lo sabes... Es sólo que lo miro y... siento su rechazo, como si no me quisiera cerca.

- No entiendo qué quieres decir. Tal vez Taehyung se comporte como un idiota contigo, pero en verdad no creo que te odie.

- Yo tampoco lo creo -dijo Hoseok, agarrando sus maletas que ya había bajado del auto-. Pero él quiere odiarme y no sé... quiero respetar eso.

- Hobi... -Yoongi se puso una mano en el pecho, como si estuviera conmovido-. Tú de verdad eres el mayor idiota que he conocido. Por eso te quiero, amigo.

Yoongi sacó la mitad de su cuerpo del auto y abrazó a Hoseok, dándole fuertes palmadas en la espalda. Cuando se separó, Yoongi levantó los dedos pulgares, deseándole ánimos.

- Tú puedes, has que la rubia caiga por ti.

- Yoongi hyung... -murmuró Hoseok, poniendo los ojos en blanco.

- Suerte, enamorado -se despidió de él y luego gritó hacia la casa de Taehyung-. ¡Pronto vendré a tu casa, rubia!

Taehyung giró la cabeza y lo miró, desfigurando el rostro de molestia.

- ¡No me llames rubia!, ¡Y no, no lo hagas! -le gritó Taehyung y Yoongi arrancó el motor.

- ¡No pedí tu opinión, adiós!

Yoongi le despidió con la mano fuera de la ventanilla y Taehyung bufó con fuerza, casi igual a su perro que no dejaba de olerlo y estornudar.

Hoseok arrastró las maletas dentro de la casa y cuando estuvo lo suficientemente cerca del perro, éste le ladró, haciendo que diera un salto.

- ¡Eso, Soonshim, muérdelo! -bromeó Taehyung, riéndose.

- Eres un chico tan malo... -murmuró Hoseok, con gesto dolido. Taehyung lo miró con suficiencia y Hoseok sonrió coquetamente-. Creo que me gusta.

Taehyung gruñó, sonrojándose mientras Hoseok se adentraba a la casa, ignorando al perro que le seguía, oliéndole las piernas. Taehyung se levantó del suelo y fue detrás de Hoseok.

- Esta es la sala de estar -empezó a explicarle Taehyung cuando llego a su lado, mientras Hoseok veía todo el lugar con curiosidad-. Al fondo está el baño, y a la derecha está la cocina, por esa puerta. Tenemos solamente dos habitaciones, yo ocuparé la de mi abuela y tú ocuparas la mía.

- ¿Y el patio trasero? -preguntó de repente Hoseok, quien había dejado las maletas en el suelo. Estaban un poco pesadas.

- ¿Qué pasa con el? -preguntó Taehyung, levantando una ceja-. ¿Quieres dormir allí?

- No es eso -murmuró Hoseok, inflando un poco las mejillas-. Vi que tenías un huerto, ¿Tienes uno?

- Ah, sí, tenemos uno. A mí abuela le encanta la jardinería y todo eso, mis padres viven cerca del campo -explicó Taehyung, mirando una foto familiar pegada en la pared.

Hoseok la miró también. Ahí habían muchas personas en la foto para una casa tan vacía como la de Taehyung.
Buscó y buscó entre las caras que se encontraban en ella y lo encontró.
Taehyung no había cambiado nada, sólo la altura, y Hoseok pudo notar que tenía la misma sonrisa cuadrada que tuvo cuando vio a su abuela. Una sonrisa de verdadera felicidad.
Y traía unos lentes cuadrados negros.

- ¿Qué me estas viendo? -dijo Taehyung, al darse cuenta que Hoseok alternaba del cuadro hacia él, con una mano en su pecho y sonriendo enternecido.

- Eras tan lindo -dijo Hoseok y Taehyung se atraganto con su saliva-. Te compraré unos lentes iguales a esos, ya verás.

- ¿Qué estás diciendo? -le preguntó arrugando la nariz, tratando de no sonrojarse por décima vez ese día.

- Nada -Hoseok le dedicó una pequeña sonrisa y arrastró sus maletas a la habitación a su derecha, que quedaba justo en frente de la habitación de la abuela de Taehyung.

- Ya saqué mis cosas, así que puedes poner las tuyas. -dijo Taehyung yendo detrás de él.

Hoseok vio la habitación de Taehyung, era espaciosa, tenía una cama de media plaza, un mueble para la ropa, otro con una televisión, una ventana que daba al patio y dos repisas. Las paredes eran de color beige y el piso estaba alfombrado. Le gustaba.

- ¿Así que no dormirás conmigo? -bromeó Hoseok y Taehyung le pegó un manotazo en el brazo.

- Te veré mañana en la academia, tenemos que practicar para el concurso -dijo Taehyung, mientras tomaba del mesón sus llaves y su bolso.

- ¿Te vas? -le preguntó Hoseok, apoyándose en el umbral de la puerta.

- En las tardes también canto con Jin en el metro y después... espera, ¿Por qué te estoy explicando? -se preguntó extrañado Taehyung, sin volver a mirarle-. Nos vemos en la noche.

- Espe... -Hoseok no alcanzó a decir nada más, Taehyung rápidamente había abierto la puerta y se había ido-... ra... ¿Ahora cómo iré a trabajar si no tengo un duplicado de la llave? Rayos... -murmuró para sí mismo Hoseok, quien salió corriendo fuera de la casa-. ¡Taehyungie!

...

Hoseok suspiró mientras estaba anotando el pedido de una pareja que hablaba demasiado, tanto, que ni siquiera se habían dado cuenta de que él estaba allí con la libreta en sus manos. Hoseok tosió, y ellos al fin se dieron cuenta que estaba allí. Había veces que odiaba a las parejas felices. Hoseok creía que eran una total farsa.

Tomó su pedido rápidamente y se dirigió a la cocina. No habían muchos clientes ese día, así que cuando fue a la cocina se encontró con un Park zanahoria Jimin preocupado, mientras tachaba artículos del periódico y le echaba desengrasante a los platos sucios.

Hoseok se paró detrás de él viendo lo que tachaba sigilosamente, al parecer, el chico zanahoria buscaba un lugar donde alojarse.

- ¿Qué buscas? -dijo Hoseok. Jimin pegó un salto, tocándose el pecho con la mano.

- ¡Ah, Hobi hyung, me asustaste! -se quejó.

- Lo siento, a veces no controlo mi belleza -bromeó Hoseok, quien se recargó sobre el mueble de la cocina y leyó los enunciados del periódico con mayor claridad-. ¿Buscas un departamento?

Jimin asintió con pesar, mordiéndose el labio inferior con semblante afligido.

- Ha pasado una semana desde que llegaste, ¿Aun no consigues uno? -le preguntó extrañado Hoseok-. ¿Dónde has dormido?

- Eh, pues... el hermano de mi amigo me dejo quedarme en su casa unos días, pero tiene novia y va a mudarse con él. Tuve que irme. -le explicó Jimin, cerrando el periódico.

- ¿Y no tienes más amigos aquí?

- Tengo uno, es mi mejor amigo, pero tiene problemas y no quiero que se preocupe.

Hoseok se enterneció. Park Jimin era un chiquillo demasiado puro e inocente como para no tener un hogar. Así que hizo lo más razonable que pudo haber hecho en ese momento, en la libreta anotó la dirección y el número de Yoongi -que era quien administraba el dinero del departamento- para que Jimin pudiera irse a vivir allí.

Le pasó el papel y Jimin, quien se encontraba pensando sobre qué hacer, si gastar todo sus ahorros en dormir en un hotel o dormir en el parque, se sorprendió al ver lo que le daba Hoseok, sin tener la mínima idea sobre qué podría tratarse.

- ¿Qué es esto? -le preguntó, con el papel entre sus cortos dedos.

- Es la dirección de mi antiguo departamento,como acabo de mudarme puedes irte a vivir allí. -le sonrió Hoseok y la mirada de Jimin se iluminó-. Eso sí, tendrás que compartir el departamento con dos personas más, pero tendrás una habitación para ti solo.

Jimin sonrió felizmente, dando pequeños saltitos.

- ¡Ah, muchas gracias, Hoseok hyung! -exclamó emocionado y de un arrebato abrazó a Hoseok, estrujándolo contra si.

Hoseok se preguntó porque a todos le daban por abrazarlo ese día.

- Llamaré al número que me diste -dijo Jimin, sacando su celular-. ¡De verdad muchas gracias!

- No me agradezcas, debes agradecer al chico que me dejo mudarme con él -dijo Hoseok, riéndose un poco.

- ¡Está bien! -se rió feliz Jimin- ¡Agradecele de mi parte!

Hoseok se rió con ganas. Park Jimin tenía algo que le hacia recordar a Taehyung. Tal vez sería la ingenuidad, la ternura y la torpeza que salia de sus poros.

Aun podía recordar la primera vez que conoció a Taehyung, después de que le saludara y se diera la vuelta para irse tropezó, se le salió el zapato mostrando su calcetín de osito.
De seguro se llevarían bien.

...

Era de noche y siempre daban las 22:30 al salir de su trabajo.
Hoseok tomó el autobús para volver a la casa de Taehyung, habían pocas personas en aquella parada así que eligió el último asiento que daba a la ventana. No sabía cuantas paradas le llevaban hasta la casa de Taehyung, así que tenía que estar atento a no quedarse dormido. Vio como un viejo cuarentón, igual de cansado que él, se sentaba a su lado.

Cuando llegó a la tercera parada, bostezando y tratando de no recostar su cabeza en el hombro del hombre, le sorprendió ver a Taehyung esperando en la parada con Jin. Hablaban y gesticulaban de una forma exagerada. Hoseok se preguntaba que estarían hablando y porqué Taehyung traía un pandero de color verde fosforescente mientras que Jin tenía puesto el sombrero de Cowboy.

Se subieron, detrás de varias personas y se quedaron parados, al lado del conductor. Hoseok vio como Taehyung le dijo algo al conductor al oído y éste asentía. Taehyung le sonrió amablemente y giro el rostro, mirando a todos los pasajeros.

Hoseok instintivamente se agachó en su asiento y se puso su gorro más la capucha de su sudadera. Por alguna extraña razón, no quería que Taehyung le viera ahí. Se sentía raro ver a Taehyung en un lugar donde no fuera el metro o la academia, casi como si estuviera invadiendo su privacidad, aunque era tonto ya que vivirían juntos desde hoy. En realidad, se sentía raro pensar que Taehyung le devolvería la mirada.

Le oyó carraspear y luego su voz, grave como siempre.

- Hola a todos los pasajeros; señores, caballeros, señoras, señoritas, bebés, bebitos, buenas noches, mi nombre es V. -dijo Taehyung, inclinándose sutilmente-. Mi amigo Jin y yo tocaremos una canción para ustedes, la cual se la dedico a alguien especial y no, no es mi novia, Jin. -señaló luego mirando a Jin, quien le miraba riéndose-. Espero que les guste, es un cover y se llama Home, es una canción especial para mí porque mi abuelo solía tocarla y nos hacia cantarla a mí y a mis hermanos. Es una canción realmente buena y está en inglés y... ¡Oh, pero si buscan la traducción de verás les gustara! Y...

- Tae, cállate y cantemos, no tenemos toda la noche -se quejó Jin, medio riéndose y apoyándose en el barrote del autobús posicionando bien su guitarra entre sus brazos.

- Oh, sí, sí. -afirmó Taehyung y luego Hoseok vio como su cara tomaba una expresión nostálgica.

Lo que contradecía con la canción, que era muy animada y cuando Jin empezó a moverse al ritmo, contagió a Taehyung, quien empezó acompañarle con el pandero y empezó a cantar.

<< Alabama, Arkansas,
quiero a mi mamá y a mi papá,
pero no de la forma que te quiero a ti. >>

Hoseok se rió bajo cuando Taehyung señaló a Jin con los dedos e hizo una cara de pervertido. Estuvo a punto de ponerse celoso, pero luego Taehyung siguió cantando y empezó a señalar a los pasajeros con el pandero en una mano. La mayoría de ellos se reía y acompañaba a Taehyung tímidamente con las palmas.

<< Y en las calles tú corres libre,
como si fuéramos solo tú y yo,
¡Jesús! eres algo que merece ser visto.

Ah, el hogar, déjame irme al hogar,
el hogar es cualquier lugar en el que esté contigo,

ah, el hogar, déjame irme al hogar,

el hogar es cualquier lugar en el que esté contigo. >>

Hoseok no pudo resistirse, empezó a cantar la canción y aplaudir al ritmo de la melodía. La canción era demasiado pegajosa y alegre que te quitaba hasta el sueño. Hasta vio como el hombre cansado a su lado también aplaudía y sonreía, moviendo la cabeza de un lado a otro.

Hoseok se sintió genial, casi como si hubiera rejuvenecido, el trabajo le agotaba muchísimo. Ver a Taehyung era como recargarse con el sol.

Y cuando acabó la canción, Taehyung volvió a inclinarse sutilmente hacia los pasajeros para luego agarrar el sombrero de Cowboy que tenía puesto Jin, desordenando su cabello pero volviéndoselo arreglar, con un poco de saliva. Hoseok se rió a ver la expresión de asco de Jin.

- No somos mendigos, pero si les sobra dinero para ayudar, bienvenidos sean -dijoTaehyung y Jin se rió entredientes, tapándose la boca.

Varias personas allí pusieron dinero en su sombrero y Taehyung respondía con un gracias, thanks you, arigato, oh yeah y cuando empezaba a llegar a los asientos de al fondo Hoseok se tapo aún más con el gorro y sin mirar a Taehyung, puso un billete en el sombrero.

- Oh, tenemos un encapuchado aquí -le oyó decir, riéndose- Gracias, señor encapuchado.

Hoseok se achicó en el asiento, reprimiendo sus ganas de saltar encima de Taehyung y pegarle un susto. Le gustaban las reacciones que tenía Taehyung, eran muy divertidas.

Pero decidió quedarse en el asiento y ver como Taehyung se bajaba en la parada de su casa.

- Mierda, se me pasó la parada, mierda, demonios -susurró Hoseok para sí mismo y saltó del asiento para bajarse del autobús- Eh, señor conductor, tengo que bajarme aquí. -dijo Hoseok, tratando de sonar amable y no desesperado como lo estaba ahora.

- Lo siento chico, no me detengo hasta la próxima parada -contestó el conductor sin mirarle.

- Por todos los... -Hoseok suspiró, reteniendo las ganas de golpear al conductor y tirarse del autobús-. ¿Y cuantos minutos cree que me demoraré en caminar hasta la parada anterior?

- Hmm... pues calculando la velocidad del viento con la velocidad que vaya ahora más sumándole los baches y restando esta conversación contigo... como una hora.

Hoseok lo miró asustado.

Mejor se tiraba de la ventana ahora que tenía tiempo.

- Ni crea que voy a caminar una maldita hora. -sentenció Hoseok y aun con el autobús andando abrió la puerta de éste y, viendo como el conductor disminuía la velocidad y despotricaba contra él, se tiró, cayendo y rodando encima del césped.

- ¡Vaya mierda! Me ensucie los pantalones con lodo, que asco -se quejó, parándose y limpiando sus manos llenas de barro. Tenía barro hasta en su cabello-. Esto me pasa por calmar mis impulsos, ya decía Namjoon que si quería tirarme encima de alguien tenía que hacerlo.

Hoseok negó con la cabeza, retándose así mismo.

- Cuando aprenderás, Jung hoseok.

Y camino medio cojeando en dirección contraria, de vuelta a la parada de la casa de Taehyung.

...

- Home, let me come home. Home is wherever I'm with you. -empezó a cantar, en frente de la casa de Taehyung-. Ah home, yes I am home. Home is when I'm alone with you.

Hoseok siguió cantando hasta llegar al coro, cuando oyó como el perro de Taehyung ladraba, rascando la ventana y detrás de él un Taehyung jadeante, como si hubiera corrido. Salió con el ceño fruncido y abrió la reja, cruzándose de brazos.

- ¿Se puede saber dónde mierdas estabas?, ¡Te estuve esperando hace una hora! -exclamó Taehyung, elevando la voz.

Hoseok lo miró sorprendido y a la vez complacido, Taehyung había estado esperándole e imaginándoselo así le parecía muy tierno.

Luego vio como Taehyung sacaba una llave de su bolsillo, ésta tenía el colgante de un caballo dientón y feo.

- Estas son el duplicado de las llaves, para que no tengas que cantar... Espera, ¿Estabas en el autobús? -preguntó Taehyung, entrecerrando los ojos hacia Hoseok, quien inmediatamente trato de que el gorro en su bolsillo no se notara.

- ¿Qué autobús?

- Mentiroso. -susurró Taehyung, dándose la vuelta y tirando las llaves a Hoseok que las agarro en el aire-. No quiero fiestas de esas a las que vas en mi casa, ¿entiendes? Y tampoco quiero que traigas chicas borrachas ni que vengas borracho ni que...

- ¿Y chicos? -rebatió Hoseok, caminando dentro de la casa al igual que Taehyung.

Éste casi se tropieza y Hoseok alcanzo a agarrarlo por la cintura. Taehyung se alejó apenas sintió las manos fuertes de Hoseok apretar su cintura casi con posesividad, tan abochornado y sonrojado como si le hubieran echado tinta roja a la cara. Hoseok se dio cuenta que Taehyung tenía una cintura estrecha, como de chica.

Pero eso no fue lo que lo dejo perplejo, pensó que Taehyung lo golpearía, no que reaccionaría de esa forma tan tierna, tímida e inocente.

Le gustó, así que avanzó intimidando a Taehyung, quien cada vez se alejaba más.

- ¿Q-qué estás h-haciendo, pervertido? A-ale-aléjate, oye... -advirtió Taehyung, justo cuando chocó la espalda con la pared y sin dejar de mirar nervioso a Hoseok corrió hacia su habitación.- ¡Eres un imbécil! -fue lo último que le escucho decir, antes de cerrar la puerta de un portazo.

Hoseok suspiró, sonriendo de lado. En ese preciso instante, se había dado cuenta de algo que ya sabía pero que no quería aceptar como la mayoría de cosas en su vida.

Quería besar a Taehyung.

Y no podía decir que eso no le había aterrado un poco.

En cada momento se hacía más débil así como la verdad de sus sentimientos se hacia más fuerte. Taehyung estaba empezando a gustarle de la otra forma... no de esa forma en la que le empezó a gustar al principio.

<< Aah, así que de verdad me gusta Taehyung de esa forma... >> pensó emitiendo una sonrisa casi amarga.

¿Entonces qué se suponía que tenía que hacer ahora cuando la verdad era inevitable y estaba al frente suyo? Sí, sí, sí, le gustaba, mucho, quería besarle toda la cara, todo el cuerpo ¿Pero qué podía hacer? Cada vez que le miraba, no podía dejar de pensar lo mucho que le gustaba, lo mucho que quería... tocarlo. Y no podía.

Era insoportable.

Y no era un juego.

Quería besarlo.

<< ¿Así que de verdad te gustan los hombres, Jung Hoseok? >> recuerda que le dijo Namjoon esa tarde, cuando se lo encontró en el trabajo y hablaron un rato. Cuando le contó sobre lo increíble que era Taehyung. Sobre lo increíble que le veía a través de sus ojos.

Y él, sin siquiera vacilar, respondió: << No, me gusta Kim Taehyung. >>

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