Capítulo 31: el verdadero amor espera.

Hoseok yacía acostado de lado en la cama mirando hacia la ventana con las cortinas entreabiertas, dejando ver el cielo celeste oscuro de la mañana, pensando sobre qué tenía que hacer para sentirse mejor. Por más que trataba de pensar en algo para decirle a su padre, una forma de solucionar las cosas con él, todo parecía muy complicado. Ni siquiera cuando dio las pruebas para ingresar a la Academia lo había acomplejado tanto que mantener una simple conversación con su padre en la que él le pedía disculpas por faltar el respeto, aunque no necesariamente se lo haya ganado y eso era lo que más le contradecía. Hoseok no lo respetaba porque fuera una persona igual a él, lo respetaba simplemente por el hecho de que es su padre y le dio la vida. Y tal vez por eso era tan difícil, aún dudaba sobre si llamarlo o no. 

El problema de Hoseok, no era que su padre haya estado con otra mujer, de hecho; siempre sospechó que su madre lo sabía y lo aceptaba, sino que jamás se lo había dicho a ellos claramente -aun después de tantos años-, aunque sabía que no era algo tan fácil de hacer. Pero no había sido sincero, y él pensaba que su padre lo era. Siempre lo había sido; integro, sincero y directo. Hoseok quería ser como él la mayoría del tiempo -aunque nunca lo demostró-, por eso se había decepcionado tanto al darse cuenta que su padre no era el hombre que él creyó, que el amor tan hermoso que se tenían se había destruido así. Y su imagen de él, su idealización, esa fachada que dolía quitarse porque la realidad siempre era la verdad cruel y desgarbada de una hermosa mentira.

Siempre cuesta deshacerse de las creencias de lo que nos hace felices, porque pensamos que es perfecto. Y cuando ya no lo es, todo se ve más sucio y defectuoso, y a nadie le gusta ese cambio. La cosa era que Hoseok ya no quería estar enojado, no quería tener una mala relación con su padre, él quería ser feliz en todos los sentidos posibles; porque si él estaba triste, entonces todos a su alrededor también lo estarían. No podría hacer a nadie feliz.

Por ejemplo: Taehyung. Ese chico agridulce que está abrazándolo por la espalda, con un brazo rodeando su abdomen y la respiración en su nuca. Ese chico que le da calor sin siquiera él pedírselo, ese chico tan hermoso que es hasta doloroso, que le hace tan feliz y a la vez puede hacer que se sienta completamente miserable. Ese chico que calza con todos sus ideales, pero a la vez prescinde de todos ellos. Ese chico del que cayó profundamente enamorado hasta la idiotez.

Sin embargo, aunque estuvieran enamorados, ellos también tenían problemas; podían tener malos momentos, pelear, insultarse, ignorarse y estropearlo todo, pero al final de todas las idas y venidas siempre volvían a ser ellos dos y siempre volvían a embellecer lo hermoso que tenían, que era el más sincero amor, ese amor que no se repite, que es único como todos los amores del mundo. Y estaba tan enamorados de todas sus imperfecciones.

Hoseok sintió como despertaba, dejando de abrazarlo para destensarse y gruñir, con un bostezo de oso que le hizo sonreír. Se dio la vuelta para ver los ojos soñolientos y lagrimosos de Taehyung, sus labios secos y sus mejillas hinchadas: él también tenía sueño, pero el insomnio sólo hacía que se sintiera cansado. Taehyung pestañeo lentamente y volvió a darse la vuelta para abrazarlo, con la cara escondida en su pecho.

- Buenos días, Hoseokie -musito con voz ahogada, sin dejar de abrazarlo con fuerza.

- Buenos días, Taeceloso -burló Hoseok, sin poder evitar bromear sobre la pequeña escena de celos que le hizo Taehyung ayer. Ahora que se sentía mejor, podía bromear con ello, pero en cambio Taehyung volvió a gruñir, sorbiendo su nariz en un quejido lastimero.

- No me digas así... -gruñó haciendo un puchero y alzando la mirada con el entrecejo fruncido. Hoseok se restregaba los ojos con una mano y peinaba el cabello de Taehyung con los dedos de la otra-. ¿Cómo estás?

- Mejor, dormir me hace sentir mejor -contestó Hoseok, dando un casto beso en la nariz a Taehyung, quien la arrugó adorablemente-; dormir contigo, claro.

Taehyung se quedo mirándolo fijo unos segundos, hasta que se volteó acostado de espaldas y observó el techo con una mueca y exhalando un suspiro.

- Es bueno escucharlo... porque tengo que hablar de algo contigo.

- No me digas que vas a terminar conmigo -contestó Hoseok arrugando la frente, sentándose en la cama y mirándolo por encima del hombro- ... porque si es así ya te digo que no.

- No es eso -negó Taehyung, con una risa floja que parecía más otro suspiro-, ya quisieras que terminara contigo para que puedas irte con Minhyuk -Hoseok iba a replicar, pero Taehyung lo calló tirando de su camiseta hacia atrás y pasando un brazo alrededor de su cuello-. Pero no, eso no es de lo que quiero hablar, quiero hablar de lo que pasó ayer.

- ¿Qué cosa exactamente? -preguntó Hoseok, alzando las cejas y girando el rostro hacia Taehyung, quien se alejó un poco y agacho la cabeza desviando la mirada. Se veía afligido y eso a Hoseok lo preocupó. Taehyung empezó a acariciar su oreja derecha, pasando sus dedos por su cabello y abultando su labio inferior.

- Dijiste algo que me dolió -musito con un suspiro. Hoseok sintió una presión desagradable en su pecho y trago saliva al ver como Taehyung dejaba de tocarlo y se sentaba en la cama, cruzando los brazos y apoyándolos en sus rodillas, Hoseok también se sentó y paso su mano por su nuca, peinando su cabello revuelto con sus dedos de forma cariñosa.

- Lo siento -musito Hoseok, profundamente apenado-, no fue mi intención hacerte sentir mal.

Taehyung le dirigió una mirada de soslayo, dándole una sonrisa de lado apretando y relamiéndose los labios secos.

- Lo sé, a veces las personas tienden a hacer y decir cosas impulsivas cuando están mal; no miden el daño que pueden hacer -dijo bajando la voz a medida que hablaba. Taehyung tomó la mano de Hoseok y la apartó suavemente de su nuca, depositándola entre sus manos-. Lo entiendo... pero quiero que me expliques que quisiste decir con que Minhyuk no es como yo -ante eso, Hoseok apretó su mano inconsciente-. Lo dijiste de una forma... muy fea. Ni siquiera sonó a cumplido... sonó a como si ser yo fuera malo.

Hoseok lo miró preocupado, el menor tenía esa mueca que siempre ponía antes de ponerse a llorar. Se acercó a él, sentándose a su lado hasta tocar sus rodillas con las suyas y atrapar su rostro con sus manos, alzando su rostro hacia él. Negó repetidamente con la cabeza.

- No quise decirlo de esa manera, ni siquiera sé porque te hablé así, simplemente... estaba muy dolido y cansado -con una mano, acariciaba la mejilla de Taehyung y con la otra su mano, mirándolo fijamente a los ojos-. Ser tú no es malo, no pienso eso, perdón si lo expresé así; eres maravilloso -se acercó aun más, volviendo alzar la cabeza de Taehyung cuando él la desvió avergonzado y triste-. Eres una persona maravillosa, Taehyung... Sólo me molesto que pensaras que Minhyuk podía tener esos sentimientos por mí, porque no es así y aunque así fuera, tú eres el único para mí. No te cambiaría por nada ni nadie.

Taehyung mordió su labio inferior, con los ojos llorosos y se inclinó hacia el frente, apoyando la frente en su hombro y suspirando pesadamente.

- No vuelvas a decir algo así... me hace pensar que ya no me quieres y... no quiero que eso pase -murmuró, alzando la cabeza y mirando fijamente a los ojos de Hoseok-. No quiero que dejes de amarme. 

Hoseok lo miró enternecido, agarrando su rostro con delicadeza y besándolo de la forma más dulce posible; en la que sólo él podía besarle. Se inclinó hacia delante, apoyándose en la cama y pasando su mano por el cuello de Taehyung hasta su nuca y enredando las hebras de su cabello entre sus dedos. Taehyung temblaba de placer a medida que el beso se hacía más intenso, los labios del mayor robando suspiros y jadeos, arrugando la camiseta entre sus manos y tirando de ella hacia él, hasta tener el cuerpo de Hoseok encima del suyo mientras él retrocede hasta quedar acostado en la cama.

- Te quiero -esbozó Hoseok alejándose, para volverlo a besar en la mejilla, mirándole con devoción-. Te amo -otro beso en el mentón-. Me encantas -y otro en su frente-. Te adoro -y luego otro en la punta de la nariz, provocando una risa suave al menor-. Siento absolutamente todo lo que esas frases pueden expresar y mucho más por ti... Pero las palabras no lo son todo, ¿Verdad? -le sonrió a Taehyung, abriéndose paso entre sus piernas y sentándose en medio, para luego agarrarlo de la espalda y sentarlo en su regazo. Taehyung se dejaba mover como si fuera un muñeco de trapo, aun decaído. El mayor buscaba su mirada, ladeando la cabeza mientras acariciaba los pómulos del menor con sus pulgares-. Lo sientes, di que sientes que te amo tal cual como yo sentía que lo hacías cuando decías que me odiabas.

Taehyung hace un mohin sonrojado ante la sonrisa dulce de Hoseok, en la que sus hoyuelos se marcaban adorablemente; el menor sintió su corazón ablandarse aun más y sus ojos se desbordaron con lágrimas escurridizas. No eran de tristeza, sino de un profundo alivio, porque sentía en la forma en la que Hoseok lo miraba el amor que expresaban sus palabras. Sintió tanto alivio que empezó a sollozar contrayendo el rostro y agitándose como si algo le doliera; Hoseok tenía el poder de hacerlo llorar con simples palabras.

Hoseok lo miró asustado por los fuertes sollozos que atacaron al menor, no le gustaba verlo así y estaba empezando a entrar en pánico, lo único que pudo hacer fue abrazarlo fuertemente, besando su cuello, subiendo hasta su mejilla hasta llegar a su boca húmeda por las lágrimas y su nariz goteante que trataba de secar con el dorso de su manga.

- No, no, no. Lo siento, lo siento mucho, no llores -musito Hoseok, arrullándolo a medida que Taehyung se tranquilizaba e hipaba abultando su labio-. No llores, no estés triste, amor.

- No e-estoy... t-triste.

- ¿Entonces?

- Te odio mucho, Jung Hoseok -exclamó entre balbuceos y volvió a sollozar, esta vez más fuerte.

Hoseok no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, porque la forma en la que lo dijo no transmitía odio alguno, de hecho, era bastante cómico, parecía un bebé con ese puchero y sus mejillas sonrojadas mientras se sorbía la nariz. Era adorable.

Lo besó y lo abrazó y ambos volvieron acostarse en la cama, sin decir nada más. Hasta el momento ambos se habían dicho suficiente. Y Hoseok empezó a cantar, a medida que el llanto ya no existía y en cambio se reemplazaba por una sosegada respiración.

<< No estoy viviendo

Solo estoy matando el tiempo 

Tus manos diminutas

Tu sonrisa de gatito alocado.

Solo no te vayas, no te vayas...

Taehyung alzó la vista, sonriendo al oírle cantar para que siguiera y Hoseok le hizo cosquillas cerca de la oreja con la nariz, mordiendo juguetonamente su mejilla. Ambos rieron y el mayor le pidió que cantara la parte que seguía; y lo hizo, cantando bajo con una voz suave y agradable.

Y el verdadero amor espera 

En áticos encantados 

Y el amor real vive

De paletas y papas fritas 

Solo no te vayas... no te vayas... >>  

Hoseok por fin pudo dormir tranquilamente escuchando la voz de Taehyung mecerlo como en un bote en medio del océano. Y se preguntó cómo era posible que solo él pudiera ser la cura de todos sus insomnios.



[...]





Taehyung estaba lavando los trastes, moviendo la cabeza de un lado a otro mientras tatareaba una canción de Kanye West que había puesto la hermana de Hoseok en el reproductor, sonriendo hacia Meji que entraba por la puerta de la cocina luciendo cansada mientras se tomaba el cabello en una coleta. Hoseok había ido a casa de Minhyuk luego de que los tres comieran sopa de Mandu hecha por Meji y perdiendo en el <<piedra, papel y tijeras>> a él le tocó lavar los trastes. No le importaba mucho, a Taehyung le gustaba ser útil y lavar los trastes era una manera de agradecer la hospitalidad de Meji, que era un encanto igual que su hermana, aunque mucho más divertida que ella. Si Taehyung bromeaba demasiado tiempo con su hermana, corría el riesgo de acabar sin cabello, porque su hermana solía tirarle las patillas cuando cruzaba el límite. Era demasiado parecida a su madre.

Por el rabillo del ojo vio como Meji se apoyaba en la encimera a su lado, juntando las cejas y haciendo un mohin. Se le veía preocupada, aunque trataba de ocultarlo.

- Mi padre quiere hablar contigo, Taehyungie -dijo por fin. Taehyung la miró ladeando la cabeza y ella añadió-: Sin Hoseok.

Trago saliva. Eso no sonaba para nada bien, pero Taehyung sonrió tratando de reconfortarla y asintió para sí, terminando de enjuagar los últimos vasos y ponerlos a secar con el paño de cocina.

- Está bien.

- ¿Recuerdas el camino al parque Shompyon al que fuimos? El que queda a la vuelta y tenía una estatua...

- Sí, sé como llegar -volvió a sonreír, suspirando en un intento por vaciar el nerviosismo que empezaba a corroer su estómago-. No te preocupes... pero, no crees que me golpee, ¿verdad? Digo, para prepararme y correr -añadió, riéndose y tratando de no sonar tan asustado. Al ver la sonrisa de Meji se dio cuenta que no lo había logrado, supuso entonces que se veía aterrorizado.

- No, tranquilo. Creo que se le apagó las llamas del enojo, así que no te hará nada -sonrió tiernamente hacia él, posando una mano en su espalda conciliadoramente-. Y aunque pudiera, si lo hiciera, Hoseok se volvería loco y... nadie quiere eso -luego frunció el entrecejo, mirando detrás de ella hacia el pasillo-. A todo esto, ¿Dónde está?

- Donde Minhyuk -contestó Taehyung con indiferencia. Meji hizo una mueca evidentemente molesta.

- Ese idiota... hablaré con él más tarde.

- Déjalo, está bien que se distraiga -sonrió Taehyung, suspirando y mirando el patio a través de las cortinas blancas frente a él-. Si eso le hace feliz...

- Pero Taehyungie... 

- ¿A qué hora dijiste que era? -interrumpió Taehyung, consciente de lo que le diría Meji y por eso mismo no quería hablar más de eso. Hoseok y él no habían vuelto hablar de eso y estaban bien.

- A las tres.

Se volteó hacia la puerta, al lado de ella colgaba un reloj con forma de frutilla en la que se veía marcar las dos de la tarde con cuarenta y cinco minutos.

- Creo que debería ir yendo, no quisiera llegar tarde.

Taehyung se sacó los guantes amarillos para fregar y se sacó la bata de cocina colgándola a un lado de la puerta, todo con tanta rapidez que era obvio que estaba huyendo de la mirada preocupada que le daba la hermana de Hoseok.

- Nos vemos luego, Meji -exclamó.

- Llámame si pasa cualquier cosa, ¿Está bien, Taehyungie?

Taehyung asintió y con una última sonrisa desapareció por el pasillo. Estaba tan nervioso que creía que en cualquier momento se desmayaría y rezaba porque eso no sucediera, no al menos si el padre de Hoseok no lo golpeaba. Si lo golpeaba, desmayarse al menos le daría una ventaja de que no lo mataría aún. Aunque esa idea no lo consoló en absoluto.

Se puso los zapatos en la entrada, su chaleco café colgado en el perchero y salió de la casa, caminando cabizbajo hacia el parque donde hace unos días atrás había ido a ver con Hoseok antes del reencuentro con su padre, donde todo parecía ir perfectamente. 

Debió saberlo entonces , que nada sería tan fácil como él creía; nunca era fácil. Pero si algo había aprendido de la vida era que las cosas que más se quieren nunca se obtienen sin esfuerzo, o sea, que tienes que pasar por un proceso duro y fatigoso para lograrlo. Esa era la única forma para sentir después la tan ansiada recompensa, ese sentimiento de felicidad, de que por fin lo has hecho. 

Taehyung de verdad quería que su relación con Hoseok funcionara, no importa cuan mal la tuviera que pasar, no importaba lo mucho que le hiciera llorar, de felicidad, tristeza o enojo, si él estaba a su lado para secar sus lágrimas. Confiaba en Hoseok lo suficiente como para darle ese privilegio y viceversa, como si se hubiera arrancado el corazón y se lo hubiera dado junto a una daga mucho antes de saberlo. Así se sentía amarlo. Sabía que Hoseok podía reconstruir con él todo lo que destruyeran. Y eso era suficiente para seguir intentándolo hasta que ya no existiera ningún final. 

Cuando Taehyung llegó al parque, lo primero que vio fue a un hombre parado al lado de una de las fuentes, viendo a algunos pájaros posarse en lo alto de las estatuas con forma de torre. Taehyung se acercó lo suficiente como para llamar su atención, haciendo que se volteara y lo mirara sin expresión; o tal vez una que con su nerviosismo no supo interpretar.

- Hola, señor. B-buenas ta-tardes...-balbuceó.

- Hola... hmm... -el hombre se removió incómodo, sentándose a la orilla de la fuente-. Taehyung, ¿no?

Asintió fervientemente.

- Sí, Kim Taehyung, ¿Usted...?

- Jung Dong Ki, pero dime Dong, ven, siéntate a mi lado -pidió él. Sin rechistar, Taehyung se sentó a su lado, lo suficientemente alejado como para si quiera rozarlo. Dong se dio cuenta, pero no dijo nada, sólo siguió hablando mientras veía el paisaje y luego a él-. Le dije a mi hija que te llamara porque quería hablar de Hoseok contigo -Taehyung asintió; era bastante obvio. Dong suspiró cansino y se giró hacia Taehyung, buscando su mirada-. Mira, no he sido el mejor padre del mundo; ni siquiera sabía que mi hijo tiempo atrás me admiraba... o que tenía estos gustos por personas de su mismo sexo.

<< Perdón, pero a Hoseok nunca le ha gustado otro chico que no fuera yo >> pensó Taehyung, a punto de decirlo pero callando mientras mordía su mejilla interna.

- Lo que me dijiste me dejo... muy sorprendido -prosiguió Dong, con el ceño afligido-. He estado reflexionando demasiado estos días. También quiero pedirte disculpas, me comporté muy grosero contigo y no tenías la culpa. Hoseok y yo no somos muy buenos en el diálogo, siempre terminamos peleando de alguna forma desde que su madre se fue, o creo que incluso antes... nuestras actitudes son muy distintas. 

Taehyung negó, impulsivamente.

- Creo que ustedes son bastante parecidos... -explicó, ahora menos nervioso al ver en qué plan le había citado el padre de Hoseok- y no tiene que disculparse, puedo entender que le haya resultado muy... desconcertante... que su hijo tenga un novio y no una novia como antes... pero tiene que saber que ninguno de los dos lo planeó.

Dong asintió, suspirando mientras se pasaba la mano por el cabello. Tenía la misma manía de Hoseok de tocarse el cuello cuando estaba pensativo, preocupado o nervioso. Después de un incómodo silencio, el padre de Hoseok volvió a hablar, haciendo un ademán de sonrisa.

- Cuéntame un poco sobre ustedes, quiero saber cómo es mi hijo. Sé que debería saberlo, soy su padre, pero desde que murió su madre me ha sido tan difícil acercarme a él.

El menor lo comprendió, mordió su labio pensativamente mientras veía a lo lejos a un grupo de niños jugando al fútbol con sus padres vigilándolos desde unas bancas amarillas. Taehyung inhaló el olor a pasto fresco a su alrededor, escuchó las pequeñas gotas de agua caer detrás de él de la fuente y la primera imagen que le vino a la cabeza fue a un chico en el vagón del metro a unos pasos de él, mirándolo fijamente entre la gente mientras se sacaba los audífonos blancos que segundos antes se había puesto. Se preguntó porqué ese era el primer recuerdo que tenía de Hoseok si lo había conocido mucho antes. Supuso que no era lo mismo conocer a alguien y saber que existe de verdad.

- Bueno, todo comenzó con un vagón de metro y una canción... o tal vez mucho antes -no pudo evitar sonreír nostálgico, todo bajo la penetrante mirada del padre de Hoseok-. La primera vez que vi a Hoseok estábamos en un concurso de baile, él había ganado el primer lugar y yo el tercero, pero aunque yo me había fijado en él, el solamente estaba pendiente del primer lugar; supongo que fue por eso que ganó. Siempre ha sido muy competitivo.

- Desde pequeño -añadió el padre de Hoseok con una risa que también lo contagió a él.

- En ese momento -prosiguió Taehyung-, puedo jurar que sentí una gran admiración por él... pero también algo más. Algo que no tenía nombre para mí. Algo que descubrí mucho tiempo después... y luego con el paso de los años yo me mude a Seúl con mi abuela -miró hacia él y luego hacia su regazo, tensando el rostro como siempre que percibía ese sentimiento de melancolía cuando recordaba-. Le seré sincero, las razones de mi mudanza no fueron porque yo quería estudiar en una ciudad de Seúl, sino porque mi familia pasaba un tiempo difícil y yo había cometido muchos errores; protegí a alguien dañando a otra persona y... terminé en la correccional de menores casi un año -el padre de Hoseok lo miró curioso, pero no preguntó y sólo siguió escuchando con atención-. Luego de eso, volví a encontrarme con él en la academia, y me di cuenta que la admiración que sentía por él no había cambiado, sino que crecía con el tiempo... y lo que había descubierto que sentía y que ahora si tenía nombre tampoco. Hoseok siempre me pareció muy inalcanzable, ¿Sabe? Como una estrella fugaz que atraviesa el cielo, yo no lo podía alcanzar. Por más que lo intentara, por más que lo mirara... pero de repente, un día, esa estrella fugaz se percata de que yo existo, ¿Y qué cree que hice? -rió amargamente, sin evitar resoplar hacia sí mismo- Me dio miedo, no me creía suficiente, empecé actuar mal solo para no salir dañado por el rechazo y lo lastimé a él muchas veces. Lo ignoraba, lo insultaba, hacía todo eso porque me daba miedo que me rompiera el corazón. Pero olvidé algo tan importante, que Hoseok no es así, él no te rompe el corazón. Él es sincero, honesto, amable, humilde, un buen amigo en quien confiar y con un corazón tan grande que no le cabe en el pecho. Siempre ayudó a las demás personas, y también me ayudó a mí. No sabe cuántas veces lloré a su lado, cuantas veces me desahogué, cuantas veces... -se detuvo, reteniendo el aire que se le escapaba al hablar con rapidez, exhalando cuando sintió su pecho oprimirse-... y yo, en cierta parte, creía que era inquebrantable. Pero Hoseok es humano también, no es perfecto, es sensible, hasta un poco masoquista y odia verse vulnerable que es hasta esquivo. A todos nos asusta vernos vulnerables, por eso lo puedo entender... a mí me asustaba hasta que llegó él. Me di cuenta que la vulnerabilidad no tiene porqué darnos vergüenza, es sólo una prueba más de que se es humano, que sufres, lloras y amas también... -sonrió tímidamente, sonrojándose ante todos los recuerdos que le vinieron a la mente- Y no sé como, un día Hoseok me dice que le gusto. No sé porqué, ¿Qué hice yo?, ¿Por qué yo? No podía entenderlo, yo no había hecho nada, de hecho había hecho bastante alejándolo de mí. No sabría decirle si él me amará mañana, pero sí puedo decirle que me amó como nadie me había amado nunca. Y yo lo amo como jamás amaré a nadie. Hoseok es la persona más increíble del mundo, no sé que recuerdos tendrá de él, pero para mí él es maravilloso y no por la sencilla razón de que estoy enamorado, aunque no lo estuviera pensaría lo mismo de él, pero no puedo decirle el porqué. Eso lo tiene que descubrir usted mismo... y créame que su hijo no lo va a decepcionar.

Taehyung carraspeo, tocándose la garganta donde sentía un gran nudo que amenazaba con hacerle llorar otra vez. El padre de Hoseok lo miraba fijamente, con un brillo en sus ojos de profunda conmoción.

- Lo herí mucho, a mí hijo...

- Nadie es perfecto, ¿No? Y usted también salió lastimado en cierta parte...

- Su madre me dijo que rehiciera mi vida, que si conocía a una persona que me hiciera sentir más de lo que había sentido por ella o algo completamente nuevo, que no la dejara ir por nada del mundo -dijo él, esta vez desviando la mirada y Taehyung fijándola hacia él-. Pero, ¿Cómo podía? Mi hijo se alejaba de mí por eso... así que deje de verla. Pero el amor es mucho más fuerte de lo que uno cree y terminé volviendo a ella. La necesitaba tanto, aún la necesito. Me enamoré otra vez y, en cierta parte, me siento tan culpable. Mi esposa se había muerto y yo... -titubeó, viendo de soslayo a Taehyung con ojos tristes, quien lo miraba y escuchaba atentamente- Creo que Hoseok tiene razón, soy un mal hombre.

- No, no, no creo que él piense eso de verdad; sólo está dolido -negó Taehyung, impulsivamente posando su mano en el hombro caído del hombre, retirándola segundos después al darse cuenta-. Está hablando a través de una herida, pero yo sé que si habla con él las cosas mejoraran. Hoseok lo escuchará si usted es lo suficientemente paciente como él lo fue conmigo. Yo tampoco quería escuchar lo que mi corazón quería decirle a Hoseok. Pero él me esperó y mírenos ahora; soy la persona más feliz del mundo cuando él está conmigo. Lo amo tanto que sí él ya no me quiere más y me dice que me vaya... no me importará, haré que se enamoré de mí otra vez. No sé cómo. Tal vez ni siquiera resulte. Pero no quiero perderlo nunca, ni siquiera como amigo. Hoseok se ha convertido en tantas cosas para mí que creo que mi mundo cambiaría totalmente si él no está. Y yo ya perdí a alguien preciado para mí.

- ¿Perdiste a alguien? -preguntó, curioso mientras se pasaba sutilmente los dedos por las esquinas de sus ojos lagrimosos.

- Mi abuela, murió hace dos semanas y un día -musito, apretando los labios resecos-. Fue una... muerte natural. Pero aún así es doloroso no volver a ver a alguien que amas nunca más, aunque sea en tu memoria.

- Lo comprendo perfectamente -sonrió él, asintiendo hacia Taehyung-. ¿Crees que Hoseok me perdone por haberme enamorado de alguien más que no haya sido su madre?

- Creo que entenderá... y lo perdonará. Tal vez actué como que lo odia, y le diga que lo odia, pero a veces no es verdaderamente lo que sentimos -Taehyung recordó todas esas palabras que había dicho y que no expresaban lo que él de verdad quería decir-. Las palabras, por más que expresen algo, si la sentimos diferente puede convertirse en algo diferente también. De todas formas, usted lo quiere mucho, puedo darme cuenta de eso porque a pesar de sus creencias está aquí hablando conmigo.

El padre de Hoseok se quedo callado, mirando fijamente el cielo sobre ellos. Lo que pareció un eterno silencio, al final fue interrumpido no por él, sino por el hombre que ahora le sonreía sincera y cálidamente.

- No puedo entender las relaciones homosexuales, siéndote sincero -confesó con seriedad, palmeando la espalda de Taehyung en un intento por transmitir que hablaba con la verdad-. Pero amo a mi hijo y si tú lo haces feliz, en realidad no me importa nada más.



[...]




Eran las seis de la tarde cuando Hoseok volvió a la casa, se sacó los zapatos en la entrada y dejo las llaves en el perchero, con una sonrisa animada hasta que se le borró cuando se detuvo en el salón, viendo a su padre sentado al lado de Taehyung mientras su hermana ponía un bol de galletas en la mesa de centro en la que ya habían vasos de bebida.

- ¿Qué haces aquí? -fue lo primero que dijo, sintiendo el estómago pesado. Su padre suspiró y lo miró dolido, casi sumisamente. No entendía el porqué ahora él lucía tan cómodo con Taehyung siendo que días antes hasta lo había insultado.

- Vine para que hablemos, hijo.

- No me digas...

- Jung Hoseok -interrumpió Taehyung, mirándole ceñudo.

- Kim Taehyung -replicó Hoseok, poniendo los ojos en blanco cuando Taehyung se levantó del sillón, agarro su muñeca y tiró de él hacia la cocina. 

- Ven conmigo...

Cuando ambos estuvieron solos,  Hoseok cruzó los brazos mirándolo extrañado.

- ¿Qué se supone que estás haciendo, Taehyung?

 - Mira, voy a decirte algo -exclamó Taehyung entre dientes y apuntando con el índice el pecho de Hoseok, entonando su voz y mirándolo igual de enojado que él segundos antes-, si sigues actuando así vas a convertirte en un cobarde. ¿Dónde quedo el Hoseok tolerante y que se queda callado y escucha? Necesito ese Hoseok ahora, no el que está siempre enojado. 

- No quiero hablar con él, Taehyung -rezongó, pasándose las manos por su cara con frustración-. Déjalo así, ¿Acaso olvidaste que te insultó?, ¿Qué demonios le ha picado a él y a...?

- Mañana volveré a casa si no hablas con él -zanjo Taehyung, esta vez él cruzándose de brazos.

- ¿Qué dices? -arruga el rostro Hoseok, mirándole sorprendido-. Aún faltan dos días para que volvamos, Taehyung, no puedes...

- Estoy hablando en serio -espetó, más serio que nunca-. Si no hablas con él, si no estás dispuesto a escucharlo, entonces me iré.

- ¿Por qué haces esto? -exclamó frustrado, haciendo ademán de caminar pero quedándose en el mismo lugar plantado mientras trataba de procesar el hecho de que Taehyung le estaba casi obligando a que hablara con su padre. ¿En qué momento arreglaron ellos todo y él se quedo aparte?

- Porque te amo -contestó Taehyung, mirándolo fijamente-. Te amo. No quiero que sigas huyendo de lo que te está lastimando. No seas como yo... no temas. Curar la herida a veces duele más que el hecho de que te la hagan.

Hoseok mordisqueó su labio inferior, aterrado ante la idea de que Taehyung podía irse sin él. Definitivamente eso le importaba más que hablar con su padre.

- No te vas a ir, ¿Verdad?

- En realidad no, pero sí funciona para que hables con tu padre no me dejarás otra alternativa -sonrió él, descruzándose de brazos y llevando una mano a la mejilla fría de Hoseok-. Pero volvería a por ti a seguir intentándolo.

Hoseok asintió, agarrando la mano de Taehyung en su mejilla y tirando de él hasta abrazarlo por la cintura y esconder su rostro en su cuello mientras él lo abrazaba por el cuello, acariciando su cabello y besando su sien con cariño.

- Está bien -cedió Hoseok, suspirando e inhalando el aroma a vainilla de piel de Taehyung-. Iré hablar con él. Sólo no vuelvas a decir que te vas.



[...]



Taehyung estaba comiendo unos snacks, acostado en la cama de Hoseok mientras leía un libro que se llamaba << Guía del autoestopista galactivo >> de Douglas Adams que encontró en el estante de libros de Hoseok cuando él y Meji habían terminado de ver una película y ella se había ido a casa de su novio. 

El libro tenía algunas frases marcadas con lapicero, las esquinas de las hojas dobladas y algunas manchas cafés; estaba muy usado, pero eso le hacía suponer que era un libro que Hoseok había leído mucho cuando niño. 

Y cuando anotó mentalmente preguntarle sobre él cuando subiera a la habitación, ya habiendo terminado de hablar con su padre luego de horas en la sala sólo ellos dos, sintió las pisadas de Hoseok subir por las escaleras hasta el pasillo y entrar cerrando la puerta tras él. No tenía como saber que era él, ni siquiera lo miraba, pero de alguna forma lo podía sentir. Como un sexto sentido. O la forma en la que respiraba. Tal vez fuera Meji, pero Taehyung estaba seguro que era él y lo comprobó cuando sintió la cama hundirse a su lado mientras él seguía leyendo. El aroma del shampoo de Hoseok le inundó las fosas nasales, dando una sensación tranquilizadora de que todo estaba yendo bien. O se estaba arreglando. 

Taehyung dejo el libro a un lado y se volteo hacia Hoseok, quien se había acostado de lado y lo miraba con una mezcla de tristeza y bienestar apoyando la cabeza en la almohada. Hoseok fue el primero en hablar, tenía cierto rastro de lágrimas secas en las orillas de sus ojos. 

- ¿Puedes abrazarme? -pidió Hoseok, con la voz tan baja que si no hubieran estado en silencio no lo hubiera podido oír.

- Iba a hacerlo aunque no preguntaras.

Hoseok se dio la vuelta, dejando que los brazos de Taehyung rodearan su cuerpo y su calidez lo envolviera por completo, sus labios y su nariz rozando su nuca y como simplemente estar allí con él lograba relajarlo por completo. Estuvieron un rato en silencio, disfrutando de la respiración del otro, de los latidos de sus corazones, hasta que Hoseok volvió a callar el silencio siempre cómodo en ambos.

- Mi padre se va a casar el próximo mes -susurró, casi como si fuera un secreto.

- ¿Qué?

- Me lo dijo... que la ama -suspiró. Taehyung no podía verle el rostro, pero sentía su cuerpo detensarse a medida que peinaba su cabello con sus dedos-. La ama mucho, de una forma diferente a como amo a mi madre, pero no por eso menos. Me pidió perdón por no haber sido sincero conmigo, hasta por haberse enamorado de otra mujer. Me sentí mal porque sé que no debería haberme enojado porque rehizo su vida, mucho menos si conoció a alguien, pero...

Hoseok se removió, acostándose de espaldas mientras Taehyung depositaba un beso casto en su mejilla.

- Está bien, es normal, querías mucho a tu mamá y pensabas que él la estaba haciendo sufrir... pero tú lo quieres mucho y él a ti -susurró Taehyung en su oído, acariciando las esquinas de sus ojos hinchados-. ¿Por qué luces tan triste?

Hoseok trago saliva con dificultad, dándole una sonrisa sincera, pero cansada.

- No estoy triste... es sólo que... estuve mucho tiempo enojado con él y bueno... -suspiró, esta vez sonriendo en la que todos sus dientes perlados iluminaron la habitación-. Que me di cuenta que las cosas sólo se pueden arreglar si hablas de ellas. No como yo lo hice.

- Es parte de crecer, Hobi.

Ambos se quedaron mirando por largo rato, sonriéndose con un brillo especial en los ojos. Hoseok tomó la nuca de Taehyung y lo acercó hacía sí hasta plantar un beso en la comisura de su boca, luego en sus labios, tan delicadamente que era refrescante y profundamente dulce el delicado tacto entre ellos; el tal solo sentirse así, acariciarse y sentir las pequeñas terminaciones nerviosas en su piel que danzaban como sus sentimientos dentro y fuera de ellos. Eran una total proyección de amor hacia el otro, de compañía en los momentos difíciles, de compartir el mismo aire y el mismo sentimiento que te provoca el estar vivo. Ese sentimiento que sólo puede provocar otra persona.

Hoseok hizo hacia atrás el flequillo de Taehyung y besó su frente con ternura, dejando que el menor se acostara encima de él y posara su mejilla contra la suya.

- Gracias por esperarme -susurró Hoseok, disfrutando la suavidad de la piel del menor contra su cuerpo. Como una llama viviente derritiendo todo el hielo a su alrededor. Taehyung sabía que hablaba sobre el día en el que lo esperó fuera de la casa de Minhyuk.

- ¿Si me escuchas cuando te digo que te amo? -replicó Taehyung, haciéndose el ofendido mientras hacia un puchero. Luego sonrió cuando Hoseok se rió bajito y plantó un beso encima de su ceja derecha.

- Pero me gusta que me lo digas... porque yo te amo más.

Taehyung no pudo evitar sonrojarse, haciéndose hacia atrás mientras rozaba con su dedo indice la punta de la nariz del mayor y luego el lunar en su labio superior. 

- El verdadero amor espera -susurró Taehyung esbozando una hermosa y ancha sonrisa-, ¿No es así, amor?



[...]






Me encantó este fan art <3 

akjdflkjsdf y amo el romance, lo amo demasiado TT <3

Este capítulo va dedicado a @@LxslyMinPark porque la amo demasiado, es un amor, miren lo que me hizo por los 2k de seguidores <33

Y también te amo a ti, HERMOSA LECTORA <3 

Muchas gracias por seguir leyendo, falta sólo dos capítulos para que termine definitivamente este fic y... ah, mejor hablaré de todo en el final:3 sólo eso, las amo mucho, gracias <3


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