Capítulo 30: necesitándote.

Taehyung se sentía tan nervioso. Si bien era bueno socializando, aun más con las personas mayores o chicos de su edad, le ponía sumamente nervioso conocer al padre y a la hermana mayor de Hoseok. Tenía entendido que su hermana vivía con su padre, porque era su último año de universidad y que luego se mudaría a un departamento con su novio. Minhyuk ya se había ido a su casa, que quedaba a solo unas cuadras de la casa de Hoseok.

Taehyung observó la casa de dos pisos, con un estacionamiento al lado. Era una casa bastante linda, moderna y bien cuidada. Siguió a Hoseok por detrás arrastrando su pesada mochila, llegando a la puerta y, para sorpresa de ambos, apareció una chica que parecía verlos desde la ventana. Era igual de alta que Hoseok, tez pálida y brillante cabello negro hasta la mitad de su espalda.

- ¡Noona! -Hoseok soltó el equipaje y fue hasta ella abrazándola por la cintura y levantándola del piso el tiempo del abrazo. La chica reía y se le veía igual de contenta que él; a Taehyung le parecieron adorables. Y tenían la misma nariz respingada, lo que le provocaba mucha ternura.

Taehyung sonreía viéndolos, hasta que la chica reparó en él, lo que por alguna razón le provoco una sensación de timidez que no pudo evitar.

- Hola, así que tú eres Taehyung -dijo ella hacia él, con una sonrisa picara que le hizo sonrojar-. Yo soy Jiwoo, la hermana de este inútil, pero puedes decirme Meji -ambos rieron mientras Hoseok ponía los ojos en blanco. Inesperadamente Meji se dirigió a su hermano sin ninguna vergüenza-. Tenías razón, es demasiado atractivo -luego se dirigió hacia él-, ¿Qué le has visto a mi hermano?

Taehyung no se esperaba esa pregunta. Se puso aun más rojo y hasta empezó a sudar.

- ¿C-cómo? -balbuceo abriendo los ojos un poco desconcertado- M-más bien fue al revés, Hoseok es... genial -terminó susurrando, agachando la vista.

- Por Dios, Hoseok -esbozó su hermana, mirándolo con los ojos de par en par. Taehyung la miró alarmado y ella se volteó a su hermano-, ¿Qué hiciste?, ¡Apuesto a que estuviste acosándolo hasta que lo volviste loco!

- Exacto, lo volví loco por mí -sonrió Hoseok socarronamente-. Deberías tratar de conseguirte un chico como el mío, Noona. Te daré tips.

- Eres un descarado, no has cambiado nada -replicó su hermana con una carcajada para volverlo abrazar-. Te extrañé demasiado.

- Yo también te extrañé mucho, Noona -dijo melosamente Hoseok dándole un beso en la frente. Los tres entraron a la casa, que era mucho más acogedora por dentro. Taehyung se sacó la mochila y la dejó al lado del sillón para luego sentarse en uno de los sillones admirando las fotos familiares en las paredes y muebles. En una esquina de la casa, había una foto encima de una mesilla de la que supuso que sería la madre de Hoseok por el listón negro, una vela prendida y varios objetos bonitos como caballos y grullas de papel. Se quedo observando lo linda que había sido, la dulzura en su mirada, hasta que oyó como Hoseok volvía hablar mientras se paseaba por la casa con la mirada nostálgica hasta posarla en el mismo lugar en el que él estaba mirando; la foto de su madre-. ¿Y el caballero dónde está?

- ¿Caballero? -dijo Meji, enarcando una ceja, con una mueca y cruzándose de brazos-. Hoseok, es tu papá. Dile como tal.

- Bueno -resoplo Hoseok molesto como un niño regañado-, ¿Dónde está mi padre?

- Está ocupado con su trabajo, volverá en dos días más -explicó ella, volviéndose a mirar a Taehyung con una dulce sonrisa parecida a la de su madre en la foto-. Deben estar muertos de hambre, vengan a comer, luego podrán llevar sus cosas a tu habitación, ¿Dormirán juntos, no?

- Por supuesto -asintió Hoseok-, si somos una pareja casada.

Tanto Taehyung como su hermana lo miraron sorprendidos mientras Hoseok trataba de actuar serio con un brillo de ironía en los ojos.

- Me jodes que ya es legal casarse con alguien de tu mismo sexo -dijo su hermana patidifusa, haciendo a Hoseok reírse a carcajadas.

- ¡Hobi, no digas mentiras! -exclamó Taehyung, parándose y dándole un pequeño manotazo en el hombro. Luego se dirigió a la hermana-. No, Meji, aún no. Pero de todas formas no me casaré con Hoseok hasta que tengamos treinta.

- ¿Por qué? -preguntó el mencionado frunciendo el entrecejo.

- Porque planeo tener hijos a los treinta -respondió Taehyung con simpleza, encogiéndose de hombros.

- ¿Hijos? Yo me conformo con casarme contigo, ¡Estás pidiendo demasiado!

- ¿Ves? Por eso no nos casamos ahora -replicó Taehyung-. Ya verás que logro hacerte cambiar de opinión cuando cumplas treinta.

Meji los miraba con una gran sonrisa, haciendo que Taehyung volviera a darse cuenta que ella estaba ahí. Volvió a sonrojarse y se sentó de nuevo en el sillón.

- Ustedes son adorables -rió Meji, mirándolos con ternura, pero luego poniendo una mueca un poco incómoda-. Y pensar que me incomodaba un poco tener un hermano, ya sabes... 

Hoseok puso los ojos en blanco y suspiró cansado.

- Creo que si nos ponemos hablar de nuestros gustos y de lo que se supone que está bien para la sociedad, vamos a terminar bastante mal, Noona.

- A mí me da igual lo que piensen los demás, Hoseok -señaló ella a su hermano, descruzándose de brazos-, y tú lo sabes. Lo que me preocupa un poco es papá, tú sabes... él es un poco conservador y bueno, que hable con él. No esperé a que tú se lo dijeras, lo pensé mejor y llegue a la conclusión que era mejor que yo lo hiciera para que no peleen. 

- ¿Y cómo lo tomo? -preguntó Hoseok, tensándose. Taehyung pudo ver como su rostro cambiaba, aunque trataba de verse apacible. 

- No muy bien, sinceramente -manifestó preocupada-. Dijo que hablaría contigo cuando llegaras y supongo que lo harán cuando regrese.

- ¿Su padre... -intervino Taehyung, intranquilo y llamando la atención de ambos- odia a los homosexuales?

- No hablamos de eso, Taehyung -le sonrió Meji un poco incómoda-. Pero como es conservador, no se lo toma muy bien.

- Es igual de hipócrita y egoísta que todos -espetó Hoseok bruscamente. Por un momento a Taehyung se le puso la piel de gallina, pero Hoseok volvió a suavizar sus facciones cuando su hermana lo miró de una forma que no pudo explicar-. Lo siento, Noona, si mi padre se pone demasiado pesado tendré que irme a hospedar a otra parte.

- Hobi, no digas eso -musitó su hermana con lamento-. No se lo tomo con sonrisas, pero al menos no dijo nada malo.

- No te dijo nada malo a ti, pero a mí... -suspiró él, pasándose la mano por el cabello y removiéndose en su lugar-, bueno, no pensemos en eso y comamos. De todas formas, esta también es mi casa.

Meji se acercó a Hoseok y tomó su mano entre las suyas, sonriéndole conciliadoramente,

- Claro que también es tu casa, tonto. Mamá estaría tan contenta de tenerte aquí, por eso preparé cerdo picante, ¿Aún es tu favorito, no?

- ¡¿Cerdo picante?! -exclamaron Hoseok y Taehyung a la vez, sacándole una sonrisa divertida.

- ¿También te gusta Taehyungie? -se dirigió Meji hacia él.

- Sí, me encanta -sonrió Taehyung, con cierto tono de voz aniñado que hizo que Meji se acercara a él y le apretara las mejillas.

- ¡Ay, por Dios, si es adorable! -exclamó enternecida, para luego voltearse a Hoseok- Lo siento, hermano, me lo quedo -después volvió a verle a él, quien la miraba totalmente rojo hasta las orejas-. Sé mío, pequeño, y te daré más cerdo picante.

- ¡No engatuses a mi novio, Noona! -exclamó Hoseok molesto, haciéndoles reír a ambos.


[...]


Taehyung estaba sentado en la cama de Hoseok, observando la ventana y el cielo atardecer, luego de ponerse a merodear por toda la habitación cuando terminaron de comer. Hoseok se había ido hace dos horas a la casa de Minhyuk, él no quiso ir porque en realidad no le interesaba formar lazos con el chico. Algo le decía que no le caía muy bien y no quería causar mal ambiente; prefería quedarse a descubrir el pasado de Hoseok en su habitación, ver sus juguetes, los libros que leía, la música que escuchaba, las películas que veía y todo lo demás. Descubrió varios cuadernos con dibujos de Graffiti, canciones de Hip Hop antiguas y peluches que le había regalado Hyesun con frases de san valentín. Luego de varios minutos leyendo las historias que Hoseok había hecho para la clase de Lengua y los vídeos que encontró en una cámara vieja en el mesón, se preguntó cuán solo ha de haberse sentido Hoseok cuando su madre murió.

En la vieja cámara habían varios vídeos de su madre grabándolo en sus competencias de baile y matemáticas. Hasta estaba el vídeo del concurso de baile en el que lo conoció; en el vídeo podía ver el lugar  en el que él anduvo con los demás chicos. Decidió ver el vídeo por segunda vez, tomo la cámara y le dio play otra vez. Lo primero que dislumbró fue el pasto verde debajo de unas zapatillas blancas con cordones rosados y la voz inconfundible de una mujer que parecía estar feliz.

<< ¡Con ustedes, nuestro bebé hobi hobi siendo el mejor bailarín del mundo! -oyó que decía la voz. En la cámara podía captar a un público aplaudiendo y a tres chicos en una hilera recibiendo medallas. Volvió a verse así mismo años atrás, siendo un niño delgado de cabello oscuro y a Hoseok un poco más alto que él, también a Jimin, mucho más bajo que ambos pero de mayor masa muscular. Taehyung no pudo evitar sonreír cuando vio como el Hoseok pequeño alzaba los brazos y llamando la atención de su madre totalmente emocionado-. ¡Así es, bebé, ganaste!, ¡Ese es mi hijo, ese es mi bebé!, ¡Nueve meses aquí dentro!, ¡Nueve meses! -luego la imagen cambia dejándole ver a la madre de Hoseok con lágrimas en los ojos, tan radiante como el mismo sol-. ¡Te amo, hijo! Estoy muy orgullosa de ti, cuando veas esto a futuro, espero que te de fuerzas para que nunca olvides que puedes lograr todo lo que quieras... >>

Y el vídeo termina, con la madre de Hoseok tirando un beso a la cámara y despidiéndose con la mano. Taehyung vuelve a dejar la cámara de vídeo en el cajón del mueble y vuelve a sentarse en la misma posición de loto, de cara hacia la ventana, pero esta vez mira sobre el hombro a la hermana de Hoseok, que entra a la habitación y se sienta en la silla del escritorio.

- Hoseokie me dijo que tocabas muchos instrumentos, ¿Verdad?

- Sí, un poco, piano, guitarra, pero mi favorito es el saxofón -respondió Taehyung tímidamente. Vio como Meji se arrastraba en la silla a la otra esquina de la habitación de Hoseok, tomando una funda de guitarra que no había visto porque estaba oculta por el mueble. Era una guitarra bastante vieja pero se veía en buen estado. Meji le quito el polvo con la manga de su sudadera y se la tendió a Taehyung, quien la tomó respetuosamente, casi como si fuera de vidrio.

- ¿Podrías tocar algo para mí? -pidió Meji, un poco cohibida mientras se ponía el cabello detrás de la oreja-. Hoseokie solía tocar mucho cuando era niño, a mi mamá y a mí nos encantaba, a mí padre no tanto porque nunca fue un aficionado a la música, pero sé que le enorgullecía mucho que su hijo fuera tan talentoso.

Taehyung asintió, poniéndose bien la guitarra en su regazo y afinando la guitarra hasta que quedó el sonido perfecto, pensó en alguna canción que se supiera y le gustara a ella, pero no se le vino nada a la mente. Empezó a tatarear cualquier cosa, bajo la mirada serena de Meji, quien sonreía cada vez que Taehyung hacía una mueca. De repente se puso a cantar canciones de niños, haciéndola reír mucho.

- Una cuncuna amarrilla, debajo de un hongo vivía, allí en medio de una rama, tenía escondida su cama~ -canturreó desafinando a propósito. Le gustaba mucho hacer reír a las personas, aún más si era la hermana de Hoseok. Ella le hacía sentir en casa, como con su hermana mayor. Le gustaba mucho.

- Yah, Taehyungie, toca otra cosa -rió Meji cuando Taehyung dejo de cantar pensativo sobre otra tonada infantil. 

Súbitamente miró a la ventana su lado, por el brillo del sol al atardecer en la guitarra. Le gustaba ver el atardecer, tenían algo nostálgico que le hacía recordar esas tardes en las que tomaba té con su abuela en los picnic que hacían en el Río Han. Podía recordar como ella le contaba sus historias de cuando era joven, los errores que cometió, todos esos momentos divertidos, las cosas por las que jamás se arrepentiría. Se mordió el labio pensativo por última vez y empezó a tocar.

Las luces se apagaron, pero no tengo miedo,

ahora estas más cerca y las estrellas aparecen.

Hemos escalado muy alto cientos de años

entonces no mires hacia abajo, solo sígueme.

Escucho la puerta del primer piso abrirse, pasos resonando por la casa y una voz conocida diciendo su nombre. Pero ninguno de los dos le prestó atención, sólo estaban sumergidos en la canción que tocaba Taehyung. Él de verdad creía que la melancolía era un buen compañero para cantar una canción.

Llevando en una fotografía, nuestros recuerdos cobran vida.

Recuéstame, estas fuera de mi mente

dime que aun me necesitas

porque aun te necesito.

- ¿Taehyung? -susurró él a sus espaldas.



[...]



Habían sido dos días buenos, tan agradables para Taehyung que parecían vacaciones. Dormía casi todo el día con Hoseok, conversaba y jugaba a las cartas con su hermana, o salían a pasear por los alrededores. La ayudaba a cocinar, incluso, lo que lo hacía mucho más divertido. Hoseok también cocinaba y terminaron manchándose la ropa con salsa de tomate.  Y la cara, también, hasta podía sentir el sabor de la salsa de tomate junto a los labios de Hoseok, quien enojado porque Taehyung lo había manchado había decidido besarle manchándolo también. Habían sido dos días tan divertidos para él que ni siquiera se le pasó por la cabeza la llegada del padre de Hoseok esa tarde al tercer día, cuando los tres se encontraban en la cocina conversando sobre si era mejor preparar salsa a la boloñesa o Bulgogi.  

- ¡Pero yo quiero Bulgogi! -refunfuño Hoseok, de espaldas y entre medio de las piernas de Taehyung, quien estaba secando su cabello con una toalla sentado en el mueble de la cocina, con ambas piernas envolviendo las caderas del mayor. Su hermana se encontraba leyendo una receta de cocina vieja de su madre.

- Siempre comemos Bulgogi cuando vienes -objetó su hermana, levantando la vista del libro-, deja esta vez elegir a tu novio. 

- Taehyungie, amor -lo llamó melosamente Hoseok, mirando por encima del hombro a Taehyung detrás de él quien había detenido los movimientos de sus manos en su cabeza-, tú quieres bulgogi, ¿Verdad?

- Nop, yo quiero pasta -negó Taehyung, girando la cara de Hoseok hacia delante para seguir secando su cabello.

- ¡Yey, dos a uno! -celebró Meji, burlona-. En tu cara, hermanito. 

- Taehyungie, ¿Es que ya no me amas? -volvió a darse la vuelta Hoseok, esta vez todo el cuerpo y apretando los muslos de Taehyung que lo rodeaban. Su expresión era de falso dramatismo, haciéndole reír como un niño pequeño-. A nuestro hijo íbamos a ponerle Bulgogi, ¿Por qué me haces esto?

Taehyung iba a replicar irónico, pero se quedo callado al escuchar como la puerta de entrada era abierta y luego cerrada de un portazo que le hizo saltar a los tres. Ambos miraron a la puerta de la cocina y vieron como se asomaba un hombre de edad, pero que venía bien peinado y arreglado. Era delgado, de hombros anchos, unos centímetros más bajo que Hoseok. Taehyung trago saliva totalmente nervioso y se bajo lentamente del mueble, quedando detrás de Hoseok.

- Hola, papá -oyó que decía Hoseok, con un tono de desconfianza que hizo que Taehyung se volviera pequeño detrás de él.

- Hola, hijo, ¿Cómo estuvo el... -de repente el tono del padre de Hoseok cambió, había sido hasta casi feliz, pero ahora era lento y desconcertado al ver a Taehyung-... viaje?

- Estuvo genial -respondió Hoseok rápidamente por él, tomando a Taehyung de la cintura y poniéndolo al lado suyo. Taehyung se relamió los labios nervioso y se inclinó respetuosamente-. Déjame que te presente a Kim Taehyung, es mi novio. Taehyung, él es mi padre.

Taehyung se iba acercar para darle la mano, pero el tono brusco y desencajado del padre de Hoseok hizo que se anclara en su lugar.

- ¿Tu novio?

- Sí, ¿Hay algo de malo en eso? -esbozó con frialdad. El ambiente se estaba empezando a poner tenso, tan tenso que ni Meji y Taehyung se dignaban a intervenir-. Porque para tu información, yo tampoco sabía que tenías una novia, dime, ¿Qué tal es?

Meji se crispó en su posición y lo llamó entre dientes-: Hoseok, no hagas esto...

- Hijo, vamos hablar arriba -le interrumpió el padre a Meji, alzando la voz.

- ¿Hablar?, ¿No vas a comer con nosotros? -respondió Meji por él, casi poniéndose en medio. Se le veía realmente nerviosa y eso empezaba apenar a Taehyung-. Podemos comer y...

- Vamos hablar arriba -la cortó su padre, haciendo un ademán con la cabeza hacia las escaleras del pasillo-. Ahora.

- Como ordene el señor de la casa -respondió Hoseok y ambos se perdieron en el pasillo.

Meji se dejo desplomar en la silla de la cocina y Taehyung no se le ocurrió nada más que acercarse a ella, abrazarla y decirle que todo estaría bien. Que lo arreglarían, pero Meji lo negó. Ella los conocía lo suficiente como para esperarse que eso ocurriera tarde o temprano.


[...]



Hoseok estaba furioso, pero trataba de no demostrarlo tensando la mandíbula y apretando los puños. Entró a la habitación de la que había sido de sus padres y le asqueó el hecho de pensar que su padre dormiría ahí luego de haber estado con que sabe quién. Miró el basusero en una de las esquinas, ese basurero en el que su madre años atrás había tirado la carta de su sentencia. Lo recordaba todo tan bien que le dolía como nunca. Hoseok le dio la espalda a su padre unos segundos, porque fue el primero en entrar, pero se dio la vuelta y lo enfrentó.

- ¿Qué quieres? -espetó frío. Su padre se pasaba las manos por la nuca evidentemente histérico.

- ¿Cómo se te ocurre traer a tu... novio? -casi ni le salían las palabras. Hoseok ni siquiera se sorprendió al recibirlo así, en cierta parte lo esperaba. Siempre terminaban peleándose-. Es que, ¿Y qué pasó con esa niña con la que estabas, la tal... no sé qué?

- Se llama Hyesun, para tu información -respondió entre dientes, para luego mirarlo incrédulo-. ¿Y qué tiene de malo? Me gusta, es mi novio, si no te gusta a ti entonces no es mi problema, ¿Podemos volver abajo?

Hoseok se sentía tan cansado para pelear, a comparación de su padre, que estaba frente a la puerta y no parecía tener intención de dejarlo ir. Su padre lo miraba como si estuviera loco, con una mano en la cintura y otra gesticulando.

- ¿Qué no es tu problema?, ¿Es que estás demente?, ¿Cómo puedes estar con un chico?

- ¿Por qué no? -gruñó Hoseok, tratando de respirar y relajarse. Cerro los ojos y contuvo la respiración hasta que volvió a exhalar-. Mira, estoy siendo muy respetuoso porque no nos hemos visto en bastante tiempo y por mi Noona y Taehyung, así que no querrás que olvide que eres mi padre.

- ¿Qué quieres decir con eso, eh? -preguntó su padre, acercándose amenazador hacía él-, ¿Qué quieres decir?

- ¿Qué quién te dio el derecho para molestarte con quien esté?, ¡Ni siquiera te interesó que yo saliera con Hyesun! Ni siquiera pasabas en la casa el tiempo suficiente como para que la conocieras, no me preguntabas como estaba ni nada, ¡Déjame en paz!

Hoseok iba a darle la vuelta para salir al pasillo y volver abajo, pero su padre lo detuvo agarrándolo fuertemente del brazo y tirándolo hacia atrás. 

- ¡Porque tú siempre eras esquivo conmigo, Hoseok! -exclamó su padre, lo miraba dolido, pero a Hoseok eso no le importaba. O eso quería creer-. Yo trataba de acercarme, ¿Y qué hacías? Te ibas, me mirabas como si fuera una... una mierda, ¡Soy tu padre!

- ¡Pues ahora estoy aquí, así que compórtate como mi padre! -gritó Hoseok, haciendo que su padre lo mirara sorprendido. Volvió a bajar la voz, esta vez más calmado-. Baja conmigo, sé amable con mi novio, comamos y conversemos como una familia.

- ¡Es que no entiendo como puedes estar con un chico! -volvió a replicar su padre, con el rostro cada vez más desfigurado-, ¡No es normal, es... es...!

- ¿Qué es?, ¿Asqueroso?

- ¡Sí, es asqueroso! -espetó su padre alterado. Hoseok trataba de mantener el control, pero con sus palabras lo único que lograba era que perdiera la cabeza. La rabia empezó a bullir de él como lava-. Es una aberración lo que estás haciendo.

- ¡Tú eres una jodida aberración! -vociferó, tan alto que podía presentir que hasta los vecinos los habían escuchado.

- ¿Cómo me has dicho?

- ¡Todo lo que tú haces es una aberración! -exclamó trastornado, los ojos empezaban a brillarle enardecidos mientras se movía de un lado a otro de la habitación-, ¿Qué crees que no sabía que engañabas a mamá?

Su padre se quedo hecho de piedra. Era hasta graciosa la forma en la que su expresión se caía a pedazos.

- Ah, así que es eso... -musito más sereno. Hoseok lo miró confundido-, lo estás haciendo por eso, ¿no? Siempre ha sido una forma para desquitarte conmigo, para llamar mi atención, para... ¡Ya eres grande, Hoseok, entiéndelo de una vez!

Hoseok emitió una carcajada amarga, pasándose las manos por el rostro frustrado ante las palabras de su padre. O ante la rabia contenida. No lo sabía, pero sentía que quería hacer trizas un auto otra vez.

- ¡Púdrete de una vez! -terminó por gritar, casi escupiéndole a su padre-, ¡Ella se estaba muriendo y tú lo único que hacías era revolcarte con putas!

Y fue como un click. En un pestañeo, su padre le había golpeado la mejilla volteándole la cara. Su mejilla ardía y sintió la sangre en su boca, se había mordido y ahora le dolía mucho más.

- ¡No te atrevas a levantarme la voz, maldito irrespetuoso!, ¡Debí enseñarte a respetarme!

- ¿Qué?, ¿Vas a golpearme como cuando era niño? -habló Hoseok secamente, volviendo a mirarle devastado con los ojos brillosos y gritando con más fuerza-, ¡Golpéame otra vez y volveré a hacer trizas tu maldito auto!

Su padre lo miró encolerizado, pero a la vez totalmente perplejo.

- Sabía que habías sido tú.


[...]



- ¡Papá, suéltalo! -gritó Meji.

Taehyung no sabía cómo todo había terminado así. De repente, escuchó gritos, y tanto él como Meji podían soportarlo, pero luego escuchó cosas rompiéndose y ambos corrieron hacia el segundo piso, viendo como Hoseok estaba medio desplomado en el escritorio con las cosas esparcidas por el suelo y a su padre encima de él zarandeándolo con rabia. Taehyung se sintió estremecer al ver la comisura de Hoseok con sangre seca y se abalanzó hacia él, apartándolo de su padre igual a como Meji lo hacía.

- ¡Vas acabar con esta mierda, Hoseok! -gruñó el hombre señalándolo con el dedo-. Tú jamás me dijiste, jamás me dijiste que lo sabías... ¡Deja de estar tan enojado conmigo, con el mundo entero!, ¡Quiero a mi hijo de vuelta!

- El maldito asqueroso eres tú, infiel de mierda -refunfuñó Hoseok, tan enojado removiendose en el cuerpo de Taehyung que le provoco escalofríos. Jamás lo había visto hablar tan dolido y enfurecido a la vez, como si escupiera veneno-, ¿Te gustaba hacer sufrir a mamá?, ¿Te gustaba saber que ella no haría nada porque de todas formas se iría?, ¡Estabas esperando a que ella se muriera!

Tanto Meji como su padre se quedaron petrificados ante la rabia ciega que tenía Hoseok, que había empezado a llorar y Taehyung lo único que pudo hacer es volver atrapar al mayor entre sus brazos antes de que se fuera corriendo de la habitación.

- Estás enfermo, Hoseok -fue lo último que escuchó Taehyung que decía el padre de Hoseok. Sin poder evitarlo, volvió sobre sus pasos y se plantó delante de él con los ojos llorosos. Odiaba tanto la violencia...

- Sí, Hoseok está enfermo -dijo Taehyung, sintiendo como la garganta se le cerraba cada vez más en una sensación amarga como el limón-. Enfermo del corazón, porque la persona que más admiraba lo decepcionó cuando era pequeño. Así que si Hoseok está enfermo es solamente por culpa de usted.

Y eso fue lo último que dijo, antes de echarse a correr detrás de Hoseok.



[...]



A Taehyung le parecía increíble que el atardecer pudiera verse diferente dependiendo del día y de las cosas que pasaban. Ese atardecer no era bonito en absoluto, era hasta triste, porque le rompía el corazón ver la espalda de Hoseok moverse en espasmos mientras caminaba a zancadas a quién sabe dónde.

- Hobi, detente, ¡Detente! -gritaba Taehyung, corriendo desesperado detrás de él.

- Déjame solo, Taehyung -escuchó que decía entre sollozos.

- No voy a dejarte solo viendo como estás, ¡Para un momento!

Taehyung logró que se detuviera, agarrándolo del brazo y haciendo que se volteara hacia él, pero le desconcertó el hecho de que Hoseok lo mirara totalmente fuera de sí y se zafara de él con violencia. No lo conocía, se veía tan débil, frágil, pero a la vez lleno de rabia. Como el pedazo roto de un vidrio.

- ¡Déjame solo!, ¡¿No lo entiendes?! -gritó Hoseok hacia él. Era la primera vez que le gritaba. Se secó las lágrimas bruscamente y desviaba la mirada casi con vergüenza-. No quiero que me veas así, voy a estallar. Déjame solo. Ve con mi hermana, ve con ella... no me sigas.

Ante de que Taehyung pudiera reaccionar, Hoseok volvió a caminar a zancadas dándole la espalda. Sentía el cuerpo tan rígido, como si todo le pesara, el mundo se había detenido y los ojos le lagrimeaban porque desconocía a esa faceta del chico que amaba; no sabía porqué el cuerpo no le respondía. Siempre terminaba haciéndole caso en todo, lo que le decía, si pedía que le trajera algo, que hiciera algo, que comprara algo... Taehyung lo hacía. Hacía todo lo que pedía desde que se enamoró de él, desde siempre. Si le pedía que se quedara quieto, también lo hacía. Tal vez por eso no se sorprendió que su cuerpo no respondiera. 

- ¿Qué pasó? -oyó la voz de Meji detrás de él agitada, como si hubiera corrido.

- Me dijo que lo dejara solo... -susurró Taehyung, tan bajo y suave que creyó que podía mezclarse con el viento-... pero no puedo dejarlo solo...

- Hoseok siempre ha sido así, no te sientas mal -lo consoló ella, pasando una mano por su cabello. Pero Taehyung ni siquiera la miraba, sólo podía ver la calle por la que había desaparecido Hoseok-. No es que te esté alejando, es solo... tiene demonios a los que enfrentarse solo. Pero siempre termina volviendo, ya verás que...

- No puedo, Meji, lo siento -interrumpió Taehyung, esta vez volviéndose hacia ella con aire ausente-. Lo conozco lo suficiente como para saber que en realidad no le gusta estar solo.

Y decir eso fue suficiente para que el mundo volviera a descongelarse.


[...]



Taehyung había corrido dos cuadras desesperado buscando a Hoseok, pero este no estaba por ninguna parte. No sabía dónde podía estar, pero siguió buscando por los alrededores hasta que una silueta negra dirigiéndose a una casa le llamo la atención. Cruzo la calle y, cuando estuvo en la acera a sólo unos metros al lado de un gran arbusto, pudo ver a Hoseok tocando la puerta de esa casa bastante parecida a la de él.

- ¡Hoseok! -lo llamó, pero no lo suficientemente alto a medida de lo que veía-. Hose...ok... 

De la puerta de la casa apareció Minhyuk, con la expresión preocupada mientras apresaba el rostro de Hoseok y ambos se abrazaban a la puerta de la casa. Se quedo helado viendo el cariño con el que lo hacían, y más aún cuando Hoseok entró y antes de que Minhyuk cerrara la puerta, lo mirara con apatía. Estaba seguro que le había visto. Y no había hecho nada.

Sentía unas ganas tan asfixiantes de llorar, pero sólo trago saliva sintiéndose totalmente perdido. No supo cómo tuvo las fuerzas de dirigirse arrastrando los pies hacia un auto frente a la casa y se sentó a la orilla, abrazando sus rodillas en el frío de la tarde. Estaba empezando anochecer y él sólo traía puesta una camiseta holgada, a los pocos minutos empezó a temblar del frío. O tal vez de los espasmos provocados por las lágrimas que salían a raudales.

Pero nada de eso le importaba. Él sólo esperaba a Hoseok.


[...]



Para Hoseok, volver a la casa de Minhyuk fue como volver años atrás en el tiempo, tele transportándose y que ese no fuera su cuerpo, sino del chiquillo que perdió a su mamá y no podía dejarla ir por más que lo intentase. Se sentía así, como si todo hubiera vuelto y él no lo hubiera superado y eso lo enfurecía. Lo enfurecía tanto rebobinar todo, porque con ellos volvían aquellos sentimientos a los que nunca pudo hacerle frente. Se sentía tan mal, igual a como esos tiempos, que no encontró otra salida que volver a la acogedora casa de Minhyuk. Pero todo había cambiado igual que la suya, por ejemplo, esta vez no estaba la abuela de él en la mecedora tejiendo una bufanda o calcetines. Sólo estaba su madre, que lo recibió sorprendida y feliz de volverlo a ver. Se supone que Minhyuk tenía su propio departamento más lejos de su casa, en una zona centro de Gwangju, pero estaba de vacaciones así que por eso había vuelto.

- ¿Qué piensas hacer, Hoseok? -preguntó Minhyuk cuando ambos terminaron sentados, como en años anteriores, en el piso de su habitación mirando el techo azulado. Antes se ponían a jugar y ahora, uno estaba preocupado y el otro profundamente triste.

- No lo sé... No quiero volver, pero tengo que hacerlo -musito Hoseok con la mirada apagada-. Creo que... no debí de decirle nada, debí haberme callado como siempre, pero... ¿Cómo pudo decirle asqueroso a Taehyung? Perdí los estribos, Taehyung es tan importante para mí...

- ¿Y él dónde está? -preguntó Minhyuk, toscamente.

- Le dije que se quedara con mi hermana... -respondió Hoseok, sin notar la mirada hosca de Minhyuk-, porque no quería que me viera así. Tan... tan fuera de mí. 

 - ¿Por qué? Él tiene que amar todas tus facetas, amigo. Si las ama, es porque de verdad es la persona indicada para ti.

- ¿Cómo podría amar esta faceta si es la que yo más odio? -replicó Hoseok, con una sonrisa irónica.

- Porque para eso están las personas que te quieren, para demostrarte que puedes amarlas también. Que alguien las ama por ti, porque es lo que eres... y lo que puedes cambiar.

Hoseok sintió como la mano de Minhyuk atrapaba la suya, dándole cierto calor que le trajo aun más nostalgia.

- Minhyuk, ¿Qué debería hacer?

- Discúlpate con tu padre, por más mala persona que haya sido las cosas no van a cambiar. Sigue siendo tu padre, el hombre que nos buscaba en los entrenamientos y nos compraba helados, ¿Te acuerdas? -ante el recuerdo ambos sonrieron, sin poder evitar esos tiempos donde iban de aquí para allá siempre juntos-. Pues por ese hombre, trata de decirle lo que de verdad sientes. Hazlo y sólo así dejarás de ser la persona que tanto odias -luego se detuvo, tragando saliva y carraspeando-. Y con respecto a Taehyung, no sé si él te ame de verdad, es decir, hiciste todas esas cosas por él y bueno, yo no lo veo aquí contigo.

- Yo le dije que no lo hiciera -excuso Hoseok, devolviéndole la mirada para volver a bajarla a los dedos en su regazo. No le gustaba que empezara a referirse a Taehyung de esa forma.

- Aún así, Hoseok -hizo una mueca, soltándole la mano y apoyando el codo en la cama-. No creo que Taehyung te ame tanto como crees.

- Bueno, da igual -se encogió de hombros, hablando casi a la defensiva-. Yo lo amo, así que no importa...

- Pero eso está arruinando más la relación que tienes con tu padre, ¿No? -Hoseok volvió a mirarle fijo a los ojos, esta vez con la duda en su corazón-. Pregúntate si vale la pena perder a tu padre para siempre y tener el vago amor de un chico que tal vez te deje mañana.

Y Hoseok simplemente no pudo responder a eso.


[...]




Cuando ya se sintió más tranquilo, que fueron dos horas después entre conversaciones y el sol que ya se había ocultado, Hoseok se despidió de Minhyuk y salió de su casa hacia la calle.

Jamás se esperó que Taehyung estuviera sentado en la acera, abrazándose así mismo y quedándose medio dormido hasta que él salió y se levantó casi tambaleándose.

- ¿Taehyung...? -esbozo boquiabierto, mirándolo de arriba abajo perplejo.

Su novio lo miraba tan triste que algo dentro de él se encogió, sintiéndose tan culpable.

- ¿Cómo estás? -fue lo único que dijo Taehyung.

- Estoy... mejor -respondió aun desconcertado-, ¿Has estado esperando aquí todo este tiempo?

- No.

- ¿No? -Hoseok se acercó a él y, sin dejar que Taehyung retrocediera, apresó su rostro entre sus manos comprobando que estaba tan frío como un cubo de hielo-. Estás frío y tiemblas, ¿Cómo que no?

- Bueno, ¿Qué quieres que te diga? -sonrió Taehyung con desgana. Parecía ido y eso le dolía mucho más, hablando bajo, con un tono de voz quebradizo y ronco-. Estuve esperando a mi novio fuera de la casa de su amigo de infancia... porque por alguna extraña razón que no entiendo... se fue a refugiar a los brazos de alguien más en vez de los míos.

Hoseok lo miró dolido, todas las lágrimas volviéndose acumular en su garganta.

- Taehyung, no digas eso... lo siento, yo solo...

- Cállate, cállate -pidió Taehyung en un susurro, abrazándolo de la cintura y apoyando la frente en su hombro. Su cuerpo se sacudía en escalofríos, débil entre sus brazos-. No digas nada más, estás... Estás mejor, ¿No es así? Sólo importa que estás bien -Taehyung alzó la mirada, con aire ausente, mientras con sus congelados dedos tocaba la mejilla de Hoseok que lo miraba enajenado- Vamos a dormir, ya es tarde.

Taehyung buscó su mano y la entrelazó con la suya, volviendo a caminar hacia la casa por donde habían venido.

- Estás enojado... -murmuró Hoseok con aflicción. Se sentía idiota por haberlo dejado atrás, Taehyung parecía estar bien, pero sólo le bastaba ver sus ojos para darse cuenta que no era así-... no estés enojado. Taehyung, habla conmigo, lo siento...

Hoseok se detuvo, tirando de la mano a Taehyung para que volteara y quedaran frente a frente. Su sonrisa no era real, era como si no estuviera ahí, como si se hubiera alejado pero tratara por todos los medios de volver.

- No, no estoy enojado -respondió Taehyung, luego de un silencio pesaroso-. Estoy triste. Estoy triste porque nunca seré suficiente para que me dejes cargar tus penas contigo. Pero ya no importa, lo que importa es que estás mejor y... estamos juntos. Estamos juntos, Hoseok -repitió Taehyung, acercándose a él lentamente hasta que pudo sentir el aliento de Taehyung rozarle el rostro-, ¿Aún estamos juntos?

- Claro que estamos juntos, qué dices -Hoseok lo miraba condolido, acariciando su mejilla  y llevando su mano entrelazada a su boca, tratando de que con el vaho de su respiración calentase la mano fría de Taehyung-. Escúchame, escúchame, perdí la cabeza. Perdóname, es que... por un momento sentí que había vuelto a esos días y yo siempre...

- ¿Siempre venías aquí? 

- Sí. Siempre -afirmó Hoseok, esta vez tomando las dos manos de Taehyung y frotándolas para darle calor-. Minhyuk siempre estuvo conmigo, incluso antes de Hyesun.

- A Minhyuk le gustan los chicos, ¿Verdad?

- ¿Qué? -exclamó Hoseok, atónito ante la pregunta. No esperaba que Taehyung le preguntara algo así, menos con una expresión gélida y pérdida-. Claro que no, Minhyuk no es como tú.

- ¿No es yo? -repitió, esta vez alzando la vista para mirarle fijo a los ojos-, ¿A qué te refieres con que no es como yo?

- No le gustan los chicos, Taehyung -respondió Hoseok, frunciendo el entrecejo-. No puedes pensar que todos los chicos son... tú.

- ¿Y si lo fuera?

- ¿Y si lo fuera qué?

- Vi como te miraba, Hoseok.

- ¿Qué insinúas? -esta vez dejo de frotar las manos de Taehyung, casi como si fuera un repelente- No me miraba de ninguna forma, ¡Por Dios, Taehyung, tiene novia!

Taehyung abrió los ojos, esta vez más presente y se abrazó así mismo. Su voz se torno totalmente insegura. Para Hoseok, en esos momentos sus celos no eran lindos y adorables en absoluto.

- ¿Tiene novia? 

- Sí, mira... no empieces tú ahora -dijo Hoseok, pasándose la mano cansino por el cabello-. El tema con mi padre es mucho más doloroso para mí y... no quiero pelear. Vamos a casa.

Con eso último, Hoseok siguió el camino hacia la casa sin dirigir una sola mirada a Taehyung, sólo hasta que él lo tomó de la muñeca, haciendo que se detuviera y se diera la vuelta. Los dedos de Taehyung buscaron desesperadamente los suyos y los entrelazó con fuerza, viéndose mucho más pequeño y débil que él en esos instantes.

- Hoseok... no te alejes de mí -susurró temeroso.

Todo a su alrededor estaba en un completo silencio y Hoseok estaba seguro que por eso pudo escucharlo. Su corazón volvió a latir por él y sin dudarlo, lo jaló hacía sí y lo abrazó con fuerza, fundiéndose en Taehyung. Lo necesitaba tanto que era tan peligroso como doloroso.




[...]





Re sad porque así soy yo </3

Gracias por leer, las amo <3 







Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top