Capítulo 28: cuatro en punto.
Al día siguiente Kim Taehyung se encontraba en el despacho de la directora de la Academia, alias madre de Jungkook, admirando con curiosidad las fotos de su familia en el gran escritorio de madera barnizada. Le llamó la atención, por sobre todas las fotos, las de Jungkook cuando era bebé. Era adorable con esos ojos redondos y curiosos.
La directora seguía ordenando los papeles en su escritorio, con esa expresión de profesionalidad que la caracterizaba. Ella era la clase de mujer que no perdía el tiempo en conversaciones triviales ni personales, por eso le sorprendió cuando ella al terminar de ordenar todos sus papeles y entrelazar sus dedos encima del escritorio, le regaló una sonrisa sincera y apenada.
- Jungkook me informó lo de tu abuela. Lamento mucho tu pérdida.
Taehyung se removió incómodo en el asiento, rascó su nuca y tratando de no mirarla directamente a los ojos, le devolvió la sonrisa. Se sentía realmente extraño que la madre de Jungkook emitiera esa aura de compasión, a los ojos de él, la directora era firme como una estatua. Además, trataba de no pensar mucho en el hecho de que su abuela ya no volvería a casa con él. Que ya no volverían a cantar juntos, que no volvería a cocinar para él ni ha decirle lo mucho que le quiere. La extrañaba tanto que todo referente a ella seguía doliendo.
- Gracias -dijo Taehyung, carraspeando para cambiar de tema-. Vine a verla porque quería hablar con usted referente a las clases de la próxima semana. Tengo que hacer un viaje durante esos días y no quiero perder la beca por inasistencia, eh, entonces... usted... bueno...
La directora hizo una mueca, ignorando los balbuceos nerviosos de Taehyung, pasándose los dedos índice y pulgar por el mentón de forma pensativa. Con la otra mano empezó a tamborilear la mesa con los dedos y luego de un silencio interminable para Taehyung, ella sacó otros papeles del mueble de su escritorio.
- Entiendo. Veré que puedo hacer. Tu desempeño en la Academia siempre ha sido bueno, por lo que puedes omitir algunas clases o posponer las presentaciones individuales -alzo la vista de sus papeles, poniéndose un mechón rebelde de la coleta detrás de la oreja-. De verdad fue una pena que no te pudieses presentar junto con Park Jimin cuando ganaron el concurso, todos esperábamos verte ahí con él. Hubieras dado una muy mala impresión si no te presentabas como debías, pero ya que fue por este hecho tan delicado se te disculpa, fue bueno que Jimin se presentara por ambos.
- Sí, lo sé -sonrió Taehyung-. Agradecería mucho si me diera esa semana, yo...
- Tranquilo, está bien -cortó la directora, parándose de su asiento y caminando hacia la puerta. Taehyung la siguió con la mirada y se levantó del asiento cuando la vio abrirla-. Informaré sobre tu ausencia a los profesores, no tienes que preocuparte. Lo único que tienes que hacer es presentarte otra vez aquí en mi despacho cuando vuelvas para que te pongas al día.
Taehyung agradeció sinceramente la oportunidad que le daba, hizo una reverencia hacia ella y salió del despacho. Eso había sido más fácil de lo que pensó y supo que era bueno que fuese amigo de Jungkook. De seguro le había dicho algo para que la directora fuese tan compresiva con él. Tendría que hacer algo para recompensarlo, ¿Tal vez haciendo que su relación con Yugyeom fuera más rápido? Algo se le ocurriría después. Le debía tantas cosas a las demás personas que se sentía marear, él no quería deber nada a nadie, se sentía demasiado frustrado. Todos cuidaban de él y eso le hacía tener un remolino de sentimientos contradictorios. Se sentía querido pero odiaba el no poder hacer algo para devolver todo el amor que le daban. No sabía como hacer a Hoseok feliz, aunque él pareciera feliz sólo estando a su lado. Taehyung tenía esta voz en su cabeza que le repetía constantemente que Hoseok se merecía a alguien mejor, mucho mejor que él.
Trataba de aplacar esa voz irritante en su cabeza, diciéndole que él era tan poca cosa como un granito de arena y que no haría feliz a nadie, que se rebobinaba tal cual como una canción pegajosa que odias pero que no puedes dejar de cantar.
Caminó por el pasillo despejado y salió de la Academia hacia la parte trasera donde había un campo de césped abierto rodeado de árboles. Recuerda cuando estaba caminando con el paraguas que le regaló su abuela, ese de pollos amarillos, y se encontró con Hoseok acostado bajo la lluvia.
Tal vez debió de saberlo en ese instante, que se había enamorado de él porque se veía como si fuera libre y no le importara nada más que sentir el agua empapando toda su ropa, como si en cualquier momento pudiera derretirse y ser agua. Recuerda que le pareció hermoso aquella expresión de tranquilidad, pero a la vez de profunda tristeza, que tenía con los ojos cerrados. Y cuando él abrió los ojos, por fin, y lo miró fijamente, supo que era tan hermoso como el ojo de un huracán. Todo podía estarse derrumbando a su alrededor pero menos él. Él era todo luz, calma y serenidad, ahí en el fondo de sus ojos donde a su alrededor sólo reinaba el caos. Le pareció tan maravilloso, tan único, que no pudo evitar acercarse y, como un idiota, no hallo nada mejor que hacerse el amable, fracasando y no encontrando nada mejor que insultarle como el arrogante que no era. Ese yo suyo que tantas veces le había ayudado a sobrevivir pero, que a la vez, odiaba con todo su ser.
Taehyung se sentía de una forma que no podía deducir con exactitud qué era, pero bien podía parecerse a la angustia que le provocaba dolor de estómago y al vacío, parecido al hambre, en su pecho. Era desolador, simplemente desolador. Desde que su abuela se fue se había instaurado en él y parecía no querer irse nunca. A veces no lo sentía, pero era sólo cuando Hoseok lo tocaba. Las manos de Hoseok podían hacer que él se olvidara del mundo.
Pero luego, igual a ese momento donde se encontraba solo paseando hacia el parque detrás de la Academia, recordaba todos esos momentos a su lado y deseaba que volvieran a suceder, que no desaparezcan nunca de su memoria, escuchar su risa, su voz, su canto, escuchar todo y ver todo, ver sus expresiones, esas que él tan bien conoce otra vez. Extrañaba tanto a su abuela, ella había curado todas sus heridas igual a como Hoseok las cura. Pero hay heridas que simplemente nadie te puede curar, sólo tu mismo, y son heridas tan profundas y en carne viva que son casi imposibles de sanar.
Taehyung se preguntaba si Hoseok también tenía heridas que nadie podía curar. Se preguntó si él podría curarlas algún día, si sería suficiente el hecho de amarlo como nunca había amado a nadie de esa forma para que sanasen.
Cuando volvió en sí, dejando de nadar en sus pensamientos, se dio cuenta que había terminado al lado de una fuente en medio de un pequeño parque con bancos de madera rústicos. Habían personas paseando con sus hijos, vestidos con abrigos y botas. Suspiró y se fue a sentar a uno de ellos, bajo los árboles que se mecían por el viento otoñal. Pensó que Hoseok estaría de camino a su sesión de terapia para su pierna junto a Yoongi, quien se las daba de conductor personal. Una de sus mayores preocupaciones, esas que lo mantenían ajeno al dolor de la pérdida, era el hecho de que tenía que aprender a conducir. No quería ser un inútil si es que Hoseok volvía accidentarse y él no podía llevarlo al hospital. Aunque Hoseok había dicho que no hacía falta que se apurara tanto en sacar la licencia, era algo que Taehyung de verdad quería sacar cuanto antes. Por lo menos antes de irse a la casa de Hoseok, así podría alardear de que era todo un adulto, ¡Hasta podía pensar en el nombre que le daría a su auto si se lo comprase!
Y estaba pensando en eso, cuando el viento meció su flequillo, rozando sus orejas e hizo que se ajustara más el gorro de lana. Si bien le habían sacado las vendas, aun le quedaba una fea cicatriz y el cabello desnivelado por un costado. Le daba vergüenza así que evitaba sacárselo, sólo para bañarse y para dormir. Hoseok evitaba verle la cicatriz fresca, ya que le daba escalofríos las heridas de todo tipo, algo bastante raro sabiendo las heridas que le hacían cuando terminaba golpeándose con alguien. A Taehyung le parecía extraño que le diera nauseas la sangre o heridas de los demás excepto las de él. Una vez le preguntó cómo le hacía entonces cuando golpeaba a alguien y él le dijo que era por eso mismo que no había matado a nadie a golpes. Hoseok sólo golpeaba a los idiotas que se lo merecían y, siempre que lo hacía, era cuando estaba algo borracho. Y enojado. Muy enojado. Como cuando creyó que Jungkook le iba a besar. Le hacía reír el sólo hecho de pensar que pudiese estar con alguien más que no fuera Hoseok, porque eso era imposible.
Hoseok le había mostrado las estrellas. Lo había llevado a través del universo y eso era algo que él jamás olvidaría. Incluso si en algún punto de su vida Hoseok ya no lo ama más, incluso si...
- ¿Taehyungie?, ¿Qué haces aquí solo?
Alzo la vista, entrecerrado los ojos por los rayos del sol que salían de entre los árboles, encontrándose con la sonrisa de hoyuelos de Namjoon. Sonreía pero tenía cierto brillo de preocupación en sus ojos. Ese mismo brillo de preocupación que le daban todos desde el día del funeral.
- Estoy... pensando... en cosas, nada importante -respondió, escuchando su voz más ronca de lo normal. Namjoon sonrió de lado, mostrando un solo hoyuelo y se sentó, poniendo a su lado una guitarra guardada dentro de una funda que se parecía mucho a la de Jin, porque tenía pegatinas de Mario Bross. Taehyung tenía entendido que Namjoon también era un estudiante de la Academia, pero nunca lo había visto. No sabía mucho de él y Jin tampoco le había contado gran cosa. Sólo que era el chico más maravilloso y a la vez desastroso que había conocido. Algo así como la erupción de un volcán, pero Taehyung no entendía muy bien la comparación. Trato de que Jin se lo explicara, pero sólo se ganó un chiste de viejos que le hizo reír de lo tonto que era.
- No te has olvidado de la fiesta que daré por la inauguración de mi estudio, ¿Verdad?
- No, claro que no -Namjoon volvió a sonreír con satisfacción y Taehyung se sintió como un niño pequeño al lado de él. A veces solía desprender esa aura paternal igual que Jin, pero a este último odiaba actuar como un adulto, pensaba que ser adulto era ser un amargado. Taehyung también lo pensaba la mayoría del tiempo, aunque antes sus padres no eran para nada amargados. No hasta que ocurrió todo-. Jin hyung siempre me lo recuerda. Estaré ahí sin falta... sólo faltan dos días, ¿No?
- Sí, y tengo entendido que te irás con Hoseok a su casa el día siguiente -asintió Namjoon, apoyando los codos en su regazo y mirándole de reojo-. Gwangju es un lindo lugar, una vez estuve ahí en una competencia de Hip Hop.
Taehyung lo miró asombrado y curioso.
- ¿Y cómo fue?, ¿Quién ganó?
- Bueno, estaba algo difícil ya que me tocó competir con varios chicos muy buenos, pero gané el primer lugar. Fue la primera vez que gane un premio -río Namjoon, moviendo la cabeza de un lado a otro como si estuviera avergonzado-, sin exagerar, fue el mejor día de mi vida.
- Debió haberse sentido genial.
- Más que genial -replicó Namjoon agrandando los ojos, ganándose una sonrisa divertida de Taehyung-. Fue la razón del porqué elegí el camino de la música definitivamente. Desde ese día no lo dudé y no lo he hecho hasta ahora.
- ¿Y crees que eso cambiará algún día? -preguntó Taehyung, sin poder evitar relucir su pesimismo. Siempre terminaba preguntándose lo mismo respecto al futuro-. Que te levantes y te des cuenta que te has equivocado.
- Bueno, estaré vivo -Taehyung le dirigió una mirada confundida y Namjoon volvió a reír-. Si estoy vivo puedo reiniciar mi vida las veces que quiera, ¿No lo crees? En cierta parte también me hacía ilusión ser un empresario exitoso antes de que me obsesionase tanto la música.
- Bueno, si lo dices así parece fácil.
- No, será una mierda -negó divertido. Ambos rieron y Namjoon sacó la guitarra de la funda. Le dio una última mirada divertida a Taehyung para luego ponerse a tocar-. Así que más me vale no arrepentirme nunca.
- Lo mismo digo -susurró Taehyung, mirando hacia la fuente donde algunos pájaros se posan para beber. Pero esta vez, un pájaro empezó a cantar unos segundos, como si llamase a alguien, hasta que alzó el vuelo cuando otro llegó a su llamado. Vio a los dos pájaros desaparecer por el cielo despejado y se le vino una idea a la cabeza. Una pequeña idea que crecía como ramas en su interior a medida que Namjoon afinaba la guitarra.
- ¡Namjoon hyung! -gritó girándose hacia él, provocando un respingo al más alto que se llevo una mano al pecho y lo miraba asustado-. ¡Necesito tu ayuda!
- ¡Ah, me asustaste! -jadeo Namjoon, resoplando y mirándole con extrañeza-. ¿En qué quieres que te ayude?
- Pues, verás... -empezó a decir con nerviosismo, para luego suspirar y mirarlo fijamente-. Quiero escribir una canción.
Namjoon enarcó una ceja, esta vez prestando toda su atención en la mirada suplicante de Taehyung. Dejo la guitarra descansando en su regazo.
- ¿Una canción?, ¿Quieres que yo te ayude a escribir una canción?
Taehyung asintió con fervor.
- ¿Para tu abuela?
Taehyung trago saliva, los ojos le empezaron a brillar y volvió asentir, esta vez débilmente.
Namjoon le palmeó la espalda, desordeno su cabello con cariño y sonrió con esos dos hoyuelos que le hacían recordar a una de las tantas sonrisas de Hoseok. A una de esas tantas sonrisas que él adoraba.
- Pues empecemos ahora mismo, ¿Te parece?
[...]
Hoseok salió del hospital acompañado de Yoongi, quien lo ayudaba con su bolso de ropa mientras él andaba con aquella insoportable muleta. Sentía su pierna cada vez mejor, no estaba tan hinchada y ahora podía apoyarla, pero aún así la terapeuta le dijo que era mejor que siguiera sin ponerle demasiado peso. Le agradecía demasiado a Yoongi que lo viniese a buscar en su auto, andar por las calles y el metro con muleta era de lo más incómodo. Ambos suspiraban de cansancio mientras atravesaban el estacionamiento hacia el auto.
- Recuérdame el porqué hago esto -dijo Yoongi, haciendo la cabeza hacia atrás exhalando un quejido-. Ahora debería estar en la cama durmiendo y no aquí con este jodido frío.
- Porque eres mi mejor amigo, maldito -río Hoseok, dándole un pequeño codazo-, es tu deber.
Yoongi lo miró entrecerrando los ojos, hizo una mueca arrugando la nariz y lo miro de arriba abajo.
- La otra vez dijiste que Taehyung era tu mejor amigo.
- Lo es, pero la diferencia entre él y tú es que yo no me beso contigo -replicó Hoseok pasando un brazo por sus hombros, haciendo que Yoongi arrugue aun más el rostro con fastidio-. Podría parecer que él tiene más ventajas que tú, pero si Taehyung termina conmigo algún día, tú serás el encargado de buscar los pedazos rotos de mi corazón.
- ¿Por qué eres tan dramático? -gruñó Yoongi ante el tono de dramatismo que usó, deshaciéndose de su agarre y apartándolo de un empujón-. En primer lugar, si alguno de los dos fuera a terminar, ese serías tú. Taehyung está loco por ti, el único idiota que no se da cuenta eres tú. Y en segundo lugar, ¿Me vez con cara de doctor?
- Sí, claro, ¿Yo terminar con Taehyung? -lo mira incrédulo, negando con la cabeza- Eso no pasaría. A veces creo que yo amo más a Taehyung de lo que él podría llegar amarme algún día.
- ¿Y eso te asusta? -enarcó una ceja Yoongi, evidentemente incómodo. Los temas amorosos no iban con él, le ponían tan avergonzado que era divertido para Hoseok.
- Un poco -mascullo, alzando la mirada hacia él-. ¿No te asusta que Jimin termine contigo algún día?
- Trato de no pensar en eso, ¿Qué tan loco me volvería si pienso en eso a cada rato? -suspiró Yoongi, esta vez mirándolo con el ceño fruncido-. Deja de pensar en cosas tan deprimentes, ¿Te pusiste borracho y no me di cuenta?
- No -negó ofendido-, ¡Estoy totalmente en mis cincos sentidos!
- ¿Y desde cuándo eres una nube triste en vez de un sol resplandeciente?, ¡Despabila!
Yoongi alzó su mano y le dio un pequeño golpe con el dedo en su frente, sacando un gruñido de dolor al más alto. Hoseok iba a darle una patada, pero recordó su pierna y se retracto, dejando que Yoongi apurara el paso y fuera hasta el auto con una sonrisa burlona.
Hoseok suspiró, viendo como un hombre tiraba de la silla de ruedas de una mujer de ojos cansados y cabello opaco. Inmediatamente se le vino a la mente a su madre, siempre pensaba en ella cuando veía a madres o sólo el hecho de pisar un hospital. Iba a seguir caminando al salir de su ensoñación, cuando sintió la vibración de su celular en el bolsillo. Lo sacó y, sin siquiera mirar de quién era la llamada, contestó. Le hizo una seña a Yoongi para que lo esperase, quien le hizo un gesto con el pulgar afirmativamente y se subió al auto.
- ¿Diga?
- ¿Se puede saber que significa eso de que volverás?
Sonrió nostálgico y supo al instante quién era la voz femenina al otro lado de la línea.
- Hola Noona, la más hermosa de las hermanas mayores, ¿Cómo estás?
- ¡Responde! -exigió ella-. Llevo insistiendo mucho tiempo para que vuelvas, te extraño mucho y tú sólo me mandas este mensaje que no me dice nada.
Hoseok recordó el mensaje que le había mandado el día de ayer por la noche, cuando Taehyung, antes de dormir con él en la cama improvisada en medio del salón, le había recordado enviarle un mensaje a su hermana. No tenía muchas ganas, ya que su hermana lo llenaría de preguntas, así que sólo le envío un mensaje corto que decía: << El martes que viene iré a casa, no, no es broma, ¡Prepárate, Noona! >>
- Pues sí, Noona, lo que leíste, voy a volver el martes. Viajaré en la noche y llegaré en la mañana, se suponía que nos iríamos el lunes en la mañana pero Namjoon tiene una fiesta, ¿Te conté de Namjoon, no? Ahora tiene un nuevo estudio y hará una fiesta para la inauguración.
- Sí, sí me has hablado de él -oyó como suspiraba su hermana. Escuchó su risa y supo que ella estaba feliz tanto como él de volverse a ver-. ¡Eso es genial! Me alegro mucho por él, pero, ¿Has hablado con papá?
Hoseok se mordió el labio inferior, frunciendo el ceño sin poder evitarlo. Sintió como el cuerpo se le tensaba, siempre que hablaba de él era lo mismo. Su cuerpo no podía reaccionar de otra forma.
- Bueno, en realidad, así como que he hablado con él, pues...
- Eso es un no, ¿Verdad? -lo cortó ella. Hoseok suspiró abatido por el tono de regaño que usaba.
- Pensaba que tú podrías decirle.
Se hizo el silencio en la línea, hasta que le escuchó suspirar.
- Le diré que vendrás, pero antes creo que tienes que saber algo.
Si ya estaba tenso, ahora estaba peor. Trato de no poner mucho peso en su pierna mala y se removió angustiado con la muleta.
- ¿Qué cosa?, ¿Ha pasado algo?
- No es nada grave, es sólo que... bueno... resulta que...
- Dilo de una vez, Noona -espetó Hoseok, tratando de sonreír aunque ella no lo viera-. Me pones nervioso.
No supo hasta qué momento retuvo el aliento, un mal presentimiento se adhería a su estómago como un chicle pegado al zapato. Y casi se atraganta con su saliva cuando su hermana por fin le contestó:
- Papá tiene una novia.
El tiempo se detuvo unos segundos. Algo se estrujaba dentro de su pecho, los dedos le hormigueaban y su estómago se contraía en una sensación horrible que le molestaba. Creyó haber escuchado mal.
- ¿Qué él que?
- La conoció el verano pasado, sabes que papá ha estado solo durante mucho tiempo y Hobi, esta mujer es... es buena -por alguna razón, Hoseok no le creía. No creía nada que tuviera que ver con su padre-. Le hace feliz, la conocerás cuando vengas, ¿Sí? Sé como siempre eres. Te va agradar.
- Noona, ¿Es una broma?
- ¿Por qué bromearía con eso? -río ella con incomodidad-. Sabes que desde la muerte de mamá...
- Noona, vamos a hablar de esto cuando llegue el martes -la interrumpió Hoseok, tragando saliva con dificultad y apretando inconscientemente el teléfono contra su palma-, ¿Está bien? Llegaré a las cuatro de la tarde, iré con Taehyung.
- ¿Taehyung?, ¿Tu novio?
Con la mención de Taehyung, sintió su cuerpo relajarse al instante. Pero la mala sensación seguía ahí, instaurada en su pecho. Sonrió débilmente al pensar en él.
- Sí, mi novio.
- Por Dios, de verdad tiene que ser un encanto para que te hayas fijado en él, ¡Un chico!, ¿O te gustaban antes? De verdad creí que eras hetero, ya sabes, por Hye.
- Yo también pensaba que era hetero, así que no eres la única sorprendida -Hoseok empezó a caminar lentamente hacia el auto de Yoongi, quien ya había prendido el motor-. Pero créeme cuando te digo que adorarás a Taehyung, es demasiado lindo. Te encantará, pero ya te advierto que él es sólo mío, ¿Entendido?
- Sí, claro, tonto posesivo -casi podía ver a su hermana poner los ojos en blanco-. Como digas, los estaré esperando, ordenaré tu antigua habitación.
- Eh, preferiría que la dejarás tal cual.
- Tranquilo, ya boté hace tiempo tus revistas porno, ¿O tal vez se las vendí a tu amigo Minhyu?
- ¡Qué hiciste que! -exclamó Hoseok, deteniéndose y gruñendo al poner inconscientemente peso en su pierna mala- No, no, espera, ¿Cuáles revistas?
- Idiotaaa -canturreó divertida ante los gruñidos de Hoseok- Te veo luego, hermanito, cuídate y me envías un mensaje cuando llegues. Besos para ti y para tu novio.
- Noona, espera, ¿Le has dicho a papá sobre Taehyung?
Volvió a aparecer un silencio tenso en la línea. También podía ver la expresión preocupada de su hermana en su mente, como si estuviera frente a él.
- ... no, no lo he hecho -dijo su hermana con la voz más apagada-. Lo siento, Hobi, creo que eso deberías decírselo tú. Aunque le daré algunas pistas, ¿Bien? Si esto me sorprendió a mí, que me lo dijiste hace poco, no quiero ni pensar en cómo va a tomarlo él.
- Sí, no importa -respondió con rapidez. El tal sólo hecho de pensar en su padre lo ponía de mal humor, peor aún si lo relacionaba con Taehyung-. Da igual. Nos vemos luego, Noona. Adiós. Te quiero.
- Te quiero también, mocoso.
Y cortó, guardando el celular en su bolsillo para luego entrar al auto de Yoongi y sentarse a su lado mientras él arrancaba el auto. Ninguno de los dos dijo nada, a Yoongi sólo le bastaba ver la mirada sombría de Hoseok para saber que no estaba bien.
- ¿Pasó algo malo? -preguntó Yoongi, mirándole de reojo.
Hoseok suspiró pesadamente, mordiéndose con fuerza el labio inferior y pasándose los dedos por el cabello hacia atrás.
- No, no pasa nada. Problemas familiares, eso es todo.
Yoongi asintió hacia él, dando por terminada la conversación. Conocía lo suficiente a Hoseok para saber que cuando estaba mal no le gustaba hablar, por lo menos no en el momento. Tal vez después le preguntaría y él le diría el porqué hacía esa expresión tan enfurecida y triste.
Cuando llegaron a la casa de la abuela de Taehyung, Hoseok sacó su bolso del asiento trasero e hizo ademán de salir del auto cuando Yoongi lo detuvo poniéndole una mano en el hombro.
- ¿Sabes, Hoseok? También eres mi mejor amigo, así que si Jimin termina conmigo, también te tocará recoger mis pedazos.
Hoseok le dedicó una sonrisa ladeada, volviendo a animarse con la mirada llena de preocupación del mayor. Yoongi, en absoluto, era un chico frío. Hoseok aún podía recordar la primera vez que le vio, poniendo un panfleto de arriendo para un departamento compartido cuando él apenas había llegado a Seúl. Todos los que conocían a Hoseok terminaban encantados con él, siempre que se lo propusiera, y Yoongi no sería diferente. Aún podía recordar la primera noche que pasó en el departamento, con los ronquidos de Namjoon de fondo y el frío colándose por la manta cuando tuvo que dormir en el sillón porque no había otra cama para él. Yoongi le había dicho que podía dormir en la litera de su habitación, pero ellos apenas se conocían, por lo que sería demasiado raro. Además, el sillón no era tan incómodo. Lo único que terminó pidiendo fue otra manta. A la semana, terminó durmiendo en la litera. Al mes, en un colchón inflable. Y al año, en una cama que compró con su dinero. Y ahora volvía a dormir en un sillón. La diferencia es que estaba Taehyung para darle calor y aquello que le faltaba.
Necesitaba estar con Taehyung. Lo necesitaba.
- Gracias por traerme, Hyung, te llamo luego -y antes de salir del auto, volvió a sonreír, esta vez mostrando toda su dentadura en una sonrisa sincera-. Si necesitas algo, me avisas.
- Lo mismo va para ti, Hoseok-ah.
[...]
Un día
le escribí una carta
muy, muy larga a la luna.
Encendí una pequeña vela
sabiendo que no brillaría más que tú.
Taehyung siguió haciendo borrones al pequeño cuaderno que siempre traía Namjoon consigo. El mayor no dejaba de tocar la guitarra, pidiéndole que anotara también la melodía.
En un sombrío parque
un pájaro anónimo canta
"¿Dónde estás?"
Oh, tú.
Las personas que pasaban a su alrededor se les quedaban mirando curiosos, viendo la expresión de ambos chicos tan concentradas en lo que hacían que pareciera que no existiese nadie más que ellos dos. La música fluía de ellos, se estancaba, salía a retazos, a veces fuerte y otras suaves, pero profundamente triste. Era una canción tan triste que incluso los pájaros en lo alto de los árboles le ayudaban a crearla.
¿Por qué estás llorando?
Tú y yo somos los únicos aquí.
Tú y yo.
Oh, tú.
Y hubo un punto en la canción en el que ninguno de los dos pudo con tanta tristeza. En especial Taehyung, quien no pudo evitar sollozar cuando la noche llegó y ninguno de los dos se digno a pararse de aquella banca.
[...]
- ¿Dónde estabas?, ¡Te llamé más de veinte veces, te envíe mil mensajes y no me respondiste ninguno, Kim Taehyung!
Taehyung miró asombrado la cara totalmente exaltada de Hoseok, apenas había pisado el pórtico cuando él había abierto la puerta de entrada de golpe como si hubiera estado horas esperando a que llegase. Nunca lo había visto tan enojado. Daba miedo, pero a la vez le gustaba. Le gustaba ver a Hoseok tan serio, era excitante. Tal vez por eso no dijo nada, se quedo boquiabierto mirando su dura expresión mientras él tiraba de su muñeca para que entrase.
- ¿Dónde estabas? -repitió con voz ronca, apenas unos centímetros lejos de su rostro. Había cerrado la puerta de un portazo detrás de él, sin importar que Soonshim halla venido corriendo hacia ellos y ahora le esté lamiendo la mano. No podía dejar de mirar los ojos de Hoseok, que parecían atraer los suyos como un imán.
- Yo... yo... estaba con Namjoon hyung -respondió Taehyung en un hilo de voz. ¿Por qué Hoseok se veía tan caliente enojado, con esos ojos dominantes que parecían decirle << ponte de rodillas ahora mismo >>? Incluso si Hoseok no se lo pidiera, la forma en la que lo miraba hacía que le temblasen las rodillas.
- ¿Y por qué no contestabas el celular?
- Se.. se me olvidó -agachó la cabeza Taehyung, sintiéndose regañado-. Lo siento...
- ¿Sabes lo preocupado que estaba, Kim Taehyung? -gruñó Hoseok contra su rostro- Tus padres también estaban preocupados y...
- ¡Kim Taehyung, por fin llegas! -apareció su madre por la habitación, fulminando su rostro con la mirada. Pareciera que ambos quisieran matarlo, la única que parecía feliz con verlo era Soonshim, como siempre. Retrocedió temerosamente, haciéndose más pequeño a medida que, detrás de su madre, aparecía su padre y sus hermanos, enojados y soñolientos.
¿Tanto se había demorado? Demonios, maldijo Taehyung.
[...]
Luego de dar las respectivas disculpas y una buena explicación por volver tan tarde y no contestar las llamadas, por fin su familia lo dejó en paz y fue a dormir. Lo malo era que Hoseok seguía enojado con él. Y la palabra enojado era poco, porque apenas le miraba y no le había dirigido la mirada en ningún momento, sólo para dejarle en claro que dormiría en el suelo y no con él en el sillón. A Taehyung le dieron ganas de llorar por lo brusco que estaba siendo con él, pero se lo merecía, si estuviera en su lugar hubiera echado fuego por la boca de la preocupación, ¡Pero él no tenía la culpa de que crear una canción llevara tal cantidad de tiempo! No era para nada fácil crear una canción a partir de un sentimiento y nada más. Tanto él como Namjoon se esforzaron duramente hasta tener algo que le gustase a ambos. Algo que pudiera expresar lo que Taehyung quería decirle al mundo, mejor dicho, a una persona en especial.
Una persona que ya no estaba, pero que seguía con él a pesar de todo. En su mente. En todas partes.
Eran las tres de la mañana cuando, invadido por el insomnio de no tener a Hoseok a su lado, había sentido como se removía y se levantaba. Le daba la espalda, por lo que creyó que rodearía su cuerpo hecho un ovillo en el piso para ir al baño, pero contrario a lo que esperaba el mayor se acostó detrás de él, pasando un brazo por el hueco de su cuello y otro rodeando su cintura, atrayendo su cuerpo al de él. Taehyung se dio la vuelta y le devolvió el abrazo, escondiendo el rostro en su pecho y pasando una pierna alrededor de su cadera. Ahora sentía que podía respirar con tranquilidad.
- Perdón, perdón... -gimoteó suplicante contra su pecho, inhalando el adictivo aroma de su piel y el sudor-. Te amo mucho, perdóname.
Hoseok le besó la frente, pasando las manos por su espalda en caricias conciliadoras.
- No vuelvas hacer esa mierda nunca más, ¿Me escuchaste? -espetó Hoseok con voz temblorosa. Taehyung creyó que estaba llorando, pero eso nunca lo supo, porque seguía abrazándole con tanta fuerza que no se sentía capaz de alejarse. Apenas pudo dar unos pequeños besos al cuello de Hoseok, diciéndole con ellos que jamás volvería a hacerlo. Que ya no quería preocupar a nadie más.
- Tú y yo somos los únicos aquí... -susurró.
[...]
Hoseok jamás pensó que la fiesta de Namjoon sería tan grande. Sabía que él tenía muchos amigos, pero a tal grado de tener el lugar lleno, todas las sillas repletas y el pequeño escenario en frente lo asfixiaba un poco. Trató de buscar a Taehyung con la mirada, quien se había perdido en el bar junto a Jimin. Desde que le había dado ese susto de su vida cuando regreso tarde y no contestaba sus llamadas no le quitaba el ojo de encima. Pero a ninguno de los dos parecía importarle, Taehyung tampoco se despegaba de él desde ese momento. Era como si tratase desesperadamente de remediar su descuido, porque cada vez que estaban solos, ya no era Hoseok quien buscaba su contacto, sino Taehyung. Se acercaba todo lo posible, le daba besos por todas partes y lo mordía cariñosamente, haciéndole reír. Hasta le hizo panecillos, con la ayuda de su madre, claro. Adoraba a ese Taehyung cariñoso, pero de todas formas le ponía triste el que fuera así sólo para remediar la culpa.
Trato de no pensar mucho en eso, y siguió buscando a Taehyung con la mirada, ignorando a Yoongi quien sacaba fotos a su lado con la cámara de Jungkook, quien también había ido pero estaba en el bar junto a Yugyeom. Las luces se apagaron de repente y, del escenario, apareció Namjoon vestido con un abrigo café como si tuviera frío. Esa ropa no era típica de él, parecía más vestimenta de Taehyung. Taehyung amaba los abrigos. Namjoon amaba las chaquetas de Jeans como él. Pero le quedaba bien.
Volvió a preguntarse dónde estaba Taehyung y lo supo, cuando Namjoon dijo su nombre y del fondo del pequeño escenario apareció su chico, con esa mirada tímida mientras se muerde el labio inferior y sonríe como un niño haciendo desaparecer sus ojos.
- ... esta es una canción que hemos hecho Taehyung y yo un día en el parque -empezó a decir Namjoon, mirando hacia todo el público que escuchaba atentamente sus palabras-. No fue planeado, no teníamos pensado algo así como una colaboración, lo que lo hizo mucho más divertido e interesante. Por eso esta canción es tan importante, porque ha nacido de nuestros sentimientos y de la nada misma. Esta canción trata sobre alguien a quien ya no puedes ver, esa persona a la cual te preguntas dónde estará, cada día que pasa, porque la necesitas para seguir, esa persona que deseas retener dentro de ti a pesar de que se te escape en la oscuridad. Creo que todos tenemos ese tipo de pérdida, ¿No es así? -habían algunas voces que asentían entre el publico. Pero lo único que podía ver Hoseok era esa silueta que no se movía para nada- Es ese tipo de canción. Espero que les guste tanto como a nosotros nos gustó escribirla y componerla. Fue todo un reto, ¿No, Taehyung?
- Sí, lo fue, definitivamente -afirmó hacia Namjoon. Para sorpresa de Hoseok, quien a los segundos lo vio dirigirse hacía él con una sonrisa nerviosa y a la vez muy, muy triste-. Oye, Jung Hoseok, ¿Quieres escuchar una canción?
[...]
POR QUÉ NO PUEDO ACTUALIZAR TEMPRANO, ALV.
Hola, volví, este capítulo quedó re kk pero prometo mejorar con los que siguen, ¡Lo juro!:c
Lxs amo, muchas gracias por seguir leyendo este fic <3
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