Capítulo 19: hay una luz que nunca se apagará.

Jung Hoseok se sentía impaciente, apoyado en la puerta del auto con las manos en los bolsillos de su sudadera, esperando para ver a su chico salir por la puerta del hospital de Seúl.

Iban a ser las 19:00pm, hora en la que terminaban las visitas para el cambio de turno del personal del hospital, que era a las 20:00pm, por lo tanto Hoseok sabía que Taehyung se encontraba dentro aún.

Así que no se sorprendió cuando lo vio salir, cabizbajo, abrazándose a sí mismo en un intento por darse calor. Hacía muchísimo frío. A esa hora, Taehyung debería encaminarse hacía el metro para encontrarse con Jin para cantar o en cualquier otro lugar, pero hoy no sería así.

Aún recordaba la conversación entre él y Jin cuando el mayor le llamó para saber sobre Taehyung, porque ni él sabía lo que le pasaba. Hoseok se preguntaba si Jimin lo sabía.

Tendría que preguntarle después.

Hoseok conocía lo suficiente a Taehyung como para esperar a que el menor lo viera desdeñosamente por no haberlo despertado en la mañana. Se esperaba que le dijera << ¡Jung Hoseok idiota, debiste despertarme! >> para así mostrar su característico puchero y su arruga en la frente que él amaba con todo su ser.

Se esperaba eso.

En cambio, Taehyung al verlo apresuró el paso y se abalanzó encima del mayor en un desesperado abrazo que le hizo perder el aliento.

- Estás aquí... estás aquí... -balbuceo reiterativo contra su cuello, abrazándolo por la cintura y haciéndose cada vez más pequeño en su pecho. Sonaba tan afligido que Hoseok inmediatamente lo envolvió en sus brazos y empezó a besarle la coronilla en un intento para que el menor se tranquilizara, porque se aferraba tan fuerte a él como si temiera que se fuera.

- Estás temblando... -dijo Hoseok preocupado, mientras pasaba sus manos de arriba hacia abajo por la espalda de Taehyung, haciendo fricción para que éste no tuviera tanto frío.

Por un momento, creyó que Taehyung iba a ponerse a llorar, porque no dejaba de ocultar su rostro contra su pecho, como si tratara de buscar los latidos de su corazón, hasta que levantó el rostro, tomó las mejillas de Hoseok con sus manos heladas y empezó a besarlo con una lentitud y dulzura tan indescriptible que le tembló todo el cuerpo también.

Taehyung lo besaba suave, tomándose el tiempo para saborearlos entre intervalos donde lamía, rozaba y besaba su labio inferior, superior, las comisuras. No era un beso de esos desesperados o profundos, era de esos besos lentos, inexpertos pero a la vez cargados de sentimientos.

Era el mejor beso que le habían dado. Todos los besos que le daba Taehyung eran los mejores, porque siempre le hacían sentir diferente y tenían un sabor diferente y expresaban cosas diferentes. Hoseok podría haber besado, podrían haberlo tocado antes, pero con Taehyung todo parecía ser como si fuera una primera vez. Una perfecta primera vez.

Tal vez porque nadie le había hecho sentir de esa forma, que es cuando estás total, ciega y perdidamente enamorado.

- ¿Qué fue eso? -preguntó Hoseok sonriente y atontado, cuando dejaron de besarse para quedarse mirando fijamente.

Taehyung desvió la mirada, un poco avergonzado porque casi nunca le besaba primero. Por lo que tomó la mano cálida del mayor en un intento por desviar su atención, entrelazando sus dedos y empezó a balancear ambas manos de un lado a otro.

- ¿Qué haces? -se rió Hoseok, animado al ver como Taehyung miraba sus manos unidas, hipnotizado.

- Tus manos son más pequeñas que las mías...

Hoseok enrojeció, no sabía por qué. Tal vez le daba demasiada vergüenza el que Taehyung lo mirara con tanta intensidad.

- Lo sé, tus dedos son tan largos y bonitos... -comentó Hoseok, haciendo una mueca recelosa, sólo para ver qué le diría el menor, a lo que Taehyung sólo levantó la mirada e hizo un puchero inocente, encogiéndose de hombros, tratando de quitarle peso al asunto.

- Pero tú tienes algo más largo a comparación del mío, hyung.

Hoseok se carcajeo espontáneamente, aun cuando apretaba los labios para no hacerlo porque aquello había sonado muy en doble sentido.

- Tae, ¿Sabes lo que estás diciendo?

- Sí, claro -volvió a encogerse de hombros-. Tu cabello es más largo y más lacio que el mío, no sé como te crece tan rápido, y eso que usamos el mismo Shampoo.

Hoseok trago saliva, tratando de no mirar la mirada confusa de Taehyung ante su diversión.

- Lo que pasa es que yo siempre me como los vegetales.

A veces Taehyung era demasiado despistado e ingenuo y a la vez demasiado desvergonzado. Como una caja de sorpresas.

- ¡Mentira! -exclamó Taehyung, frunciendo el ceño-. Tú no te comes el brocolí ni el morrón.

- ¿Quién osa decir aquellas barbaridades? -balbuceó, apretando los labios y tratando de ser serio-. ¡Por supuesto que yo me como el jodido brocolí!

- Uh, hyung, has dicho una palabrota...

- Lo siento -se calló, para luego ver como Taehyung volvía a temblar como gelatina por el frío-. ¿Por qué estamos aquí parados? Hace frío, entremos al auto.

- Pues yo estaba esperándote a ti, tú tienes la llave.

Hoseok caminó hasta la puerta del copiloto y la abrió, dejando que Taehyung entrara primero. Luego rodeó el auto y entró, poniendo la calefacción y prendiendo el motor.

- Éste es el auto de Yoongi hyung, ¿No? Aunque el tapiz está más limpio...

Hoseok asintió, para luego ver de reojo como Taehyung se sobaba las manos. Se inclinó sobre él, abrochando su cinturón de seguridad y depositando un fugaz beso en sus labios. Taehyung le dio una sonrisa tímida y Hoseok se abrochó el cinturón de seguridad.

- ¿Y qué hiciste para que te lo prestara?, ¿Soborno o amenaza?

- Soborno -confesó Hoseok, divertido mientras aceleraba.

- ¿Tiene que ver con Jiminnie? -Taehyung ve a Hoseok asentir, mirando hacia la carretera.

- Sup, le dije que Jimin va a cubrir el turno de hoy y que podría entrar por la puerta trasera para darle una sorpresa -explicó mientras apretaba el botón de la radio.

- Esa es una gran jugada -río sin ganas- ¿Puedo eligir la emisora, hyung?

Su voz estaba más ronca de lo normal, por lo que Hoseok podía deducir que había estado llorando, otra vez. Pero sus ojos no estaban tan hinchados como ayer, así que eso lo tranquilizaba un poco.

- Claro, te concedo el trono de la radio -bromeó, a lo que Taehyung sonrió y empezó a cambiar de emisoras.

Era tan extraño ver a Taehyung tan apagado, aunque por el momento había estado tratando de bromear con él, de seguirle la corriente, de ver todos sus movimientos. Le preocupaba y aunque pusiera esa máscara para mostrar que todo estaba bien, no podía dejar de preocuparse. Pero no decía nada, porque sabía que si decía algo, Taehyung podría huir de él o peor, podría quebrarse.

Nadie quedaría intacto cuando es forzado a contar algo en lo que se está empeñado a guardar dentro de sí. Como si destrozaras una caja de cristal para sacar lo que hay dentro.

Hoseok esperaría, esperaría el momento oportuno para recibir al Taehyung oculto dentro de su interior y así poder amarlo en plenitud.

Y porque Taehyung no sabía lo de sus padres.

Ambos estaban iguales, manteniendo oculto dentro del escondite más oscuro y profundo a su verdadero yo, escondiéndose de todos para no lastimarse aún más. Incluso de ellos mismos.

Pero Hoseok amaba con todo y secretos a Taehyung, lo amaba con todo y cicatrices. Porque estaba tan dañado como él y por eso no iba a dejarlo. Si tenía un propósito en la vida ahora, era estar a su lado. Y Hoseok ya estaba harto de huir.

- ¡No encuentro ninguna basura audible! -exclamó Taehyung alzando la voz, refunfuñando contra la radio.

- ¿Basura audible? -enarcó una ceja Hoseok, volviendo de la oscuridad de sus pensamientos.

- Ya sabes, música actual que sea decente, audible.

- ¿Cuál es tu género de música favorito? -preguntó Hoseok de repente, para luego mirarlo incrédulo porque se dio cuenta de algo que no había pensado antes-. ¡Llevamos saliendo más de una semana, y nunca te lo he preguntado hasta ahora! Oh Dios, soy una basura.

Taehyung dejó de mirar con el ceño fruncido la radio del auto, para dirigir la mirada hacia la expresión trastornada de Hoseok mirando la carretera. Taehyung estaba desconcertado también, todo por haber oído la palabra saliendo, verbo de salir, sinónimo de novio.

- Hobi, ¿Puedes aparcar, por favor? -pidió Taehyung, dejando de cambiar de emisora y hundiéndose contra el asiento.

Hoseok estaba seguro que había arruinado el momento. Se preguntaba cuántas veces iría arruinar momentos así y se maldecía internamente. Si pudiera tirarse de la ventana lo haría, pero en cambio aparcó el auto en la orilla frente a una panadería.

- Tae, sé que eso es básico, digo, sé tus comidas favoritas, sé tus películas favoritas, me sé tu cantante favorita, sé que encanta el verano y vestir esas chanclas, sé que odias bañar a Soomshim porque después tienes que protegerla de los perros de los vecinos, sé que te gusta dormir semi desnudo tanto como a mí, aunque nunca lo haces así que yo tampoco lo hago pero quisiera que lo hiciéramos y obviamente sé que Jimin es tu mejor amigo y también sé que te gusta que te bese el ombligo y en los muslos y te gusta que...

- ¡Jung Hoseok, cállate! -lo interrumpió Taehyung, rojo hasta las orejas.

Hoseok hablaba tan rápido que creyó que se quedaría sin aire, pero se calló al escuchar su nombre de los labios de Taehyung. Seguía mirando el volante con una mueca apenada, porque Hoseok es la clase de chico a la que nunca se le escapa nada, quisquilloso y con un fuerte sentido de la perfección, de querer hacer todo bien, lo que conlleva a conocer TODO sobre las personas que quiere. Era una manía que tenía desde pequeño, fijarse en cada detalle de la vida de las personas a las que le importa y hacer un montón de preguntas. Aunque si lo pensaba bien, con Taehyung siempre cambiaba las preguntas por besos.

- Es que aún hay tantas cosas que saber uno del otro -finalizó Hoseok, y mordiéndose el labio miró de reojo a Taehyung, quien se encontraba mirando sus manos cabizbaja-. ¿Estás enojado conmigo?

- ¡No estoy enojado contigo! -exclamó Taehyung, volviendo a mirarle con una expresión que Hoseok no supo descifrar-. Estoy... feliz y enojado.

- ¿Por qué?

- Porque pensaba pedirte que fueras mi novio... -susurró Taehyung con nerviosismo, lo bastante alto como para que Hoseok lo escuchara por sobre la música de la radio.

- ¿No que ya somos novios? -enarcó una ceja Hoseok, confundido.

- ¡Nunca me lo pediste!

- ¡Pero te he besado más de diez veces y hemos llegado a segunda base! Creí que estaba implícito...

Ambos se miraban fijamente, uno con sorpresa y el otro totalmente incrédulo, hasta que Taehyung se largó a reír, mostrando todos sus dientes y haciendo desaparecer sus ojos en dos líneas negras enternecedoras.

Cuando Hoseok hacía reír a Taehyung de esa forma, en la que todo su cuerpo se retorcía como pez fuera del agua, realmente se sentía como si fuera un héroe y hubiera salvado a toda la humanidad. Tal vez porque Taehyung se había vuelto su mundo para él ahora.

- N-no pue-pffff, tú-tu-jajaja... -y Taehyung seguía riéndose y Hoseok seguía mirándolo como si estuviera escuchando su canción favorita, con total apreciación.

Le encantaba su risa y la expresión que ponía, y lo contemplaba sin perderse ningún detalle de sus movimientos, hasta que vio como sus ojos empezaban a humedecerse de tanto reírse. Pero de repente, las lágrimas que creía de risa se transformaron en unas lágrimas tristes y la expresión de Taehyung cambió a una conmovida y afligida a la vez.

Hoseok se asustó por el cambio tan repentino, pero antes de si quiera decir o hacer algo, Taehyung se sacó el cinturón de seguridad, sonriendo entre lagrimas escurridizas y se sentó encima del regazo de Hoseok, entre su cuerpo y el volante.

Taehyung sonreía y lloraba, ya no sabía de si tristeza o felicidad, y lo único que pudo hacer Hoseok fue secar sus lágrimas y volverlo a besar.

- Está bien, llora todo lo que quieras, todo estará bien porque yo estoy aquí y lo sabes, ¿Verdad? -dijo Hoseok, cuando dejó de besar a Taehyung y éste poso su frente en la del contrario. Taehyung asintió, casi imperceptiblemente-. Necesito que lo digas, Taehyung.

Taehyung tomó aire, calmando por fin sus sollozos. Hoseok se dio cuenta que cuando lo besaba, él siempre dejaba de llorar, como si sus lágrimas se hubieran evaporado hacia el cielo.

- Sé que estás aquí, sé... sé que yo estoy aquí, sé que estamos juntos... Lo sé -Taehyung suspiró y se sorbió la nariz, más tranquilo-. Perdón por llorar, es... es que estoy tan feliz, me haces tan feliz que no sé como explicarlo y me dan ganas de llorar.

Hoseok asintió, tragando dificultosamente saliva. Era tan difícil ver a Taehyung llorar sin llorar él también.

- Tú también me haces feliz. Estamos juntos en esto...

Taehyung asintió, para luego sonreír en todo su esplendor, cambiando totalmente su mirada apenada por una más animada.

- Sé que dices que somos novios, pero yo de verdad que quiero hacerlo a la antigua, ya sabes... con la pregunta y todo eso, así que...

Taehyung tomó aire, demasiado nervioso ante la expectante mirada de Hoseok, y formuló la misma pregunta que el mayor, aunque con voz temblorosa.

- ¿Quieres ser mi novio, Kim Taehyung?

- ¿Q-quieres ser mi novio, Jung Hoseok?

Taehyung frunció el ceño, molesto y abochornado mientras veía como Hoseok sonreía hasta que sus ojos brillaron entre dos líneas. A Hoseok le divertía la mirada ofendida del menor, lo consideraba demasiado tierno.

- ¡Así no se hace, yo te lo estoy pidiendo!

- ¡Pero yo también quiero pedírtelo! -se rió Hoseok, encantado.

- ¡No, yo quería hacerlo! -refunfuñó, cruzándose de brazos. Lo que era realmente tierno considerando que abultaba las mejillas y el que estuviera encima de su regazo.

- Ya, no te enojes -dijo Hoseok, besando el cuello de Taehyung, quien se quedo quieto mirando el tapiz del auto.

- No lo estás tomando en serio... -balbuceo Taehyung, bajito.

Hoseok negó con la cabeza y le sonrío, mirándole con los ojos entrecerrados, ésta vez besando la piel debajo de su oreja.

- Mi respuesta siempre es sí, así que, ¿Cuál es la tuya?

Hoseok esperó la respuesta del menor impacientemente, porque aunque sabía la respuesta, quería escucharla. Mientras tanto Taehyung cambiaba su expresión molesta por una sonriente.

- No tengo por qué decírtelo, ¡Ya has dicho que sí! -exclamó Taehyung divertido, apuntando con el dedo indice el pecho de Hoseok.

Hoseok abrió la boca, tratando de decir algo, pero no se le vino nada inteligente a la mente así que sólo le dio un beso fugaz en la frente a Taehyung.

- Has ganado por esta vez, chico listo -dijo Hoseok, haciéndole cosquillas a Taehyung, hasta que éste se fue de su regazo y se sentó en el asiento del copiloto. Hoseok tomó su mano, y le dio un apretón mientras veía como Taehyung se ponía el cinturón de seguridad-. Tengo que llevarte a un lugar, Taehyungie.

- ¿A un lugar?, ¿Dónde?

- No preguntes. Sólo sé que te va a encantar.

...


Llevaban unos diez minutos en el auto, Hoseok conduciendo mientras Taehyung jugaba con los dedos de su mano libre en la ventanilla, dibujando pollitos con el vaho de su respiración, sin decirse mucho porque Hoseok estaba más pendiente de conducir en la pista concurrida de Seúl.

Taehyung soltó su mano al ver que la velocidad iba aumentando al estar en la pista principal, y justo en ese momento, una canción que conocía empezó a sonar.

- ¡Oooh, ésta canción!, ¡Hobi hyung, Hobi hyung, ésta canción! -celebró Taehyung emocionado, a lo que Hoseok sólo se río y le subió a la música. A él también le gustaba esa canción, estaba seguro que la había escuchado en una película, aunque ya no se acordaba de cuál.

Taehyung empezó a cantar, primero de forma insegura, tratando de recordar las letras en inglés porque sinceramente, él no era tan bueno en el inglés. Pero conocía la canción, porque era la canción de sus padres, y su padre se la había dedicado a su madre cuando se conocieron en una tienda de música.

Recordaba la traducción, de lo que se trataba la canción, y era tan perfecta para ese momento. Taehyung bajó la ventanilla y sacó la cabeza fuera de ésta, sintiendo el viento gélido colarse entre su ropa.

"Sal conmigo esta noche

Donde haya música y haya gente

Y sean jóvenes y vivos

Conduciendo en tu auto.

Yo nunca nunca quiero ir a casa

Porque no la tengo

Ya nunca más. "

Hoseok miraba de reojo a Taehyung cantar, con todas las expresiones que podía hacer. Taehyung hacía de su mano un micrófono y se tocaba el pecho y se movía de aquí para allá en el asiento.

"Sal conmigo ésta noche

Porque quiero ver gente y

Quiero ver vida

Conduciendo en tu auto

Oh, por favor no me lleves a casa

Porque no es mi hogar, es de ellos

Y ya no soy más bienvenido."

Hoseok sonreía y se reía cada vez que Taehyung hacía como si estuviera tocando una guitarra invisible a lo Paul McCartney, moviendo la cabeza y solamente el pie derecho.

"Y si un colectivo de dos pisos

Choca con nosotros

Morir a tu lado

Es una manera celestial de morir.

Y si un camión de diez toneladas

Nos mata a nosotros dos

Morir a tu lado

Bien, el placer, el privilegio es mío. "


Y esa debería ser una canción triste, desoladora, como para llorar o por lo menos que no te haga sentir como si estuvieras en una fiesta. Pero Taehyung cantaba como si se la estuviera dedicando y lo hacía con tal pasión que no sonaba triste para nada.

"Morir a tu lado

Es una manera celestial de morir."

Sí, Hoseok estaba seguro de eso.

...

Llevaban una hora en auto y Taehyung estaba dormido en el asiento mientras Hoseok rapeaba una canción de Epik High en la radio.

Cuando por fin llegaron a su destino, frente a un edificio de departamentos rodeados por varios árboles altos y frondosos, Taehyung ya estaba babeando. Hoseok le pellizco el pezón y al instante Taehyung pegó un salto, exaltado, cubriéndose el pecho.

- ¡No toques mis pezones! -grazño Taehyung, para luego murmurar-. Soy sensible...

- Por supuesto que lo sé, bebé -sonrió Hoseok lascivamente, apagando el motor y sacándose el cinturón de seguridad-. Ya llegamos...

Hoseok salió del auto, rodeándolo y abriéndole la puerta a Taehyung, quien se bajó, mirando todo con curiosidad.

- ¿Dónde estamos? No conozco ésta parte de la ciudad...

Hoseok caminó hacia la parte trasera del auto y sacó un bolso gigante, parecida a la que usaba cuando se mudó. Taehyung lo miraba extrañado y Hoseok se echó el bolso en la espalda.

- Es un lugar que encontré en una de las tantas fiestas a las que iba antes con Namjoon, de hecho cerca de aquí solía hacer sus eventos de bandas - empezó a explicar, entrelazando su mano con la del menor y mirando el edificio-. Cerró porque el dueño murió y no tenía hijos ni familiares cercanos, nunca hizo demasiada promoción así que el gobierno lo mantiene cerrado hasta que alguien compre las tierras. Es un lugar genial, un lugar realmente mágico.

Taehyung se veía impaciente, mirando hacia todas partes, así que Hoseok se apresuró y saco dos máscaras del bolso, una de conejo blanco y otra de zorro de pelaje naranjo, y le coloco la de conejo a Taehyung.

- ¿Por qué usaremos máscaras? Hobi, no me digas que vamos a ser Bonnie y Clyde, porque yo no quiero ser Bonnie...

- No es eso. Hay cámaras y bueno... -musito Hoseok, haciendo una mueca para luego sonreír, mirando fijamente los ojos del menor tras la máscara-. Confía en mí, Clyde...

- ¡No me refería a eso! - refunfuño el menor-. Pero bien, confío en ti...

Taehyung asintió, a la vez que el mayor levantaba su máscara y le daba un fugaz beso en los labios, para luego colocarse la suya.

Ambos empezaron a caminar apegados a las paredes, de la mano, Taehyung detrás de él siguiéndole el paso. Había un pasillo en medio de los edificios, donde caminaron hasta llegar a una reja un poco más alta que Taehyung, la cual Hoseok ayudó para que pudiera pasar por encima sin caerse. Hoseok ya había pasado antes, así que con agilidad saltó hacia el otro lado.

Ambos sentían la adrenalina en sus venas, con los sentidos bien agudos atentos a cualquier movimiento ajeno que pudiera delatarlos. Ya era de noche así que era un poco difícil divisar el camino, pero Hoseok se lo sabía de memoria. Derecho hasta el final, pasillo a la izquierda, luego a la derecha y llegaban.

Todo estaba en un silencio sepulcral y ambos trataban de mantenerlo, respirando lo menos ruidosamente posible. Hasta que Hoseok pudo divisar la pequeña casa, que tenía cobertizo de madera podrida. Estaba detrás de los edificios, entre los árboles, como un escondite secreto. No lo habían re modelado y la pintura seca se caía a pedazos. Encima de la puerta, se podía leer una inscripción enmarcada con pintura:

TRANSPORTADOR DEL FUTURO.

ADULTOS PAGAN.

NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS ENTRAN GRATIS.

- ¿Transportador del futuro...? -susurró para sí Taehyung, viendo como Hoseok abría una de las ventanas para entrar porque en la puerta había un gran candado que la cerraba.

- ¿Un nombre muy comercial, no? -río Hoseok.

- ¿Por qué la ventana está abierta cuando la puerta tiene candado? - pregunto ignorándole, con la voz apagada detrás de la máscara-. Es una medida de prevención un poco estúpida.

Hoseok se detuvo y cruzo los brazos como si estuviera meditando sobre ello.

- Considerando que la primera vez que vine estaba medio ebrio, y el dueño aún seguía vivo, supongo que debió dejar las ventanas abiertas por si se le perdía la llave... En realidad no tengo ni idea, sólo pensé que podrían estar abiertas. No he vuelto hace tiempo.

- ¿Alcanzaste hablar con él?

- Sí, tuvimos una conversación filosófica de borrachos -se encogió de hombros, para luego aclarar-. Se llamaba Sihyuk.

Hoseok tiró dentro de la ventana el bolso, luego paso su pierna derecha, la mitad del cuerpo y desapareció en la oscuridad de la habitación.

- ¿Hobi? - susurró Taehyung, asomándose dentro de la ventana.

- Espera un momento, Tae.

Dentro, todo estaba oscuro como la boca de un lobo y Hoseok alumbró con la pequeña linterna que tenía colgada en las llaves. Todo estaba igual a como estaba antes de que Sihyuk muriera y eso le ponía melancólico. Apenas hablaron una vez, pero todo lo que hablaron siempre quedaría grabado en Hoseok, aunque lo hiciera medio ebrio.

Hoseok trató de no pensar en ello, se sacó la máscara y se dispuso a ir hacia el interruptor, que estaba dentro de otra habitación. Esta puerta no tenía candado así que entró y prendió las luces. Hoseok tenía buena memoria, así que recordaba como funcionaba aquella programación. Las paredes estaban cubiertas por unas telas negras, como en un cine, al igual que las ventanas, y lo que más llamaba la atención era el techo, que estaba cubierto por una pared transparente, como si fuera un espejo, y el piso hecho de una capa flotante de lo que parecía ser el mismo material que el techo, sólo que más duro.

Escuchó un golpe y una maldición, para luego ver como Taehyung tenía medio cuerpo dentro de la habitación y se sobaba la cabeza.

- Tae, te dije que esperaras -dijo Hoseok, susurrando y frunciendo el ceño.

Taehyung miraba todo con los ojos bien abiertos, con la máscara ya colgada en el cuello, para luego mirar al mayor y encogerse de hombros.

- Pero no me dijiste dónde. Además, ¿Qué es este lugar? Parece como si estuviéramos dentro de una caja de cristal...

Hoseok se fue a buscar su bolso que estaba en el piso, mientras Taehyung entraba por completo, cerraba la ventana corriendo la cortina y se sacudía los pantalones, aún observando con detalle cada cosa que había en la habitación. Hoseok quería explicarle todo, pero era demasiado difícil de articular en palabras y demasiado mágico, así que prefería que Taehyung lo viera con sus propios ojos.

- Hay mucho polvo aquí... -comentó Taehyung, ante el silencio de Hoseok-. ¿Y si hay arañas?

- Ugh. -gimió Hoseok, estremeciéndose-. Por favor, no me hagas pensar en eso, no traje mi matamoscas.

- Debiste haberme dicho que vendríamos a una casa abandonada, podría haber traído una escoba para, ya sabes, barrer un poco.

Hoseok aún no había preparado ni la mitad de lo que tenía pensado hacer, porque llevarlo allí había sido realmente un impulso del mayor, uno de sus tantos grandes impulsos, todo por querer que Taehyung olvidara, por lo menos unos instantes, su tristeza.

Así que se apresuró a tomar a Taehyung de los brazos y sentarlo en el piso.

- Siéntate aquí y cierra los ojos, como un niño bueno, ¿Sí? Es una sorpresa.

Taehyung cerró los ojos obedientemente, tapándose la cara con las manos y sentándose en posición de indio, con las piernas cruzadas.

- Okay, Daddy -bromeó. Hoseok jadeo por lo bajo, mirando sorprendido al menor sentado frente a él.

- Tú... tú... di eso después.

Taehyung se río suavemente y empezó a tatarear una canción por lo bajo, mientras Hoseok se apresuraba a mover la mesa llena de papeles que estaba en medio de la sala, las sillas viejas que la rodeaban y envoltorios de comida. La primera vez que fue recordaba que Sihyuk le había dicho que esos meses había estado demasiado enfermo, así que el transportador del futuro había cerrado por el momento, pero que de igual forma, como él era un desconocido muy agradable -y le había convidado de la botella de alcohol que se había robado de la fiesta- iba a darle un viaje gratis.

Fue hacia una puerta donde, vagamente, recordaba que estaba el baño -porque había vomitado allí- y encontró, afortunadamente, una escoba. Barrió todo el polvo y la basura lo más rápido que pudo y se río en el momento el cual Taehyung estornudó estrepitosamente, casi cayéndose hacia delante.

Cuando despejó el centro de la habitación, de la mochila sacó dos mantas gruesas y dos almohadas que había empacado para la ocasión, porque hacía frío y quería que Taehyung estuviera lo más cómodo posible, y a un lado puso un termo con chocolate, dos tazas y sándwich's que él mismo hizo.

- ¿Puedo abrir los ojos ya? -dijo Taehyung, bostezando-. Tengo sueño, Hyung.

- ¡Falta poco, falta poco!

Hoseok se apresuró a la habitación de programación, que era donde estaba el interruptor, y prendió el computador portátil que estaba ahí. Sihyuk había gastado todo su dinero en comprar el portátil más actual posible y mejorarlo. Aquel hombre era un genio, un sabio, y Hoseok de verdad le ponía triste que hubiera fallecido, aunque tal vez, había sido lo mejor para él.

Hoseok recordaba vagamente como funcionaba la programación que le había enseñado aquel día. El manual de programación era fácil, y la contraseña para desbloquear el programa estaba escrita en un papel pegado a la pared.

En sí, el programa consistía en que la habitación podía mostrarte cualquier lugar en el mundo que tu escribieras en el buscador. Las luces se apagan cuando le da inicio -como ahora, pero Taehyung no se da cuenta porque sigue con los ojos cerrados- y Hoseok introduce el nombre en el buscador del lugar que quiere mostrarle a Taehyung.

Hoseok escribió universo.

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