🦎Capítulo 81

Eco se encuentra yendo a clases, escuchando música, mientras mueve suavemente su cabeza al sonido de la canción texana y suave que Jasper le recomienda escuchar. El volumen de la música va lo justo y necesario, es decir, en apenas cinco rayitas de 100, por su sentido auditivo sensible.

Cada vez que conecta miradas con alguien que la saluda, ella sonríe y corresponde el gesto. Hasta que cruza con diversión la puerta hacia su clase. Ese día, sus hermanos (compañeros) están esparcidos, aunque Alice esté algo distanciada y Eco ni le dirija la mirada. El ambiente en la casa es tenso.

Si bien Alice empieza a sentirse débil e incapaz de alimentarse como debiera por el rechazo de compañera, Eco no está tan mal gracias al cariño de sus otros compañeros. Mientras al menos tenga a uno de ellos cerca, nada podría tumbarla. Es un suplicio existir en estos momentos para la vidente.

—Los exámenes parciales están a la vuelta de la esquina.

—Maestra —alza la mano uno de los chicos de la clase—. ¿Cuándo volverán a hacer el test vocacional? Necesitamos esa última parte para definir nuestra decisión, al menos por mi parte.

—Podría daros el test vocacional acompañado de sus cuestionarios para el examen, para aclarar las últimas dudas, Robert —comenta la profesora, ya cansada del tema. Todo el año ha estado con ello, pero parece que a finales de octubre recién se ponen las pilas para enfocarse de verdad en la próxima realidad.

El año pasa muy pronto. Jasper y Eco se miran mutuamente pensando seriamente en ese test vocacional. Si bien el sureño ya tiene algunas carreras hechas, esta vez es la primera graduación de su compañerita y la primera pretensión universitaria. Por lo que, el resto del día de clases, cada profesor aclara los puntos a tener en cuenta para los exámenes parciales y final, al igual que la carta para las universidades en las que desean aplicar al terminar el instituto.

Saliendo al fin del transcurso escolar, Jasper lleva a su compañerita en su espalda como una mamá mona a su monita. La cabeza de la morena de ojos verdes está sobrecalentada de tanto pensar. Al subir al Jeep, Jasper la pasa con Rosalie, quien al abrazarla y mimarla, logra hacerla dormir. Los tres: Emmett, Rosalie y Jasper la miran preocupados, ya que es la primera vez que la notan tan agobiada como el resto del alumnado. Eco se toma en serio la Institución, porque quiere seguir disfrutando su juventud al máximo. Aún está pequeña para el mundo que se le plasma frente a sus ojos...

—Se toma demasiado en serio. Me preocupa bastante —admite Jasper.

Rosalie la lleva a dormir mejor en la cama, justo en la habitación que comparte con su esposo Emmett, ya que no quiere que nadie más la moleste. Bajando las escaleras, escucha aquello.

—Está estresada como cualquier humano. Es normal, está pasando una etapa importante, además de que seguramente quiere enorgullecernos —expresa Rosalie mientras se sienta al lado de su hermano rubio y sureño.

—La tensión entre Alice y ella también la desgasta como cualquier otro estrés —comenta Edward, dirigiendo la mirada a la pixie que se encuentra leyendo una revista—. ¿Has pensado en solucionarlo ya?

—Cada vez que lo intento, me ignora.

—A veces parece que nos volvemos tontos tras su helada indiferencia. Cada uno sabe qué le gusta en particular a Eco, pero ninguno sabe cómo usarlo para reconciliarse con ella. Yo lo tuve que aprender tras tropezar una diez o más veces, pero yo soy tonto de naturaleza. Se supone que ustedes deberían ser diferentes porque, pues... No compartimos sangre como si fuéramos hermanos, literalmente hablando —comenta con ironía.

Emmett mira a Alice con los brazos cruzados y recostado sobre la orilla de la encimera de la cocina.

—¿Y si se me ha olvidado esa cosa en particular? —expresa molesta Alice. Aquello es lo que más le incomoda. No puede recordar sus métodos de reconciliación y no entiende el motivo.

—Tal vez el motivo sea su don. Capaz que de forma indirecta también nos afecta, camufla aquel motivo con algo que ciega tu visión y no quieres enfrentar —reflexiona en voz alta Edward, tras su pensamiento desesperado.

—Así también me pasó. Pero en mi caso, se trata de reconocer cuál es mi error aceptando ayuda de alguien que me haga pensar en lo que yo deseo saber. Otros pueden verlo, pero uno mismo es como si tuviera una capa transparente ocultando la simple acción de redención —comenta Rosalie, recordando su conversación con Irina. Pero luego lo corta rápidamente tras la vergüenza de ser leída por Edward, quien sonríe divertido, fingiendo inocencia tras haber escuchado algo de aquello.

—Ese don camuflaje es más fuerte de lo que pensamos. Y ella tal vez no sea consciente en cómo nos afecta, pero a lo mejor es el precio por nuestros dones o actos injustos que hemos hecho con el correr de nuestra existencia —dice Edward.

—Aprender a sobrellevar este obstáculo nos ayudará a ser mejores personas, o tal vez sea éste el verdadero camino para una buena reflexión de pensamientos. El amor nos da fuerza para no perderla, y su camuflaje en nuestros pensamientos nos hace reflexionar y pensar mejor para no intoxicar nuestro amor del bueno... Al menos así lo siento, en lo personal —expresa Jasper.

—Yo opino que le demos mucho amor a nuestra compañera. Mientras menos nos peleemos, mejor —expresa Emmett como si fuera algo demasiado fácil de cumplir.

—Lo dice quién ya la ha cagado más de diez veces con ella —ironiza Alice.

—Mantén tus comentarios ácidos para ti misma. Emmett no te ha hecho nada —sisea molesta Rosalie.

Alice sonríe con cierta inocencia.

—Pero tú sí, y es tu esposo.

Rosalie se acerca como para atacarla, pero Jasper interviene y la detiene.

—No te conviene atacarla. Recuerda aquello que una vez nos dijo Eco a todos, Rose... En serio, esto no solucionará nada —pide clemencia Jasper.

Inmediatamente, todos menos Alice recuerdan esa frase en específico con esa misma nostálgica sensación: "Nunca se dañen los unos a los otros, si no me dañarán a mí. Y si es tan sencillo dañarse entre familia o siquiera entre ustedes mismos... ¿qué me detiene a mí de no hacerlo en mi misma? Si se dañan el uno al otro, yo puedo cortarme o lastimarme a mí misma también. Si lo llegan a hacer, lo haré, y aunque duela, lo seguiré haciendo hasta que aprendan que todos son parte de mí y yo parte de cada uno de ustedes. Mi dolor es su dolor. Y sus dolencias, son mías" advirtió con severidad sincera.

Rosalie deja de retorcerse, sintiendo ese peso del regaño como si hubiera sido reciente aquella conversación. Se suelta de Jasper, toma la mano de Emmett y se lo lleva a donde se encuentra ella.

—No vamos a estar cerca, es verdad. No mereces ni la pena para desperdiciar mi tiempo a tu lado —expresa despreocupada y frívola Rosalie.

Emmett sonríe al ver las intenciones de su compañera, lo que piensa en la deliciosa situación. Edward intenta evitarlo, pero es Jasper quien lo detiene esta vez.

—Espera tu turno. Cada uno lo tendrá eventualmente. Esto tal vez no sea tampoco de mi agrado, pero es algo que sucederá si ella pide que suceda —advirtiendo severo Jasper.

Edward no quiere que Emmett y Rosalie estén cerca de Eco, porque sabe que se cumplirá esa advertencia. Por lo que, molesto, gruñe tratando de salirse de los brazos y agarre fuerte de Jasper.

—Esto es injusto.

—No todo es sencillo de vivir —sentencia Jasper llevándolo fuera.

Alice se retira del lugar con desagrado. No quiere ni escuchar lo que podría pasar. Aunque sus pasos se sienten inestables cada vez que se aleja de donde se encuentra Eco.

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