🦎 Capítulo 39
Ese mismo día, pero casi al finalizarlo. Maggie volvió a la habitación de Rosalie con una idea clara. Pero no sabía si funcionaría para que ella volviese a las sesiones o determinaría otra ruta de método a emplear. Por lo que empezó con una breve charla con ella en la habitación, sin embargo, todos estaban escuchando alrededor de esta. Eco nerviosa estaba abrazada a espaldas por Edward.
-Si quieres ser feliz tú, debes practicar la compasión -empieza a decir la doctora Maggie, mientras mira a Rosalie.- Cuéntame de alguna persona y ocasión concreta en la que te demostró su amor. Deja que ese sentimiento crezca de nuevo dentro de ti y te llene de gratitud.
-Carlisle me salvó cuando estaba entre la vida y la muerte. Me dio una segunda oportunidad de vida, y siempre le estaré agradecida por el cariño y cuidado que tomó en mí -cuenta Rosalie recordando esa ocasión específica con una gratitud única. Al igual que la venganza que realizó después.
-Ahora que lo has hecho, es muy normal que ese sentimiento se dirija hacia la persona que lo ha evocado. Permite que ese amor y gratitud abran tus compuertas internas y crezcan ilimitadamente, para así poder dirigirlas hacia otras personas -comenta Maggie.
-No me nace con ella -responde despectivamente Rosalie.
-¿Acaso tu hermana Eco no ha dado de sí misma para ayudarte alguna vez con una meta, deseo u objetivo? -pregunta Maggie con rostro neutral.
-La única vez que recuerdo que se comportó como debe ser, fue cuando era niña, donde podía hacer mi sueño real en ella. Yo siempre he querido un hijo, cuidarlo y protegerlo; ella fue lo más cercano que tenía -empezó a contar mientras su mandíbula se ponía tensa.- Pero todo cambió cuando ella empezó a crecer, ya no me permitió hacer eso en ella, y se volvió toda una maleducada. Solo falta al respeto con su petulancia y su existencia solo causará peligro en la familia.
Eco, al escuchar eso, se estaba conteniendo el enojo al ver cómo podía seguir siendo tan manipuladora.
-Rosalie, sabes que no puedes manipular a uno para que sea algo que no es, ¿verdad? En este caso, ese deseo era algo lejos de satisfacer como ayuda cariñosa por parte de ella -comenta Maggie al escuchar la extraña situación.
-Ella era una niña, y sigue siendo. No entiendo por qué no la puedo seguir tratando así -contesta molesta.
-Porque ella no se siente bien con eso. Y debes respetarla. ¿Cuánto tiempo fue tu "hija deseada"? -pregunta.
-Durante cuatro meses o más. Pero todo empeoró porque parecía no ser feliz con la alimentación ni forma de vivir que daba. Nada era suficiente para esa niña pretenciosa. ¡Nada! Le iba a dar mi vida para que fuera feliz, ¡pero ella no quiso que yo fuera feliz a través de ella! -gruñó molesta la rubia.
-Rosalie, si deseas un hijo puedes practicar con una mascota. Luego ver la posibilidad de un hijo, o rescatar a algún humano de la calle. Pero no puedes seguir con esta actitud, no es sana y no es viable. Debes entender que ella no puede complacerte si no es feliz -contesta Maggie reflexionando la situación.
-¿Crees que expondré a mi familia por un deseo? No, no lo haría ni haré -dice totalmente molesta.
-¿Entonces por qué sí conmigo? Tú sabes que no siento ese tipo de amor contigo, yo necesito más que eso -pregunta Eco sin poder seguir callada.
-Porque eras de la familia, ¿es que no lo entiendes? No puedo ser algo más que tu madre si no tenemos la misma edad. Tengo la edad más próxima a ser tu madre, pero no un romance contigo. ¡Para eso tengo a mi compañero! No te necesito, solo estorbas en mi camino. ¡Pérdete! Si no cederás a lo que quiero, no eres importante en mi vida -sentencia Rosalie.
La joven de ojos verdes pudo sentir cómo de sus ojos caían lágrimas sin poder controlarlas, sus labios temblaban sin poder siquiera decir alguna palabra. En su mente solo se expresaba una y otra vez: "no te necesito, solo estorbas en mi camino, pérdete". Su corazón dolía como nunca supo que podría llegar a sentir.
Jasper, preocupado por la reacción de la joven, intentó enviar ondas suaves para calmarla, pero Edward siseó con angustia al escuchar entre los pensamientos de Eco: «¡ERES UN ESTORBO, APÁRTATE, PIÉRDETE MOCOSA, MUÉRETE QUE TU SER ME ASQUEA!» La voz que resurgió de entre la memoria oculta volvió como un chasquido de odio y molestia que se había mezclado entre lo que había dicho Rosalie. Edward podía ver cómo desde el punto de vista de Eco su vista era como si viera doble, como si viera otra rubia mezclada con el rostro de Rosalie; ambas le gritaban lo mismo, ambas le daban miedo, y ambas le daban dolor.
-¡ALÉJATE DE MÍ! ¡T-TÚ NO EXISTES, TÚ...TÚ... ERES QUIEN DEBE PERDERSE! -grita con mucho horror Eco, alejándose de todos con miedo, perdiendo el control de la realidad.
Edward podía ver perfectamente cómo en la mente de Eco no se mostraba el presente, sino el pasado donde una rubia de cabellos rubios sedosos y largos con unos ojos color verdes le tiraba un hechizo voluminoso hacia ella. Aunque en la mera realidad, Eco solo trataba de ocultarse, gritando con desespero.
-¡PAPI, SÁLVAME, MAMÁ! -gritó buscando a sus padres.
Pero nadie llegaba a ella, solo se podía ver cómo ella trató de huir convirtiéndose en camaleón; correr en esa forma era una idea que se le ocurrió para escapar, pero solo el frío llegó, oscureció o congeló todo a su alrededor.
Mientras tanto, Edward y todos veían cómo Eco colapsaba ante ese recuerdo pasado vivido en el presente, conflictuando con lo dicho por Rosalie. Carlisle y Esme habían ido hacia ella, preocupados, tratando de traerla a la realidad, abrazándola y llamándola.
Jasper se sentía ahogado, dolido y tan perdido, sintiendo el pánico, el dolor ahogado y la angustia de su compañera. Tan perdido como ella, Alice trataba de traerlo en sí, al igual que a Edward, pero todos estaban estáticos.
-¿Qué es lo que ves Edward? ¿Qué viste? -pregunta seria Maggie, al ver lo que había ocasionado una sola frase sincera de Rosalie en todos.
-Rosalie revivió un recuerdo bloqueado, uno muy trágico. Una rubia igual a Rosalie le gritaba lo mismo, con tanta fuerza y odio que demostró ser la causante... -responde Edward sin saber cómo nombrarlo.
-¿Causante de qué? -pregunta Maggie sin poder entender.
-La causante de quedar atrapada y varada durante tanto tiempo en un estado sólido de hielo -contestó Edward recordando una y otra vez lo que vio en el recuerdo vivido.
-¿Estás diciendo que por eso cayó en la nariz de Rose, aquella vez de la copa de un árbol? ¿A eso te refieres, Edward? -pregunta totalmente cohibido Emmett.
-Sí -responde con dificultad al sentir el malestar en su ser. Todos se sentían mal al verla ida, temblando y llorando entre los brazos de Carlisle y Esme.
Al parecer, Rosalie había logrado la respuesta inicial para algunas dudas sin respuestas, pero también había desbloqueado algo que Alice supo que no sería fácil remediar.
Y eso lo supo con la visión que tuvo:
👁️⏳Eco ignoraba, se aislaba y huía de la presencia de Rosalie. No podía estar cerca de la rubia porque recordaba a ese monstruo que la aisló del mundo. -¡Vete, no te me acerques! ¡Me lastimas! -Eco gritaba siseando de miedo y dolor. Rosalie suplicaba que la escuchara agarrando la muñeca de la joven, pero un grito de angustia pura hizo que Rosalie fuera alejada de Eco abruptamente, ocasionando que la piel de laca se cristalizara. La joven de ojos verdes miraba con horror lo que había hecho, miedo de sí misma, y por consecuencia pidiendo a Maggie que la llevara lejos, porque ella era un monstruo, un monstruo que no debía estar cerca suyo.
-¡No! ¡No, no, no! -gritó horrorizada Alice, trayendo la atención de la familia hacia ella.
-¿Y ahora qué viste? -pregunta Rosalie con incomodidad.- ¿Por qué me ves así, Alice?
Alice no podía llorar, pero su mirada estaba aguada y cargada de dolor. Ella estaba completamente desgarrada por la revelación del pasado de Eco y la crueldad de Rosalie, y eso era evidente en la forma en que su mirada temblaba y se llenaba de tristeza, aún sin lágrimas físicas.
-¡RETRACTATE AHORA! -grita Alice arrojándose encima de Rosalie.
Pero Emmett la agarra de la cintura, intentando mantenerla bajo control, impresionado por la actitud de Alice.
-Wow, wow... Espera Alice, cálmate -pide Emmett mientras la agarra como puede.
Rosalie grita por los arañazos que recibe aun cuando Emmett la ha protegido.
-¿Pero por qué me atacas? ¡Maldita sea, cálmate Alice! -grita Rosalie tratando de defenderse, alejándose de la bestia histérica
Jasper, notando la intensidad de la situación y la angustia de Alice, se acerca rápidamente a ella, utilizando su don para calmar su agitación. Susurra palabras reconfortantes mientras intenta enfocar su poder para estabilizar las emociones de Alice, pero la rabia y el dolor de Alice son tan intensos que le cuesta contener la tormenta emocional.
-Alice, por favor, respira -le dice Jasper, con voz suave pero firme.
Alice sigue temblando, su mirada aún desorbitada y cargada de tristeza. La presión de las emociones y la visión de lo que hizo Rosalie a Eco pesan demasiado en ella. Aunque Jasper intenta mantenerla calma, el ambiente está cargado de tensión, y la situación sigue sin resolverse completamente.
De repente, Edward, con una mezcla de furia y desesperación, toma el control de la situación. Se mueve rápidamente hacia Rosalie, con sus ojos brillando de ira. La agarra del cuello con una fuerza implacable y la empuja contra el suelo, su expresión es una mezcla de enojo y desesperación.
-¡Pide perdón a Eco, retracta lo que dijiste y arregla esto antes de que sea tarde! -exige Edward, su voz llena de furia y pánico. La presión de su mano sobre el cuello de Rosalie es casi asfixiante, su mirada penetrante llena de una furia indescriptible.
-¡Ed-Edward, suéltame! ¡Papá! -grita Rosalie, aterrorizada, tratando de liberarse de su agarre. Su voz está llena de terror mientras busca ayuda.
Carlisle y Esme, horrorizados por la escalada de la situación, intentan intervenir. Carlisle se acerca rápidamente, intentando separar a Edward de Rosalie, mientras Esme se arrodilla junto a Eco, tratando de calmarla y protegerla de lo que está sucediendo.
-Edward, ¡déjala ir! -ordena Carlisle con una voz firme, pero con una desesperación palpable.
-¡No hasta que pida perdón! -grita Edward, sin soltar el agarre, mientras sus ojos siguen ardiendo con furia.
Finalmente, Jasper, con un gran esfuerzo, logra calmar un poco a Alice, y corre para ayudar a Carlisle. Entre ellos, logran separarlo de Rosalie, aunque Edward sigue temblando de ira, sus palabras llenas de dolor y enojo.
-No puedo creer que hayas causado tanto daño... -murmura Edward, su voz quebrada.
Y así fue cómo, con la tensión a su punto máximo y el caos envolviendo al Clan Cullen, todo se había ido de las manos. El conflicto y el dolor habían alcanzado niveles críticos, dejando a todos en un estado de confusión y angustia, sin saber cómo resolver la devastadora situación que habían creado.
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