Capítulo 9
Llego a mi cabaña de madrugada. Quizás sean las dos o las tres. No puedo evitar estar agotada después del día que he tenido, por lo que caigo rendida en mi cama sin poderlo remediar. Menos mal que las chicas y yo nos encargamos de devolver el colchón a su sitio antes de la fracasada jugada que les hemos hecho a Andrew, Caleb y Jason.
Me incorporo hasta estar sentada a los pies de la cama. Frente a mí está la cómoda, con un espejo justo encima. No puedo evitar quedarme unos instantes contemplando mi reflejo.
Cara lavada sin rastro de maquillaje, coleta alta rubia con algunos mechones desordenados asomando por mi cara, atuendo simple y cómodo... Y para mi sorpresa, no es lo más importante en mi cabeza que yo, Evelyn West, haya pasado todo el día así.
Me levanto de la cama y me acerco a la cómoda. Abro un cajón y encuentro mi móvil, que destaca entre mi ropa interior más sofisticada. No puedo creer que haya pasado tantas horas sin siquiera desbloquear mi iPhone, pero estaba tan enfadada con el mundo que no quería saber nada de nadie. De repente, una curiosidad enorme me invade el cuerpo, por saber qué hay de nuevo por ahí.
Por suerte, le queda algo de batería, aunque muy poca. Rebusco entre el resto de cajones hasta dar con un cargador, para después enchufarlo al móvil. En cuanto abro las redes sociales, empiezo a recibir miles de mensajes y notificaciones. Sin embargo, sólo me centro en los más importantes, y entre éstos están los mensajes de mis padres, de Candice y de Chloe.
Tengo casi cuarenta mensajes de mamá, aunque son casi todos iguales: que si estoy bien, que responda, que cómo lo estoy pasando... Y preguntas de madre muy por el estilo. Respondo con un simple:
Mamá, estoy bien. No te preocupes.
Veo que enseguida me responde, pero yo ya he pasado a leer otros mensajes. Por ejemplo, el de papá, que simplemente me dice que espera que esté yendo todo bien y que me llamará pronto.
A continuación, me toca decidir si leer o no los mensajes de Chloe y Candice.
Con los ojos entrecerrados, accedo a abrir primero el chat con Chloe. Cuatro mensajes, uno por cada día que hace que no la veo.
Evelyn, tengo que hablar contigo.
Es importante, por favor. Llámame.
Evelyn. Necesito que me llames.
Llego al cuarto mensaje. Este es de hoy, de hace apenas dos horas. Es bastante largo así que supongo que no podía esperar más y me lo ha contado todo por escrito.
Evelyn, me peleé con Candice. La verdad es que después de estar el viernes en tu casa, razoné: le dije que podríamos esperar al verano que viene, o incluso a navidades, más que nada para poder ir las tres juntas al viaje de nuestros sueños... Pero no se lo tomó bien, y necesito que me llames para contarte lo que pasó después. No sé qué hacer, me tienes que ayudar. Por favor.
Me quedo observando un rato la pantalla del móvil. Estas últimas palabras me han dejado totalmente fuera de lugar. O sea, que no se van a París...
No voy a negar que mi lado más tóxico siente cierto alivio por ello. Aunque quizás haya sido una simple tontería. Sí, seguro que lo solucionarán.
Entonces, aparece un "en línea" debajo del nombre de mi (ex) amiga. Aturdida, bloqueo el móvil, lo dejo encima de la cómoda y me siento en la cama. En estos momentos, es como si ese aparato estuviera prendiendo fuego, ya que me he tenido que alejar del mismo inmediatamente. Me aterra descubrir lo qué está pasando fuera de aquí.
Sin embargo, el politono del móvil empieza a sonar.
Me levanto a cogerlo de encima de la cómoda y tomo asiento por enésima vez. No puedo estar quieta. Evidentemente, es Chloe. Me quedo paralizada hasta que mis impulsos toman el control de mi cuerpo, por lo que deslizo mi dedo sobre la pantalla para descolgar la llamada.
No se oye nada durante unos segundos hasta que ella rompe el silencio.
—¿Evelyn? No sabes cuánto me alegro de estar hablando contigo. Creía que no me responderías nunca.
—¿Qué quieres? —Voy al grano.
—Siento mucho lo que pasó. Te prometo que es cierto que me arrepentí el mismo día que sucedió todo.
Me contemplo en el reflejo del espejo. Mi cara lo dice todo, y es que no voy a confiar tan fácilmente en sus palabras después de todo.
—Cuéntame lo que me ibas a contar, por favor.
—Eh... Sí, claro —responde. Y después de meditarlo unos segundos, continúa—: Bueno, discutí con Candice, como ya te dije. Pero ocurrió algo más. No sé qué hacer, Eve, nunca me he visto en una situación así.
Silencio. Mi intriga aumenta por momentos, pese a que mi orgullo no me deje reconocerlo.
—Verás... Candice me confesó algo. ¿Quieres que te lo cuente?
—No tengo mucho tiempo... —Oculto mis pensamientos, que piden a gritos que me lo diga de una vez.
—Seré breve. Resulta que cuando le dije que podríamos esperar a otras vacaciones, creyó que no quería viajar a solas con ella. Y... Bueno, realmente eso es lo que quería ella: un viaje a solas conmigo.
La verdad es que no entiendo nada, pero esto se pone interesante. Mi rencor hacia ella se desvanece poco a poco, porque lo que me está contando parece merecer mucho más mi atención.
—Evelyn, Candice está enamorada de mí.
Ahogo un grito como si la vida se me fuera en ello. Esto es probablemente lo último que esperaba escuchar y me acaba de dejar boquiabierta. A pesar de que no va conmigo, puedo sentir que me tiemblan hasta las piernas.
—¿Cómo? —Dejo escapar en un grito un poco más alto de lo que me gustaría.
—Así es. Nunca me lo hubiera imaginado, pero eso fue lo que me dijo. Deseaba tanto ese viaje a solas conmigo que, cuando se enteró de la idea de tus padres, se ocupó de hablar con ellos y que no cambiaran de opinión respecto al campamento.
Aprieto los dientes de la rabia. Menuda traidora tenía al lado... Esto sí que no me lo esperaba. ¿Hasta dónde puede llegar el amor de Candice? Y lo más importante, ¿desde cuándo existe? No puedo creer que jamás hubiese sospechado nada.
—Hay algo más.
¿Enserio? Cuatro días sin saber nada de ellas, se arma todo esto, ¿y todavía queda más?
—Candice está celosa de ti... muy celosa. —Alarga ese "muy" exageradamente—. Me ha estado mandando varios mensajes después de la pelea, y yo no soy capaz de responder. Creo que la voy a cagar con cualquier cosa que diga.
»Además, ella se empeña en sacar sus propias conclusiones: ahora cree que siento algo por ti y que por eso no quiero ir a París. Y lo peor es que... —Le empieza a temblar la voz. Está claro que no sabe qué hacer porque no quiere hacerle daño—. Va a por ti. Va a ir al campamento a por ti.
Suelto una carcajada. No le tengo ningún miedo.
—¿Y por qué no ha venido ya?
—Ya se ha inscrito, pero me dijo que llegaría días más tarde. Quería que fuese algo inesperado.
Otra carcajada. Sinceramente, esto es más una broma que una amenaza para mí.
—Y ¿qué me va a hacer? No tengo ningún miedo, Chloe.
—Yo sólo quería avisarte. No me gusta todo esto, odio la forma en que se ha roto nuestra amistad. —Su voz sigue temblorosa. Sé perfectamente que, al otro lado del teléfono, se encuentra una chica destrozada. La conozco tan bien que puedo leer la tristeza en sus ojos sin siquiera verla.
—Gracias.
Estoy a punto de colgar la llamada, pero me detengo al instante y vuelvo a pegar el móvil a mi oreja.
—Chloe.
—Dime. —Sabía que ella seguiría ahí.
—Te lo agradezco, de verdad. Después de todo, has pensado en mí en todo momento... y no me lo esperaba. Buenas noches.
—Buenas noches.
Esta vez sí que cuelgo. Acto seguido, saco alguna camiseta del armario, me cambio de ropa y me hundo en la cama.
Cierro los ojos y espero un nuevo día. Quizás mañana aparezca por aquí Candice. ¿Y qué? Yo la recibiré con los brazos abiertos. Porque repito: no tengo ningún miedo.
n/a
Hola :3 Ey, mil gracias por leer este capítulo. Feliz 2016 (dos días tarde, lo sé)! ^^ Espero que estés ahí para el siguiente capítulo :) Nos vemos.
Editado el 31 de mayo de 2023 por la autora.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top