Capítulo 44
El señor Cooper y Emily me conducen hasta la conocida cabaña de ella. He estado unas cuantas veces así que no me produce ninguna sensación nueva estar aquí.
Los tres nos sentamos en las camas, ellos en una y yo en la de enfrente. Me observan atentamente como si fuera una obra de arte. Que lo soy, pero no es el momento de perder el tiempo de esta manera.
—¿No queríais hablar conmigo de algo? Id al grano, por favor —Me miro las uñas, dándoles a entender descaradamente que no me hace mucha gracia estar aquí.
—Sí, eh… Claro. Quería hablarte sobre eso que decidimos. De Andrew —Y lo dice así, tranquilamente.
Me quedo a cuadros. ¿Es que no se da cuenta de que la monitora demente del campamento nos está escuchando?
—Pero… —Dirijo intencionadamente mi mirada hacia Emily, dejando claro que ella no pinta nada aquí.
—No te preocupes. Ella lo sabe todo.
Abro los ojos y la boca con tanta intensidad que temo que se deforme mi cara. No me puedo creer que la fantasma de Emily se las haya ingeniado para descubrir todo esto.
—¿Todo… todo?
—Todo, todo.
—Tranquila, Evelyn. El secreto está a salvo conmigo —Dice la muy caradura sonriéndome con maldad. Miedo me da lo que es capaz de hacer esta mujer con lo que sabe sobre mí.
—Ni de broma Andrew accedería a tener una conversación conmigo, como dos personas civilizadas que somos.
¿Este hombre una persona civilizada? Creo que es el mejor chiste que me han podido explicar.
—Y ahí es donde entras tú —Me dice, y yo arqueo las cejas incrédula—. Ya me dijiste que sí el otro día, pero no te vi muy segura de lo que decías. ¿Sigue en pie el trato?
Me río sarcásticamente.
—Mire, con el debido respeto, señor Cooper —Empiezo—. Creo que es usted lo suficientemente maduro, o al menos debería serlo, para reconocer sus errores y rectificarlos por su cuenta. No sé qué mierda hace pidiéndole a una adolescente que solucione sus problemas. Debería aprender a dejar de cometerlos porque al final va a perder a Andrew de verdad.
Me levanto de la cama en la que estaba sentada y me encamino hacia la puerta con toda la furia que me produce esta situación. Sin embargo, uno de los dos ha sido bastante rápido y me ha alcanzado antes de que me marche de este asqueroso sitio que tantos malos recuerdos me trae.
—¿A dónde te crees que vas, niña? —Es Emily la que me habla y me agarra del brazo para que dé media vuelta y la mire a la cara—. Esto no ha terminado.
Pobre Caleb. Tener una hermana así tiene que ser la peor de las pesadillas.
Emily prácticamente me empuja hasta devolverme a la cama y me fuerza a sentarme. No le hago nada porque ella es demasiado lista como para conseguir que yo me quede con toda la culpa.
—Tú hablaste con este hombre, tú accediste a ayudarlo con respecto a su hijo y tú vas a ser quien va a hablar con Andrew para convencerlo. ¿Entendido?
¿Pero esta chica quién se cree que es? A mí nadie me habla en ese tono, y mucho menos ella.
—Haré lo que yo quiera. ¿Entendido? —La imito.
Emily me mira con cara de querer arrancarme los ojos y yo me encojo de hombros.
De pronto, su rostro se relaja y se vuelve a sentar junto a Patrick Cooper. Que controle su bipolaridad, por favor.
—Está bien, como quieras. Sólo me gustaría recordarte que soy la monitora de este campamento, y que se me podría escapar alguna cosa en cualquier momento.
La miro con el ceño fruncido, descifrándola.
—¿Qué dices?
—No sé. Saca tus propias conclusiones.
Me sonríe intentando aparentar inocencia, pero es profundamente malvada. Me voy de este sitio justo cuando veo la ocasión.
Emily está loca de atar. Me acaba de hacer chantaje como si nada. De repente ya no le importa que Caleb y yo seamos amigos… Aunque sí. Claro que le importa, eso le repatea. Pero el caso es que ahora me amenaza indirectamente con contarle a la gente lo que el padre de Andrew y yo estamos tramando.
Yo realmente no estoy tramando nada, no quiero que Andrew se sienta utilizado por mí. No me gustaría aprovecharme de nuestra “relación” para mediar entre su padre y él. Pero, por lo que me ha dejado caer Emily, si no lo hago quizás se entere por ella de todo este asunto.
Menudo marrón.
Me pregunto por qué Emily es tan retorcida. Algo raro hay aquí… ¿Por qué se empeña tanto en ayudar a ese señor que ni le va ni le viene?
Mi estancia en el campamento se está volviendo complicada, y cada vez queda menos para que termine el verano. No me gustaría que las vacaciones acabaran de esta forma.
Me siento en el césped después de comprobar que no haya moros en la costa. Apoyo mi espalda en el tronco del árbol que tengo dentro y escondo la cabeza entre las manos. ¿Será que estoy pagando por cómo he sido durante tantos años? Pensé que al dejar atrás esa Evelyn, caprichosa y cruel con quien no era como yo, ya bastaba. Pero es obvio que no. Este lugar, por unas circunstancias o por otras, me ha llevado a ver las cosas desde otra perspectiva.
Tal vez antes yo hacía las tonterías que hacen Candice, Alexa y Emily. ¿Por qué? Porque ves la oportunidad de descargar el rencor que llevas dentro con personas buenas, que no te han hecho nada directamente. Y ahora me siento la mierda más asquerosa y maloliente del planeta al darme cuenta de que he sido como esas tres víboras.
—¿Evelyn? ¿Te encuentras bien?
Su voz me hace recuperar la compostura. Trago saliva e impido que esas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos aparezcan, y acto seguido, levanto la cabeza en dirección a él.
—¿Qué te hace pensar que no me encuentro bien? —Sonrío mostrando los dientes de forma exagerada. Soy patética en cuanto a fingir sonrisas se refiere.
—Esa sonrisa tan falsa, por ejemplo.
Nos miramos fijamente y me pierdo en el color avellana del iris de sus ojos hasta que reacciono y le hago un hueco para que se siente junto a mí. Caleb también ha decidido apoyar su espalda en el tronco.
Me da un beso en la mejilla que se queda impregnado en mi piel.
—Dispara.
—No puedo más, Caleb —Suelto tras unos segundos de silencio.
—¿Qué? ¿Qué ha ocurrido? —Se apresura a preguntar. Parece preocupado.
—Es por todo. Por lo que pasó con Candice y… Ya sabes —Mierda. Acabo de recordar la relación que tiene o ha tenido él con las otras dos. La señorita Alexa y su hermana Emily, las lobas con piel de cordero. Qué malas son y qué inocentes parecen.
Me rodea con el brazo la cintura. Qué bien se siente cuando me demuestra así lo que significo para él.
—Olvídate de ella. Candice es pasado y ya no va a hacerte nada. Deja de comerte el coco por eso.
—Lo sé, ¿vale? Pero hay algo más —Suelto la bomba. Puede explotar en cualquier momento. No sé si debo decirle que su hermana y Alexa me quieren hacer la vida imposible, pero tengo muchas ganas de soltarlo.
No obstante… No sé si seré capaz. No sé cómo reaccionaría Caleb. Lo de Alexa estoy casi segura de que se lo creería, pero respecto a lo de Emily, lo dudo mucho. Además, él pensaría que quiero malmeter entre su hermana y él, tal y como pasó en aquél sueño que tuve hace unos días.
—Tu hermana dijo que volvería.
Sí, sé que eso no es exactamente lo que tenía en mente. Pero también es algo que me tiene nerviosa perdida, ¿vale? Se dijo que Candice volvería al campamento, pero no sé dijo cuándo lo haría. No sé si estoy preparada para verla volver con sus gamberradas.
Caleb atrapa mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. Cuando quiere puede llegar a ser muy tierno.
—Ya está bien. Quiero que me escuches —Con su dedo en mi barbilla me obliga a mirarle a los ojos—. Estoy aquí y voy a seguir estando contigo cuando vuelva Candice. Y no sólo yo: Jade, Chloe y Andrew —Este último nombre lo dice con un notable retintín— también estarán. Te queremos, Evelyn. Y no vamos a dejar que ella te haga daño.
Me quedo absorta. Me ha dejado sin palabras. ¿Acaba de decir que me quiere? En plural, pero lo ha dicho.
Dios mío, parezco imbécil. Es evidente que me quiere, y yo a él. Por encima de todo lo que podamos sentir, nos tenemos cariño como personas y eso no va a cambiar.
Ha conseguido que recupere la alegría. Me ha recordado que lo importante que soy para él y para los que ha nombrado, igual que ellos lo son para mí. ¿De qué me preocupo? Si no me hace falta nada más. Y las tres víboras pueden continuar con su intento de hundirme, y aunque en ocasiones logren debilitarme, sé que tengo personas que me recordarán a quién necesito de verdad en mi vida. Una de ellas es Caleb y pase lo que pase, no quiero perderlo.
Me abalanzo sobre él como si fuera una fan loca y él me empieza a hacer cosquillas como contraataque. Me río como una lunática durante un rato hasta que los dos nos cansamos y me doy cuenta de que está encima de mí. Si alguien nos está viendo, menuda vergüenza. Aún así, me daría lo mismo. Ahora mismo no puedo pensar con claridad.
Caleb acerca su rostro al mío, está lo suficientemente cerca como para sentir su aliento. El hecho de que haya pasado de una expresión divertida a esta tan seria me provoca algo muy raro en el estómago y me está volviendo loca.
De pronto, me da un pico y se levanta de encima mío, quedando sentado frente a mí. Yo me quedo inmóvil mirando el cielo, y me debato entre sentirme avergonzada o pegarle un puñetazo por dejarme con ganas de más. Pero antes de que pueda decidirme, él me levanta del suelo y en un instante estoy sentada a horcajadas sobre él. Empezamos a besarnos apasionadamente. La verdad es que ver estos besos entre personas que no fuéramos nosotros me hubieran resultado asquerosos y, milagrosamente, me encanta que Caleb me bese así.
Entre besos pasan los minutos, incluso las horas. ¿Qué más da si con él el tiempo se pasa demasiado rápido?
n/a
Feliz año nuevo a todos y a todas❤ Gracias por formar parte de mi 2016, y espero que así siga siendo en el 2017. Espero que os guste este capítulo. Estad atentos porque tengo una sorpresa este año.
¡Muchas gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top