Capítulo 43

Nos interrumpe un fuerte golpe ocasionado por el choque de la puerta con la pared al abrirse. Andrew aparece hecho una furia y soltando humo por las orejas. Descubro el porqué de su cabreo cuando detrás de él veo entrar a su padre y a Emily.

Me levanto inmediatamente preparada para frenar a Andrew. Le agarro de las muñecas con toda la fuerza que puedo.

—¡Andrew!

—Evelyn, dejame.

—No.

Patrick y Emily siguen hablándole a Andrew como si él les estuviera escuchando. Eso me pone de los nervios. ¿Es que no se dan cuentan de que no quiere verlos ni en pintura?

Anda, mira quién habla. Yo fui la que acepté el trato con Patrick Cooper para ayudarlo a recuperar la relación con su hijo. Me arrepiento. Evidentemente, Andrew no está en condiciones de solucionar las cosas con su padre. ¿Cómo he sido tan tonta? Creo que me ha cegado el hecho de ver en Patrick ese interés por su hijo, del que por cierto mis padres carecen conmigo.

—¿Pero qué coño queréis? —Grita Andrew. Puedo ver cómo sus puños se cierran con fuerza.

—Hijo, quiero hablar contigo.

—¡Que no me llames así! Y ya te he dicho que no quiero que te dirijas a mí. No tienes derecho a hacerlo después de la que montaste el otro día.

No quiero soltarlo. Me da miedo que haga una locura porque ahora mismo está fuera de sí.

—Andrew —Empieza a hablar Emily. Que alguien le meta un calcetín en la boca—, tu padre se está quedando en Texas unos días solo por ti. Deberías tener en cuenta eso.

Miro a Andrew directamente a los ojos y veo que podría matarla con la mirada si quisiera. Me imagino en su lugar y no dudaría en tirarme al cuello de esos dos pesados.

—Metete en tus putos asuntos y déjame en paz. No eres nadie para decirme lo que tengo que hacer o dejar de hacer —Se queda observándola durante unos segundos con cara de querer torturar a alguien. Y repite:—. Nadie.

A Andrew no le falta razón. Emily no ha de forzar conversaciones padre-hijo. Más que nada porque su deber no es hacer el papel de mediadora. No ha de meterse en medio de ellos con la excusa de que es la monitora y aquí se hace lo que ella dice.

Giro mi cabeza hasta ver la cara de Caleb. Está totalmente descolocado. Después de todo, es su hermana y me imagino que no le debe de hacer mucha gracia ver con sus propios ojos a alguien hablándole así. Joder, me temo lo peor. Andrew y él no están en su mejor momento en cuanto a amistad se refiere. Se tiran dardos envenenados siempre que pueden, no se soportan.

Sólo ha hecho falta que Andrew se meta con Emily para que Caleb se ponga de pie y se encamine hacia nosotros.

Oh, no...

Caleb me separa delicadamente de Andrew simplemente para ponerse frente a él, y a continuación, levanta su dedo índice a la altura de sus rostros.

—Como vuelvas a hablarle así a mi hermana, te juro que… —Intenta amenazar a Andrew, pero al parecer no da con algo creíble. Por lo que cierra la boca y el otro suelta una carcajada.

—¿Qué me vas a hacer? —Vuelve a reír, y con su mano baja el dedo de Caleb. A la mierda—. Si tu hermana se mete donde no la llaman no es mi culpa.

Me quedo petrificada. No tengo ni puñetera idea de por qué no puedo reaccionar, simplemente soy incapaz de hacer algo para pararlos. Tanto uno como otro tienen una mirada oscura que me indica que en cualquier momento pueden explotar.

¿Soy yo o están a punto de darse de hostias delante de Patrick y Emily, y de mí? No lo sé, aunque no me gusta nada presenciar esta especie de pelea de miradas.

—Chicos, calma —Alexa de pronto se sitúa en medio de ellos y los separa con sus manos. Sinceramente, había olvidado que seguía aquí—. Tú quieres a tu padre, y tú a tu hermana, ¿qué problema hay?

»No lo entiendo. Vosotros siempre habéis sido amigos y este verano parece que os odiáis. Yo me preguntaría qué es eso que os está separando. —Me dedica una mirada con la que me percato de que claramente se refiere a mí, para después salir del comedor con una sonrisa triunfal en su rostro.

No quiero pensar mal de ella. Jade me ha dejado bien claro que Alexa no es como Candice, y en teoría ella la conoce de verdad. Aún así, yo no las tengo todas conmigo. Lo único que tengo son muchas dudas, y presentimientos que por alguna razón siento que no fallan.

Alexa me odia y quiere sacarme de quicio, estoy casi segura de que es así. Pero esta vez voy a ser más lista después de la experiencia con Candice, voy a contenerme cada vez que me entren unas ganas enormes de arrancarle hasta el último pelo de su melena. Y de esta forma no se saldrá con la suya.

Lo único bueno que ha conseguido Alexa es que Caleb y Andrew se hayan separado. Andrew se ha ido después de ella, seguramente para perder de vista a su padre. Caleb sigue aquí, aunque muy pensativo. ¿Se habrá tomado en serio lo que ha dicho Alexa?

Emily y Patrick, por su parte, han decidido marcharse también al ver desvanecerse todas las oportunidades de hablar con Andrew. Esto quiere decir que Caleb y yo volvemos a estar solos. Se nota que hemos sido los últimos en venir a desayunar porque no hay ni un alma que se pase por aquí a hacernos compañía.

—No te preocupes —Me empieza a decir Caleb—. No voy a hacerle caso.

—¿Qué? —Me hago la sueca, poniendo en marcha mi plan.

—Hablo de lo que ha dicho Alexa. Sé que se refería a ti —«No me digas...», le contesto con sarcasmo y mentalmente—. Pero sólo lo hace por despecho, no se lo tengas en cuenta.

Cuento hasta diez en silencio para controlar mi impulsividad y no soltar lo que realmente pienso.

—Sí, la entiendo. No tienes de qué preocuparte, sé que es buena persona y los celos están actuando por ella ahora mismo.

Él entorna los ojos y me mira como si estuviera diciendo una locura.

—¿Enserio? —Pregunta, incrédulo.

—Por supuesto.

Y ahora, ese hoyuelo... ¿Es que Caleb pretende matarme? No soy capaz de aguantar la vista en su sonrisa por más de tres segundos, y comienzo a ponerme nerviosa.

—¿Crees que tiene motivos para estar celosa?

La piel de mi cara empieza a arder, junto con mis orejas. «¿Quién eres y qué has hecho con Evelyn West?», le pregunto a mi conciencia.

—No lo sé.

—Pues yo creo que si no los tiene ahora, pronto los tendrá.

Le miro de reojo y las comisuras de mis labios se curvan hacia arriba. Sonrío sin mostrar los dientes y él se ríe. Me siento como si estuviera en una nube.

Entre miraditas y conversaciones a medias decidimos ir a dar una vuelta juntos por el campamento.

Caleb y yo nos pateamos todo el campamento y nos damos cuenta de que no puede ser más aburrido este sitio, hasta que finalmente terminamos yendo a mi cabaña para pasar el tiempo que queda para la comida.

Entramos tranquilamente. Enciendo la luz y sobre la cama encuentro una nota doblada a la perfección y firmada con un beso de pintalabios rojo intenso.

—¿Qué es eso? —Pregunta Caleb cuando lo ve.

—Ni idea —Musito confundida.

Nos acercamos y despliego el papel que dice lo siguiente:

Así que quieres jugar, Evelyn. Veamos quién juega mejor. Abre tu armario :)

Caleb la lee más rápido que yo y cuando me doy cuenta ya está abriendo mi armario. En cuanto lo hace, ahoga un grito y me mira como si hubiera un cadáver ahí dentro.

Voy corriendo hacia allí temiendo por mis prendas favoritas. Cuando lo veo, la mandíbula me va a llegar al suelo. Creo que estoy a punto de desmayarme.

Tengo toda, TODA la ropa de color azul marino ahora. No sé que mierda le ha echado pero me tiembla todo. Estoy a punto de echar a correr para encontrar a Alexa y poner en marcha el primer asesinato de mi vida. Sé perfectamente que ha sido ella. No tiene ni idea del odio que se acaba de ganar por mi parte.

Caleb me sostiene de los brazos y yo intento no mantener contacto visual con él.

—Mírame, Evelyn. Por favor. Quiero que me mires —Suena desesperado, así que hago el esfuerzo de clavar mis ojos en los suyos—. Recuerda lo que hemos hablado antes: sólo lo hace por despecho.

De pronto se me hace un nudo en la garganta, y empiezo a lloriquear como una maldita niña pequeña. Esto es ridículo.

—No, Evelyn… —Murmura.

Sollozo. Madre mía, sé que más tarde voy a sentir más vergüenza que nunca de mi misma, aunque no puedo evitar sentir esta impotencia.

Siento como poco a poco desliza sus manos hasta mi cintura para rodearme. No es incómodo, más bien diría que es lo que necesito en este momento.

—Evelyn, mirame.

Levanto la cabeza con los ojos llenos de lágrimas. Veo en su mirada las ganas de tranquilizarme. Observo cómo sus pupilas se dilatan y me siento hipnotizada por ese color avellana en el iris de sus ojos que hace que su rostro brille con más intensidad. El corazón me palpita tan fuerte que presiento que se me saldrá del pecho en cualquier momento.

Con sus manos todavía en mi cintura me atrae hacia sí incitándome a rodear su cuello con mis brazos, y eso es lo que hago. Nos quedamos contemplándonos durante unos instantes hasta que uno mis labios a los suyos. Ya era hora. He tenido que sentirlo para llegar a la conclusión de que es lo que he querido hacer desde el principio. Caleb me besa con delicadeza, como si intentara calmarme, y aún así cuando se separa me deja con ganas de más.

Hundo mi cara en su hombro y él me besa el cuello. Puedo sentir cómo choca su respiración contra mi piel y es entonces cuando mi sonrisa se amplía. Esas pequeñas cosas que antes no tenían importancia son las que hoy me hacen feliz.

—¿Quieres que hable con ella? —Me pregunta.

Ni hablar. Esa loca es capaz de llenarle el cerebro a Caleb en mi contra. Eso no va a pasar, no voy a dejar que pase.

—¿Con quién? —Vuelvo a hacer como si no supiera perfectamente de qué me habla.

Se separa de mí, extrañado.

—Con Alexa.

Finjo confusión y frunzo el ceño, debe de estar pensando que soy estúpida. Lo que pretendo es que piense que no sospecho de ella para no cometer los mismos errores que con Candice. Esta vez seré un poco más lista.

—¿Crees que ha sido ella?

—Pues claro que sí.

—¿Alexa?

—Sí —repite.

—No, ella no ha podido ser. No creo que sea capaz de hacer algo así —Miento. No sabe lo mucho que me está costando no seguir mi impulso de ir a por ella y romperle cada uno de sus dientes.

—Vamos, Evelyn... —Ríe, y al verme seria, frena de golpe—. ¿Me estás hablando enserio?

Asiento.

—No sabía que fueras tan inocente —Bromea y me da con su puño sin fuerza en el hombro. Antes no me fijaba tanto en ese hoyuelo tan adorable que se le forma cuando sonríe.

Seguro que parezco una idiota mirando su hoyuelo.

—Bueno —me saca de mi mundo—, creo que va siendo hora de que vayamos a comer.

Resoplo. Hará menos de una hora que hemos desayunado y ahora ya vamos a almorzar. Eso nos pasa por levantarnos a las tantas de la mañana, es lo que tiene estar acostumbrada a dormir tanto en verano.

~~

No sé qué narices está pasando pero hay una tensión durante esta comida que me está poniendo de los nervios. Alexa se ha sentado justo delante mío y no para de mirar con sonrisa de psicópata a Caleb, que está a mi lado.

Esto me da tanta mala espina que si antes tenía pocas ganas de comer, ahora tengo menos.

—¿Y bien? ¿No tienes nada que contarle a Evelyn, Caleb?

Me pregunto qué querrá decir esta ahora. Cuando habla con esa voz de arpía estúpida me entran ganas de arrancarle la cabeza. Juro que estoy teniendo mucho autocontrol estos días.

—No —responde él con tranquilidad y encogiéndose de hombros.

—¿Estás seguro? Se supone que ibas a decirle la verdad a Evelyn siempre.

Caleb levanta la cabeza y la mirada de la comida. Me parece que ha captado de qué le habla Alexa y yo estoy empezando a sospechar algo. Ojalá me equivoque.

—Cierra el pico —le dice, aparentemente molesto—. Ah, y no vuelvas a hacerle algo así a Evelyn.

Medio sonrío cuando le escucho. Algo se remueve en mi interior cuando Caleb se pone en plan protector, ya que me demuestra que verdaderamente le importo.

—No sé a qué te refieres —Espeta la arpía.

—¿Ah no? ¿No recuerdas haber dejado una nota sobre su cama y haber teñido toda su ropa de azul?

—¿Se te ha ido la pinza? —Interviene Andrew dirigiéndose a la loca.

A Alexa se le escapa una risita que la delata. Esta chica no tiene ni idea del dineral que cuesta toda esa ropa, o de los momentos a los que me recuerda cada una de esas prendas. Como por ejemplo el vestido que me puse en la cena con los familiares, con el que me di el primer beso con Andrew. Jamás creí que le cogería cariño a una prenda por un motivo así.

El caso es que toda la ropa que me he traído a Texas está estropeada por culpa de esta sinvergüenza.

—Es repugnante lo que estás haciendo, Alexa. No te reconozco.

—Ni yo a ti, Caleb. Nunca pensé que serías tan mentiroso.

¿Mentiroso? Aquí hay algo que se me escapa. La arpía loca no para de insinuar que Caleb no está diciendo la verdad y estoy un poco confusa. Necesito saber qué es esto que ninguno de los dos me quiere decir.

Emily irrumpe en el comedor, de nuevo acompañada por Patrick Cooper. Qué pesado. El padre de Andrew no deja de pasearse por el campamento como si esto fuera su casa. Me pregunto si estará viviendo aquí.

Esos dos se acercan a nuestra mesa y temo porque tengo a Andrew demasiado lejos como para impedir que se lance al cuello de su padre.

Para mi sorpresa no es a él a quien se dirigen, sino que me están mirando a mí.

Trago de golpe la comida que tengo en la boca.

—Evelyn, al señor Cooper le gustaría hablar contigo.

Andrew se ríe irónicamente.

—Quieres manipularla para que yo te perdone, ¿no es así?

«Ay, Andrew. Si supieras que ya lo intentó y como una idiota acepté su trato…»

—No, hijo. Sólo quiero conocer un poco a tu amiga.

Con sólo ver la cara de mala leche que pone Andrew cuando Patrick lo llama hijo, ya sé que esto es una muy mala idea.

—Ah. Pues que sepas que ella no es como la niñera que tenía con cinco años, o como esa secretaria tuya. Evelyn no se dejaría engatusar por ti nunca.

Mis mejillas deben parecer tomates ahora mismo.

—¿Y por qué no? Ella no le hace ascos a nada. Ni a nadie —Suelta de pronto Alexa, muy seria. Maldita arpía loca.

Emily ignora este último comentario y se vuelve hacia mí con los brazos cruzados y la ceja enarcada.

—¿Quieres hablar con él?

Miro de reojo a Andrew, que está muy atento a mi respuesta. Pienso en que es mi oportunidad para decirle a Patrick que no pienso cumplir mi parte del trato. No voy obligar a Andrew a perdonarle, se nota que le ha hecho mucho daño.

—Está bien —Me levanto. Paso cerca de Andrew y le susurro:—. No tienes de qué preocuparte. Lo sabes, ¿no?

Él me sonríe y contesta:

—Confío en ti.

¡¡Feliz navidad!! Hoy me gustaría daros un regalo de más a todos aquellos que disfrutáis de mi novela, que es este capítulo. Espero que os lo estéis pasando genial.

Al fin llegó el primer beso con Caleb. ¿Qué os parece?

¿Sois de Caleb o de Andrew?

¿Cómo os cae Alexa? ¿Creéis que hará alguna otra locura para fastidiar a Evelyn?

Muchas gracias por leer, una vez más. Hasta pronto❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top