ix. what's this?
Tom ingresó a la sala común después de la pequeña reunión que tuvo con el director Dippet; al parecer habrán algunos cambios para el siguiente año, y luego de saberlos, su enojo se elevó. Tomó asiento en uno de los sillones, cerca de la chimenea para apreciar las llamas danzantes. Sin embargo, algo llama su atención más que las flamas del fuego, una caja negra yacía debajo del árbol. Alzó una ceja, curioso de porque la aparición sorpresiva de la caja, se levanta y va por el objeto.
Es algo pesado, de buen tamaño, deducía el chico; arriba de la caja, entremetido por el moño de plata, había una nota doblada. La toma entre sus dedos y la desdobla, una media sonrisa se asoma por sus labios al leerla.
Felices fiestas, Riddle. Espero que te guste tu presente, lo doy con cariño.
Atentamente, Artemisa Vincetamor.
Nunca había visto la caligrafía de la chica, se notaba que escribía de manera rápida, sin cuidado, y desde comienzo a fin sin levantar la pluma, era una letra que reflejaba la personalidad de su dueña. Sin embargo, incrédulo a que le estuviera regalando algo, o tal vez es una broma, abrió la caja y se topó con una grata sorpresa.
Era un libro, algo parecido a su diario, de cuero negro como pasta pero con cubierta dura y las paginas lucían beiges, por lo viejo. Agarro el libro, pasando a la primera página y se queda impresionando por el título de este; Genealogía de las familias derivadas de magos poderosos por Eskiel Magnium.
Abajo del título, había distintas notas, algunas dedicatorias con diversas caligrafías. Decidió revisar algún año pero no encuentra en ninguna página un dato cercano a ese. Vuelve a la primera y se queda releyendo la misma nota que captó su atención.
Encontrarás información que callará, que te asombrará. Sin embrago, tú puedes cambiar tu destino sin seguir el de tus antepasados.
A.H.R.H
Le asombró la forma de pensar de la persona. Procede a seguir, había un índice con cada apellido importante fuera y dentro del mundo mágico británico. Por supuesto, él sabía que no encontraría el suyo debido a que es muggle, es remotamente imposible.
¿Qué es eso? Piensa el chico frunciendo el ceño sin hallar explicación a tal calumnia. El apellido Riddle aparecía en el índice alfabéticamente, debajo del apellido Ragnor. Fue directo a la página, y se dispuso a leer.
Encontró la historia de su padre y madre, cómo está lo envenenaba con amortentia todos los días con la falsa ilusión de que lo ayudaría a enamorarse de ella, como narra que fue concebido bajo esa poción y que es heredero de Slytherin. Venía toda su historia y de la que nadie, excepto el profesor Dumbledore, sabía. Su furia y temor recorría todo su cuerpo, porque solo una cosa pasaba por su mente: Artemisa conocía su secreto, su historia de vida.
Cerró el libro con un solo movimiento fuerte, debido al enojo. Y era mera coincidencia que la chica bajaba las escaleras, quedándose al final de los escalones, observando el chico azabache y pasando fuertemente la saliva, no sabiendo que esperar. Baja el último peldaño, caminando hacia el prefecto; mantenía su guardia alta, maldiciendo por haber dejado su varita en la habitación junto a su capa, solo traía puesto una falda negra larga y una camisa blanca fajada.
— Ya veo que abriste tu regalo — dice idiotamente al notar las manos de Tom arriba del libro — ¿Qué te pareció? —
Riddle sabía exactamente qué decirle.
— Fue gratamente una sorpresa — exclama con una media sonrisa — Gracias —
Artemisa quería reírse porque ella lo conocía tan bien, que podría decir que no le agrado el hecho de tuviera algo de su vida escrito en sus manos. Sabía que no diría nada para molestarla, sin embargo ella conoce como provocar un incendio solo con una chispa.
— Tom — pronuncia dulcemente la castaña en su labios, tal cuál dude un elixir decirlo — Di la verdad, no me ofenderé —
Riddle la observa cautelosamente, con cierto recelo porque lo trata como si lo conociera de toda la vida. Sin embargo, debía de admitir para sí mismo que la chica sabe sus intenciones, ya no era un secreto.
— Me sorprendió — admite el chico observando el libro en sus manos — Pero no capto cómo está mi apellido ahí, y no digas que no sabes porque yo sé que conoces como es el trasfondo social —
— Respuesta fácil — responde la chica tomando asiento en el sillón frente al azabache — El autor, Eskiel, antes de acabar su libro, lo hechizo para que siguiera escribiendo la historia de los sucesores. Por eso sale tu apellido, aún así sea muggle. —
— ¿Y por qué nunca se había escuchado de este título? — pregunta ya confundido el slytherin.
— Porque el libro fue una controversia cuando salió en 1483 — dice como si nada la chica — Solo hubo muy pocas copias vendidas, creo que fueron como unas diez, compradas por algunas de las familias mencionadas. Mi copia la encontré en una de las casas abandonadas de familias puras en Francia, cuando escapaba de los seguidores del señor oscuro. — medio miente la chica ya que no es totalmente cierto, seguidamente, se levanta de asiento y vuelve a caminar a las escaleras, siendo observada cautelosamente por la serpiente — No te preocupes Riddle, no le diré a nadie sobre tu doble vida — exclama mordazmente subiendo los peldaños.
Tom lanza el libro contra el suelo, furioso por la actitud altanera de la mujer. No la soportaba, realmente necesita un castigo para aprender su posición dentro de su reino el cual cree que es suyo. El azabache quería saciar su enojo, por lo que salió dando zancadas de la sala común y Artemisa había caído a los brazos del cansancio al mínimo tacto que tuvo con su cama.
Soñando un mundo en el cual ella era feliz con sus hermanos mellizos, viajando por todo Reino Unido sin temor a ser atacados. Un mundo del cual ella ya no sería parte.
Sin embargo, este sueño parecía mas un recuerdo que se había quedado hasta el fondo de su memoria.
Era su cumpleaños número doce, seguían viviendo en Hamburgo, sin embargo, en ese cumpleaños decidieron pedir un permiso especial a Beauxbatons y sacar a Artemisa para pasar en la Mansión Ragnor en Galés.
Su abuelo Herácles había contratado a un zoologista con algunos aminales expuestos a la interperie del patio trasero de la mansión; esto debido a que la pequeña cumpleañera nunca había ido a un zoológico, por ende su regalo. Solo que, a mitad de la fiesta, una de las serpientes que traía el zoologista, escapo de su caja.
Y, a sorpresa de la familia, la niña hablaba con ella entre para lo que ellos parecian susurros, hasta que Hermione Granger dice
— Esta hablando parsel —
Cosa que impacta a todos los presentes ese día. De buena fortuna, la serpiente le agrado la niña, por lo que no atacó y jugó con ella, retirandoles a los padres, Apolo y Davina, un poco el temor de estar con una criatura venenosa. Debido a que la castaña hablará parsel, provoco que Apolo buscará en los registros familiares si tenían conexión con los Slytherin, y los desaparecidos Gaunt, la última familia con registro de herederos de Slytherin.
Encontró que uno de sus ancestros, Erexes Ragnor, se casó con la última hija de Salazar, Noctua Slytherin, por lo que el apellido termino con ella pero la herencia siguió en la sangre. En los registros aparece que solo tres Ragnors en todo estos milenios han sido nombrados como Herederos de Slyhterin, al tener las mismas caracteristicas, piel pálida, ojos negros y cabello negro o castaño claro, además de ingresar a la casa de las serpientes y tener la habilidad de hablar parsel. Ante esta falta de herederos, se tuvo en cuenta que la genética nórdica era más fuerta que la inglesa, por ello la falta de tener más herederos de la casa.
Después de ello, ambos padres habalaron con su hija en las vacaciones de invierno de ese año, informandole su nuevo título, cosa que le dio igual a la chica, diciendo que eso no le quitaría ser una Ragnor.
Y con ese recuerdo, Artemisa prometió que nunca, sea lo que sea, dejaría de ser una Ragnor.
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