Fantasmas del pasado

La prisión conocida como Roca Caliente era una de las mas seguras de Vale, no solamente tenia las medidas de seguridad mas estrictas imaginables y un personal bien entrenado, el lugar en cuestión estaba en medio de un lago que tenia agua hirviendo, cualquiera que cayera al agua moriría y solamente se podía llegar al exterior tomando control de un teleférico.

En una celda se podía ver a un hombre de cabello rubio entrenando como era su costumbre, golpeaba un saco de arena con tanta fuerza que todo temblaba, su gran figura ira imponente para cualquiera, vestía un overol naranja con su numero en la espalda y el pecho.

Su horario de entrenamiento se vio interrumpido cuando un guardia golpeo su puerta, como era rutina se arrodillo dando la espalda a la entrada y puso las manos en su nuca, los policías entraron para esposar sus brazos y piernas con cadenas, colocaron las cadenas a la altura indicada y despues pusieron dos bastones con ganchos a ambos lados de un cinturón para mantenerlo controlado.

Un total se cinco jurdías eran sus escoltas, cuatro usaban bastones para que no se pudiera mover para atacarlos, mientras que el quinto guardia se encargaba de caminar cerca de él, pero rubio no mostraba interés en resistir su movimiento, aunque no sabia a donde lo estaban moviendo.

Guardia: buenas noticias Taiyang, al parecer alguien te vino a visitar pedazo de basura —El rubio no respondió, solamente camino entre los pasillos desiertos, escuchando como algunos de los reclusos recibían palizas en sus celdas— escuche que eran unas chicas bastante atractivas, si me das sus números te conseguiré algo del exterior

Taiyang: no tengo idea de quien podría venir —A medida que avanzaban Taiyang se dio cuenta de la gran cantidad de guardias en el sitio, por un momento pensó que lo atacarían, pero solamente permanecían en silencio—

Una puerta reforzada comenzó a abrirse, entonces los guardias tomaron posición y apuntaron sus armas contra el pasillo, sabiendo que cada vez que la puerta se abría debería haber al menos veinte guardias para evitar cualquier fuga, por lo que estaban preparados para cualquier contingencia.

La puerta se abrió y Tai continuo caminando entre los pasillos hasta llegar a una antesala, lo liberaron de las ataduras, pero varios guardias seguían apuntando sus armas contra él, permaneció con las manos en la nuca hasta que ellos salieron y abrieron la puerta a la sala donde tenia que entrar.

Al entrar el cambio de luz lo deslumbro de manera momentánea, pero al entrar observo alrededor, era una sala de estar, con un juego de sala bastante elegante, tenia un candelabro en la parte superior, lamparas hechas de diferentes materiales, entre ellos el cobre.

La otra puerta fue abierta y mostro a un par de figuras femeninas, las miro de manera detenida, una chica de cabello negro con mechas rojas con la cabeza cubierta por una capa roja, mientras que su acompañante era una mujer que estaría quizás por llegar a los veinte, con una salvaje cabellera rubia y ojos lila feroces.

Taiyang: ¿Ruby? ¿Yang? —Las reconoció muy pronto, ellas corrieron con él y el padre de inmediato las abrazo rodeándolas con sus fuertes brazos— no las veía desde que eran unas niñas, y ahora son todas unas señoritas

Ruby: te extrañe tanto papá —La joven de ojos plateados abrazo a su padre con fuerza mientras ocultaba su rostro en su cuello, derramando algunas lagrimas de felicidad tras verlo de nuevo tras seis años—

La felicidad de la familia era imposible de contener, los tres se sentaron en uno de los sofás de la sala de estar, donde comenzaron una larga platica acerca de las cosas buenas que habían ocurrido durante los años que no se habían visto, desde como fue que Yang logro hacerse cargo de Ruby hasta las veces en que su hermana menor fue al medico por comer demasiadas galletas.

Pero a medida que pasaban los minutos llego el momento de que tuvieran que hablar con seriedad, dado que tenían solo unos cuantos minutos antes de que tuvieran que retirarse hasta la siguiente oportunidad para contactar a su padre, lo cual no podría ser pronto a menos que trabajaran de nuevo para Rex y eso podría ser un problema.

Yang: estamos trabajando con un equipo que hace diferentes... trabajos, pudimos conseguir visitarte —Su padre de inmediato tuvo los peores pensamientos desde su perspectiva, la idea de que alguien las tocara lo hacia enloquecer y tardo dos años en lograr alejar ese pensamiento de su mente— ¡No es lo que piensas!

Ruby: digamos que nos dedicamos a ayudar a eliminar cosas que otros quieren eliminar —Su manera de decirlo fue bastante torpe, pero entonces Taiyang pudo entender mejor que sucedía, por lo que apretó sus puños— te prometo que te sacaremos de aquí papá, solamente espera

Taiyang: haberlas visto me da fuerza para continuar adelante, solamente espero que no tardemos seis años en venir otra vez —En su mente no pudo evitar imaginar que pasara mas tiempo y esa vez le dijeran que ellas incluso ya tenían sus propias familias— 

Guardia: ¡Termino el tiempo! —De nuevo entraron los guardias y se llevaron al padre de las chicas, quienes caminaron al exterior, viendo de reojo como apartaban de nuevo a su padre de ellas—

Cuando salieron no dijeron una sola palabra, observando cada detalle de la prisión, como si en sus mentes tuvieran un plan para en algún futuro poder ir y sacar a su padre, cualquiera de las dos mentiría si dijera que no lo pensó alguna vez, pero sabían que eso era solamente una fantasía sin futuro. 

Subieron al teleférico que las llevo al borde del cráter, el aire era frio en aquel lugar para que no pudieran sentir el vapor caliente que desprendía el lago, Ruby toco su cinturón y sintió un escalofrió cuando toco el estuche donde guardaba su mascara, no recordaba nada de esa noche despues del golpe o como despertó en su cama al día siguiente.

Cuando salieron fueron a una limusina bastante grande que estaba estacionada a unos metros de la entrada, al entrar se encontraron con Rot y Golden hablando con Akame, una de las colaboradoras de Rex y aparentemente una de sus asesinas mas confiables, aunque eso no era reconfortante.

Golden: eso lo explicaría, menos mal que no esta loca como Spectra —Su mano se torno gris y le abofeteo el rostro, el rubio sujeto su mano y se pregunto como era que Spectra hizo algo como eso— ¡Hola chicas!

Rot: estábamos hablando acerca del "Incidente con Ruby" buenas noticias Ruby ¡No tienes una demencia peligrosa! —La chica de ojos plateados se sentó en frente de Rot preguntándose de que estaba hablando— Akame te explica, yo lo haría pero todos en el auto se ofenden cuando digo que todos estamos locos

Akame: lo que sucedió esa noche lo llamo "Concentración Total", es una técnica que usamos los asesinos para apagar todo pensamiento y actuar solo en una misión, puede ocurrir por altos niveles de estrés, pero se puede entrenar para lograrlo —La limusina avanzaba por la carretera mientras Akame seguía explicando con lujo de detalle ese estado mental—

Al parecer la Concentración Total era una manera en que el cuerpo se defendía de una amenaza que podían manejar, a diferencia de la fragmentación que sufrió la mente del original y que creo a Golden y Spectra, ese estado era una especie de demencia controlable, en la cual podrían razonar si entrenaban lo suficiente.

Akame: debiste sufrir un shock fuerte —La asesina de ojos rojos analizo a la joven de capa roja con la mirada, incluso tomo sus manos para analizar que tipo de armamento usaba— vas por buen camino, pero debes controlar la Concentración para usarla cuando lo necesites

Yang: pero debe haber una razón de como se activo —Pensó de manera detenida en los hechos de la noche y entonces recordó a Spectra quitando la mascara de la cara de su hermana y ella parecía desconcertada— ¿Es posible que usar un articulo haga que se active?

Rex: todo es posible, pero les recomiendo que la vigilen, una vez uno de mis muchachos no entreno y tuvimos problemas, se volvió loco y casi nos mata —Se mostro indiferente, a medida que jugaba con una copa de champaña— de todas formas, con esto tengo por saldada su deuda, espero que podamos hacer negocios de nuevo 

Estrecho la mano de todas las personas y los dejo en la entrada del Gueto, todos caminaron por las calles en dirección al almacén, Ruby y Yang no tocaron el tema de su padre, por lo que prefirieron no preguntar, dejando que el camino fuera una platica sobre diferentes propuestas para la cena.

Cuando llegaron a la base se encontraron a Blake sentada afuera de la habitación de Yuki, el fauno lobo se había enfermado en la mañana y había pasado todo el día durmiendo, cosa que la chica aprovecho para poder leer sin que la interrumpiera nadie.

Fueron a la zona de entrenamiento y allí se encontraban los otros dos integrantes del equipo, Weiss practicaba con un estoque de metal, atacando un muñeco de palo en diferentes puntos que había marcado según su investigación acerca del cuerpo humano, ella aún no mataba, pero quería aprender a incapacitar w un enemigo sin tener que gastar tanta energía o Dust.

Por otra parte se encontraba Marcus, peleando contra un tipo de muñeco de madera, sus golpes estaban casados principalmente en estilo libre, usando cualquier cosa a su alcance para golpear, pero tras múltiples enfrentamientos perdidos con Yuki acudió a un maestro que le enseño artes marciales mixtas.

La base principal en la que se encontraban era el lugar más acogedor que encontraron, pero debido a la amenaza de que pudiera ocurrir algo peor se prepararon para mudarse en casi de una emergencia, aunque el equipo RWBY sentía que estaban ocultando algo y averiguaran que es aunque tengan que sobornar a Golden con dulces.

Academia Beacon

En la academia donde se enseñaba a los jóvenes para convertirse en cazadores había una movilidad considerable, todos los estudiantes estaban corriendo de un lado a otro como era de esperarse, algunos murmuraban sobre que la profesora Goodwitch los mataría por segar dos minutos tarde.

Entre todo el alboroto una figura andrajosa y descuidada caminaba en dirección a la torre donde se encontraba la torre principal, los estudiantes se movían para no chocar contra el vagabundo que estaba caminando por los bellos jardines de la institución educativa.

Ignoro las palabras de la gente que le rodeaba y llego al elevador, oprimió el boton y espero con tranquilidad a que llegara el elevador, espero con paciencia a que  llegara el cubo, escucho pasos tras él y se dio la vuelta, observando a una chica muy enojada que estaba caminando en dirección al elevador.

Ignacio entro al cubo del elevador y se quedo recargado en una pared mientras bebía una lata de café, era amargo como veneno y según investigo los que la bebían tendrían muerte prematura debido a que tenia químicos peligrosos y la prohibieron dos años atrás, su problema era que bebía veinte al día por un año y seguía mas sano que un toro.

La chica de gafas oscuras entro al elevador y oprimió el boton para cerrar la puerta, ignoraba la presencia del vagabundo, quien tenia la mirada fija en el muro, el elevador continuo avanzando hasta que llegaron a la oficina del director, Ignacio camino fuera con su cuerpo encorvado mientras terminaba su comida y arrojaba la lata a un basurero.

Se sentó en una silla como si no pasara nada y despues tomo una revista que había en el lugar, sintió una mirada sobre él pero solo la ignoro y paso la hoja de la revista, escucho a mas personas llegar, al parecer ese era un día ocupado para Ozpin, las personas pasaron a la oficina y tras casi dos horas al fin lo llamaron.

Entro a la oficina del director y se sentó frente al escritorio contando algunas monedas que sacaba de una taza que le habían dado, Ozpin lo observo con atención y se pregunto el motico por el cual metería monedas a una taza.

Ignacio: ya me agrada este lugar, me regalaron un café, me dieron dinero y me invitaron a un albergue —El director golpeo su frente, pero tras el primer sorbo de café ignoro el hecho de que Ignacio no tenia sentido común—

Ozpin: dado tu nueva posición esperaba que fueras un poco mas discreto en cuanto a tu vestimenta... tampoco es como si en tu vida escolar no usaras sandalias —Dejo su taza de café en el escritorio y entonces procedió a dar la información que Ignacio necesitaba saber— Salem esta actuando extraño, temo que en cualquier momento Beacon sea atacado, en los últimos veinte años han ocurrido tantos desastres que no me di cuenta cuando apareció gente tan poderosa 

Eso esa su principal motivación, durante veinte años aparecieron personas con poderes excepcionales, seres que de no ser porque Ozpin conocía a los dioses, podría clasificar como unos, era consiente que había gente tan poderosa que podría destruir los reinos con sus manos, pero agradecía que no parecían interesados en ese objetivo.

Ozpin: necesito de tu ayuda, ni siquiera es necesario que luches, tu mera presencia haría que Salem se lo piense dos veces antes de perder a sus fuerzas en combate —El peliblanco escucho con atención sus palabras, dándose una idea de que le esperaba— por ahora quisiera que estés en el edificio, en seis meses te presentare como profesor, pero es necesario que te familiarices con el concepto de "No matamos estudiantes"

Ignacio: que amargado te has vuelto, antes nos enviabas a misiones suicidas, recuerdo cuando Salem ataco con unos Grimm mutantes y fui el único que se quedo porque todos decían cosas sobre que era un suicidio y esas cosas —Observo una cafetera y se levanto de la silla, sacudió su taza y tras pedir permiso se sirvió dos tazas de café que bebió de inmediato— pero por lo que vi pocos tienen capacidades aceptables, este lugar esta lleno de inútiles

Ozpin: tu lo dijiste en el pasado, tiempos difíciles crean hombres fuertes y los tiempos fáciles crean hombres débiles —Bebió su taza de café y observo por la ventana de su oficina a todos los estudiantes— pero yo no los llamaría débiles, diría que aun no están en contacto con el mundo real

Ignacio: como quieras, pero te advierto que si el siguiente año no encuentro a nadie remotamente útil me largo —Se sirvió otra taza de café y la bebió hasta el fondo— logré desaparecer con facilidad, nada me impedirá irme a tierras salvajes y vivir en medio de la nada esperando al fin morír

Ozpin: se que no debo mencionar esto, pero la gente sigue necesitando esperanza —Dio un largo y prolongado trago de su café y dejo la taza vacía en el escritorio— si el siguiente año decidirás irte entonces te pediría que mientras no seas público ayudes a la gente, diez años atrás salvaste a mucha gente en Mountain Gleen y después seguiste salvando vidas

Ignacio: ¿De que sirve salvar vidas si no tienes propósito? Ya lo intente, lo e intentado, pero ahora no siento nada ayudando a la gente, me es tan indiferente como la vida de una hormiga al otro lado del mundo —Siguio su camino en dirección a la ventaja y observó el campus—

Abrió la ventana y tras sentarse en el borde se lanzó al vacío de cabeza, Ozpin observó ese acto y solamente se sirvió de nuevo café, miró en dirección al vacío y pudo ver cómo Ignacio se levantaba del piso tras dejar un cráter de tamaño considerable con la figura de su cuerpo.

Ignacio: ¡Por no me muero! —Su grito de frustración fue escuchado por todos los estudiantes en Beacon e incluso algunas personas en Vale—

Ozpin: sin duda será un año interesante —Dio otro sorbo a su taza y se recargo en su cómoda silla mientras escuchaba en el fondo a Ignacio maldecir—

Base de Cocito

Katerin estaba limpiando los cuchillos que acababa de usar en un enemigo que había capturado, aun tenia varias vendas alrededor de su pierna, pero eso no importaba en ese momento, se escuchaba el gorgoteo de sangre y la dificultad para respirar del hombre atado a la silla.

Al final se desespero y arrojo un cuchillo que atravesó el cráneo de su victima, se sentía muy molesta desde su ultimo encuentro con Harmony, todos sus planes se fueron al infierno y no tenia nada que pudiera usar para desquitarse mas alla de los pobres diablos que eran capturados y llevados ante ella.

Siegfried: siempre te pone de mal humor estas fechas, aunque no te culpo, casi morimos este día —El vampiro observó a la mujer de cabello castaño rodar los ojos y caminar en dirección a una puerta y al abrirla mostró a otro hombre que estaba maniatado— parece que estuviéramos malditos, dos veces el mismo día pero en diferentes años ¿No piensas que el destino es un cretino que le gusta jodernos a todos?

Katerin: no es solo la fecha lo que me molesta y no creo en el destino —Encadeno al hombre a una silla y lanzo varios golpes a su rostro hasta que la nariz desapareció y había un mar de sangre— tengo una racha horrible, fracase matando a una niña, Ezra se molestó y me dejó en silla de ruedas por tres días

Siegfried: se que no es mi asunto, pero estoy seguro que ese tipo necesito un acoston y relajarse —Tomo una copa alargada y se acercó al hombre—

Tomo la muñeca y con su garra corto las venas, después colocó la copa bajo la muñeca para permitir que el líquido carmesí la llenará, cuando terminó la joven castaña tomo un hierro al rojo vivo y lo coloco sobre la herida para evitar que se desangre su víctima, pero después su enojo aumento cuando Siegfried escupió la sangre y mango sus botas de trabajo.

Siegfried: avisa cuando traigas a esta gente, su sangre sabe horrible —Tomo una de las pistolas que tenía y la disparo directamente en la entrepierna del sujetó— me repugna está gente, tantos sus acciones como el sabor de su sangre

Katerin: olvídalo, no planeo seguir discutiendo esto —Dejo al sujeto desangrarse de manera natural después de que Siegfried le hubiera desintegrado toda esa región— no estoy de humor, últimamente la vida da muchas vueltas y ni siquiera causarle dolor a la gente que odio me causa placer

Tomo un trapo viejo que había en el lugar y caminó a la salida acompañada del único amigo que le quedaba en el mundo, a veces extrañaba esos tiempos dónde los cinco tenían su grupo, eran solamente unos niños jugando a ser héroes en un mundo que los mando al infierno en un solo día.

Llegó al edificio en que vivía y nadie la miraba, si pequeña figura que en algún momento causo risa entre la gente hoy en día inspiraba terror, nadie se atrevía a meterse con ella y eso le gustaba, que todos supieran que nadie debería subestimarla de nuevo o pagaría un precio terrible.

Una vez en su departamento fue directamente a su oficina para poder leer informe, leyó cada documento y apenas se enteró de la noticia arrojaban los documentos a la chimenea que había cerca, se enfocó en su tarea hasta que su Scroll vibró para notificarle de un mensaje de algún número desconocido.

Era un informé acerca de movimientos de parte de personas de interés, había una muy limitada lista de personas neutrales que podían cambiar el juego si se unían a algún bando más allá de sus vidas o ser cazadores, por lo que saber que el dios de la guerra estaba de vuelta resultó una sorpresa extraña en ese momento.

Estaba por irse a duchar para quitarse el sudor y la sangre que resultó de su trabajo cuando escuchó que alguien tocaba su ventana, ella por instinto se preparó para una pelea, estaba en el último piso y a menos que un Grimm volará hasta allí no había explicación lógica para que una persona subiera hasta ese piso por un motivo que no fuera asesinarla.

Pero cuando abrió le ventana se encontró con un hermoso ramo de lirios, pero esa era una variante peculiar, eran blancas y tenían un tono azul intenso manchado de blanco, que al ser visto con atención recordaban al invierno, solamente existían unas cuantas personas que cultivaran esa variante y solo existía una persona que se atrevería a mandarle flores sin temor a las consecuencias.

Katerin: maldito idiota, pudimos tener una vida más fácil de no ser por nuestra estupidez —Su nariz se acercó a las flores, ese día había una tormenta de nieve, solo cerró la ventana y fue a la cocina para ordenar algo de comer a la cocina del hotel—

Ezra observó a la chica de cabello castaño cerrar la ventana, el hombre de ojos dorados se sentó en la cima de un edificio cercano y miró al cielo, perdiéndose en sus pensamientos y esperanzas, solamente quedaban remanentes del hombre que fue, lo peor era que se acercaban tiempos difíciles y no podía hacer nada para enmendar el pasado, no hasta que logrará encontrar una manera de que hubiera paz.

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