#9

Espero que les guste~

La noche fue algo dura para cada uno. La cabeza de Oswald daba vueltas entre su preocupación y frustración, manteniéndose despierto hasta más allá de la madrugada, logrando dormir solo cuando su esposa adormilada lo abrazo y tarareo una suave melodía. Bendy se sentía incomodo de estar en un lugar nuevo y sin su amiga Audrey cerca, sintiéndose tan inquieto que termino por saltar de su cama y salir la habitación que el dieron, invadiendo la de Ink, quien en realidad estaba despierta por la ansiedad, ella abriendo los brazos sin mucho problema para recibirlo y terminaron por dormir juntos, algo más calmados por la compañía. Cuphead y Mugman estaban llenos de ansiedad, aun sacudidos por todo lo que había sucedido en el día, angustiados por el hecho de haber tenido que abandonar su mundo y a sus amigos, frustrados también por dejar a aquel monstruo allí, así que terminaron por juntas sus camas y tomarse de las manos, encontrando un consuelo entre ellos. Félix termino por aferrarse a su bolso, acurrucándose medio a su alrededor, esperando que eso sea suficiente para mantenerlo lejos de las pequeñas patas curiosas de los niños e intentando empujar las preocupaciones lo mejor que podía, solo queriendo descansar por un rato.

Pero a pesar de todo eso, todos lograron dormir en algún punto, lo suficiente como para que en la mañana siguiente, se sintieran descansados y un poco mejor en comparación con el día anterior. 

-Ah, que mal- Ink piensa con una mueca ligera ante el extraño ambiente que se crea cuando todos están reunidos en la sala. Hay una cierta tensión que viene de algo más allá de su complicada situación. Hay un cierto resentimiento de Cuphead hacia Bendy por el simple hecho de que es un demonio y este, al mismo tiempo, esta molesto ante la actitud ajena. Hay desconfianza pura viniendo de Oswald y Félix debido a las acciones de la taza con pantalones rojos. Mugman esta ansioso y nervioso pero también se siente algo culpable, porque no había podido detener a su hermano antes de que metiera la pata hasta el fondo. En pocas palabras, las cosas no están muy bien entre ellos.

Y en cuanto sus ojos se encuentran con quien se les esta acercando en ese mismo instante, siente que todo eso queda en segundo plano.

-Hey~- ahí esta Mickey Mouse, luciendo mucho mejor en comparación al día anterior. Aun parece algo cansado, eso no es una sorpresa, pero no tiene moretones visibles y luce un poco más animado en comparación a su estado de pánico. Aunque, la coneja solo esta aliviada de verlo despierto y recuperado, al menos, lo suficiente como para parecer más recompuesto.

-¡Mickey!- la coneja sonrío enormemente, dando un pequeño salto antes de apurar el paso al ver al ratón para poder rodearlo con sus brazos en un abrazo lleno de alivio y felicidad, él riendo apenas, apoyándose en el toque y aferrándose un poco a ella, hundiendo su rostro en su hombro. Puede que no se conocieran de mucho pero el ratón estaba feliz de verla sana y salva, además de que había estado ansiando un abrazo cálido desde que La Mancha se había presentado. No sentía que lo mereciera pero aun así, lo había ansiado con fuerza. -Me alegro tanto que estés bien~- se separo para mostrarle una amplia sonrisa, tomando sus manos para darle un apretón suave, y lo analiza, como si estuviera buscando signos que que el otro no se sentía bien o algo así. -Estas...bien, ¿verdad?- lo miro con preocupación, ladeando apenas la cabeza.

-Estoy bien, nada que la tinta no pudiera solucionar- sonrío, sintiéndose incapaz de soltarla de momento pero por suerte, a ella no parecía moléstale ese detalle. Lo que La Mancha había dicho antes aun lo persigue, haciendo que el peso de la culpa que nunca se fue realmente solo se asiente aun más en su pecho en una sensación fea e incomoda pero que decide ignorar de momento. Podrá llorar cuando volviera a su hogar, ahora, tiene otros asuntos que atender. -Lamento haberte preocupado- y de alguna manera, la culpa solo se hace un poco más pesada.

-Es lo que hacen los amigos, ¿no?- pero ella solo sonrío y él se permitió relajarse apenas en su lugar, enderezándose cuando nota algo de reojo que llama su atención. Oswald y Mickey se miran, en silencio, uno lleno de un alivio que es difícil de explicar y el otro lleno de aprensión, una escena que algunos de allí no entienden realmente.

-Que bueno que estas mejor- y al final, es el rey quien no puede contenerse, con alivio puro en su expresión y tono de voz pero parecía indeciso, jugando con las manos, como si quisiera hacer algo y no se atreviera del todo. El ratón estaba igual, sonriendo con ansiedad, apretando las manos que temblaban en un intento de contenerse o algo así. La coneja los miro, frunciendo el ceño con cierta molestia.

-Hay algo tenso entre ellos- Félix no pudo evitar murmurar, observando la extraña escena, sacudiendo bruscamente la cola.

-No tienes idea- bufo ella, con cierta burla. -Oh, por el amor al...- hizo una mueca. No sabía si esos dos estaban estreñidos emocionalmente o solo tenían dificultades de expresarse entre ellos pero al diablo, ella estaba allí y podía darles un empujón. -¡Abrácense!- su voz parece romper el raro ambiente entre ellos, sobresaltándolos pero al menos, haciéndolos reaccionar. -Vamos, no hay masculinidad toxica ni nada por el estilo- hizo un gesto, el gato bufando a su lado, el demonio rápido en acercarse para asentir con una gran sonrisa pero los hermanos solo se miraron de reojo y ella suspiro con cansancio. -Venga, uno tuvo una experiencia horrible y el otro esta muy preocupado, podemos tomarnos un momento para que se den algo de cariño fraternal y consuelo entre ustedes-

-Eres directa- bufo el ratón, divertido pero se veía aliviado también de cierta manera.

-Y metiche- agrego el conejo, enarcando una ceja en su dirección con burla ligera.

-También mandona- la coneja tarareo, luciendo orgullosa por alguna razón, mientras el gato y el demonio se reían entre dientes, el otro par de hermanos manteniéndose lejos de momento. -Ahora, adelante- hizo un gesto, insistente. -Les daremos un momento si quieren- se dio medía vuelta y camino, arrastrando a los otros dos con ella, quienes en realidad tropezaron un poco ante el repentino movimiento.

Ambos se miraron y fue Oswald quien dio un paso adelante, acortando la distancia entre ambos para poder rodear a su hermano menor con sus brazos, dejando escapar un suspiro lleno de alivio. Aun siente un cierto rencor hacia el famoso ratón, no es algo que se desvanezca después de tantos años, pero parte de eso es opacado por el ligero cariño que solo parece crecer y la preocupación mezclado con el miedo había ganado mucho terreno ante lo que había pasado. Así que por primera vez, se permite abrazar con fuerza a su hermano, lleno de alivio de que estuviera bien y aun tuvieran tiempo para conocerse.

Al mismo tiempo, Mickey siente que sus ojos arden con lagrimas emocionales que apenas esta conteniendo, hundiendo su rostro en el hombro ajeno y aferrándose, algo desesperado al decir verdad, incapaz de dejar de temblar. Había tenido tanto miedo de salir herido pero por sobre todo, había temido lo que La Mancha podría hacer y también, se estaba ahogando en culpa. Aunque en ese momento, se permitió dejar eso de lado y se hundió en el consuelo del abrazo de su hermano mayor, su pecho llenándose de una calidez ajena al corazón hecho con todo el amor de la gente.

Mientras tanto, los demás se acercaron al par de hermanos con la cabeza de taza, quienes se enderezaron un poco en sus lugares.

-¿Ellos están bien?- Mug era consiente de que se habían perdido de algo, algo importante, pero también malo y lleno de tensión por lo que podía entender, así que no se atrevió a preguntar.

-La Mancha abrió una herida que apenas estaba empezando a sanar- Ink suspiro, llena de tristeza pero estaba preocupada al mismo tiempo, no quería que esa cosa pudiera arruinar la relación entre esos dos, no cuando apenas empezaban. -Fue una amenaza para el Páramo hace no mucho tiempo y ellos lo derrotaron o bueno, pensaron que lo hicieron, teniendo en cuenta todo lo que esta pasando-

-¿Qué es "La Mancha" exactamente?- Cup enarco una ceja, en serio curioso, porque ese ser se había visto como un monstruo sacado de sus pesadillas que se llevaba todo el color y la vida a su paso.

-Un ser muy extraño- ella tarareo, sin saber como explicarse sin que sonara sospechosa o algo así. Lo que menos quería era que la miraran como si fuera alguien rara. -La magia logro mezclar la tinta con un poco de disolvente pero de alguna manera, desarrollo una conciencia propia, una muy mala- hizo una mueca. -Se alimenta del color de todo lo que este a su alcance, aunque aun no tengo idea de como pudo sobrevivir- eso era una duda existencial que había surgido al verlo.

-Y ha consumido mucho desde que todo esto empezó- Félix hizo una mueca, recordando lo descolorido que había quedado su hogar, e imaginando que algo parecido le paso a los de los demás presentes. Sintió un ligero escalofrío recorrer su espalda, erizando su pelaje, la idea de que todo el color se perdiera no se le hacia nada buena. -Bien, eso es un enorme problema-

-Me temo que si- es entonces cuando los hermanos se unen a ellos. Parecen un poco más tranquilos ahora, manteniéndose cerca el uno del otro, buscando un consuelo de cierta manera y con una tensión aun en sus hombros.

-Entonces, su majestad, ¿Qué haremos hoy?- Mugman pregunto, sonriendo con nervosismo ligero, golpeando el hombro de su hermano con fuerza para que este cambiara su expresión de molestia. La taza de rojo lo miro con el ceño fruncido pero obedeció a la orden silenciosa y se obligo a relajarse un poco, sabiendo que no estaban en condiciones de pelear entre ellos de momento.

-Lo primero que vamos a hacer es ocuparnos de los proyectores- eso es algo que había estado dando vueltas en la cabeza del rey, entre muchas otras cosas.

-El mío esta roto- Ink se cruzo de brazos, recordando haber logrado ver el estado de su proyector.

-El mío también- Félix retorció apenas sus dedos, algo ansioso al decir verdad, esperando que en algún momento eso se pudiera reparar. A su lado, Bendy hizo señas, con las manos en alto y encogiéndose de hombros con expresión confusa, en una señal de que no tenía idea de que había pasado con el suyo.

-Y el nuestro esta apagado para mantener esa cosa encerrada- Cup bufo, aun molesto por ese detalle, quejándose cuando su hermano lo golpeo directamente en el estomago. -¡Basta, maldita sea!-

-Lo hare cuando cambies de actitud, idiota- Mug no se dejo intimidar, mirándolo con el ceño fruncido, rebuscando en su bolsillo al ver que el otro abría la boca para seguir quejándose de seguro y siendo rápido en dejar caer una barra de jabón rosa dentro de la cabeza ajena, logrando callarlo. La taza de pantalones rojos se atraganto con la espuma que pronto empezó a sobresalir de la parte superior de su cabeza, tosiendo con fuerza, asqueado y con nauseas.

-Genial~- la coneja escondió como pudo su risa llena de diversión tras sus manos, con el demonio aplaudiendo con asombro notable y el gato bufo, mientras el ratón solo intentaba disimular su propia risa y el conejo suspiraba con cierto alivio.

-Volviendo al tema, ¿Qué debemos hacer con los proyectores?- Mug tenía genuina curiosidad, dispuesto a ayudar, porque sabía que había mucho en riesgo. El mundo de cada uno de los presentes estaban en peligro, incluyendo a quienes vivían allí, no podían pelearse y mucho menos por el resentimiento sin sentido de parte del tonto de su hermano.

-Necesitamos ponerlos en un lugar seguro hasta que todo el asunto de La Mancha se solucione- el rey anoto lo del jabón en el fondo de su mente, dispuesto a usarlo en el futuro cercano si lo necesitaba. -Los proyectores no están hecho para ser tan poderosos pero fueron modificados y mejorados, aunque no sé hasta que punto. Gus necesitara tiempo para revisarlos y arreglarlos en todo caso para que cada quien pueda volver a su mundo- ya se sentía un poco mal por el Gremlin, quien siempre se ponía ansioso con tareas como esa. -Sería bueno que los trozos de los rotos no se perdieran y no se necesita que otros se rompan, así que los pondremos en un lugar seguro de momento- miro a la taza de azul, quien ladeo apenas la cabeza, esperando a que el conejo continuara. -En el caso del suyo, tendrá que ser puesto en un lugar cerrado de momento, donde nada pueda activarlo-

-Oh, ¿Crees que La Mancha puede controlar a sus creaciones desde otro mundo?- la coneja recordó a aquellas cosas que salieron de la tinta. Pequeños peones de una mente colmena que obedecían a su líder de seguro.

-Eso es lo que temo- Oswald bajo las orejas, frunciendo apenas el ceño. Debió haberse encargado de eso el día anterior, o al menos haber enviado a alguien para que guardara esa cosa, pero había estado demasiado agotado en todos los sentidos como para siquiera pensar en ellos hasta la madrugada. -Mientras hacen eso, tengo que asegurarme de ningun otro toon haya desaparecido y llevar a todos a un lugar más seguro- es el rey, tiene que llevar a su gente a otro lugar para que pudieran estar relativamente a salvo, mientras su pobre esposa lidia con sus hijos.

-Bueno, supongo que me toca volver al basurero- Ink se lleno la mano a la cintura, luciendo más divertida que enojada por alguna razón. -Solo espero que esas cosas no hayan logrado derretir la caja en la que estaban encerrados- solo al recordar esas cosas es que hizo una mueca.

-Puedo ir contigo, por seguridad- Mickey hablo, rebuscando en su bolsillo y sacando el pincel.

-¿Estás seguro?- el conejo lo miro con preocupación.

-Quiero ayudar- sonrío, incapaz de luchar contra la calidez de lo invadía ante la preocupación de su hermano mayor, incluso si había una voz en el fondo de su cabeza y que imitaba a La Mancha que le recordaba que no se merecía eso.

-Si tu lo dices- suspiro con resignación. Había esperado que el ratón se quedara a descansar un poco más o algo así, pero tenía que recordar el carácter de su hermano, ese que logro ver mientras recorría todo el Páramo para ayudar a todos los que podía. Incluso si quería, Mickey no era del tipo de ser que se quedaba de brazos cruzados ni nada por el estilo.

-¡No te preocupes, Oswald!- la coneja salto, rodeando los hombros del toon famoso con uno de sus brazos y mostrándole al rey una sonrisa radiante. -Me asegurare de que nada le pase~- inflo el pecho con total confianza y el conejo no pudo evitar que eso le recordara un poco a sus hijos, cuando querían lucir como adultos o algo así.

-Bueno, supongo que puedo confiar en ti con eso- sonrío con diversión cariñosa y extendió su puño que ella no dudo en chocar, luciendo encantada por la confianza, con un aura casi brillante a su alrededor.

-Bueno, en ese caso, nos toca las alcantarillas- Félix rebusco en su bolso mágico, mientras Cup luchaba por levantarse y hacia muecas ante el sabor a jabón que le había quedado en la boca, las burbujas y espuma de su cabeza empezando a bajar pero eso no le impidió mandarle una mirada de muerte a su hermano, quien le saco la lengua en un gesto infantil. -Bien, tengo cajas para los proyectores rotos-

-¡Genial!- Ink parecía haber dormido tan bien que su pequeño cuerpo estaba lleno de energía. -¡Es hora de aventura!- tomo las manos de Bendy, cuya sonrisa se agrando al mismo tiempo que sus ojos se iluminaron, y le sonrío enormemente. -¡Vamos por esos proyectores!- incluso si era algo tan simple como eso, ella estaba contenta de poder hacer algo.

Pero también, mirando de reojo como la expresión del ratón decaía al no ser visto en algo lleno de pesadez y culpa, ella esperaba poder tener un momento para hablar con él. Alguien parecía necesitar una charla de animo y aunque no sentía que fuera lo mejor para ellos, estaba dispuesta a intentarlo.

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