#6
Espero que les guste~
Nota: Recuerden, mi intención no es hacer un copia y pegue de lo que alguna vez hice, por eso hay muchas cosas nuevas y diferentes pero aun así, en serio espero que lo estén disfrutando ^_^
Nota-2: Y disculpen cualquier error que cometa, aun tengo muchos problemas de atención T-T
Nota-3: También, como una aviso en si, ya no escribo shipp al decir verdad pero como siempre, cada quien puede tomarlo como quiera, siempre respetando el gusto ajenos :3
Mickey, al contrario de la creencia popular, también tiene sentimientos negativos. Tristeza, frustración, ira, enojo, ansiedad, nerviosismo, hasta siente miedo y terror a veces. Rayos, a estado al borde de sufrir un ataque de pánico más veces de lo que le gustaría a lo largo de toda su existencia. No es inmune a todo eso pero aprendió, más bien se obligo a aprender, a como empujar eso en lo más profundo de su mente hasta que quede en el olvido o al menos, por un momento. Sus amigos siempre le señalaron que eso era algo poco sano, que debería permitirse sentir cosas negativas y tomarse un descanso de vez en cuando pero con sus horarios y deberes, eso realmente no era posible.
Además, Mickey Mouse tenía que ser una imagen positiva y amble, siempre sonriente, así que realmente no tenía oportunidad de poder desmoronarse o algo así.
Pero a tenido malos momentos en el pasado, situaciones en donde no puede olvidar lo que siente y se hunde en un mar de sentimientos horribles que lo abruman, ahogándolo de cierta manera. Esta es una de esas veces. Esta temblando, sin poder apartar realmente el miedo que recorre aun su cuerpo, su corazón late muy rápido y su respiración es corta, jadeando, sintiendo que es incapaz de llevar todo el aire que necesita a sus pulmones. Hay lagrimas que no puede detener, sus sollozos ahogados, reconociendo que se esta medio sumergiendo en un ataque de pánico. Es uno malo, cree que esta en la lista de sus peores hasta el momento.
-Mickey- Oswald se arrastra hasta su hermano, angustiado y preocupado, sus manos flotando porque temía tocar al otro y empeorar las cosas.
-O-Ozzy- es la primera vez que usa el apodo sin corregirse a si mismo, sin poder hacerlo al decir verdad, y se tambalea al moverse, incapaz de recomponerse pero es suficiente para que el conejo se anime a acortar la distancia, rodeando a su hermano con sus brazos para poder abrazarlo con fuerza, dejando escapar un tembloroso suspiro.
-Esta bien, esta bien- levanta la vista cuando nota algo de reojo, encontrándose con la mirada triste y la ligera sonrisa amable del gato que le extiende un pañuelo que duda solo un segundo en aceptar. -Todo estará bien, estará bien- se repite a si mismo, moviendo al otro lo suficiente para limpiar su rostro como puede, mientras el ratón se queja un poco y se vuelve acurrucar en cuanto tiene la oportunidad.
-...todo me duele- no puede evitar admitir y eso solo logra que Oswald se siente un poco más desesperado.
-Lo sé, lo sé- se aferra tan fuerte como se atreve, sin querer lastimarlo, ignorando el detalle de que es la primera vez que abraza a su hermano desde que se conocieron.
-Mickey no esta en condiciones de seguir tras esa cosa- Félix se levanta, acomodando su fiel bolso en un gesto algo nervioso, agitando la cola de manera brusca y acercándose a la coneja que los mira con preocupación. -Pero eso esta yendo a otro mundo y creo que se esta haciendo más fuerte, eso tampoco es bueno- y ahí esta el problema. No pueden detenerlo, no de momento, pero tampoco pueden dejar que esa cosa siga como si nada atacando mundos solo para hacerse más grandes porque terminara por consumir el Páramo y así, todo iba a terminar mucho antes de que pudieran siquiera intentar algo.
-Esto es malo- ella bajas las orejas, pasando sus manos por su pelaje antes de acariciarlas con aire ausente, estrujando un poco su cerebro en busca de alguna idea. -Puedo ir tras él, mientras ustedes llevan a Mickey al castillo para que descanse- esta aterrada pero en ese mismo instante, esa muy molesta, aunque no lo suficiente para lanzarse de cabeza a pelear contra la criatura.
-¿Qué?- se erizo apenas. -¿Estas loca? ¡Esa cosa es peligrosa!- eso es estresante. Un monstruo que no parece tener ningun tipo de limite moral o algo por el estilo, no tienen idea de que sería capaz pero no quería imaginarlo, no después de verlo lastimar a su amigo. -No tienes idea de que podía hacerte-
-Lo sé, lo sé pero esta destruyendo otro mundo en este mismo instante y convirtiendo toons inocentes en piedra- el demonio los mira con preocupación, retorciendo su cola, solo siendo capaz de mirarlo en silencio y algo asustado. Todo su mundo cambio de repente y están en peligro, eso es aterrador para el pobre. -Solo...quiero ver si podemos conseguir que alguien más nos ayude- porque la unión hacia la fuerza, ¿no?
-Ah, supongo que tienes un punto- el gato no estaba muy seguro de ello, cansado al decir verdad, pero cree que puede entender lo que ella quiere decir. Salvar a alguien, aunque sea a uno, y que este dispuesto a ayudar, eso era mejor que no hacer nada. -Solo...ten cuidado, ¿si?- él rebusca en su bolso, sacando una pequeña bolsa de colores que no duda en entregar y ella lo acepta, curiosa, sus ojos brillando al darse cuenta de que en su interior había galletas. Con todo lo que sucedió, había logrado olvidarse que tenía hambre por un segundo. -No intentes enfrentar a ese loco, ¿entendido?- saca esta vez sándwiches empaquetados y la coneja no puede evitar bufar con diversión mientras los acepta.
-Si, mamá- lo dice en forma de burla cariñosa, agradecida. -Prometo que no me enfrentare a esa cosa y no hare ninguna tonteria- eso no era realmente su intención, sin importar cuan molesta estuviera, no era lo suficientemente tonta como para enfrentarse a algo así por si misma y sin siquiera un plan de algún tipo.
-Bien- asintió, satisfecho, mirando de reojo al demonio. -Nunca supe tu nombre- se dio cuenta con una mueca de vergüenza.
-Su nombre es Bendy- Ink se encogió cuando el gato lo miro con curiosidad, en una pregunta silenciosa bastante obvia. -Estaba en uno de los carteles, en el estudio- una mentira piadosa que solo el propio demonio parece notar porque la mira con los ojos bien abiertos, confundido y sorprendido, pero el gato esta demasiado cansado para pensar mucho en eso y termina por asentir.
-Ok, al menos, tenemos su nombre- suspiro. -¿Quieres venir con nosotros, Bendy?- este se sobresalta un poco, mirando entre ambos con cierta indecisión antes de enderezarse, moviéndose para pararse junto a la coneja y rodear una de sus muñecas con su final cola, luciendo casi como un niño orgulloso de haber tomado una decisión. -Supongo que no- tarareo, un poco aliviado de que ella no fuera sola y un poco demasiado cansado para pensar más allá de eso.
-¿Están seguros de lo que están por hacer?- Oswald, quien había estado escuchando su conversación, habla y llama su atención. Luce preocupado, mirando a su hermano que en algún momento cayo inconsciente, y suspira con cansancio, limpiando con cuidado las lagrimas que manchan el rostro ajeno, acunando al menor entre sus brazos. -...yo debería ir con ustedes- esas palabras le saben amargas, lo suficiente como para que arrugue la nariz con ligero disgusto, sintiéndose incapaz de dejar a su hermano fuera de su vista.
-Quizás pero no necesitas hacerlo- Ink sonrío enormemente, sabiendo que el otro solo quería cuidar de su hermano, y podía respetar eso. -Estaremos bien, en serio que si- se llevo las manos a la cintura, aparentando más valentía de lo que realmente sentía. Esa cosa le daba miedo pero no quería imaginar lo que estaba haciendo en otro mundo lleno de inocentes y quería al menos tener más toons de su lado que estuvieran dispuesto a enfrentar esa cosa. -No te preocupes, ¿si? Estaremos bien- lo dijo con toda la seguridad que pudo, esperando que el otro pudiera tranquilizarse un poco con eso.
-Confiare en ti en eso- le mostro una sonrisa pequeña, aun no del todo convencido pero dispuesto a dejarla al parecer seguir con su idea. Siente un escalofrió al pensar en La Mancha que se debe estar haciendo más fuerte mientras hablan y desea con cada fibra de su ser que su gente no resultara herida, muchos ya habían sido estatuas por años, no merecían sufrir eso una vez más. Suspiro, moviéndose para poder alzar a su hermano, levantándose con mucho cuidado. -No hagan ninguna tonteria, ¿si?- los mira, luciendo como un padre que les esta advirtiendo a su hijos y ambos se enderezan, asintiendo con entusiasmo. -Bien, mucha suerte- parece algo culpable mientras se aleja, de seguro queriendo acompañarlo pero poco dispuesto a hacerlo al mismo tiempo, sentimientos contradictorios.
-Tengan cuidado- Félix los señalo con seriedad.
-Si, señor- hizo un gesto, casi como un saludo al estilo militar, y el pequeño a su lado no dudo en imitarla, asintiendo con seriedad pero luciendo adorable de alguna manera. El demonio y la coneja se quedaron allí, observando al conejo volar con ayuda de sus orejas para volver por donde vinieron, logrando llevarse al gato y al ratón de alguna manera, desapareciendo de sus vistas en poco tiempo. -Bien, hay que seguir- asintió, dando media vuelta, en dirección a donde vio esa cosa irse. -Solo espero que ese monstruo no haya sido tan rápido o tendremos problemas- se detuvo en seco cuando el otro se movió para pararse frente suyo, con el ceño fruncido. -¿Qué?- se llevo algunas galletas a la boca, frunciendo apenas el ceño mientras el demonio la señalaba de manera acusadora. -Bien, si, mentí pero fue lo mejor que se me ocurrió- Bendy enarco una ceja. -Sabía tu nombre desde antes, es todo lo que diré- lo esquivo, empezando a caminar una vez más, el otro haciendo un puchero ligero antes de apresurarse a pararse a su lado.
Bendy la señalo con el ceño fruncido, haciendo otra serie de señas, mientras ella lo mirada de reojo y masticando uno de los sándwiches.
-Eres un demonio de tinta- recordó ese detalle y él lucio sorprendido por unos segundos antes de asentir, agitando la cola. -¿Eso significa que tienes una cierta conexión con la tinta en general?- un nuevo asentimiento y eso podía explicar un poco el extraño actuar que había tenido el demonio cuando La Mancha se presento sin que se dieran cuenta. Eso podía ser útil. ¿Eh?- Bendy la señalo, haciendo un énfasis y luego a su alrededor, como si estuviera diciendo "no encajas aquí" o algo así. -¿Sabes que no soy un toon realmente?- él hace una expresión llena de alivio al ser entendido y ella bufa. -Bueno, te diré que es cierto. No soy un toon, al menos, no como Oswald y los demás- acepto sin mucho problema porque esa era la verdad, algo que aun no tenía muy en claro como explicarle eso a nadie. Era complicado. -Pero sé que tu tampoco- le extendió uno de los sándwiches, el demonio abriendo los ojos con sorpresa, como si no hubiera esperado que alguien supiera ese detalle. -Te lo explicare después, no te preocupes- él acepto lo que le daban, dándole un mordisco, asintiendo una vez más. Estaba dispuesto a esperar al parecer para tener una explicación completa.
En todo caso, volviendo a su tema principal, no tardaron mucho en encontrar otro proyector más adelante y para su alivio, aun estaba encendido, quizás si tenían mucha suerte esa cosa aun estaba dentro y no rondando por alguna parte del Páramo.
-Muy bien- se comió lo que quedaba de su comida, guardando la pequeña bolsa de galletas en uno de los bolsillos de sus shorts, limpiándose las mejillas y las manos con rapidez. -¡Hora de aventura!- salto hacia la pantalla mágica, Bendy alterado por unos segundos al quedarse solo y rápido en meter lo que le quedaba de su comida a la boca, saltando tras ella, sin querer perderla de vista.
Ella tropezó al llegar al otro lado y cayo de sentón, mientras él termino casi de cara en el suelo al perder el equilibrio del todo.
-Oh, cielos...- ambos hicieron una mueca cuando se enderezaron y pudieron ver su entorno. En su mayoría, se notaba de lejos que la mayoría de allí era una especie de bosque con caminos marcados en el suelo y pequeñas casa a su alrededor pero con enormes zonas incoloras, transparentes en este punto, todo estropeado por los charcos de tinta que manchaban lo que quedaba de césped verde y de donde salían esas criaturas cuya saliva parecía disolvente puro, que parecían consumir el color que quedaba. -Esto no es bueno- reconoció el lugar y le dolía el corazón por aquellos que vivián allí, sin poder ver el alcance total de lo que pudo hacer La Mancha hasta el momento pero sabiendo que estaba haciendo mucho daño. -Y esto esta peor- se enderezo cuando un par de las esas criaturas se volteo a verla, salivando aun más de alguna manera, de seguro hambriento por la forma en la que se estaba agazapando. Su martillo apareció justo cuando eso se lanzo sobre ambos y ella lo aplasto con fuerza, haciendo una mueca cuando algo del disolvente salpico justo en el dorso de su mano. -Auch, eso duele- su dorso tenía una mancha verde de disolvente que le estaba ardiendo, casi quemando, pero en su mayoría, su piel y pelaje aun estaban bien.
Bendy se sobresalto, con expresión de pánico, agitando las manos y rebuscando en los bolsillos de su ropa hasta sacar un pañuelo, tomando la ajena para poder limpiar aquello, mirándola con preocupación.
-Estoy bien, estoy bien. Solo...me quemo- estaba sorprendida al decir verdad, no pensó que algo como el disolvente pudiera lastimarla. -Supongo que, aunque no soy un toon por completo, aun estoy hecha de tinta- él asintió, entrelazando los dedos, en una señal de que su tinta estaba mezclado con algo más. -Ok, es bueno saberlo- tarareo, iba a tener más cuidado a partir de allí, acariciando con suavidad la zona en un intento de desvanecer del todo la sensación de ardor.
Bendy toco su brazo, llamando su atención, levantando las manos y mirándola con confusión, como si estuviera esperando que le dijeran que iban a hacer a continuación.
-Hay un par de hermanos aquí que son capaces de disparar con los dedos- recordó para que estaban allí, ambos empezando a caminar. -Podrían ser de mucha ayuda, en especial con las criaturas. Es mejor lidiar con ellas a larga distancia si escupen disolvente de esa manera- el demonio asintió, de acuerdo con sus palabras, siguiéndola porque él no tenía idea de a donde deberían ir.
A parte de zonas transparentes y charcos de tinta cuyas criaturas se comían el color que quedaba, había estatuas, una flor gigante y con espinas que parecía estar gritando con ira, una especie de cebolla muy grande que parecía estar llorando abiertamente mientras una zanahoria le gritaba y un papa solo rodaba los ojos con fastidio al parecer. Y una más en la que Ink no pudo evitar detenerse, una especie de cáliz con vida y que usaba falda, cuya expresión mostraba sorpresa total, las manos acunadas contra su pecho.
-Ah, pobre- bufo al verla. -No le deseo esto a nadie- golpeo ligeramente la superficie de piedra, tarareando para si misma, pensativa mientras la analizaba y Bendy la miraba con curiosidad. Ella lo medito por un segundo, sin poder empujar la repentina necesidad que la invadió. -Pero no puedo negar que no me agradas del todo- metió la mano en su bolsillo, sacando ante la atenta mirada del demonio un fibrón negro, que no dudo en destapar y usarlo para dibujar en el rostro de la estatua.
Bendy se escandalizo, sin haber esperado al decir verdad que ella hiciera algo así, moviendo las manos en grandes gestos y haciendo muecas en un intento de que la coneja lo mirara, esperando poder detenerla, pero ella solo hizo un gesto ligero con la mano.
-Déjame- admiro lo que hizo y se permitió dejar escapar una carcajada para si misma, orgullosa de su arte repentino. Estaba más que segura de que Chalice iba a estar furiosa cuando se viera en un espejo, le encantaría poder estar presente para ver su reacción.
-¿Qué estas haciendo?- ahí fue cuando la coneja levanta la mirada, desviándola de su momento artístico y notando entonces que había alguien más allí. Tiene cabeza de taza y pantalones azules, su expresión llena de confusión y logrando lucir perdido, sin entender sus acciones al parecer. Ella apretó su fibrón con aprensión, sin haber esperado encontrar a uno de los hermanos tan pronto y mucho menos mientras estaba haciendo una maldad. Al mismo tiempo, Bendy se sobresalto ante el desconocido, moviéndose para esconderse detrás de su amiga, quien se paro un poco más derecha y se dispuso a cubrirlo por seguridad.
-Estoy dibujando en su rostro- se encogió de hombros, aparentando tranquilidad, mientras en su mente estaba gritando como una loca llena de pánico. Estaba segura de que para él, no era la mejor primera impresión que una desconocida total le estuviera rayando el rostro a la estatua que era tu amiga.
-¿Por qué?- él ladeo la cabeza, mirándola fijamente en espera de una respuesta, y la coneja miro a su alrededor, casi como si estuviera buscando una vía de escape. Estaba deseando con todo su corazón que el otro no estuviera molesto por sus acciones y decidiera dispararle a lo loco o algo así, eso si que sería mala suerte a estas alturas.
-Vi la oportunidad y no pude desaprovecharla- hizo un gesto con su mano libre, tirando el fibrón a un lado, como si se estuviera deshaciendo de la evidencia, y sonriendo tan grande poco pudo, sin poder ocultar del todo su orgullo por lo que hizo, incluso si estaba algo avergonzada por haber sido agarrada con las manos en la maza.
Por unos segundos solo se miraron entre ellos, la coneja sintiendo que sudaba de manera caricaturesca por los nervios mientras esperaba la reacción ajena y la taza pareciendo analizar la situación en un intento de salir de su confusión al parecer. Y de repente, él rompió el silencio entre ambos con un bufido apenas contenido, el sonido dando rienda suerte a una carcajada llena de diversión notable que la tomo por sorpresa.
-Y yo que pensé que estaría enojado- murmuro para si misma con sorpresa, obligándose a relajarse un poco en su lugar, sintiendo que una sonrisa pequeña se dibujaba en su rostro. La risa de Mugman se le hizo contagiosa, lo suficiente para reemplazar su aprensión por diversión ligera y tentativa.
-Lo siento, lo siento- él hizo un gesto, luchando por intentar apagar su risa, acercándose con pasos lento e Ink solo pudo verlo, sus orejas cayendo por encima de sus hombros con ciertos nervios, retrocediendo apenas un paso y usando su mano para empujar a Bendy un poco más detrás de si, sintiendo como este se acurrucaba contra su espalda, lleno de timidez y miedo. -Eso fue...- se calmo un poco pero en cuanto miro el rostro de la estatua y noto lo que ella hizo más de cerca, no pudo evitar reír nuevamente, divertido de una manera muy genuina.
Al decir verdad, la situación era rara, más para uno que para el otro de seguro. Él no la conocía, su rostro no se le hacia siquiera familiar y el hecho de que ella no fuera de por allí solo lograba que tuviera más preguntas en su mente, pero por alguna razón, en medio de toda la tensión en la que estaba, ver su expresión de haber sido tomada por sorpresa a la hora de hacer una travesura, que se tomara el tiempo para rayar el rostro de una estatua a pesar de todo el desastre y caos a su alrededor, le resulto extrañamente divertido de una forma que no podía explicar del todo.
-Ha sido un mal día- al fin logro decir cuando pudo calmarse, mirándola con una suave sonrisa y ojos brillante, con alivio notable en su expresión, a lo que ella solo pudo devolverle la mirada con los ojos bien abiertos al no saber como reaccionar de momento. -Pero esto me animo un poco- se enderezo un poco más en su lugar, mostrando una gran y animada sonrisa. -Gracias~-
-F-Fue un placer- la coneja se tapo la boca con vergüenza cuando su voz se rompió, logrando que él bufara una vez más, algo divertido por el sonido y el nerviosismo ajeno al parecer. Ella levanto las orejas con sorpresa cuando sintió un empujón contra su espalda, rápida en mirar a su compañero, el demonio que se estaba asomando con mucho cuidado desde su escondite y ahora la miraba con preocupación, con una pregunta silenciosa en sus ojos negros. -Me tomo por sorpresa- sus mejillas ardían por haber sido tomada con la guardia baja cuando se suponían que estaban en peligro. -No le digas de esto a los demás, ¿si?- Bendy pareció divertido, enarcando una ceja en su dirección, y ella estaba segura de que si pudiera hablar, estaría haciendo comentarios burlones. -¡N-No me juzgues!- empujo su rostro en un intento de dejara de mirarla, él riendo al parecer, luchando por liberarse.
-Es un demonio- la taza de pantalón azul hablo, logrando que ambos lo miraran con los ojos bien abiertos, ella sonriendo con nerviosismo y él encogiéndose apenas en su lugar con ansiedad pero sus ojos brillan con encanto y admiración ante los colores que el otro presenta. -¿No es peligroso?- frunció apenas el ceño, aprensivo pero no parecía dispuesto a atacar y ella lo iba a tomar como una bendición.
-No, no, no- se apresuro a decir, agitando las manos frente a ella. Se había olvidado por completo que esos hermanos habían tenido problemas con un demonio muy particular o habría obligado a su amigo a irse con los demás, se sentía tonta por no haber recordado ese detalle. -Escucha, sé que es un demonio y todo eso pero es inofensivo, lo juro- junto las manos, mirándolo con ojos suplicantes, esperando no tener que aplastar al otro con su martillo ni nada por el estilo. La taza solo los miro, analizándolos en silencio, como si estuviera dudando entre creerles o seguir aquello que su propio mundo le enseño. -Soy Ink- se presento. -Y él es Bendy- decidió enforcar las cosas de otra manera, haciendo un gesto ligero, y aunque el demonio no estaba del todo confiado, obedeció, aparándose a su lado. -No puede hablar pero siempre esta encantado de conocer a alguien nuevo, ¿no?- apoyo la mano en la espalda de su amigo, sonriéndole, un gesto que él le devolvió antes de mirar al de cabeza de taza y tragar en seco, haciendo un pequeño gesto.
-¿Estás segura?- la miro, aprensivo, relajando su expresión al verla asentir. -En eso caso, voy a confiar en ti- su desconfianza desapareció, mostrándose amigable al mirar al demonio, suyos ojos se iluminaron cuando recibió una sonrisa. -Es un gusto, Bendy. Soy Mugman- extendió su mano, el demonio luciendo encantado ante el tono amarillo que este tenío, la taza riendo ante la expresión ajena llena de encanto que se mezclaba con confusión. -Tienes que poner tu mano, amiguito- hizo un gesto y Bendy parpadeo, obedeciendo, su cola moviéndose con alegría al mismo tiempo que una sonrisa se dibujaba en su rostro ante el contacto amigable.
Ink, que los había estado mirando con atención y expectante, suspiro con alivio. Al menos, uno de los hermanos no reacciono mal, iba a tomar eso como un punto a su favor. Solo podía esperar que el otro fuera igual o tendrían problemas.
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