#13

Espero que les guste~

Nota: En este punto, y después de esta historia, no tengo muy en claro que voy a hacer a continuación pero ya iré viendo xD

Oswald abre la puerta del castillo, dejando escapar un largo suspiro, bajando las orejas para poder pasarse las manos por la cabeza y rascarse con cierta ansiedad, alborotando un poco su pelaje en el proceso, avanzando casi arrastrando los pies en el proceso.

-¿Estás bien, mi amigo?- Gus se mantiene cerca del conejo, con el rostro lleno de preocupación y las manos flotando, como si si estuviera preparado para ayudar al otro a seguir avanzando o algo así.

-Estoy muy cansado- esta agotado más bien. No logro dormir mucho en los últimos días desde que empezó todo el asunto del monstruo y los proyectores que conectaban a otros mundos, su cerebro funciona a gran velocidad, en busca de respuestas que realmente no esta consiguiendo (¿Cómo es que esa cosa sobrevivió? ¿Estuvo escondido todo este tiempo, asechando en espera de recuperar su fuerza? ¿Cómo rayos logro modificar los proyectores y por qué razón?) y la tensión que solo es alimentada por su estrés empeora con cada minuto que pasa porque, incluso si La Mancha esta encerrado en otro mundo sin la tecnología para volver por su cuenta, aun es una gran amenaza que se cierne sobre todos ellos. -Y estoy arto- detesta a ese maldito monstruo que había arrasado con su hogar durante mucho tiempo.

-Lo lamento- el Gremlin siente tristeza ante eso pero también cierta empatía, porque entiende de donde viene el conejo. Además, el mismo esta un poco arto ante la presencia de La Mancha que parece negarse a abandonar del todo el Páramo. -¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte?-

-Ah- parpadeo, acariciando sus sienes en un intento de alejar el ligero dolor de cabeza que amenaza con invadirlo, mirando de reojo a su amigo. Los Gremlins se habían encargado de llevarse a todos los habitantes lejos de Ostown y la Montaña Mickeybasura, en un intento de que estuvieran lo más seguros posibles en caso de que hubiera más criaturas rondando, así que podía fingir que eso era una preocupación menos. -¿Puedes encargarte de esos?- señala el montón de cajas acumuladas a un lado que tardo unos vergonzosos minutos en notar. Puede ver nombres escritos en negro encima del cartón, señalando a quien le pertenecía lo que estaba dentro, un buen detalle para quienes tenían que arreglarlos. -Solo...recuerda no encender el de Cuphead, ¿si? Esa cosa aun esta encerrado en su mundo-

-Oh, por supuesto- asintió sin pensar, siempre dispuesto a ayudar, incluso si era en algo que se sentía tan pequeño en su mala situación. -Me asegurare de que esto este a salvo y pondré una advertencia de no "activar"- se acerco a las cajas, ya sacando algo de su bolsillo para hacer lo que dijo, escribiéndolo en letras grandes.

-Gracias, Gus- le mostro una sonrisa pequeña pero genuina y él Gremlin le devolvió el gesto, deseándole suerte antes de tocar las cajas y teletransportarse con ellas, el conejo permitiéndose relajarse un poco más en su lugar. Con eso fuera del camino, tenía un problema menos del que preocuparse.

-¿Estás bien, conejito?- Hortensia aparece entonces, con expresión suave llena de cariño y preocupación por su marino, acercándose para acunar su rostro entre sus manos, acariciando sus mejillas con suavidad al sentir que él se apoyaba en el toque. El rey alza sus propias manos para ponerlas sobre las de su esposa, cerrando los ojos por unos segundos, una calidez llenando su pecho que le permitió respirar profundo y tararear.

-...necesitaremos unas largas vacaciones después de esto- Oswald abrió los ojos para mirarla, comentando aquello en una forma de burla llena de cansancio y sinceridad que la hizo bufar con diversión ligera.

-Oh, totalmente- se paro de puntas para besar la frente ajena, agitando su cola con encanto. -Podemos dejar a los niños con Donald, Daisy y Goofy, ¿no lo crees?- esos tres animatronicos eran un desastre cuando se trataba de sus pequeños conejitos traviesos. La última vez que aceptaron cuidarlos, ellos encontraron a los robots desarmados y con solo sus cabezas sobre uno de sus sillones, con sus piezas escondidas en diferentes partes del Páramo de alguna manera. Fue divertido, incluso con los reclamos de parte del perro y las maldiciones que apenas se entendían de parte del pato. Estaba segura de que podrían engañarlos para hacer de niñeros si necesitaban.

-Me odiarían- rio apenas, inclinándose para besar la mejillas de su esposa, lleno de alivio de tenerla allí. Había sido muy difícil y solitario cuando fue convertida en piedra, algo que en serio desea que no se repita, no cree que pueda soportar algo así otra vez. -Hay que hacerlo- y ambos ríen entre ellos, el conejo sintiendo que algo de la tensión lo abandona por un momento. Juntan sus frentes, permitiéndose fingir por unos segundos que realmente no hay ningun tipo de problema, encontrando un consuelo en la calidez del otro y él sonriendo al escucharla tararear con suavidad una melodía al azar, le sensación llena de amor creciendo en su pecho.

En serio, la amaba.

-¡Hey!- se separaron ante el reclamo, una voz que parece venir de su cocina. Sonaba como Ink, la única otra voz femenina entre ellos, sin contar a la felina. -¡Manos fuera de mis panqueques, tonto!- se escucha una risa victoriosa, quizás de Cup, que es interrumpida y pronto, se convierte en un quejido, por haber sido golpeado lo más seguro.

-¿Panqueques?- Oswald toma las manos de la felina, enarcando una ceja con curiosidad, ya se estaba preguntando donde estaban los demás si es que habían llegado antes que él.

-Oh, fue idea de mi gemelo- Hortensia bufo, divertida ante la expresión que el gato había usado para presentarse cuando se conocieron en forma de chiste, con el conejo rodando los ojos con burla ligera ante eso. -Félix saco muchos ingredientes de ese bolso suyo y se ofreció a hacer panqueques. Dijo que era una buena forma de animar a todos-

-Animo en forma de panqueques- tarareo para si mismo, levantando las orejas y sonriendo ligeramente al escuchar una risa muy familiar, reconociendo que era su hermano. -Eso suena muy bien-

-Ve y come un poco, cariño- beso la mejilla del conejo con suavidad, mostrándole una sonrisa al mismo tiempo que le daba un ligero apretón a la mano ajena. -Voy a ir a ver a nuestros hijos y me asegurare de que no estén haciendo travesuras- los pequeños conejos de tonos celestes de seguro estaban inquietos por las ordenes de sus padres de quedarse dentro del castillo pero estaban obedeciendo debido a la seriedad que mostraron y eso era suficiente para ellos, incluso si lo más seguro es que estuvieran haciendo travesuras o preparando bromas.

-Suerte con eso- se despidió de ella, agradecido una vez más por tenerla en su vida, y se dispuso a avanzar, haciendo una ligera mueca ante el estado de su cocina. Había manchas de harina en ciertas superficies y un par de huevos estrellados contra la mesada pero al menos, todos estaban allí presentes, reunidos en la mesa y luciendo energéticos. -¿Se divierten?- sonrío sin poder evitarlo. Era casi como un día cualquiera pero en vez de 420 pequeños niños revoltosos y llenos de energía infantil, estaba rodeado de toons de diferentes lugares, que parecían estar peleando entre ellos por los panqueques acumulados en medio de todo.

-¡Ozzie!- Mickey se ilumino al verlo, haciendo una mueca para si mismo y sacudiendo bruscamente la cabeza, luciendo por un segundo como si se estuviera reprendiendo a si mismo. -¡Oswald!- sonrío enormemente y el conejo tarareo, divertido ante la extraña tendencia que tenía el ratón por corregirse, aunque preguntándose de donde había salido el apodo. -¿Quieres panqueques?- hizo un gesto hacia la silla vacía que estaba a su lado, con un plato y cubiertos listos, como si lo hubieran estado esperando.

-Claro- se acerco, sentándose, agradeciendo por los panqueques que pronto llenaban su plato y de momento, se permitió comer, tarareando con encanto ante la textura esponjada y el sabor delicioso, bufando para si mismo ante la escena a su alrededor. Bendy parecía estar intentando llenarse la boca hasta más allá de su limite e Ink estaba tratando de convencerlo de que comiera con más tranquilidad, aunque se estaba riendo entre bocados. Cup y Mug, como dignos hermanos, parecían estar robándose entre ellos y peleando por los panqueques del otro, alegando que robados eran mucho más delicioso entre todo ese desastre. Y Mickey estaba intentando comer, sonriendo e intentando amortiguar su risa lo mejor que podía, divertido.

-Lamento mucho el desorden- Félix se sentó, sonriendo con cierta vergüenza, intentando limpiar sin mucho éxito las manchas blancas de harina de su paraje y usando un delantal amarillo con lunares negro, el mismo patrón que su bolso.

-Nha, no te preocupes- hizo un gesto ligero de desinterés, sin estar realmente molesto. -Tengo 420 niños, esto no es lo peor que le a pasado a nuestra cocina- y eso era la verdad. Tener tantos niños, todos de la misma edad y que nunca parecían crecer realmente, los había llevado a resignarse con el detalle de mantener todo limpio y ordenado, era una realidad tanto para él como para su esposa. -Por cierto, gracias por esto- hizo un gesto, llevándose otro bocado a la boca, tarareando para si mismo.

-Fue un placer- se enderezo, luciendo algo orgulloso de haber podido animar a todos después de los días tensos que tuvieron. -Mi amiga Sheba siempre dice que no hay mejor manera de levantar el animo y la moral como algo de comer- sonrío al recordarla, lleno de cariño, añorando el momento de poder ver a todos una vez más.

-¡Ella tiene toda la razón!- Ink sonrío enormemente, con las orejas en alto, golpeando sin mirar la mano enguantada del demonio que había intentado robar el último panqueque que le quedaba en su plato. -Y voy a aprovechar este gran momento...- corto un trozo que se llevo a la boca, masticando con expresión brillante, encantada con el sabor. -...para revelar que soy una humana- lo suelta como una especie de bomba que nadie se espera, creando un extraño silencio entre ellos que ella interrumpió con un bufido ligero, riendo para si misma ante las expresiones en los rostros ajenos. Incredulidad pura, hasta podía ver como las orejas de Oswald se volvían signos de interrogación y pregunta. -Bueno, se supone que soy humana, pero ahora también soy una especie de toon. Es algo extraño- cree que esta siendo un poco demasiado directa y brusca pero no tenía idea de como hablar de ello y se aprovecho un poco de la valentía que la invadió ante el buen animo de todos a su alrededor.

-¡¿Qué?!- eso vino principalmente del gato, el conejo y el ratón, mientras el demonio parecía casi al borde del pánico por alguna razón pero los hermanos con cabeza de taza solo compartieron una mirada entre ellos, confundidos y perdidos, sin entender la importancia de aquello.

-¿Eso es algo malo?- Mug se atrevió a preguntar, lleno de curiosidad, rompiendo la ligera tensión llena de sorpresa y demás que se había instalado entre ellos.

-No, no, no- Félix salió del shock, haciendo un gesto rápido, levantándose de su lugar y desatando el nudo de su delantal con manos ansiosas, rápido en doblarlo antes de meterlo dentro de su bolso, agitando bruscamente su cola erizada. -Es más bien...algo muy extraño-

-Ningún humano debería ser capaz de llegar al Páramo- Oswald se enderezo, mirándola con el ceño fruncido, analizándola casi en busca de respuestas a simple vista de seguro pero sin que nada de ello tuviera real sentido. -Esto es un mundo de toons olvidados-

-Quizás pero ya no soy del todo humana- ella hizo un gesto hacia su apariencia en general, sacudiendo sus largas y paradas orejas, luciendo casi divertida por toda la situación a pesar de todo. -De alguna manera, cuando atravesé el portal del proyector, mi cuerpo pareció adaptarse al nuevo entorno o algo así. Realmente no tengo una explicación lógica para nada de esto- es sincera. Ni siquiera había pensado que el mundo de los toons existiera, todo era surrealista, pero como había comprobado con un pellizco, todo era real. -En serio, esto es una de las cosas más locas que me han sucedido en la vida- no pudo evitar soltar una carcajada algo histérica, sus crisis existenciales solo se habían calmado, no desaparecido.

-Tu...- Mickey la mira, su expresión ablandandose cuando la realización total parece llegar a él, recordando su conversación anterior. Algunas cosas estaban cobrando sentido en su cabeza, si debe ser sincero. 

-Si, los conozco a todos~- sonrío con encanto, permitiéndose verse como la fanática que realmente es, quien esta conociendo en vivo y en directo personajes a los que solo había podido ver a través de una pantalla. -Félix es conocido casi como una especie de pionero a estas alturas, se sabe que muchos diseños que se hicieron a lo largo de los años se basaron en él. Y no es muy complicado conocer a Mickey, tu rostro esta en todos lados, pero si indagas un poco más, conoces a Oswald y su historia- tarareo con diversión, balanceando sus pies bajo la mesa, divertida por las expresiones de todos. -En cuanto Cuphead, Mugman y Bendy, fueron pequeños trabajos que se hicieron enormes y muy conocidos-

-Eso en serio es extraño- Oswald se paso una mano por la cabeza, aun incrédulo, pero las pruebas estaban justo frente a él. Ella lo había reconocido con tan solo verlo, lo había llamado por su nombre, y si lo pensaba un poco más, ella no había podido ocultar del todo ese fanatismo al conocer a cada uno allí. -¿La Mancha logro llegar al mundo humano?- y pensar en ello revuelve un poco su estomago apenas lleno, sin saber que podría causar un monstruo como ese en el mundo real.

-Nop- ella esta aliviada por esa pregunta, puede hablar de lo que antes había cruzado por su cabeza. Una teoría loca y algo descabellada pero que para si misma, tenía cierto sentido. -Creo que intento atravesar el proyector, en serio que lo intento, pero no lo logro y me termino arrastrando aquí al final- se acomodo en su silla, acariciando la cabeza del demonio que se había acercado a su lado para verla con curiosidad, sonriendo con cariño al verlo apoyarse en el toque. Por un segundo, había temido que Bendy le tuviera miedo o algo así, era bueno ver que ese no era el caso. -Creo que al igual que un toon que fue olvidado, le falta algo importante para irse de aquí- golpeo ligeramente con uno de sus dedos su propio pecho.

-¿Qué cosa?- Félix ladeo la cabeza, mirando con preocupación al rey al notar su expresión llena de horror, luciendo pálido de repente.

-...un corazón- el conejo tiene que ser sincero, nunca pensó demasiado en La Mancha más allá de sus atroces acciones contra su reino pero de repente, la idea de que en realidad no haya podido irse más allá como todos los que allí terminaban, es casi como una especie de golpe por alguna razón que no entiende del todo. La Mancha fue solo una creación accidental, algo que nació y creció allí de cierta manera, un ser que no fue conocido ni olvidado, algo con pura maldad en su sistema y tanta hambre por el color a su alrededor que nunca parecía saciarse pero que al parecer, nunca pudo salir de allí porque al igual que todos los que habitaban el Páramo, no tenía un corazón. -Por eso se robo los proyectores...- siente nauseas por alguna razón, de la ansiedad y la frustración, quizás de la ira y el resentimiento también. Tiene muchos malos sentimientos respecto a ese maldito monstruo. -...quería salir de aquí-

-Pero llego a nuestros mundos por error- Cup se cruzo de brazos, molesto con aquella cosa que tantos problemas había causado.

-Hasta que logro activar mi proyector pero no pudo atravesarlo. Quizás, ahí se dio cuenta de que le faltaba algo importante- Ink siente una punzada de culpa por arruinar el momento de calma que el conejo había logrado pero no es un tema que se pueda retrasar realmente. -Y ahora que lo pienso un poco mejor, creo que no es del todo casualidad que Mickey este aquí- hizo una mueca cuando el mencionado la miro con los ojos bien abiertos.

-¿A que te refieres?- él sintió que su pecho se oprimía, lleno de miedo. Estaba allí por un mal presentimiento, causado por una noche llena de horribles pesadillas pero la idea de que eso no fuera algo al azar, eso se siente muy mal.

-Una parte de él esta en ti, ¿o no?- señalo y el ratón parece encogerse en su lugar, haciendo una mueca, llevando una de sus manos a su pecho con aprensión y ansiedad. Ninguno de ellos sabe exactamente que significa aquello pero Oswald frunce el ceño, mirando a su hermano con preocupación ligera, solo habiendo escuchado eso viniendo del Gremlin. -Piénsalo. No sabemos porque quiere llegar al mundo real pero tienes exactamente lo que necesita, una forma de salir de aquí y un rostro confiable que le permitirá pasar desapercibido. Eso es una mala combinación- el ratón se rasca el brazo, con fuerza, sin lograr sentir alivio debido a sus dedos enguantados y terminando por pellizcarse, con tanta ansiedad repentina que es abrumadora.

-¿Crees que esa cosa logro atraer a Mickey hasta aquí?- Mug la miro con curiosidad, acomodándose un poco más en su silla.

-Creo que su primera opción fui yo, pero cuando no pudo arrancarme el corazón...- ignora de momento el jadeo de espanto que viene de algunos de los presentes que no sabían esa pequeña parte. -...decidió ir por lo más seguro- Ink se siente realmente mal por Mickey, cuya expresión muestra horror y devastación que lucha por ocultar lo mejor que puede. -Tengan en cuenta que es solo una teoría loca, salida de esta mente hiperactiva- hizo un gesto hacia si misma, sin saber si tenía razón o no pero dispuesta a compartir lo que se le había cruzado por la cabeza en las últimas horas.

-Esperen, esperen- Cup levanto las manos, sintiendo que su cerebro estaba medio revuelto en este punto, ignorando la ironía de eso porque tenía una taza por cabeza. -¿Qué importancia tiene un corazón exactamente? ¿No es algo que todos tienen?- hizo un gesto, genuinamente confundido, dejando de lado cualquier molestia y demás por un momento.

-Creo que depende mucho de las reglas de cada mundo- Félix se rasco al nuca, también queriendo recibir una respuesta para eso.

-Aquí, tener un corazón es un signo de que eres amado y recordado por todos- hablo Oswald, llevándose una mano al pecho, con una ligera amargura llegado a él. Aunque había llegado a un cierto acuerdo con todo eso, aun extrañaba la calidez que venía con el amor y el recuerdo de la gente. Lo añoraba, no podía negar eso. -Somos toons, existimos para entretener a los demás pero pierdes todo eso cuando eres olvidado y ahí es cuando terminas aquí, en el Páramo- Mickey se pellizca con más fuerza, incapaz de concentrarse en el dolor que eso le causa, sintiendo que se hunde en la culpa que nunca lo abandono desde que sabe lo que le sucedió a su hermano.

Hay una voz, como un susurro que se hace más fuerte, que le recuerda que fue su culpa.

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