Reclamos
Terminamos en poco tiempo, la verdad es que nos quedo bien: el comedor con la mesa y 6 bancos, los muebles y nuestro cuarto que cuenta con dos camas, no queremos que mi familia nos malinterprete. Desempacamos en poco tiempo y le ayude a Amenhotep a esconder algunas de sus pertenencias.
- ¡Al fin! - dijo Amenhotep recostándose en su cama.
- Se nota que nunca has trabajado en tu vida... - dije colocándome a su lado - tienes que acostumbrarte a eso o van a sospechar.
- No te preocupes, vivo con la mejor maestra - dijo tomando mi mano - Dios dijo que tu me enseñarías a adaptarme.
- ¡Pues entonces comencemos! - dije para levantarme y tirar de el para que se pusiera de pie - Ven, te enseñare a cortar leña, es un buen modo de comenzar.
La verdad es que me la paso bien con Amenhotep y no soy la única, el esta empezando a hacer nuevos amigos y eso me hace feliz. Lo único que me preocupa es que se enteren de quien es en verdad, ¿como reaccionaran? Solo espero que no lo culpen, Dios dijo que nadie excepto yo tenia que saber de su existencia... aunque a veces me pregunto "¿por que?"
- Un traidor - dijo Amenhotep un día en la mesa - Alguien que ha estado tratando de hacer quedar mal a Moisés por envidia.
- Creo saber quien es... pero por si acaso, es mejor no decir nada, luego los perjudicados somos nosotros - dije reflexiva.
- Lo se pero... ¿que tanto daño crees que pueda causar? - pregunto Amenhotep curioso y preocupado.
- Si en la Villa casi hace que nos quedemos en Egipto, no me imagino que pueda hacer aquí - dije un tanto temerosa - Es mejor estar alertas.
No paso mucho tiempo para que los reclamos aparecieran y, aunque tengan razón de estar preocupados por la falta de comida, esto ya me esta hartando.
- ¡Queremos comida! - dijo Bina, en serio que esa mujer me saca de quicio.
- ¡Dios va a proveernos, ten algo de paciencia! - dije exasperada y molesta, detesto a la gente tan escéptica como ella.
- ¡¿Y cuando va a ser eso?! - dijo Core, estaba a punto de echarme encima de el como leona cuando alguien se me adelanto.
- ¡Cuando alguno de ustedes tenga el valor o la inteligencia de pedírselo! - dijo Apuki opacando los reclamos de todos, no se que me sorprende mas: que Apuki hable con tanto fervor por Dios para defenderme o que, entre muchos hebreos, sea uno de los pocos con una fe tan potente.
Continuara...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top