Las tiendas

- Esto es increíble - dijo Jairo captando mi atención - ¿Te enfrentas al ejercito del faraón, salvas a dos hombres, entre ellos un príncipe, vuelas con ayuda de caballos con alas y encima te regalan una espada? Tu si que tienes suerte.
- Ya tendrás tu propia espada cuando seas soldado, ten paciencia - dije, puedo ver desde aquí el brillo en sus ojos, se cuanto le gusto la idea.
Unas semanas mas tarde...
Llevamos tiempo caminando y se nos está acabando el agua, esto solo puede atraer una cosa: reclamos. No se que más me sorprende, la actitud de mi pueblo o que Apuki comparta su agua con Abigail.
- ¡Queremos agua! - dijo Core, yo iba a responder cuando se me adelantaron.
- ¡Ya cierra la boca! - dijo Apuki, todos se callaron - Moisés, no es por agregar quejas pero necesitamos agua, no me molesta compartir la que aún tengo pero no durará para siempre.
- Hablaré con Dios para resolver esto - dijo Moisés para alejarse un poco y ponerse a orar.
- ¡¿Tan difícil era hacer eso?! - dije, muchos rolaron los ojos.
Dios habló con Moisés y el purifico el agua de un río que encontramos en el camino. Seguimos caminando y llegamos a un lugar apropiado para montar las tiendas, yo ayude a Jairo y Apuki.
- Les quedo excelente - los felicite.
- Gracias, nos esforzamos - dijo Jairo admirando su tienda.
- Cualquier cosa, me avisan. Si me disculpan, tengo que ayudar a Ezequiel a levantar nuestra tienda - dije para encaminarme hacia la salida.
- Un segundo, ¿como que "nuestra tienda"? - dijo Jairo, yo voltee a verlo - No sabia que eran TAN amigos - solté unas pequeñas risas al oírlo hablar así.
- Tu y tus celos de hermano mayor - dije con los brazos cruzados y una sonrisa - Mi hermana y su marido vivirán juntos, yo tengo que independizarme también y... como Ezequiel no tiene a nadie, va a vivir conmigo.
Jairo solo soltó un "Mm-mm" antes de que yo me fuera, nuestra relación de hermanos siempre fue así: el era el hermano mayor sobre-protector y yo era la hermana menor celosa. Era divertido y eso no ha cambiado.
- Al fin llegas - dijo Amenhotep acercándose a mi y susurrando - Algunas personas se acercaron a mi y me ofrecieron ayuda, no sabia que decir así que solo dije si con la cabeza.
- No te preocupes, te ayudo.   
Continuara...


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