El desierto
POV Rachel
Finalmente estamos partiendo rumbo hacia la tierra prometida, el sueño de todos hecho realidad, incluyéndome. Ahora mismo estoy con Amenhotep, alias Ezequiel, a solas.
- Cuando estemos en Canaan, construiré nuestra casa con muchos cuartos para la familia que vamos a formar - dijo Amenhotep entusiasmado.
- No tengo dudas - dije entre risas, en eso me saque el anillo y se lo entregue - Por cierto, debemos romper el compromiso.
- Espera, ¿no quieres que nos casemos? - dijo Amenhotep con dolor en su voz, creo que no me esta entendiendo.
- Claro que no, mi amor - dije para calmarlo, funciono - Solo quiero que pidas la bendición de mi hermana antes de casarnos... ya que mis padres murieron, ella es el adulto responsable de mi.
- En ese caso, haré mi mayor esfuerzo para agradarle - dijo mi amado besando mi mano.
- Eso no lo dudo - dije riendo, luego desvié mi mirada hacia alguien que también es importante para mi - ¿Te molesta si voy a ver a Jairo? Desde que nos fuimos, no hemos hablado.
- Para nada, es tu amigo - dijo Amenhotep pero se que, muy en el fondo, el duda que sea "solo un amigo"
- No tardo - dije para ir con Jairo y abrazarlo por la espalda - ¿Me extrañaste?
- No tienes idea - dijo correspondiendo a mi abrazo, luego miro hacia donde yo estaba - ¿Quien es tu nuevo amigo?
- ¿Por que?¿Estas celoso? - dije con tono burlón mientras me siento a su lado - Es mi nuevo amigo y es algo tímido, le cuesta un poco hacer amigos y soy la única persona que conoce.
- Es muy dulce lo que haces por el - dijo Ana y entonces me percate de algo.
- ¿Y tu padre? - dije al ver que no estaba con ellos, algo MUY raro en el, más por Ana.
- Se fue hace un rato, parecía preocupado - dijo Jairo pensativo.
Eso activo todas mis alarmas así que pedí permiso para irme y fui a buscarlo. No tarde mucho, lo encontré sentado sosteniendo sus rodillas y mirando a la nada.
- ¿Apuki? - dije, el no reaccionó - ¡Apuki!
- ¿E-Eh? - dijo el reaccionando finalmente - ¿Qué pasa, Rachel?
- Eso te lo pregunto yo a ti, estas extraño desde que nos fuimos - dije para sentarme a su lado - ¿Estas arrepentido de dejar Egipto?
- Claro que no. Para eso, debería estar arrepentido de haber salvado a mi hijo y eso nunca pasará - dijo y le di la razón silenciosamente - Sigo pensando en... la advertencia.
Sabia que eso tenia algo que ver, lo hablamos hace semanas en su casa y desde entonces hemos planteado esa posibilidad, tiemblo de solo pensar que eso llegué a ocurrir.
Continuara...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top