El de voz grave conducía aquel carruaje, mirando solo al camino, sin entablar ninguna conversación con el otro, lo cual era un completo fastidio para su compañero.

– y ... Dust, ¿Cómo ha estado tú hija y Susana?..– dijo en un intento de mantener una conversación para quitar el aburrimiento.

– es .. la primera vez en 11 años que me dices Dust, ¿Por qué de pronto me llamas así?– volteó a verlo de reojo unos momentos, para después voltear de nuevo su vista al camino.

– Dale pues, cuero. ¿Qué pasó con tú chamaquilla y la susa?–

– Bueno ... Pos, ahí andan en su casa, disque Danielita está bien, pero pos, mucho mucho no confío en Susana, más bien, en quién más no confío es en el nuevo viejo que tiene.–

– ¿Y por qué no confías? ¿No te estarán afectando los celos de qué ya no te va a ver cómo el mejor papá del mundo?– sonrió de manera burlona mirando al otro con diversión.

– Esto es algo ya serio, no es por los celos, es porque ese tipo tiene contacto con el zascuas. Y tú sabes bien cuál es mi pedo con ese cabrón.–

– Pero ya Pues, lo pasado pasado con el zascuas, ya hasta debió olvidarse de tú cara.–

–No Eugenio, el zascuas no es de olvidar nombres. ...–

– ¿Eugenio? A caraí, ora, ¿Por qué me dices Eugenio?–

– ¿No qué te traía malos recuerdos que te dijera "Horror"?–

– Pero ya cuero, me gusta el nombre y todo pero no estoy acostumbrado a ese nombre compadre.–

– ¿Y por qué no Cani? Tú cuándo eras morrillo me cambiabas a cada rato el nombre, que lucía, que Federico, que lucrecio, que Mario Alberto, y Uuuh, muchísimos más.–

– ta'ba chiquillo, tú sabes que recordar las cosas como nombres para mí era muy difícil en esos tiempos, cuero...–

– ya pues, pero solo lo decía para que no te andes quejando de que te digo Eugenio.–

–Pues sí pero-- –

– Hey! Get me out of here, I'll call the police if you don't get me out of here! HELP!! – pataleaba como podía y se movía de manera brusca.

– ¿Qué qué quiere el gringui'o?– dijo Dust sin despegar la vista del camino.

– Sabrá Dios, no sé ni leer.–

– mierda ... Recuérdame reunir más dinero para meterte a una jodida escuela.–

– Uhm... Tú saque mí inmediato!– dijo ya casi gritando, bastante desesperado por salir de ahí lo más pronto posible.

– ¡Habla bien, gringui'o miado!– habló el de voz menos profunda, dando una leve patada en la espalda del joven.

– What did you say, Frijolero?!–

– ¿¡Cuál frijolero !? ¡Gringo pendejo!–

– Cani, ¡Ya párale! Me van a desconcentrar por sus pinches mamadas.–

- fuck you, bitch.–

– ¿Qué cuál bish?-- – sintió como el contrario había frenado bruscamente, interrumpiendo sus palabras con la misma brusquedad.– ¡Órale tú, me vas a dejar todo madreado por tus jaladas! ¡Vergüenza te debería dar!–

– Ya cierra el hocico y bájalo, ya llegamos con El Güero.–

– Ahí voy pues, pero ya te dije, no seas brusco, ya van 7 veces que me madreo mi cabecita por tus jaladas de andarle frenando a lo güey.–

El contrario solo hizo "ojos de huevo", molesto por los regaños de su compañero, ya bajandose para ayudar al otro con bajar al joven, el cual pataleaba como podía y gritaba con fuerza para que lo soltaran, pero de igual manera era ignorado.
Llegaron a una casa más o menos pequeña, tocaron la puerta, y del otro lado de la puerta se pudieron escuchar unos pasos, finalmente, se escuchó el abrir de aquella puerta que tenían enfrente, revelando a un adulto de unos 28 años, el cual vestía de botas y sombrero, junto con un cinturón bastante llamativo, su cabello era completamente negro como el carbón, y sus ojos eran igual de negros. Tenía unas marcas en sus mejillas, que parecían ciertamente tatuajes.

– ¿Y ese gringo?– preguntó el de botas, mirando al joven.

– Patrón, se lo trajimos por sí lo necesitaba para algo, o bueno, sí no lo quiere me lo puedo comer-- –

– No, primero déjame examinarlo bien, no quiero que hagas un marranero comiéndote a ese gringo.–