Comenzaba a amanecer, la luz del sol se reflejaba en sus fríos grises. Naruto seguía observando la lápida frente a él, escuchó unos pasos acercarse hasta llegar a su lado, sabía quién era, no le interesaba- ¿quién eres?- el rubio no levantó su mirada, escuchó a su comandante, no tenía ganas de ver su cara, no le agradaba- no importa quién soy -levantó su mano acariciando el nombre de su amor en la lápida. Shisui lo observó con cuidado, apretó el ceño con duda, no veía su rostro bien por la posición, el cabello rubio lo cubría, pero podía asegurar que toda la noche estuvo en el lugar, estaba empapado.

-¿Al parecer conocías a Itachi?- el menor apretó el ceño, asintió suavemente, el comandante vio que no quería hablar, suspiró con fastidio, giró su mirada a la lápida dejando unas flores blancas -tch -Shisui limpió sus lágrimas con velocidad, caminó alejándose del lugar sin poder creer que su primo ya no estaba con ellos- Naruto giró su mirada gris, se levantó lentamente del lugar caminando hacia su hogar, donde su Uchiha y el se amaron.

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Minato analizaba el reporte de la misión de Naruto con cuidado, la puerta se abrió -Hokage-sama- el kage sonrió ligero- gracias por venir cuervo- levantó el reporte de Naruto -el reporte de búho, ayer regresó -el comandante abrió sus onix con sorpresa, recordó al rubio en la tumba, mordió su mejilla al entender quién era- lo vi en la mañana, estaba en el cementerio, al parecer pasó la noche ahí -Minato lo vio con cuidado -no reaccionó muy bien, me preocupa- cuervo asintió con duda- tal vez sea momento de retirarlo de anbu, en este momento un lugar tan frío como anbu sólo lo deprimirá más- el comandante analizaba las palabras de su kage- después de terminar con Akatsuki hablaré con él, tal vez sugerir un equipo gennin como con Kakashi, a él le funcionó- cuervo guardó silencio un momento- aunque está la vacante de Itachi, era su alumno, tal vez quiera cubrir su puesto -Minato suspiró audible- necesito analizarlo a conciencia, revisa el reporte, me dices tus comentarios, por otro lado, necesito que refuerces la seguridad de la aldea-

Shisui asintió- lo haré Hokage-sama, no se preocupe -el rubio sonrió amablemente, lo vio salir. Minato por un momento recordó los grises de Naruto, se sintió mal por el chico nuevamente, no había dejado de sentir culpa y preocupación, golpeó suavemente el escritorio con su pluma, se levantó tomando su capa kage, caminó hacia el exterior de su oficina dirigiéndose a la aldea. La gente lo saludaba al paso, sonreía levemente viendo a los aldeanos sonreír y levantar sus puestos, los niños corrían a la academia con velocidad para no llegar tarde.

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Naruto secaba su cabello perdido en sus pensamientos, se había dado una ducha, ahora en pijama se dejó caer en su cama recordando a su Itachi, lágrimas caían por su rostro, eso no importaba, la persona más importante para él ya no estaba, recordó a su bebé, una de sus manos subió a su abdomen, acarició el lugar suavemente, ¿qué sería de él ahora que había perdido al amor de su vida?, ¿en verdad podía seguir esa vida sin él?, ¿tal vez entregar a su bebé a los patriarcas Uchihas?, eran sus abuelos, después de hacerlo liberar a los bijus en un lugar seguro, para después morir y encontrarse con su amor, cerró sus ojos con frustración.

La puerta de su hogar sonó, abrió sus grises con duda, ¿qué hacía ahí ese sujeto?, era la última persona que creyó lo visitaría, se levantó sin ganas de nada, abrió la puerta de su casa mostrando sus azules aún más grises que antes. Minato lo observó con cuidado, el menor se veía distinto, ahora entendía, usaba henge de su imagen adolescente para evitar ser localizado por Akatsuki- ¿Hokage-sama?- el rubio mayor sonrió ligero con pesar -¿podemos hablar?- Naruto asintió suavemente dejando entrar al kage, no entendía qué hacía ahí. El mayor se dio cuenta que a pesar que la cabaña era hermosa y hogareña, no contaba con luz, había velas y una cocina antigua a base de leña- ¿sucedió algo Hokage-sama?-

El Namikaze lo vio con cuidado, la mirada de Naruto era baja, llena de tristeza que no podía ocultar, era gris, se sentía vacía -me preocupé por tu reacción de ayer, quería saber ¿cómo te encuentras?- Naruto levantó su mirada con duda- ¿cómo estoy?- el mayor asintió, el pequeño bajó su mirada, ¿su padre lo hubiera buscado de esa forma también?, negó sin querer pensar más- simplemente existo- Minato abrió sus azules con sorpresa y preocupación, lo vio ver a la nada hacia el suelo- sé que un sensei es como un padre o un hermano mayor, si sensei hubiera muerto, tal vez…-

Naruto levantó su mirada con duda y molestia evidente -sensei no era un hermano mayor, no era un padre para mí, era mi todo, era mi pareja, era el amor de mi vida- comenzó a soltar lágrimas con dolor, bajó su rostro ocultando su llanto, temblaba con dolor apretando sus puños. Minato abrió sus azules bastante sin saber qué decir- prometimos pasar la vida juntos cuando regresara de esta misión- el menor levantó su mirada viendo su cabaña con dolor -ahora estoy solo nuevamente, como desde el día en que nací- peinó su cabello con frustración -lo prometió -susurró apenas en un hilo de voz- le agradezco venir Hokage-sama, no debería descuidar su puesto por alguien como yo -Minato apretó su hombro con cariño -sé que no somos cercanos, pero puedes confiar en mí, Itachi tenía un gran corazón, estoy seguro que no le hubiera gustado verte así-

Naruto veía el mayor con cuidado -ya no está aquí, nunca lo sabremos- el kage lo observó un momento, negó con una suave sonrisa, tocó suavemente su pecho, donde estaba su corazón -Itachi sigue aquí- el pequeño abrió sus ojos con sorpresa- las personas que amamos se quedan con nosotros en nuestro corazón, estoy seguro que está aquí contigo -Naruto bajó su mirada sintiendo lindas sus palabras- es trabajo de los que seguimos con vida seguir el legado de las personas que ya no están con nosotros, estoy seguro que te está observando y busca verte feliz, no te rindas- el menor suspiró con dolor haciendo un leve puchero tembloroso, el kage jaló suavemente de él, lo abrazó con cariño paternalmente. Naruto se aferró a su capa con dolor tratando de controlarse -gra… gracias- susurró en un hilo de voz, Minato sonrió ligero aún preocupado.