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man, la estoy pasando mal con los estudios, ya la siguiente semana continuo escribiendo


Ha pasado una semana desde que regresamos a la aldea de los caníbales. El aire sigue teniendo ese olor familiar a humo y especias, y los sonidos de la vida en la aldea se han vuelto casi reconfortantes tras la incertidumbre de nuestro viaje.

Lo primero que hicimos Misha y yo fue dirigirnos directamente al médico de la aldea. Al llegar, algunos de los caníbales que se quedaron atrás para proteger la aldea nos recibieron con miradas curiosas, una mezcla de respeto y desconfianza en sus ojos. Nos ofrecieron agua y frutas, quizás como un gesto de bienvenida, y luego nos escoltaron hasta el centro de la aldea, donde se encontraba la tienda del médico, quien insistía en llamarse "el chamán".

Su tienda era un refugio precario, hecha de pieles curtidas y ramas torcidas, ubicada a solo cuatro carpas del centro de la aldea, donde se erguía una hoguera permanente que iluminaba las noches. El chamán estaba en plena celebración cuando llegamos, justo al final de un largo banquete improvisado tras lo de los mirelurks. Repartía drogas a la gente sin importarle mucho si se salían de control por la cantidad que daba y llenaba vasijas hechas de barro con un liquido fuerte que provocaba carcajadas

Según Misha y Sasha, él era el mejor médico que tenían. Era conocido por su habilidad para curar heridas y tratar enfermedades con sus infusiones y pociones improvisadas con hierbas que crecían cerca del bosque y medicinas provenientes de mas allá del bosque por parte de algunos comerciantes de caravana, siendo sasha la cual nos gano un tratamiento gratis por parte del chaman, dado que ella era la que traducía a ambas partes por ser la única del lugar que podía hablar ambas lenguas

 estaba agradecido, de verdad... pero sus métodos eran todo menos fiables. Algunos decían que sus tratamientos eran tan peligrosos como efectivos; podía salvar a alguien de una fiebre mortal, pero también llevar a otros al borde de la locura con sus pociones alucinógenas. Había rumores de que el chamán había estudiado con sabios errantes y brujos del sur, pero nunca había compartido los secretos de sus métodos, y nadie en la aldea se atrevía a cuestionarlo demasiado.

y ese era el problema, esos rumores no llegaron a ser por si solos, el loco, porque eso era lo que era. la mayoría del tiempo se la pasaba contando historias imposibles de como viajaba por el mundo antes de asentarse en este sitio. sus historias consistían en cosas tan comunes y triviales como haber pasado por una aldea y saludar a alguna gente, hacer algo de comercio y partir a la siguiente, asta enfrentarse a un necrófago brillante gigante, con cientos de necrófagos  a sus pies

bueno, que también conocí a algunas especies del yermo con sus historias, como los antes mencionados resplandecientes o luminosos o algo asi, estos siendo zombies necrófagos salvajes que les afecto la radiación un poco mas que el resto, terminando con su brillo distinguido al igual que yo, pero la mayor diferencia seria que ellos liberan radiación al segundo sin limite claro y tienen la habilidad de reanimar a sus compañeros necrofagos luego de que ellos murieran, algo así como un necromancer si es que el chaman los describió bien en una de sus otras historias. bueno, que sus historias no eran lo mas raro, porque eso es lo que eran, historias raras, solo tendrías que conocerlo y sabrías que el estaba mal de la cabeza

El chamán nos recibió con una carcajada, como si hubiera estado esperando nuestra llegada. Sus ojos, medio ocultos bajo un sombrero de cuero agrietado y una mascara rasgada y rota que resemblaba algun pajaro, brillaban a la luz de la hoguera. Nos invitó a sentarnos en el suelo cubierto de alfombras polvorientas y comenzó a preparar algo en su cuenco de barro, mientras nos hablaba de los espíritus de la selva y de las señales que había visto en el cielo la noche antes de nuestra llegada. Misha, sentado a mi lado, no parecía impresionado, ella había escuchado esas historias decenas de veces antes, según lo que me conto mas adelante en la noche, al tener que compartir habitación por el poco espacio que había, pero por mi parte solo disfrute de alguien hablando y distrayéndome de el dolor que sentía


...

asta que en mitad de la noche cuando ya estaba cayendo dormido, misha volvió a hablar

-estas despierto?- pregunto misha

-hmmn, s-si? que pasa?- bostece antes de sentarme en la cama y mirar en su direccion, el brillo de mi cuerpo iluminando el cuarto mas que antes al estar cada ves mas despierto

la figura de misha apenas se distinguía en el cuarto ya que mi brillo seguía medio apagado aun, pero aun asi pude distinguirla, mirándome con una cara cansada llena de vendas, una de estas cubriéndole un ojo

-tienes algun sueño?- 

-como?- 

misha al ver a su hija estando aun en cama, decidió que lo mejor era pasar el tiempo ayudándola a aprender algunas palabras en ingles, por lo que terminamos riéndonos mientras que ella la pasaba mal tratando de aprender

-cuando...mayor, tienes algun.. lugar fijo final?- pregunto nuevamente, rebuscando sus palabras luego de un momento de no decir nada

-oh... me estas preguntando si tengo algun lugar en el que quiera quedarme, verda'?- pregunte

al verla asentir con la cabeza, me recosté en la cama y mire al techo

-algun lugar en el que quiera vivir.. . . .- eso nunca lo pensé, pensé en muchas cosas, el como sobreviviría en este apocalipsis , el que tendría que tener cuidado con muchas cosas, el como debería de armarme y subir de nivel, asta sigo pensando en el como podría conseguir mi sueño, me seguía rebanando la cabeza cada vez que tenia tiempo para pensar en esas cosas y tratar de recordarlas, pero esto, esta pregunta nunca se me paso por la cabeza

-no lo se. . .- dije honestamente en respuesta

-yo quiero ser una bandida- 

-una bandida? porque?- levante una ceja y mire a un costado para ver a la cara de misha 

 -se ve divertido- dijo

-pero eso es malo no? dañas a la gente- respondí

me miro por un momento

-cual es el problema?- respondió como si fuera lo mas común del mundo, dándome un pequeño escalofrió en la espalda 

allí fue cuando recordé, no estoy en mi mundo, en este mundo apocalíptico, esto era común

-al menos no mates a gente inocente- dije mirando a otro lado

-mmn- respondió aceptando

asi nos callamos por otro momento

-y cuantos dientes se te cayeron?- le pregunte a misha de la nada

-6, y tu?- respondió con un silbido en su habla un poco mas notable

-perdi 4 de leche- sonreí un poco, mostrando un huecos donde antes estaban los dientes delanteros

ella también sonrió, mostrando sus dientes perdidos. ambos reímos por un buen rato antes de caer dormidos



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