TrollHunters: [El Comienzo] >T.1 Ep.1 y 2- El Elegido<

—¡La rechoncha de tu madre! ¡Levántate, _____! ¡Se te va a hacer tarde! —con mucha pereza, la chica acostada como si fuera saco de papas, se levantó soñolienta mientras se tallaba un ojo.

Miró en dirección del reloj en su mesa de noche, exaltándose por ver que solo faltaban 20 para las 8 am.

Se levantó de manera automática y se quitó la blusa holgada que siempre usa para dormir, lanzándola a cualquier lado de su cuarto. No era muy ordenada que digamos; su cuarto era el apocalipsis en vivo.

—¡Mierda, Shanaya! ¡¿Por qué no me levantaste más temprano?! —la chica peli-rubia solo rodó los ojos y se fue hacia su cuarto; gritándole en el proceso.

—¡Es la última vez que voy a despertarte y al mismo tiempo, apagar tu alarma! ¡Pinche floja! —solo bufas mientras te ponías el suéter y te amarrabas los tenis.

Tomaste tu mochila junto con el casco de la bicicleta. Miraste el anti-partirmadres un poco dudosa.

Ayer tu padre te había regalado una motocicleta, sabias como usarla, pero el problema era que te gustaba más ir en bici. ¿Y eso por qué?

Bueno, ya saben, no le gusta dejar a sus 2 mejores amigos atrás.

Con un suspiro, bajó de la planta alta, saludando a su madre que estaba sentada tejiendo y viendo la tele. Se dirigió a la cocina donde estaba su padre.

La chica peli-___ le dio un beso en la mejilla mientras tomaba una manzana del frutero y se lo llevaba a la boca.

—¡Ya me voy, apa! ¡Te veo luego! —tu padre solo te sonrió y asintió.

Te detuvo a medio camino con una mirada preocupada.

—¡Cariño! ¿No llevarás dinero? ya sabes, para que comas —negaste con una sonrisa mientras te ajustabas el casco a la cabeza.

—No, apa. Lo más seguro es que Jim ya me haya preparado el almuerzo —tu padre suspiró en alivio y solo te asintió estando de acuerdo.

Te despediste de tu madre y saliste hacia la cochera, tomando tu bici mientras sonreías al escuchar ciertos jadeos de cansancio detrás tuyo y que conocías muy bien.

—¿Camino largo, Tobes? —el chico rellenito de amor solo rió sarcásticamente.

—Jaja, muy gracioso, _____ —te reíste en tu lugar mientras te dabas la vuelta y salías de la cochera, cerrándose el portón automáticamente al sentirte fuera.

—Yo me reí —ella dijo mientras se subía en la bici y pedaleaba hacia la casa de Jim; no quedaba muy lejos de la suya.

Por algo Toby, Jim y _____ eran vecinos de la misma colonia.

—Pues para TU información, yo no. ¡No sabes lo difícil que es ir a recogerte!

—Toby, solo son 2 cuadras las que tienes que cruzar —dijiste juguetonamente mientras parabas la bici, llegando a la residencia Lake.

—¡Dos cuadras muy largas! —él se interrumpió cuando la puerta del garaje de Jim empezó a elevarse, el dueño saliendo de ella.

—Llegaremos tarde, James Lake Jr. —dijiste mientras le sonreías amistosamente.

Él te devolvió la sonrisa, pero la decayó en cuanto miró su depósito de basura desparramado en el suelo.

—¡Agh! mapaches.

—Pensé que ya te habías encargado de ese problema —dijiste mientras le arqueabas una ceja.

Jim te miró con cansancio.

—Lo hice. Pero ya ves, siempre vuelven.

—No dormiste bien anoche, ¿verdad? —Jim solo te sonrió ligeramente, mientras que tú negabas como un tipo de regaño maternal.

—Jimbo, sabes lo que pasa cuando _____ desaprueba las cosas —miraste lascivamente a Toby.

—¿Qué pasa?

—Te pones modo, ¡instinto materno, aCtivAd0! —Toby dijo mientras cruzaba los brazos y hacia una pose rara como si fuera Sailor Moon.

Reíste en carcajada y te quitaste la lágrima traicionera.

—Vamos, no soy tan así. No seas exagerado, Toby —el nombrado solo le lanzó a la peli-___ una mirada subjetiva. Bufaste ante su mirada— Además, el que tiene el nombre de "sobre-protector" aquí, es Jim —el chico de suéter azul rodó los ojos una vez había terminado de levantar la basura.

Se acercó con su bici en mano hacia sus amigos y les extendió a ambos una bolsa de papel con el almuerzo dentro.

En una sonrisa emocionada, la chica de cabello ___ tomó la bolsa.

Toby hizo lo mismo y metió la cara en ella. La única chica del grupo le arqueó una ceja; confusa de lo que había hecho.

—Hongos balsámicos, pastel de carne, tomates... deshidratados al sol —el castaño nombró los ingredientes del almuerzo, mientras que _____ rodaba los ojos y metía su almuerzo en su bolso.

Jim pasó por delante de Toby y le dijo el último ingrediente con una sonrisa.

Miraste pícaramente a Jim ante el último ingrediente.

—Que arriesgado es usted, chef James —Jim te lanzó una sonrisa mientras subía a la bici, tú lo imitaste y ambos comenzaron a andar.

—¿Qué es la vida sin riesgos, _____?

—¿No es vida? —dijiste mientras le arqueabas una ceja juguetona.

Desde atrás, Toby jadeaba mientras se esforzaba por andar en su bici.

—¡No te esfuerces tanto, Tobes! —le dijiste divertidamente, él te mandó una mirada asesina.

Tú reloj de muñeca sonó, dando solo 5 minutos para que sean las 8. Jadeaste sorprendida y pedaleaste más rápido, con Jim cerca de ti y Toby detrás.

—¡Tomemos el canal! ¡Nos ahorrará los 5 minutos! —asentiste ante la proposición de Jim mientras acelerabas la andada.

—¡Voy detrás de ustedes! —dijo Toby mientras transpiraba con cansancio.

—¡Vamos hacia el canal, Tobes! —le gritaste hacia atrás, Toby bufó cansando en cuanto te escuchó.

—¡El canal no! —sonreíste por su reclamo, Jim le contestó con entusiasmo y reproche.

—¡Vamos, vive un poco! ¿Carreras, _____? —le miraste decididamente; aceleraste.

—¡Siempre, James! —ambos comenzaron una mini carrera.

Tú esquivabas fácil y ágilmente las rocas y demás, mientras que Jim alzaba su bici de vez en cuando. Incluso quedando segundos al aire.

Bajó por el canal de esa misma forma mientras hacia un excelente aterrizaje.

Llegaste como 1 segundo después con una mirada molesta, pero divertida porque te haya ganado.

Pero que conste que esta será la primera y última vez; a ella no le gusta perder.

—¡Ja! ¡Te gané! —Jim dijo en una mirada suficiente y victoriosa.

—Solo fue suerte —dijiste, te cruzaste de brazos en berrinche fingido.

James rodó los ojos y con un ceño fruncido llamó al castaño que seguía muy en desventaja.

—¡Vamos, Tobes! —gritó.

—Supongo que se debió haber caído por el camino. Yo no pienso cargarlo si es así —el peli-negro te mandó una mirada entrecerrada— ¡Vamos! ¡Yo lo cargue la última vez! además que debes poner a trabajar esos brazos de fideos. Así nunca cargarás a tu esposa el día de tu boda —dijiste con burla y pícaramente, mientras, te acercaste y picoteaste los brazos de Jim en juego.

Este solo bufó y rió ligeramente por las cosquillas que le causabas ante cada toque.

—¡V-Vamos, _-____ p-para! —él dijo, sin dejar de reír.

Arqueaste una ceja divertidamente.

—Eres muy cosquilludo, Lake. Pensé que aguantarías más. Si fueras a una guerra, el primero en morir serás tú —Jim solo rodó los ojos y se cruzó de brazos con molestia fingida.

—Vaya, gracias por el aliento. Mi sueño de ser un guerrero ya fue tachado de la lista —te reíste y pasaste un brazo por sus hombros.

—Sin ofender, Jim, pero eres muy flaco como para ser un guerrero. Aunque si te pusieras en forma... pues... tal vez... en algún futuro muy, muy, muy, pero, muyyy lejano —Jim te dio una mirada entrecerrada por la burla y se alejó de tu agarre.

—Muy bien, ya entendí. En todo caso-

—James Lake —Jim detuvo su habla en cuanto escuchó una voz ajena.

Tú tenias atención hacia al frente; esperando a que Toby bajará por el canal. Sabias que se iba a partir la madre, así que estabas ahí para que eso no sucediera.

—_____, ¿escuchaste eso? —te preguntó mientras te daba la espalda y dejaba su bicicleta en el suelo.

Tú arqueaste una ceja y miraste por donde observaba, confundida de su comportamiento.

—¿Escuchar qué?

—Esa pila de rocas dijo mi nombre —con una mirada confusa, miraste a Jim, o bueno su espalda.

—Jim, creo que necesitas un psicólogo, leer muchos Fanfics me ha ayudado a saber qué hacer en este tipo de situaciones —Jim rodó los ojos y avanzó hacia la pila.

Mientras, tú veías a Toby bajar con su bici, y tal como dedujiste, se cayó de ella. Con rapidez te acercaste y lo tomaste entre tus brazos la bici dando vueltas por todos lados y cayéndose al suelo finalmente.

Toby suspiró de alivio por no haber recibido el golpe.

—¿Somos fabulosos o qué? —le miraste divertidamente mientras que Toby alzaba un brazo— ¡Fabulosos!

Bajaste al castaño y te acercaste a Jim, inspeccionaba de manera curiosa la pila de rocas.

Toby te golpeó ligeramente el hombro, preguntando con la mirada.

—Dice Jim que escuchó una voz cerca de las rocas —Toby sorprendido, se acercó igual que tú hacia Jim.

—¿Seguros que no escucharon esa voz? —el de ojos azules dijo, volteó a verte.

Miraste hacia Toby y él hizo lo mismo, ambos con una mueca preocupada por el estado mental de Jim.

—Bien, aguarda, en mi teléfono tengo el número de un psicólogo muy bueno —Jim te miró con molestia y antes de responderte, la voz que él había escuchado volvió a hablar.

—James Lake —ante eso, el tercio de amigos se hicieron para atrás debido a la impresión y el susto que causó la voz.

—B-Bien, creo que ahora yo ocupo el psicólogo —dijiste mientras posabas una mano a tu frente, totalmente desconcertada sobre lo que estaba ocurriendo.

Toby negó mientras miraba hacia ti.

—Es una pila de ortoclasa, los minerales no hablan. Tiene que haber un Walkie Talkie aquí o algo así —dijo el castaño rellenito, mientras se acercaba a mirar las rocas.

Jim se acercó también, guiándose por una luz de color azul cielo que brillaba de entre ellas, y con una mirada sorprendida, quitó la roca que se encontraba sobre un objeto inanimado y curioso, parecía como un reloj de bolsillo.

Te acercaste a Jim mientras veías el nuevo objeto desconocido con asombro y curiosidad.

—Wow, Jim es...

—Creo que es un amuleto —dijo él; miraba el objeto nombrado con asombro.

Te reíste ligeramente y palmeaste la espalda del oji-azul.

—¡Genial, Jim! ¡Ahora eres el elegido! —la chica dijo en broma mientras imitaba la voz de un locutor, narrando la historia del héroe.

El peli-negro acercó el amuleto hacia su oído. Tratando de escuchar aquella voz que anteriormente se había hecho presente, pero lo único que se escuchó fue la campana de la escuela, sobresaltando a Toby, Jim y de paso a _____.

Tú solo te palmeaste la cara y fuiste corriendo por tu bici.

—¡Ya se nos hizo tarde de nuevo! ¡No pienso ir a detención otra vez! —dijo mientras empezaba a andar, Jim le arqueó una ceja curiosa, mientras tomaba por igual su bici y guardaba el amuleto que recién encontró en su mochila.

—¿Ya fuiste a detención? —gruñiste en una mirada fastidiada mientras seguías pedaleando.

—Larga historia. Aunque si, en mi defensa, puedo decir que los chicos que estaban en detención son muy cool. Me invitaron a salir hoy —el de ojos azules negó mientras veía por atrás como Tobías se esforzaba por pedalear más rápido.

—Como serás, _____. A veces me da curiosidad tu personalidad —la chica le sonrió mostrando los dientes, deteniéndose en la entrada de la escuela una vez habían llegado.

—Así me quieres, Jim. No te hagas —el oji-azul sonrió y se quitó el casco, poniendo el candado a su bicicleta mientras asentía.

—No lo niego —le mandaste una sonrisa suave, él por igual.

Linda muestra de su perfecta amistad. A los pocos segundos llego Tobías súper cansado, quitando el ambiente amigable que se había formado.

—¿Crees qué puedas llevarme en tu bici mañana? —frunciste el ceño mientras recargabas el casco al frente de la bicicleta.

—¿Qué me crees? ¿Chofer personal o qué?

—Te puedo pagar.

—Aunque bueno... pensándolo mejor... —Jim rió ligeramente, se calló cuando escuchó el último toque, dando a entender que las clases ya iniciaban.

Llegaste rápidamente a tu casillero y tomaste tus cosas. Te despediste con la mano de Jim y Tobías.

—¡Nos vemos luego, chicos! me toca artes. ¡Espero que no me envíen a detención por llegar tarde! —el peli-negro negó y te devolvió la despedida.

—Seguro que no.

—¡Bye, Tobes! ¡Suerte en clases! —el castaño solo te mandó un pulgar arriba, transpirando con cansancio.

—¡Igual, _____! ¡Nos vemos en gimnasia! —en una sonrisa, solo asentiste y fuiste corriendo por el pasillo hasta llegar a tu salón.

De suerte, la maestra todavía no llegaba. Suspiraste tranquila mientras ibas hacia tu asiento, a un lado de Mike, Brayan y Cindy.

La última te mandó una mirada picara, típico de ella.

—¿Por qué el retraso? ¿Estabas con tu novio acaso? —sonreíste ante su broma y solo te sentaste, guardando tus cosas debajo de del mesabancos.

—See, claro. Estaba modo besador con él. ¡No seas, pendeja! llegue tarde porque Tobías se cayó de la bici... otra vez —la contraria sonrió con un poco de burla.

—¿Cuántas caídas lleva ya?

—Cuando tienes un amigo como él, pierdes la cuenta —dijiste divertidamente mientras sacabas tu celular.

Mike llegó a tu costado y posó su brazo sobre tus hombros.

—¿Alguna novedad, enana? —le arqueaste una ceja con seriedad.

—Mido mínimo 5 centímetros más que tú.

—Sí, pero eso no me impide llamarte así. Y, a menos de que me des una putiza... pues...

—Me estás tentando, ¿sabes? —sentiste como a tu amigo le daba un escalofrió, se alejó lentamente por tu mirada divertida pero retadora.

Brayan se sentó enfrente de ustedes con su típica mirada de chico hipster.

Porque la verdad eso era.

—Tranquila, _____. Calma tus chakras. Peace and love, hermana —rodaste los ojos divertida.

—Hola a ti también, Brayan.

El nombrado te dio un asentimiento en saludo. Tú sacaste tu tableta gráfica junto a tu lápiz digital y entraste a la aplicación que te permitía dibujar las cosas que te imaginabas con tus personajes ficticios.

Cindy solo rodó los ojos en cuanto te vio dibujando.

—¿Otra vez dibujando a tus novios no reales? —te encogiste con una mirada entristecida, falsa.

Eso fue golpe bajo.

—Por lo menos yo no ando babeando por un coreano todo pálido y escuálido que se parece al resto de su población —la peli-negra de ojos oscuros te miró de re-ojo con molestia.

—Por lo menos los míos son reales, mijasuspiraste con fastidio y seguiste en lo tuyo.

Ignorando a Brayan que estaba dando un discurso sobre la paz y el amor, esas cosas de hippes, ustedes saben.

La maestra justamente llegó cuando terminaste de dibujar a tu personaje favorito.

No te podían culpar, ¡era culpa de ellos por ser tan perfectos y guapos!

Caballerosos, amorosos, detallistas, guapísimos, con una personalidad increíble y aventurera de espíritu libre y responsable... ahh... *inserted suspiro de morra meca enamorada*

Ya no hay hombres así en este mundo.

————˜°˜————

—¡Vamos, Toby, tu puedes! —animaste hacia el castaño que intentaba con todas sus fuerzas subir la cuerda.

Tú ya lo habías hecho desde hace un rato junto con Jim. Ambos esperaban a que Toby termine su turno.

Aunque se le hacía muy difícil.

Resoplaste desilusionada en cuanto Toby cayó al colchón como por 5ta vez. Sep, en definitiva nunca iba a subir la cuerda.

El entrenador llegó con una mirada molesta hacia Toby, tú solo rodaste los ojos y te cruzaste de brazos en una mirada cansada por su sermón semanal.

—¡¿Qué es esto en mi cuerda?! —Toby transpiró con cansancio mientras miraba al entrenador en su lugar— ¡Todo estudiante debería poder subir esta cuerda y tocar esa campana! —el mayor bigotón dijo mientras señalaba la campana justo al inicio de la cuerda, en lo más alto.

—Disculpe, entrenador. Es que Toby esta relleno de amor y usted sabe, estas cosas no son su estilo —respondiste al sermón del entrenador mientras que Toby seguía respirando con dificultad.

El entrenador pasó por alto tu comentario y se giró a Toby, reclamándole más cosas que ya no escuchaste por voltear a ver hacia Jim.

Ojeaste lo que miraba y un diste un mirar picaron. Te acercaste a él y posaste un brazo sobre sus hombros, exaltándolo y sacándolo de su nube fantasiosa con Nuñez.

—¿Qué miras, Lake? —el peli-negro se sonrojó por tu mirada hacia él y desvió la suya.

—Na-Nada.

—Vamos, se que te mueres por hablar con Clara, ¿por qué no vas y lo intentas? —Jim suspiró derrotado y bajó la cabeza un poco decaído.

—No puedo. Tengo miedo de hacer el ridículo frente a ella —posaste una mano en tu barbilla como forma de pensamiento y asentiste comprendiendo lo que decía.

—Ujum, ujum. Pero... tú me lo habías dicho, Jim, ¿qué es la vida sin riesgos? —el oji-azul te sonrió levemente y usó tu brazo aún en su hombro para acercarte a él y obligarte a abrazarlo.

Su acción te sorprendió, pero gustosa correspondiste.

—¿Cómo es que logras siempre hacerme sentir mejor y animarme? —bufaste un poco y te separaste del abrazo en una mirada orgullosa.

—Es mi trabajo, James. ¡Ahora, ve! ¡Ve por tu destino! ¡Háblale! ¡Y no te acobardes! —dijiste con un pequeño tono autoritario y exagerado.

Jim ahorró todo el aire que pudo en sus pulmones y luego lo expulsó, yendo hacia Clara que se encontraba hablando con unas amigas suyas.

Sonreíste emocionada de que Jim al fin iba a ser capaz de hablar con Clara.

—Amor joven... *sniff*... mi Jim crece tan rápido —dijiste mientras te secabas la lagrimita traicionera pero con el nombre grabado de: Orgullo.

Desviaste tu mirada hacia, Toby. El entrenador aún seguía regañándolo. Resoplaste y te acercaste al par, a ver si podías ayudar al castaño en algo.

————˜°˜————

Inhalaste agotada mientras ajustabas tu mochila en tus hombros, tu amiga Cindy que iba a un lado de ti en su celular, te alzó este hacia tu cara.

—¡_____! ¡Dime! ¿Cuál es más lindo? —arqueaste una ceja confusa mientras mirabas la foto de esa banda coreana tan famosa que a tu amiga le gustaba.

Le dirigiste una mirada desinteresada.

—Cindy, todas se ven iguales —ella te frunció el ceño por tu ignorancia.

—Son chicos.

—Pues, todos se ven iguales —tu amiga solo bufa y guarda su celular.

—Dime, ¿harás algo en la tarde? —tarareaste unos segundos, buscando en tu agenda imaginaria si harías algo hoy por la tarde.

Recordaste la salida que habías aceptado de los chicos de detención.

Miraste a tu amiga un poco apenada por rechazar.

—De hecho si, iré con unos chicos a Starbucks —la peli-negra te miró con sorpresa.

—Wow, ¿en serio? ¿A cuál? ¿Al qué está cerca de tu casa? —asentiste hacia ella— ¡Genial! ahí es donde te iba a citar junto a Mike y Brayan —sonreíste emocionada por la coincidencia.

—Entonces, ¡supongo que te presentaré a los chicos y así todos tenemos una agradable salida! ¿Te suena bien? —tu amiga alzó los hombros.

—Me parece excelente, señorita Armstrong. ¿Paso por ti? —asentiste de acuerdo.

Tu amiga se despidió con la mano y fue por camino contrario al tuyo. Sabía que ibas a irte con Tobías y Jim, ni para que darte un aventón.

Giraste el último pasillo hacia la salida, pero interrumpiste tu andada y búsqueda cuando viste a Steve, el sujetando a Jim por el cuello de su suéter. Tenía el puño alzado, así que con esas escenas, ya sabias que es lo que estaba ocurriendo.

Molesta, te acercaste al par y cuando llegaste te cruzaste de brazos, mirando a Steve entre alegría falsa y fastidio.

—¿Algún problema, muchachos? —dijiste con tono de voz amenazador, más hacia el rubio que Jim.

El rubio se mostró levemente intimidado, sabía lo que la muchacha era capaz de hacer. Aunque era una chica, eso no le impedía romperle la madre al rubio, y él lo sabía.

Steve soltó a Jim y se llevó las manos hacia atrás inocentemente, fingiendo que nada paso.

—Ningún problema, _____. Solo estaba conversando con mi buen amigo, Jim —él dijo un poco nervioso.

Le arqueaste una ceja con mirada indiferente y te llevaste las manos a las caderas.

—¡Oh! ¿En serio? ¿Entonces alzarle el puño a mi amigo es conversar? ¿Qué tal si lo intento yo también? —te acercaste de modo peligroso hacia el rubio que retrocedía por cada paso que dabas.

Jim te interrumpió, poniéndose enfrente de ti.

—_____, está bien. No lo vale —negaste he hiciste a un lado a James, este sorprendido porque no cedías ante lo que dijo.

Ya no quedándole camino a Steve, se quedó quieto en su lugar con una mirada aterrada.

Tú tomaste, sin necesidad de ponerte de puntitas, por el cuello de la camisa a Steve y lo acercaste a ti, quedando cara a cara.

—Escúchame bien, Palchuk, porque está será la primera y última vez que te lo repetiré. Mantente alejado de Jim y Tobías, a menos que quieras que te muela a golpes aquí mismo —Steve tragó saliva— Ya sabes, 5 años de karate, boxeo y esgrima no se llevan bien de la mano ante un chico que solo lleva 2 años jugando futbol, tú decides. ¿Harás caso a mi petición? —el rubio asintió rápidamente.

Con una mirada alegre, le soltaste. Sonreíste cambiando rápidamente tu expresión intimidante de antes.

—¡Genial! ahora vete, creo que el entrenador llamo por ti —Steve rápidamente dio huida.

No sin antes parar y acercarse a Jim. Frunciste el ceño al ver que estaba susurrándole algo.

Ibas a acercarte, pero Steve fue más rápido y salió corriendo prácticamente.

Suspiraste y te acercas a Jim, junto con Tobías. El resto de alumnos que estaban de chismosos se dispersaron al ver que ya no habría más drama.

—¿Estás bien, Jim? —el peli-negro solo asintió en una sonrisa leve.

—Sí, _____. Gracias, pero no debías hacerlo —te lazaste en hombros con una mirada despreocupada.

—Si no lo hacía ahora, jamás te hubiera dejado en paz. Solo espero que cumpla su promesa y se mantenga alejado —Jim se tensó levemente, que bueno que no lo viste, porque si fuera así, ya le habrías obligado a soltar lo que el rubio le había dicho al oído hace rato— A todo esto, ¿por qué te quería golpear?

—Es que Jim fue a defender a Eli. Steve lo había metido en su casillero... otra vez... —abriste los ojos sorprendida de lo que Tobes había dicho y te acercaste al casillero de Eli.

Abriste este y te sorprendiste cuando el muchacho cayó en tus brazos junto a una pila de cuadernos, lápices y hojas.

—Uff, gracias por atraparme, _____ —le sonreíste amablemente y lo dejaste levantarse cuidadosamente.

—No hay de qué. ¿Estás bien, Elí? —el muchacho con lentes solo se alzó en hombros.

—He estado mejor, sinceramente —sonreíste por su respuesta y le ayudaste a levantar sus hojas y lápices.

Divisaste a Jim y Tobías en la entrada, esperando a que terminaras de ayudar a Elí para irte con ellos.

Le entregaste sus pertenecías al muchacho y te despediste de él con la mano, tomando tu bici para ir en rumbo a tus mejores amigos.

Te ajustaste el seguro en el casco mientras iban de camino a casa.

Tobías de vez en cuanto jadeaba cansado. Tú reíste por su estado.

—¿Quieres que te recomiende un gimnasio, Tobes? —el castaño te miró entre-cerradamente, al final resopló.

—Tal vez en un futuro.

—Cuando quieras —le guiñaste el ojo y devolviste la vista al camino.

Jim se había detenido al estar a solo unas cuadras de su casa. Su madre estaba en el auto y había detenido a su hijo.

—Hola, chicos —miraste a la mamá de Jim con una sonrisa educada.

—Buenas, Barbara, ¿Cómo ha estado?

—Bien, _____. ¿Alguna novedad en tu familia? —hiciste una mueca floja.

—Ñee. Shanaya casi se pelea con un mapache el día de campo de la semana pasada, pero eso es cosa de todos los días. Así que diría que no —la mamá de Jim rió ligeramente mientras negaba.

—Tu familia es un dilema, _____ —sonreíste divertidamente mientras asentías repetidas veces.

—Claro que lo es, ¿qué esperar de una familia con descendencia mexicana? —la chica peli-___ dijo mientras posaba un brazo en los hombros de James— A ver cuando deja a Jim ir conmigo uno de estos días. Lo serviremos como a un rey, ¿sí o no Jim?

Él solo rodó los ojos divertido, Tobías apenas llegaba al par de amigos.

—No creo que acepte, _____. Pero gracias por la invitación —con una mueca falsa en tristeza, posaste una mano cerca de tu pecho bajando la mirada y haciendo un ruido bajo de serpiente.

—Tsss. Eso dolió, Lake. Acabas de lastimar mis sentimientos —el nombrado solo negó y miró a su madre.

—Hola, doctora Lake. Se ve bien hoy —halagó Tobías una vez había controlado su respiración y su bici.

La mamá de Jim se ajustó los lentes y asintió por el halago.

—Gracias, y tú también te vez bien, Toby —el rellenito parpadeó sorprendido y se miró así mismo.

—¡Oh! ¿Lo noto? —dijo mientras se auto-miraba y apreciaba su belleza.

Tú solo negaste por lo egocéntrico que era a veces.

—¿Trabajaras esta noche? —preguntó Jim, su madre solo suspiró agotada.

Miraste hacia Toby que estaba haciendo presión en sus brazos, como buscando algún indició de músculos o algo parecido.

Te alejaste de Jim y fuiste directamente con Tobías. Posaste una mano en sus hombros mientras le alzabas una tarjeta.

La mirada extraño al castaño y tomó la tarjeta. Ya leyendo que es lo que era, miró a la chica con molestia.

—¡Hey! dijiste que en el futuro tal vez lo ocuparías, ¿no? —Toby asintió— Bueno, entonces guarda esa tarjeta para el futuro. Es un buen entrenador, te caerá mejor que Lawrence, eso tenlo por seguro —el chico suspiró agotado y guardó la tarjeta en su bolsillo.

—Ese entrenador parece que tiene un odio hacia mí —negaste con los ojos cerrados en una expresión divertida.

No te odia. Solo quiere que te esfuerces más —Tobías bufó y reiteró su atención hacia Jim y su madre, la chica peli-___ de igual forma.

—Jim, debe haber miles de cosas que preferirías hacer en vez de cuidar de mi —el peli-negro se alzó en hombros sin ninguna idea.

—No se me ocurre una —entrecerraste los ojos con fastidio.

"Él realmente no quiere salir conmigo y mi familia. Chale eso duele"

La mamá de Jim miró suavemente a su hijo y se alzó de hombros.

—Te amo, cielo —dijo mientras subía la ventana del auto y daba marcha hacia su trabajo.

—Adiós, mamá —James se despidió mientras seguía con la mirada hacia el carro.

Tobías negó con la cabeza y miró a Jim, una mirada indescifrable.

—Sobre-proteges mucho a tu madre —dijo.

Tú alzaste los hombros mientras aún tenias el ceño fruncido.

—Demasiado diría yo —dijiste con un tono un tanto molesto; era obvio que solo fingías.

Jim notó tu tono y te miró confuso.

—¿Pasa algo malo, _____? —te encogiste de hombros mientras te negabas a hacer contacto visual con Jim; estabas fingiendo orgullo e indignación con el peli-negro.

Algo que él se empezaba a creer.

—¡Oh! nada. Es que un buen amigo mío rechazó una salida con mi familia y conmigo... de nuevo. Nada importante la verdad —Jim captó la indirecta y se tragó tu actuación de berrinche.

—_____, sabes que no puedo. Debo de cuidar a mi madre y-

—Jim, se que te preocupas por ella, pero tu madre es un adulto, se sabe cuidar sola. Además que nunca has salido conmigo y mi familia. Una salida no hace daño. Yo he salido contigo y tu madre igual que con Toby y su nana. Tú has salido con Toby, pero no conmigo —Tobías asintió estando de acuerdo con lo que decías.

El castaño y tú ya habían salido mutuamente antes, Jim también, pero solo con Tobías, nunca ha salido contigo y eso te frustraba un poco. Tal vez sea por el asunto de que las salidas con tu familia son más que solo estar en tu casa, a veces se iban para otros lugares, como la playa, el parque, etc. Pero si él no quería, ¿qué se le podía hacer?

—Lo siento, _____, es que- —le interrumpiste, aún en tu papel dramático.

Posaste una mano en alto mientras detenías a Jim de tratar de acercarse a ti.

—¡No, Jim! ¡Ya noté quien es tu preferido aquí! —dijiste dramáticamente, mientras, Jim te mirada preocupado y arrepentido y Tobías solo quería morirse de la risa por la actuación tan exagerada.

Al menos él si se había dado cuenta de que estabas sobre-actuando.

—¡Me voy, se cuando no me quieren! —dijiste mientras retomabas el agarre en tu bicicleta y dabas la vuelta hacia tu casa.

El peli-negro con una mirada arrepentida, tomó tu muñeca y se acercó a abrazarte, tú soltaste un ligero gemido por la sorpresa y el fuerte abrazo que Jim emergía entre ustedes...y la bici.

Arqueaste una ceja en diversión y viste hacia Tobías que quería largarse a dar risas exageradas en su cuarto.

Tal y como una foca con epilepsia.

—¡No es eso, _____! ¡Te lo juro que no! —Jim dijo mientras te abrazaba más fuerte.

Jadeaste un poco por el aire y le diste unas palmadas en su espalda, tratando de calmarlo sobre lo que se había creído.

—Está bien, Jim. No estoy enojada, solo estaba fingiendo. Comprendo que no quieras ir, no te preocupes. Tampoco es como si pudiera obligarte o ir a tu casa a secuestrarte, jeje —dijiste mientras mirabas a Toby, él ya se estaba riendo entre sus manos, quería ahogar la risa— Ahora, si no te importa, ¿puedes soltarme? siento que me vas a quebrar una costilla —el oji-azul se separó rápidamente.

—P-Perdón... y-yo-

—Hey, sin problemas, tranquilo —el chico suspiró aliviado y Toby se acercó hacia ambos.

—Eres buena actuando, _____. ¿No has pensado ser parte de la obra escolar? —arqueaste una ceja confusa hacia el oji-verde.

—¿Obra?

—¡Sí! la de Romeo y Julieta. Clara había invitado a Jim para eso —miraste sorprendida al último nombrado, este se encogió de hombros sumamente avergonzado.

Le diste una mirada picara.

—Uys, con que, Clara, ¿eh? —Jim se sonrojo ligeramente y desvió la mirada.

—Ni sé si quiera entrar la verdad —Tobías negó con la cabeza mientras miraba a Jim.

—Deberías, Jimbo. ¡Esta puede ser tu oportunidad de estar con Clara! —asentiste emocionada ya que te acordaste de un Fanfic que habías leído tiempo atrás.

Trataba de lo mismo que estaba pasando. Así que tenias la ligera certeza de que todo iba a salir bien.

—¡Claro! además que en la obra, ambos personajes se besan. Puede ser tu oportunidad de... ya sabes... —juntaste tus manos mientras apretabas los labios en simulación de pequeños besos.

Jim solo desvió más la mirada, un poco avergonzado de lo que insinuabas.

—¡Vamos, _____! no soy actor —alejaste tus expresiones y le miraste comprensivamente.

—Siempre hay una primera vez, Jimbo —un grito desde tu casa acortó la escena.

Giraste a ver hacia atrás y viste a Shanaya con un trapo en mano y la cara llena de humo.

—¡_____! ¡Ven aquí ahora! ¡La puta estufa se está incendiando! —tu hermana dijo mientras corría de regreso a casa.

Suspiraste cansada mientras dirigías la bicicleta hacia atrás.

—El deber me llama. Nos vemos mañana, chicos —Tobías asintió junto con Jim, te despediste con la mano y fuiste rápidamente a tu casa.

Una vez en la entrada, dejaste caer tu bici por el pasto y corriste a la puerta principal, azotando esta mientras mirabas el humo por todos lados. Posaste una mano en tu boca mientras que con la otra ahuyentabas el humo de tu cara.

—¡Shanaya! ¡¿Dónde estás, pendeja?! —la nombrada salió de la cocina con una sonrisa radiante, confundida, le miraste en interrogación— ¿Qué mamada hiciste ahora? —¿qué? te gustaba decir groserías en español.

¡No era tu culpa!

—Nada, solo quería que dejarás de hablar con tu novio para que-

—Jim no es mi novio.

—Como sea. ¡Solo quería que vinieras para que probaras mi hermosa obra maestra! —la rubia de ojos verdes te llevo hacia la cocina y ya el humo siendo ahuyentado, dejó ver en la mesa un pastel que suponías era de chocolate.

Con una mueca indiferente, giraste a ver a tu hermana.

—¿Qué mierda es esto? —la oji-verde te mandó una mirada lasciva.

—Es un pastel de chocolate, burra.

Parece más bien un pastel carbonizado con ositos de goma color café, inexistentes —tu hermana te pegó un zape mientras iba en dirección del postre que hizo.

—Estoy segura que le gustará a Raúl.

—Y yo estoy segura de que se morirá antes de comerse el primer bocado —Shanaya te miró fastidiada.

—¿Por qué siempre me bajas el autoestima así? muy mal, hermanita —rodaste los ojos y te cruzaste de brazos en una mirada seria.

En primera, soy mayor que tú por 1 año, y en segunda, no bajo la autoestima, solo soy sincera. No es mi culpa ser sincera. Si te dijera que es hermoso te estaría mintiendo, y sabes que soy mala para mentir, que tu lo veas de otra forma no es mi problema —Shanaya te miró aturdida y molesta.

—Un: "Piola, hermana" me habría bastado, ¿sabes? —miraste hacia un lado y giraste a mirar a Shanaya de nuevo.

—Jim cocina mejor que tu —con eso, tu hermana se hizo un humo de negatividad y te miró con ganas de matarte.

Claro que como sentías las malas vibras, corriste hacia tu cuarto y te encerraste en el, riendo como foca epiléptica por la broma que le habías hecho.

Ya después tendrías tiempo de disculparte con ella y comprarle unos dulces. Eso siempre le anima.

Te recostaste en tu cama y fuiste a tu computadora, lista para escribir un nuevo capítulo de tu Fanfic.

¿Qué podías decir?, eras de esas chicas hormonales que les gusta escribir cosas geis sobre sus personajes favoritos.

No ibas ni por una palabra cuando tu celular sonó.

Con curiosidad tomaste el teléfono y contestaste.

—¿Helouuuu?

—¡Amiga! estamos fuera de tu casa para nuestra salida, ¿vas a salir? —te diste un golpe mental por haber olvidado la salida que tenias programada con tus amigos.

Con un suspiro resignado, apagaste tu compu. Ya después tendrás tiempo de escribir.

—Claro, en un momento voy.

—¡Genial! por cierto, lleva tu linterna —arqueaste una ceja con confusión.

—¿Pa' qué we? —tu amiga Cindy rió por el otro lado, tu lado latino sale sin querer.

—Ya conocí a tus amigos de detención y nos llevamos muy bien, sobre todo con Jane. Así que planeamos que en lugar de Starbucks iremos a una casa embrujada cerca de aquí. ¿Le jalas, verdad? —tu mente estaba en duda.

Por una parte si querías ir, ya sabes, aventuras y eso, ¡yuju!

Pero por otro lado no, porque en las películas siempre los protagonistas mueren y es por el 98% a causa de una casa embrujada.

Después de segundos de silencio, tomaste tu linterna del estante.

—Sabes que sí. ¿A quién matamos? —por alguna razón, sentías que te ibas a arrepentir de esto.

¿Por qué nunca podías decir que no?

————˜°˜————

—We, ¿por qué, Momo? —la chica de cabello teñido en morado de detención solo te mandó una sonrisa emocionada, aunque confusa porque no era muy buena en español, pero de que te entendió, te entendió.

—Siempre he querido conocer a ese ser tan misterioso —miraste con una ceja arqueada a la chica, mientras, Cindy se tomaba una selfie con todo lo que se encontraba.

Ella era de las típicas chicas que se tomaban foto con todo, CON TODO.

Una vez hasta se había tomado una foto con un papel de baño mientras que en la descripción de la foto ponía:

#MeCaiConElPapelDeBañoYMePartiLaMadrePeroSigoViva:D

En serio, nunca debiste enseñarle a usar Twitter.

Miraste hacia tu grupo que estaba en círculo; rodeando un celular. Estaban chateando por Whats para invocar a ese "ser mitológico"

Te sentías aburrida, así que con una cara fastidiada solo esperabas a que tus amigos se dieran cuenta de que seres como esos no eran reales e irse todos por una pizza o algo así.

—¡Oh, gran, Momo! ¡Revélate! ¡Sé que estas aquí! ¡No tengas miedo! ¡Todos aquí somos amigos! ¡Y si ocupamos un sacrificio, _____ está disponible! —con una mirada en indignación, te giraste a ver a Cindy.

—¡Cindy! —reprochaste.

—¿Qué? ¡¿Ocupo emoción en mi vida, sabes?! ¡No es mi culpa que te hayas vuelto tan aguafiestas! —te tomaste el pecho mientras jadeabas totalmente indignada de sus palabras.

Eso fue golpe bajo, ¡tú eras la reina del caos!

Cuando estabas por unirte al "ritual" y tal vez pegarle un zape a tu amiga, tu celular sonó.

Todos te voltearon a ver con interrogación por la interrupción.

Ante sus miradas, solo sonreíste nerviosa y sacaste tu celular viendo el nombre del contacto de Jim en el.

—E-Eh... jeje... un segundo por favor —saliste rápidamente de la residencia abandonada, contestando el teléfono— ¿Hola? ¿Jim?

—¡_____! ¡Gracias a dios! ¡Había llamado a Tobes pero me dijo que estaba ocupado y tú eras la segunda y única opción que quedaba! —arqueaste una ceja entre preocupada he indignada.

Ser segunda opción y que te lo digan, duele.

—Me ofendiste un poco, pero haré de lado el hecho de que me llamaste segunda opción porque estoy preocupada por ti. ¿Todo bien en casa? ¿Te paso algo? ¿Te caíste en el baño? ¿Un ladrón entró a tu casa?

—¡Nada de eso! ¡_____, escucha! ¡Me estoy volviendo loco! ¡Necesito hablar con alguien, y tú eres mi única y última opción! —por el tono de su voz, ahora tú te estabas alterando por la preocupación que sentías hacia tu mejor amigo.

—Okay, calma, calma más despacio, Jimbo, que me pones nerviosa. ¿Qué paso? suelta la sopa —se escuchó desde el otro lado un resopló, parecía que Jim estaba tratando de buscar valor y palabras para lo que tenía que decir.

—Bien, escucha. Hace un rato bajé al sótano, creí que habían sido mapaches, ¡pero no creerás lo que me encontré en lugar de eso! ¡Te juro que no estoy loco! ¡Lo digo en serio! —aún más confundida lo incitaste a seguir— Dijeron que eran trol-

—¡¿_____, vienes?! la primera aparición está llegando —ante la interrupción de tu amiga de detención, giraste a verla.

—¡En un segundo voy! —contestaste mientras le hacías un ademán de que regresara dentro, reiteraste tu atención al teléfono— Entonces dime, ¿eran qué?

—¿Estás... ocupada o algo así? —ante su pregunta, bufaste un poco agotada.

—Pufff, son solo mis amigos de detención y los que van en mi salón. Estamos haciendo un "ritual" para invocar a Momo. Muy loco, ¿no? —Jim rió, sentiste un tono nervioso en su risa.

—See, jeje.

—Yyyy, entonces, ¿me contarás que viste? ¿O quieres que vaya a tu casa para platicar más tranquilos? —Jim se exaltó un poco y negó repetidas veces por la llamada.

—No, no, no, no, tú quédate con tus amigos. Te puedo contar mañana, no me gustaría importunar tu salida —frunciste el ceño con preocupación hacia James Lake Jr.

—¿Estás seguro? ellos comprenderán que es importante y-

—N-No, _____, está bien. Estaré bien. Te veo mañana —con una mueca poco convencida, resoplaste derrotada.

—Está bien. Creeré en tu palabra, Jim. Nos vemos mañana.

—Sí. Nos vemos —el chico fue el primero en colgar.

La oji-___ un poco confundida, pero preocupada aún, guardó su teléfono en el bolsillo del pantalón y caminó de vuelta a la "casa embrujada".

Cindy no paraba de llamarte para que vieras la "anomalía" que había hecho, Momo.

Dios, como esperabas para que la salida se terminara. Decir como excusa que ibas a ver a Jim era una buena salida de esto, pero como él se negó, no había otra forma más que esperar a que todo terminará.

Seguías preocupada por él. ¿Por qué en la llamada lo notabas tan nervioso y tenso?

¿Algo había pasado?, ¿o te perdiste de algo?

Inhalaste y exhalaste, llegando y sentándote al lado de tus amigos.

Sea lo que fuere que alteró al de cabello oscuro, estabas segura de que mañana te iba a contar. Mañana saciarías tu curiosidad.

————˜°˜————

En fastidio, azotaste la puerta de tu casillero.

No habías podido dormir bien porque tú y tus acompañantes (desde hoy los consideras como malas influencias que amigos) se quedaron en la casa "embrujada" hasta la madrugada.

¡Solo 2 putas horas habías dormido!

¡No vuelves a aceptar ninguna salida desde hoy!

"¿A quien engaño? nunca puedo decir que no"

En fin, para alimentar más tu fastidio y estrés, Tobes no fue a buscarte como siempre ya que había ido al dentista y pidió permiso para faltar hoy, mientras que Jim no se encontraba en su casa. Dedujiste que se había ido temprano a la escuela.

Algo muy raro de su parte porque normalmente siempre llegaba tarde.

Tus pensamientos fueron interrumpidos cuando chocaste con alguien.

Te tomaste la cabeza por el golpe que te habías dado y miraste hacia arriba sumamente enojada por quien se te atravesó.

Estabas de mal humor, ¿quién podía juzgar eso en una chica adolescente?

—¡Agh! ¡Fíjate por dónde vas, idiota! —parpadeaste repetidas veces al reconocer muy bien esos ojos azules.

—¡_____! ¡Lo siento tanto! y-yo- —le interrumpiste poniendo una mano en alto y rechazando su ayuda, tú misma te levantaste y recogiste tus libros del suelo.

Con una mirada un poco indescifrable entre la alegría de verlo y el fastidio de que no hayas dormido bien, miraste a tu mejor amigo. Él con una mirada sumamente preocupada y arrepentida hacia ti sobre la situación.

—No, está bien, perdón por insultarte... yo... ¡agh! —te tomaste la frente, sobándote esta— No he dormido bien hoy, ¿sabes? —Jim se acercó a ti y tomó tus hombros, mirándote más preocupado que antes.

—¿Segura de que estás bien? puedo llevarte a la enfermería para que te retires y- —negaste con la cabeza mientras le sonreías levemente.

—No, estoy bien, puedo soportar unas horas más de escuela, no te preocupes —el de suéter azul se mordió el labio, dudando de tu decisión.

—N-No lo sé, te ves muy cansada. Será mejor que- —el timbre interrumpió sus palabras.

Resoplaste en tu lugar y te alejaste de su agarre.

—Estaré bien, Jim. Será mejor que vayas a tus clases. Cuando termine la escuela me contarás ese asunto por el que me habías preocupado tanto ayer —Jim te miró confusamente, pero parece que a los segundos el foco se le encendió al recordar la llamada de ayer.

Sonrió nervioso.

—O-Oh, sí, si claro. ¿Nos vemos en mi casa, después de clases? —le guiñaste un ojo mientras le alzabas tu mano con un ademán de pose cool.

—Dalo por hecho. ¡Nos vemos, Jimbo! —Jim se despidió de ti con la mano.

—Si... nos vemos —dijo para verte correr por los pasillos; quedándose atrás.

Llegaste en un jadeo cansado al salón de artes, era tu última clase, así que dudabas que la maestra llegara hoy. Ella era muy irresponsable.

A veces venia y a veces no.

Te sentaste en tu pupitre y dejaste caer la cabeza en la mesa. Miraste alrededor para buscar a tus amigos responsables de tu insomnio, pero no los hallaste.

Un poco enojada, te dispusiste a dormir lo que duraba el modulo.

"¡Esos flojos!..."

————˜°˜————

Te levantaste exaltada y con un hilo de saliva por la comisura de tus labios.

El sonido del timbre te había levantado de tu sueño, y eso solo significaba una cosa.

Ya era hora de la salida.

Un poco tambaleante, saliste de tu salón, tomabas tus libros, he ibas a tu casillero; por el patio.

Insertaste la combinación y cerraste ya una vez pusiste dentro todos tus libros.

Miraste hacia donde estaba tu bici y te diste cuenta de que la de Jim no se encontraba. Eso significaba que ya se había ido.

De seguro pensó que tú lo buscarías por la tarde. Sonreíste por el tierno gesto de su parte.

Sabía que estabas cansada, por eso mejor decidió que te fueras a tu casa y descansaras un poco antes de ir a verle.

Tomaste tu bici y fuiste de camino a casa. No tuviste muchas distracciones, por el camino te encontrabas con la cabeza un poco tambaleante, debido al sueño.

Te palmeaste la cara, no querías morir en una carretera si te quedabas dormida por el camino.

Querías que tu muerte fuera de una manera cool y heroica, no de una manera simple y súper común.

En fin, ya al haber llegado tiraste la bici en el césped por el frente de tu casa junto con el casco y con pasos como de zombie, entraste a tu casa, hallándote con tu madre dormida en el sillón y tu padre en la cocina.

—¡Hey, cariño! ¿Cómo te fue hoy? —te acercaste a la cocina con torpes y dormidos pasos.

Soltaste un bostezo mientras mirabas a tu papa en una media sonrisa.

Ni sonreír por el sueño podías.

—Me fue bien, solo que casi todas las clases fueron suspendidas. Solo tuve química y álgebra. Lo demás fue tiempo libre —tu padre te sobó la cabeza, despeinándote más de lo que ya estabas.

¿Debías mencionar que eras un desastre con la cara y el cabello hoy?, realmente parecías un zombie.

Qué bueno que los hombres son despistados para no darse cuenta del aspecto que tienen las mujeres.

Bueno, todos menos uno que conoces muy bien.

—Eso fue suerte, cariño. Si quieres ve a tu cuarto, te llamaré cuando la cena este lista.

Negaste con la cabeza mientras te tallabas un ojo.

—Posponla para mi luego, apa. Hoy dormiré un poco —tu padre te volteó a ver un poco preocupado y curioso de que hayas rechazado la comida.

Tú eras la más tragona de la familia. No podías juzgarlo por estar sorprendido.

—Está bien. La guardaré para que la comas luego —negaste de nuevo mientras ibas en dirección hacia las escaleras.

—No te preocupes, comeré en casa de Jim. Tengo que ir a su casa por una tarea que nos dejaron —tu padre te arqueó una ceja confusa.

—¿Pero no que tu y él iban en salones diferentes?

—Lo estamos, es solo que nuestras actividades en ciertas materias a veces llegan a ser iguales —mentías, ¿pero qué otra excusa podías decir?

No podías solo decirle: "Es que iré a casa de Jim para que me explique que le paso ayer, ya que me llamo súper alterado y nervioso".

Te gustaba crear caos y destrucción, pero no en temas de adolescentes que los padres siempre se suelen tomar mucho a pecho, y menos si involucraba a tus amigos.

Tu papá solo resopló y te miró con una sonrisa, estando de acuerdo.

—Bien, pero no llegues tarde a casa. Después de tu salida de ayer, tienes prohibido llegar a casa en la madrugada, ¿está claro? —asentiste un poco apenada por lo de ayer.

Tenias tanto sueño, que solo al entrar a tu cuarto, te tiraste a la cama y te abrazaste de una almohada.

Cerraste los ojos con una sonrisa por sentir la suavidad de la cama y te dejaste llevar por eso.

Disfrutando de su calidez que poco a poco, caías en un sueño profundo.

————˜°˜————

"¡Tengo que hacerlo!

"¡No, no puedes! ¡No debes! ¡No quiero perderte, no puedo! ¡Es MI trabajo protegerte! ¡Es MI trabajo protegerlos a todos, no el tuyo!"

"¡Es mi trabajo que tu cumplas tu destino!"

"¡¿De qué mierda sirve solo mi destino si tú no estarás en él?!"

"¡Es por el bien de todos!

"¡¿Y POR QUÉ NO VES EL TUYO PROPIO?!"

"..."

"No te dejaré ir, ni ahora, ni nunca"

"Lo siento, pero si es por salvarlos a todos, debo hacerlo"

"¡No, no, no! ¡_____, no te atrevas!"

"Sé que encontrarás una solución, lo presiento. Esto no es un adiós..."

...James...

————˜°˜————

En un sobresalto, te levantaste de la cama totalmente agitada debido al sueño que tuviste.

Te tomaste la cabeza, confusa del porque habías soñado con Jim.

Casi no recuerdas mucho el escenario, solo a él y a ti, ambos portaban ropas extrañas que no lograste identificar.

"¿Por el bien de todos? ¿Eso qué significa?"

Miraste a un lado de ti y observaste la hora, jadeando con sorpresa cuando te diste cuenta que ya eran las 8 de la noche.

¡Jim te va a matar!

Olvidaste por completo el sueño que habías tenido y corriste por un suéter holgado y un short junto a unos tenis.

No te miraste al espejo, solo fuiste corriendo escaleras abajo. Suerte que no había nadie.

Tomaste las llaves de la casa y saliste por la puerta principal, cerrando está detrás de ti una vez tú estabas fuera.

Corriste las cuadras hasta la casa de Jim y abriste la puerta, sobre-exaltando a los 2 presentes.

Tobías te vio con confusión, tenía una caja de pizza congelada en la mejilla. Mientras que Jim te miró sumamente preocupado por tu aspecto.

—Y-Ya... uff... llegue —dijiste entre suspiros largos mientras te tomabas las rodillas para recuperar el aire.

Jim fue corriendo hacia ti para mirarte más de cerca con grave preocupación. Tenía miedo que le dijeras que fuiste asaltada por ladrones, bandidos o algo así.

—¡_____! ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué te paso?! ¡¿Te atacaron acaso?! —arqueaste una ceja por sus preguntas y te enderezaste correctamente, posando una mano en su hombro.

—Estoy bien, Jim. Solo se me hizo tarde para venir a tu casa ya que me quede dormida. ¿Recuerdas qué me dijiste que viniera a tu casa para que me cuentes lo que te paso ayer? —Jim abrió levemente la boca comprendiendo ahora porque tu cabello era un desastre.

Tu cabello parecía un nido de pájaro, sinceramente.

—O-Oh... ¡sí! ¡Ven! ¡Tú y Toby no van a creer esto! —asentiste confusa de su entusiasmo y fuiste en dirección a la cocina.

A un lado de Toby, le miraste, preguntando con el gesto, él solo se encontraba comiéndose la pizza congelada del paquete.

Te alzó una y tú la tomaste mientras veías a Jim que tenía el amuleto que había encontrado en el canal, en mano.

—Bonito cabello, _____ —sonreíste orgullosa por el sarcástico cumplido de Toby.

—Gracias. Si quieres te enseño como hacerlo. Doy clases los jueves no cobro mucho —Jim les mandó a ambos una mirada un tanto molesta por su atención alejada del asunto real.

—¡Chicos! ¡Pongan atención! —ambos solo asintieron mientras miraban a Jim de nuevo.

Concordando con sus miradas desinteresadas.

—Por la gloria de Merlín, la luz del día está bajo- —la escena se interrumpió debido al sonido del microondas.

Se había acabado el tiempo de calentado.

Toby sacó la pizza mientras que tú te terminabas la tuya y mirabas a Jim en una mirada aburrida e indiferente.

—Eh... funcionó hace un rato —Toby te extendió otra pizza y tú la recibiste.

—¿Te burlas ahora de nosotros, Lake? —Jim negó e hizo ademanes con sus manos hacia ustedes.

—¡Esperen, esperen! —el cerró los ojos y pareció concentrarse.

_____ y Toby se miraron mutuamente por su actuar, ya empezabas a alzar el teléfono para llamar al psicólogo.

Detuviste tus acciones al ver unas luces azules salir del amuleto, Jim se comenzó a elevar y tú y Toby abrieron sus bocas levemente por la sorpresa.

—¡Santos champiñones! —dijo Tobes una vez vio como de la nada partes de armaduras rodeaban al de cabello oscuro.

Tú tenias la boca tan abierta que hasta jurabas que te llegaba hasta el suelo.

La armadura se ajustó al cuerpo de Jim junto a una espada por su espalda, cayó al suelo y abrió los ojos, mirándose así mismo con una sonrisa.

—¿Eh? ¿Eh? ¡¿Qué tan genial es esto?! —dijo emocionado mientras miraba a sus mejores amigos.

Tú totalmente perpleja sobre lo que acaba de pasar, corriste en dirección de Jim, tocando cada parte de su armadura, deduciendo si seguías dormida o no.

Apoyaste una mano en tu frente al comprobar tus dudas.

—Dios... esto es... —Toby te interrumpió con emoción, mirando a Jim.

—¡No inventes, no inventes, no inventes! —dijo repetidas veces mientras alzaba los brazos de Jim y tocaba estos— ¡De lujo, de lujo, de lujo! —dijo mientras seguía inspeccionando la armadura adherida al de ojos azules.

—¿Sabes lo que significa esto, verdad? —dijiste con una mirada entre seria y preocupada, Jim te alzó una ceja.

Tobías contestó la pregunta con una respuesta errónea.

—¡Esto significa que Jim tiene una responsabilidad sagrada! —dijo Toby, tú lo volteaste a ver y sonreíste emocionada y un tanto ansiosa.

—¡Eso es lo que dijeron! —dijo Jim mirando a su emocionado y regordete amigo castaño.

La chica del grupo arqueó una ceja ante lo que el chico de armadura dijo.

—¿Dijeron? ¿Quiénes? —ella cuestionó mientras se cruzaba de brazos, ante la mirada interrogante, Jim se encogió un poco en su lugar.

—Bueno, eso es lo que te iba a decir, ayer- —su explicación se vio interrumpida por la voz emocionante de Toby.

—¡No inventes, no inventes, no inventes! —Toby paró sus brincos emocionados mientras comía un pedazo de su pizza, tú reíste por su comportamiento entusiasmado— ¡Tienes que usar esos nuevo poderes en beneficio de toda la humanidad! ¡Tienes que usar eso para patear el trasero de Steve!

La chica de cabello ___ y Jim, le lanzaron una mirada indescriptible al castaño de ojos verdes.

Ibas a reclamar, pero Jim se te adelantó.

—¡¿Es enserio?! ¡Te enseño una espada brillante, y una armadura completa que solo puede ser mágica! ¡¿Y así es como respondes?! —Toby solo se alzó en hombros mientras que se comía el resto de su pizza y contestaba a Lake.

—¡En serio! ¡Es hora de patear traseros! —él dijo mientras hacía movimientos de karate como podía.

Tú rodaste los ojos por su comportamiento. Y pensar que actuaria un poco más maduro que esto.

—Tobes. Esto no es un juego. Si ese amuleto llamo a Jim y lo eligió a él, quiere decir que gente mala querrá este poder... —tocaste el amuleto en el pecho de Lake— ...para beneficio propio. Una responsabilidad como esta nunca se toma a la ligera.

El oji-verde rodó los ojos mientras hacia una leve mueca. Su expresión cambio a los segundos por una duda que le llego instantáneamente a la cabeza.

—Espera, ¿quiénes son ellos? —dijo mientras miraba a Jim en confusión.

Dirigiste tu mirar de igual forma al peli-negro. Este se encogió un poco en su lugar mientras se llevaba la mano a la nuca en nerviosismo.

—¡Esa es la parte que me pone nervioso! —el sonido de la puerta ser tocada, interrumpió.

El tercio dentro de la casa se giró a ver hacia la puerta, una extraña criatura se dio a conocer por la entrada en una mirada amigable.

Tú abriste la boca por sorpresa de su aspecto mientras que Toby se escondía detrás de Jim, totalmente asustado.

—¡Wow, esta debe ser la parte en la que los mentores del elegido llegan para decirle su propósito! —dijiste totalmente emocionada sobre lo que pasaba a tu alrededor.

Jim y Toby te miraron raramente, al sentir sus miradas, se las devolviste de forma indiferente.

—Ñee. Olvídenlo. Solo yo me entiendo.

—Jim... ¡¿qué rayos es eso?! —Tobías preguntó, aún escondido detrás de Jim— ¡No abras la puerta!

—¡Que grosero de tu parte, Tobes! —regañaste hacia Toby, el sonido de la puerta ser abierta se escuchó y la criatura detrás de ella entró a la casa.

Tú sonreíste emocionada, mientras que Tobías tomaba un cucharon y se escondía detrás de la barra de cocina.

—¡Aha! ¡Maese Jim! —Tobías gritó por la entrada que la criatura había hecho.

—Voy a llamar a la policía o no, ¡mejor al control de animales! —dijo él mientras sacaba su celular.

Rodaste los ojos por lo paranoico que se estaba mostrando.

Si no atacaban, eso quería decir que eran de los buenos, con esa información el resto casi no importa.

—¡Sabia que solo era cuestión de tiempo para que el amuleto lo llamará! —arqueaste una ceja mientras que Jim copiaba tu expresión confusa.

—¿Los llamó?

—En realidad no. Lo estábamos espiando —sonreíste ante lo que la criatura dijo y te cruzaste de brazos.

—Que cool —la criatura te miró curiosamente.

—Maese Jim, ¿quién es su acompañante? —Jim parpadeó un poco y te giró a ver, sin saber cómo presentarte.

Un poco impaciente de su tardía respuesta, alzaste la mano hacia la criatura.

—Soy _____, _____ Armstrong, ¡un placer! señor...

—Blinky Galadrigal —él aceptó tu apretón y solo sonreíste un poco nerviosa y emocionada.

—Bueno es un gusto. Si me permite preguntar. ¿Ustedes qué son? —Blinky jadeó por tu pregunta y se acercó a Jim para hablar a "solas" con él por el oído.

—¿Le habló a su amiga y su rechoncho amigo escondido sobre nosotros? —Jim se encogió de hombros por la pregunta.

—¿Algún problema con eso? —Blinky negó con una mirada un poco preocupada.

—Maese Jim, los troles hacemos grandes esfuerzos por esconder nuestra existencia de su raza y evitar pánico —el pequeño grito agudo de Tobías te alarmó; giraste a verlo.

Él estaba siendo sostenido por el otro trol que tuvo dificultades para entrar por la puerta ya que era ligeramente grande y ancho.

—¿Troles? —preguntaste en un susurro, que casi nadie escuchó, solo Jim a un lado de ti.

—¡No inventes, no inventes, no inventes! —dijo Toby asustado mientras alzaba el cucharon hacia los únicos troles de la casa.

—Como ese —Jim se acercó a Tobías, tratando de tranquilizarlo.

—¡Está bien, Tobes! —Jim se puso a un lado de Toby, este solo decía puras incoherencias en voz baja— Este es mi mejor amigo, Toby Dom.

Toby en una mirada asustada y alarmada no dejo de "amenazar" con el cucharon hacia los troles.

—¡Tienen como 100 ojos, vamos a morir! —dijo en un grito ahogado, solo rodaste los ojos por sus reacciones exageradas.

El trol de 6 ojos, sonrió hacia Toby, de un modo "tranquilizador" si se puede decir así.

—No creo. Tu amigo es el Cazatroles. Su noble obligación es protectora.

—¿Protectora? —preguntaste hacia el trol, él te dirigió su atención levemente— ¿Cómo un superhéroe o algo así?

—Yo no diría que en ese sentido- —Toby interrumpió su charla, sentándose en la orilla de la barra, aún con el cucharon en su mano.

—¡Oh! ¿Puedo ser su asistente con un nombre de superhéroe? ¿Cómo Deadblaid o Snidersnaik? —decaíste tu cara por su pregunta.

Jim interrumpió a todos, dirigiéndose más hacia el trol de 6 ojos que se encontraba al lado de la única chica en el lugar.

—Esperen... ¿a quién debo proteger? —ante la pregunta, el trol de nombre desconocido aún, hablo señalándose así mismo.

—A nosotros...

—¡Y a la humanidad de los troles malos! —siguió Blinky la oración del trol más grande— Además de Goblins, repelentes y uno que otro Gnomo —se interrumpió así mismo un poco fastidiado porque Tobías lleva rato pegándole con el cucharon cerca de sus ojos, se giró a verlo con una mirada medio molesta— ¡¿Te importaría?! —Toby solo dejó caer el cucharon con una mirada indescifrable, el trol se calmó y se giró a ver a Jim de nuevo— ¡El titulo de Cazatroles es una responsabilidad sagrada! y JAMÁS había sido pasada a un humano antes. ESTE es un momento trascendental.

Miraste confusa hacia el trol y luego Jim, este se encontraba totalmente mudo, no sabía que decir ante la nueva información.

Estabas por sacar más preguntas sobre el tema, pero un sonido desde afuera te interrumpió.

Parecía... ¿el pitido de un... carro?

—¡Ah! ¡Es mi madre! —dijo el oji-azul alarmado al reconocer el auto fuera— ¡Todos arriba! ¡Rápido! —todos siguieron a Jim.

Tobías tropezando de vez en cuando por las escaleras.

Todos entraron al baño empezando por el trol grande sin presentación.

Tú bajaste la mirada levemente hacia la sala, tragando saliva cuando notaste a la madre de Jim entrar.

Lake te tomó por el brazo y te obligó a entrar al baño. Cerró la puerta una vez estabas dentro.

—¿Jim? ¡Soy yo! —escuchaste la voz de Barbara en la planta baja, Jim se giró hacia su audiencia alarmada por ser descubiertos.

—¡Se supone que llegaba hasta la media noche! —él susurró mientras tenía el ceño fruncido.

El trol grande aspiró el cabello de Toby, mientras que este le miró raramente.

—Tú hueles a gato.

—Mi nana tiene un siamés —contestó un poco incómodo.

El trol solo se relamió sus labios.

—Mmm, delicioso —arqueaste una ceja con extrañeza hacia el actuar del trol.

Expresión siendo interrumpida por la voz de Barbara de nuevo.

—Olvide mi teléfono, ¿tú te encuentras bien? —Jim miró hacia ustedes 2 por ayuda, principalmente.

Buscaste entre el cuarto para una distracción y miraste la taza del baño.

Bueno, podía ser una buena distracción.

Le hiciste una seña a Tobías de que tomará el cepillo de baño he hiciera sonidos con este.

El captó tu idea e hizo lo pedido.

Jim se dirigió a la puerta, intentando inventarse algo para pasar desapercibido.

—Amm... e-ehh... ¡sí! mi estómago está... —los sonidos parecidos a pedos comenzaron a sonar, Jim miró hacia Toby y negó con la manos.

La chica solo aguantaba las ganas de querer reírse.

—¿Sabes? creo que tengo una infección estomacal.

—Cielo, te traeré unas medicinas, ¿de acuerdo? —dijo la madre de Jim.

Una vez la puerta de abajo fue azotada dando la señal de que se había ido, Jim giró a ver a los troles cuando su amuleto comenzó a brillar.

—De acuerdo, ¿qué está pasando? —cuestionó hacia el trol de 6 ojos.

Tú te acercaste a la armadura de Jim con asombro, tocando el amuleto, este centellando.

—El amuleto reacciona a tu estado emocional —arqueaste una ceja por la explicación, mientras que Toby apagaba la luz del baño solo para ver como brillaba el amuleto en el pecho de Lake— Parece que estás alterado —Jim le envió una mirada sarcástica.

—¿Tú crees?

—Tengo otra pregunta —dijo Toby una vez había prendido de nuevo la luz del baño, solo que el trol más grande se encontraba jugando con ella.

—Habla, Theodoro.

—Es Toby en realidad, o Tobías como prefieras. Si Jim es el primer Cazatroles humano, como dijiste... —se interrumpió un poco para palmearle la mano al trol grande que seguía jugando con el interruptor de la luz— Entonces, ¿quién o qué era el Cazatroles antes de él? —jadeaste emocionada por la pregunta.

—¡Buena pregunta, Tobes! —le alzaste la mano en un: "¡Choca lo 5!"

Te correspondió el gesto, mientras que Blinky respondía.

—El glorioso titulo ha pasado de trol, a trol durante cientos de años —Jim arqueó una ceja confundido.

—Entonces... el Cazatroles anterior... ¿se retiró?

—Se... quebró... —respondió tristemente el trol grande.

Confusa, te dirigiste a él.

—¿Quebró?

—Es decir, muerto —Blinky con una mirada en pena se dirigió de nuevo a James.

—Fue convertido en piedra y destrozado —Jim tragó en seco por la respuesta mientras daba una expresión entre asustada y sorprendida— Kanjigar el valiente era su nombre, brutalmente asesinado por el implacable trol llamado Bular —ante lo tensó que notabas a Jim, te acercaste a él y posaste una mano en su hombro.

Método de consuelo, o algo así. No te gustaba verlo tan asustado y nervioso.

—Tranquilo, Jim. Ese tipo Bular tal vez solo tuvo suerte —Blinky te interrumpió, un poco de indignación en su voz.

—La evidencia no sugiere eso. Bular es un oponente formidable.

—Entonces, el otro, ¿estaba fuera de forma o algo así, cierto? —preguntó el nuevo Cazatroles, totalmente esperanzado de que la respuesta fuere: Si.

Las palabras de Blinky lo bajaron de su burbuja de esperanzas.

—Lo dudo, Kanjigar era tal vez el más atento y capaz de todos los Cazatroles —Jim bajó un poco la mirada.

Palmeaste su espalda, tratando de calmarlo un poco. Te sonrió débilmente de lado por tus preocupaciones hacia él.

Le devolviste la acción.

—Pero no el mejor, apuesto —el trol de 6 ojos rió ligeramente como si Jim le hubiera lanzado un buen chiste.

—¡Oh! ¡Era el mejor de todos! —Jim bajó más la mirada— Se han escrito muchas canciones sobre él —tú abrazaste al levemente deprimido Jim por los hombros, miraste a Tobías, pidiéndole ayuda para subirle el ánimo.

Él te hizo una seña de espera y se dirigió a Blinky.

—Eh... creo que lo que le preocupa un poco a mi amigo es... es si ese-

—Bular —le interrumpió el trol grande que tenía el cepillo del baño en su nariz.

Hiciste un leve gesto de asco junto a Toby. El último negó con la cabeza y siguió hablando.

—Sí, entendí. Si Bular pudo derrotar a Kanjigar-

—Deshacer en pedazos —volvió a interrumpir el trol grande, ahora metiendo el cepillo en la boca como una especie de paleta.

Profundizaste más tu gesto de asco y desviaste la mirada, sentías que ibas vomitar.

Jim se dejó caer al suelo, recargándose con ayuda de la puerta, se llevó las manos a los costados de su cabeza, sin saber que más pensar de la situación y el lio en que se metió. Tenía los ánimos muy abajo.

Te agachaste y le abrazaste por el hombro, dándole apoyo emocional. No sentías que funcionaba, pero igual seguías. Querías hacer sentirlo mejor.

—¿Entonces que le va a pasar a Jim? —terminó de preguntar Toby, señalando a su deprimido amigo.

—Una adecuada, aunque inquietante pregunta, Tom —el castaño le hizo una mueca y el trol se corrigió de inmediato por la equivocación— ¡Tobías! ehh... ¡ah, claro! nunca esperaríamos que Maese Jim entrará a la batalla sin entrenamiento adecuado. ¡En absoluto! —sonreíste ligeramente y tomaste por los brazos a Jim levantándolo de su lugar sin ningún problema.

Jim te miró un poco sorprendido en cuanto estaba de pie.

—¿Cuándo te volviste tan fuerte? —alzaste los hombros.

—Años de entrenamiento, Jim —Tobías se acercó a ustedes y palmeó el hombro de Jim.

—¿Ves? ¡No hay de que preocuparse! ¿y cuánto toma ese entrenamiento? —Blinky por la pregunta, hizo un gesto medio sorprendido.

Alzó sus manos como si estuviera contando cada dedo, y de última, miró hacia el tercio de amigos.

—Décadas —contestó.

Jim preocupado por su vida, hizo la última y obvia cuestión.

—Y... ¿cuánto tiempo tengo?

—1 día o 2 —el trol grande detrás del de 6 ojos hizo un ademán de: "Más o menos" con su mano.

Jim por la respuesta, solo se llevó la mano a la cara, sin saber cómo ordenar bien su cabeza.

El sonido de la puerta siendo tocada alarmó a los presentes dentro.

—¡Jim! ¡Traje las medicinas! ¡Sal de ahí! —el nombrado rodó levemente los ojos y respondió.

—¡Estoy bien! enserio.

—Soy doctora, trataré a mi propio hijo.

—¡Solo necesito un poco de privacidad! —negaste con la cabeza por la excusa que había soltado.

Así había más posibilidades que les descubran.

Miraste alrededor del baño, tratando de buscar un escondite antes de que Jim abra la puerta. ¡Oh! y también tratar de saber cómo quitarle la armadura antes de salir, punto muy importante.

—¡Me preocupas! —señalaste a Tobías y a los trol hacia la tina del baño.

Asintieron y se metieron dentro, tapándose con la cortina. Te giraste hacia Jim y le señalaste la armadura.

Él solo se relajó y la armadura desapareció, el amuleto cayó de su pecho y lo metió en su bolsillo.

Te acercó a la tina y te hizo esconderte entre Tobías y los 2 troles.

De ultima, Jim bajo la llave de la taza y abrió la puerta justo cuando su madre estaba por poner una mano en el picaporte.

—¿Ves? te lo dije. Estoy bien —la madre de Jim, un poco confusa, miró desde afuera el baño.

—Esta... ¿bien?

Se giró para ir detrás de su hijo.

Suspiraste aliviada en cuanto escuchaste los pasos alejarse.

El sonido del trol aspirando el cabello de Toby interrumpió tu tranquilidad, le giraste a ver raramente.

—¡Deja de olerme, trol gigante! —Tobías ordenó mientras miraba al trol en su lugar con un ceño leve fruncido.

—Oler a gato —dijo el trol, Toby solo frunció más el ceño y se abrazo así mismo, aún más debido al poco espacio que tenían.

Reíste ligeramente por lo chistosa que era la escena y escuchaste pasos venir.

Alzaste un poco la mirada por la cortina y solo suspiraste aliviada al ver que era Jim subiendo.

—Ya pueden salir, ya se fue —él dijo mientras quitaba la cortina.

Los 2 troles fueron los primeros en levantarse junto con Toby. Ellos salieron primero y tú al último. Debido a una mala jugada, resbalaste en tu lugar, Jim a movimiento reflejo, logró sostenerte como princesa antes de que obtuvieras un ojo morado.

Resoplaste aliviada y miraste al oji-azul burlonamente.

—Creí que tus brazos de fideo jamás podrían ser capaces de sostenerme —Jim solo te sonrió levemente mientras te dejaba pararte correctamente.

—Creo que se lo debes al amuleto —sonreíste y saliste del baño hacia la planta baja.

Miraste hacia la ventana de la sala y viste el carro salir de la residencia. Fuiste y te tiraste al sillón. Tus padres te mataran si llegas tarde a casa.

Dejaste a Jim y los troles conversar un poco mientras buscabas tu teléfono.

Afortunadamente lo encontraste cerca de la barra. Lo prendiste y viste la hora, 9:30 pm.

Ñeee, aún te quedaba tiempo antes de regresar. Te acercaste hacia los troles y Jim, riéndote un poco por ver como Toby le daba de comer VHS al trol más grande.

—¿Anular el contrato? —preguntó Blinky confundido hacia el de suéter azul con libros en mano.

Te acercaste a Jim que le daba la espalda tanto al trol de 6 ojos como a ti.

El dejó los libros en la mesa y se giró, así observando al trol con una cara exasperada.

—¡No quiero morir! —el trol parpadeó y dio un bufido en burla.

—¡Puff, caracoles! ¡¿Y quién sí?! —rodaste los ojos mientras te tapabas la cara por la pena con una mano.

—Vaya aliento —susurraste a lo bajo.

Jim volvió a interrumpir en una mirada decaída, sacó el amuleto de su bolsillo y se lo alzó a Blinky, este sorprendido de sus acciones.

—Tal vez deberían llevárselo —miraste con pena a Jim y te acercaste un poco, susurrando su nombre.

—Jim...

—El amuleto lo llamó a usted, Maese Jim. ¡Lo eligió! ¡Es su-

—Por favor, no digas destino —demandó el joven Cazatroles con una mirada seria.

—¡Obligación sagrada!

—O eso... —volvió a comentar mientras metía la cara en su mano, totalmente frustrado.

—No puede rechazarlo. No puede devolverlo. ¡Es suyo hasta que muera! —Jim frunció el ceño con enfado y alejó el amuleto de la mano de Blinky de su posición.

—¡Y quisiera pasar un poco más de la pubertad antes de que eso pase! —Jim dijo molesto mientras alejaba el amuleto de su lugar.

Blinky negó y lo devolvió hacia Jim con ambas de sus manos.

—¡Maese jim! ¡Ahora es el responsable de la protección de 2 mundos! humano y trol por igual. Si no mantiene el equilibrio, troles malos como Bular vendrán al suyo y sembrarán caos —en una mirada sorprendida, te acercas a Blinky, temiendo que tu pregunta pueda afectar más la mente cargada de información de Jim.

Querías controlar tu curiosidad, pero bueno...

—Ese tal, Bular, ¿podría lastimar gente? —el trol grandote que estaba con Toby te respondió primero.

Giraste a verlo.

—Como usted —ante la respuesta, Blinky se giró a ver al trol en una mirada fastidiada, habló entre dientes.

—N-O A-Y-U-D-A-S —te giraste a ver a Blinky confundida.

—¿De qué está hablando? —el trol de 6 ojos te respondió de una manera sumamente preocupada.

Vaya, hasta el sentimiento se te pego.

—Con el amuleto en su posesión, bella _____, ¡Bular lo buscará y lo enfrentara de un modo u otro! —contestó para girarse a ver a Jim, este con la cara entre confundida y asustada de lo que decía.

Resoplas y te pones a su lado, posando una mano en su hombro.

—Bien, entonces, dices que Jim no tiene más opción que... ¿pelear o morir? —Blinky se palmeó su barbilla en el pensamiento, para segundos después, responder con una brillante sonrisa que en nada tranquilizo a Jim.

—Básicamente. Si.

El nuevo Cazatroles bajó la cabeza frustrado y resignado, no sabía qué hacer o que decisión tomar.

Le palmeaste la espalda y miraste hacia el trol de 6 ojos.

—Tal vez lo único que Jim necesita ahora es tiempo para procesar todo esto —los 2 troles te miraron confusamente, mientras que tú, sobabas la espalda de Jim y lo apegabas a ti en una especie de abrazo.

Este aún sin atreverse a levantar la mirada.

—Le han soltado muchas cosas pesadas esta noche —Blinky ante lo que Tobes dijo, se quedó unos segundos en silencio por la decisión final.

Ya tomada, señalo hacia ambos con una mirada seria y emocionada.

—Bien, bien. Regresaremos mañana, ¡y entrenaremos!

—¡Genial! —dijiste con una sonrisa medio fingida.

El trol grande se giró en dirección de la puerta y empezó a tratar de salir. Con Toby detrás de él para ayudarlo.

La chica peli-___ estaba a un lado de Jim, seguía apegándolo a ella. Él aún no levantaba la mirada y tampoco dejaba de acariciar el amuleto en sus manos.

—Jim, tranquilo. Solo relájate —Jim alzó la mirada hacia ti y te miró de re-ojo.

Tú en una sonrisa, inhalaste y exhalaste de un modo instructor. Jim se rió por él como tomabas aire y expulsabas todo.

Siempre lograbas subirle el ánimo.

Mientras, la chica, cuando cumplió su objetivo, sonrió levemente. ¿Qué era mejor que sentir que puedes hacer reír a tu amigo que estuvo contigo por toda la secundaria e inicios de la prepa?

Blinky se acercó hacia ustedes, más en especifico, al Cazatroles. El aire alegre y tranquilo se esfumó de una.

—Maese Jim, si me permite... —el muchacho solo le miró por unos segundos y asintió para que continuara, miró el amuleto en sus manos mientras prestabas sus oídos al trol de 6 ojos— El destino es un obsequio. Algunos pasan toda su vida llevando existencias de desesperación silenciosa, no descubren que en verdad lo que se siente como peso sobre nuestros hombros es en realidad el sentido de propósito que nos eleva a mayores alturas. Nunca olvidé que el miedo es solo el precursor del valor y que luchar y triunfar al estar frente al miedo es lo que significa ser un héroe. No piense, Maese Jim, séalo. Ahora dígame, ¿lo va a considerar? —Lake solo sonrió ladinamente y se acercó a Blinky, chocó su puño con sus cuatro brazos para después posarlo en sus caderas.

Ese simple gesto, ya decía mucho para el trol, el cual solo sonrió y asintió saliendo de la casa una vez que el trol grande ya había salido primero.

Ambos se fueron hacia la cerca y el trol peludo fue el que saltó primero, después Blinky, bueno... este fue... más bien sujetado por el otro trol para ya de una vez salir de la vista.

Sonreíste por su escena, te giraste hacia la cocina para ir por un vaso con agua.

—Son muy sigilosos, ¿sí o no, _____? —tú le contestaste desde el refri.

Por el tono en tu voz, Jim ya deducía que te estabas comiendo algo.

El bajo un poco la mirada y siguió mirando hacia afuera, su cabeza se llenaba de tantas cosas, tantos caminos y decisiones que podía tomar, pero no sabía cuál era para bien o para mal.

Su burbuja se reventó por el repentino golpe de Toby a su hombro de forma amigable.

—¿Qué tal? te gané una noche —Jim frunció el ceño hacia el castaño.

—¡¿Una noche?! —Tobías le interrumpió señalándole con el dedo.

—¡Oye! ¡Tú eres el que siempre esta hablando de querer aventuras y algo más! ¿Sí o no, _____? —la chica desde la cocina solo respondió con un: "Si".

Su voz sonaba retacada de comida, Jim resopló mientras desviaba la mirada, se cuestionaba ahora todos sus deseos.

—Bueno, deseo concedido. Así que los troles existen. ¿Quién lo diría?

—Los lunáticos sin dudas —Tobes rió por tu mini broma y se acercó a la barra para ver que le servías.

Ambos eran unos tragones sin duda alguna.

Jim sin un atisbo de emoción por lo que acaba de pasar, cerró la puerta trasera con seguro.

Su mirada perdida hacia la oscuridad de la noche.

Tenía tanto miedo, ¿para qué negarlo? todo le fue lanzado tan de golpe y repentinamente, que ya ni sabía qué decisión tomar.

Suspiró y fue hacia ustedes. Mañana lo decidiría. Ahora no era el momento.

————˜°˜————

Suspiraste medio agotada mientras le ponías el seguro a tu bici y te acercabas a Jim y Tobes.

El castaño estaba reluciente ya que hoy no pedaleó hasta la escuela. Si es lo que creen, tú lo llevaste.

Te acercaste a Toby y le alzaste la mano en un jadeo, reclamando la parte del trato.

Tobes con fastidio, sacó el dinero de su bolsillo y te lo entrego, sonreíste complacida y lo guardaste en tu mochila.

—Fue bueno hacer negocios con ustedes, joven Domzalski —el nombrado solo te rodó los ojos y se dirigió a Jim.

Tú igual, pero notaste lo tenso que se hallaba, tomaba la correa de su bolso con mucha fuerza, frunciste el ceño en preocupación.

—¿Entonces? ¿Qué decidiste? —Jim se giró a ver a Toby un poco nervioso.

—Que si alguien descubre lo que paso en mi cocina anoche, nos internarán en un psicólogo a los 3 —reíste ligeramente por su chiste crudo.

—Te dije que era nuestro destino ir al psicólogo.

—Tú nunca dijiste eso, _____. Solo dijiste que ibas a internarme a mi —dijo Jim mientras se señalaba así mismo un poco indignado.

Te pensaste lo que dijo y posaste tus manos en ambos extremos de la cadera.

—Bueno, lo digo ahora.

—Chicos, yo no hablo de eso. Hablo de patearle hoy el trasero a Stev- —Jim interrumpió a Toby poniendo una mano en su boca, sonrió hacia ti en nerviosismo y tú abriste los ojos ligeramente sorprendida.

—Espera, ¡¿qué?! ¡¿Cómo que patearle el trasero a Steve hoy?! ¡Anoche deje pasar eso que había dicho Toby porque pensé que era solo una broma! ¡¿El muy idiota te amenazó?! —dijiste sumamente molesta mientras te acercabas de modo peligroso hacia Jim.

Él solo alzó las manos y te miró nerviosamente, observando por un momento al resto de alumnos que le veían como un bicho raro. Se estaba comenzando a alterar.

—¡Jim, más vale que me digas que paso! —el peli-negro entre sus nervios no se dio cuenta de que el amuleto en su mochila comenzó a brillar locamente.

Toby paró tu cercanía y amenazas hacia Jim apuntando el amuleto.

—¡Tiempo fuera, _____! ¡Está por cambiar! —dijo en un susurro hacia los 2.

Jim miró su mochila sorprendido, mientras que la chica solo miraba hacia todos lados, había muchos testigos, no podía permitir que la gente viera a Jim transformarse.

—¡Tenemos que sacarte de aquí, Jim! ¡Ahora! —ella dijo mientras miraba detrás del de suéter azul.

Lo empujaste hacia los vestidores y Toby fue tras de ustedes, cerrando la puerta y fijándose si no había alguien dentro.

Al no tener muros en la costa, Jim se retiró su mochila y tomó el amuleto, este comenzó a moverse de modo extraño y se elevó, transformando al oji-azul de modo inmediato.

Por la sorpresa de lo repentino que fue eso, y que la armadura no es que sea muy ligera que digamos, Jim perdió el equilibrio y cayó hacia atrás.

Jadeaste preocupada y fuiste detrás de él. Lo tomaste por el brazo y lo levantaste, Jim sobándose la cabeza por el golpe que se dio contra el suelo.

—Muy bien, ¿ahora por qué hizo eso? —se cuestionó el joven Cazatroles mientras se miraba así mismo.

—Tal vez fue porque estabas alterado, Blinky había dicho que el amuleto responde a tu estado emocional —dedujo Tobías en lo que miraba a Jim.

La chica peli-___ asintió de acuerdo a su veredicto y suspiró de modo tranquilo.

—Bien, ahora que ya paso lo malo, y saber que no debemos alterarte —con sorpresa, Jim jadeó en cuanto lo estampaste contra los casilleros del vestidor. En una mirada molesta, lo acorralaste con ambos brazos, Toby jadeando sorprendido por lo que habías hecho— ¡Me dirás AQUÍ y AHORA, James Lake Jr. qué fue lo que te dijo Steve! a menos claro... ¡que quieras que tu nueva acosadora sea yo! —Jim tragó saliva mientras intentaba ignorar tu mirada enfadada.

Toby, de su mochila sacó una paleta mientras disfrutaba del espectáculo.

—El asunto era calmarlo, no alterarlo más —dijo Tobes mientras se llevaba la paleta a la boca.

Giraste a mirarlo, mientras que Jim trataba de alejarse de su encierro.

—Cuando conteste mi pregunta, lo dejaré libre —lo volviste a azotar contra el casillero ya que había intentado escapar.

Jim jadeó sorprendido por la fuerza que tenias. Para ser sinceros, si tenias material para acosadora.

Resopló agotado y te miró casi con suplica.

—Mira, _____, cuando me quite la armadura responderé todo lo que quieras, pero no hagas esto más raro de lo que ya es, por favor. Esto será muy mal visto si alguien nos llega a pillar —arqueaste una ceja.

—¿Lo dices por cómo te tengo?

—¡Lo digo por la armadura!... y también eso —decaíste la cara y se la dirigiste con seriedad.

La escena se interrumpió por una voz ajena que venía desde un poco lejos.

—¿Jim? ¿Jim, estás aquí? —oh no, reconocías esa voz.

Jadeaste con espanto, mientras que Jim y Tobes se dirigían a ver, el maestro que te caía mal, el señor Stricklander, estaba buscando a Jim y para rematar esto, ¡estabas en el vestidor de chicos! ¡Jim tiene puesta su armadura, y no tienes ningún lugar para esconderte!

Genial.

Jim alarmado, se giró a mirarte, al pensar lo mismo que tú de la situación, te tomó de la mano y te sacó por la puerta principal.

Te quedaste fuera con una ceja arqueada y pusiste el pie entre la puerta para que Jim no cerrará, el de ojos azul te miró interrogativo.

—¿Qué harás? ¡Stricklander está en el vestidor! y si te ve así, ¡¿qué crees que pensará?! ¡Tienes que destransformarte, Jim!

—¡Si supiera cómo, ya lo hubiera hecho, _____! solo... ¡agh!... vete, Tobes y yo lo tendremos cubierto —le diste una mirada indiferente mientras te cruzabas de brazos.

—Conociéndolos a ustedes 2, no creo que esto vaya a acabar bien.

—Y dime, Tobías, ¿sabes dónde está Jim? —miraste al nombrado por el profesor, se encontraba con una mirada apurada e inquieta.

—Lo tenemos bajo control, ¡solo vete! si el profesor te ve dentro vamos a tener más problemas que los que tendré con la armadura, créeme —resoplaste fastidiada y asentiste de mala gana.

—¡Agh! ¡Está bien! Me cuentas todo cuando te salgas de la situación ¡Y! la armadura —Jim te sonrió ligeramente y solo te diste media vuelta y te fuiste, con Jim cerrando la puerta de los vestidores detrás de ti.

Caminaste hacia tu casillero y sacaste tus libros de la siguiente materia, sumamente preocupada aún por Tobías y James, pero confiabas en ellos, sabias que siempre se ingeniaban algo... muy estúpido en algunas ocasiones.

Resoplaste cansada y caminaste hacia tu clase de arte. La maestra no estaba como ya era costumbre, y los alumnos tampoco, bueno, era hora libre, así que deben estar vagando por ahí. Te acercaste a tu pupitre y dejaste los libros sobre la mesa, una voz en la entrada del salón te interrumpió.

—¿_____? pensé que estabas afuera ya —te giraste y viste en el marco de la puerta a tu amiga Cindy.

Acomodaste mejor tus cosas y te dirigiste a ella, saliendo del salón para irse a caminar como todos tus compañeros por los pasillos.

—Lo estaba, es solo que saqué mis libros de las siguientes clases, es agotador andar sacando y metiendo los libros del casillero a cada rato —Cindy te asintió, comprendiendo.

—Se me hace raro que ahora no estés con Tobías y James, ¿paso algo? —te tensaste por su pregunta he inevitablemente te acordaste de todo lo de ayer.

Te pusiste nerviosa y giraste los ojos hacia otro lado, genial, le dicen que guarde secretos y ella es MUY MALA PARA MENTIR.

No era su día.

—P-Pasar a-algo, ¿c-cómo de que o qué? —preguntaste con un hilo de voz nervioso, Cindy te dio una mirada entrecerrada con una ceja arqueada.

—Lo pregunto solo porque es raro, ¿se pelearon acaso? —resoplaste un poco aliviada en tu interior, y aunque había mínima de posibilidad que supiera de los troles y Jim con el amuleto, no pudiste evitar ponerte paranoica.

"Acostúmbrate, _____, porque si Jim tiene papel de Cazatroles, quiere decir que ahora debo aprender a mentir. Adiós insignia de honestidad"

—No, no nos peleamos. Es que hoy llegaron tarde y se fueron rápido a sus clases, por eso no tuve tiempo de verlos —la peli-negra comprendiendo, sacó su celular.

Tú mirabas tus alrededores un poco ansiosa, esperando no encontrarte con que Jim aún tenia puesta su armadura.

Si lo descubren con ella, va a haber problemas.

—¡Hey! ¡Hoy son las audiciones para la obra de Romeo y Julieta! ¿Vamos a ver? —miraste a tu amiga, un poco asombrada de lo que dijo, asentiste de forma simple.

Tal vez ir a ver una tonta audición te quite los nervios y ansiedad de encima.

—Claro, ¿por qué no? —ambas se encaminaron hacia la sala donde se haría la audición.

Casi no había participantes, deducías que hoy solo era para ver quien se ganaba el papel de los protagonistas principales.

Resoplaste un poco cansada y te cruzaste de brazos con una mirada aburrida, observando a tu compañera Clara Nuñez actuar para el papel de Julieta.

No lo hacía mal, se le daba el papel sinceramente.

Cindy aún sumergida en su teléfono, te extendió una botella con agua.

Tú en un encogimiento de hombros, la tomaste y bebiste de ella.

—Siguiente —ante el llamado de la maestra por el siguiente en audicionar, miraste aún con la botella entre tus labios al que pasara enseguida.

Cuando notaste esa armadura y quien la portaba, te ahogaste con el agua que hasta estabas a casi nada de desmayarte y que alguien te hiciera RCP.

Cindy te miró extrañada mientras que los presentes igual. Jim más que nada, te miraba de forma nerviosa, ¡no pensaba que tú ibas a estar aquí!

Te palmeaste el pecho repetidas veces para pasar el ahogo repentino que te acabas de dar, Cindy ayudaba dándote palmadas en la espalda.

Una vez tranquila y que todos se aseguraron de que estas bien, aunque a nadie le importe realmente, diste un ademán con la mano de que prosiguieran en lo que hacían.

—Muy bien, ¿quién eres tú? —ante la pregunta indiferente de la maestra, Jim dio una risilla nerviosa a lo bajo.

Aún sin poder creer que dejo que lo vieran así, dirigiste tu mirar hacia él con sumo enojo. Y parece que si sintió tus ojos ardidos por la furia.

—E-Eh... ¿James Lake Jr.? —dijo Jim más como forma de pregunta qué respuesta.

—¿Qué papel quieres hacer? —Jim pareció mirar al suelo un poco en duda, después levantó la mirada.

—Amm, ¿Romeo?

—Bueno. Somos todo oídos —dijo la maestra mientras apuntaba todo en una hoja.

Jim miró hacia tu lugar un segundo, tenías una mirada entre la furia y preocupación. Cindy ni te pelaba por andar en el celular, así que le alzaste los hombros como un mini mensaje de no saber que debía hacer o decir.

Sabias que ni él ni tú se sabían la obra, así que ni forma para ayudarlo.

Jim resopló con un ligero temblor por su cuerpo, expulsó nerviosismo mientras se giraba a mirar al poco público presente.

—Ah... destino... —empezó mientras inhalaba largamente, se giró a mirar hacia el telón donde estaba Toby alzando los pulgares y Clara que le miraba con una media sonrisa, eso le dio valor a Jim de continuar— ...el destino es... un obsequio —ante lo que dijo, el amuleto en su pecho brillo un poco, miraste sorprendida ese hecho, el oji-azul solo sonrió y prosiguió— Algunos pasan... toda su vida llevando existencias de desesperación silenciosa —tomaste a tu amiga por el brazo (aún no se despegaba de su celular; tal como un zombie) y le fuiste a sentar en una de las sillas, tú al lado de ella y Clara a un lado tuyo. Te sorprendió su presencia, pero igual la saludaste con una sonrisa, ella te devolvió el gesto con amabilidad. Dirigiste tu atención hacia Jim y el discurso con sus palabras que habías escuchado de aquel trol Blinky— No descubren que en verdad... lo... que se siente como un peso que hace presión sobre nuestros hombros... —Jim sacó su espada y la apuntó hacia el público, lo miraste de un modo medio burlón, pensando lo presumido que se veía, la demás audiencia se asusto un poco— ¡Es en realidad el sentido de propósito que nos eleva a mayores alturas! ¡Nunca olviden que el miedo es solo el precursor del valor!

—Es bueno —dijo la maestra Janeth hacia _____ y Clara, totalmente impresionada por la actuación de Jim.

La chica peli-___ solo asintió con una sonrisa nerviosa, mientras que Clara sonrió y miró de nuevo a Jim, totalmente sumergida en su habla.

Se encontraba impresionada de él, no había que decir más. La chica a su lado, al notar su mirada hacia Jim, sonrió en grande, ¡la fase uno en su Fanfic estaba resultando!

Bueno... no como esperaba, (sobre todo por la armadura que se supone debe ser SECRETA) ¡pero al menos estaba resultando!

—¡Y que luchar y triunfar al estar frente al miedo, es lo que significa ser un héroe! ¡No piensen! —con un moviendo de la espada, Jim la ensambló de nuevo en su lugar, susurrando las últimas palabras que necesitaba para sí mismo, pero que no sabía al momento. Al parecer ya había tomado su decisión— Séanlo.

Todos en la sala se encontraban sumamente impresionados, se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir.

—Amm... gracias —dijo él mientras miraba a todos con una media sonrisa y daba una ligera reverencia.

Elí se levantó de su lugar y azotó la espada de cartón al suelo, con sumo enfado por no haber logrado superar la actuación de Jim como Romeo.

La de cabello ___ solo tenía lo brazos cruzados con orgullo. Asintió hacia Jim en una suave sonrisa, sabía que el discurso que dio fue más que actuación. Podía notar en el tono de su voz la decisión en sus palabras y mente.

Ahora oficialmente, se podía considerar el Cazatroles sin ninguna duda.

La maestra Janeth aplaudió extasiada, mientras que tu amiga al lado levantó la mirada del celular sin saber que pasaba.

Rodaste tus ojos por la mirada desconcertada que tenia, sentiste como Clara se levantó de su lugar para ir hacia el escenario; con Jim.

Tú te levantaste igual y te pusiste a un lado de la peli-negra con un mechón azul.

Jim se acercó y agachó hacia ustedes 2, Clara tomando la palabra.

—Jim... eso fue excepcional —ella dijo mientras juntaba sus 2 manos y miraba con una sonrisa al peli-negro.

Diste una mirada picara hacia el oji-azul y la chica.

—¿En serio? ni siquiera lo pensé. Creo que solo lo dije —Clara rió ligeramente mientras posaba una mano en su hombro.

—Eso es actuar.

La mirada que tenias antes, la quitaste en cuanto Clara te volteó a ver.

—Y _____, no sabía que eras tan buena en los vestuarios —le diste a ella una mirada desconcertada y divertida por lo que dijo.

Cabe aclarar que tú ni para lavar los platos eras buena, pero... ¿hacer una armadura como la de Jim?, JAJAJJAJAJA, repítelo otra vez y te creeré.

—¿Qué? —le preguntaste confundida.

Jim te hizo señas que no notaste por la mirada confundida que Clara te mandó.

—S-Si, Jim me dijo que tu le habías hecho el vestuario —estabas por negar el hecho, pero al notar las señas de Jim detrás de Clara, sabias que debías seguirle el juego.

Con una mirada nerviosa, asentiste más como si fuera una negación.

Dios, que mala eras para fingir.

—O-Oh... s-si... c-claro. M-Mi nana de México me ayudó de hecho —dijiste mientras le sonreías con demasiados nervios.

Clara parece que se tragó la mentira, porque te sonrió aún más emocionada.

—¡Wow! ¿Crees qué sea mucha molestia que puedas hacer mi vestuario para la obra? ¡Te pagaré la tela y todo lo que ocupes! —Le diste una mirada disimulada en enfado a Jim por la escala a la que llego la mentira.

Él te sonrió con nervios.

—S-Si, claro, le diré a mi nana. S-Supongo que tardaré un poco en hacerla porque ella vive en México, tu sabes, jeje —Clara se emocionó de que hayas accedido y se lanzó a abrazarte, tú correspondiéndole un poco confundida pero de buena manera.

—¡Gracias, gracias, gracias! ¡Te debo una grande, _____!

—No me debes nada, tranquila —dijiste mientras le sobabas la espalda en el abrazo, y al mismo tiempo, le mandabas una mirada asesina a Jim por el lio en que te metió.

Él se encogió en hombros, imaginándose el golpe que le darás en el hombro después.

Y rezaba para que sea solo el hombro.

————˜°˜————

—¡James Lake Jr.! ¡Sal de ahí ahora mismo!

—¡No!

—¡Si no sales a afrontar las consecuencias, cómo se supone que derrotaras troles y demás mamadas que realmente no me interesan porque estoy más concentrada en darte un buen golpe por los impulsos de tu idiotez! —Jim tragó en seco mientras sostenía fuertemente la puerta de su cuarto.

Mal momento para que su mamá no esté en casa.

Toby estaba en su celular, recargado en la pared mientras comía dulces y le valía un comino la situación al frente de él.

"Yo lo tengo todo bajo control" —dijiste actuando con la voz de una niña de 5 años— Si como no. ¡Ahora por tu culpa tendré que gastarme mis ahorros de 5 meses para comprarle un vestido genial a Clara para la obra! ¡Muchas gracias, Cazatroles! ¡Vaya cobardía la tuya! —vociferaste mientras, de última, dabas otro golpe sumamente enojada a la puerta y te ibas de la residencia Lake.

Jim al escuchar que te habías ido, salió de su cuarto mirando de un lado a otro solo por precaución de que le hayas engañado.

Suspiró un poco aliviado pero arrepentido por la situación en que te había metido.

—No ruegues a que te perdone, Jim —dijo Toby mientras seguía inmerso en su celular.

Jim le mandó una mirada entrecerrada y resopló agobiado.

Ahora solo debía esperar a que te calmes y ya mañana hablar contigo.

¡No podía hacerlo con el león fuera de su jaula!

Y hablando de leones, tú te encontrabas caminando hacia tu casa con maldiciones inaudibles hacia el joven de apellido Lake por lo bajo.

¡Estabas enojada!, ¡¿qué más esperabas?!

Ya una vez llegaste a tu residencia, lo mejor que podías hacer ahora era relajarte un rato.

Fuiste hacia tu casa abandonada (debido que no había nadie por la tarde desde las 6) y tomaste las llaves de tu motocicleta.

Era momento de estrenarla.

Fuiste hacia tu garaje y abriste la compuerta del mismo.

Subiéndote a la moto y encendiéndola, dando marcha hacia el bosque de Arcadia. Ese lugar siempre te relajaba, y más si estabas sola y con un buen café.

El estómago gruño un poco.

—Supongo que haré una parada en la tienda antes de ir al bosque.

————˜°˜————

Ya siendo un poco de noche, cediste en mejor irte a casa, era muy tarde y tus padres y hermana no tardaban en llegar de su cena elegante de trabajo.

Tiraste el paquete de tu dona y café en el cesto de basura orgánico y encendiste tu motocicleta dando marcha hacia tu hogar.

Te detuviste brevemente el ver ciertas bicicletas que se te hacían conocidas.

Fuiste hacia el lugar y detuviste la moto en frente de los chicos, apagando las luces y sorprendiéndote de que si eran Toby y Jim como dedujiste, ambos jadeaban de cansancio.

Arqueaste una ceja hacia ellos, confundida del porque estaban fuera tan tarde.

—¿Jim? ¿Toby? ¿Qué hacen aquí? —ellos te miraron con sorpresa y más al ver tu motocicleta.

—¿_____? ¿Qué haces TÚ aquí? —preguntó Jim.

Toby te miraba un poco molesto por lo de la moto.

—¡¿Tienes una motocicleta y no te atreviste a decirnos?! —te reclamó tu rechoncho amigo cruzado de brazos, miraste entre la moto y él, sorprendida de su cuestionamiento.

—Bueno, no lo veía necesario, además que casi ni la uso. Solo hoy porque ALGUIEN me hizo enfadar —dijiste mientras enmarcabas la palabra "alguien", observando incriminatoriamente a Jim.

Él solo se encogió de hombros por tu mirar molesto, suspiro arrepentido.

—Lo siento, _____. Sé que debí dar una excusa mejor. En serio... lo siento —le diste una sonrisa por su disculpa y te cruzaste de brazos.

No podías enojarte mucho con él, ¡era imposible!, además que siempre pensaste que cuando se disculpa y baja la cabeza, ¡lo hace ver tan tierno!

—Eres tierno, Lake. Acepto tus disculpas, pero me debes una —Jim sonrió un poco entre indignado de que le hayas dicho tierno, pero contento porque no tenias represalias en su contra.

—Te debo muchas —asentiste de acuerdo por lo que dijo, pero te exaltaste cuando escuchaste una voz cerca de ustedes.

—¡Maese Jim! —los 3 voltearon un poco en alerta, relajándose a ver a ciertos troles conocidos.

Jim fue el primero en acercarse y reclamar una situación de la que no estabas al tanto.

—¡Bular trato de matarnos! ¡Nos persiguió por todo el pueblo! —miraste a Jim, sorprendida de sus palabras.

—¡Espera, ¿qué?! —el trol de 6 ojos no se encontraba tan preocupado de lo que debía estar.

—¡Y siguen vivos! ¡Sabia que tenia potencial, Maese Jim! —le lanzaste una mirada, sin poder creértela, hacia Blinky.

—¡Pero esperen! ¿Cómo era él? ¿Les hizo daño? —preguntaste alarmada hacia el par de chicos.

—Estamos bien, _____... por fortuna... —dijo el peli-negro hacia ti en una mirada para nada alegre.

—Jim, ¿por qué no sacaste tu armadura? —preguntaste hacia él, Jim te miró con los ojos entrecerrados sin creerse lo que acabas de preguntar.

—¡El trol era mucho más grande que yo! además que el amuleto no quiso responder ante mi llamado —respondió y sacó el amuleto; lo miró entre sus manos.

Te acercaste hacia los troles y los chicos, arrastrando la moto y poniéndole el soporte para que quede inclinada y no se caiga. Te bajaste de ella.

—Tienes dulce voz, multi ojos, ¡pero llevas la muerte contigo! —dijo Tobes mientras se acercaba a Blinky y respondía lo último que había dicho, reiterando el tema de conversación.

—¿Ustedes pueden enfrentarlo, cierto? —cuestionó Jim, preocupado por sus vidas.

Los troles rieron, casi con ironía, les arqueaste una ceja sin ver lo divertido del tema.

—Jaja, ¡ni en sueños tendría la capacidad de derrotar a Bular!

—¡¿Qué hay de él?! ¡Es grande! —dijo Jim de nuevo, apuntando hacia el trol de pelaje verdoso.

El solo miró a Jim con calma y un poco de pena.

—Pacifista.

—¡¿Es enserio?! —dijo de nuevo el Cazatroles humano en exasperación.

Tobes se acercó a AAARRRGGHH!! y le picoteó sus músculos de roca con mirada decepcionada.

—Vaya, que desperdicio de fuerza bruta —reíste un poco por lo que dijo, más cuando el trol le contestó con un "gracias" todo alegre.

Jim se llevó las manos a la cara, totalmente resignado y frustrado, ya pensando en su lecho de muerte.

Te acercaste a él y le sobaste la espalda como consuelo.

—Eh... es por esto que hay un Cazatroles, Maese Jim —dijo Blinky mientras miraba hacia el peli-negro escondido entre sus manos.

— AAARRRGGHH!! renunció al camino de la violencia hace siglos —te alzaste en hombros un poco desinteresada del tema.

—Ñee, la verdad tiene sentido —Jim te miró con molestia y solo le sonreíste.

—No ayudas, _____.

—Lo hago, te estoy sobando la espalda, y eso es hacer algo. El que tú no te alegres no es mi problema —Jim estaba por decir algo más, pero el gruñido como de un toro le interrumpió.

Giraste hacia atrás y abriste la boca impresionada de ver al enorme trol de color oscuro... corriendo hacia ustedes.

Mierda.

Blinky jadeó y corrió por el camino contrario al de Bular junto con AAARRRGGHH!! que había cargado a Toby por el hecho de que no iría rápido en su bici.

—¡Vamos! ¡Estaremos a salvo en Mercadotrol Piedracorazón! —te subiste con rapidez a tu moto y la encendiste, rápidamente dando marcha.

Jim comenzó a pedalear en su bici.

Miraste en lo mucho de desventaja que tenia Jim, con tan poca velocidad, en definitiva ese trol lo mata, y no estabas aquí para pagar el velorio de tu mejor amigo.

Tomaste a Jim por el cuello de su suéter y lo sentaste detrás de ti en la moto.

Jim se sorprendió de tu acción y dio un quejido cuando vio su bici perderse entre el bosque, te volteó a mirar con molestia.

—Me deberás una bici.

—¡Te deberé mangos! ¿Qué prefieres, una bici o tu vida? —ante el gruñido del trol que seguía persiguiéndolos, Jim tragó en seco y te tomó por la cintura para no caerse en cuanto sintió que aceleraste la motocicleta.

—¿Sabes qué? prefiero nuestras vidas, muchas gracias. ¡Ahora, acelera! —sonreíste y diste vuelta con dirección al canal.

—¡A sus órdenes, joven Lake!

Aceleraste a todo lo que da y sentiste como el agarre de Jim sobre tu cintura ejercía más fuerza; quedaron a un lado de AAARRRGGHH!!, Tobías y Blinky.

—J-Jim, si me aprietas más sentiré que me romperás la cintura —dijiste un poco ida por el aire que Jim se robaba de tu cuerpo.

Cuando Jim no te dijo nada, solo te concentraste en el camino y la incomodidad del agarre de Lake.

¡No podías culparlo!, ¡nunca se había subido a una motocicleta antes junto a la persecución de un trol gigante que los intenta matar!

Diste un giro con dirección hacia el canal, el trol grande estaba por alcanzarlos.

—¡Maese Jim! ¡Pónganse la armadura! —dijo Blinky mientras miraba a un lado suyo donde estaban _____ y él en moto.

Jim frunció el ceño mientras miraba al trol de 6 ojos.

—¡Lo intenté! ¡El amuleto no me hizo caso!

—¿Y-Ya recito el encantamiento?

—¡Ya lo recite hasta el cansancio, y no está funcionando! —desaceleraste la moto cuando ya no quedaba más camino; ¿única opción?, bajar por el canal.

—¡Solo debes concentrarte, Jim! —la chica peli-___ dijo, ya casi llegando a la orilla.

Detuviste la moto y Jim se bajó de ella, los demás bajaron hacia el canal.

Tiraste la moto hacia cualquier lado y bajaste tu también, esperando que Jim haga lo mismo, pero él se quedó arriba; había sacado el amuleto de su mochila.

—¡Jim! ¡Baja ahora! —dijiste mientras veías como aún trataba de concentrarse y recitar el conjuro.

El trol enorme estaba a casi nada de llegar.

Ibas ir con él para bajarlo y evitarle el golpe, pero Blinky te detuvo.

El trol llego y le dio un buen golpe a Jim que fue detenido por la armadura que al fin se activo.

Jim cayó al canal con pose hincada mientras que la espada se generaba en su mano.

Sonreíste aliviada de verlo vivo, y Toby celebraba la grandiosa entrada y escena que se formó.

Jim tuvo dificultades de levantar su espada debido a lo pesada que era, pero cuando al fin pudo, miró hacia el trol que le había rugido.

El oji-azul soltó un "nop" para después correr por su vida. El trol no tardó nada en detenerlo de su huida y ponerse a su frente.

—¡Use su espada, Maese Jim! —gritó Blinky mientras que Toby hacia lo mismo dándole porras.

Solo mirabas la escena ansiosa y rogando que no le pase nada al chico.

Jim empuño la espada hacia el trol, este le miró dando un rugido.

—¡Me beberé tu sangre en una copa, hecha con tu cráneo! —dijo el oscuro.

—Vaya que sádico —dijiste a lo bajo mientras tenias una mirada indiferente hacia el trol.

El trol oscuro se lanzó corriendo hacia Jim, y el dio un golpe con la espada, obligando al trol y así mismo a retroceder cuando un aura azul envolvió el amuleto y por consecuente, la escena alrededor.

El movimiento solo hizo enfurecer más a Bular, quien dio un puñetazo al suelo, rompiendo el mismo.

Miraste hacia Blinky en busca de que lo ayudara, este sacó una piedra de color naranja de sus bolsillos.

Miraste la piedra con curiosidad.

—¡Hay que actuar rápido! ¡Abre el portal! —dijo mientras le lanzaba la piedra a AAARRRGGHH!!.

AAARRRGGHH!! hizo un trazo con la piedra, dibujando como si la pared fuera la entrada de una cueva, le dio un golpe y miraste asombrada su acto cuando le pared se iluminó y las piedras se quitaron de su lugar, Toby a tu lado jadeó asombrado.

Blinky miró hacia Jim.

—¡Maese Jim! ¡Venga! —te giraste a ver a Jim, pero él seguía como si fuera la carnada de un león; caminando de un lado a otro para alejar al trol que tenia sed de su sangre.

—¡Estoy un poquito ocupado aquí! —Jim giró su espada y la volvió a empuñar hacia el trol más grande.

El mencionado sacó de sus fundas en la espalda, las 2 espadas que tenia.

Jim tragó en seco.

—¡No eres digno de usar el amuleto! ¡Te arrancaré la armadura junto con tu piel! —dijo Bular al dar un rugido y atacar a Jim con su espada.

El de ojos azules esquivó he intentó atacarlo igual, pero su espada quedó incrustada en la piel del trol.

Bular quitó la espada de su brazo y la lanzó hacia otro lado, se giró para ver a Jim, pero él había aprovechado la distracción de Bular para salir corriendo hacia ustedes.

—¡Venga Jim! ¡Corre! ¡Vamos! —la chica de ojos ___ dijo apurada mientras entraba al portal con los demás atrás.

El portal comenzaba a cerrarse, Toby intentó alzar la mano para que Jim la tome, pero el portal ya se había cerrado.

La chica gruño por lo bajo cuando el portal se cerró y se giró a mirar al trol de 6 ojos desesperada.

—¡Blinky dame la piedra rápido! ¡No podemos dejarlo ahí! —dijiste exaltada y preocupada por el chico que quedó atrás.

AAARRRGGHH!! te lanzó la piedra y tú hiciste un mini trazo en la pared, tocaste esta y abriste el portal, metiste tus manos dentro de el y sujetaste el cuerpo de Jim para obligarlo a entrar.

El de ojos azules jadeó cansado y asustado en cuanto lo habías metido al otro lado.

Sonreíste ligeramente al ver al muchacho inclinado entre tus brazos con una mirada aterrada.

—¿Estás bien? —le preguntaste, él solo se levantó y te abrazo fuertemente, suspiraste cansada y le palmeaste la espalda— Ya, ya, tómalo con calma, Jim.

—Él casi... ¡él!... ¡él casi!... p-por poco —Jim comentó en tartamudeos mientras se alejaba del abrazo y observaba a los 2 troles que miraban hacia él sorprendidos.

—¿Por poco qué? hable, Maese Jim —cuestionó Blinky mirando al poseedor del amuleto.

El chico de solo 15 años frunció el ceño y se llevo las manos al pecho.

—¡Él casi nos mato! —gritó en reclamo.

—¡Casi! una palabra muy importante —miraste hacia el trol de 6 ojos en una mirada divertida.

¿Cómo es que no tenía miedo de nada? hasta emocionado parecía.

Mientras, las expresiones en Jim y Toby lo decían todo, ese trol ni sentimientos tiene.

—Una vida de casi, es una vida de nunca.

—¿Por qué se apago la armadura de repente? —cuestionó el Cazatroles mientras se dirigía con Blinky, _____ y Toby detrás.

—Maese Jim, usted es el primer humano que posee un amuleto creado para troles. Es de esperarse que su comportamiento sea... emm... inesperado —Blinky se posicionó cerca de un cristal, que al ligero toque, quedó encendido en un azul neón fosforescente, el resto de cristales también se encendieron, dando un espectáculo increíble ante la vista— Por aquí Maeses y Lady, por aquí.

—¡Wow! —Toby asombrado bajaba con cuidado por las escaleras de cristales, siguiendo AAARRRGGHH!! y al final Jim y _____, ellos 2 se miraron uno a otro confundidos.

Te alzaste de hombros sin dar mucha importancia, he igual bajaste.

—Se parece a las escaleras del bar de la esquina —Jim te miró burlón y un poco confundido.

—¿Has ido a un bar?

—Sep, solo una vez. Era un lugar aburrido si me preguntas. 2 estrellas. No te lo recomiendo —el de cabello oscuro negó con diversión y siguió avanzado a tu lado.

—¿Seguro qué estamos a salvo aquí? —el Cazatroles cuestionó hacia Blinky, un poco dudoso.

—Así es. El encantamiento prohíbe la entrada a Mercadotrol, Piedracorazón de Gumm-Gumms, como Bular, ya que son los troles más temibles —explicó Blinky mientras seguía avanzando.

Miraste todo a tu alrededor con asombro.

—¿Gumm-Gumms? —preguntó Jim confundido.

—Los asustadores —respondió AAARRRGGHH!! delante de ustedes.

Ya una vez no había camino, te acercaste a Toby y miraste todo alrededor, asombrada de las piedras preciosas que había en cada rincón.

Toby parecía hacer lo mismo que tú.

—¡Bien, espera, espera! entonces, Bular, no puede entrar aquí, ¿cierto? ¿A Mercadotrol Piedracorazón? —Blinky negó y tomó al chico de los hombros para girarlo hacia el frente.

—No, Maese Jim —giraste hacia donde veía Jim y abriste los ojos sorprendida del lugar. Jim y tú con la boca abierta de asombro— ¡Este es el mundo que usted debe proteger! ¡Este! ¡Es Mercadotrol Piedracorazón!

Sinceramente ya no tenías ni palabras para todo lo que estaba sucediendo.

¿Troles y magia?

¡Dios!, ¿qué más se podía pedir?

Parece que el deseo de Jim si se cumplió después de todo.

Solo esperabas que todo este asunto del Cazatroles y eso, saliera bien para futuro.

¿Querías emoción y aventuras, Jim?, ¡pues aquí tienes!, tu deseo hecho realidad.

Veamos cuanto puedes aguantar.

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