>T.1 Ep.4- Tu Enemigo Gnomo<

"Durante siglos, los mundos de troles y humanos estaban separados y en paz, divididos por puentes, que actuaban como portales entre nuestros reinos.

Pero los Gumm-Gumms querían devorar a toda la raza humana.

Eran dirigidos por Gunmar el negro. El resto de la raza trol peleó contra él, culminando en la gran batalla del puente Muertenfrente, portal a las tierras oscuras de Gunmar.

Después de muchas lunas, el bien triunfo sobre el mal.

Y nuestro gran Cazatroles; Deya, la libertadora, encerró a Gunmar. Exiliándolo a las tierras oscuras, y sello el puente Muertenfrente con el amuleto sagrado, después, lo derribamos piedra por piedra.

Dejamos el viejo mundo en busca de paz, nos escondimos en un barco llamado Mayflower, solo un puñado de nosotros y unos gnomos que trajimos como compañía... y como alimento.

Finalmente arribamos a un reino extraño y exótico.

Nueva Jersey.

Seguimos caminando; finalmente llegamos a una nueva Piedracorazón y cuando nos dimos cuenta, encontramos un nuevo hogar, bajo Arcadia."

Blinky bajo el libro donde relataba aquella historia, solo refunfuñando molesto cuando vio al Cazatroles dormido.

Con el ceño fruncido, se acercó a él y cerró el libro frente a su cara, ese sonoro y fuerte sonido fue suficiente para que el Cazatroles humano despertase.

Hablando en español, muy conveniente.

—¡Disculpad, señor Draal! ¡No me matéis!

—Entrenar historia trol puede parecer un deber menor, Maese Jim, pero- —Jim negó un poco soñoliento y se paso la mano por la cara, intentando alejar su reciente sueño.

—Lo siento, pase toda la noche estudiando para mi examen de comprensión de español, y mi cerebro... esta lento. No sé, creí que si enfrentaría a Draal en una semana, mi entrenamiento seria un poco más... —el chico bostezo en su lugar y se estiró un poco; levantándose—...activo.

Toby igual se levantó de su lugar en una mirada emocionada por solo la mención del entrenamiento de Jim.

—¡Sí! ¿Cuándo va a aprender trolkwondo? o rokitsu? —Blinky negó ante las ideas ridículas del castaño.

—Antes de pelear, Toby D., uno debe entender porque pelea. Ya que estos preciosos primeros pasos decidirán si un joven Cazatroles se convertirá en: Deya, la libertadora —los chicos miraron hacia la estatua de la primera Cazatroles en la historia, Jim sonrió un poco animado.

Claro, su sonrisa no perduró mucho cuando AAARRRGGHH! habló.

—O en: Unkar, el desafortunado —Jim y Toby se miraron confusos.

Pronto, el pelinegro negó y alzó su libro de español hacia Blinky para que lo notara.

—Pues mañana, mi examen de español es con el señor: Uhl, el implacable, y mi principal preocupación es mi futuro inmediato —Blinky asintió con compresión de sus palabras, malentendiendo algunas.

—¡Aha! ¡Pero! ¡Para saber lo que pasará en el futuro, uno solo debe estudiar el pasado! —Blinky dejó caer el libro de la historia trol en manos de Jim, él saco un jadeo por el peso del mismo— Le recomiendo, una breve recapitulación de tradición trol del venerable Beregilde, volumen 1 del 47 —Jim solo frunció el ceño y puso su libro de español arriba del que Blinky le brindo.

—De acuerdo, pero si no paso el examen... estaré castigado, ¡y no puedo ser el Cazatroles! —AAARRRGGHH!, Blinky y Tobías solo miraron como Jim se alejaba con una mirada preocupada en su cara— Lo siento, Blinky, el amuleto me eligió y ahora tengo 2 VIDAS que mantener- —su habla se interrumpió por la llegada de una trol en exasperación y espanto.

La chica peli-___ siendo cargada sobre su cabeza en una mirada aburrida y desinteresada; tenia los brazos cruzados.

La trol llego directo a Blinky y trató de restaurar el aire perdido por ir corriendo de un lado a otro.

Bajo a la chica y esta se sacudió el pantalón debido a la tierra que acumuló.

Jim frunció el ceño confundido y se acercó a su mejor amiga en una mirada interrogante.

—¿_____? ¿Dónde te habías metido? —Toby se avecinó a Jim, preguntó igual de confundido.

—¡Sí! no te vi desde que entramos a la forja —la chica sin interés alguno solo se alzó en hombros y miró hacia la trol que hacia un dramón en frente de Blinky.

—Uh, Bagdwella me hizo separarme de ustedes para tener un rato de "chicas" ya que la pobre no había convivido con nadie desde hace como 200 años —los chicos te miraron más confundidos y extrañados que antes, te cruzaste de brazos con una mirada entrecerrada— Sin comentarios.

—¿Es la Piedracorazón? —Blinky preguntó hacia la trol que se encontraba como Drama Queen.

—¡No!

—¿Merodeador? — AAARRRGGHH! preguntó, pero la trol volvió a negar.

—¡¿Bular está en Mercadotrol?! —Jim preguntó alarmado, la trol negó hacia él y alzó los brazos en dramatización.

—¡Gnomo! ¡Gnomo! ¡Renegado! ¡Gnomo! —Bagdwella volvió a tomar a la chica humana, alzándola sobre su cabeza.

Ella solo suspiró, aflojó el cuerpo y se cruzó de brazos, acostumbrada ya se encontraba. Jim arqueó una ceja por como la trol tomó a su amiga.

—¡Síganme! —fue lo único que dijo para luego salir disparada fuera de la forja con la joven humana un poco cansada y fastidiada en sus manos.

Jim miró a Tobías, y ya ambos preocupados de su amiga, fueron como rayo tras la trol. Blinky y AAARRRGGHH! un poco más detrás y tratando de seguirles el paso.

Una vez en la residencia de Bagdwella, la trol bajo a la humana sobre su cabeza, miró con reproche y molestia hacia el resto que la había seguido.

—¡Agh! primero, no encontraba mi monopolio, luego, mi colección de resortes de cama, ¡ahora algo desparece a cada minuto! —quejumbrosa, la trol explicó mientras caminaba hacia cualquier lado de su hogar, señalando una que otra vez.

Repentinamente, se escuchó una diminuta risa, y como si fuera flash, la criatura tumbo a la trol que se quejaba de la peste en su hogar.

Ella sacudió la cabeza y posó una mano en su frente por el dolor que le propinó la caída que el gnomo causó.

_____ cruzó los brazos y bufó aburrida, se puso a un lado de Jim y dejó caer su cabeza en su hombro. Él le arqueó la ceja unos minutos por su acción, después, viró la mirada; no dándole demasiada importancia.

—Agh... si, Gnomo —Blinky dijo con desprecio y molestia hacia la criatura que se la pasaba riendo y haciendo estragos.

Alzó la mano hacia Bagdwella, pero ella negó su ayuda en una mirada enojada.

—¡Alimañas apestosas! ¡Hasta la semana pasada las trampas de pegamento funcionaban bien! —musitó, y de una olla cercana sacó una tira de pegamento, mostrando el esqueleto de uno de los Gnomos capturados en el.

Se asustó cuando el Gnomo que hacia estragos, tomó la pegatina con el esqueleto de su mano.

Bagdwella miró a Jim con suplica y un mirar dulce; si le podemos decir así.

—Arréglalo, Cazatroles —Jim sonrió nervioso y tú te alejaste de él cuando sentiste que se tensó bajo la mirada de la trol.

—E-Eh... s-si... b-bueno... lamento mucho eso, ¿sabe? necesita un atrapa Gnomos y yo soy... bueno... el Cazatroles, así que- —Blinky negó en una sonrisa hacia su Maese.

¡Esta podía ser la oportunidad perfecta de entrenar y, al mismo tiempo, obtener la confianza de los troles!

—¡Oh, no! Maese Jim. ¡El Cazatroles no puede reusarse al llamado! ¿Y qué mejor llamado para que entrene que una pelea tamaño compacto? —el Cazatroles miró a su mentor con una ceja arqueada de su idea.

Inmediatamente, los ruidos que el Gnomo hacia por todos lados se hicieron más sonoros, el sonido de una ¿guitarra? sonó.

Todos dirigieron su mirada hacia el Gnomo que se hallaba en la orilla de la olla, tocando su... mini guitarra, versión Latinoamericana; con una sonrisa coqueta hacia la única chica humana del lugar.

_____ arqueó una ceja confundida de sus gestos hacia ella, y Jim frunció el ceño... profundamente.

—¿Sabes qué? cambie de idea, atrapemos a ese Gnomo —Blinky sonrió en grande por unos segundos.

Su emoción fue cambiada a molestia cuando el gnomo siguió tocando su guitarra por la zona donde colgaban los calcetines.

—¡Trata de distraernos! cuiden sus propiedades —Toby sonrió y se acercó al Gnomo, alabándolo con aplausos.

Era una cosita diminuta, ¿qué daño mayor podía hacer?

—¿Qué? jaja, no puede ser tan malo.

El Gnomo no tardó nada en acercarse a Toby y robarle con rapidez su cinturón. Él jadeó en cuanto sintió que su pantalón se aflojó.

—¡Oh, no! ¡Mi cinturón! —exclamó sorprendido, sus expresiones cambiadas a alivio cuando sintió su barra de chocolate aún en su bolsillo.

Sacó la barra y suspiró.

Todos se miraron en desconcierto. Ósea, le quitaron su cinturón, ¿y le importa más la barra de chocolate?

Las generaciones de ahora.

—Al menos no me quito mi caramelo —y como si fuera un deseo de su parte, el Gnomo corrió a su mano y le arrebató la barra.

Toby jadeó con dramatización y frunció el ceño con sumo enfado, típico de una telenovela en tu opinión.

—Hay que atrapar a ese Gnomo —y como si de una orden se tratase, todos se pusieron en círculo y miraron hacia sus alrededores, tratando de localizar al Gnomo para así atraparlo con mayor facilidad.

—¡Por allá!

—¡No! ¡Por aquí!

—Justo aquí — AAARRRGGHH! señaló arriba de su cabeza con aburrimiento, el Gnomo saludo a los demás en burla y siguió haciendo sus desastres y travesuras.

Blinky y Toby fueron juntos por un lado para atrapar al Gnomo, se hallaba cerca de la barra. Para mala suerte, no lograron capturarlo.

Tú miraste hacia un estante y frunciste el ceño cuando el Gnomo te lanzó un beso junto a un guiño, no fuiste la única que se fastidio de su gesto.

Puede que te gusten las cosas pequeñas, pero los Gnomos, en definitivo, no estaban en la lista de las cosas que adorabas.

Corriste hacia el estante y trataste de tomarlo, fallando absolutamente.

El pequeñín pasó por tus pies, haciéndote perder el equilibrio, cayendo por consecuencia encima de Jim que se encontraba detrás de ti.

Ambos se levantaron y se sobaron la cabeza por el golpe. El Gnomo no tardó en llegar a ustedes, besar tu mejilla, y brincar encima de la cabeza de un James malhumorado por lo que hizo.

Te levantaste con ayuda del chico enfadado con el gnomo, te limpiaste la mejilla con cara de asco.

—En definitiva, odio a los Gnomos.

—Puedo decir lo mismo —el chico de suéter azul vociferó con enojo entre dientes.

Miró a Blinky, estaba a punto de tomar al Gnomo que estaba en la cesta, como se era de esperar, escapó por el hoyo que hizo justo debajo; en una sonrisa.

Se subió hacia los tendederos donde estaban colgados malolientes calcetines, y tomó algunos, haciendo jadear a la dueña de la casa con espanto.

—¡Ah! ¡Mis hermosos calcetines! ¡Atrápenlo! —frunciste el ceño y miraste hacia abajo, el Gnomo estaba en tu tobillo.

Ibas a agacharte para atraparlo, pero Jim fue más rápido y lo sostuvo a tiempo. Blinky y Toby cayendo encima de él como si fuera burro de carga.

El Gnomo opuso resistencia en el agarre y salió disparado de las manos de Jim.

Él gruño frustrado, mientras que el dúo que estaba encima, se levantó.

Te acercaste a tomar a Lake por los brazos y ayudarlo a levantarse. Jim resopló frustrado, y cuando estaba por rendirse y tal vez patear una caja, sintió como un rayo paso cerca de su pantalón y sus bolsillos los sentían más ligeros.

Jadeo horrorizado y se revisó así mismo, buscando lo que justo temía no encontrar en estos momentos.

—¡Ay no! ¡¿Dónde está el amuleto?! —preguntó alterado.

Miró al Gnomo. Sostenía el amuleto de Merlín en sus pequeñas manos, lanzándole una mirada de burla al chico.

—¡Oh no! —Blinky exclamó, exasperado y preocupado.

El pequeñín de sombrero rojo sonrió una última vez, dio una reverencia y salió corriendo hacia un closet pegado a la pared.

Jim fue corriendo tras de él y miró el closet, preguntándose donde se había metido. AAARRRGGHH! a su lado, movió el mueble y el chico resopló frustrado cuando vio un pequeño hoyo en la pared.

De seguro ahí se escondía el Gnomo cuando tomaba las pertenecías de otros.

Se podía escuchar las risillas irritantes dentro.

—Hoyo.

—Sí, parece que la trama, literalmente se profundiza —Blinky comentó, se posó al lado de Jim y miró dentro del hoyo.

—Genial... ¿y ahora? —la chica sarcástica preguntó, miró de igual forma el hoyo.

Jim hizo una mueca, metió hasta donde pudo, las manos en el hoyo.

—Vuelve aquí, vuelve aquí —el muchacho murmuró mientras estiraba más los brazos, tratando de alcanzar algo que está demasiado lejos de él.

El chico frunció el ceño, confundido de que el amuleto no haya vuelto automáticamente a él como veces anteriores, miró a su mentor.

—Amm, ¿el amuleto no debería volver a mí en este momento? —preguntó desconcertado.

Blinky negó un poco frustrado.

—¡Si, Blinky! habías dicho que el amuleto ahora está unido a Jim, eso quiere decir que debería volver automáticamente a su dueño. Este es un buen momento para que actué como imán —Blinky volvió a negar y se llevó la mano a la frente, sobando esta.

Estos niños sí que ocupaban clases urgentes de historia trol.

—Por DESGRACIA, esa regla solo se aplica si el Maese Jim, lo rechazó —frunciste el ceño confundida.

—¿Cómo está eso? ¿Ósea qué Jim debe rechazar el amuleto para que vuelva a él? —Blinky sonrió con una mueca.

—¡Exacto! —abriste ligeramente la boca incrédula de sus palabras— Cuando el amuleto es hurtado, esa es otra historia. Si hubieras leído una breve recapitulación, lo hubieras sabido —te diste un fuerte face palm, mientras que Jim resoplaba con molestia.

Un quejido se escuchó detrás de ustedes, la dueña del hogar bufó molesta.

—Vaya Cazatroles que eres. Jim manos de mantequilla —frunciste el ceño por el apodo, Jim solo alzó una ceja por el insulto.

Mejores cosas le han dicho.

—¡Hey! ¡Consíguete a alguien más para molestar! —dijiste apuntando a la trol que se hallaba confundida de tus acciones. Te acercaste a Jim y lo tomaste de los hombros en un abrazo apretado que sacó un quejido por aire de su parte— ¡Este hombre de aquí es mío! ¡Solo yo y Tobías podemos fastidiarlo!

Jim te frunció el ceño y rodó los ojos, Toby sonrió ligeramente burlón, con la boca llena de galletas que encontró en un costal apartado.

La trol al ver que Tobías se comía sus cosas, le quitó el costal, ligeramente molesta.

—Maese Jim, siga adelante. No querrá tener ese apodo —Jim puso una mano en tu mejilla y con esta, te alejó de su agarre sobre él.

Lo soltaste y bostezaste; te rascaste ligeramente la cabeza. El sueño te mataba, y lo bueno es que tus padres habían solicitado permiso para que mañana y el siguiente día no fueras a la escuela, según ellos, es una recompensa por haber hecho bien tus prácticas en ballet.

Lástima que no pudieron cancelar tus clases de español.

No querías ir, pero por haberte dormido en la clase anterior, te dieron de castigo estar 2 días con alumnos de diferentes salones. No tenías escapatoria.

"Al menos mis torturas dan frutos positivos en otras cosas. Chale, me duelen las piernas como el infierno"

Tobías se posó a tu lado con una mirada ansiosa. En esa miraba, ya supiste todo; necesitaba comer.

—¿Qué más puedo hacer? no quepo en ese agujero —Blinky bajo la mirada en pensamiento.

Una idea muy mala se le paso por la cabeza.

—Mmm, actualmente —el trol de pelaje verde se acercó a Blinky y negó por la idea que suponía tener.

Sabía que es lo que haría. Y no le gustaba para nada.

—Mala idea —Blinky miró en reclamo a su compañero.

—¡Pero ningún Cazatroles había perdido su amuleto! —tú y Tobías se mandaron una mirada confundida de modo disimulado, Jim estaba preocupado de sí mismo, más con las últimas palabras de Blinky— Tenemos que ir a buscar el furgolador.

—E-Eh, ¿el... furgolador? —el joven Cazatroles dijo en un hilo de voz preocupado y confundido.

Blinky solo hizo un ademán con su mano, tomándose a la ligera el asunto, o tratando de demostrar eso. También tenía sus dudas sobre el furgolador.

—O-Oh, no se preocupe por nada, Maese Jim. Siga sus estudios, vigilaremos el agujero. Mañana regresará fresco a lidiar con este... jeje... emm... pequeño problema —bostezaste interrumpiendo la escena, te tallaste un ojo y miraste a Blinky, con un asentimiento de cabeza.

—Bueno, si no es molestia, nos retiramos, Blinky. Quiero llegar a mi casa para tumbarme en mi cama y, lo más probable, no levantarme de ahí. ¿Jim? —el chico te miró atento— Cárgame —te frunció el ceño por tu casi orden.

—¿Por qué yo debo cargarte?

—Número 1: Tengo sueño y me da flojera ir hasta mi casa caminando. Número 2: Tobías ni en sus sueños puede cargarme. Y número 3: Porque te has vuelto más fuerte... ¿creo? —el de ojos azules te miró indignado sobre tu última afirmación dudosa.

Tobías igual se indignó con eso de que no podía cargarte.

—Si soy fuerte.

—Entonces demuéstralo, me estoy muriendo aquí y ocupo ir a mi casa, ¡pero ya! —Jim rodó los ojos en molestia y se acercó a ti.

—Bien —aceptó quejumbroso entre dientes— ¿Cómo se supone que te llevaré?

—No te preocupes por eso, tengo un plan —el contrario te miró con una ceja arqueada.

—¿Y eso sería...? —levantaste una mano en alto, en señal de espera.

No pasaron ni 5 segundos cuando ya habías aflojado el cuerpo y te dejaste caer sin aviso previo. Jim jadeó alertado, antes de que llegaras al suelo para darte un buen golpe, te sostuvo estilo nupcial.

Sonreíste soñolienta por su atrapada, al menos ya tenía mejores reflejos.

El chico resopló aliviado.

—¿Ves? todo resuelto —la peli-___ dijo, para después cerrar los ojos y acurrucarse en los brazos de su mejor amigo.

Bufó molesto y miró a Tobías, haciéndole una señal con su mirada para que ambos den marcha.

El castaño entendió las señas y asintió, yéndose rápidamente. Jim miró a su mentor e hizo un asentimiento de despedida.

—Nos vemos mañana, Blinky.

—Igualmente, Maese Jim —el chico nombrado sonrió ligeramente y salió de la residencia de Bagdwella.

Tobías le esperaba en la entrada de Mercadotrol, te mentiría si te dijera que el camino hacia la entrada y salida no fue fácil.

Literal, Jim se detuvo a cada paso que daba, cuidando de que nada te pasara. En algunas ocasiones casi te desnucan la cabeza, eso es algo que nunca piensa contarte en el futuro.

Ya al estar en la entrada, Tobías sonrió torcidamente y tomó la roca para abrir el portal.

—No sé porque _____ siempre confía en que tú la cargues pero a mí nunca me ha dejado intentar —el castaño dijo un poco indignado, se cruzó de brazos molesto, ya habiendo abierto el portal.

Jim arqueó una ceja y salió primero por el portal, Tobías detrás.

—¿Estás celoso?

—¡Claro que lo estoy! ¡Ella no confía en que yo pueda! ¡Yo sé que puedo! ¡He estado entrenando! —el de ojos azules abrió sus ojos sorprendido.

—¿En serio?

—Bueno, un poco. ¡Pero igual! ¡Sé que puedo cargarla! ¡Hasta a ti te podría cargar! —el de suéter azul hizo un mueca.

Tobías solo se indignó más por su gesto.

—Si... bueno...

—¡¿Piensas qué no puedo?!

Y así, Jim comenzó una discusión con Tobías.

Discusión que perduró hasta la llegada de la residencia Armstrong.

————˜°˜————

La chica peli-___, detrás del asiento de Jim, bostezo ligeramente. Quería poner atención a la clase del Profesor Uhl, pero sinceramente, ya sabía español. ¿Qué más ocupaba saber?

Las groserías eran un buen modo de empezar con el español básico, nada de las mamadas del profesor Uhl.

Maria con 2 hombres... ¡¿qué chingados se supone que significa eso?!

Bostezaste con más ganas y acurrucaste la cara entre tus brazos, tratando de ignorar el irritante sonido que el profesor hacia con el gis en el pizarrón.

Créanme, era muy difícil.

Levantaste un poco la mirada para ojear lo que Uhl escribía en el pizarrón. Te distrajiste por la risa burlesca de Steve al lado de Jim; quien solo intentaba, disimuladamente, de estudiar la historia trol del libro que Blinky le dio.

Frunciste el ceño cuando el rubio le alzó un dibujo que hizo, una cagada sin dudas. Un niño de 5 años dibuja mucho mejor.

—Rompiste mi diente, ahora te romperé la vida. Cuando acabe contigo, ¡vas a desear estar muerto! —bufaste en molestia y con agilidad, tomaste la bola de papel que el rubio lanzó hacia Jim.

El chico de suéter azul quitó la atención de su lectura y te volteó a ver, tú le mandaste un mirar enojado a Steve, quien pareció ponerse nervioso en cuanto capto tu atención.

—Tú no aprendes, ¿verdad? —dijiste con un hilo de voz en furia.

Le lanzaste la bola a él, logrando darle en la cabeza. Palchuk no tuvo de otra más que voltearse mientras fruncía el ceño.

¿Por qué demonios le tiene tanto miedo a una chica?

¡Es un hombre!, ¿no se supone que él es más fuerte?

El oji-azul miró a su compañera con una sonrisa suave y agradecida, la chica le guiño el ojo y puso atención al pizarrón de nuevo. Justo cuando Uhl rompió el gis y se giró a ver hacia Mary.

No decías que sus intentos por leer en español eran malos, pero sí que necesitaba muchas clases, DEMASIADAS.

—¿Cómo sentía el corazón María, señorita Wang? —Uhl preguntó con cierto tono molesto por la equivocación de la muchacha hace rato.

Rodaste los ojos y apoyaste la barbilla en tu mano, mirando hacia el pizarrón y leyendo repetidas veces el escrito; solo para distraerte.

"Ser, estar o parecer"

"Guillermo está ocupado"

¡Ja!, por alguna razón, lo último te hacía de mucha gracia.

Mary comenzó a tartamudear nerviosa, mientras que Uhl solo avanzaba hacia la joven, escuchando atentamente la exposición fracasada que tenia.

Podía ser fracasada, pero al menos se esforzó, ¿no?

—Espero que María no tuviera un corazón pedoso, porque tendría gases —soltaste una ligera risilla, sintiéndote mal por dentro al burlarte de tal forma— ¿Acaso María tenía un corazón con gases, señorita Wang? —la chica respondió con un hilo de voz entrecortado por el llanto que se aproximaba.

—¡C-Claro q-que n-no, señor Uhl! —ella dijo apunto de soltar el drama.

—¡Pa, pa, pa! intentaba decir, PESADO. Un corazón pesado, y es con un corazón pesado, señorita Wang, ¡que le digo que no mostró la menor comprensión del español básico! si ni siquiera puede terminar el examen, solo puedo reprobarla —Uhl terminó con su regaño y le alzó la caja de pañuelos a la chica peli-negra.

Ella tomó uno, se sonó la nariz y salió corriendo del salón.

Te reíste ligeramente por toda la escena, Uhl te alzó una ceja.

—¿Qué tiene de divertido esto, señorita Armstrong? —te sorprendiste de que te haya llamado la atención.

Humilde y educadamente, te levantaste de tu lugar y le respondiste de forma confiada.

—¡Oh! nada, señor Uhl. Solo me da risa el como usted nos importa las reglas del español básico —el profesor se mostró sorprendido de tu respuesta, y prontamente, te frunció el ceño.

Jim se escondió en su libro, no queriendo presenciar tu sentencia de muerte.

—Y dígame, ¿usted sabe más de español que yo, señorita Armstrong? ¿Quién sabe más, usted o yo?

Ciertamente, le digo que yo. Ósea, ser mitad latina tiene sus ventajas, ¿no? —Uhl te miró sorprendido de que le hayas respondido en español sin ningún titubeo.

Todos en el salón te miraron con sorpresa. Todos excepto, Jim. Se había sumergido en el libro de nuevo.

Uhl estaba por responderte o castigarte ante esta inaceptable humillación, pero para su mala suerte, la campana sonó.

Caminó hacia su escritorio. Todos los alumnos de aulas diferentes tomaron sus cosas y se levantaron para retirarse.

Saliste tras de Toby; Jim se quedó en al aula. Suponías que Uhl quería hablar con él.

—¿Hoy, Jim tendrá entrenamiento? —Toby te miró con cara seria y sarcástica.

Casi como si te tomará de tonta o despistada.

Bueno, lo último ya estaba confirmado.

Le arqueaste una ceja mientras soltabas un leve bostezo, Tobes se palmeó la frente.

—Supongo que ayer no escuchaste nada de lo que dijo Blinky.

—Nop —soltaste de forma relajada y pasaste los brazos por detrás de la cabeza.

El de frenos te estaba por responder abatidamente; se detuvo. Fijó su mirada detrás de ti.

Alzaste la ceja confundida y volteaste a mirar, abriendo leve los ojos con la escena de Jim y Clara frente a ti.

No sabías que Jim ahora podía hablar con su enamorada sin tartamudear o hacer algo estúpido.

¿De cuánto te habías perdido?

Te giraste a ver a Toby en busca de una respuesta, él solo te alzó los hombros. Miraste de nuevo y frunciste el ceño al notar que Clara trataba de manera indiferente a Jim.

Lograste escuchar un poco de su conversación.

—Solo llega mañana. Y por cierto, se que Steve es un cretino, pero hay mejores modos de terminar una pelea que golpeando a alguien en la cara —con eso, ella se dio la vuelta y se fue.

Te acercaste a Jim, mantenía una mirada baja por lo que Clara comentó. Posaste una mano en su hombro y le diste una leve sonrisa en ánimo.

Él negó y caminó a la salida. Toby y tú con muecas preocupadas detrás.

—¿Jim... estás... bien? —preguntaste finalmente, el chico nombrado suspiró y te giró a ver, con una sonrisa falsa en su cara.

Te mordiste el labio, insatisfecha de su respuesta.

—Mejor de lo que podría estar.

Definitivo; no estaba bien.

————˜°˜————

Con un mimo más de parte de tu madre sobre el cabello, bostezaste levemente. El sueño te estaba venciendo

Te levantaste de sus piernas y miraste la hora en la mesa de noche.

Tú y tu familia estaban viendo una película. Una sobre aliens y sondas... o algo así.

La verdad no le pusiste mucha atención, estabas más suprimida en los cariñitos de tu madre.

Aprovechaste el bug; sabías que ahorita estaba de buen humor. La mayoría del tiempo suele estar o frustrada o malhumorada, incluso pesada, más contigo que con tu hermana, quien era una vaga sin remedio alguno.

En fin, un poco de cariño hacia ti de su parte no te hacia mal, te revoloteaba el corazón. Te sentías querida, al menos un poco.

Tu madre te trataba de la cagada, pero sabias como era ella, te restregaba problemas que eran suyos como modo de desahogo, no le decías nada, solo escuchabas. Porque eso era lo que ella quería, ser escuchada.

Al notar que ya eran las 10 de la noche, diste el más grande bostezo con flojera acumulada. Te levantaste del sofá como una persona a la que le acaba de morder un Zombie.

Tu madre te arqueó una ceja, le respondiste con un resoplido.

—Bueno, me iré a dormir. Mañana tengo clase de ballet y esgrima —ella te sonrió, negando con la cabeza.

—Oh, querida. Te había dicho desde la mañana que había cancelado tus clases —abriste la boca para objetar algo, pero la cerraste en cuanto te acordaste.

—Si cierto. Que pendeja —te auto-insultaste a ti misma mientras sonreías de modo torpe.

Tu madre te frunció el ceño por la palabra tan vulgar que soltaste.

—¿_____? ¿Tu vocabulario? —te encogiste de hombros y te disculpaste con un asentimiento.

Sin más que decir, miraste a tu padre y hermana, dándote a la sorpresa de que estaban dormidos.

Sin dudas mañana les iba a doler el cuello.

Sonreíste sin razón y subiste a tu habitación, quitándote la ropa y yendo por una más cómoda a tu closet.

Ya con la sensación de comodidad y limpieza, te tiras a la cama, lista para convertirte en la bella durmiente durante toda la noche de hoy y un poco de la tarde de mañana.

Estabas en la cúspide del sueño, cuando una roca impactó con tu ventana. Te sobresaltaste del ruido estruendoso, y con molestia por ver tu ventana rota, te levantaste. Ya tenías la intuición de quién había sido.

¡Puto plebe vago y básico!, ¡solo se siente poderoso de romper ventanas por razones que aun no entendías pero te tenían harta!

Abriste la ventana rota y alzaste un puño en protesta.

¡Chinga tu puta madre, ladrón rompe ventanas! ¡Es la 5ta este mes! —bajaste la mirada por el susurro que lograste escuchar.

Abriste los ojos como platos al ver a 2 a tus mejores amigos con sonrisas nerviosas.

Frunciste más el ceño y de tu cuarto tomaste tus chanclas, lanzándolas hacia los 2 muchachos.

Ellos soltaron un: "¡Auch!" por el impacto, y tu sonreíste orgullosa. Todas las veces que tu mamá te había lanzado la chancla valieron la pena.

Al fin aprendiste sus movimientos.

Cruzada de brazos, les lanzaste a ambos seres una mirada filosa y obviamente enojada.

—¿Qué hacen aquí par de tontos? —Toby dejó de sobarse su cabeza y te volteó a ver.

—Se supone que hoy habíamos acordado ir a Mercadotrol para recuperar el amuleto de Jim, ¡no es nuestra culpa que seas tan olvidadiza! —rodaste los ojos— Posdata: Tus sandalias en mi bella cabeza no fueron buena experiencia.

—Post posdata: Mi ventana rota tampoco. ¡Así que te me aguantas, Tobías Domzalski! —Jim negó ya habiéndose olvidado del dolor en su cabeza, subió la mirada.

—¡Vámonos ya, _____, que no tenemos toda la noche! —resoplaste en flojera y apoyaste una mano en el borde de la ventana.

—¿No pueden ir solos por esta vez?

—En definitiva, no.

—¿Por?

—¿Apoyo moral?

Frunciste el ceño cuando Jim te hizo ojitos, ¡odiabas que usara esa técnica contra ti!

Él sabía que si hacia ese gesto, tú caerías ante sus pies sin dudar. Odiabas que conociera tus debilidades por las cosas tiernas.

En un suspiro derrotado, aceptaste tu destino.

Bye, bye, sueño profundo y ligero.

—Está bien... —arrastraste las palabras con flojera y sin nada en mano, pusiste un pie en el borde de la ventana— ¡Piensa rápido, Jim! ¡Ay te voy, San Pedro!

Jim jadeó horrorizado cuando saltaste por tu ventana hacia caída libre, como si fueras John Cena a punto de romperle la madre a alguien con su codo... o algo así.

Corrió hasta dónde estabas por impactarte, y afortunadamente, te logró atrapar.

Sonreíste orgullosa de ver que su entrenamiento al fin dio frutos, Jim te miró con furia por lo que habías hecho.

Ah sí... Toby se desmayo.

—¡NUNCA VUELVAS A HACER ESO!

—Solo fue prueba. Al menos ya veo que tus entrenamientos dan frutos. Ni en tus sueños hubieras sido capaz de atraparme como lo hiciste ahora —el chico suspiró resignado por tu actuar, un poco frustrado también.

Ya había sido víctima de tus "bromas" mucho tiempo atrás; antes de todo esto, ¿por qué ahora le preocupaba más la seguridad de la peli-___?

"¿Por qué antes no tenias un enemigo trol capaz de matarte a ti y a tus seres queridos? supongo que solo soy un poco paranoico"

—Igual no lo vuelvas a hacer, no me gustaría perder a mi amiga solo porque se cree Gatubela —el muchacho te dejo pararte correctamente.

Con una mirada de: "Me vale todo", recogiste tus chanclas y fuiste a dar una vista rápida por la ventana que conducía hacia la sala. Jim se encontraba tratando de despertar a Toby.

Suspiraste aliviada de ver que tus familiares se habían dormido, acurrucados entre sí. Al menos no irán a verte por la noche solo para cerciorarse de que estuvieras bien.

Te dirigiste a Jim, he hiciste una mueca por ver que él esperaba que te subieras a su bicicleta.

Diste una mirada disimulada hacia la cochera y sonreíste de modo perverso, preocupando a ambos chicos a tu alrededor.

—Díganme, ¿no les gustaría ir a Mercadotrol de un modo más rápido, cómodo y sin esfuerzo?

El de ojos azules tragó en seco ya captando a que te referías, Toby sin dudar dijo que sí.

Jim solo sabía una cosa: Esto iba a salir muy mal.

————˜°˜————

Con el cabello todo despeinado y un poco mareado, Jim abrió el portal hacia Mercadotrol. Preguntándose y maldiciendo el cómo es que estabas intacta por todo el viaje que dieron en tu motocicleta.

¡Hasta brillito tenias!

¡Mientras que Toby y él, desalineados y con cara de querer matar a alguien!

Resoplando, los 3 amigos entraron por el portal, dejando sus cosas al lado y bajando por las escaleras de cristal.

Toby y tú mantenían una buena conversación sobre los tipos de dulces; quien sabe como sacaron ese tema, pero es mejor no preguntar. Mientras, Jim tenía la cabeza ocupada en el asunto del amuleto y como es que Blinky le iba a ayudar para recuperarlo.

Había accedido a cualquier método para recuperarlo, lo único que le preocupaba eran esos "métodos". No confiaba mucho en Blinky... aún.

Ya estando en camino hacia la residencia de Bagdwella, un trol se acercó corriendo hacia los 3, más en especifico, hacia ti.

Jim arqueó una ceja por como el trol se hallaba respirando entrecortadamente y apoyando una mano en tu hombro.

Tú solo miraste y esperaste a que acabe su sesión de recuperación de aire.

Una vez el trol se calmo, te volteó a mirar y tomó tus 2 manos entre las suyas. Toby puso una mirada picara en modo de burla, y Jim solo frunció el ceño, le desagradaba la cercanía que tenias con aquel trol que ni conocía y esperaba no conocer.

—¡_____, que bueno que estás aquí! ¡Ven! ocupo que me ayudes con... —al ser consciente de que tenia a 2 espectadores más mirándolos, se sonrojo levemente y bajo la mirada avergonzado. Se acercó a susurrarte, logrando que Jim se moleste más—... ESE asunto... —diste un jadeo ahogado en comprensión y miraste a Jim con nerviosismo.

El de ojos azules quitó su expresión hacia el trol y te miró. Con confusión y curiosidad.

—Lo siento, Jim. Estaré en la casa de Bagdwella cuando termine con el asunto que le prometí a Liam —Jim negó y con una mueca indiferente, se giró y te alzó la mano en despido rápido.

—No te tardes mucho —fue lo último que dijo.

Con esas simples palabras, el trol sonrió y te llevo a rastras a su casa.

No tuviste ni tiempo de decir un: "Nos vemos", ya los veías muy lejos para ello.

Ni siquiera te cuestionaste el actuar de Jim. Hasta incluso creo que ni lo notaste.

/sUspirAr rEsignAdA

Despistada.

Toby se acercó en paso rápido hacia el malhumorado de Jim, posó sus manos detrás de él con una mirada picara en su cara.

—¿Celoso?

—Cállate —Jim soltó medio avergonzado.

No estaba celoso, solo quería cuidarte, eso es todo. No le gustaría mucho que un trol te use o lastime solo para llegar a él.

Con todo el asunto de ser Cazatroles, tenía que mantener los sentidos alerta.

"Tengo que ser más cauteloso y observador. De todas maneras, el trol no parecía querer hacerle daño. Y si es así, todo bien... por ahora."

Diste un suspiro pesado con la escoba en mano. Liam te había mencionado de un ser monstruoso que se había colado en su casa, y viendo que ahora ustedes eran como medio conocidos, y te gustaba ayudar... poco con gente que no conoces, pero te gustaba, accediste a ir a matar ese ser tan maligno.

Liam estaba detrás de su barra de cocina, mientras que tú tenías la escoba en mano, tratando de detectar, o al menos, ver como era el bicho.

"Tal vez sea un Gnomo"

—Liam, ¿estás seguro de que no es un Gnomo? —el trol detrás de la mesa asintió repetidas veces, señaló su estante un poco temeroso.

—¡Muy seguro, nunca había visto cosa tan asquerosa! —resoplaste y te acercaste hacia el estante.

Moviste este un poco y trataste de sacar a la cosa que tenía tan asustado al trol.

Después de varios segundos, jadeaste cuando el monstruo se mostró.

Solo era una cucaracha.

Arqueaste una ceja y miraste al trol. Se escondió más en cuanto notó al bicho.

—¿Esto era la cosa que querías que matará? —Liam asintió, bufaste en burla— ¿En serio le tienes miedo a las cucarachas... —te interrumpiste cuando sentiste al bichejo volar hacia ti. Saltaste del susto y tiraste la escoba—... voladoras?... mierda.

En un suspiró profundo, y la cucaracha lista para dar vuelo, miraste al trol y gritaste, corriendo a cualquier lado menos, hacia la cucaracha.

—¡CORRE!

————˜°˜————

Te quitaste los restos de basura que se te adjuntaron al pelo y suspiraste cansada.

Bueno... fue casi fácil matar aquella cucaracha, pero después de una patada por aquí, una lanzada de chancla por allá, y Liam arriba de ti, pudiste al fin vencer a tal monstruo.

Las cucarachas voladoras sí que se consideran monstruos.

Bajaste por las escaleras y te tallaste los ojos, tenías demasiado sueño para ahora pensar en cómo recuperar el amuleto de Jim.

— Blinky, más te vale tener una solución rápida para esto. Literal me muero de sueño y no creo en poder seguir- —acortaste tus palabras.

Abriste en grande los ojos cuando AAARRRGGHH!, Blinky y Tobías se giraron a mirarte.

No miraste al tercio en círculo, miraste lo que Blinky tenía en mano. Con un sonrojo por la emoción, corriste hacia Blinky y le arrebataste a tu mejor amigo ahora encogido.

Jim frunció el ceño confundido, mientras que tú lo apegabas a tu cara y dabas chillidos alegres.

—¡Oh por dios, Jim! ¡Eres tan lindo! —chillaste mientras le plantabas uno que otro beso por su pequeña cabeza.

El muchacho se sonrojo por las muestras de afecto, y Tobías hizo lo mejor que podía hacer al estar presente en una situación vergonzosa como esta.

¡Exacto!, burlarse.

—Uff, Jimbo. Al menos pasarás a la universidad con la conciencia de que una chica te beso —Jim para nada contento con lo que dijo, le mando una mirada filosa.

Blinky negó y palmeó sus manos, llamando la atención y haciendo que pararás tu sesión de mimos con el pequeño Cazatroles.

—Muy bien, si no les importa que interrumpa su... —Blinky te miró e hizo una mueca, no tenía ni idea de lo que le hacías al Cazatroles—... muestra de afecto humano, ¡tenemos un amuleto que recuperar!

Blinky te arrebató a Jim de tus manos, frunciste el ceño con puchero.

El trol de 6 ojos posó a Jim en la entrada del hoyo, le alzó un pin. Supongo que es para utilizarlo como escudo.

El muchacho resignado, tomó el "escudo" y lo dejo caer en el suelo.

—Agh... muy sutil. Ñee, se empieza pequeño para lidiar con el pequeño problema, ¡este es un enorme problema! —el muchacho elevó la voz hacia sus espectadores con sumo enfado de la situación en la que se metió— ¡No puedo estar encogido! ¡Tengo exámenes que hacer! tengo... ¡lavamanos que alcanzar!

—Tiene un Gnomo que atrapar. Adelante, Maese Jim, ¡y cumpla su destino! —te apoyaste en el hombro de Blinky y diste una mueca por lo último dicho.

—Yo digo que el Gnomo es el menor problema en el que Jim está metido ahora —el nombrado solo te frunció el ceño, chillaste dulcemente hacia él— ¡Dios! ¡Hasta enojado te ves lindo!

Bien, ahora se hallaba avergonzado. Se cruzó de brazos y desvió la mirada.

Tobías se acercó al mini Jim y le tendió un lápiz.

—Su espada, mi señor —dijo con un poco de burla en su voz.

Jim resopló. Tomó el lápiz y pinchó a Toby con él.

El castaño se quejó por el piquete y su pequeño mejor amigo tomó el "escudo" junto con el lápiz. Adentrándose en el hoyo, y rogando que esto sea rápido.

Pusiste atención de sus movimientos, Blinky y Tobías de igual modo.

—E-Eh... ¡debe saber una cosa más cuando lidie con el Gnomo, Maese Jim! ¡Y esto es de suma importancia! ¡No debe tocar su sombrero! —arqueaste una ceja confundida.

La voz de Jim te interrumpió de la pregunta que estabas por soltar.

—¡Por supuesto! ¡Está ahí!... en una breve recapitulación —Blinky se mostró alegre por unos momentos.

Mientras, solo seguías tratando de mirar por donde se iba tu pequeño mejor amigo.

Ya casi no podías identificarlo por lo profundo que iba.

—¡Lo recordó!

—¡Por supuesto que no! ¡Nada en este mundo tiene sentido!

Diste una ligera mueca, y te alejaste del hoyo, ya lo habías perdido de vista. Él único que se encontraba mirando aún, era Toby.

Te acercaste a Blinky un poco preocupada por Jim. Soltaste la pregunta que habías formulado anteriormente.

—¿Qué pasa si le quitan el sobrero a un Gnomo? —Blinky dio una mueca en duda sobre si contestarte o no.

Lo último que quería era alterarte. Él sabía que Jim podía hacerlo.

Estaba casi seguro.

AAARRRGGHH! respondió por él.

—Desastre —abriste los ojos por su respuesta, y tu pecho se lleno de latidos preocupados por Jim.

Blinky se dio un fuerte facepalm. No quería alterarte y AAARRRGGHH! se encargó de hacer lo contrario.

—P-Pero no al punto de que el Maese Jim muera, tranquilícese, Lady _____ —resoplaste para calmarte. Blinky jugó con sus dedos en nerviosismo— Bueno eso espero... —se dijo a lo bajo, cuidando de que no le escucharas.

Varios ruidos dentro del hoyo comenzaron a escucharse, AAARRRGGHH! y Blinky se miraron con preocupación, la chica a su lado solo estaba cruzada de brazos con una mirada inquieta.

Esos gritos y ruidos no sonaban nada tranquilizantes.

—Eso... no suena favorable...

—¿Tú crees?

Los sonidos comenzaron a escucharse más fuertes, algunos gritos de Jim se identificaban con esos. Jugueteaste con tus manos de modo nervioso, sinceramente, todo el ruido dentro del hoyo te ponía ansiosa.

De repente, todo calló. Toby con una mirada igual que la tuya, se alejó del hoyo y se puso a tu lado, juntando sus manos mientras te miraba y luego al hoyo.

—¿Por qué no ha salido?

Una silueta comenzó a aparecer, todos abrieron los ojos sorprendidos, Jim había conseguido su amuleto y vencer al Gnomo.

Sonreíste ligeramente de verlo sin un rasguño; suspiraste de alivio.

—¡Invocaste la armadura y capturaste al Gnomo! ¡Bien hecho, Maese Jim! —Blinky dijo en euforia mientras aplaudía con ánimo y orgullo junto a AAARRRGGHH!.

Jim solo hizo una reverencia.

—Gracias, gracias, no quiero olvidar a la gente corriente —rodaste los ojos con diversión y te acercaste.

Bagdwella solo aplaudió con emoción y adulación.

Shinga, ¿cuándo fue que ella llego que no notaste su presencia?

Jim le hizo una seña al Gnomo para que se bajara, este mismo en una mirada molesta y triste, acató la orden.

El Cazatroles guardó su espada y se quitó el sombrero del Gnomo, que hasta ahorita te habías dado cuenta de que lo tenía puesto.

Tobías se acercó rápidamente con una bolsa, y en ella, atrapó al el pequeñín causa desastres que se hallaba recogiendo su sombrero.

—¿Qué hay de este encogimiento? ¿Cuándo se va a acabar?

—No es que tenga prisa, ¿verdad?... pero, ¿alguna otra vez se podrá encoger de nuevo?

—¡_____!

—¡¿Qué?! ¡Solo era una pregunta! digo, ¿qué tal si ocupas otra misión en estado mini? nunca se sabe, Jim —el chico te rodó los ojos fastidiado y avergonzado.

Aún no entendía porque te estabas comportando de este modo tan... cariñoso.

Digo, cariñosa ya eras, pero aquí es un límite extremo que hacia latir el corazón del pequeño Cazatroles a niveles impresionantes.

La pena y vergüenza causa estas cosas sin dudas. Tal vez esto se deba a que nunca ninguna chica se había comportado así con él.

Su madre no cuenta.

—No se preocupe por nada, Maese Jim —el muchacho encogido se giró a mirar a su mentor— Duérmase y en la mañana estará como nuevo. ¡Y como se lo ha ganado! ¡Jim, el Verdugo de Gnomos!

—Gran título a mi opinión —el chico se encogió de hombros y se giró a mirar a otro lado.

Ya no podía mirarte a los ojos si seguía en ese estado.

—Ahora lo que falta... —Blinky interrumpió su vergüenza interna cuando lo alzó en sus manos y lo dejó apoyado en una caja con más altura para ver mejor al Cazatroles. Este mismo ya estando desconcertado—... es que se encargue de él.

Frunciste el ceño y te acercaste a Blinky.

—Espera, ¿qué? ¿Encargarme... de él?

—Regla número 2.

—Siempre termine la pelea —te mordiste el labio nerviosa.

—Terminar... ¿y eso...? —Blinky dio una mirada de obviedad hacia su aprendiz.

—Muerte, fin.

AAARRRGGHH! al lado de Blinky hizo una seña imaginaria con su mano asimilando un cuchillo pasando por el cuello de alguien.

Jim frunció el ceño preocupado, tú y él se miraron con la misma emoción.

Ambos sabían 2 cosas.

1: No serian capaces de hacerlo; sabias que ni Jim o tú tenían el corazón demasiado oscuro para ello.

Y 2: Ahora tenían un grave problema, no solo con el Gnomo y posible carrera de asesino serial, si no que también con el encogimiento de Jim.

Por mucho que te gustará verlo chiquito...

¡¿Cómo diablos se supone que le dirás a la señora Lake que su hijo está en estado pitufo?!

El estrés causa arrugas; ya te sentías toda una señora de la tercera edad.

Resoplaste agotada y estresada de todo, pasándote las 2 manos por la cara.

—————˜°˜—————

—Tenemos 1 problema.

—¿Tú crees?

—Bueno en realidad varios, más tu Jim.

El muchacho bufó cansado y apoyo sus manos en sus piernas, tenía la mirada gacha sobre que hacer ahora.

La chica de ojos ___ solo mantenía la cabeza apoyada en la cama de Tobías.

Mientras que el dueño, jugueteaba con el amuleto sin mucho ánimo.

¿Qué cómo estás en casa de Tobías y no en la tuya?

Para fortuna tuya, tus padres no se levantaron con todo el ruido que hiciste en la cochera para guardar la motocicleta, y enserio que fue un milagro, porque tu madre en muchas ocasiones suele tener oído de águila.

En fin, no podías entrar a tu casa porque activarías la alarma, y tampoco es como si pudieras entrar a tu cuarto por la ventana de la que saliste, así que la mejor opción era ir a casa de Tobías.

Ya mañana le explicarás a tu mamá que saliste temprano de casa para ir a la de Toby y así llegar temprano mañana a la escuela. Tocaba español.

Agh... como odias al profesor Uhl.

Un quejido de Jim te sacó de trance.

—Agh... ¿a quién engañamos? no puedo matar a esa cosa, ¡casi cene con él! —en un quejido, Jim suspiró profundamente y bajó la mirada— Nosotros no somos asesinos.

—Habla por ti, Jimbo —el muchacho te miró y te arqueó una ceja.

—¿Lo eres? —un poco incómoda, alejaste tu mirada.

Gotas de sudor en nervios sentías por tu frente.

—Yo si lo soy —abriste los ojos sorprendida cuando Toby habló desanimado en su lugar.

Tú y Jim miraron a Tobías en busca de una respuesta por su argumento.

Él suspiró y dejó el amuleto a un lado suyo por la cama.

—Detective Snuggles... nana me advirtió que no dejará mi chocolate por ahí, ¡pero fue justo después de pascua y tenía una buena dotación! —arqueaste una ceja, confundida, pero siguiendo el relato de tu amigo— Nunca creí que ese gato encontraría mi escondite... pero lo hizo... y para cuando lo encontré... era demasiado tarde —un poco incómoda ya por el tema de conversación, posaste tu mano en el hombro de Toby.

Diste palmadas que suponías eran de consuelo.

—Ya, ya, de seguro tuvo una buena vida.

—Muerte por chocolate... —susurró Jim— Hay... peores formas de irse.

—¡Eso no fue lo peor de todo! no tuve corazón para decirle a nana, así que oculte el homicidio, yo... ¡me comía su alimento para gatos solo para que pareciera que aún estaba! —con una mueca entre asco y desconcierto, seguiste palmeando su espalda. Jim tenía el mismo gesto que tú, solo que más confundido, Tobías escondió sus tragedias a través de sus manos— y... sabia rico... ¡ah! —con sus quejidos en pena, ya no pudo soportar más el dolor y se giró a abrazarte.

Un poco incómoda, lo rodeaste con tus brazos y le diste palmadas en la espalda.

Jim ya no estando muy consciente de lo que pasaba, bostezó notablemente.

No te tortures, Tobes, tuvimos un mal día y... no es el momento de lidiar con esto. Lo resolveremos mañana cuando... todo vuelva a ser normal —Toby se alejó de ti en una mirada preocupada hacia Jim.

Él ya se encontraba acurrucándose en la comodidad de la almohada.

—Pero... ¡no puedes, Jim! ¡Tienes que dedicarte a tu examen!

—¿Examen? ¿Cuál examen? —la chica peli-___ preguntó hacia Toby, confundida.

—No hay forma de que yo los obligue a- —el pequeño Cazatroles no terminó de hablar, cayó rendido a los brazos de Morfeo.

Te giraste a ver a Tobías de nuevo, con una mirada de interrogación.

Solo suspiró casando.

—Jim tiene una presentación de español mañana a primera hora.

—¿Es la presentación sobre el tema de María y esa mamada? —Tobías te asintió, te mordiste el labio mirando de reojo a Jim que se encontraba plácidamente dormido.

El castaño se levantó de su lugar y fue hacia la bolsa con el Gnomo dentro.

Te encontraste con tus pensamientos por unos segundos.

En una mirada cansada, tomaste una decisión, le harías el favor a Jim con su presentación.

Es lo menos que puedes hacer después de todo.

—Bueno... ni quería dormir después de todo —Toby no dijo nada, abrió la puerta de su cuarto y salió hacia la planta baja.

Curiosa de lo que hacía, le seguiste, llegando justo a la cocina.

—¿Tobes? ¿Que haces?

—Terminar el trabajo.

—Pero... ¿no se supone que Jim debe hacer eso?

—¿Quién tiene la mente más quebrada y traumada, Jim o yo? —te alzaste en hombros sin una respuesta concreta.

—¿Y si mejor lo hago yo? se que eres sensible con esto, y-

—No, lo haré yo.

—Está bien, como quieras.

Tobías suspiró y acercó la bolsa hacia donde se lavan los platos y el extractor de comida.

Notaste como no se decidía, y ya un poco harta, resoplaste cansada. Fuiste hacia la cafetera y te serviste una buena taza de café.

Tomaste algunas hojas de la estantería por la sala y subiste de nuevo al cuarto de Toby, más en especifico, su escritorio.

Tenías una presentación que escribir.

—————˜°˜—————

—Psst, _____. Hey, _____, ¡despierta! —soñolienta, te levantaste del escritorio exaltada.

¡Yo no dibuje el grafiti esta vez, profe! —Toby te arqueó una ceja por lo que dijiste.

—¿Qué? —al mirar a tu amigo a un lado tuyo, despegaste la hoja de tu cara y negaste levemente.

—Eh... no, nada.

—¿A qué hora te dormiste?

—No sé, supongo que a las 2 o 3 de la madrugada —bostezaste, y con una cara de zombie viviente, te levantaste de la silla y te estiraste, tronando uno que otro hueso.

—¿Por qué te dormiste tan tarde? —Tobías te preguntó mientras iba en dirección del cuarto de su nana.

Le seguiste el paso, dormilona.

—Me quedé toda la noche haciendo la presentación de Jim. Supongo que se me fue el tiempo.

—¿Le hiciste la tarea a Jim, pero a mí no me ayudaste cuando la maestra de inglés me hizo hacer una presentación sobre la basura? —el de frenos preguntó con indignación, fue hacia el escritorio de su abuela y escondió la jaula de gato.

Si, no pudo terminar con el Gnomo y lo encerró en la jaula.

—Para empezar, le hice la tarea a Jim porque su cargo como Cazatroles no le da tiempo ni para comer o cocinar, en segunda, ¿tú tienes una doble vida? y en tercera, te merecías hacerlo solo porque no pusiste atención en la clase de un idioma que es nativo, Tobes.

—Igual me siento indignado —rodaste los ojos dando señal de que no seguirías con la discusión.

Un gritillo alarmó a _____ y Toby.

Ambos se miraron preocupados y el de frenos fue directo a abrir la casa de muñecas de su abuela.

Era Jim el que había gritado.

—¿Qué pasa, pequeño Jim? ¿No dormiste bien en la casa de muñecas de nana? —te acercaste, notando lo exaltado que se encontraba el de ojos azules.

—¡¿Por qué sigo pequeño?! —alzaste los hombros como respuesta.

—No sé, tal vez funciona diferente en troles y en humanos —Toby tomó a Jim en sus manos y lo bajo de la planta alta de la casa.

El chico te miró con una ceja arqueada, tenias las ojeras tan grandes que hasta parecían bolsas negras de basura.

—_____... ¿qué te pasó? te pareces a una madre despertándose con solo 1 minuto de sueño —diste una mirada entrecerrada y te cruzaste de brazos, agitando tu cabello en pose que suponías era diva.

Ni para eso te encontrabas establemente dispuesta ahora.

—Puff, me veo fabulosa.

Jim desvió su mirada de la chica de cabellos ___, abrió los ojos en grande cuando vio la bolsa donde había estado el Gnomo vacía.

—No puede ser... el Gnomo... —susurró exaltado y miró a _____ y Tobías en busca de una respuesta— ¿Lo hicieron? ¡Les dije que se suponía que yo- ¡Oh, no! ¡Escuela!

—Repórtate enfermo, dile que comiste demasiado chocolate, siempre funciona —Toby sacó su celular y se lo alzó a Jim.

Como este era demasiado grande para él, dio unos pasos hacia atrás, y con un ceño fruncido, alejó el teléfono de su cara.

—¡No! ¡El señor Uhl puede oler una mentira a un kilometro de distancia!

—¿Entonces qué piensas hacer, Jimbo? no puedes presentarte a la escuela en ese estado —Jim te miró un momento y luego a toda la habitación.

Una idea le había llegado.

—¡Lo tengo! Okay, escuchen, ¡necesito que me hagan un enorme favor!... bueno... tal vez pequeño, ¡pero enorme! —tú y Toby se miraron confundidos, para luego asentir hacia Jim.

De acuerdo en hacer lo que sea que tenía en mente.

—————˜°˜—————

—¡Hey, _____! ¿Estás aquí? ¡Ocupo tu ayuda! —en una mirada apenada hacia tu amiga, le alzaste la mano en negación.

—¡Lo siento, Cindy! ¡Será después!

—¿Cuál es la prisa?

—¡Es más una misión de vida o muerte, te veo luego! —giraste el pasillo corriendo junto a Toby que se había detenido un momento para hablar con el entrenador.

—Espero que este plan funcione.

—Lo hará. ¡Vamos corre más rápido! ya son las 7:35 y sabes que al profesor Uhl no le gusta la impuntualidad —Toby solo transpiró de cansancio y asintió.

Giraron de nuevo otro pasillo.

Sonreíste al ver la puerta del salón cerca y corriste más rápido hacia ella, justo cuando escuchaste que Uhl llamó a Jim para lo de su presentación.

Estaba por continuar la clase, hasta que pateaste la puerta modo FBI y todos se exaltaron.

Te miraron con cara confundida de tu entrada, y justo al momento de justificarte, llego Toby.

—¡No hay problema! ¡Jim está aquí! —dejó la laptop que traía en mano, encima de un banquito cerca del pizarrón.

Prendió la computadora y la llamada de Jim en espera inicio.

Te pusiste a un lado de Toby con una mirada nerviosa hacia Uhl, les veía de modo interrogativo sobre todo lo que pasaba.

—Está aquí, virtualmente —dijiste hacia Uhl como modo de respuesta por su penetrante mirada.

Miró la pantalla donde estaba Jim y se cruzó de brazos.

—¡Hola! siento no poder estar en la escuela, señor Uhl, pero... eh, estoy enfermo en casa —Uhl se alzó de hombros, suspiraste aliviada de que se haya tragado la mentira. Como todos los demás, pusiste atención, sonriendo ya que tenía las notas que le habías dejado, antes de irte, a un lado suyo— Lo que es adecuado porque haré mi presentación de español de... Ponce de León, que muerto de... una gran enfermedad.

—¡Oye! ¡Muerto no es una palabra! —reprochó Steve hacia el Jim virtual.

Frunciste el ceño y te cruzaste de brazos, con molestia de su comentario.

—De hecho, muerto si es una palabra, Steve. Si estudiarás más español lo sabrías —el rubio te mandó una mirada enfadada y los demás solo se reían disimuladamente.

El profesor Uhl alzó una mano para que todos se calmen y guarden silencio.

—Tengo curiosidad por ver a donde va esto. Continúe, señor Lake —sonreíste triunfalmente de modo disimulado.

Devolviste la mirada hacia la laptop.

—Ponce de León, uno de los conquistadores españoles más famosos, está más relacionado con-

Frunciste el ceño nerviosa, Tobías copiando tu expresión, un sonido molesto se comenzó a oír mientras Jim hablaba.

Era obvio que era la nana de Toby.

Uhl les frunció el ceño confundido hacia ustedes 2, te encogiste de hombros en nervios y Toby miraba la pantalla, rezando para que Jim ya termine, o al menos que su abuela salga de la habitación.

Claro, eso sería mucho pedir.

—¡La fuente de la juventud!... la fuente de la juventud... —Uhl se acercó a la computadora con el ceño fruncido.

—¿Qué es ese horrible ruido? —preguntó, tú sumamente nerviosa te tapaste la cara con las 2 manos.

Todos los alumnos se alzaron un poco más para mirar el chisme que tenia Jim encima.

—Ah... ¡construcción! ¡Remodelación! —Jim soltó palabras al azar con un hilo de voz nervioso y mirando hacia enfrente suyo.

Toby se dio un ligero golpe en la cara, y tú quitaste las manos de la tuya.

Miraste la laptop de nuevo, conteniéndote de reírte ya que Jim tenía su cara pegada en la pantalla.

"¡Vamos, _____, este un momento serio!"

—¡U-Un minuto, señor Uhl! —el chico dijo entre dientes, no podía hablar muy bien por el teléfono pegado a su cara.

Uhl se giró a verlos, sonreíste más que nerviosa y tomaste tus manos entre sí, frotándolas un poco fuerte.

Toby suspiró.

Solo estas cosas les pasaban a ustedes 3.

—¿Señor Lake? ¡Señor Lake! no tenemos todo el día —Jim negó mientras miraba hacia otros lados, alarmado.

Alzaste la ceja confundida de su cantar en negación.

—No, no, nooooo essss ¡necesario pelear en casa! —_____ y Toby se miraron desconcertados— Ponce de León se unió a Colón en el nuevo... nuevo... ¡¿QUÉ ESTÁ HACIENDO?!

—¿Hola? parece distraído —miraste más hacia la pantalla, preguntándote porque Jim estaba tan alterado y mirando hacia todos lados.

Ojeaste a Toby y ambos tenían una ligera sospecha con esa mirada.

La única razón del porque Jim está tan distraído es por la pequeña abominación que Toby había metido en una jaula.

Suspiraste frustrada y te diste un ligero golpe en la frente.

—Sabia que debía haberlo hecho yo... —murmuraste entre dientes y Tobes se encogió de hombros avergonzado.

—Señor Lake, ¿se encuentra bien?

—E-Eh... ¡estoy bien! estoy bien... ah... navegó las calaveras a través del océano... —Jim comenzó a murmurar.

—¿Señor Lake? ¡No le entiendo! —Uhl dijo desconcertado, mirando más hacia la laptop un poco molesto de las distracciones de Jim.

Una risilla que reconocías bien, se escuchó por breves momentos. Viste al Gnomo frente a Jim, justo antes de que se lance a él y comenzará a atacarlo.

Toby miró y giró la cabeza, el teléfono se había volteado.

Todos los presentes miraron la laptop desconcertados y también giraron la cabeza con la esperanza de ver que sucedía y porque Jim comenzaba a gritar.

—¡Qué bueno decir nuevo mundo! ¡Qué bueno! —resoplaste frustrada.

Esto te pasa por ser amiga de un chico con un amuleto mágico y un destino mágico.

—Está fuera de cuadro, señor Lake, estoy confundido.

—Son dificultades técnicas, señor Uhl, jeje. ¡No hay problema, Toby lo arreglará en un momento! —le diste un codazo y este reaccionó de su hipnótica mirada a la pantalla.

Asintió captando tu idea y rápidamente giró la laptop, picando teclas al azar, simulando que estaba arreglando un problema que no existía.

—Pequeño Jim, ¿estás bien? —Toby preguntó en un susurro, te pusiste al lado y miraste con preocupación a Jim, tenía el Gnomo encima de él.

—¡¿Te parece que estoy bien?! —vociferó molesto, tratando de quitarse al Gnomo de su espalda.

Viste como Jim lo lanzó lejos de él, y con la televisión de juguete, le dio un buen golpe, hiciste una mueca de dolor por el Gnomo. Jim se acercó al teléfono y lo regresó a su posición correcta.

Toby se alejó y dirigió de nuevo la laptop hacia Uhl y los demás.

—Y esa seria, toda mi presentación —Uhl hizo una mueca y tomó de su escritorio una carpeta y una pluma.

—Según mis cuentas, faltan 3 palabras, señor Lake. Si no termina el examen tendré que reprobarlo —Toby y _____ se miraron con una mueca apresurada.

Jim tartamudeó nervioso.

—Eh... en... en... ¡en ese caso! ¡Había muchos problemas en el nuevo mundo, eran tantos! eh... —jadeaste espantada de que el Gnomo se había lanzado contra Jim de nuevo.

Te acercaste hacia la laptop junto a Toby, y tapaste la pantalla donde se mostraba a Jim y el Gnomo forcejeándose entre sí.

—¡Como alimañas que no podían deshacerse de ratas! ¡Ah! ¡Agh! —varios sonidos más se escucharon.

Finalmente, Jim volvió a la cámara en una mirada agotada y sonrió nerviosamente, tú y Toby se quitaron de la pantalla, suponiendo que el Cazatroles ya se había encargado del Gnomo.

—Pero al final, se encargaron de ellas. Y ah... esa es mi presentación. Espero no haber molestado, señor Uhl. Hasta luego —diste un suspiro aliviado de que al fin toda la incomodidad se había terminado.

Elí se levantó de su lugar y aplaudió eufórico por toda la escena de Jim.

—¡Espectacular!

—Muy, muy informativa, señor Lake. Tiene 7 —Jim se retorció de modo extraño y frunciste el ceño, preocupada. Tus ojos no te engañaban, su cara se había estirado de un modo muy raro. Uhl se mostró nervioso por el actuar de Jim, supuso que se había quejado de su calificación— Emm, ¡bien! 7.5.

"Demonios, está volviendo a su tamaño original"

_____ y Toby se miraron, asintiéndose decididos mutuamente. Era hora de irse.

Te acercaste a la laptop y la cerraste, acallando las quejas de Jim.

—Este internet, ¿no cree, señor Uhl? si nos disculpa, Toby y yo tenemos que irnos. Se nos olvidó nuestra clase de ballet. ¡Vámonos, Toby! —asintió y se despidió con un gesto de mano rápido, ambos salieron corriendo, dejando a todos los del salón mirándose mutuamente confundidos.

Corriste con la laptop en mano hacia la salida y rápidamente te subiste a la moto; le pasaste lo que tenias en mano a Toby.

Él tomó la computadora portátil y se subió a la moto, detrás de ti.

Sacaste las llaves de tu bolsillo y encendiste el motor, rápidamente dando marcha hacia la casa de la nana de Toby.

El de frenos se sujetó de tu cintura debido a la velocidad en la que ibas.

—Dime que no soy el único que piensa que Jim está volviendo a su forma original —hiciste una mueca y aceleraste más, sacando un gritillo de sorpresa de parte del castaño.

—No eres el único, Tobes. ¡Tenemos que llegar rápido!

Duraste en carretera 2 minutos, dejaste caer la motocicleta en la entrada de Toby y ambos abrieron la puerta, subiendo rápidamente hacia el cuarto de nana.

Toby fue el primero en abrir de un portazo estruendoso.

Tú entraste después con una mirada agotada.

—¡Jim! ¡Estás bien! ¡Y grande también! —el de frenos dijo con alegría al tomar a Jim por los hombros.

Él solo le miró sorprendido y estiró un poco los brazos, adolorido.

—Ja, creo que mi brazo cambio de lado pero... ya todo está mejor —Toby en un jadeo de dramatismo, abrazo a Jim con fuerza, él sacando un quejido de dolor en una sonrisa ladina.

—¡Siento haberte fallado, Jim! ¡Debí hacerlo cuando pude! —Jim le hizo una seña a Toby de espera al ya haberse alejado del abrazo.

Señaló hacia la casa de muñecas donde el Gnomo se encontraba degustando una barra de chocolate.

Abriste los ojos sorprendida de lo calmado que se veía y te acercaste curiosa a la escena.

—Creí que estaba atacándome, pero solo quería un hogar —bostezaste largamente y te estiraste en tu lugar con los parpados caídos, Jim puso atención en ti.

Se levantó de su lugar y dejó a Toby admirar al Gnomo que se encontraba dándole una serenata a una muñeca.

—¿_____, estás bien? —asentiste con otro bostezo saliendo de tu boca.

—Sí, lo estoy. Solo unas horas de sueño y me encontraré como nuev- ¡UFF! —diste un quejido sorprendido cuando Jim se lanzó a abrazarte fuertemente.

Con el ceño fruncido en el desconcierto, le palmeaste la espalda y cuidabas de que ambos no perdieran el equilibrio.

—Gracias por hacer lo de mi presentación, te desvelaste por mi y.... perdón... no debiste hacerlo —negaste con tranquilidad y te separaste del abrazo, mirando a los ojos culpables de tu amigo.

—Está bien, Jim, me he desvelado muchas veces antes, esto no es nada. No tienes porque sentirte culpable.

—Igual no debiste haberlo hecho

—Pero lo hice. Así que ya déjalo pasar, mejor sonríe. Te ves más lindo así —Jim sonrió, y al mismo tiempo, te frunció el ceño confundido de tu halago.

Un notable sonrojo en sus mejillas se dio a relucir; jadeaste con dramatización al darte cuenta.

—¡Por dios! ¡Solo te pedí que me sonrieras, no que me mataras de ternura! —el chico mucho más avergonzado ahora, giró su cabeza y se tapó la cara con sus manos.

—¡Cállate, _____!

—¡Oh vamos! ¡Quita esas manos! ¿Qué no ves que tapas tremenda belleza? —Jim dio un quejido molesto, te acercaste para abrazarlo por los hombros en modo de juego.

Otra de tus burlas hacia él sin dudas. Bueno, eso es lo que pensaba Jim al menos.

¿Tú? bueno, no mentías, realmente se veía lindo así.

—¡Y-Ya no me molestes! —paraste tus chuleos por la tos fingida de Toby.

Te separaste y Jim suspiró como 300 veces en sus manos, suponías que se estaba tratando de tranquilizar.

—Y bien, Jim, ¿qué hacemos con el Gnomo? ¿Nos lo quedáremos? —Toby preguntó, evitando hablar de la situación de hace rato.

Te cruzaste de brazos en una mirada pensativa.

—Supongo que sí. Jim no quiere aplicar la segunda regla de Cazatroles, así que... —el nombrado suspiró resignado como respuesta.

—Blinky me dijo que me encargara de él, pero que tal si... ¿nos encargamos de él? —Toby y _____ se miraron un poco preocupados— Se que no es exactamente la segunda regla de un Cazatroles, pero por esta vez... tal vez podemos hacerlo a nuestro modo.

—¿Entonces si nos quedaremos con él? —James te dio una mirada filosa y Toby jadea con emoción.

—¡Ya le tengo nombre! Gnomo, Chompsky —arqueaste una ceja burlona.

—¿Chompsky? ¿En serio?

—No tenía más imaginación, no me juzgues.

—A mi me agrada.

—En todo caso, el Gnomo se quedará aquí, ¿no? mi casa es para 4, y no me gustaría tener un Gnomo rondando por todos lados; más si parece que tiene cierto interés en mi —al decir eso, el Gnomo te mando una mirada que suponías era coqueta, te dio un escalofrió de asco y miedo por la espalda y frunciste el ceño.

Toby desvió la mirada incómodo, y Jim, con un ceño fruncido, cerró la casa de muñecas.

Todavía no le agradaba como el Gnomo se comportaba con _____.

—Definitivamente se quedará aquí —bostezaste levemente sin darte cuenta de la expresión enojada de Jim. Él negó levemente— Pero en fin. Para ser la primera misión, 2 crisis resueltas, y estás cosas no se ensayan —el chico jadeó exaltado al recordar cierto compromiso que tenia con su amor platónico— ¡Oh, no! ¡El ensayo!

—¿Lo olvidaste de nuevo? —Toby preguntó confundido y preocupado.

Bostezaste levemente y dejaste relucir las llaves de tu moto.

—Vamos, Jim. Te llevaré.

—No, _____, yo puedo ir solo. Tú necesitas descansar —frunciste el ceño preocupada, querías llevar a Jim, pero al mismo tiempo querías ir a descansar.

¿Sería egoísta decir que preferías irte a dormir que llevarlo?

"¡No, _____! ¡Jim necesita ayuda, no puedes andar de egoísta!"

—No, Jimbo, insisto, llegarás más rápido —el chico negó con la cabeza y posó sus manos en tus hombros.

—Estaré bien, ya hiciste mucho por mí. Solo vete a dormir —frunciste el ceño enfadada y diste un quejido bajo, no sabías que decisión tomar.

Ya estando frustrada y malhumorada, tomaste la mano de Jim y lo jalaste a la salida, el no pensar era tu pasión. 

El chico de suéter azul solo se sorprendió pero no se quejó, no quería que lo mataras en tu estado malhumorado y bipolar.

Toby al verlos irse, solo se alzó en hombros sin preocupación alguna, abrió la casa de muñecas.

Seria agradable pasar un rato con Chompsky. Ya saben, conocerse mejor para ver si tenían la misma aura.

Pd: Corregí esta madre a altas horas de la madrugada, así que perdónenme la life si tiene faltas de ortografía. :,)

Ya luego lo corregiré.

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