>T.1 Ep.11- Receta para un Desastre<
—¡Cindy, llegue! —la chica oji-___ gritó, cerrando la puerta detrás de ella una vez había entrado por completo— Hey, floja, ¡¿dónde andas?! —volvió a exclamar en voz alta, esperando una señal que le dé la certeza de que está en la casa.
—¡Estoy arriba! ¡Pasa!
—No tenías que decirme, de todos modos ya entré. ¿Sentido de lógica? 0 —Armstrong se dijo a sí misma con un tono burlón en lo que subía las escaleras y perdía la mirada en las fotos colgadas en la pared.
Similar a una galería de arte.
Sonrió risueña al ver las fotos en dónde se encontraban ambas. Son mejores amigas desde la infancia, ¿cómo no tendrían fotos?
Pero la nostalgia no dura tanto, recordando como su relación se deterioró después de haber conocido a James y Tobías; la sonrisa se borró.
—¿Sigues allí, o tengo que ir por ti para que entres a mi cuarto? —salió de su burbuja al alzar la vista escéptica en su rostro— Oye... ¿estás bien?
—Si... lo estoy. Sólo... pensaba —al dirigir una última vez la mirada en las fotos, subiste por completo los escalones.
Ingresaste a su cuarto, escuchando como la anfitriona del mismo cerraba la puerta detrás de ella al ser la última en pasar.
Con total confianza, te lanzaste hacia la cama sumamente cómoda. Siempre que ibas de visita a su casa, lo primero que hacías era tirarte como pluma en su cama.
—¿Y bien? ¿Qué película veremos hoy? —ante su cara, quitaste la mirada curiosa— ¿Será serie de narcos de nuevo? —Cindy negó frenética.
—¡No, no, no! ¡Nada de eso! Es que- quería jugar algo —sonreíste.
—¡Oh, ya veo! Muy bien. ¡Pero escojo ser Mario! Ya me harté de ser la princesa Peach —la de cabello oscuro como noche, se palmeó la cara mentalmente.
Había olvidado lo mala que eres para captar indirectas.
—Quiero jugar verdad o reto —un silencio reino.
Al pasar los segundos, la de apellido Sepúlveda cada vez perdía más las esperanzas de que su plan para sacarte información no sirva, pero justo después de que se había decidido en rendirse, respondiste.
—¿Qué? —otra palmada mental.
—Solo quiero jugar, me dieron ganas —entrecerraste los ojos con sospecha.
"Ya empezó la curiosidad"
Te alzaste de hombros desinteresada.
—Muy bien, juguemos —no esperó recibir una respuesta positiva, pero estaba satisfecha de saber que iba progresando.
"¡Por fin! ¡Esta es mi única oportunidad de saber la verdad"
"Tendré que tener cuidado con lo que diga"
En lo que ella giraba la botella, y los turnos eran pares junto a las preguntas estúpidas y desinteresadas, a Cindy se le hizo el momento perfecto para preguntar al fin lo que tanto la tiene mortificada.
—¿Verdad o reto?
—Verdad —el momento perfecto.
—¿Tienes una relación secreta con James Lake Jr.? —silencio de nuevo.
Pero esta vez era diferente. Había tensión.
—¿Qué? —preguntaste, pero a la contraria se le hizo curiosa tu respuesta y tono.
Lo había sentido entre enojada e incómoda.
—Contesta.
—¿Qué es esto? ¿Un programa estúpido de televisión en el que se inventan dramas para hacer interesante el nulo talento que tienen? —tu amiga bufó fastidiada mientras rodaba los ojos.
—¿Es tan difícil responder?
—¡¿Es tan difícil NO hacerme preguntas tan estúpidas como esa?! —la contraria se sorprendió de verte levantar tan furiosa y alterada. Se paró para tratar de calmarte.
—¡Oye, calma! Solo fue una pregunta —gruñiste a lo bajo, apretando los puños, tratando de contar hasta 10, pero no podías.
Por alguna razón, el enojo esta vez fue demasiado. ¿Será estrés lo que sientes?, ¿o por qué actúas de modo impulsivo justo ahora?
Cindy abrió los ojos sorprendida de que tomaras tus cosas y, sin más, salieras de su cuarto a paso rápido y molesto.
Te siguió después de segundos de estar parada para procesar. Intentó llamarte, pero al bajar por completo las escaleras, se dio cuenta muy tarde. La puerta principal estaba abierta.
Con un suspiro agotado, se puso la mano en la cara. ¿Estuvo mal haberle preguntado?
"¡No, no lo estaba, tenía derecho a saberlo, es ella el problema, no yo!"
Cerró la puerta de su casa y se dirigió a su cuarto de nuevo, sentándose en su cama mientras un tic nervioso en su pierna no la dejaba en paz.
¿Estuvo bien hacer esa pregunta?
¿De verdad era necesario saberlo? Si tenía una relación secreta con su mejor amigo, ¿en qué le afectaba a ella?
Oh, claro... había olvidado que detesta a Lake. ¿Y por qué? simple, porque él fue quién arruinó su relación con su mejor amiga en primer lugar.
Ellas fueron inseparables en primaria, y claro, en secundaria se podría decir lo mismo, pero los altos y bajos estaban ahí. Por supuesto que los bajos, avanzaban de un modo terrorífico al Lake y ella conocerse.
Ya no la pasaban juntas, ya no hablaban como antes, ya no se quedaban en la casa de la otra hasta noche para hacer tonterías.
Todo cambió, y el motivo fue James Lake. Por su culpa ellas ya no tienen esa gran amistad que solían tener. ¿Qué fue lo que Armstrong vio en él para considerarlo su amigo?
¿Había algo en especial?, ¿o solo era ella que veía todo desde su punto de vista, pero no se detenía a pensar en el tuyo?
No sabía cómo las cosas habían cambiado tan drásticamente en secundaria. Todo había ido bien en primer año, para ese entonces, James Lake y su amigo Tobías eran desconocidos para ambas, a pesar de ir al mismo salón.
Pero al llegar el segundo año, todo iba cambiando de modo imperceptible. Claro, Armstrong y Lake en ese tiempo se detestaban, a tal punto que ya era rutina que la maestra los enviará a dirección siempre. ¿Y de un día para el otro, se hicieron mejores amigos?
¿Qué?
Eso es lo que no le cuadraba. Nunca supo cómo es que ellos se hicieron amigos, o siquiera se lograron soportar por un día entero. No lo entendía.
Y con estas preguntas, quizás demostraban su paranoia. Quizás hizo esas preguntas, y está tan obsesionada con saber si Armstrong y Lake son algo más, por miedo.
Miedo de que se olvide de ella para siempre. Si llegara a contarle esto a alguien más, sobre cómo se siente, todos confundirían la situación por un vago: ella siente amor romántico por su mejor amiga, y ese no es el caso.
Solo quiere a su amiga de vuelta. No quiere que deje de ver a James y Tobías, claro, ya, por desgracia, se dio cuenta que ellos se volvieron parte importante de su vida; lo único que quiere es recuperar el espacio que tenía para ella en su corazón.
Eso era lo único que necesitaba.
La pregunta que le hizo a tan solo minutos, admitía que fue una tontería, y _____ de seguro debe estar muy molesta con ella; siendo sincera, se lo merecía.
—¿Por qué le pregunté eso? Que estúpida —susurró para sí, posando sus manos en cara al mostrar su faceta perfecta de arrepentimiento— Quizás no debería seguir con esto.
¿No debería?, ¡claro que no!
Su celular sonó, al tomarlo con la esperanza de que sea la de ojos ___, se llevó una decepción ligera.
Con una mueca de arrepentimiento tardío, contestó el mensaje a la chica Nuñez.
—Bueno, no hay vuelta atrás. Sabré la verdad mañana de un modo u otro —se dijo, apartando el celular y recostándose en la cama.
La seriedad y decisión en su cara prevalecieron, pero muy en el fondo, la culpa y arrepentimiento comían cada parte de ella.
Sabía que estaba mal meterse en la vida privada de alguien más, pero su obsesión con saber porque su mejor amiga se apartaba de ella por alguien tan mundano como lo es Lake, era más fuerte que cualquier atisbo de culpa en sí.
——————————°——————————
—¡¿ELLA LO INVITÓ A CENAR?! —Armstrong se detuvo en su lugar al escuchar el grito de Domzalski, y con una sonrisa torcida en nervios y un poco de burla por la coincidencia de la situación, miró a ambos presentes.
—¿Mal momento para llegar al vestidor de chicos? —Jim negó con la cabeza y te hizo una seña para que te acercaras.
—No te preocupes, no hay nadie por el momento —suspiraste en alivio y te sentaste al lado de Domzalski, riendo por verlo intentar ponerse el calcetín.
—Entonces... ¿contexto? ¿quién invitó a cenar a quien? —el chico de cabello oscuro suspiró entre fastidio y cansancio.
—Mi mamá a Strickler.
—¡¿QUÉ ELLA QUE?! —Tobías te miró con burla ahora— ¡Tú no puedes decirme nada! ¡Mi reacción está perfectamente justificada!
—Lo sé, chicos. Pensé que era mala idea al principio, pero piensen bien. Podría funcionar a nuestro favor —con una mirada confundida, ignoraste el hecho de que Toby se cayó de su lugar por intentar ponerse el calcetín.
—¿Y exactamente cómo usaremos esto a nuestro favor? ¿Se te olvidó que Strickler es el enemigo aquí? —ante tus palabras, 2 chicas escondidas detrás de una pared, se miraron confusas.
No hacía falta identificarlas. Sabemos bien quiénes eran.
—Yo sé más que nadie que Strickler es del bando malo, y lo detesto sobre todas las cosas, ¡pero! también sabemos que él prácticamente vive en su oficina, y si está ocupado conmigo, ¡ustedes podrían entrar a ver si esconde algo sobre el puente! —sonreíste ligeramente, un poco desconfiada también.
Tobías se levantó de su lugar al escuchar a su mejor amigo, y sonrió en grande por emoción.
—¡Operación encubierta! ¡Mis palabras favoritas! Después de camión de tacos... claro —reíste ligeramente y palmeaste su espalda con un poco de fuerza.
—Por tantos tacos, jamás podrás levantar a tu futura novia —Domzalski se ofendió de inmediato.
—¡Hey!
—¡Pero! tienes razón, Jim. Es una misión bastante acertada, solo que hay un pequeño detalle.
—¿Y cuál es? —el cazatroles cuestionó confundido.
—¡¿Quién estará ahí para ti si es que Strickler te ataca?! ¡No puedo quedarme con ese pendiente! —las espectadoras escondidas se confundieron más de esta información.
¿Strickler era algún tipo de mafioso?, ¿por qué querría atacar a Jim?, ¡¿de qué demonios va esta conversación?!
No es para nada parecida a lo que se imaginó la de apellido Sepúlveda.
—Recuerda que ya tengo guardaespaldas —ibas a discutir de ello, pero cerraste la boca de inmediato al recordar a Draal.
¿Cómo se te olvida siempre? Los estudios excesivos te dejan atontada un poco.
Suspiraste resignada, y te levantaste de tu lugar, ambos chicos imitándote. Toby al fin pudo ponerse su calzado.
—Muy bien, pues no perdamos más el tiempo. Vamos, Tobes, tenemos que preparar todo, y tú Jim debes hacer lo mismo, ya que sospecho que tu mamá no cocinara —Lake dio una sonrisa nerviosa.
—Hay que regresar a clases—evitó contestar, y tú reíste de ello.
Ya era de todos los días que Jim jamás quiera hablar sobre la comida que su madre hacía.
Al irse el trío de amigos del lugar, Sepúlveda y Nuñez salieron de su escondite.
—Creo que esto no es sobre una relación romántica —Clara alzó una ceja confundida.
—¿Tú creías que de eso se trataba? ¿En serio? —Cindy se alzó en hombros mientras que Clara se golpeaba la cara mentalmente.
—Si no fuera por eso, ¿por qué estás aquí entonces?
—Tengo mis motivos. Vámonos, que la siguiente clase está por comenzar —la peli-negra le siguió el paso, y ambas al fijarse que el trío de amigos no esté alrededor, salieron por completo hacia sus casilleros— ¿Te veo después de la escuela?
—¿Para?
—Espiar a Jim —no se podía tragar eso.
—¡Espera, qué?!
—Oh, vamos, ¿en serio creíste que me iba a quedar así? Necesito saber lo que pasa con Jim —la contraria frunció el ceño.
—¡¿Y cuál es esa necesidad?! ¡¿Qué necesitas saber exactamente?! —Nuñez no quería contestar, y no pensaba hacerlo tampoco.
Siguió su camino con una chica a su lado, alterada de su plan para más tarde.
—¿Vas a acompañarme o no? No tengo problema en hacerlo sola —se mordió el labio indecisa— Además, así sabrás al fin que se traen Jim y _____ entre manos —okay, la convenció muy fácil.
—Te veo a las 4 en mi casa —Nuñez sonrió y asintió de acuerdo.
Cindy al regresar a su salón, con un reporte de tardanza de 5 minutos, se sentó en su lugar, mirando de reojo a Armstrong, que por OBVIAS razones, no la volteaba a ver.
Suspiró con un sentimiento pesado en sí, y trato de poner atención en clase.
Se podría decir que tú tratabas de hacer lo mismo, pero cabeceabas un poco. Al no poder más, apoyaste la cabeza en tu mesa. Fue de modo inconsciente; otro reporte de la profesora de química no sonaba tan mal.
"¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?!
"¡No! La pregunta es: ¿qué haces tú aquí?"
"E-Es... es una larga historia."
"¡Pues es mejor que te vayas acomodando para que me cuentes!"
"¡Te contaré todo después! ¡Tengo que ir a ayudar a Jim primero!"
"¿Ayudar a Jim? ¿De qué hablas? ¿Está metido en problemas? ¿Es un traficante de droga o algo así? ¡Sabía que él no era de fiar!"
"¡AGH! ¡BASTA! ¡SOLO ESCÚCHAME!"
"¡Armstrong, despierta!"
"¿Eh?"
"¡Armstrong!"
"_____"
—¡Señorita Armstrong despierte! —exaltada, levantaste la cabeza con brusquedad, como si de una pesadilla te hubieses despertado— ¡Es la tercera vez que se duerme en mi clase!
—E-Eh... y-yo... —sonrojada de vergüenza, agachas la mirada.
La maestra suspiró frustrada y posó una mano en su cara para sobarse la frente.
—¿Qué haré con usted señorita? —no podías decir nada, te morías de pena, y tus pensamientos no te dejaban tranquila, igual que las risas ligeras en el salón— Vaya al baño por favor, a ver si con agua se quita el sueño.
No objetaste, y con un sentimiento de zozobra en si, te levantaste de tu lugar para salir del salón, las risas y miradas atentas te sacudieron hacia abajo.
Te tallaste ligeramente los ojos para espantar el sueño en lo que pasabas por los salones para llegar al baño.
"¿Por qué está ocurriendo otra vez? Hacía días que no pasaba, y yo ya me encontraba aliviada con mis deducciones"
Un ceño fruncido adornaba tu cara; cruzaste brazos sobre ti misma con fuerza.
"Estos sueños... no puedo seguir ignorándolos. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ocurren? ¿Por qué ahora soñé con Cindy? ¡¿Qué sentido tiene?!"
Mientras más te cuestionas, más tenías encima aquel devenir extraño.
Querías realmente saber por qué de repente te daba sueño. Y por qué cada que eso ocurría, un sueño raro aparecía.
Necesitabas respuestas, ¿pero de dónde las sacas?
Es un sueño. ¡Los sueños no son reales!
Al estar tan sumida en tu burbuja, no te diste cuenta, y chocaste con alguien. Al ver a la persona con la que chocaste en el suelo, te tapaste la boca en arrepentimiento.
—¡Oh, dios! ¡Perdóname, Clara! ¡No te vi! —sip, habías chocado con la señorita Nuñez, qué coincidencia tan grande.
—Está bien, no te preocupes, yo también estaba un poco distraída —la chica del mechón azul, sonrió con torpeza mientras tomaba la mano de Armstrong para levantarse.
Al sacudir su ropa, frunció el ceño en confusión.
—Oye... ¿y tú estás bien? —alzaste la mirada.
—¿Eh? ¡Oh, si! ¿Por qué no lo estaría?
—Bueno, es que... noto tu mirada muy... ¿decaída? o quizás, ¿cansada? —bufaste en nerviosismo.
—¿Eso? ¡Puff! No es nada. Son ojeras por no dormir bien. Es todo. Jugar videojuegos, escribir, ya sabes, ¡cosas comunes de los adolescentes! —Nuñez seguía muy confundida, tu forma de actuar no era normal.
Estabas muy nerviosa. Puede que no te conozca tanto, pero lo que sí sabía de ti, es que nunca sueles comportarte así.
—Eh... ¿estás segura? —preocupada. Esa palabra describe cómo se siente ahora.
Escape. Esa es la acción que tú querías lograr ahora.
Mirando hacia otro lado, alzaste la mano en despido y, prácticamente, saliste corriendo. Sin dejar a Nuñez tiempo para hablar.
—¡Bueno, nos vemos! —al estar lejos y dar la vuelta, posaste tu mano en pecho, tratando de calmar el corazón acelerado que tenías.
Odiabas está emoción. Aquella que solo se denominaba: causar lastima. Odiabas que todos te trataran como si no pudieras con el peso de las cosas. ¡Tú podías hacerlo sola! No necesitabas sus estúpidas expresiones.
Miedo, también por esa razón se puso tan loco. Al estar más calmada, y cerciorar que Clara no te haya seguido el paso, suspiraste tranquila. Al dar la vuelta, de nuevo te chocaste con alguien más.
"¡¿Es enserio?!", pensaste molesta.
Sacudiste la cabeza por el dolor doble que recibiste y alzaste la mirada hacia el responsable, calmando tus ansias de golpearlo por lo frustrada y malhumorada que estabas.
—¡_____, perdón! ¡No te vi! ¡¿Estás bien?! —suspiraste tranquila al sentir las 2 manos de James en tus mejillas.
De algún modo, él siempre lograba calmarte.
—Estoy bien, Jimbo, tranquilo —el chico se calmó al escucharte decir aquello, pero su preocupación no se esfumó al ver tus ojeras en ambos ojos.
—Luces cansada. Quizás será mejor que no acompañes a los chicos hoy. Te estás sobreexigiendo demasiado, y me estoy preocupando —abriste los ojos alarmada y negaste, quitando las manos de Lake de tus cachetes.
—¡No, no, no! ¡Si puedo hacerlo! ¡Quiero ir, necesitas toda la ayuda que puedas! —el oji-azul hizo una mueca y negó ligeramente.
—¿Y cómo piensas ayudarme estando así de agotada? Por favor, entiéndeme. Necesitas descansar —frunciste el ceño.
—¡En dado caso, tú también! ¡Jim, luchas con troles en el día y noche! Por dios. ¡Él que debe tomar un descanso eres tú!
—Primero: no lucho con troles... todo el tiempo. Y segundo: yo estoy bien. Duermo lo necesario. Y por favor, no pongas tus necesidades por debajo solo por pensar en hacer más de lo que yo hago.
—¡No lo hago! Y-Yo solo... —suspiraste derrotada y gruñiste ligeramente, enviando la mirada al suelo— Estoy preocupada.
—¿Por el plan? —el de suéter azul cuestionó confundido; sonrió para levantarle el ánimo a su amiga— ¡No te preocupes, saldrá bien!
—No... no es por el plan... es... es por ti.
—¿Por mi? ¿Por qué? —¿será el momento de comentarle tus extraños sueños?
—Es por... por todo el asunto de Strickler, tengo el presentimiento de que acabará mal —quizás no.
El cazatroles sonrió enternecido y tomó a la chica por los hombros.
—Voy a estar bien.
—Esa respuesta no me satisface.
—Pues tiene que hacerlo. Vamos, tú sabes que siempre salgo vivo de situaciones como esta. Ya casi es rutina para mi —hiciste una mueca, demostrándole al contrario lo dudosa que estabas. De repente, te abrazo fuertemente contra él para que te sientas un poco más segura y confiada, cosa que sí logró, se lo devolviste— Estaré bien. Sabes que no estaré sólo del todo. Y mi mamá estará ahí, no creo que Strickler quiera hacer un movimiento con mi madre de espectadora —reíste.
—Tienes razón. Te veo luego —al separarse del abrazo, asentiste hacia él como modo de despido; te guiñó el ojo como respuesta.
—Todo estará bien. Lo verás —te dijo, para dejarte sola.
Con un suspiro agotado, miraste tu mano temblorosa. No estabas preocupada por Jim, y tampoco por el plan; ni siquiera sientes preocupación de aquello. Sabías que todo saldría bien.
Solo fue una vaga excusa para él, y tu cerebro. No te sentías bien por aquellos sueños tan extraños.
Sentías miedo de ellos, ¿miedo? si, miedo porque no sabías de que se trataban.
El miedo a lo desconocido es lo más normal que puede existir. Pero a este punto... no para ti. Quizás sea otro sentimiento, ¿pero cómo lo catalogarías?
Te tallaste de nuevo los ojos con ambas manos, y finalmente llegaste al baño. Sucumbiéndote al agua para despertarte totalmente, y al menos, no volver a quedarte dormida en la clase de química.
La maestra ya anda en pie de guerra contigo.
Jim tenía razón. Debes descansar más, los estudios avanzados por tu cuenta, parece que si dejan factura.
——————————°——————————
—Lady _____, ¿está bien? Se nota agotada —sonreíste débilmente, parece que ahora todo el mundo nota que estás hecha un desastre andante.
—Estoy bien, Blinky, solo es falta de sueño —el de 6 ojos frunció el ceño preocupado, miró a AAARRRGGHH un momento, comunicándose telepáticamente para dar sus comentarios individuales.
—No creo que debería estar aquí, podemos encargarnos nosotro-
—¿Y dejar que Toby haga una tontería? Jamás —Blinky hizo una mueca.
—No creo que Tobías vaya- —al abrirse las puertas frente a ellos, el trol cambiante mini tenía una cara de fastidio, mientras que Toby solo se la pasaba haciendo movimientos de espía.
Miraste hacia Blinky, con un: "¿Decías?", en cara; el trol de 6 ojos rodó la mirada.
—Te lo concedo —entraron, y él se quedó maravillado por lo que veía a su alrededor— Oh, vaya, los fabulosos pasillos de Alejandría no podrían compararse con la preparatoria de Arcadia Oaks.
—¿Los pasillos de qué? —como siempre, Toby y su falta de atención a todo en general, reíste por ver la mirada asesina de Blinky disimulada.
—¡Ajá! ¡Ignorancia fingida! Eres un hombrecillo gracioso, Tobías —ahora si soltaste la carcajada.
Suponías que piensa eso, en lugar de solo imaginar una neurona en el cerebro de Toby.
Un ruido escandaloso de un cartel cayendo y los casilleros resonando, hizo que los 3 al frente pararan y voltearan.
Vigilaron el frente, rogando que no salga un profesor salvaje de la nada. Sus pulmones se llenaron de alivio después de unos minutos.
—Cuidado, copiloto, hay que ser sigilosos —Toby exclamó, mientras era cargado por AAARRRGGHH hacia el cartel que había desacomodado— No hay que dejar rastro. Las operaciones encubiertas deben ser encubiertas.
—Todos aquí conocen ese término, Tobes, no te mortifiques. Solo fue un cartel —el chico al ser bajado por el trol grande, te dio una mirada entrecerrada.
—Pues perdón por preocuparme demasiado en que no nos descubran. Ya nadie aprecia el esfuerzo que hace uno hoy en día —suspiraste agotada al notar su ceño fruncido en indignación, y que te dio la espalda.
Cuando ibas a decir algo, cerraste la boca al escuchar pisadas cerca.
—¿Qué? ¿Qué? ¡¿No qué no había moros en la costa?! —Domzalski exclamó hacia el trol más pequeño, NoEnrique, que con una mirada despreocupada, se alzó en hombros.
—¿Esa era mi responsabilida- —AAARRRGGHH lo obligó a callar y lo sostuvo en mano.
Toby y los troles se dirigieron al mural al final del pasillo en el que estaban, y fingieron ser las personas que estaban plasmadas en la pared.
Rodaste los ojos en gracia, y te escondiste en el muro más cercano, con poca visibilidad.
Las pisadas ya estaban cerca, y al escuchar la voz inconfundible del maestro Uhl, rezaste 10 padres nuestros para que no se diera cuenta de Tobías.
Bien podía mirar a los troles y pensar que son estatuas, pero Domzalski- ay dios.
Contaste hasta 30, pasaban los minutos y las gotas de sudor se formaban, suponías que en todo ese tiempo que estaba contando, Uhl los examinaba minuciosamente.
El alivio te golpeó al escuchar un quejido de poca importancia y que las pisadas se fueran escuchando cada vez más lejos.
Todos dejaron las poses que hacían, y suspiraron al unísono.
—Eso estuvo cerca.
—Ni que lo digas, Tobes —le diste un zape el chico, quién te miró molesto y confuso— Eso fue por la poca consciencia que tienes, ¿qué no ves que Uhl pudo haberte reconocido? da las gracias que anda medio ciego sin sus lentes.
Seguiste el camino, con los troles delante. Toby se quedó en su lugar un momento, hasta que al fin decidió seguirles el paso.
—¡Espera! ¡¿Uhl usa lentes?!
——————————°——————————
Ya era medianoche, y 2 chicas se encontraban mirando con cautela la ventana principal de la residencia Lake. Cabe decir que las personas que vivían cerca, o que pasaban, las miraban con rareza.
Ya hasta Cindy se sentía avergonzada, pero tuvo que ignorar una vez sintió la mano de Nuñez en su muñeca. La jaló hacía el patio trasero de los Lake.
—Esto es una locura.
—Pues que bueno que estás loca —Sepúlveda lanzó una mirada discriminatoria hacia la chica de mechón azul, y esta jadeó en sorpresa y agachó a la chica con ella, quedando ambas debajo del marco de la ventana.
—Tenemos que buscar un lugar para escuchar lo que dicen —la contraria bufó.
—¿Y dónde quieres meterte? ¿En su sótano? —Nuñez chasqueó los dedos de modo positivo.
—¡Oye! ¡Esa es una buena idea! —la de cabello oscuro y largo se quería golpear a si misma.
Ya se estaba arrepintiendo de esto, y quería irse a su casa, pero parece que le gusta poner las cosas más difíciles.
Clara gateó desde su lugar, con Cindy detrás, y una vez encontraron la puertita característica del sótano, ambas entraron. Ahora sí, la de ojos oscuros arrepintiéndose totalmente.
—Ufff, la fortuna sonríe al valiente, Clara —la chica se dijo a sí misma, orgullosa, mientras que la contraria solo rodó los ojos y cruzó los brazos.
—Si, pero el karma termina con los afortunados —la de ojos marrones claro rodó y miró su alrededor, buscando un buen lugar, para escuchar lo que decían arriba.
No dándose cuenta de cierto trol, trataba lo mejor que podía de esconderse de las intrusas que acaban de distraerlo.
Un tubo de metal, esa fue la clave para poder escuchar apenas lo que sucedía arriba. Sepúlveda se le unió, solo porque le gustaba mucho el chisme. Ya comenzaba a entender que esto no trataba de ti.
Al principio las 2 chicas no lograron entender nada, solo escuchaban una conversación lejana y unas risas de minuto. Cuando percibieron pisadas hacia otro lugar, ya pudieron escuchar un poco mejor.
—Anda, anda, trataré de no aburrir a muerte a Jim —reconocían la voz de Strickler por donde fuera.
Pegaron más la oreja al tubo para escuchar lo que sea que tenga que decir Jim.
—Fue una historia graciosa lo que estaba contando, ¿con quién fue obligado a trabajar?
—Con el hijo del superintendente. Es un poco... bruto —Lake rio amargamente.
—¿Bruto? ¡Ja! Interesante palabra. Suena a un verdadero monstruo —silencio se escuchó por un rato, las 2 chicas se miraron con confusión de lo que acaban de oír.
¿Qué pasaba exactamente?, ¿de qué trataba esta conversación? Desde aquí se escuchaba lo amargas que eran las palabras.
—Si, lo sé.
—¿Sabe qué?
—Yo sé, que sabes.
—¿Y cuánto sabe?
—No sabías que sabía, pero ya sabes, que yo sé.
—Entonces creo que ambos sabemos.
—¿Saben qué? —Clara susurró a lo bajo, sacada de onda por completo.
—¿Y sí mi teoría conspirativa es cierta?
—En ningún momento mencionaron a Armstrong, no seas paranoica —la chica de cabello oscuro se tiró un poco del pelo.
—¡Es que es muy obvio!
—Solo tú te lo crees —cuando la contraria iba a rechistar de nuevo, el teléfono de Clara comenzó a sonar, y para no hacer ruido, velozmente contestó.
—Emm, este no es un buen momento, Mary, estoy algo ocupada —la de mechón azul mencionó en susurro mientras se alejaba un poco del tubo.
Sepúlveda solo rodó los ojos y pegó de nuevo la cabeza, haber si no había dicho algo interesante ya, o si confirmaba sus teorías.
Todo tenía sentido, ¡Strickler sabía que Armstrong y Lake salían! Amaba tener la razón.
—Bular te llamó joven Atlas para forzar este momento. Me dijo que si no podía hacer que entregarás el amuleto, debería matarte —Cindy jadeó a la bajo, escuchando poco de la voz de Clara tratando de hacer que su amiga la deje en paz.
Un millón de preguntas rondaban la cabeza de la peli-negra.
"¿Amuleto? ¿Strickler diciendo que va a matar a Jim? ¿Bular? ¡¿Qué demonios sucede?!"
—Je, ¿me mataría frente a mi mamá?
—Creo que tu muerte afectaría nuestra relación, pero si tengo que hacerlo-
—Es gracioso, estaba pensando la misma cosa. ¿Qué tal si me dice donde está el puente, y dejo su cabeza pegada a su cuerpo?
—Parece que cada uno tiene lo que el otro quiere —en ese momento, escuchó una voz femenina interrumpir, y no tardó en deducir que se trataba de la mamá de Jim.
—¿Se les ofrece algo más?
—Un cuchillo para la carne, por favor.
—¡Yo también! ¡Entre más afilado mejor!
—Claro, ahora vuelvo.
En ése momento, ya no pudo escuchar más, de repente estaban en silencio, pero tenía la información bien plantada en la cabeza.
Mientras pensaba, la mano de Nuñez la conectó a la tierra de nuevo.
—¿Qué pasó? ¿Qué oíste? Apenas y pude quitarme a Mary de encima —la chica se mordió el labio un momento, y cuando tomó su elección de palabras, miró a su contraria.
—Te dije que mi teoría era cierta —rodó los ojos e hizo una mueca.
—Eres muy fantasiosa.
"Y ahora más"
——————————°——————————
—Debo decir esto, Tobías, pero todo aquí parece bastante normal —Toby hizo la cara más seria que pudo reunir, y mientras que tú te hallabas inmersa en los libros del estante a un lado del escritorio de Strickler, él tomó su bolígrafo de escritorio.
Encendió la lámpara a su lado.
—Si fuera Strickler, ¿dónde guardaría mis secretos? —se preguntó a si mismo, mientras abría y cerraba el bolígrafo.
Repitió aquella acción varias veces, hasta que en una falló con la tapa, y al notar el bolígrafo, pensó que lo había roto.
—¡Oh, rayos! ¡Rompí su- —al darse cuenta de la forma medio extraña del bolígrafo, sonrió— ¡Encontré una llave! ¡Encontré una llave secreta! ¡¿Qué más espía se puede ser?!
Todos los presentes dejaron de buscar por sus lugares y fueron hacia Domzalski, tratando de ver que tenía en mano. AAARRRGGHH frunció el ceño preocupado.
—¿Llave? ¿De dónde?
—Me pregunto lo mismo.
—¡Llave cambiante de cerradura cambiante! ¡Busquen! ¡Busquen una cerradura! —todos comenzaron a buscar, hasta por los lugares menos esperados.
Tobías y _____ buscaron en los estantes detrás del escritorio de Strickler. Al final fue el oji-verde quien lo encontró.
—¡Oigan! ¡Lo encontré! —exclamó emocionado, usó la llave en el bolígrafo para tratar de abrir, pero frunció el ceño al notar que la cerradura estaba trabada.
Era imposible moverla.
—¿Pero qué? No abre —la chica peli-___ le quitó la llave.
Intentó abrir aplicando un poco de fuerza, pero tampoco pudo. Una espina hacia su ego.
—Demonios, ni con fuerza se mueve —Blinky negó y quitó el resto de los libros para dejar a mayor vista la cerradura.
—Como dije, Lady _____, solo con la mano de un cambiante se puede abrir una cerradura cambiante —todos voltearon a ver a NoEnrique, y él, al sentir las miradas, frunció el ceño.
—¿Qué? —la de ojos ___ le dio una mirada disimulada a AAARRRGGHH, y él asintió. Caminó hacia el pequeño cambiante y con su gran mano, lo sostuvo.
El cambiante se dejó, con su ceño fruncido en cara aún. A veces se debía aceptar el destino.
Toby agarró su mano y puso la llave en ella, lo acercaron a la cerradura e hicieron que la abriera, lográndolo con éxito.
El estante de libros descendió hacia el suelo, y cuando ya no estaba a vista, se descubrió. Los presentes abrieron sus bocas de la impresión, mientras que NoEnrique, ya en el suelo, se cruzó de brazos mientras hacía puchero.
—Me siento violado.
—Te recomiendo ir con recursos humanos —el trol miró a la chica con el ceño más fruncido en enojo, y ella solo le sacó la lengua en burla como respuesta.
Se reunió con el resto para ver qué es lo que encontraban de información valiosa.
Ella se puso al lado de Blinky, y alzó una ceja al ver que sostenía piezas curiosas.
—¿Qué estará haciendo con eso? —preguntaste, y el trol alzó los hombros— Parece como si estuviera haciendo un amuleto, ¿no deberíamos preocuparnos por esto?
—A este punto, no lo creo. Son cambiantes, ellos no poseen nada de magia.
—Sigo preocupada —un alarido en asombro de Toby, hizo que te acercaras para ver que lo ponía tan sorprendido.
—¡Siniestro! —hiciste una mueca ante el libro, no se veía como algo que quisieras leer en la noche, que normalmente son tus horas de lectura.
Por eso a veces no dormías y llegabas molida a la escuela, pero nada que un café no arregle, a pesar de tu desagrado por el.
—¡Así es! El libro de Ga-Huel, la historia Gumm-Gumm, ¿entiendes?
—No es un libro muy bonito de ver —Blinky hizo una mueca.
—Nuestra historia jamás fue bonita de ver ni aprender.
—Me doy cuenta.
—¡Wow! ¿Este es Bular? Rayos. ¡Oh! ¡Y miren este! Es igual a ti, AAARRRGGHH —el trol de pelaje verde bajo la mirada.
—Es porque es él —comentó NoEnrique, que recién había llegado con ellos solo para andar echando sal y diciendo verdades. Ya saben, lo típico.
Toby rió con gracia hacia el pequeño trol cambiante. Te giraste para ver a Blinky, y él tenía la misma mirada decaída, te daba ahora la certeza de la verdad.
—De acuerdo, muy gracioso. ¡Je! Ese no es él —ante el bufido del trol grande, la sonrisa de Toby desaparece.
—Tú antes... ¿comías personas? —miraste a Blinky; negó ligeramente.
—Es la desafortunada verdad. AAARRRGGHH era un Gumm-Gumm, y un general en la horda de Gunmar, pero justo antes de la batalla de Muertenfrente, renunció a comer carne para hacer un juramento de paz —explicó, ambos chicos humanos mirando con tristeza hacia el trol grande con la mirada gacha— De no ser por su ayuda, el mundo que conoces sería notablemente diferente.
—Las personas huían, gritaban: ¡argh, no, no! Basta... —negaste ligeramente y con una pequeña sonrisa en el ánimo.
—Quizás hayas sido uno de ellos, pero ahora eres mejor. No tienes que atormentarte, esto ya es pasado y nunca se volverá a repetir. Eres bueno, AAARRRGGHH, que nadie te haga pensar lo contrario —Toby sonrió, y se acercó también al trol, posando una mano en su ancho brazo.
—_____, tiene razón, tal vez lo eras entonces, pero ahora eres de los nuestros, copiloto —el trol sonrió ligeramente, y al ver el puño alzado de su amigo humano, los chocó.
Blinky y Armstrong sonrieron en ternura. Ellos realmente se llevaban muy bien, casi como hermanos.
Bueno, bonito momento emocional, pero parecía que no iban a encontrar nada en esa oficina. Y honestamente, comienzas a sentirte mareada.
Cuando pasa eso, solo significa una cosa, y es que de ahí no ibas a salir despierta.
——————————°——————————
—De verdad que no puedo oír nada con este ruido, ¿qué es? ¿una licuadora? —Clara rodó los ojos, y siguió pegando el oído, tratando de oír mejor lo que sucedía.
Pero por desgracia, su grandísima amiga Mary, le volvió a llamar. Contestó rápido, ya que no había puesto el celular en silencio después de la última. Se le fue un poco el rollo.
—¿Ahora qué quieres Mary? —susurró medio molesta, Cindy la miró un segundo y volvió al tubo, tratando de escuchar.
Ahora ya no escuchaba aquel ruido molesto, ahora escuchaba unas sillas alejándose. Tal vez los que estaban en el comedor se habían parado.
Una risa burlesca y de mala espina se escuchó de Strickler, y Cindy solo pudo hacer una mueca.
—Dame el amuleto.
—Solo sobre mi cadáver.
—Yo sé de lo que eres capaz, yo sé de lo que no eres capaz. Sé que sientes atracción por Clara, sé que harías lo que fuera por Toby, y también sé que usas a la señorita Armstrong como tu ancla emocional, ya que ella lo es todo para ti, porque sabes que sin ella, estarías perdido. ¿Qué más? ¡Oh, si! También sé que quieres mantener a tu madre fuera de esto, y ves a Blinky como tu padre sustituto. Pobre Jim.
La chica bajó la mirada. De todo eso, solo quedó en su mente: "atracción por Clara".
Se había equivocado, y para colmo, la había cagado en grande contigo. Resopló frustrada, y regresó su atención.
Lo demás dicho no tenía ni idea, ni sabía quien era ese tal Blinky, y no le importaba. Lo único que le importaba era que sus dudas sobre Lake y Armstrong ya estaban resueltas.
—Incluso sé que mientras hablamos, tus adorables amiguitos entraron a mi oficina. ¿Crees qué seria tan tonto como para dejar que haya información importante descuidada?
—¿Sabías que Draal está en mi sótano?
La peli-negra se alejó del tubo, y con una ceja alzada, miró hacia el techo del sótano. De repente se empezaron a escuchar golpes, y para cuando Clara terminó su llamada, comenzó a toser por el polvo que se producía.
—¿Un Draal? —susurró la de piel perlada, confundida.
—¿Un qué cosa? —le cuestionó Nuñez, aún tosiendo por el polvo, cuando Cindy iba a responder, abrió los ojos en grande en absoluto miedo, y no pudiendo con lo que veían sus ojos, se desmayó.
La chica Nuñez alzó una ceja con rareza, pero no le dio tanta importancia y siguió con su tosedera, hasta que alguien le dijo: salud, en algún idioma extraño que no identificó, fue que reaccionó y volteó detrás.
Miró a aquella cosa de arriba a abajo, y después, gritó hasta que chocó con el tubo y se dio un buen golpe en la cabeza. Fue la magnitud de aquel golpe, que la dejó desmayada al igual que Sepúlveda.
Draal no supo qué hacer, miró hacia todos lados en busca de algo invisible. Miró el techo, escuchando como Strickler y Jim comenzaban a luchar. Supuso que el cazatroles lo tenía bajo control, por eso no llamó como había dicho.
Así que solo bajó la mirada, y comenzó a pensar en qué hacer con ambas humanas en el sótano donde vivía.
——————————°——————————
Bostezaste cansada y con ganas de vomitar, claro que cerraste el libro por si eso llega a pasar, y claro que tampoco te atrevías a decirle a ambos troles que también tenían libros, he investigaban con suma concentración, de tu estado de salud.
Ibas a estar bien, ¿para qué preocuparlos? Preocupación innecesaria sería. Sacudiste la cabeza, ahora tenías mareo, ¿qué demonios con tus cambios tan raros?
Peor que tu periodo.
Dejaste el libro de lado y miraste a Toby cuando llamó la atención de todos.
—Oigan, ¿esto es importante? —todos voltearon a ver el círculo decorativo que tenía en mano. Parecía una de esas coronas navideñas que ponen en la puerta principal.
NoEnrique fue el que reaccionó primero, y con una sonrisa nerviosa, se acercó y sostuvo lo que Toby tenía en mano.
—¡Oh, je! No es nada, tal vez sea... emm, ¡arte decorativo! —alzaste la ceja, juzgando con sospecha al trol que intentaba quitarle a Toby lo que tenía en mano.
Blinky jadeó extasiado y se acercó una vez el chico gordito logró quitar las manos de NoEnrique del "arte decorativo".
—¡Tobías! ¿Te das cuenta de lo que descubriste? —el chico con una ceja alzada, miró lo que tenía en mano, y luego a Blinky.
—¿Qué Strickler tiene hemorroides? —reíste ligeramente, una risa un tanto apagada.
—Si fuera así tendría un humor malo todos los días —el trol de 6 ojos negó hacia los de especie humana.
—¡No! Es una trampa, un artefacto de gran poder. Una entrada del tamaño de un alfiler a las tierras oscuras —en cuanto menciono lo último, el dolor en tu cabeza se intensificó. Creo que deberías comenzar a ir al doctor, esto ya preocupa— Así es como nuestro pequeño "amigo", vino a este reino. Manéjese con cuidado.
Toby sonrió hacia Blinky y le miró entrecerrado a NoEnrique.
—Que gran experto eres —dijo sarcásticamente para luego irse a un rinconcito a inspeccionar mejor la trampa que tenía en mano.
Tú ya no podías con los mareos, quizás ir a echarte agua en cara haría que se te pasara el mal efecto.
—Oigan, chicos, en un momento vuelvo, iré al baño —Blinky te miró preocupado, y los demás le siguieron.
—¿Todo bien con su estado de salud humano, Lady _____? —asentiste repetidas veces con una sonrisa que parecía más como mueca.
—¡Si! Todo bien. Solo que, como que me empezó a dar sueño y necesito recuperarme con agua. ¿Lo entienden? Claro que sí, bueno, ¡ahora vuelvo! —todo su diálogo lo dijo de corrido y apresurado mientras que caminaba a la par y salia por la puerta de modo veloz, no dejando que los presentes hablaran o cuestionaran.
Cuando se perdió a la vista, quedó un ligero silencio que Blinky rompió.
—¿Los humanos se recuperan con agua? ¿Es agua mágica? —el peli-castaño se golpeó la frente y suspiró derrotado.
Caminaste por los pasillos, cuidando de que no te vieran. Llegaste al baño y te echaste agua, mirando tu rostro cansado con detenimiento.
—Vamos, Armstrong. ¡No te puedes desplomar ahora! —te dijiste a ti misma, echándote agua de nuevo y tallándote la cara—Y justo cuando pensaba desvelarme para terminar las tareas de la siguiente semana- ¡Agh! ¿Por qué demonios me sucede esto?
Pusiste una mano en tu frente y te quedaste en silencio, respirando lentamente para calmar tus faltas de aire. Para cuando te hallaste un poco más tranquila, comenzaste a cuestionar. Si no era de un lado, era del otro.
"¿Por qué me dolió tanto la cabeza cuando Blinky mencionó las tierras oscuras? Ya había dicho eso antes, y no me afectó nada, pero ahora... es distinto"
Ese dolor de cabeza regresó otra vez.
—M-Maldita sea- —susurraste entrecortado, tratando de calmarte.
Te sostuviste la cabeza con fuerza, vago intento de apaciguar el dolor que tenía en mente. Las cosas pasaron tan rápido, que no supiste si te desmayaste o aún te mantienes en pie, lo único que importaba, es que desde tu posición, veías a una chica, unos centímetros más alta, pero era casi de tu estatura.
Tenía el cabello ondulado, y una armadura brillante puesta.
Llamaste, pero resulta ser, que el sonido de tu voz no salió. Te intentaste acercar, pero lo tenias prohibido. Te quedaste ahí, mirando a la chica con armadura oscura y brillante en tono amarillo de espaldas.
—¡No, no, no! ¡Me niego a creerlo, yo sé que hay otro modo! Debe haber otra manera que no arriesgue-
"¿No me escuchaste? El destino no se evita ni se cambia"
—¡Pues me niego! ¡Me niego a creer tu palabra! ¡Yo lo salvaré, lo solucionaré!
"Si lo intentas hacer, solo conseguirás lo que ya dicte, tu muerte y otra de entre tus seres queridos"
—Debo tratar, no permitiré que todo el esfuerzo que yo misma traté de evitar antes, se quebrante ahora. No puedo dejar que Jim muera, no me lo permitiría.
Ante la sola mención sobre la muerte, tu corazón aceleró en pánico y miedo.
Trataste de hablar de nuevo, pero por alguna razón, ahora tu voz sí notó.
—¿Quién eres? ¿Qué tratas de decir?
Pudiste notar como la figura de la chica se tensó, y de modo lento, comenzó a voltear. Tu corazón lo sentías tan acelerado que jurabas se saldría de tu pecho.
Cuando estabas por ver quién era la chica con armadura, de esta solo se pudo notar su boca, ya que el cabello esponjado hacía el trabajo de taparle la cara.
—Sigue tu instinto.
Para ti, ya nada tenía sentido, frunciste el ceño frustrada, y explotaste ahí mismo con la anónima.
—¡Eso no me responde nada! ¡Solo déjame en paz!
Era muy raro que tu explotarás el sentimiento de enojo, o cualquier emoción negativa. Siempre sostenías todo, pero ahora no podías con nada.
Ya no podías con el cansancio que te generaban todos estos tipos de sueños, y tampoco podías tratar de buscarles algún tipo de lógica o sentido. Se supone que solo habías quedado en decir que solo eran sueños sin sentido alguno, algo que tu mente fantasiosa inventa después de que Jim encontrará el amuleto, pero ahora no te hallabas tan segura.
¡Ya no estabas segura de nada!
—A su tiempo. Todo tendrá sentido.
Todo se volvió de aquel color monótono que cualquiera ve cuando no sabe que soñar al dormir
Ya no sabías nada, pero lo que si sabías, es que probablemente tu cuerpo está tirado en el pasillo del baño, sin que nadie pueda saber dónde está.
No creías interrumpir o estropear la misión, ya que después de todo, el profesor Uhl y los conserjes ya se habían ido.
Tu única esperanza de ser encontrada en los oscuros pasillos, es Tobes. Y sabías que él te encontraría, siempre tuvieron ese lazo que los caracterizaba tanto el uno del otro.
——————————°——————————
Me senté en mi cama mientras expulsaba todo el aire que se había acumulado en pecho.
Nunca creí que Sepúlveda y Clara estarían de espías en mi casa. Me pregunto cuánto de lo que pasó con Strickler habrán escuchado.
Lo único que quería era relajarme, ya no tener que saber de ningún problema que involucre troles o cosas mágicas. Solo por hoy, quiero dormir fingiendo realmente que soy una persona normal como los demás. Un adolescente normal.
Abrí los ojos abruptamente, justo cuando el sueño comenzó a recostarse sobre mi.
Tomé mi teléfono, y cuando estaba por mandarle un mensaje a Tobes, una llamada entrante se asomó.
Contesté con una sonrisa cansada.
—Hey, Tobes. ¿Cómo les fue? Espero que no tan mal por ese tal antram-
—¡Jim tienes que venir a casa de Armstrong, AHORA! —mi respiración se cortó por el simple hecho de que Toby la nombró por su apellido.
Y es que eso solo podía significar una cosa: le había sucedido algo.
No sabía qué sentir al momento de haberlo escuchado, fueron unos segundos para él, pero una eternidad para mi cuando no respondí.
Sentía absoluto terror, y lo demostraba con mi temblor descontrolado.
Sabía que algo malo pasaría, pero me dejé convencer por ella. Sabía que no estaba bien, y creí en sus mentiras al salir de esa boca tan dulce.
Quería gritar de impotencia por no haber estado ahí con ella. De no haberla cuidado, y de no haberla protegido.
Ella es una de las personas que más quiero, es mi mejor amiga y compañera, no soporto que se metan con ella, a pesar de saber que se puede cuidar perfectamente, y sobre todo, no soporto que la usen para llegar a mi, o la lastimen solo para dañarme.
Aunque la verdad, lo último, es como una ventaja táctica para mis enemigos.
—Voy para allá.
Colgué el teléfono, y con rapidez, salí por la ventana. Mamá debe de estar dormida ahora, y lo menos que quiero es despertarla.
Al llegar al suelo, corrí con rapidez hacia su casa. Y es que ya no sé si es por el pánico que fui bastante rápido como para llegar en solo 2 minutos, o es por la alteración y el miedo de verla herida de verdad.
Abrí la puerta principal de su residencia, valiéndome comino si es que sus padres se hallaban en casa. Lo primero que encontré al entrar, fue verla a ella recostada en el sofá junto a Tobes, sentado a su lado. Demostraba preocupación pura por el modo en que sostenía su mano y su ceño fruncido estaba entre la molestia y la tristeza, era difícil de asimilar.
Cerré la puerta detrás de mí, y fui hacia Toby, preguntándole con solo mi expresión en cara.
—La encontré desmayada fuera de los baños. Se supone que solo fue a echarse agua en cara porque se estaba quedando dormida, y Blinky, AAARRRGGHH y yo nos habíamos ocupado con el antramonstrum, y para cuando la hayamos... y-yo- —puse una mano en su hombro y le sonreí ladinamente para tratar de calmarlo, a pesar de que yo era un desastre interno.
—Está bien, Tobes. Lo mejor ahora será dejarla descansar un poco —me sonrió como pudo, y se dirigió a la puerta principal.
Me giró a ver, esperando a que lo siguiera, y cuando no fue así, me alzó una ceja.
—Me quedaré aquí hasta que despierte, no te preocupes.
—Pero Jimbo, ¿y si sus papás vuelven?
—Tomaré el riesgo, ve a descansar, Tobes —me asintió un poco inseguro y se fue, dejándome en la penumbra y el silencio de su hogar.
Ahora se que sus papás no están, al parecer. Pero para mí no es sorpresa. De todos modos nunca estuvieron para ella.
Vi como ella comenzó a moverse en su lugar en el sofá, por un momento tuve la esperanza de que despertaría, pero todas ellas se esfumaron en cuanto llegaron.
Reí ligeramente por verla con una mueca que mostraba desagrado e incomodidad.
A ella nunca le gustó dormir en sofás, ya que le resultaba super incómodo para su cuerpo.
La sostuve en mis brazos, y la lleve a la planta alta, justo hacia su habitación. Abrí como pude con ella en mis brazos, y al lograrlo, la dejé en su cama. Por mucho que mi código moral me dijera que estaba mal estar en su habitación sin su autorización, ahora no podía importarme menos.
La arropé, y con una sonrisa en ternura, bese su frente. Sabía que ella se exigía más de lo que podía sostener, y solo para ayudarme.
Pero tenía que terminar con esto. Ella no debía cargar con mi responsabilidad. Debía poner un límite, y alejarla lo más posible.
Pero por ahora, lo único que debo hacer, es esperar a que despierte, y recuperar la respiración que no puedo sostener.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top