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Ahora el corazón de Camille estaba apretujado con una fuerte presión , el tema que le causó insomnio llegó sin ella provocarlo ¿o si? De alguna manera a propósito , no fue.
— ¿que? — preguntó la chica sin creer bien lo que había escuchado ¿porque? ¿cuando? ¿como? ¿donde? Ellos ayer parecían demasiado pegados como para pensar que su relación estaba mal.
— eso fue lo mismo que dije cuando me hizo elegir — su semblante era una especie triste tratando de hablar con comedia en la voz , ardía en Camille más de la cuenta. — y eso fue lo mismo que ella dijo al yo elegir.—
¿que?
¿que?
¡¿QUE?!
Camille sólo quería saber ¿que?
— no estás siendo muy claro Asherton — dijo hacia él con el fin de que entendiera que parecía estar hablando para el mismo y no para ella.
Asherton sólo dejó de mirar por fin su obra y miró a una de las musas de su obra , sólo que la musa no era consciente de que lo era , le tendió una mano y no la apartó hasta que Camille la tomara , la joven; que entendió perfectamente a que se refería Asherton al ofrecerle la mano , dudó en hacerlo pero al ver que el ni desistiria , ella desistió primero.
Quien lo diría.
Asher al sentir el contacto la jaló hacia fuera de la galería , ese lugar lo volvía dócil, Lo hacía meditar y cuando tienes una disociación de opiniones no es buena idea estar a solas con tu mente.
Fueron a un café que Estaba cerca , de hecho estaba a la salida de la universidad , tomaron asiento y Asher fue el que se encargó de hablar con la mesera .
— para ahorita dos malteadas , una de vainilla y otra de . . . — pareció pensar el sabor para la chica — ¿aún te sigue gustando el de leche condensada Camille? — esta vez se dirigió hacia Camille , quería asegurarse y ésta asintió , no se alteró porque el chico supiera eso , si no que sonrió
— ahora pido que le agreguen lluvia de colores — soltó Camille como dato curioso hacia el chico que sonrió.
La lluvia de colores era ese toping de bolitas pequeñitas de azúcar de todos colores.
— bien , entonces una de vainilla con lluvia de chocolate , y una de leche condensada y lluvia de colores — se decidió hacia la muchacha — y para llevar , una docena de donas surtidas, pero no agregen de crema de naranja , Camille las odia — explicó a la chica que asintió con una sonrisa — .
Asherton Clever aún se acordaba de ella.
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