Único


Las frías calles de la ciudad, junto al resonar de las pisadas de las personas que pasaban apuradas por diferentes razones es lo que se podía escuchar.

Aunque cierto chico pelinegro iba muy tranquilo escuchando música y muy ensimismado en sus pensamientos.

–Tch... Odio los lunes —murmuró pateando una roca que veía en el suelo.

Unas cuantas calles más y había llegado a su destino, la universidad, estaba en su segundo año y digamos que no era muy fan de los lunes y de la escuela en general. Odiaba permanecer en la institución con todos esos insectos —como llamaba a los alumnos de la universidad— y además que su salón estaba lleno de polvo y a veces había basura. Demasiado asqueroso para este chico que solo deseaba agarrar una escoba, franelas, un trapiador y todo en general para una buena limpieza. Sin embargo, no era posible y se conforma con llevar toallas húmedas y un poco de gel antibacterial para limpiar su lugar.

Llamenlo exagerado, pero él ni loco se va a sentar en un lugar sucio y llenos de germenes de otra persona.

Sus días eran tan monótonos, que lo aburrian, más no se quejaba, prefería eso a tener una vida llena de tantos cambios. Él en lo personal no era muy fan de ellos, los evitaba incluso, era un chico que se acostumbraba rápidamente, por lo que si existía un cambio en su rutina de exasperaba.

Al traspasar la gran entrada de la universidad, se dirijo a su clase asignada, procuraba siempre llegar 20 minutos antes, para que nadie agarrara su lugar, le gustaba estar al lado de la ventana y ver el cielo. Era relajante.

–Hey, Levi –Saludó un chico visiblemente más alto.

–¿Qué quieres, Farlan? –preguntó cortante.

–Cómo siempre tan amable –Se burló divertido– ¿Tienes los apuntes de Hanji?

–Sabía que querías algo –dijo suspirando.

Farlan era un compañero, lo conoció apenas entró a la universidad, lo consideraba un buen amigo. Era con el único que se llevaba, a veces era un poco pesado pero le agradaba —lo que pocas veces pasaba, casi nadie solía agradarle— aunque este la mayoría de las veces le pedía los apuntes de Hanji, su profesora de relaciones sociales, aunque ésta se veía más sola que él.

–Ya~ sabes que siempre me duermo en sus clases y más cuando se empieza a quejar del gobierno y su historia bla bla bla —dijo rodando los ojos— ¿Me lo prestas? –pidió haciéndole ojitos con una sonrisa.

–Idiota, te ves horrible haciendo eso –rodó los ojos un poco divertido– toma.

–Eres mi héroe –dijo para agarrar los puentes con una sonrisa– solo que sin capa, huraño y con pésimo sentido del humor –se encogió de hombros sincero.

Eso es lo que Levi le gustaba de la personalidad de Farlan, no se guardaba nada y decía las cosas como las pensaba.

–Jodete –sonrió Levi y Farlan alzó las manos  en signo de paz marchando se a sus lugar.

Y así era un día de clases para Levi, a veces Farlan pidiéndole apuntes o haciendo alguna broma y estudiando.

Al terminar sus clases a veces se iba con un Farlan quejándose de los maestros, en especial de la maestra Hanji, pues siempre lo regaña a por quedarse dormido en sus clases y lo hacía hacer 20 lagartijas. El rubio era un poco parlanchín, pero igual era agradable y le daba su espacio.

Sin embargo, ese día él pelirubio tenía que hacer otras cosas y el azabache tenía que ir a su trabajo de medio tiempo, pues era mesero en una cafetería. Él vivía solo, por lo que no se preocupaba en llegar temprano a su departamento, total nadie lo esperaba.

Iba caminando checando algunas algunos apuntes que había anotado en una hojas, sin ver su camino, cuando de pronto sintió un cuerpo y como éste chocaba con él. Por lo que perdió el equilibrio y tiro sus hojas.

Ya en el suelo, estaba un poco aturdido hasta que una voz lo hizo mirar hacia arriba.

–¡Lo siento mucho! ¡Oh por Dios! ¡¿Estas bien?! –dijo alarmado inmediatamente levantandolo, Levi estaba dispuesto a darle unos buenos insultos. Sin embargo, el chico más alto que él lo interrumpió.

–¡¿Te lastimaste?! ¡Lo siento mucho! –El chico Moreno seguía disculpándose.

Hasta que la mirada del más alto lo recorrió por todo su cuerpo buscando alguna lastimada, fue consciente de la cercanía en la que estaba y como este tenía las manos en su cintura. ¡Era un atrevido! ¡¿Este que se creía?!

Y antes de que pudiera moverse y darle unas cuantas clases de insultos, se vió interrumpido por segunda vez por el chico de piel canela.

–¡Dios, tú mano está sangrando! –Señaló alarmado, tomando suavemente su mano, viendo el corte en su muñeca y como está llegaba a en medio de su palma.

Levi aún estaba sin decir palabra alguna, ni siquiera se había dado cuenta del corte, con razón este sentía una molestia en su mano izquierda.

Antes de darse cuenta estaba siendo arrastrado por el chico, suponía que a la enfermería. Mientras Levi estaba procesando lo que estaba pasando.

–¡¿Qué?! ¡E-espera! ¡¿Qué haces?! ¡¿Y mis papeles?! –chilló escandalizado, hasta ahora siendo consciente de un chico tomándolo de la cintura y arrastrándolo.

–¡Oye! ¡Espacio personal! –Exclamó intentando alejarlo, fallando en el intento.

–No te muevas, puedes lastimarte más la mano –Contestó ignorando los reclamos del azabache.

Al llegar a la enfermería, el chico de ojos color escarlata, sentó a Levi en una camilla, aún éste protestando, aunque todos sus reclamos los ignoraba el más alto.

Mientras esperaban a la doctora de la universidad. Él chico de ojos escarlata y muy expresivos se sentó frente a Levi.

–¿Qué? –preguntó a la defensiva el azabache.

–Lo siento mucho, en verdad no te vi –dijo arrepentido, algo en Levi en verdad quería insultarlo porque ahora llegaría tarde al trabajo y cargaría con una cortada en la mano.

Sin embargo, al ver al de ojos escarlata algo en el se removió, un poco nervioso ante la mirada expectante.

–Ugh... Solo hazte cargo mocoso –dijo rodando los ojos. Aún se cuestionaba porqué no lo había insultado, en cualquier otro momento lo hubiera insultado hasta que se acabaran sus palabras, pero algo en él se lo impedía, Ugh, tal vez había sido el jugo que le había dado Farlan. Si, eso tenía que ser, eso es lo que pensaba Levi.

–¡Por supuesto, no tienes que pedirlo! Por cierto, me llamo Eren Jaeger –dijo inclinando un poco su cabeza– ¿Y tú como te llamas? –preguntó mirándolo curioso.

–Eres un mocoso –suspiró– Me llamó Levi Ackerman –dijo rodando los ojos.

–¡Mucho gusto! –dijo con una sonrisa. Él de piel pálida se le quedó viendo sin decir nada, lo que ponía un poco nervioso a Eren.

De pronto la doctora llegó y reviso al de cabellera azabache, limpiando la herida y poniendo algunas vendas, también recomendando que no debía agarrar nada con esa mano, ya que al parecer la tenía falseada. Afortunadamente para Levi había sido la izquierda, pero aún así sentía una molestia.

–Ugh, tonta mano que te tenías que falsear, no aguantas nada –refunfuñaba Levi, viendo su mano vendada.

Antes de que el de tez pálida pudiera seguir diciendo algo, sintió como le quitaban su mochila y los papeles que llevaba en la mano.

–¡¿Qué crees que haces?! –chilló mirando al pelo castaño.

–Por mí culpa te lastimaste, déjame llevarte a tu casa al menos –dijo apenado, dándole una sonrisa nerviosa al más bajo.

Eren a decir verdad, se sentía culpable, por lo que trataría de ayudarlo, además le había llamado mucho la atención como el más bajo refunfuñaba y hacía gestos muy tiernos enojado. Quería conocerlo más y no dejaría pasar esta oportunidad.

–Pues sí, es tu culpa –dijo poniendo sus mano sana en la cadera –Y no voy a mi casa, por culpa de alguien –dijo remarcando lo último haciendo que el contrario rascara su nuca nervioso– voy tarde a mi trabajo –suspiró Levi.

–Ahora sí me permites...¡Hey! ¡¿Qué haces?! –dijo con un bufido cuando quizo recuperar sus cosas, pero Eren se lo impidió mirándolo con una sonrisa.

–Bueno ¿Qué esperas? Vamos –dijo animadamente ignorando y saboteando los intentos del peli negro por recuperar sus pertenecientes.

–Vamos me suena a manada –refunfuño rodando los ojos. Pero a Eren le pareció muy tierno, aunque no lo dijo.

–Vamos, intento ayudarte ¿si? –dijo haciendo un puchero.

–Tsk... Mocoso –resongo el de tez pálida caminando– Solo porque ya voy tarde y no quiero que el jefe me regañe –dijo resignado y el de piel morena solo pudo sonreír triunfante. Aunque el más bajo no lo admitiera —por su orgullo— no le desagrada la sonrisa de Eren... Extrañamente le agradaba.

El mayor trabajaba en una cafetería después de la escuela. A comparación de otros días que llegaba a la cafetería sin expresión alguna, ese día en particular para sorpresa de los compañeros del trabajo y el jefe de Levi, el normalmente serio y callado chico de pálido había llegado acompañado de otro chico más alto que él y a los ojos de todos, estaba muy entretenido e incluso divertido.

Ninguno quizo decir nada, pero el viejo pixis —el jefe de Levi y como lo llamaba este a veces— veía muy entretenido como el Moreno iba tras el pálido queriendo ayudarle, pero este último casi siempre regañandolo o apartando lo de su camino.

A veces los compañeros de trabajo de Levi, quienes eran Annie y Marcó hacían comentarios tipo "¿Y ese es tu novio Levi?" "te lo traías bien escondidito" o "los que pelean se aman" "Que linda pareja".

Comentarios que hartaban al más bajo y le daba ganas de darles con una silla a ese par en particular y aunque no lo admitiera se sentía avergonzado.

Eren por su parte rascaba su nuca nervioso y con un sonrojo en su rostro, pero lejos de verse incómodo parecía muy a gusto con los comentarios. En gran parte le gustaba ver al azabache refunfuñando y murmurando cosas inentendibles. Sonaría raro para cualquiera, pero le encantaba ver al mayor así, parecía un gatito enfuruñado.

Un día de trabajo animado y lindo para Eren, pero para Levi fue un día exasperante, pero en lo más profundo de sí mismo el agrado y eso no le gustaba.





(...)





–¡Hey! ¿Qué tanto piensas? –curioseó Farlan, al ver cómo su amigo ni siquiera había tocado su comida.


Ambos estaban en la cafetería de la institución desayunando, o bueno solo Farlan, ya que Levi no había probado bocado alguno.


–¿Qué? Nada –respondió tratando de sonar indiferente.


Aunque eso no era verdad, ayer después del trabajo Eren lo había acompañado a casa —A insistencia del de piel canela— había sido raro que alguien lo acompañara a su hogar, ya que siempre llegaba solo, esa era su rutina. Pero ese día alguien la había cambiado y le frustraba. No estaba acostumbrado a estar en compañía. Siempre había estado solo desde que sus padres murieron y se quedó a cargo de su tío, apreciaba a su tío ya que le había dado un techo, aunque nunca pudo tener la mejor de las relaciones con él como esperaba, pero Levi se había independizado al entrar en la universidad.


Además no olvidaba como el mocoso al despedirse le había dado un beso en la mejilla. ¡Un beso en la mejilla! ¡Era un atrevido!


Y lo que más le carcomia es que no le hubiera asqueado, su corazón había latido rápidamente. Nunca nadie había provocado eso en él, pues no era de sentir mucho o ser muy expresivo. Era algo nuevo para Levi.


–No sé porque no te creo –dijo Farlan entrecerrados los ojos analizando a Levi, haciendo que este rodará los ojos.

–Solo estoy pensando en el proyecto que nos dejó el profesor Isayama –respondió aparentando fastidio e indiferencia para que le creyera.

–Ugh, no me lo recuerdes –Exclamó Farlan bufando.


Mientras Farlan le contaba o más bien se quejaba de la maestra Hanji, Levi se concentró en comer y de vez en cuando reír levemente por una tontería de su pelirubio amigo.


Algo lo instó a levantar la mirada, y unas mesas más allá donde una cabellera castaña algo familiar para él sobresalía. Era la mesa donde más ruido y chicos como algunas chicas había.


El azabache pudo distinguir a Eren entre todos lo que había ahí.


–Lo de primer año son tan ruidosos –Comentó divertido Farlan, viendo cómo Levi se había quedado viendo una mesa y un chico en particular.


–En especial ese Eren Jaeger –Dijo casual, mirando como su amigo se volteaba.

–¿Lo conoces? –preguntó cauteloso Levi, intentando no mostrar alguna expresión ante los ojos inspeccionadores de su amigo.

–Claro, es el más popular entre lo de primero –dijo intentando descifrar a su amigo.


–Ya veo

–¿Y tú lo conoces? –Preguntó curioso Farlan.

–No –dijo encojiendose de hombros.

No mentía, sólo sabía su nombre y que él era el causante de que se falceara su mano izquierda.

–Bueno... Pues parece que él sí, ya que viene hacia acá con una sonrisa divertida.

Y antes de que pudiera decir algo o hacer algo, unas manos se pusieron en sus hombros y elevó su vista para ver a nada más y nada menos que Eren Jaeger.

–¿Cómo está? ¿No ha tenido problemas con su mano? –preguntó Eren con un brillo de preocupación en sus ojos y quitando sus manos de los hombros contrarios.

–¿Cómo quieres que siga? Pues igual –Contestó el pálido incómodo por la mirada de su amigo, dándole una feroz mirada para que dejara de verlo.

–Entiendo, fue muy tonta mi pregunta –dijo avergonzado.

–¿Eres Eren no? –Interrumpió Farlan a su amigo.

Levi quería matarlo o ahogarlo en el escusado más cercano.

–¡Oh sí! Eren Jaeger, mucho gusto –se presentó sonriendo– Yo soy Farlan –sonrió este.


–¿Y de dónde conoces a Levi?


Preguntó Farlan interesado, recibiendo una patada, cortesía del azabache y una mirada de advertencia que él rubio sin más ignoro. Aunque su amigo si pegaba fuerte.


–Uh, ayer choqué con él y se lastimó la mano, pero lo lleve a la enfermería enseguida –dijo aún apenado por ello– Aún me siento culpable y quiero compensarlo –respondió sincero Eren.


"Genial, ahora tendré a un Farlan metiche y jodiendo todo el día. Gracias Eren, que gran compensación"

Pensaba Levi irónico.


–Ya veo, Levi no me había querido decir nada, me alegro que te hagas cargo.


Levi solo le mandaba mirada de advertencia al rubio, cosa que este ignoraba a propósito.

–Aún me siento culpable por eso –dijo rascando su nuca avergonzado.

Bueno, es que a decir verdad para Eren sólo era una excusa, quería conocer más a Levi, aunque este estuviera serio y recio a querer conversar con él.

–Me imagino, uh... De hecho Levi trabaja todas las tardes de mesero, pero con su mano así podría dificultar le el trabajo –comentó Farlan mirando a su amigo con lástima.

Levi si iba a matar a Farlan. Ya estaba imaginando los miles de escenario para hacerle pagar.

–¡No se preocupe! Yo lo ayudaré –Aseguró decidió Eren.

–¿Si saben que sigo aquí? –habló Levi irritado de que hablaran cómo si no estuviera presente.

–Oh, lo siento Levi-San –se disculpó apenado Eren.

–Sí no me dices no me doy cuenta –sé burló en cambio Farlan.

–No necesito que nadie me ayude –suspiró el azabache recio a la idea.

–Si claro –dijo con sarcasmo Farlan ganándose un sueño fruncido por su amigo– habló el chico "Ayúdame Farlan ¿no ves que estoy herido?" "Me duele mi mano ah" o  "Ugh, odio mi mano ni unos tontos libros puedo agarrar" –habló imitando la voz de su amigo de manera chillona.


–¿Qué? ¡Tú! ¡Yo no habló así ! –refutó Levi negando a avergonzarse, sin embargo su rostro ignorando su deseo, automáticamente se instaló un sonrojo en sus pálidas mejillas.


Eren sólo pudo mirarlo enternecido y a la vez preocupado ¿En verdad le dolía tanto? Se preguntó mirándolo y Levi por primera vez en su vida se sintió cohibido ante la mirada del más alto.


Farlan miraba expectante y sorprendido de la actitud de su amigo, en definitiva había algo ahí. De eso estaba seguro.

–No sabía que te molesta mucho Levi-San –dijo preocupado y a la vez apenado el pelo castaño.


Levi solo se quedó callado, maldiciendo a Farlan.

–Oh, si, si, si. Debe sentirse muuuuy incómodo el no poder usar su mano izquierda –se entrometió Farlan captando la atención de Eren.

–Ya no tiene de qué preocuparse, yo me ocuparé de él, yo lo ayudaré en todo –Aseguró Eren muy decidido.

Levi sólo pudo abrir los ojos en grande y Farlan en asentir entre divertido y conforme.

El de piel canela por su parte estaba muy feliz con poder pasar tiempo con el de piel pálida, además podría ayudarle y conocerlo más en este tiempo. Estaba muy conforme con eso e internamente agradecía el haber chocado con aquel chico que ahora parecía querer matar con la mirada a Farlan.

Definitivamente habría un cambio en la rutina de ambos, aunque Eren parecía muy contento de ello, y bueno Levi sólo esperaba que esto no lo afectará.

Estaba completamente equivocado.

Los días pasaron y junto con ello la rutina de Levi con Eren había cambiado. Para desgracia o fortuna de Levi, este pasaba ahora más tiempo con el de piel canela. Ambos siempre estaban juntos, aunque el peli castaño es el que seguía a todos lados a Levi. Incluso Eren le había presentado al pálido a sus amigos y ese día se enteró que el de ojos escarlata tenía una hermana melliza, la cual se llamaba Mikasa y también este le presentó a su mejor amigo Armin —el cual era un poco miedoso pero amable— y Jean quien al parecer estaba enamorado de Mikasa pero esta se hacía la difícil.

Levi siempre había sido un chico solitario en su vida, no tenía problemas con estar solo y bueno solo tenía a Farlan a quién le podía llamar amigo. Su vida se basaba en la monotonía, no se quejaba y estaba agradecido de tener una vida tranquila. Él era un humano, claro que tenía sentimientos como cualquiera, sin embargo siempre se los guardaba, había aprendido a vivir de una manera distinta y ahora expresarse era muy difícil para él. Por eso cada vez que Eren le sonreía, le contaba algo con emoción, lo abrazaba incluso, no sabía cómo reaccionar, no tenía idea de los sentimientos que se empezaban a formar.

Eren por su parte cada día se la pasaba con Levi, sentía una gran atracción por él y el solo verlos sonreír levemente solo para él lo hacía muy feliz. Sabía que él pálido era un chico solitario y por eso deseaba acompañarlo. A pesar de que este siempre esté animado y sonriente. d

Desde antes sentía un gran vacío en su corazón, sentía que algo faltaba y no sabía que era. Muchas veces se había cuestionado si solo era él o si todo estaba en su cabeza. Pero desde que pasaba tiempo al lado de aquel chico de piel pálida y ojos negros pero profundos, había olvidado totalmente ese vacío. Se sentía tan bien el estar con él, se sentía completo...

Las semanas pasaron y Eren incluso trabajaba en el café ¿La mano de Levi? Ya estaba bien, pero ninguno se había alejado.


Para el mayor a veces pensaba cuanto había cambiado su rutina, su vida en general con la llegada de Eren.

Ya no tenía esa vida solitaria que solía tener, ya no existían sus tiempos a solas cuando Farlan no estaba, ya no existían los caminos en silencio hacia su departamento, ya no existía una rutina como tal, ya no llegaba a su casa a simplemente dormir, ya no había un Levi serio y callado, no cuando Eren estaba cerca —lo cual era casi siempre— ya no descuidaba su alimentación, no después de que Eren le cocinara y le obligara a comer.

Todo había cambiado y ahora el ser solitario ya no estaba solo, tenía más amigos, ahora incluso hablaba con sus compañeros de trabajo cuando antes y apenas les dedicaba una palabra. Ahora alguien siempre lo acompañaba en su camino de regreso a casa. Incluso ahora sonreía...

Ahora tenía a Eren en su vida.

Levi se cuestionaba sobre que había pasado, a veces la inseguridad lo invadía, tenía miedo de acostumbrarse a todo ello y que un día todo acabara —sin ser consciente que ya se estaba acostumbrando a la compañía— tenía miedo de que algo pasara y todo se fuera.

Odiaba que su rutina hubiera cambiado y odiaba el hecho de que Eren fuera el causante. Pero, lo que más odiaba es que amara el cambio...

Nunca supo cuando es que su forma de ver al de ojos escarlata había cambiado. Cada gesto, cada acción incluso que este hacía no podía evitar no verlo. Simplemente que cada vez que Eren se despedía con un beso en la mejilla su corazón latía desbocado e incluso un cosquilleo recorría todo su cuerpo.

¿Qué pasaba con él? Es lo que se preguntaba. Sin embargo, lo dejó pasar, haciendo que lo que sea que sentiera se intensificara.

Los meses incluso pasaron y ahora Levi no podía simplemente ver a Eren siento tan amable con alguna chica o chico, solo le dejaba un mal sabor de boca y una punzada en su pecho.

Levi tenía celos, pero no lo sabía.

Y aquel sentimiento sólo se iba cuando Eren lo abrazaba y le daba un beso en la mejilla —ya era una costumbre que tenían— como corría hacia él con una hermosa sonrisa y como sus hoyuelos remarcando aquel gesto —que no supo cuando fue que lo consideró hermoso— y es que tampoco sabe cómo es que Eren podía sacarle una gran sonrisa con simples gestos.

A los ojos de todos eran una pareja, ambos tenían ese brillo en los ojos cuando estaban juntos y esa mirada llena de cariño que sólo en solo ellos dos había cuando se veían.

Sin embargo ninguno de los dos hacía nada para definir su relación. Ellos no eran amigos, no eran compañeros, no eran simples conocidos, eran algo más, pero que ninguno definía.

Uno simplemente era muy inseguro y el otro no sabía cómo llamar a lo que sentía ya que nunca había experimentado algo así.

Tal vez un empujoncito es lo que necesitaban.

(...)



En estos últimos tres días ni Eren, ni Levi se habían podido ver como tal, estaban en época de exámenes, para pasar a vacaciones y ambos habían pedido permiso en el trabajo por sus estudios.


Por lo que al estar concentrados en tareas y exámenes no habían podido verse y eso desanima a ambos.


–¡Por fin, el último examen! –Exclamó Farlan destensando sus Músculos.

–Sí, sólo falta entregar el proyecto del profesor Bertolt y el de Reiner –suspiró Levi.


–Lo sé, ¿Ese proyecto te tocó con Erwin no? –preguntó Farlan y el azabache asintió.


–Solo faltan algunos detalles –suspiró por segunda vez.

–Ufff parece que alguien extraña a su noviecito~ –cantureo Farlan, ganándose que Levi le tirara una hoja hecha bola.

–Idiota –En verdad el idiota era él, porque en realidad extrañaba a Eren, pero no quería que Farlan lo supiera.


–Ustedes son tan lentos~


Rodó los ojos Farlan.


Y es que ¿Cuánto los hacían esperar para que ese par ya estuviera junto? Todos querían que ya les confirmaran su relación ¡Era más que obvio que se gustaban! Pero es que esos dos eran muy ciegos o muy brutos.


Antes de que Levi pudiera decir algo, una mano tocando su hombro se lo impidió.

–Levi –llamó Erwin saludando y este un poco confundido igual lo saludo – Uh, ¿podemos hablar? Ya sabes... faltan algunas cosas del proyecto –dijo a la vez que acomodaba un mechón del cabello de Levi. Este último se extraño pero asintió.


–Hablamos luego, Farlan –Se despidió Levi de su amigo y bueno, Erwin pasó de él, a lo que Farlan se le quedó viendo al pelirubio entrecerrando los ojos.


–Espera, Levi –llamó Erwin al ver que el azabache caminaba muy rápido, este paro y se sintió un poco apenado– Ahora sí –Sonrió el pelirubio y antes de que Levi dijera algo, este lo tomó de la mano para encaminar a otro lugar.


El azabache abrió grande los ojos por la acción de Erwin, no le gustaba como este tomaba su mano y no pudo evitar compararlo a cuando Eren lo tomaba de la mano. Mientras Erwin era brusco y su mano era muy grande y áspera y la sentía raro, mientras que Eren la tomaba suavemente y con su pulgar le hacía cariñito y a comparación con la de Erwin, con Eren su mano se amoldaba perfectamente a la suya.


Y antes de darse cuenta estaban en un pasillo completamente desierto y ahora si Levi quiso deshacer el agarre, pero Erwin lo impidió


–¿No querías hablar del proyecto? ¿Qué hacemos aquí? –preguntó Levi confundido y con el ceño fruncido.


–Oh ¿el proyecto? –dijo y Levi asintió– tranquilo, todo está bien ya hice los últimos detalles–reveló y el azabache lo miró desconcertado.


–Eso está bien... Ahora ¿solo me hablaste para eso? –preguntó cortante ya irritado –Bueno si es todo, adiós –dijo para quitar su mano de la de Erwin.


–Levi ¿En serio pensaste que sólo te llamaba por el tonto proyecto? –Cuestionó intentando tocar la mejilla de Levi pero este corrió su cara y se deshizo del agarre en su mano.


–¿Qué te pasa? Te recuerdo que sólo somos compañeros –dijo muy esquivo frunciendo el sueño.

–Oh, vamos ¿No quieres salir conmigo? ¿Vamos al cine, sí? Hay una buena película de comedia que he querido ver ¿Qué tal? –dijo con una sonrisa.

Levi sólo quería darle un buen golpe, el odiaba las paliculas de comedia, prefería las de terror y acción.


No sabía nada de él ¿Por qué lo invitaba a salir?


–No


Se negó Levi, estaba ya muy incómodo.


–Hey ¿Por qué no? Nos vamos a divertir –Insistió no dispuesto a tomar un no por respuesta.


–Ya te dije que no ¿bien?


Estaba dispuesto a irse pero un agarre en su muñeca se lo impidió. Volteandolo muy brusco, Erwin lo había pegado muy cerca y al azabache se molestó por tal acción tan brusca.


Estaba a punto de empugarle y darle unos buenos insultos, pero una fuerte voz lo hizo estremecerse.


–¡Levi! –Ante el grito el pelirubio frunció el ceño.


–¿Qué quieres mocoso? ¿No ves que estamos en algo importante? –Levi casi le revienta la cara a cachetadas, pero unos conocidos brazos lo apartaron de Erwin.

–No lo vuelvas a tocar ¿Escuchaste? –ladró Eren con una grave voz que sorprendió a Levi.


–¿Quién te crees que eres, mocoso? –Preguntó irritado.


–Soy su novio, así que no lo vuelvas a tocar.


Y con eso empezó a caminar tomando de la mano al pálido, dejando a un Erwin con las palabras en la boca.


Levi aún estaba procesando lo que había escuchado y tratando de calmar a su corazón que latía desbocado. No supo cuando pero ya se encontraban en un aula vacía.


–No tenías que decir eso...–dijo Levi nervioso cuando ya pudo hablar.


–¿No? –cuestionó Eren acercándose lentamente al mayor, haciendo a este retroceder–¿Por qué te tenía agarrado? –preguntó mirándolo en una aparente calma.

–Uh, el idiota me invitó a salir al cine –bufo recordando– lo peor es que era a una comedia, sabes que odio la comedia –rodó los ojos.

–¿Y si no hubiera sido una comedia? ¿Y si hubiera sido una de acción? ¿Eh? ¿Lo abrías aceptado? –Eren estaba muy cerca del azabache.

De pronto Levi se topo con una pared impidiendo imponer una distancia, su corazón latía muy fuerte y temía que Eren lo escuchara.


–¿Qué... ? ¿Eh? Uh no –balbuceó por tener a Eren tan cerca y como este ponía sus brazos a cada lado de su cabeza impidiéndole escapar.


Estaba seguro que ya tenía un gran sonrojo.

El azabache odiaba ponerse nervioso y más odiaba que fuera Eren el que lo ponía así.

–¿Q-qué haces? –pudo formular Levi, aquellos ojos escarlata lo dejaban sin habla.

Eren por su parte estaba deleitandose con la imagen de Levi; como este tenía un hermosos sonrojo en sus pálidas mejillas, su respiración irregular y mezclándose con la suya, aquellos labios que lo llamaban...

Sin poder evitarlo más, unió sus labios en un sueve besos, apenas había movimiento pero cada rose provocaba una electricidad en ambos cuerpos. Eren se sorprendió un poco por ser correspondido y Levi porque Een lo estuviera besando, pero al diablo, solo importaban ellos dos y el beso que se estaban dando. Suaves chasquido se escuchaban en aquella aula, sus labios parecían amoldar perfectamente entre ellos. Sin embargo, la falta de aire se hizo notoria y poco a poco se fueron separando y Eren pasando a morder un poco el labio inferior de Levi. Separándose poco a poco.

–¿Qué...? –Levi no puedo terminar lo que iba a decir cuando Eren lo beso de nuevo

– ¿No te has dado cuenta? –beso– ¿Acaso no es obvio? –beso.


Decir que Levi estaba sonrojado era poco, ahora era un tómate. ¿Su corazón? Ya no lo sentía, tal vez había muerto, pero es que para este chico era mucho.


–Te amo... ¿No te ha quedado claro? –confesó dejando varios casos besos a Levi, acariciando con ternura una mejilla del más bajo.


–¿E-en serio? –preguntó ilusionado Levi.


–Claro... ¿Y tú? –preguntó temiendo el rechazo.


–Y-yo...


Su corazón y todo su ser gritaba un gran Sí ¿y quién era para no hacerle caso?


¿Eso era amar a alguien? ¿Eso es lo que tenía? ¿Estaba enamorado? ¿Eso era lo que sentía cada vez que estaba con Eren? Pues si eso era, que bien se sentía.


–Si... Me gustas, te amo –susurró enfrentando la mirada de esos ojos escarlata que tanto amaba.


Y otra vez sin poder evitarlo sus labios de volvieron a unir, más apasionadamente, donde todos sus sentimientos se compartían por aquel simple gesto. Un beso lleno de amor, ternura y deseo.


–¿Eso significa que soy tú novio? –preguntó sin poder evitarlo Levi cuando recuperó la respiración después de aquel beso.


–Eso significa que tú eres mío y yo soy tuyo –dijo abrazándola de la cintura, dejando algunos besos en la frente y mejilla del azabache.

–¿Si? Bueno... Debo admitir que no suena nada mal –dijo sonriendo al igual que Eren.


–Nada mal –dijo dándole un casto beso.

Ambos estaban en su burbujita de amor. Ahora sí podían darle un nombre a su relación.

La noticia no tomó por sorpresa a nadie de sus amigos en realidad, todos ya daban que esos dos formalizará y quizás con algunos comentarios vergonzosos y con un Levi intentando no matar a nadie con sus comentarios descarados, pero ahora la pareja estaba más que feliz, por fin podían darle un nombre a lo que sentían. Ambos se amaban y aunque fueran polos opuestos, cada uno se amaba a su manera.


Lo que quizás nadie sabía es que aquel tropiezo que marcó un cambio en sus mundo no fue accidental. En realidad ese día Jean le había dado un "empujoncito" a Eren, pues este no dejaba de mirar y suspirar por aquel chico pálido y solitario. Desde que había llegado a la universidad lo había visto y no pudo evitar no quedar maravillado, a sus ojos era un misterio que estaba dispuesto a resolver.

Lo que quizás empezó por un tropezón y una mano falseada, terminó en algo mucho más sólido y bello. Ambos estaban más que felices, él sentimiento de ser correspondido era sublime, ambos mirándose con ese brillo especial en los ojos y con un cariño indescriptible podía dejar maravillado a cualquiera.

Todo fue un gran cambio, pero después de todo los cambios no eran tan malos, si era con la persona correcta.


En nuestra vida existen múltiples cambios, pero de eso se trata la vida, experimentar nuevas cosas y dejar que todo fluya. No debemos tenerle miedo a los cambios, pues no todos son malos, y quizás en uno de esos tantos cambios que nos da la vida podamos encontrar a la persona indicada.

Fin.



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Luna🌙

Está historia está dedicada a una persona muy especial para mí y que amo mucho, es un regalo de cumpleaños algo atrasado pero que hice con mucho amor.
Espero que te guste💕❤️
@KaremMollinedo

¡Gracias por leer!

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