Capítulo 7-Guerra y amor

La primera en forma de fantasma se había presentado hasta donde estaban ellos. Descendió hasta tocar el suelo, no literalmente debido a su estado. Ella empezó a decirles que había una manera de recuperar el gremio de las garras de Laxus.

—Por favor maestra, ¿qué podemos hacer?, ya ha visto su fuerza...—dijo Erza.

Ella suspiro un momento y les miró seriamente.

—Guerra—al decir eso, ellos se quedaron boquiabiertos.

—Pero maestra...una guerra...—Natsu no lo veía.

—Encima contra Fairy Tail...nuestro gremio...—Lucy agachó la cabeza.

—No, no es nuestro gremio...ya no lo es. Los verdaderos miembros de Fairy Tail se hallan aquí, entre estas cuatro paredes. Fairy Tail es parte de nuestros corazones—dijo—y no esa gente que mancilla nuestras reglas, nuestra forma de ser, de ser una familia.

Natsu apretó los puños conmovido por las palabras de la maestra.

—¡Ese Laxus pagará por todo!—rugió.

—Juvia está con Natsu-sama.

Pero para poder llevarlo a cabo debían de entrenar y mucho, necesitan aumentar mucho su poder y lograr más adeptos a su causa. Pero lo primero sería recuperarse del duro golpe proporcionado por el fracaso que habían tenido.

En los siguientes días, Natsu y Juvia paseaban juntos, teniendo citas. Aquello despejó la mente del mago que necesitaba distraerse. Además, al conocer a Juvia aprendió muchas cosas sobre ella que desconocía. Se había tirado tanto tiempo luchando que no recordaba lo que era divertirse de aquella manera.

—Gracias por todo Juvia—dijo alegre el chico.

Ella se sonrojo ante el comentario de su pareja. Eso eran realmente, una pareja que iban poco a poco, necesitaban tener momentos donde desconectar ante un panorama tan malo.

Pero lo mejor eran las noches, cuando el resto del grupo estaba fuera paseando, cenando o simplemente disfrutando de la noche. En esos momentos, Juvia se besaba con el chico, demostrando todo su afecto y amor, donde le mostraba que un futuro a su lado era lo mejor. Y que sin duda lo apoyaría siempre. Ella le sacaba esa sonrisa tan suya, Juvia se desnudó en cuerpo y alma, entregándose a él. Para Natsu era una nueva experiencia, pero no le disgustaba, sino todo lo contrario. Se besaban apasionadamente y ambos se acostaban a contemplar el silencio de la noche.

—Eres preciosa—dijo mirando a los ojos a la maga.

—Juvia se va a sonrojar mucho Natsu-sama—dijo cubriendo un poco su rostro con la sábana.

Mientras ella dormía sonriente y feliz, Natsu miraba por la ventana. Le parecía ver algún polvillo en el aire, y también un hada. Al restregarse los ojos pudo comprobar que no había nada allí, seguramente eran imaginaciones suyas pues estaba cansado.

Al día siguiente, el joven estaba con Gajeel en un campo de batalla improvisado junto a Erza y Gray. Era hora de entrenar. Ambos se enfrentaron con mucho poder, dejando de lado la amistad para poder emplearse a fondo, solamente así podrían mejorar como magos. Gray peleaba con la pelirroja usando una espada de hielo que aguantaba todos los embistes de ella.

Juvia por su parte junto a Lucy meditaba, necesitaban recuperar el tiempo perdido y recuperar sus aptitudes para el combate. Si querían ayudar, necesitaban hacer eso.

Natsu sentía una gran emoción enfrentándose después de mucho tiempo a Gajeel, sus poderes arrasaban el lugar. El fuego parecía consumir la tierra y los duros golpes de metal de este hacian temblar el suelo. A eso se le añadía el sonido de las espadas chocando.

Eso hicieron durante unos cuantos días cuando ya se habían recuperado del golpe de la derrota y ahora tocaba descansar unos días antes de volver al entrenamiento.

—Primera—empezó Natsu, estaban ellos solos—no quiero pelear contra mis compañeros, y Laxus aunque haya hecho eso...ahora en frío...es parte de la familia.

—Tu amigo ha caído en la oscuridad de la tristeza, y como familia nos corresponde sacarlo de ahí pues es un destino peor que la muerte.

Este miró al suelo.

—Espero recuperar el gremio—dijo en voz baja.

—Todo irá bien—aunque su voz no mostraba esa confianza.

La cabeza de Natsu estaba algo agotada, únicamente cuando estaba con Juvia podía relajarse pues se echaba el trabajo a la espalda. Creía que parte de culpa era suya por haberse ido y dejado que pasase aquello.

Pero las cosas para ganar seguidores no iban bien, ningún otro gremio quería luchar ya que sería entrar en guerra y estaba prohibido. Si lo hacian, podían ser sancionados y su reputación mancillada, algo que molestó al joven pero que Juvia se aseguró de que entendiera.

Y los entrenamientos tampoco iban muy bien pues notaban que no mejoraban, era como si hubiesen encontrado su limite. Eso les sacaba de quicio, solamente mejoraban algo Lucy y Juvia quienes simplemente recuperaron su fuerza de antes de marcharse.

Natsu finalmente sucumbió ante la presión. Aquella noche acabó con dolor de pecho, vomitando y sudando. Era algo nuevo para él. Juvia le acariciaba el pelo y lo cuidaba, pero preocupó al resto de integrantes quienes acostumbrados a la fe del joven, ahora veían que la situación los superaba con creces.

—Venga, ya está...—susurró ella mientras le daba un beso en la frente.

Al cerrar la puerta, les explicó todo y se alegraron por su relación, pero estaba claro que estaba mal mentalmente. Necesitaban al Natsu más fuerte, y ahora mismo no lo estaba.

Erza comentó que no había que preocuparse, solamente necesitaba descansar y no pensar en ello, que ella misma había pasado por ese momento. Dejaron descansar al joven.

La primera visitó la tumba de Makarov, pensaba en todo lo ocurrido desde su muerte y dedicó una bonita oración en su honor, por todo lo que había dado al gremio. Al poco, sintió una presencia a pocos metros suya y su gesto cambió.

—Has venido...Laxus...

—Primera...

—¿Tienes la desfachatez de dar la cara después de lo que has provocado?—al voltear vio a este con su habitual andar y vestimenta.

—El gremio nunca más sufrirá de la manera en lo que ha sufrido. No mientras yo este—dijo firme.

—Como primera, te ordeno que ceses tus actividades y te rindas

—Tu tiempo pasó primera...las cosas ya no son como en tu época—replicó—Fairy Tail será el gremio más fuerte del mundo.

—Sea así...esto es la guerra—y dicho esto, desapareció por completo.

—Sea guerra entonces...—susurró Laxus.

Continuará...

¿Podrán nuestros amigos vencer a Laxus?.


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