1-El plan
La situación que se había encontrado Natsu no fue la esperada. El gremio estaba roto, desunido y ya apenas quedaba unos vestigios de la familia que un día fueron. Natsu ahora estaba disfrutando de la estancia que le brindaba su compañero Gray en su casa. Tenía que reconocer que era mucho más grande de lo esperado.
—Ya está—dijo terminando de acomodarse sus nuevas ropas. Eran muy parecidas a las de Gray salvo por el chaleco nuevo que se había comprado.
—Mucho mejor y aseado. Ahora solamente queda...—pero llamaron a la puerta—ahí está.
El mago de hielo abrió la puerta y le dio la bienvenida a Erza que entró a paso lento y procedió a sentarse. Pero cual fue su sorpresa al ver allí al mago.
—¿Natsu?—casi se le saltan las lágrimas.
—Erza...
Ella corrió y le abrazó.
—Lo siento...lo siento...
—¿Por qué?
—Por mi culpa...Fairy Tail...si hubiera ganado...—pero este le abrazó y le dijo que no pasaba nada.
—Recuperaremos nuestro hogar, nuestra familia y nuestro gremio. Gracias por haber peleado hasta el final. Siento mucho no haber estado aquí—dijo mientras ella rompía a llorar.
Fueron unos minutos algo tiernos, ver a la fuerte titania llorar como una niña pequeña en los brazos de su mejor amigo.
Cuando se recuperó y todos estaban ya calmados, se sentaron a hablar.
—No entiendo como hemos llegado a esto—maldijo Natsu recordando la situación.
—Todo fue a raíz de la muerte del maestro...—comenzó Erza—el dolor rompió el corazón de Laxus y se ha convertido en un...monstruo...—odiaba tener que usar ese término, pero era la verdad. Además, ahora resultaba mucho más fuerte y peligroso que antes.
—¿Gildarts sabe de esto?—preguntó recordando al mago.
—No, lo malo es que no sabemos dónde se encuentra y cuanto tiempo tardará en regresar. Pero no podemos esperarlo, de lo contrario cuando llegue...puede que no quede nada...—dijo Gray triste.
Natsu trataba de meditar algo.
—¿Y si lo ponemos en el periódico?, es decir, pedir que regrese para un asunto de Magnolia—propuso feliz.
—No—contestó enseguida Erza—si lo hacemos, Laxus se enterará. Además perjudicará al gremio como muestra de desunión. En lo que respecta a misiones, el gremio está mejor que nunca, Laxus se ha encargado de ello. Llamar la atención y luchas internas puede afectar mucho a la imagen de nuestro gremio.
Natsu entendió la situación, pero poco podían hacer. Él era fuerte pero no podía lanzarse así como así contra Laxus, teniendo además un grupo de magos fuertes y leales. Primero debía reunir a todos los de su bando para hacer frente a este.
—¿Y cuál es tu plan?—preguntó él algo desanimado.
—Este—sacó de la mochila una larga tela y pudo ver el símbolo del gremio pero con un corazón dibujado arriba del símbolo—te presento a nuestro gremio que recuperará Fairy Tail, te doy la bienvenida a...Fairy Heart—presentó con una gran sonrisa.
El joven esbozó una sonrisa.
—Tenemos un plan, el único que hemos podido hacer—dijo avergonzada ella.
—¿Y cuál es?
—Gray seguirá actuando como espía para nosotros. Mientras tanto, debemos recuperar al grupo de siempre, reunir a los aliados y recuperar el gremio a la fuerza—dijo titania apretando el puño.
—¿Pero luchar no ocasionará una imagen mala del gremio?—preguntó el dragon slayer.
—Alejaremos la batalla a las afueras, donde nadie más que nosotros seamos testigos.
—¡Estoy encendido!—Natsu se golpeó los puños emocionado.
Ambos tenían más o menos localizados a todos los miembros del grupo, salvo uno, o mejor dicho, una. Pues el paradero de Juvia era desconocido aunque tenían alguna pista pero hasta el momento, todas les habían llevado a otras personas.
—Yo buscaré a Juvia—dijo Natsu—dime la pista.
A unos cuantos kilómetros, en un pueblo, habían visto a una chica con un aspecto similar. Natsu tomó las cosas y quiso emprender camino.
—Usamos la casa de Gray como base, vuelve en cuanto puedas—dijo ella.
—Sí, y no digas esto a nadie, nunca sabes quien puede estar escuchando—advirtió el mago.
—Claro, gracias.
Aquel día durmieron los tres en casa de Gray pues ya era muy tarde.
Al día siguiente, los tres se separaron, Erza quería encontrar a Jerall, al fin y al cabo era un aliado muy poderoso con el que contar.
Natsu corrió por los senderos, el tiempo apremiaba y necesitaba recuperar su hogar cuanto antes. El pueblo estaba lejos, pero prefería correr antes que pillar el tren. Hizo algunas paradas por el camino para poder descansar, aunque cuando comía, enseguida recuperaba las fuerzas para volver a emprender el camino.
El pueblo era tal y como lo describió Erza, pequeño y humilde. Al mirar al cielo, vio unas nubes grises, parecía que iba a llover. No cabía duda, tenía que ser allí.
—Veamos...no huelo a Juvia...puede que haya camuflado su olor con perfume o algo—pensó mientras caminaba observando las casas y tiendas.
Preguntó a unas personas con una foto de la maga y le indicaron que en una casa al final de la calle vivía una chica parecida.
—Por favor, que sea ella—dijo después de agradecer a la gente.
Tocó a la puerta.
—Voy—dijo una voz desde el otro lado, era muy similar a la de Juvia.
Al abrir, ambos cruzaron las miradas. Tenía que ser ella, sus mismos ojos, nariz y boca. La única diferencia era su pelo pues ahora estaba teñido de rubio.
—Juvia...—dijo este.
—Se equivoca...yo soy...Muvia—se apresuró a decir la maga.
—Gray, es aquí—dijo saludando a un lado.
—¿Gray-san?—ella miró en esa dirección, no vio a nadie y se dio cuenta que había caído.
—Juvia...
—Natsu-san, ¿qué hace aquí?—preguntó triste.
—Te necesitamos Juvia—dijo extendiendo su mano—el gremio te necesita.
Ella le invitó a pasar y entró en aquella humilde casa, pequeña pero confortable.
—Juvia no puede...Juvia no puede volver—dijo entre lágrimas.
—Sí que puedes, tenemos un plan, pero para llevarlo a cabo necesitamos tu fuerza y tu corazón—comentó este.
La maga estaba comiendo unas pastas y un poco de té que ofreció al mago.
Natsu le contó todo para que viera que podían hacerlo, que tenían un plan.
—Juvia tiene miedo...
—Y yo Juvia...también tengo miedo. Pero el miedo no es malo, te hace conocer tus debilidades, y cuando te das cuenta de eso, te vuelves más fuerte, así como también más amable.
Ante aquellas palabras, Juvia se echó a llorar recordando como sucedió todo. Deseaba cambiar la situación, pero optó por huir.
—¿Juvia aún es bienvenida después de escapar?
—Sí, eres más que bienvenida.
Juvia abrazó a Natsu que solamente sonrió, se alegraba ver que ella se encontraba bien.
—Juvia ayudará—dijo sonriente entre lágrimas.
Con Juvia en el equipo, aún quedaba traer de vuelta a los demás miembros.
Lo que no sabía Natsu, era la complicada situación que vivían los magos restantes.
Continuará...
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