CAPÍTULO 24

Todo se había vuelto muy confuso, de la nada a parecen los problemas y no me agrada para nada la clase de problema que acaba de aparecer están ¡feo y detestable!.

Después de pensar y pensar tanto en lo que estaba pasando y lo que estaba por venir es tan difícil.

Los recuerdos junto a ellas se arremolinan en mi cabeza, todos se vuelven muy melancólicos al saber que se convertirán solo en eso recuerdos.

Todas las risas, que mi pequeña a dado solo estarán en mi cabeza ya no tendré la dicha de poder volverlas a escuchar. Todo me preocupa que será de ella, les darán el dinero necesario para que puedan sobrevivir pero igual yo me encargaré de que así sea o al menos lo voy a intentar por que así como está mi jefe, es capaz que ni eso me deja hacer.

Siempre eh visto casos así, con mis compañeros pues no es cosa del otro mundo que ese tipo de personas se den cuenta de quiénes les aruinamos todo, pero nunca me había pasado a mí y me pone nervioso.

Cada vez que hacía algún trabajo, nunca pensaba en la posibilidad de que me descubrieran. Pero como dicen para todo se llega su tiempo y creo que para lo mío ya llegó.

Pero acaso ¿no podían esperar, justamente tenía que ser hoy?

Hoy es una fecha importante, pero tuve que trabajar y no estuve en casa desde ayer, es algo que no teníamos planeado hacer pero por algunas razones tuvimos que actuar de inmediato.

Nunca había pasado fuera de casa en esta fecha pero, no pude hacer nada al respecto.

Espero y mi pequeña se divirtiera en su cumpleaños aunque yo no estuviera presenté.

Cuando eres padre, te das cuenta que a lo más mínimo te preocupas, y que quisieras protegerlos a toda costa, y ese es mi caso, pero parece que el destino no quiso eso, y complicó toda mi vida.

¿Qué locura no? Un momento estás bien, cantando a todo pulmón y de un momento a otro estás siendo perseguido por personas crueles y te hacen alejarte de lo más preciado para ti.

La vida es como una ruleta de la suerte, nunca sabrás adónde caerá ni mucho menos lo que te saldrá.

Luego de reflexionar bastante, me acomodé en el asiento y prendí el carro, para ponerme en marcha hacia mi casa para alimentos poder despedirme de ellas.

Me pongo en marcha, vigilando hacia todos lados, esperando que ningún carro se aproxime pues lo menos que quiero es que sepan dónde vivo.

Luego de cerciorarme que no hubiera nada, puse el acelerador al máximo de lo que es permitido claro.

La música en la radio ya no estaba al volumen del principió, ahora la radio estaba apagada, y me envolvía un gran silencio, solo se podía escuchar el sonido del auto en marcha.

Mi vista se empieza a nublar, pues acabó de hacer un sixzac, y es cuando me doy cuenta que mis ojos están llenos de lágrimas que amenazan con salirse, pues trato de ser fuerte y reprimirlas, para que cuando llegue a casa no me vean de esta forma.

Pero conforme pasan los segundos, siento que muchos nudos en la garganta se van juntando y es cuando me permito soltar todas las lágrimas que estaba reprimiendo.

- Ahhhhhhhhh, por queeeeeeeeeeee - solté un grito desgarrador y miles de miles de lágrimas salían de mis ojos.

Golpeó el volante con mucha fuerza, lo aprieto hasta que mis nudillos se vuelven blancos siente mucho coraje en este momento, miles de recuerdos bonitos vienen a mi mente y eso causa que llore con mucha más fuerza.

Siento que no puedo más y detengo el auto.

No me preocupa nada y me bajo del auto a toda prisa.

La carretera está en un lugar desierto y en cuanto todo mi cuerpo está fuera, me tiró con fuerza al suelo no importando me llenarme de polvo, eso es lo de menos.

Cuando mis rodillas tocan suelo siento que mi corazón se está partiendo en miles de pedazos, siento tanta impotencia al saber que no podré hacer nada.

En donde me encuentro arrodillado hay pasto seco, y del coraje que tengo comienzo a arrancarlo todo, comienzo a gritar con todas mis fuerzas, siento que mi garganta está lastimada pero no me contengo las ganas de gritar aún más fuerte.

Dirijo mi mirada hacia el cielo, que en estos momentos se encuentra nublado como si una gran tormenta estuviera a punto de caer.

Como si estuviera sincronizado con mis sentimientos.

Me quedo observando el cielo con mis puños cerrados, por unos pocos segundos. Para luego gritar lo siguiente:

¿Por qué haces esto? ¿A caso no veías que estábamos bien?, ¿a caso no piensas en mí pequeña?
¿A caso no puedes dejarnos ser feliz?
¿No te gusta vernos sonreír?

Todas esas preguntas las gritaba reclamando al Señor de arriba, que en estos momentos creo que me a dado la espalda cuando más lo necesito.

No siento cuando de un momento a otro estoy golpeando el suelo, con una fuerza que no sabía que tenía, pues mis nudillos han comenzado a sangrar a causa de los golpes que estoy dando.

Cansado, me senté sobre mis rodillas y piernas.

Comencé a balancear mi cuerpo,  y al mismo tiempo a tararear la canción que siempre suelo cantarle a mí pequeña antes de dormir, y no puedo evitar seguir llorando, pues nunca lo deje de hacer.

Nunca había sufrido por amor, pero hoy se llegó el momento no solo por el amor hacía mi esposa si no también el amor de padre e hija, ese es el que más me duele.

¿Estuve ahí par sus primeros pasos? Si lo estuve, ¿Estuve ahí para sus primeras palabras? Si lo estuve y no me arrepiento de haber estado siempre para ella, pero cuanto me lamento en estos momentos al saber que ella crecerá sin mí, sin su padre quien juro darle la mano cada vez que cayera, que siempre la alentaria en sus sueños y a cumplir sus metas, pero parece que las palabras se las llevo el viento y no podré cumplir mis promesas.

¿Será que me quedarán fuerzas para continuar?

Tengo que tener fuerzas por ellas dos, y jamás darme por vencido.

Me levanto del suelo y sacudo mi ropa, pues no quiero que me vean, como un hombre que se a derrumbado.

Me adentro en el auto, para ponerme en marcha de nuevo, hacia mi hogar, tomo varias bocanadas de aire antes de arrancar el auto, pues me siento muy nervioso.

Mientras voy conduciendo de nuevo, no puedo evitar que lágrimas bajen por todo mi rostro, puede que digan que soy débil solo por llorar, pero ¿ A caso las lágrimas dependen de tu género?

Que loca es la sociedad aún, solo por ser hombre no debes llorar pues si no te ven como un raro.

Pienso y pienso en como le diré a mi esposa, lo que a sucedido.

Después de unos pocos minutos estoy en la calle, en donde vivo, esos minutos parecieron horas para mí.

Estaciono mí auto en la entrada y puedo ver que las luces de la casa están apagadas y eso se me hace muy raro, pero puede ser que estén cansadas y se hubieran quedado dormidas temprano.

Me bajo del auto, y comienzo mi andar hacia la casa, cuando veo que de ella sale mi jefe con otros de mis compañeros.

Y uno de ellos carga a mi esposa y el otro a mí hija, que al parecer vas están dormidas .

- ¿ Qué a pasado?- le digo a mi jefe, con una cara de preocupación.

- lo que pasa es que ha llegado el momento de que ellas se vallan de aquí- dice viéndome con una cara de preocupación también.

- ¡¿ Qué pero a caso no podían esperar hasta mañana?! - digo en un hilo de voz

- Lo lamento pero no podemos esperar más - dice esas palabras y me abraza.

- están dormidas - lo digo en tono de afirmación.

- no ellas, ellas, están cedadas, y cuando despierten no podrán recordar nada - lo volteo a ver de la impresión por lo que me acaba de decir.

Y me doy cuenta que él también a soltado lágrimas, por lo que está presenciando.

- No eres él único que tendrá que dejar a su familia a trás- y me tapo la boca al escuchar eso, pues creí que solo era yo con éste problema.

Cargan a mí esposa e hija, en una camioneta negra, y arrancan a toda velocidad, par que no pueda despedirme de ellas.

Veo como mi jefe, cae alelo pues mi compañero lo a inyectado, y se que es mi turno.

Pero en el caso de nosotros solo es para dormirnos.

De ahí todo se volvió oscuridad.

*Fin del flashback*

Y desde entonces nunca las volví a ver, no sé cómo están, ni cómo se ven, pero sé que pronto las podré volver a ver.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top