Nota: Dragon Ball y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a Akira Toriyama

Una persona con gi naranja y con cabello en forma de palmera que desafiaba la gravedad se encontraba comiendo.

A su lado estaban dos personas importantes en su vida; su esposa y su segundo hijo. Y, a pesar del tiempo, sentía que la familia estaba incompleta.

Su esposa comía con tranquilidad y educación, todo lo contrario a los dos saiyajins que se agazapaban con todo lo que observaban.

El mayor de los tres dejo de comer de golpe para luego levantarse de su silla. Su mirada estaba fija en la ventana, desde la cual observaba hacia el cielo.

—¿Sucede algo, Goku?— pregunto la esposa del nombrado, claramente confundida por el hecho de que su esposo dejará en segundo plano la comida.

Goku no respondió, y solo se dedicó a observar el cielo.

El hijo de éste dejo de comer y se dedicó a mirar a su padre, claramente sabiendo que algo iba mal.

—Creí haber sentido un inmenso ki— declaro Goku después de unos minutos —. Tal vez solo fue mi imaginación.—

Se volvió a sentar en su lugar y siguió comiendo pero no tan rápido como antes. Todos en la mesa volvieron a comer.

Había pasado todo un día desde que creyó haber sentido aquel ki.

Se encontraba entrenando y a unos cuantos metros de el se encontraba su segundo hijo; Goten.

Observo a su hijo durante unos segundos para luego volver a su entrenamiento.

—“No cometere el mismo error de nuevo.”— pensó Goku mientras hacia flexiones y mantenía una de sus manos en su espalda.

Sentía cómo las gotas de sudor caían por su frente, pero ni el agotamiento pudo contra la motivación del guerrero saiyajin.

La motivación de proteger la Tierra.

La motivación de proteger a sus amigos.

La motivación de proteger a su familia.

La motivación de proteger a los que ama.

Y...

¡La motivación de traer de vuelta a su hijo!

Sus ojos se abrieron y lo primero que vio fueron las estrellas. Luego, vio un hermoso planeta de color azul y verde.

—El planeta Tierra...— susurro mientras veía por la ventanilla de la nave.

—Aterrizaje en... Cinco minutos.— dijo una voz computarizada.

El joven mitad saiyajin se acomodo en su asiento, esperando impaciente el poder llegar a su planeta natal.

—Aterrizaje en... Un minuto.— hablo de nuevo la voz computarizada.

Empezó a sentir la turbulencia y se sujeto al asiento.

—Aterrizaje en... 30 segundos.—hablo otra vez la computadora.

Después de esos treinta segundos, la nave aterrizó con un poco de turbulencia.

El híbrido salio de la nave y se estiró, escucho como sus huesos crujian y sus músculos se relajaban.

Solto un suspiro de alivio mientras observaba a su alrededor. El hermoso cielo con su espectacular color azul; las nubes blancas que le daban una espectacular vista al cielo; los árboles que estaban a unos kilómetros de él; los pocos animales que se habían atrevido a ir a ver que sucedía.

Escucho como algo se caía. Volteo a ver, encontrándose a Gine en el suelo.

El híbrido se empezó a reír mientras Gine le lanzaba una mirada amenazadora.

—¡Callate mocoso!—

Gohan dejo de reír para luego ver a los animales. Les dedicó una sonrisa y se acerco a ellos.

Los animales dieron un corto paso hacia atrás, pero luego vieron que el joven saiyajin no quería hacerles daño.

Gohan acaricio la cabeza de un pequeño ciervo, y los demás animales no dudaron en acercarse al medio saiyajin.

Gine, quien ya se había levantado, miro aquello con una sonrisa y se acerco; al parecer los animales no se asustaron de su presencia.

Una esfera de energía paso junto a Gine y a Gohan, quienes al instante se pusieron unas capuchas.

Los animales salieron corriendo en dirección al bosque, pero el pequeño ciervo se quedo.

—Vete, estaremos bien.— Le dijo Gohan al ciervo.

El pequeño ciervo golpeó el suelo con una de sus patas para luego salir de ahí.

Gohan miro a el que lanzó la esfera de energía, y se trataba de una persona de piel verde y orejas puntiagudas. Tenia un traje morado y un turbante blanco.

—Un namekiano.— dijo Gine mientras se cruzaba de brazos.

Gohan miraba a el namekiano con curiosidad.

—¿Qué es lo que quieren, Saiyajins?— pregunto, o mas bien ordeno, el namekiano.

Gine hizo un gesto de estar pensando, para luego hablar.

—Tal vez toda la comida que haya, porque me muero de hambre.—

Gohan se empezó a reír de la respuesta que le había dado Gine al namekusei. Pero le dio más risa el hecho de que lo dijera con un tono serio.

—¿Qué? Estuve durante todo un año en esa nave, ¿qué esperabas?—

El namekiano tenia un tick en el ojo, claramente molestó de que lo ignoraran.

—Bueno— Gine se quiso la capucha y se la aventó a Gohan —. Hace mucho que no peleo contra un namekiano. ¿Qué te parece una pelea?— dijo mientras los huesos de sus dedos y cuello crujías mientras se estiraba.

El namekusei solo se limito a quitarse el turbante y a aventarlo al suelo. Gohan se sorprendió un poco al ver como el turbante hacia un agujero bastante profundo en el suelo.

Los dos se pusieron en pose de combate mientras Gohan se sentaba para poder observar la pelea. Sintió a lo lejos 8 ki's aproximarse hacia donde estaban ellos.

Volvió a concentrar su mirada en la batalla que pronto se haría presente.

Ambos esperaban a que el otro diera el primer movimiento.

Gine se impulso con su pie e hizo el primer movimiento. Intento darle un puñetazo en la cara al namek, pero este desvío su golpe con su mano.

El namekiano intento darle una patada en el costado, pero ella bloqueo su patada con el antebrazo.

Empezaron a intercambiar patadas y puñetazos, pero ambos las esquivaba o desviaban.

—Esto será largo...— susurro para sí mismo Gohan.

—El saiyajin Gohan ha sido encontrado, señor. Esta en el planeta llamado Tierra.—

Él solo sonrió. Una sonrisa malévola y demoníaca.

—Bien. Preparen la nave; iremos al planeta Tierra.— dijo mientras su subordinado asentía, para luego hacer una reverencia e irse.

Él movió en círculos su copa, mirando aquel líquido rojo. Tomo un sorbo de aquel líquido y luego coloco la copa en la mesa que estaba al lado de su trono.

—El plan apenas comienza.—