Capítulo 10
Nota: Dragon Ball y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a Akira Toriyama.
La nave aterrizo, obligando a el medio saiyajin a despertarse por la turbulencia.
Se estiro mientras bostezaba, y no pudo evitar mirar hacia la cama de Lia. Y al instante se sintió culpable.
Movió su cabeza de un lado a otro, desechando los pensamientos de culpa.
Se levantó y salió de la nave, encontrándose a Gine en el suelo.
—¿Qué haces en el suelo?—
—Ver que idiota pasa y me pregunta exactamente eso.— exclamo con sarcasmo.
Gohan soltó una risilla para luego recoger el combustible para las naves. Fue hasta la casa, que estaba cerca de donde aterrizaron, para poder dejar el combustible.
Mientras caminaba hacia el taller de Lia, observó durante unos segundos su cuarto, recordandola.
Lia caminaba hacia su habitación. Se sentía cansada y agotada.
Paso junto al cuarto de su alumno, quien observaba las estrellas como casi siempre lo hacia.
Suspiro y regreso a su taller, donde empezó a buscar dos libro. Cuando los hayo, los limpio con su bata, que estaba afuera pues le había dado pereza guardarla.
Volvió a subir por las escaleras y fue directamente a la habitación de Gohan, quien aun veía las estrellas. Lia entro sin hacer ruido, aunque estaba segura de que él ya sabía que estaba ella ahí.
Se sentó en la cama, y cuando Gohan volteó a verla, movió ligeramente su cabeza en dirección a la cama, indicándole que se sentara. Cosa que obedeció.
En ese entonces Gohan ya tenia siete años. Cuatro años después de que llego a aquel lugar.
Lia le extendió un libro grueso, que debía de contener mínimo 400 hojas en él.
Gohan miro el libro con curiosidad; Este no tenia título, ni siquiera tenia portada.
Abrió el libro y todas las páginas estaban en blanco.
—¿Qué hago con esto?— había preguntado Gohan.
—Es para que crees tu historia. Una que venga de tu corazón.— había respondido ella.
Gohan le agradeció con la mirada para luego guardar aquel libro en blanco.
Lia se recargo en el respaldo de la cama, y él hizo lo mismo. Ella saco el otro libro, que hablaba acerca de los animales del planeta Tierra.
Gohan uso las piernas de Lia como almohadas, y ambos leían aquel libro.
Los dos hacían comentarios de cada especia que veian; como que las mariposas eran unos insectos muy bonitos y de que las gallinas eran... Gallinas. Ese comentario lo hizo Lia, quien logro hacer reír a Gohan.
Después de un rato, ambos olieron como algo se quemaba.
—¿Tu también hueles eso?— pregunto Lia.
—Si. Huele a quemado.—
Lia fruncio el ceño, y luego de unos segundos su expresión cambio y su cara se puso pálida. De un salto salió de la cama y corrió hacia la cocina.
—¡Se me olvido la comida!—
Gohan palideció y también salio de su cama de un salto.
—¡La comida no!—
No sabía cuando ni como, pero había empezado a llorar.
Se limpio con el brazo las lágrimas y fue hacia el lugar al que iba en un principio. Dejo el combustible y salió del taller, para luego salir de la casa.
Gine estaba esperandolo, mientras escondía algo detrás de su espalda. Cuando los dos quedaron de frente, Gine le extendió lo que tenia en su mano; la espada que Lia le había regalado, pero está estaba en buen estado.
—La espada esta hecha de un material que, a pesar de que lo golpeen o intenten pulverizar, está vuelve a su estado original.— explico Gine mientras Gohan tomaba la espada y se la colgaba en la espalda.
—Tendremos que ir por las naves; tu ve por la tuya y yo iré por la otra.— dijo Gohan recibiendo un asentimiento como respuesta.
Cada quién se fue por su lado.
Los dos, después de unos minutos, se encontraban en el taller de Lia ya con ambas naves. Empezaron a poner el combustible en la nave.
Mientras llenaban las naves con el combustible, guardaron lo que necesitaban en un pequeño cubo que era del tamaño de un cubo de azúcar.
Cuando ya tenían todo listo, sacaron las naves de la casa.
—¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a la Tierra?—
—Mínimo, un año.— respondió Gine mientras se encogía de hombros, restándole importancia.
—¿¡Un año!?— grito Gohan.
—¡Callate que me vas a dejar sorda!— después de unos segundos de silencio, continuó; —. Tardaríamos aproximadamente un año, pues si aumentamos la velocidad de la nave, abría una alta probabilidad de que la nave se salga de curso, que explote o que termine seriamente dañada. Ya vez lo que paso con Raditz.—
Gohan asintio, pero no por todo lo que le había dicho Gine, sino porque si no la obedecía, esta se enojaria y seria capaz de acabar con todo un planeta.
—¿Y qué voy a hacer en esa nave todo un año?—
—Hay un gas especial en las naves que sirve para que tu te duermas hasta que aterricemos en el planeta.— explico Gine.
—¿Enserio se puede dormir tanto tiempo?—
—Si hubieras conocido a tu abuelo, lo sabrías.—
—Ya me lo imagino.— dijo Gohan asintiendo con la cabeza.
Con todo listo, ambos subieron a las naves mientras colocaban las coordenadas exactas de la Tierra. La compuerta se cerro y las naves comenzaron a despegar.
—Planeta Tierra...— susurro Gohan —pronto estaré en casa.—
Sus pasos resonaban por los pasillos y su sombra se veía cada vez que pasaba enfrente de una de las tantas luces que había en aquel pasillo.
Por fin, llego a su destino. Tomaba grandes bocanadas de aire mientras intentaba regular su respiración y se sostenía de la pared para no caer al suelo.
—S-señor— tartamudeo —. Ha...—
—Descuida, ya me entere, y cree otro plan por si eso ocurría— Le interrumpió mientras mantenía una sonrisa en sus labios. —. Busquen el planeta Tierra, pero principalmente...— hizo una breve pausa, asegurándose de que todos en esa zona lo escucharan con atención —... ¡Busquen al saiyajin Son Gohan!—
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