¿Donde estoy?

El signo de gemelos se levantó asustado, sintiendo su corazón acelerarse mucho.

Soltó un fuerte suspiro al ver que se encontraba en su cama, arropado con las cobijas.

Se levantó del colchón para poder ir hacia su peinador. Se miro unos momentos en el espejo, dándose cuenta de que algunas de sus facciones estaban ligeramente cambiadas, pero seguía siendo él, solo un poco más joven.

—Veo que despertaste dormilón, te traje el desayuno— hablo una voz suave.

—¿Quién eres?— frunció el ceño sin reconocerla del todo.

La mujer lo miro extrañada y sonrió cálidamente.

—¿Así saludas a tu mamá mi amor?—

Aquellas palabras hicieron que Géminis casi se desmayara ahí mismo, de no ser por qué otra voz los distrajo.

—¿¡Donde dejaron mis audífonos!? ¡Maldita sea!— grito un chico entrando al cuarto con una mueca en su rostro.

—¡Escorpio! Comportate, por dios— le reprendió la señora que debía ser su madre.

—Disculpen ¿Que está pasando? ¿Que hago aquí? ¿Escorpio, que sucede?— cada vez entraba más en un crisis nerviosa al no entender nada.

—Ah, buenos días hermano— sonrió el escorpión.

Géminis quedó helado, por no decir que muerto en vida.

Se cubrió la cara con algo de desesperación, pero decidió guardar la calma para no asustar a nadie, seguro todo tenía una explicación.

—¿Nene, estás bien?—

—Claro que está bien mamá, lo que quiere es atención, eso es todo— le restó importancia Escorpio, buscando con la mirada sus preciados auriculares. —por cierto Gem, te recomiendo desayunar rápido, pronto tienes que irte al colegio— con lo último dicho salió de la habitación..

—¿Colegio..?— miro a la mujer confundido y luego bajo un poco la mirada —No lo entiendo.. creo que perdí un poco la memoria— mintió, esperaba sacarle información a la persona frente a él.

—¡Oh! Seguro te golpeaste la cabeza de nuevo— la femenina fue hasta él y lo checo un poco.

—¿Cuantos años tengo..? ¿Y Escorpio? ¿Cuál colegio?—

—Tienes dieciséis años mi vida. Tu hermano tiene veinte, el ya está en la universidad. ¿Como que cuál colegio? Al que vas todos los días. Y vete apurando que hoy es lunes— lo empujó para que saliera. —¡Anda! Vete ya, te compras algo allá— le entrego unos billetes.

Géminis no objeto nada y salió de el cuarto confundido.

—¡Toma! ¡Ya vete!— Escorpio le lanzó la mochila y lo saco casi a empujones de la casa.

Comenzó a caminar sin rumbo alguno.

—Santa mierda ¿Estaré muerto? No comprendo que carajos está pasando, me duele la cabeza.. ¿¡Escorpio mi hermano!? ¿Y por qué la señora dice ser mamá? ¡Dios, iluminame!— hablo desesperado, mirando el cielo.

—¿Gem? ¿Que haces aquí?—

El de gemelos volteó para poder mirar a aquel chico que lo miraba confundido mientras comía una rebanada de chocolate.

—¿¡Tauro!?—

—Si, soy yo. Pensé que tus padres no te dejaban llegar tarde al colegio ¿Que haces por aca?—

—no recuerdo dónde queda la escuela..—

Tauro dio otra mordida al chocolate y sonrió.

—Vamos, yo también voy para allá— comenzó a caminar despreocupado.

Todo el camino fue en completo silencio, hasta que por fin llegaron al dichoso colegio y entraron.

En el salón de clases habían todo tipo de chicos y chicas, pero nueve en específico llamaron su atención.

El profesor aún no llegaba, por lo tanto, el salón estaba sumido en ruidos y más ruidos, todos se encontraban en su mundo platicando.

—¡Hey chicos! ¡Estamos acá!— grito una chica, por demás bonita.

—Ujum, ya vamos— dijo Tauro con flojera, caminando hacia ellos. —Supongo que perdiste la memoria por lo que me dijo tu madre. Y si, me llamó, dijo que te buscará antes de que te perdieras— río levemente —Ella, es libra— la señaló.

—¡Holis!—

—¿Que pasó? ¿Perdió la memoria?—

—Shhh, no interrumpan a Tauro.—

—Ay aja—

Rodo los ojos y siguió con la explicación —el de allá, es sagitario, está escuchando música, no te hará mucho caso— lo miro unos momentos y le guiño un ojo —esta enamorado de tu hermano, mantenlos alejados—

—¡Yo soy Piscis! Pero me puedes decir... Mh.. PISCIS— le regaló una dulce sonrisa el chico.

—Yo soy Acuario, y ella es mi novia, Aries— la señaló, y la chica medio sonrió.

—Un gusto, soy virgo— le saludo.

—el de allá es Leo, está tan sumido viéndose al espejo que no creo que se presente— susurro otro —Y yo, soy Cáncer, un gusto también—

Unos suaves golpes los distrajeron.

Virgo suspiro enamorado mientras veía al profesor anotar cosas en la pizarra.

—El es el profesor Capricornio. A virgo le gusta, pero nunca le hará caso— se burlo Piscis, recibiendo un golpe en respuesta.

Géminis rasco su nuca aún más confundido que antes.

—¡Silencio chicos!— dijo el maestro comenzando a explicar el tema de ese día —Señorito sagitario, le pido amablemente que se quite los audífonos y ponga atención— regaño.

—¡Puff! Ya que.—

—Y traigan la tarea de ayer, por favor— dicto capricornio.

—¿¡Había Tarea!?— sagitario los miro asustado.

—pero claro que sí imbécil, yo la hice al menos— dijo Leo, viéndose en la cámara de su celular.

—Señorito Leo, guarde ese celular por favor—

—Agh, está bien profesor—

Virgo corrió con su cuaderno en manos y suspiro enamorado.

—¡Aquí está mi tarea!— le sonrió.

—Bien, al menos alguien más tuvo descendía de hacerlo—

—Cofcofquierediezcofcof— hablo acuario entre tocidos.

—¡Hey! ¡Silencio!—

—¡Eso profe, usted demuestrele quien manda—

—¡Señorito Aries, no hable!—

—Ay, así que chiste— dijo libra haciendo un puchero.

Géminis miraba a todos anonadado, con ganas de soltar unas buenas carcajadas.

¿Hace cuánto que no se divertía así? ¡Eran jóvenes de nuevo! Tenía a su madre, y no parecía haber problemas.

Tal vez quedarse era una buena opción..

—¡A sagitario le gusta Escorpio!—

—¡Cállate cáncer!—

—¡Expulsión a todos si no se callan!—

—¿¡Y yo que hice!?—

—¡Eh, si, Leo tiene razón!—

—tu no opines virgo—

Géminis soltó unas fuertes carcajadas sin poderse contener más, cerrando sus ojos con fuerza.

Sintió como alguien golpeaba su mejilla con suavidad y abrió los ojos, viendo que estaba acostado en su cama.

—¿¡Que!? ¿Que pasó, donde estoy?—

—Te dormiste Géminis.. ¿Otra visión? ¿Estás bien?— hablo virgo preocupado mientras checaba si no tenía temperatura.

—¿Y mamá...?—

—¿De qué hablas? Somos huérfanos.—

—¿Volví a la realidad...?—

—Si, volviste a la realidad. Todo está bien, no te preocupes— lo abrazó con fuerza.

Huy, el pequeño Géminis está empezando a viajar a mundos alternos, que complicado.
Si no entendieron algo, pregunten con toda confianza.

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