Capítulo 2
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El funeral de la joven Hiromi había sido doloroso tanto para la familia Hamada como para los amigos de los hermanos. La recepción había sido llevada a cabo en la casa de los Hamada tanto tía Cass como Tadashi fueron los que organizaron el funeral de la pequeña Hamada. Los invitados llegaban y les daban el pésame a la familia. Tadashi estaba llevando una taza de té a su tía que estaba siendo consolada por los amigos de los hermanos Hamada.
La tía Cass agradeció a su sobrino por el té pero antes de darle un sorbo a su bebida dirigió la mirada a las escaleras, que daban a la habitación de los hermanos, donde estaba Hiro con la mirada gacha.
Tadashi también dirigió su mirada a su hermano y suspiró con pesadez, tanto él como su tía les dolía la muerte de la pequeña Hiromi, pero, tal vez no supieran cómo se sentía el pequeño genio ante la muerte de su gemela, si, puede que los tres hayan sido hermanos pero era Hiro el que más estaba con Hiromi ya que el mayor casi siempre estaba en la universidad o estaba estudiando, así que cuando la familia salía siempre era un momento memorable para los menores. Pero ahora esas salidas ya no serán lo que eran antes.
Sin que nadie lo viera, Hiro subió a su habitación con pesar, no quería estar ahí, no quería ver el ataúd donde estaba su hermana, ni siquiera podían abrir el ataúd ya que la pequeña Hiromi estaba con más de la mitad de su cuerpo cubierto con quemaduras, el no quería estar ahí, no sabiendo que su hermana nunca volvería. El único recuerdo que tenía de su hermana era el brazalete que le entregó antes de ir a donde seria su lugar de muerte, eso y el abrigo favorito de la chica, al parecer se lo había quitado en medio de el incendio aunque estaba un poco quemado y lleno de cenizas producto de las llamas del incendio.
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Pasaron dos semanas desde que Hiromi había fallecido, las clases habían empezado hace una semana atrás pero ni Hiro y Tadashi habían asistido a clases. Tadashi por el dolor que sentía al ver aquel edificio reducido a cenizas, mismo lugar que se llevó a su hermanita, así que sus maestros le habían dado el permiso de ausentarse por un tiempo, siempre y cuando que cuando regresara debía entregar todos los deberes que le daban; y Hiro simplemente ya no quería ir a esa universidad, si tan solo nunca hubieran tratado de entrar a ITSF tal vez su hermana aun estuviera con ellos. Pero el tal vez no existe, su hermana se había ido para siempre y no había nada más que pudieran hacer.
Tadashi había salido al supermercado a comprar algunos ingredientes que le hacían falta a la tía Cass para el café, le había propuesto si quería ir con él y tal vez pudieran ir comprar unas malteadas o unos helados para animar al menor pero él se negó rotundamente, Tadashi no insistió, pero estaba preocupado por el estado mental de su hermanito así que una noche se trajo consigo a Baymax sin que su hermano se diera cuenta para así hacer que Baymax lo escaneara y vea que todo estaba bien, por fortuna el estado mental de su hermano estaba bien.
Hiro estaba en su habitación mirando el brazalete que pertenecia a su hermana, con tristeza se dirigió a la parte de la habitación de Hiromi y dejó aquel brazalete en el escritorio de noche que antes pertenecía a la chica, dejó el brazalete cerca de una foto donde estaban los hermanos en el parque para ver a las sakuras, un día que Hiromi le aseguro que nunca olvidaría ya que ese día Tadashi estuvo con ellos todo el día y no solo un par de minutos como solía hacer.
El nipón se acercó a donde estaba su computadora y la encendió para buscar alguna robo-pelea, mismas donde su hermana lo acompañaba con su robot de combate. Al encender la computadora y entrar al sitio donde buscaba las robo-peleas un mensaje ingresó a su correo así que lo abrió. Una vez abierto el mensaje un video de los amigos de su hermano fue reproducido, el video empezó con un saludo hacia su persona después cada uno de ellos empezaron a decir palabras de apoyo y cuánto lo extrañaban, al chico no le importo y cerró el mensaje.
Al final decidió que tampoco quería ir a las robo-peleas, le hacían recordar la su hermana así que se recostó en su cama, tomó sus auriculares y el reproductor de música, se puso los auriculares y reprodujo la primera lista de música que encontró importándole poco cual era. La música comenzó a reproducirse a través de los auriculares y de inmediato reconoció la lista de música que le pertenecía a su hermana ella amaba esa música, la canción si no mal recuerda se llamaba Cry Baby de la artista Melanie Martinez, la artista favorita de su hermana.
Con la música que escuchaba su hermana se quedó dormido sin importarle que su tía lo regañara por dormirse con los auriculares puestos.
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Callejón Buena Suerte
La joven chica se adentro al peligroso callejón para ver si podía conseguir algunas piezas para reconstruir a su amigo malvavisco realmente no le agradaba mucho ese lugar, no después de recordar que en ese lugar su hermano mayor la había salvado a ella y a su onii-chan de ser golpeados por sujetos que le habían ganado limpiamente en robo-peleas pero como niños haciendo berrinche siempre trataban de lastimar a sus jóvenes yo's.
La chica estaba apunto de salir de aquel callejón de no ser que sintió como algo frío se posaba en su nuca. Al parecer querían asaltarla, ja, que ingenuos, si tan solo supieran que ya no era esa tonta chica que no podía defenderse, ella con el paso de los años aprendió a cómo defenderse tanto a puño limpio como con armas.
Asaltante: dame tu dinero- ordenó con cinismo- no quisiera arruinar tan bello rostro que tienes.
Hiromi: claro, solo déjame sacar mi cartera- dijo y de entre sus ropas estaba a punto de sacar un cuchillo de grafeno que le había robado a Momakase anteriormente, sin embargo una tercera voz la interrumpió.
???: ¡déjala ahora mismo!
El asaltante volteo a ver quien era el que se atrevía a interrumpir su intento de asalto sin notar que la chica sacó el cuchillo de grafeno mientras que con su otra mano tomaba el brazo del que era su asaltante y logró aplicarle una llave haciendo que el asaltante perdiera el equilibrio y cayó al suelo mientras que la chica se sentaba en su espalda imposibilitando que se moviera al igual que lo amenazaba con el cuchillo de grafeno.
Hiromi: la próxima vez no seré tan amable y te castraré antes de cortarte la cabeza- dijo con frialdad la chica- si quieres vivir más te vale que cuando se quite de encima de ti salgas corriendo como la nena que eres ¿Está claro?- dijo la chica a lo que el asaltante con miedo asintió rápidamente- bien
La joven mujer se quitó de encima del sujeto y este inmediatamente salió corriendo despavorido del lugar mientras que la chica solo sonreía con diversión mientras guardaba el cuchillo devuelta, sin embargo no recordaba la presencia del que fue la distracción del asaltante hasta que esa misma voz volvió a hablar.
???: ¿Estás bien?
La joven de cabellera larga azabache; su cabello algo desordenado le llegaba hasta sus glúteos podía estar un poco desordenado pero así le gustaba a ella; estaba algo sorprendida y confundida por la voz de aquel sujeto pero no le tomo importancia así que sin voltear a verle habló
Hiromi: no tenías porqué ayudarme, lo tenía todo bajo control
???: alguien tenía que ayudar ¿no?
La chica entró en pánico, esa frase, esa frase que constantemente ella usaba cuando una persona le preguntaba por que los ayudaba en aquella catástrofe, pero, no podía ser posible él no podía estar vivo. La chica volteó a ver al chico y con terror abrió los ojos, justo enfrente de ella estaba nada más y nada menos que Tadashi Hamada. No podía creerlo, él no debería estar aquí, él debería estar muerto, a menos que, no, no podía ser tenía que haber otra opción.
Tadashi: oye ¿Estás bien?- el Hamada mayor se acercó a la chica y se sorprendió, aquella chica se parecía a su hermana fallecida, pero no, ella era más alta y parecía más mayor- ¿Te conozco?
La chica sin pensarlo salió corriendo fuera del callejón y se dirigió a la bodega abandonada que había encontrado para pasar la noche.
El chico extrañado miró en dirección a donde la chica salió corriendo así que trato de ignorarla y siguió su camino a si hogar.
La chica después de tanto correr al fin llegó a donde pasaría la noche y se recostó en la pared suspirando y jadeando. La chica había visto a Tadashi Hamada, había visto a su hermano mayor que había fallecido hace años atrás.
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