Capítulo 28: El viaje
Habían pasado un par de horas desde que habían partido. La frontera con Suna estaba a dos días con la velocidad que habían llevado desde el inicio, pero a pesar de que el Uchiha era bastante rápido, la pelirroja no tanto, eso lo entendía, así que comenzó a avanzar al mismo ritmo que ella. Eso los demoraría casi los tres días, lo cual era lo normal.
Era... raro volver a tener una misión con alguien de su antigüo equipo, Karin siempre fue alguien muy rara y bastante cambiante en cuanto a actitud, pero también era leal y bastante inteligente, además de ser una sensor espectacular.
Esas habían sido las razones por las cuales el Uchiha la había incorporado a Taka desde un inicio, además de que ya había trabajado con ella cuando un grupo de prisioneros de una base de Orochimaru se habían escapado.
Por parte de la pelirroja, bueno, no podía pensar en nada mejor que esto. Había pasado demasiado tiempo sin saber nada de Sasuke, solo se había enterado que estaba en un viaje, más nunca supo para qué o por qué.
–Su chakra se siente... bien– pensó.
La última vez que había tenido la posibilidad de sentir su chakra a profundidad, era oscuro y muy frío.
Siempre pensó que Sasuke no volvería de ese abismo de oscuridad, pero le alegraba que si hubiese salido de ahí. Supo que el héroe de Konoha tuvo algo que ver, pero jamás indagó más en ello.
–Solo han pasado un par de horas desde que salimos– decía el Uchiha sacándola de sus pensamientos. –Si necesitas dormír, puedes hacerlo y avanzaremos a primera hora de la mañana– concluyó sin parar de mirar hacía el frente.
Karin parpadeó un par de veces ante lo que escuchó. Eso era nuevo.
–Yo... bueno, mis horas de sueño no son prioridad, la misión lo es– dijo.
El Uchiha detuvo sus saltos y bajo hasta el suelo, a lo que la pelirroja lo siguió.
–Los sensores sintieron el chakra desde hace varios días– decía. –Vamos a necesitar energía para encontrarlo y es mejor que descanses– dijo al mirarla.
De pronto, esa sensación de querer tirarse encima del Uchiha había desaparecido. Él estaba siendo gentil con ella, algo que años atrás no habría sucedido.
–¿Estás seguro?– preguntó.
Sasuke comenzó a caminar hasta terminar sentado en el suelo, con su espalda recargada en un árbol.
–Yo haré guardia– dijo finalmente.
La pelirroja se centró en observarlo, era raro, definitivamente.
...
Casi antes del amanecer, la pelirroja se despertó solo para notar al Uchiha en su misma posición, con la cabeza tambaleante por la falta de sueño. Ella en sí podía dormir, pero su habilidad innata para percibir el chakra la mantenía alerta aún mientras dormía, así que no era tanto problema para ella el hacer guardia.
Claro que con shinobis eso era un poco inútil, era de principiante el saber que debías esconder tu chakra para poder emboscar a un equipo, pero con bandidos era fácil.
–En la siguiente parada deberías dormir– dijo Karin.
Sasuke la miró por un momento, ella tenía razón, pero no quería retrasar la misión demasiado. Era fácil y debía ser rápida.
–Ya tendré tiempo para dormir, debemos avanzar– decía.
La pelirroja volvió a concentrase en su chakra cuando lo miró darse la vuelta, no había anomalías, no había nada diferente, era él mismo... quizás le preguntaría un poco acerca de todo lo que había vivido.
...
Para casi la puesta de sol habían avanzado un buen tramo y solamente paraban para descansar un poco y seguir. Pero había un problema y era el que ninguno llevó alguna provisión.
Por suerte había un pueblo por el que pasarían, con suerte comerían algo, y con suerte podrían descansar un poco...
Claro que las miradas y los susurros al mirarlos no se hicieron esperar. No era raro, al menos para Sasuke.
Desde que la guerra terminó, a ambos se le dió el crédito de héroes de guerra, por la parte de Naruto, bueno, incluso de pueblos y algunas aldeas pequeñas cercanas a Konoha iban a visitarlo o simplemente querían un autógrafo de él.
Por parte de Sasuke... bueno, desde el final de la guerra había sido así, cualquier lugar que visitaba se llenaba de susurros y personas mirándolo discretamente.
Su imágen de ser antes un criminal de rango S no se desvanecería en poco tiempo, todos sabían eso, las noticias corrían rápido. Y corrieron aún más rápido cuando se enteraron que la nueva alianza shinobi lo había dejado libre por petición del Hokage.
No era raro para él escuchar muchas veces a varias personas decir o susurrar que había obtenido más de lo que merecía después de haber hecho lo que hizo... él por su parte, bueno, pensaba lo mismo, pero solo él sabía que trataría de compensar todo aquello. Todos esos errores que cometió.
Afortunadamente pudieron conseguir algo de comida después de hacerle un favor a un vendedor local. Unos matones lo habían estado amenazando y, bueno, podría decirse que no les fue muy bien, había sido un trabajo fácil, y como pago, un par de platos con comida caliente.
...
Un poco pasado de la medianoche, ambos habían estado recorriendo varios kilómetros, iban a buen ritmo sinceramente, pero el cansancio se hacía notar, aún más en el Uchiha.
–Podemos parar aquí y dormir– decía Karin a su espalda. –Necesitas dormir un poco... también necesitaremos tus energías– dijo.
Para la pelirroja, bueno, no entendía que pasaba. No había tenido esas mismas sensaciones que le provocaban el mirar a Sasuke.
Había algo en él que la atraía más, ¿quizás era su chakra?, bueno, se sentía un poco de calidez en el...
¿Quizás era el cabello más largo que prácticamente cubría su ojo izquierdo?, podría ser.
¿O quizás era el hecho de que él estaba siendo gentil con ella?, esa era, definitivamente, una buena razón.
Al bajar de los árboles, la pelirroja comenzó a juntar un poco de madera para hacer una fogata, el Uchiha quiso hacerlo, pero ella no le dejó. Quería probar algo, y sí funcionaba, bueno, definitivamente el Sasuke actual le gustaba más que aquel Sasuke frío y sin emociones.
–Esta vez yo haré guardía, se nota que no has dormido en días– dijo Karin al sentarse alrededor del fuego.
Sasuke la miró y asintió, solo para poder recargar su espalda en un árbol y sentarse.
La pelirroja lo miró. Quizás no era lo que pensaba.
–Gracias...– dijo el Uchiha, ganadose una mirada repentina de la pelirroja.
–¿Él... me agradeció?– pensó con sorpresa.
La pelirroja estuvo a punto de responder pero solo pudo observar que Sasuke ya había caído dormido, al final si era cierto, había pasado varios días sin dormir.
Pero había llegado a una conclusión, Sasuke era atractivo físicamente y su actitud de chico frío y sin emociones le gustaba mucho... pero esta versión de chico gentil, con chakra un poco más cálido, reservado pero aún conservando esa aura de chico frío le parecía todavía aún más sexy que antes. Definitivamente.
...
Por la mañana, el Uchiha despertó con un poco de sorpresa cuando la miró durmiendo también, pero en el momento que este la iba a despertar para continuar...
–Estoy despierta– dijo.
El Uchiha se levantó del suelo y comenzó a caminar.
–Debemos seguir, aún nos falta un poco más de camino– dijo.
La pelirroja lo miró alejarse. ¿En serio Naruto lo había cambiado tanto?, eso era verdaderamente increíble.
Quizás le preguntaría el por qué cuando se detuvieran nuevamente para descansar o comer algo... podría ser una mala idea, pero otra mala idea a su lista interminable de estas no cambiaba nada.
...
Mientras la noche abarcaba todo el cielo, ambos habían reunido materiales para encender una fogata.
Habían tenido una comunicación medianamente nula desde que habían partido de Konoha, quizás el preguntar cosas aliviaría un poco eso desde que aquellos impulsos por tirarse encima de Sasuke se habían alejado.
–¿Puedo preguntarte algo?– mencionó Karin al sentarse del otro lado de la fogata.
El Uchiha la miró... pero asintió levemente.
–Tú... ¿en serio fue Naruto quien te hizo cambiar tanto?– preguntó sin guardarse nada.
Sasuke solo miraba al fuego, parecía que trataba de formular su respuesta mientras miraba las llamas. Todo era silencio entre ambos. El sonido de la naturaleza a su alrededor y de los pedazos de madera crujiendo dentro del fuego era lo único que se podía escuchar... hasta que respondió.
–Me hizo ver y entender todo lo que había dejado atrás... a todo lo que había renunciado– decía. –Me pudo mostrar que no estaba solo, aún cuando yo me convencí a mí mismo de que lo estaba, aún cuando traté de alejar a todos de mí– dijo.
La pelirroja miró hacía el fuego también y recordó algo que había escuchado cuando fue llevada a Konoha por primera vez.
–Recuerdo ese día... en el puente samurái– decía, ganándose una leve mirada del Uchiha. –Él siempre creyó en tí, creo recordar que mencionó algo como: "Sasuke sigue siendo Sasuke"– dijo.
Quizás fue producto del cansancio o quizás su imaginación, pero la pelirroja podía jurar que miró una ligera sonrisa en él. Aunque seguía sin parecerse a la misma sonrisa que miró hace años, aquella que anhelaba mirar de nuevo.
El Uchiha permaneció en silencio por unos momentos y observo a la pelirroja frotarse un poco los brazos, alzando un poco las mangas de su chaqueta.
–Sigues teniendo las marcas de mordidas– mencionó Sasuke.
Karin tapó inmediatamente sus brazos y respondió.
–Sí... son permanentes. Es el costo de usar mi habilidad– dijo con un ligero tono de tristeza.
Sasuke la miró un poco más. En sí, jamás había conocido a Karin, nunca había conocido bien a alguna otra persona, solamente a Naruto, ya que ambos compartían un pasado doloroso.
La habilidad que tenía Karin, al menos por lo que sabía, siempre había sido buscada, ese era el motivo de sus mordidas. Además de pertenecer al clan Uzumaki, quienes, al igual que Naruto, eran buscados por su enorme vitalidad y sus enormes cantidades de chakra.
–¿Puedo preguntar otra cosa?– dijo la pelirroja, sacando al Uchiha de sus pensamientos.
Se suponía que debían descansar, pero ella le fue leal en su momento y él solo la traicionó y utilizo. Alguna que otra pregunta no podía redimir lo que le hizo, pero respondería a su pregunta.
–Adelante– dijo, sorprendiendola.
–¿Valió la pena?– decía. –Es decir, lo tenías todo, un lugar donde vivir, amigos... gente que te respetaba– dijo.
Hubo silencio varios segundos, incluso parecieron eternos pero respondió.
–Muchas veces hacemos cosas sin pensarlas o sin saber la verdad detrás de ellas, eso nos orilla a cometer demasiados errores– decía. –No valió la pena... pero ya está hecho, lo único que nos queda por hacer es avanzar y tratar de ser mejores personas en el camino– concluyó mirando al fuego.
La pelirroja lo miró, todo signo de maldad o de venganza se había ido hace tiempo de Sasuke, lo podía ver y lo podía sentir en su chakra. En verdad le alegraba y, esperaba también, que en algún futuro volviera a sonreír o fuera felíz, todos se merecían una segunda oportunidad.
–¿Cuáles fueron tus motivos para unirte a Orochimaru?– preguntó el Uchiha.
Karin salió de sus pensamientos, sorprendida, tampoco esperaba que él fuera a querer saber más de ella.
Suspiró y respondió.
–Cuando era niña, mi aldea fue víctima de un conflicto, y yo fui la única sobreviviente, pero salí ilesa de ello gracias a mi habilidad como sensor– decía. –Estuve vagando durante un tiempo sin tener un rumbo en específico, hasta que en un pueblo un par de hombres quisieron secuestrarme... pero Orochimaru me salvó. Él me ofreció protección y yo la acepté– concluyó para después desviar su mirada al fuego.
Sasuke siempre mostraba un rostro neutral en el exterior, pero por dentro se había sorprendido.
–Eso quiere decir que tus familiares están...– decía.
–Muertos, sí– respondió la pelirroja, interrumpiendolo.
Silencio de nuevo.
Claro que muchas veces se podía decir que Karin posiblemente estaba loca, pero no era así, era incluso admirable que, a pesar por todo lo que había pasado, siguiera dispuesta a avanzar.
La comprendía. Su familia, al igual que la de él, habían sido asesinados y arrebatados de sus vidas, quizás no había sido de la misma forma, pero podía entender esa clase de dolor.
No habían crecido normalmente, ella fue víctima de un conflicto que terminó quitándole incluso su hogar, mientras que por parte de Sasuke, su familia había sido víctima de sus propios actos al querer actuar en contra de la villa... pero, también a diferencia de él, ella se las había tenido que arreglar sola, sin nada, ni tampoco nadie y vagando sin rumbo alguno, mientras que él tuvo la oportunidad de hacer amigos, vivía en paz y se le tenía como un prodigio... vaya diferencia.
Ahora entendía su pregunta anterior.
–Vaya vida, eh– dijo la pelirroja con un poco de gracia.
El Uchiha levantó su mirada del fuego y la observo un poco.
–Haré guardía– decía. –Trata de descansar– concluyó para después ir y sentarse en el piso mientras se recargaba en un árbol.
Aún les faltaba un poco de camino. Pero al ritmo que llevaban, quizás un poco pasada la tarde ya estarían en el lugar de las coordenadas.
Habrá que descansar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top