Capítulo 8

El ritmo de la música palpita a través de las grietas que se encuentran en las paredes y el suelo, quienes proyectan diversos colores iluminando un poco al club oscuro y algo nublado. El lugar está repleto de gente bailando, exhibiéndose a causa del alcohol y pretendiendo ser amantes de toda la vida a un total desconocido. Todos pasan un gran momento, excepto una persona.

A Nina le encanta Cahokia, esa discoteca mantiene sus mejores recuerdos, y la arquitectura psicodélica le parece fenomenal. Pero esta noche no es precisamente una buena para ella, su expectativa de pasar tiempo a solas con Liam y tratar de llevárselo a la cama se evaporó al descubrir que él no sólo invitó a Tony, que mágicamente se olvidó si su cuerpo sufría algún dolor muscular, sino que también a Cameron, quien tuvo la brillante idea de recomendar un sitio en donde trabaja su queridísimo novio. Su piel se encuentra acalorada pero no por el amontonamiento de personas, el malhumor es la razón de ello.

-¡Mi Chopin mimoso! -exclama al ver a Max y abrazarlo en el acto- ¿Qué haces aquí?

El DJ está sentado en uno de los taburetes pertenecientes a la barra de tragos, que eventualmente cuenta con la presencia de un montón de mujeres. El joven se alarma al principio pero lo soluciona mostrando una sonrisa despreocupada.

-Mi corazoncito de melón, necesitaba tomar un descanso -responde suspirando.

La risa socarrona que larga la mesera pasa por desapercibida.

-Pobrecito, trabajas tanto -expresa acariciándole el cabello de tono caramelo- Ven, quiero presentarte a unos amigos.

-¿Quiénes son ellos? -pregunta con recelo al descubrir que se trata de dos hombres.

Nina bufa cuando Max rodea la cintura de su amiga de una manera territorial, no tiene de qué preocuparse ya que Cameron no es ninguna tentación para esos muchachos. En cambio él sí.

-Son Liam Kennion y Tony Legendre, acaban de ingresar a Juilliard. ¡Y vienen de Texas! -señala alegre.

El joven suspira aliviado porque asume que todos los varones que danzan son homosexuales.

-Max Broderick; y soy una especie de dominador de la gente, en especial a los bailarines, bailan de la música que pongo. Ustedes son mis principales esclavos -asegura con vanidad.

-Es DJ -aclara la bailarina de rizos dorados.

El dúo de amigos fruncen el ceño, extrañados. Si no fuera por la canción estrepitosa que suena en ese instante, se hubiese escuchado un silencio incómodo.

-Tú ni siquiera dominas bien el tornamesa, ¿y crees que lo haces con las personas? -expresa Nina agriamente.

-Lamento que no tengas un buen oído pero lamento mucho más que no sepas apreciarme, Nina. Cuando esté en Tomorrowland, seguramente te darás cuenta lo equivocada que estabas y me pedirás entradas gratis. Y yo te las daré, con algo de resentimiento pero lo soportaré porque eres la mejor amiga de mi corazoncito de melón.

-Ay, mi amor, eres tan considerado -comenta Cameron.

-Si llegas allá será solamente para alcanzarle la botella de agua a David Guetta. No vine aquí para reírme -dice antes de distanciarse de ellos y dirigirse a uno de sus constantes escenarios: la pista de baile.

Los chicos texanos saludan a Max por educación y van hacia Nina, dejando solos a los tortolitos. Y casi como un acto reflejo, Cameron se posiciona al frente y toma sus hombros con determinación.

-Ya sabes cómo es Nina: terca y prejuiciosa... Pero que sus palabras no te preocupen, cariño. Confío en ti. Eres el mejor DJ del mundo y sé que llegarás a cada uno de los festivales importantes de música electrónica. Además... ¡Ay, cuando me miras así!

El joven se da cuenta que no prestó atención a su novia, sus ojos estaban fijos en una chica trigueña a unos metros de él. Hermosa y aparentemente nueva en el lugar, porque de haberla visto antes ya habría puesto algo más que su mirada en ella.

-Discúlpame por interrumpir tu discurso pero hay una cosa más que me gusta aparte de remezclar tracks y es verte bailar. Porque, para mí, eres la...

-...mejor bailarina del mundo entero -completa Cameron, enamorada.

Hace un año aquella oración fue la que conquistó a la rubia y generó una relación con Max. Justamente en ese día ella había tenido una mala jornada en danza, y escuchar eso hizo que sus inseguridades disiparan un poco y se aferren ciegamente a las zalamerías del DJ.

-Hazme el favor, ¿sí?

-Te amo -expresa con ternura. Le da un pequeño beso antes de irse a donde fue su amiga.

Max sonríe triunfante al observar cómo Cameron se pierde en la muchedumbre, se asegura varias veces que su novia esté muy lejos mientras que camina decididamente hacia la joven que lo cautivó con su baile.

-Creo que encontré a la mejor bailarina del mundo entero -Le susurra por detrás con un tono de voz seductor.

La muchacha gira y tiene que levantar la cabeza para toparse con un chico muy atractivo, mirándola con profundidad, queriendo conocer todo de ella. Más bien, probar todo de ella.

-¿Sí? ¿Y dónde está? -pregunta juguetona, haciéndose la desentendida.

-La estoy viendo ahora mismo -contesta resuelto.

Ella ríe gustosa, aquellos ojos parecen desear atravesarla. En caso de que eso suceda, la joven no lo impediría.

-Max.

-Florence.

-Florence... -pronuncia, saboreando su nombre. Sabiendo que también, más tarde, lo hará con su cuerpo.

-Ése no es Max -alarma Cameron, señalando a la cabina del DJ. Enseguida, toma su celular para contactarlo -: Me da el contestador. ¿Dónde se ha metido? ¿Le habrá pasado algo malo?

Pero Nina no muestra ni siquiera el más mínimo interés. Está bastante concentrada en bailar y compartir su trago con Liam, bebe el lugar exacto en donde aquella boca tentadora posa, es una manera no directa de sentir sus labios, de besarlo. El chico se encuentra entregando todos sus pasos a la música como si su alma dependiera de ello y carcajeando sin motivos; alcoholizado por culpa de la bailarina. Por suerte, el pelinegro ha desaparecido del panorama, desconoce el porqué aunque sospecha que se debe a que ella estuvo dándole la espalda todo el tiempo mientras que se divertía con el bailarín de ojos verdes. Se habrá hartado y se fue. Pero una parte de Nina quiere que esté presente, para arrimarse demasiado a su novio y causar problemas entre la pareja. Ése es su plan.

No obstante, sin Tony, hará que Liam experimente con ella. Con una mujer por primera vez.

-Iré a buscar a Max -anuncia la rubia con voz preocupada.

Y con la ausencia de su mejor amiga y empezando a sonar "Iron" de Calvin Harris con Nicky Romero, Nina sonríe triunfal al percatarse de que no hay restricciones para cometer su caprichoso deseo. Deja su trago en algún sitio como si fuese un estorbo y baila más cerca de Liam.

En cada paso su piel toca la de él hasta estar totalmente pegada. Toma las manos del joven y las coloca en la parte baja de la espalda, para luego girar y que éstas queden en sus caderas. La bailarina menea su trasero, rozando varias veces la entrepierna del chico. Se tuerce al ritmo de la música a la vez que cierra los ojos y aprieta las manos masculinas, secas y peludas. El joven, ingenuamente, sigue bailando sin sospechar que hay otras intenciones detrás de esos movimientos.

Y justo cuando Nina va a impulsarse a besar al texano, se petrifica al ver una situación bastante común en las discotecas, pero este no es el caso debido al protagonista.

Tony besando desenfrenadamente a una morena. A una muchacha.

-¿Permites ese comportamiento a tu novio? -Logra preguntar la bailarina, apuntando al dúo.

-¿Novio? -cuestiona sorprendido a pesar de su estado de embriaguez -. ¿Tony? ¡Tony es mi mejor amigo!

-¿Mejor amigo?

-¡Sí! -exclama fuerte- ¡Y es el mejor! Espera... ¿Pensaste que Tony y yo éramos pareja?

Y de repente, Liam ríe como si le hubiesen contado el chiste más gracioso de su vida.

-Es el hermano mayor que nunca tuve, y jamás podré verlo de otra forma. Tony es el hombre más heterosexual que conozco, las mujeres son su pasión. Además yo no estoy saliendo con nadie, si apenas salí del clóset -expresa antes de volver a carcajear.

Al escuchar eso, y seguir mirando todo el acto de macho del pelinegro, Nina niega con la cabeza, indignada. Se siente estúpida por desperdiciar tanto tiempo maltratando a alguien que no lo merecía.

Pero, sobre todo, se enfurece más de sí misma por saber muy bien lo que la motivó a actuar como una idiota: un homosexual.

🌈

Un buen café a la mañana puede no mejorar tu día porque sería exagerado, pero sí que uno se predisponga a tener uno bueno. Sin embargo, no está funcionando en Nina, quien bebió el suyo como si se tratara de un trago de fondo blanco para lograr distraer su malhumor. Es difícil cuando las razones de ello están a tu frente, compartiendo una de las mesas de la cafetería: Cameron por depender tanto de su novio; Tony por hacerle creer algo que al final no es; y Liam por no ser heterosexual.

-¿Dónde estará Max? Pasé toda la noche recorriendo cada parte de Cahokia y nada, ninguna noticia sobre él -comenta la rubia, intranquila-. No debería estar aquí, debería seguir buscándolo.

-Yo opino lo mismo, bueno, no lo del asunto de tu novio, Cameron. No entiendo qué hacemos en esta cafetería cuando ahora mismo podríamos estar durmiendo o, más bien, yo estar acompañado de otra manera con una bella mujer. -Lo último el pelinegro lo expresa mirando recriminatoriamente a su mejor amigo.

-Tenemos clase con la profesora Whittman dentro de unas horas. Sabía que si te dejaba ir, ibas a faltar. Y ya lo hiciste una vez. Como amigo debo ayudarte a ser un alumno responsable, aplicado...

-Dios, Liam... Ebrio eres realmente insoportable. ¿Por qué mejor no bebes tu cappuccino y te callas por un rato?

-Es que me apetece un café irlandés.

-No c...

-¡Yo también quiero! -exclama Cameron levantándose repentinamente, impidiendo que Tony objete que aquello contiene whisky -. Iré a pedir.

Pero, al instante, la bailarina de rizos dorados duda de dirigirse sola al área de servicio al cliente. Varios muchachos se encuentran allí que, al notar su presencia, escudriñan cada milímetro de su cuerpo con lujuria. Con tan sólo ver la forma que la miran, es probable que estén imaginando una escena de cualquier categoría pornográfica que les encantarían hacer con ella.

-Voy contigo. -Se ofrece Liam, al darse cuenta de la situación.

-¡Já! -Larga Nina una breve risa de sorna. Como Liam es gay, cree que es en vano que vaya a acompañar a su amiga para evitar que sea acosada ya que él, por lo que la joven considera, no es un verdadero hombre.

El bailarín de ojos verdes regresa inmediatamente para pedirle cambio al pelinegro. Lo recibe sin ninguna reclamación por parte de su amigo, pero un recuerdo cómico y digno de contarse llega a su mente.

-Tony, ¿puedes creer que Nina pensaba que tú eras mi novio? ¿Que nosotros éramos pareja? -Continúa riéndose tal cual a la primera vez que lo escuchó de su bailarina favorita, incluso lo sigue haciendo cuando deja a su musa y a su amigo solos.

El mutismo los alcanza a los dos fastidiados, no es incómodo sino desafiante.

Nina sabe que quedó expuesta, no necesita atender la mirada demandante de Tony para confirmarlo. El chico unió los hilos y ahora conoce el porqué fue víctima de su cruel conducta. Sin embargo no se siente avergonzada de haberlo maltratado, no es algo de que se arrepiente porque fue un asunto menor y sin importancia. Es el enojo lo que predomina, por idear planes y cometer acciones nada auténticas para atraer a un chico. Algo que jamás había hecho. Y ahora sí y por un gay.

Se adentra en aquellos ojos negros e intenta hallar una explicación. ¿Cómo es que esa amistad puede funcionar? ¡Hasta comparten un cuarto! Si Cameron fuera lesbiana lo menos que ella haría es cambiarse de ropa en un sitio que les pertenezca a las dos. ¿Cómo es que puede existir esa confianza?

-¿Le tuviste miedo a Liam alguna vez?

-¿De qué hablas? -cuestiona Tony, frunciendo el ceño.

-Si no te preocupa que esté pretendiendo ser tu amigo para luego atraparte. Que te enamores de él -aclara la joven, realmente interesada en escuchar sus argumentos.

-Liam nunca haría algo así. Somos como hermanos. Además, él no es la clase de persona que mentiría a alguien para ganar una ventaja de eso. -Y con una actitud acusadora, apoya los antebrazos en la mesa.- Nina, ¿acaso no estás usando ahora a Liam como un espejo de las verdaderas intenciones que tienes con él?

-Una amistad entre muchachos: un heterosexual y un gay... ¿En serio? -expresa incrédula, esquivando la pregunta del joven.

-¿Y qué? Es lo mismo con la amistad entre un hombre y una mujer, algunos lo creen y otros no. Pues yo sí lo hago con la mía con Liam.

El pelinegro la observa por un rato, analizándola. La bailarina entrecierra los ojos, se refleja una clara incomprensión en aquel color marrón. No le hace falta nada más para deducir que mantiene una postura hermética con respecto al contenido de la charla. No obstante, siente pena por ella. Por eso decide hablarle desde su lado más sereno.

-El punto, Nina, es que por otro que no sea igual a nosotros no significa que venga a modificarnos.

-No entiendo.

-Que no es necesario ser igual a ése otro "diferente" para lograr comprenderlo.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Levanta la mano si pensaron que eras homosexual porque tenías amigos homosexuales 🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️🙋🏻‍♀️



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top