➸ 002

Cuando un grupo femenino comenzó su presentación y las luces de la zona de las mesas se apagaron, Taeyeon consideró que ese sería un buen momento y se apresuró a abrir el papel que había estado sujetando con discreción, semi-ocultándolo contra sus piernas para que ninguna cámara indiscreta pudiera captarlo. Cuando lo abrió, una sola línea pulcramente escrita en la letra de Jiyong rezaba:

Camarín 18. No preguntes por qué.

Taeyeon alzó ambas cejas en un instante de sorpresa, pero segundos después sus labios se curvaron en una sonrisa. A pesar de que le convenía controlar sus reacciones, no podía dejar de maravillarse frente al papel que tenía entre los dedos. Eso era algo que el Jiyong que conocía, tan impulsivo como de costumbre, definitivamente haría. Taeyeon consideraba que ella solía ser la más cuidadosa de los dos... o al menos eso intentaba, teniendo en cuenta que al líder de Big Bang la palabra "precaución" le era desconocida. Sin embargo, las apariencias engañaban. A decir verdad, Taeyeon también lo encontraba difícil, pero sabía que si lo externalizaba tanto como él, ambos terminarían sintiéndose peor. Uno de los dos debía soportarlo por el otro, y ella siempre se había sentido más que dispuesta a ser esa persona.

Taeyeon había estado sintiéndose incómoda desde el momento en que había puesto un pie en ese lugar. Sus miembros, usualmente a su lado, esta vez no estaban para hacerle compañía durante la velada, generando una sensación de vacío y soledad que se manifestaba en el silencio que la rodeaba. Así que se había limitado a echarle una mirada que le había sabido a poco y se había sentado a mirar el espectáculo, esperando que eso pudiera entretenerla lo suficiente como para no pensar en que su ex estaba sentado frente a ella mientras su novio estaba unos metros más allá.

Había tratado de apartar ese tipo de pensamientos inservibles para poder concentrarse en otras cosas, pero ni siquiera había llevado su celular con ella, dado que ese vestuario no le daba la oportunidad de guardárselo. A juzgar por esa nota, Jiyong lo había adivinado correctamente.

Taeyeon creyó que lo más inteligente sería esfumarse mientras las luces seguían apagadas, por lo que le hizo una seña a su manager, quien se acercó a su mesa con rapidez. Cuando la joven le dijo que necesitaba "ir a refrescarse", su manager, una mujer lista y con un increíble sentido del humor, alzó una ceja y la miró de una forma que le arrancó una carcajada. A pesar de saberse descubierta, Taeyeon se levantó mientras la otra mujer le recomendaba que no perdiera de vista el reloj porque aún debía actuar luego de que unos cuantos grupos más lo hicieran. Taeyeon asintió y le dio las gracias con cierta prisa mientras procuraba retirarse del recinto de las mesas con toda la naturalidad de la que era capaz.

A medida que transitaba por los pasillos, deseando que nadie reparara demasiado en su presencia, Taeyeon fue fijándose en los carteles adosados a las puertas que indicaban el número de cada camarín. Cuando distinguió el que indicaba "Big Bang" tuvo el impulso de detenerse, pero pudo darse cuenta justo a tiempo de que ese camarín en particular era el número 16 y no el 18.

Jiyong evidentemente no la había citado al camarín de Big Bang. Taeyeon siguió caminando mientras pensaba que, en realidad, tenía sentido: era probable que ese camarín estuviera lleno de asistentes de YG.

Cuando finalmente divisó la puerta correcta, se detuvo ante ella con aire dubitativo y suspiró. Se percató de que llamaría más la atención estando parada frente a la puerta de un camarín random sin razón aparente, por lo que se echó el cabello hacia atrás y entró, cerrando la puerta tras sí.

Dentro encontró a Jiyong sentado con su usual mezcla de elegancia y desfachatez en un sofá, imagen que le provocó un nudo en el estómago. Taeyeon no estaba segura de que fuera normal que alguien se viera tan atractivo simplemente haciendo nada. Él volteó la cabeza y la atravesó con la mirada, pero cuando la vio cerrar la puerta y reparó en que ella había pasado el cerrojo, se puso de pie mientras una lenta sonrisa se extendía por su rostro.

— Disculpa, pero... —Jiyong ladeó la cabeza en un gesto de diversión—. ¿Es éste tu camarín? Porque estoy esperando a mi novia y no sería bueno que me encontrara aquí encerrado contigo.

Taeyeon puso los ojos en blanco mientras caminaba hacia él.

— Muy gracioso.

Cuando se encontraron, Jiyong inclinó la cabeza al tiempo que rodeaba su cintura con los brazos y la acercaba hacia sí. No estaba dispuesto a perder más tiempo, así que hizo lo que había estado deseando hacer y atrapó sus labios con los suyos. Ella se sintió estremecer, presa de la pasión con la que Jiyong estaba demostrándole lo mucho que había esperado por ese momento, por ese contacto. Correspondiéndole con la misma avidez, Taeyeon lo tomó del cuello y dejó que sus manos se entremezclaran con su cabello negro. Este gesto pareció encender algo en su interior, porque sin previo aviso se inclinó y la alzó con una determinación que ya le resultaba familiar. Siempre la tocaba con una seguridad que le nublaba el juicio. Era como si de alguna manera siempre supiera qué hacer, y ella no podía dejar de encontrarlo increíblemente excitante.

Dejándose llevar, ella le envolvió el torso con sus piernas mientras sentía que las firmes manos de Jiyong la sostenían y transportaban hacia uno de los tocadores. Taeyeon acarició su lengua con la suya, provocando que la llegada al mostrador fuera estrepitosa y un tanto ruidosa. En su afán por sentarla sobre la mesa del tocador, Jiyong había hecho que varios objetos de belleza, como brochas de maquillaje y cepillos de pelo, cayeran y quedaran desparramados por el suelo de cualquier manera. El escándalo, lejos de alarmarlos, hizo que ambos rieran mientras se las ingeniaban para que los besos no se vieran interrumpidos. Entre besos y caricias, Taeyeon sintió que los dedos de Jiyong comenzaban a deslizarse por sus piernas como si contaran con todo el tiempo del mundo.

Pero él nunca se cansaría de tocarla. Esa era una de las pocas verdades que creía haber encontrado en su confusa vida. Nunca podría renunciar a esa boca, y mucho menos a esa piel. Haciéndole honor a su promesa, Jiyong se dedicó a recorrer sus piernas con manos devotas, pero cuando las llevó hacia su cintura, Taeyeon se apartó con delicadeza.

— Jiyong. Mi camisa...

Él le dedicó una sonrisa ladeada. Sabía con exactitud a qué se estaba refiriendo, pero lo divertía que estuviera sintiéndose tan torturada. Taeyeon no quería que se detuvieran. Sus dedos se habían infiltrado en su abdomen y reposaban sobre los botones de su chaleco, como si estuvieran preparándose para abrirlo y así poder reclamar ese territorio para sí. Jiyong decidió torturarla un poco más, por lo que volvió a inclinarse para poder entretenerse con su cuello.

— ¿Qué hay con tu camisa? ¿Quieres que te la quite?

Taeyeon se tensó de forma inconsciente como consecuencia de la sola idea de que esas manos de dedos largos y hábiles la desnudaran, haciendo que los labios de Jiyong se curvaran contra su cuello. Ella echó la cabeza hacia un costado y se perdió en el momento, cerrando los ojos cuando la lengua de Jiyong, no ya sus labios, comenzó a trazar patrones desconocidos sobre su piel.

— Sí... ¡No! —se corrigió al instante, presa de la más tortuosa confusión—, aún tengo que salir a cantar... —si Jiyong no hubiera estado concentrado en mordisquear suavemente el lóbulo de su oreja, se hubiera reído por el hecho de que a Taeyeon evidentemente le había costado bastante poder hilar ese pensamiento y emitirlo en voz alta—. Me refería a que... no quiero que la rompas. Como al vestido de la última vez —agregó, sabiendo que la sola mención de ese suceso lo detendría de una vez por todas.

Como lo había previsto, él se detuvo y clavó sus ojos en los de ella, que ahora lo desafiaban con un inconfundible brillo de diversión.

— Eso fue un accidente —replicó, alzando una ceja en señal de obviedad. Una semana atrás, en otra premiación de la misma índole, habían vuelto a ingeniárselas para poder verse durante una pausa de la grabación en vivo. En esa ocasión, Taeyeon llevaba un estrecho vestido negro y unas botas hasta las rodillas que le habían hecho perder la cabeza al instante. No habían sido capaces de controlarse: mientras se desvestían mutuamente con urgencia, Jiyong había terminado rompiendo el cierre posterior de su vestido, situación que más tarde encontraría hilarante, especialmente por el ataque de pánico en el que se había encontrado su novia al darse cuenta de que evidentemente tendría que explicarse ante la estilista, quien de seguro podría imaginar cómo se había roto ese vestido.

— Accidente o no, me metiste en un problema —le recordó ella, conteniendo una carcajada al notar que Jiyong ya se había puesto a la defensiva. A pesar de que se conocían bien, Taeyeon seguía sorprendiéndose por lo fácil que era para ellos entrar en ese juego de tira y afloja. Ambos conocían las reglas, y ambos disfrutaban de esa dinámica en la que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder. No sin antes dar lo mejor de sí. Es por eso que cuando lo vio sonreír ampliamente y ladear la cabeza, supo que Jiyong estaba a punto de salir victorioso.

— No recuerdo que te quejaras cuando tu vestido estuvo en el suelo —refutó él, mirándola con ese aire de falsa superioridad que adoptaba en momentos como ese. Taeyeon echó la cabeza hacia atrás y rió, aceptando la derrota. Pero su risa se apagó de golpe cuando Jiyong colocó sus dedos sobre los botones de su camisa—. De acuerdo. Si tu mayor preocupación en este momento es que tu camisa no sufra ningún daño... tendré mucho cuidado —Taeyeon reconoció el verdadero significado de esa promesa en su voz, y contuvo la respiración mientras esos traviesos dedos se esmeraban en abrir los botones con lentitud. Taeyeon estaba segura de que podría haberlos abierto con rapidez y cuidado, ambas cosas al mismo tiempo, pero al parecer Jiyong no se cansaba de intentar llevarla al límite.

Cuando su camisa estuvo completamente abierta, Jiyong se detuvo y la observó. Su respiración estaba levemente agitada, por lo que su infame top negro subía y bajaba perceptiblemente con cada aliento nuevo. Sin poder contenerse, extendió un dedo y trazó el contorno de su clavícula izquierda, deleitándose ante el hecho de que la piel de Taeyeon se erizara allí donde su dedo tocaba. Jiyong alzó la mirada y la clavó en ella para poder observar su rostro mientras su dedo continuaba su travesía, descendiendo por el medio de su torso y llegando a la piel de su abdomen. Cuando notó que los músculos de esa zona se contraían involuntariamente por su toque, abrió la mano y la apoyó contra ella. Jiyong volvió a bajar la mirada y dejó que se perdiera en ese contacto. Podía sentirla respirar. Podía sentir la calidez de su piel. Podía...

De pronto, la mano de Taeyeon se posicionó sobre la suya, y todas sus defensas se vinieron abajo. Antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, eliminó la distancia entre ellos y la abrazó. Taeyeon le devolvió el abrazo sin hacerle preguntas, y se mantuvo acariciándole la espalda con suavidad, consciente de que la reacción de Jiyong tendría una razón de ser. Se quedaron en esa posición durante unos minutos, hasta que él se apartó con lentitud.

Taeyeon lo vio dirigirse hacia el elegante sillón que se encontraba frente a ellos, y luego dejarse caer en él con aire derrotado.

— ¿Jiyong...?

El líder de Big Bang evadió su mirada, sabiendo que su actitud estaba haciendo que ella se preocupara. Había tratado de controlar sus emociones, había tratado de contenerse... pero había fallado estrepitosamente. Taeyeon era una persona muy intuitiva, por lo que no tardaría mucho en entender lo que estaba sucediendo. Sin embargo, Jiyong no estaba seguro de querer cargarla con sus preocupaciones. No era como si Taeyeon fuera a poder hacer algo al respecto.

Jiyong reprimió el impulso de soltar una maldición, preguntándose por qué estaba siendo tan susceptible. Ya habían tenido que cruzarse en lugares públicos, y ya habían tenido que fingir que no se conocían. Entonces... ¿por qué?

Cuando Taeyeon se sentó a su lado y tomó su mano entre las suyas en silencio, lo comprendió todo. Bajó la mirada hacia sus manos, delicadas pero firmes, y allí encontró la respuesta que había estado buscando.

Continuará...

-o-o-o-o-

Disclaimer: obviamente la fancam de "Fire" no nos pertenece (YA QUISIÉRAMOS TT).  

¡Parte 2, subida!

Nos gustaría en esta oportunidad presentarnos mejor, para que puedan ir conociéndonos y nosotras a ustedes :)

Somos dos amigas, seguidoras del kpop desde hace unos cuantos años ya. A mediados del 2015 empezamos a escribir fics, más que nada porque no siempre encontrábamos lo que queríamos leer en nuestro idioma, así que decidimos empezar a escribir sobre lo que nos gusta leer. Y esas son principalmente cosas relacionadas a SOSHIBANG (siendo GTAE nuestro ship principal dentro de ambos grupos).

Ahora mismo estamos trabajando en un fic largo (y cuando decimos largo es LARGO xD) de GTAE, que sería algo así como nuestro proyecto principal, y el cual esperemos continúe y vea la luz en algún momento (si es que no morimos antes de terminarlo lol). Pero este año se nos dio por empezar a publicar oneshots para, entre otras razones, mantener en actividad la cuenta hasta que podamos dar a conocer la historia que les mencionamos antes.

Elegimos este oneshot para que fuera el primero, pero seguiremos subiendo cosas de este estilo, y no sólo de GTAE (de hecho, hay un oneshot LISKOOK que está en proceso porque #blackpinkbts4ever xD), ¡así que esperamos que les guste nuestro trabajo!

No duden a la hora de dejar una crítica o un comentario, ¡todas esas cosas inspiran y motivan! :)

Si quieren seguirnos por twitter, nuestras cuentas son: @IWantToShipYou (Naty) @soshibang_bpts (Loly). P.D: pedimos disculpas desde ya por lo que puedan encontrar allí xD

Eso es todo (por ahora), ¡saludos!

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